LÍNEA DE INVESTIGACIÓN DE LA FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES DE LA UNIVERSIDAD DE LA SALLE EQUIDAD Y DESARROLLO UNIVERSIDAD DE LA SALLE VICERRECTORÍA ACADÉMICA FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES CONSEJO DE FACULTAD Luís Fernando Ramírez Hernández Decano Juan Carlos Segura Ortiz Director Programa de Economía Adriana Patricia López Velasquez Directora Programa Finanzas y Comercio Internacional Ruth Helena Vallejo Sierra Directora Programa Sistemas de Información y Documentación Rosa Margarita Vargas de Roa Directora Programa de Trabajo Social Hernán Rico Achury Director de Posgrados Ángela María Franky Castiblanco Secretaria Académica Benjamín Afanador Representante de los Profesores Yesid Arnaldo Amaya Aguilera Representante de los Estudiantes Diana Marleny Duque Giraldo Representante de los Egresados María Mónica Montaño Representante de la Vicerrectoría de Promoción y Desarrollo Humano CONSEJO DE FACULTAD ACUERDO No. 002 de 2011 (Junio 01) Por el cual se ADOPTA LA LÍNEA “EQUIDAD Y DESARROLLO” COMO LÍNEA DE INVESTIGACIÓN DE LA FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES EL CONSEJO DE FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES DE LA UNIVERSIDAD DE LA SALLE En ejercicio de sus atribuciones estatutarias y reglamentarias y CONSIDERANDO Que el Consejo Superior de la Universidad de La Salle en Acuerdo 008 de Junio 1 de 2006 el cual reglamenta el artículo 40 del Estatuto Orgánico de la Universidad, otorga a los Consejos de Facultad la potestad de expedir acuerdos que reflejen las decisiones que allí se toman y garanticen la ejecución de sus políticas y directrices. Que el Consejo Superior de la Universidad de La Salle mediante Acuerdo No. 014 de 2008, definió la Unidad Académica como una estructura que desarrolla la actividad docente, investigativa, de transferencia, de proyección y responsabilidad social de la Universidad. Su reglamentación, organización y debida articulación hacen posible la misión de la Universidad, de acuerdo con lo establecido en el Estatuto Orgánico, el Proyecto Educativo Universitario Lasallista –PEUL–, y el Enfoque Formativo Lasallista –EFL–. Que el Acuerdo No. 014 de 2008 de Consejo Superior determina también la Organización y Funcionamiento de las Unidades Académicas y asigna como una de las funciones del Decano: “Desarrollar y promover las actividades docentes, investigativas, de formación humana, de extensión universitaria, de formación continuada y de proyección y responsabilidad social”. Que el Sistema de Investigación Universitario Lasallista – (SIUL, 2008) plantea que la investigación se constituye en el eje articulador de toda la actividad académica de la Universidad de manera que las líneas de investigación de las Facultades deberán estar estrechamente relacionadas con los campos institucionales de investigación, teniendo en cuenta los objetos de estudio e intervención disciplinar, así como los desarrollos inter y transdisciplinares. Que en la formulación del Plan Estratégico de la Facultad 2010-2015, se consideró necesario definir una línea de investigación que sirviera como orientación académica a los profesores y estudiantes de la Facultad para que desarrollen a partir de la línea actividades en los campos de la docencia, la investigación y la proyección social, buscando de esta manera responder a los postulados establecidos en el Proyecto Educativo de la Facultad y al logro de la consolidación como comunidad académica. Que luego de un proceso de construcción que implicó la participación de docentes de la Unidad Académica se logró la elaboración del documento referente a la línea de investigación, que muestra la pertinencia y relevancia de una línea interdisciplinar que aborde la equidad y el desarrollo como objetos de estudio. Que el Decano de la Facultad, sometió a consideración el documento para adoptar la línea “Equidad y Desarrollo” como línea de investigación de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, en sesión del Consejo de Facultad realizada el 31 de mayo de 2011, el cual una vez estudiado fue aprobado por unanimidad. Que en virtud de lo anterior, el Consejo de Facultad ACUERDA Adoptar LA LÍNEA “EQUIDAD Y DESARROLLO” COMO LÍNEA DE INVESTIGACIÓN DE LA FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES contenida en el siguiente documento y que en todo hace parte integral de este Acuerdo. LÍNEA DE INVESTIGACIÓN DE LA FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES DE LA UNIVERSIDAD DE LA SALLE EQUIDAD Y DESARROLLO 1. INTRODUCCIÓN El documento de Línea de investigación “Equidad y Desarrollo” 1 pretende fundamentar la Investigación Interdisciplinar de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales –FCES–. Este contribuye a la orientación académica de los profesores y estudiantes de los Programas para que desarrollen desde la Línea actividades en los campos de la docencia, la investigación y la proyección social. Para tal fin, aborda planteamientos en torno a la justicia social, el desarrollo humano integral y sustentable, los derechos humanos, entre otros, que desde la articulación de los Programas académicos que conforman la FCES muestran la pertinencia y relevancia de una línea interdisciplinar que aborde la equidad y el desarrollo como objetos de estudio. Una de las preocupaciones esenciales del Ministerio de Educación Nacional –MEN– en las últimas décadas, ha sido brindar lineamientos que coadyuven a vivenciar una adecuada praxis investigativa dentro de la estructura curricular. Esto se evidencia en la Ley 30 de 1992, el decreto 2566 de 2003 y el decreto 1001 de 2006. (Ministerio de Educación Nacional, 1992; 2003 y 2006). Dichos lineamientos expresan que, las disciplinas en general y en especial las Ciencias Económicas y Sociales, han de ser comprendidas y aplicadas para tener la posibilidad de brindar soluciones a las diversas problemáticas de carácter social, económico, político y cultural que emergen en la realidad en el marco del enfoque del Desarrollo Humano Integral y Sustentable, potenciando la capacidad de abstracción para investigar múltiples fenómenos, desde perspectivas disciplinarias, interdisciplinarias y transdisciplinarias, contribuyendo a la formación de 1 Documento elaborado en el Seminario de Docentes de la Facultad sobre Línea Interdisciplinar de Investigación, integrado por: Luis Fernando Ramírez, Decano; Jairo Isaza y Benjamín Afanador, profesores del Programa de Economía; Ana Marcela Bueno y Patricia Isabel Uribe, profesoras del Programa de Trabajo Social; Marleny Cardona, profesora de Postgrados; y Eduardo Mancipe, profesor del Programa de Sistemas de Información, Bibliotecología y Archivística. Versión de Junio de 2011. los estudiantes mediante la configuración de un pensamiento crítico y analítico que tenga como impronta la capacidad de síntesis, de expresión y de comunicación. El Plan Nacional de Desarrollo Científico, Tecnológico y de Innovación 2007-2019 (DNP; 2009), -como bien lo afirma Echavarría (2008)propone dos modelos, uno político y otro socioeconómico, los cuales han de potenciar y caracterizar el tipo de sociedad que se proyecta para el 2019. El primero, de carácter democrático que busca la reciprocidad entre una sociedad de ciudadanos libres y responsables con un Estado al servicio de la misma; el segundo, de corte incluyente que desarrolle una economía que garantice un mayor nivel de bienestar y una sociedad más justa y solidaria. En la Universidad de La Salle, el Proyecto Educativo Universitario Lasallista (2007) plantea el desafío de avanzar hacia la constitución de una Universidad investigadora. Así mismo, las exigencias que surgen con la conformación de la llamada Sociedad del Conocimiento, hacen necesaria la introducción de mejores prácticas y de herramientas tanto para la gestión de la producción de conocimiento, como para el crecimiento y calidad de los procesos de investigación, desarrollo tecnológico e innovación. Por ello, a partir de la creación del Sistema de Investigación Universitario Lasallista (SIUL, 2008), la investigación se constituye en el eje articulador de toda la actividad académica de la Universidad haciendo que ésta se sitúe entre las instituciones de educación superior más visibles y reconocidas por sus resultados en investigación, desarrollo tecnológico e innovación. Dentro de los principios que orientan los procesos de investigación se encuentra el de la democratización del conocimiento y del impacto social que han de caracterizar la actividad investigadora en la Universidad de La Salle, al igual que la integridad en términos de respetar la propiedad intelectual y el de la productividad en procura de la eficiencia y la demostración permanente de resultados por parte de los centros, grupos e investigadores que conforman el Sistema. Los objetivos asociados a esta actividad se relacionan con el fomento a la cultura de la investigación; la cooperación e internacionalización; la transferencia de conocimiento; y el fomento a la investigación e innovación de alto nivel. Adicionalmente, el Sistema de Investigación Universitario Lasallista – (SIUL, 2008) identifica la producción del conocimiento como uno de los principales problemas sociales que debe ser abordado por la Universidad y que hace explícito al formular la siguiente pregunta: ¿Cómo realizar investigación de primer nivel, que sea productiva, con impacto social, y orientada hacia el Desarrollo Humano Sustentable (DHS)? Los elementos involucrados en dicha cuestión, constituyen el eje central sobre el cual debe girar toda la praxis investigativa de la Universidad de La Salle, especialmente teniendo en cuenta su cercanía a las disciplinas que conforman el Área de Ciencias Económicas y Sociales, la cual debe brindar respuestas concretas a “las nuevas dinámicas y exigencias de la sociedad y de la economía del conocimiento, para que de esta manera contribuyan en la solución de los problemas sociales, económicos y políticos, prioritarios para el país” (SIUL, 2008; 15). Consecuente con el Proyecto Educativo de la Facultad se asume la investigación disciplinar, inter y transdisciplinar como una función orientada a la comprensión, explicación y transformación del entorno económico y social, mediante la generación y democratización del conocimiento, contribuyendo con ello a la dignidad de la vida humana y promoviendo en la sociedad un Desarrollo Humano Integral y Sustentable (DHIS). Para llevar a cabo estos propósitos, la Facultad fomenta y realiza investigaciones en cada una de las disciplinas que la conforman, potencia sus contribuciones disciplinares y motiva el diálogo de saberes, adopta diversos enfoques y metodologías que aportan explicaciones y alternativas a fenómenos sociales, políticos y naturales contemporáneos. En este sentido la investigación, tanto formativa como científica, busca potenciar el trabajo conjunto del sector académico con las comunidades, se articula a la docencia y a la proyección social, estableciendo canales de difusión para contribuir al desarrollo del país. (Facultad de Ciencias Económicas y Sociales; 2009). La Línea de Investigación toma como referente teórico el Desarrollo Humano Integral y Sustentable (DHIS) por cuanto es la línea de acción que la Universidad ha definido como eje transversal a todos sus programas académicos y, en general, a todo su accionar, entendiendo éste como una opción de derechos de las comunidades para garantizarse unas mejores condiciones de existencia tanto materiales, como espirituales, y sin que por ello se pongan en peligro los frágiles equilibrios ecosistémicos en el planeta. El documento que sigue a continuación está estructurado en cinco partes de las cuales esta introducción es la primera. La segunda esboza la justificación de una línea de investigación en Equidad y Desarrollo, tanto para la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, como para la Universidad de la Salle como un todo. La tercera presenta la fundamentación teórica de la línea de investigación, articulando elementos del Sistema de Investigación de la Universidad de La Salle con el sustento filosófico del Desarrollo Humano, Integral y Sustentable. La cuarta plantea los objetivos de la línea de investigación que han propuesto los grupos de investigación en los que intervienen docentes de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales. Finalmente, los resultados de un ejercicio de planeación estratégica en donde se proyecta el programa de investigaciones de la FCES para los próximos cinco años. 2. JUSTIFICACIÓN. La Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, en coherencia con el Proyecto Educativo Universitario Lasallista, se ocupa del estudio de la realidad socio económica y por ende busca incidir en las relaciones humanas y sociales en los diferentes contextos territoriales. Ha optado por postulados teóricos y concepciones políticas en los que prevalece la equidad, la justicia redistributiva y la preocupación por las condiciones de calidad de vida de la nación y sus regiones (FCES- Proyecto Educativo; 2009) La línea de equidad y desarrollo surge a partir de las temáticas más relevantes que durante los últimos años han sido abordadas en los procesos de investigación de los Programas Académicos de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de La Salle. Entre sus líneas de interés es oportuno resaltar: Desarrollo Humano, Redes Sociales y Calidad de Vida; Empresa, mundos de producción y políticas públicas: gestión social y desarrollo; Estructura económica y Desarrollo Sustentable; Gestión y Desarrollo Empresarial; Desarrollo Humano y Calidad de vida; Institucionalidad y desarrollo social; entre otros. Así mismo, es importante mostrar que la Facultad cuenta con once (11) grupos de Investigación desde los cuales se aborda el objeto de conocimiento que se desarrolla en el presente documento, estos son: Desarrollo y Sociedad (Des-Unisalle) [D]; Grupo Interdisciplinario de Investigación en Desarrollo, Estructuras Económicas, Políticas Públicas y Gestión [C]; Información, Desarrollo y Sociedad [D]; Calidad de vida y política social [D]; Grupo de Investigación en Desarrollo Humano; Grupo de Investigación en Mercados y Desarrollo Empresarial Global; Grupo de investigaciones en Economía Laboral [C]; Construcción Disciplinar en Trabajo Social [D]; Familia, consultoría y Redes Sociales[D]; Derechos Humanos, Democracia y Cultura [D]; e Información, Cultura y Democracia[D]. Lo anterior denota que los investigadores de la FCES expresan un marcado interés por responder a las problemáticas sociales relacionadas con el objeto de estudio de esta línea, pero a su vez requieren de la formulación de estrategias, criterios y orientaciones, que les permitan superar una visión reduccionista, fragmentada y unidimensional de la equidad y el desarrollo, que parta del reconocimiento de la complejidad de estos fenómenos, la apertura a la innovación para salir de los marcos conocidos, y la aceptación del carácter fragmentario del saber disciplinar para abordar lo social. Por tanto, se busca abrir el diálogo entre disciplinas a fin de avanzar en la generación de un conocimiento integrador en el marco de las ciencias sociales, que genere una dinámica en la que los integrantes de los diversos grupos de investigación analicen problemas relacionados con la línea, desde marcos que integren teorías, conceptos, métodos y aproximaciones, permitiendo un abordaje multidimensional para arribar a comprensiones y explicaciones de naturaleza interdisciplinaria. En este sentido, se trata de mostrar cómo tanto la equidad y el desarrollo constituyen una dimensión pertinente, en torno a la cual la discusión académica requiere de la construcción de conocimientos que empleen una lógica colectiva y no solamente la suma de esfuerzos individuales. De tal modo que los resultados de investigación muestren alternativas de solución a las múltiples problemáticas sociales de diversas comunidades. En el contexto, y siguiendo los elementos propuestos desde el desarrollo humano, integral y sustentable (CTAD, 2008, p. 3-5; Albán & Rendón, 2008, p. 69) la línea “Equidad y Desarrollo” se soporta en la ampliación de las oportunidades para que los sujetos potencien sus capacidades cognitivas, comunicativas, éticas, políticas, sociales, afectivas, laborales y estéticas; fortalezcan sus nexos con el medio ambiente, la cultura y la sociedad; reconozcan los principios regulativos de la convivencia humana, relacionados con la equidad, la dignidad humana y el reconocimiento; identifiquen los mecanismos de participación y movilización política requeridos para exigir derechos, mejor distribución del poder y ampliación de los marcos normativos; y asuman conductas responsables consigo mismos, con los otros y el mundo. Además, una noción de desarrollo que considere: a) un cambio, que mejore la calidad de vida de las personas, b) Una transformación en las relaciones entre los individuos, las comunidades, las clases sociales, y los grupos de poder fundamentados en la equidad, c) un desarrollo ecológicamente sustentable, con equidad intergeneracional y de género, d) la participación como elemento determinante de la equidad donde el desarrollo sea alcanzado por la gente, (Mahbub, UlHaq, 2003); e) una noción de democratización del conocimiento en cuyos propósitos se perfila el mejoramiento al acceso a la información y la construcción de espacios más justos de participación y de inserción de los sujetos en el mundo de la cultura globalizada. 3. FUNDAMENTOS INSTITUCIONALES Y TEÓRICOS 3.1. SISTEMA DE INVESTIGACIÓN UNIVERSITARIO LASALLISTA (SIUL) En el marco institucional, la línea de investigación “equidad y desarrollo” de la Facultad de Ciencias Económicas Sociales – FCES- se enmarca en la política de investigación de la Universidad presentada en el Sistema de Investigación Universitario Lasallista (SIUL), en el cual se evidencia como reto pasar de ser “una universidad que enseña (centrada en la docencia) para convertirse en una universidad que aprende (centrada en la investigación)”. Por lo tanto, la línea pretende ser una guía que facilite la generación de conocimiento de manera interdisciplinar, sin dejar de lado lo disciplinar, orientado a responder a las problemáticas que nos presenta el contexto (SIUL, 2008; 12). De la misma manera, éste planteamiento identifica como elementos identitarios los principios orientadores del Proyecto Educativo de la Universidad de La Salle (PEUL), respecto a la realización de la investigación con pertinencia e impacto social, en el que se genera conocimiento que transforma las estructuras de la sociedad colombiana (PEUL, 2007; 9). Así mismo, los fundamentos del Proyecto Educativo la Facultad, en los que se ha considerado la investigación disciplinar, inter y transdisciplinar como una función orientadora a la comprensión, explicación y transformación del entorno económico y social, mediante la democratización del conocimiento, contribuyendo con ello a la dignidad de la vida humana y promoviendo en la sociedad un Desarrollo Integral y Sustentable. En este sentido, hablar de “equidad y desarrollo” como eje articulador de la investigación en la Facultad, recoge la preocupación de los programas que la conforman, de responder a las problemáticas y demandas del contexto económico, político y cultural, que se enmarca en unas condiciones específicas de país de desigualdad y pobreza, a las cuales se debe apuntar, posibilitando caminos desde análisis y propuestas de seguimiento para la transformación social. En esta lógica, y con base en el SIUL, se prevé como horizonte el Desarrollo Humano Integral y Sustentable (DHIS), dentro del cual se ponen de manifiesto las tensiones presentadas entre la ciencia y la democratización del conocimiento, en el que debe priorizar “el por qué y el para qué de la actividad investigadora” (SIUL, 2008; 14), dado que como FCES tiene una responsabilidad social de hacer investigación con proyección, fin principal de una Universidad que le otorga privilegio a la investigación. Atendiendo a los campos institucionales, la línea de desarrollo y equidad responde a la totalidad de campos que plantea el SIUL, que a su vez se nutren del enfoque (DHIS), los cuales se refieren a: educación, sociedad y cultura; desarrollo alimentario y agropecuario; ambiente tecnología y salud; y, crecimiento, desarrollo y equidad. (SIUL, 2008; 19). El campo que se abre desde la Facultad pretende un nivel de amplitud que permea cada uno de ellos, teniendo en cuenta los objetos de estudio e intervención disciplinar, también tiene en cuenta los desarrollos inter y transdisciplinares. 3.2. DESARROLLO HUMANO INTEGRAL Y SUSTENTABLE (DHIS) La Universidad de La Salle ha definido como línea de investigación estratégica y política transversal a todos sus programas académicos y en general a todo su accionar, es decir a sus funciones sustanciales, el propender por un Desarrollo Humano Integral y Sustentable (DHIS), entendiendo éste como un derecho de las comunidades para garantizarse unas mejores condiciones de existencia tanto materiales, como espirituales, y sin que por ello se pongan en peligro la continuidad de reproducción de los sistemas soporte de la vida en el planeta. Desde su inclusión en el Proyecto Educativo Universitario Lasallista (PEUL) en la Universidad se han venido produciendo en los últimos años una serie de materiales importantes sobre el DHIS que se constituyen en el avance de la contextualización que se ha logrado. En Gómez, et al (2006, 80), frente al desarrollo se dice que: “en la construcción del nuevo paradigma, aquel que permita integrar los procesos naturales y humanos, reconociéndolos diversos, complementarios y caóticos, no es menester que confluyan sólo elementos de complejidad, sistémicos, dialécticos, transdisciplinares, de interdependencias y de economía global de los seres vivos, también se trata de que estos elementos estén soportados en una ética del bienestar, de la responsabilidad con la naturaleza y con el desarrollo de la especie humana. Se trata de integrar más no de sumar, de entender lo sistémico del accionar humano y de la dinámica de la naturaleza para posibilitar su ecoevolución de compromiso con el porvenir. Es la construcción filosófica de una ética sostenible que instaure nuevos principios de relación sistémica y coevolutiva” (…) “Un nuevo pensamiento y accionar donde la interacción coevolutiva entre las ciencias y la sociedad posibiliten el deseado desarrollo de la humanidad. Concepto que, para que sea cierto, debe ser humano y en armonía con el planeta y con las generaciones del futuro. Es decir, no es posible entender el desarrollo si éste no es humano, si no se refiere al mejor estar de la humanidad en la sociedad. Y es imposible hablar de desarrollo humano sin que tenga una connotación con la responsabilidad frente al equilibrio ecológico del planeta.” Así, desde el Proyecto Educativo Universitario Lasallista y como un horizonte de sentido, se entiende que “El desarrollo humano integral y sustentable implica que el respeto y defensa de la dignidad de la persona es el centro de los procesos de desarrollo social, científico y cultural tanto para las presentes como para las futuras generaciones. Como referente, que debemos preservar y reforzar, entendemos que nuestra misión se articula en torno al desarrollo con las siguientes características: socialmente participativo, culturalmente apropiado, técnicamente limpio, ecológicamente compatible, económicamente viable y sostenible, políticamente impactante, y éticamente responsable y pertinente.” (PEUL, 2007, 11), a lo que se ha agregado la característica de ser espiritualmente significativo en atención a la integralidad del desarrollo. Véase recuadro 1. Recuadro 1.El DHIS visto desde la Universidad de La Salle a . Socialmente participativo. Para que el DHIS adquiera plena validez exige que las comunidades sean las artífices de su propio desarrollo; en este sentido, lo local adquiere una importante dinámica. Un proyecto es socialmente viable cuando surge al interior de la comunidad, es organizado y dirigido por la misma comunidad. b. Técnicamente limpio. Un proyecto es técnicamente limpio cuando logra establecer un balance entre la energía utilizada y los desperdicios y residuos producidos, fomentando el menor impacto posible sobre los ecosistemas. Un proyecto de Desarrollo Humano Sustentable es técnicamente viable cuando aplica tecnologías limpias y una ciencia generativa. c. Ecológicamente compatible. Un proyecto es ecológicamente compatible cuando aplica el principio de resiliencia, es decir, atiende a las capacidades de los ecosistemas, sin alterarlos (adaptación). Un proyecto de Desarrollo Humano Sustentable ecológico existe cuando es generado bajo una concepción de filosofía ambiental en el sentido de Ángel (2002) o de ecología profunda de Capra (2002). d. Económicamente viable y sostenible. Será necesario encontrar formas alternativas a la simple rentabilidad económica de los recursos y a su utilización desprovista de responsabilidades con los ecosistemas, sin que ello signifique destruir la riqueza existente en las sociedades. Es importante señalar que un proyecto que es rentable para un particular no siempre es rentable para la comunidad y viceversa. e. Políticamente impactante. Si se cumplen todas las anteriores condiciones tendremos proyectos de DHIS que son políticamente impactantes, dentro de una concepción de sostenibilidad integral. Teniendo en cuenta que este concepto supone la integración efectiva y dinámica de los componentes ambientales, económicos, sociales, ciudadanos y de las políticas de sostenibilidad o lo que se llama la "sostenibilidad ciudadana y democrática" basada en la participación social sustantiva, donde el rol de la sociedad civil puede ser clave y decisivo. f. Éticamente pertinente. La visión Lasallista del mundo y su opción preferencial por los pobres y el desarrollo hace necesario el recalcar sobre una posición ética que privilegie el respeto y la coevolución de las ciencias, la naturaleza y los ecosistemas, donde se privilegien políticas y acciones que conduzcan a mejorar las condiciones de existencia de los seres humanos y del planeta. g. Espiritualmente significativo. Entendido en función de la conciencia humana interactuando con el Yo supremo, o en el sentido de Leonardo Boff (2002), la noosfera, la esfera del espíritu, como la trama de las relaciones de los cerebros humanos y el reconocimiento de un ser supremo creador, presente en todo y todo presente en él. __________________________________ Fuente: FCES. (2011). Documento de Trabajo “Territorio y Desarrollo: Bases conceptuales para la Gobernanza Local” basados en documentos de la ULS y fundamentalmente en textos a partir de López et al, 2006, 83-84, Rendón y Bohórquez, 2009, 118. Es a partir de estos referentes conceptuales y lineamientos institucionales que la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales construye su propuesta de Línea de Investigación en la esperanza de que sea el referente que nos permita acercarnos a la construcción de un conocimiento con impacto social, articulado a la realidad cultural, política, económica y ambiental de la sociedad. 3.3 APORTES AL DESARROLLO DHIS DESDE LA LÍNEA EQUIDAD Y La apuesta por el DHIS representa, como se indica arriba, una opción preferencial por un modelo de desarrollo que disminuya las desigualdades e incluya a los más pobres y vulnerables de la sociedad. Ello implica que la investigación aplicada que se realiza en las diferentes áreas de la Universidad se caracteriza por un fuerte componente social. En esta sección explicamos el aporte de la línea de investigación en Equidad y Desarrollo a la agenda de investigación más general sobre DHIS que promueve la Universidad de La Salle. La discusión que sigue a continuación se estructura de la siguiente manera. Primero se define el concepto de equidad y su relevancia para la comprensión de los problemas del desarrollo. Luego se presenta una revisión de enfoques teóricos y autores sobre el tema de la equidad y el desarrollo. Paso seguido, se ilustran algunas de las dimensiones de la equidad dentro del contexto más general de los estudios y la práctica del desarrollo a partir del Enfoque de Derechos. 3.3.1 La Equidad como paradigma ético y de justicia No existe una definición universal de equidad dado que ésta se construye en contexto. Mientras que para algunos autores el concepto de equidad es un asunto de justicia y derechos, para otros se trata de un dilema no resoluble con reglas universales porque la desigualdad y la inequidad son aspectos inherentes a la naturaleza humana entendida bajo una lógica utilitarista. Para efectos de la definición de la línea de investigación, la equidad es un asunto relevante de justicia, distribución, reconocimiento y derechos. Para algunos la equidad y sus conceptos aledaños como la justicia social y la igualdad pueden relativizarse a tal punto que pierden casi cualquier valor para las discusiones trascendentales de la sociedad.2 Por ejemplo, desde una perspectiva utilitarista, Feldman (1998: 183) señala que la equidad se fundamenta en el ‘sentimiento odioso de la envidia’ en referencia al planteamiento original de Mill (1859) quién considera a la equidad como base fundamental de la sociedad humana. 2 Lo mismo podría decirse de las discusiones conservaduristas acerca de la inexistencia del concepto de justicia social de von Hayek o la famosa frase de Margaret Thatcher según la cual “no existe cosa tal” en referencia a la “sociedad” como concepto o categoría de análisis (ver transcripción de la entrevista que Thatcher concedió al magazine Woman’s Own del 23 de septiembre de 1987 disponible en http://www.margaretthatcher.org/document/106689 último acceso: 01 Abril 2011). Según Varian (1973: 2), una distribución puede definirse como equitativa si ningún individuo siente envidia por otro, una asaz sintética de señalar como equitativas a aquellas asignaciones de recursos en las que ningún consumidor prefiere el plan de consumo de otro consumidor al suyo propio3. Feldman (1998) apunta que tal definición de equidad hace referencia únicamente a la utilidad derivada del consumo de bienes lo cual deja por fuera atributos no transferibles como la belleza, la salud y la familia. No obstante, posibles trivializaciones del concepto son prontamente atajadas por Varian (1973: id) al proponer que en el conjunto de asignaciones equitativas solo se pueden tener por justas aquellas que son en forma simultánea equitativas y Pareto Óptimas4; la justicia asignativa resulta por tanto, en esta visión, doblemente estable visto que no es posible mejorar a un individuo sin empeorar a otro, es decir, sin menoscabar el derecho del otro, sin ignorar al otro5 (Sen, 2009). Aún cuando Varian reconoce que el propuesto es un concepto mínimo de justicia, ─pues tiene sustento exclusivo en las asignaciones físicas y en las preferencias de los agentes─, también sugiere la posibilidad (y necesidad) de incorporar otras consideraciones como la intensidad de las preferencias de los agentes, su fortaleza moral o sus contribuciones a la construcción de las asignaciones iniciales (Varian, 1973: 3). Esto es especialmente cierto cuando se observa que autores como Varian y otros de la misma tradición “no se quedaron adorando sus hipótesis” para pasar a investigar qué sucede con su esquema cuando condiciones como, precisamente la de justicia en Varian, se relajan y ajustan a los sucesos del mundo real (ver Cataño, 2003: 216). En efecto, los resultados reportados por Arrow y Debreu en los años de 1950 acerca de 3 Esto es, dado : . 4 Dados se dice que es Pareto Superior a si y solo si todo y para algún . Se dice también que es asignación Pareto Óptima si que resulte Pareto Superior a esta. 5 Sobre este aserto Sen (2009) explica los alcances de la Mano Invisible en Smith (1776) y las posteriores consecuencias éticas de la optimalidad de Pareto: “Despite all Smith did to explain and defend the constructive role of the market, he was deeply concerned about the incidence of poverty, illiteracy and relative deprivation that might remain despite a well-functioning market economy (…) Smith was not only a defender of the role of the state in doing things that the market might fail to do, such as universal education and poverty relief (…) he argued, in general, for institutional choices to fit the problems that arise rather than anchoring institutions to some fixed formula, such as leaving things to the market” las condiciones objetivas para la existencia de un equilibrio de Mano Invisible tienen que ser matizados con los resultados normativos que defienden los dos teoremas fundamentales del bienestar, según los cuales (i) toda asignación competitiva es Pareto Óptima, que ciertamente acusa vacío de cualquier criterio de justicia distributiva, y (ii) que dada cualquier asignación deseable desde algún punto de vista ético puede ser soportada como una asignación Pareto Óptima es decir, como un equilibrio competitivo alcanzable a través de la interacción competitiva de los agentes en los mercados, previa una conveniente reasignación de los recursos iniciales por parte de una autoridad (un planeador central, un tirano benevolente, el estado, inter alia); se sigue que todo fallo de mercado atenta contra la libertad individual, aleja a la sociedad del equilibrio de Mano Invisible y justifica la intervención reguladora y la construcción de instituciones y valores como humanidad, justicia, generosidad y espíritu público que en Smith (1759) (citado por Sen (2009)) son las más útiles cualidades para el otro. Idealmente, la solución del fallo de mercado consiste, por la vía del Segundo Teorema Fundamental del Bienestar, en poner a todos los agentes, sin distingo de condición, en iguales capacidades dotacionales desde lo económico, lo político, lo moral. Problema distinto, por supuesto, es el que supone decidir qué es lo socialmente deseable, i.e., definir cuál es ese estado del mundo que la sociedad como un organismo articulado sobre sus componentes individuales, prefiere más la luz de las condiciones históricas y culturales que enmarcan a una comunidad específica. Los seres humanos han llegado a definirse como especie social cohesionada alrededor formas de organización tales que los individuos están dispuestos a sacrificar parte de su utilidad personal en favor de la utilidad de su grupo.6 En este sentido, la teoría de la justicia de John Rawls constituye un aporte de la mayor trascendencia al explicar que un rasgo fundamental que caracteriza a las sociedades contemporáneas es el reconocer que, para poderse cohesionar alrededor de un contrato social, resulta indispensable el reconocimiento de una serie de desventajas entre los individuos, que resultan comprendidas en una “posición original”, y ocultas o invisibilizadas por el “velo de la 6 Esto porque ello redunda en últimas en un mayor bienestar a nivel individual. Baste recordar que toda asignación Pareto Óptima que por el Primer Teorema del Bienestar corresponde a todo equilibrio competitivo, es un equilibrio de Nash [Ver Mas-Colell (1995), Moore (2010)]. En esta misma línea Adam Smith (1759), propone la riqueza de las naciones como motivación de los individuos para participar en el mercado. ignorancia”, para alcanzar una mayor igualdad, de lo que son responsables las instituciones7. Para Nussbaum (2007: 31) la teoría de la justicia de Rawls (2002) es “sin duda la más poderosa e influyente del siglo xx”, entre otras cosas porque deja en claro que para entender la justicia como equidad, el estado de igualdad ante la ley constituye la piedra angular en la teoría tradicional del contrato social. A este respecto Nussbaum (2007) resalta que la teoría de Rawls (2002) se encuentra en franca oposición a la visión utilitarista (defendida por Fieldman) que caracteriza a la corriente neoclásica de la economía del bienestar. Aristóteles (1993) proporciona una definición interesante y que sigue siendo aún válida en los siguientes términos: “La naturaleza misma de la equidad es la rectificación de la ley cuando se muestra insuficiente por su carácter universal”. 8 En otras palabras, la equidad es el principio a partir del cual el carácter universal de la ley se corrige para servir al fin superior de la misma representado por la justicia. Esto sugiere que la equidad y la justicia para Aristóteles representan conceptos equiparables en tanto que la equidad permite corregir aquello que en una ley, debido a su universalidad, podría estar sujeto al error. La equidad, desde la perspectiva del derecho romano representa el supremo ideal de la justicia humana, mientras que para el derecho anglosajón la equidad constituye un conjunto de normas jurídicas cuyo fin es regular al derecho común para adaptarlo o corregirlo en situaciones particulares que ameritan una ‘jurisdicción peculiar’, unos procedimientos más eficientes y flexibles, o por sumisión a jurisprudencia emitida previamente por cortes en casos particulares de conflicto (Pratt Fairchild, 1997). Otra definición similar se encuentra en el Diccionario de Ciencia Política, según el cual la equidad simboliza, por oposición al derecho estricto, “el sistema jurídico en el cual los jueces, 7 La idea de la posición original es la idea organizadora de la sociedad como un sistema equitativo de cooperación entre personas libres e iguales, en la que los miembros de la sociedad han alcanzado un acuerdo. Al existir un pluralismo razonable entre los miembros de la sociedad no es posible que convengan en una misma autoridad moral de valores, por lo que lo más práctico será buscar ese acuerdo en aquellos principios compartidos por todos. Ese acuerdo debe establecer condiciones equitativas sin que nadie esté por encima de los demás desterrando también cualquier amenaza de fuerza, coerción, engaño y fraude. 8 Et. Nic., V, 14, 1137b, 26. cuando los faculta para ello la ley, pueden apartarse prudentemente del derecho positivo que estimen en el caso particular acudiendo a los dictados de su leal saber y entender” (Sierra, 1998: 423). De acuerdo con PNUD (2009) la equidad se define como igualdad de oportunidades pero ésta no es factible sin una igualdad real de derechos y poderes plenamente aceptados y socialmente ejercidos. La igualdad tiene que ver con el reconocimiento social y legal de derechos y el ejercicio de poder a nivel ciudadano. En una sociedad donde las personas no se reconocen como iguales, es difícil que haya oportunidades para todos. En la línea de investigación en Equidad y Desarrollo, la equidad constituye el elemento definitorio en el tipo de desarrollo que se persigue en ésta. Ello quiere decir que para hablar de desarrollo en el marco del DHIS es necesario anteponer la equidad como principio; si la universalidad de la ley deberá ser adaptada a circunstancias particulares a fin de servir a un fin más alto, representado por la justicia, consecuentemente, el carácter universal del desarrollo también deberá ajustarse, cuando las circunstancias de la realidad social, cultural, histórica o ambiental así lo requieran, a los intereses más altos y nobles de la justicia. No obstante estas precisiones, resulta necesario identificar el concepto de justicia implícito en este intento definitorio del espíritu que orienta la línea de investigación de la FCES. La equidad es inclusión y para lograrla apelamos al principio de justicia basado en la concepción de Estado Social de Derecho, el cual involucra no solo un conjunto de derechos económicos, sociales y políticos sino que también contempla un conjunto de derechos colectivos basados en el principio de equidad aquí discutido. Dicha concepción de Estado Social de Derecho, que inspira la Constitución Política de Colombia (cfr. Art. 1) se materializa en la concepción de Enfoque de Derechos y la cual es objeto de la sección 3.3.2 de este documento. De acuerdo con lo señalado arriba, existen diferentes definiciones de equidad que se pueden identificar entre distintos autores y por disciplinas del conocimiento. Sin entrar en dogmatismos o posturas inamovibles, la definición de equidad que mejor representa los intereses de la línea de investigación de la FCES es aquella que privilegia la justicia en el plano social. Así, la línea de investigación en Equidad y Desarrollo se propone como elemento orientador de los esfuerzos investigativos de la Facultad y en donde el sesgo a favor de los más necesitados y vulnerables constituye un elemento definitorio que caracteriza tanto la impronta católica de la Universidad de La Salle como la Doctrina Social de la Iglesia. Si bien podría decirse que existe un consenso al interior de la FCES sobre el tipo de definición de equidad que direcciona su línea de investigación, también conviene hacer hincapié en que el estudio de la misma a través de diferentes aproximaciones epistemológicas y teóricas enriquece su análisis. Es por esta razón que se considera fundamental complementar la presentación de las diferentes definiciones de equidad condensadas en la presente sección con una exposición sucinta de algunos de los principales enfoque teóricos para su estudio, entre ellos, la perspectiva clásica, el liberalismo social, la perspectiva ética, la perspectiva de derechos y la perspectiva de la sustentabilidad. 3.3.2 Enfoques Teóricos sobre la Equidad Perspectiva Clásica. Al revisar conceptualmente la teoría económica sobre el tema de equidad, se encuentra que para los clásicos existía una relación directa entre inequidad, riqueza y confrontación social. Smith (1759) sostuvo que la inequidad, era la principal causa de la pobreza, pero justificaba esa inequidad como fundamento inherente de la estructura económica que garantizaba la estabilidad del orden social. Al analizar el proceso de acumulación de capital, concluye que la división del trabajo impulsa el crecimiento de los salarios, pero no garantiza disminuir la inequidad. Por su parte, Ricardo (1821) considera que el concepto de equidad se ubica en la acumulación de capital como una parte del proceso de distribución que alimenta un conflicto sin fin entre las clases sociales. Así, mientras el conflicto principal es entre salarios y ganancias, los terratenientes chocan a su vez contra capitalistas y asalariados. Se podría resumir el aporte de este autor diciendo que la pobreza depende del conflicto distributivo y de la dinámica poblacional. En síntesis, podríamos concluir, que para Smith y Ricardo, la inequidad es un fenómeno natural de la economía, que puede tender a crecer o al menos a mantenerse. Sin embargo, con la tendencia del progreso económico de la sociedad, mediante la acumulación de capital, la perspectiva clásica da a entender que la falta de equidad tenderá a resolverse por sí misma al mejorar el bienestar de los trabajadores, gracias al incremento de la riqueza global de la sociedad, generadora de beneficios a los que tendrían algún acceso hasta los más pobres. La firme creencia, tanto de Ricardo como de Smith, en las bondades de la libertad individual para contratar, según las leyes naturales del mercado, los llevó a desestimar la intervención del Estado para solucionar los problemas de inequidad y pobreza9. Liberalismo como utilitarismo o liberalismo social. El utilitarismo indica que el sistema económico liberal produce y distribuye más riqueza, optimiza la asignación y la utilización de recursos escasos y coordina de forma espontánea los deseos y las capacidades de los participantes en el mercado. Se entiende la igualdad en el ejercicio de intereses individuales en procura del beneficio y/o propiedad. No obstante, la aproximación a la conceptualización clásica sobre equidad quedaría muy limitada si no se menciona el aporte de John Stuart Mill (1859), quien combinó el liberalismo económico y la reforma social, reconociendo que las fuerzas del mercado no traerían necesariamente un orden justo y armonioso socialmente. La inequidad en el orden existente, particularmente en la distribución de la renta, sería motivo de confrontación permanente. Mill (1859) mostró preocupación por la calidad de vida y concedía importancia a una economía orientada al crecimiento que llevara a los individuos a las realizaciones personales, en donde lo importante era la igualdad de oportunidades, y no exclusivamente la igualdad estricta de ingresos o riqueza. Perspectiva ética. Tanto para Ralws como para Kant, la doctrina del contrato social viene a ser la condición de posibilidad para una estabilidad social que resulte como consecuencia de la renuncia a imponer concepciones particulares. La equidad requiere una dimensión ética, desde la cual se pueden observar tres criterios 1) pobreza; 2) desigualdad y 3) adscripción o herencia. Se trata de encontrar la igualdad de oportunidades, tradicionalmente aceptada por los teóricos liberales de la economía, como elemento fundamental del crecimiento con equidad, pero ha sido criticada recientemente como objetivo insuficiente (Ocampo, 2004), y con apoyo en las tesis de Sen (1999) se argumenta que el mérito como factor de movilidad da lugar a ascensos y descensos sociales que a la larga no solo generan desigualdad de oportunidades sino que también pueden intensificar las desigualdades existentes a lo largo del tiempo. 9 Teniendo en cuenta que si bien tanto Ricardo como Smith promueven la existencia de un mercado autorregulador, ninguno ignora al Estado, dándole funciones específicas. Pero, además, las sociedades que no ofrecen oportunidades amplias a sectores considerables de su población, en etapas iniciales de su vida, producen pérdidas irreparables como las ocasionadas por desnutrición en la infancia, o los derivados de no haber alcanzado los niveles mínimos de educación para la inserción productiva satisfactoria. Perspectiva de sustentabilidad. Desde esta perspectiva se parte de la idea según la cual el desarrollo implica entender la sustentabilidad como principio, así como la equidad y la integralidad son los que sustentan la necesidad y la factibilidad de la incorporación de la equidad desde las políticas públicas ambientales. El sentido de sustentabilidad con equidad y justicia se mide, desde la homogeneidad, en la obtención de logros en ocho dimensiones: Desarrollo económico, consumo personal, nivel de educación, estado de salud de la población, acceso a servicios básicos, acceso a la energía, calidad de vivienda y participación política. El problema de la escasez de recursos marca el límite del consumo en la sociedad. La situación del planeta pone en evidencia las formas de producción y el destino de la economía; para ello se propone la superación de la racionalidad instrumental a través de la sustentabilidad, teniendo en cuenta la noción de equidad como armazón y la justicia como práctica social. La participación de los países en los efectos ambientales globales sobre el planeta es diferenciada, depende de las costumbres, y fundamentalmente, del nivel de consumo de energía per-cápita en cada país. Los problemas ambientales están asociados a la deforestación, la erosión, las basuras y su manejo inadecuado, la contaminación electromagnética y por ruido, el deterioro de la capa de ozono, las lluvias ácidas y la radioactividad, con consecuencias como la degradación ambiental y el riesgo ecológico. Estas variables son más determinantes que las razones físicas derivadas del clima y de los impactos ambientales, originados por la acción directa de la población sobre sus ecosistemas. Además, es aceptado que algunos efectos ambientales de incidencia global, son de alguna manera proporcionales al consumo de energía por individuo; se destaca, en los países ricos se consume, en promedio, 5 veces más energía, por cada habitante, que en los países pobres. La sustentabilidad desde lo ambiental -no es problema de una sola disciplina- requiere de una perspectiva interdisciplinaria. Se trata de superar la visión economicista que aborda el tema desde la racionalidad de los recursos. De allí, surgen dos paradigmas opuestos: El racional, con optimización de los recursos, y el ecológico, con énfasis en la preservación del planeta y el cuidado de los recursos naturales. En el primero está marcado el idealismo racionalista del progreso global el cual se encuentra fuertemente cuestionado por la crisis económica y política, la dificultad de elevar las tasas de crecimiento económico y la creciente desigualdad económica en la dinámica de la globalización. El segundo se preocupa por la persistente destrucción de la naturaleza con freno al uso de los recursos y llamado a la sostenibilidad del mundo. Además, se observa que los límites termodinámicos impiden seguir acelerando el progreso porque éste socava las bases ecológicas del planeta. La CEPAL, (2002), también con una perspectiva estructuralista, plantea que “el desarrollo sustentable conduce hacia un equilibrio dinámico entre todas las formas de capital o patrimonio que participan en el esfuerzo nacional y regional: humano, natural, físico, financiero, institucional y cultural exige un esfuerzo sistémico, que abarca también la conducción de la política económica, la gestión de los recursos naturales, la innovación tecnológica, la participación de amplios estratos de la población, la educación, la consolidación de instituciones, la inversión y la investigación” (Moncayo; 2003) El desarrollo humano en sí mismo es un referente de la dimensión ambiental. Durante siglos, la especie humana ha modificado el entorno en que vive para adaptarlo a sus necesidades. Para ello, el ser humano ha condicionado la acción depredadora de este sobre el medio, la cual ha sobrepasado los efectos locales, ya que los problemas derivados del conflicto sociedad-naturaleza han cambiado las condiciones de vida del planeta, originando efectos nocivos en la calidad de la vida en su conjunto.10 Existe una confusión entre fines y medios al creer que invertir en la gente significa desarrollo del recurso humano para maximizar la producción independiente del medio ambiente. En términos de su relevancia para la Equidad y el Desarrollo, la perspectiva de la sustentabilidad en el contexto del desarrollo hace énfasis en el derecho que tienen las generaciones futuras a disfrutar del 10 Racionalidad ambiental no como “la expresión de una lógica, sino un nudo complejo de procesos materiales y simbólicos, de razonamientos y significaciones constituidas por un conjunto de prácticas sociales y culturales, heterogéneas y diversas.... es la resultante de un conjunto de normas, significaciones, intereses, valores y acciones que no se dan fuera de las leyes de la naturaleza, pero que la sociedad no las imita simplemente” (Leff, 2004) medio ambiente y los recursos naturales. Desde esta perspectiva, la dimensión de equidad del proceso de desarrollo se funda en la sustentabilidad de la acción humana para preservar el uso de los recursos y la capacidad de asimilación de los ecosistemas en el tiempo, de manera que no se limiten las posibilidades de las generaciones futuras. Ello implica, por ejemplo, que los sistemas de producción económica y organización política no sólo se preocupan por la equidad de oportunidades y medios de subsistencia para el pleno desarrollo de los seres humanos del presente, sino que también ponderan de la misma forma el derecho de las generaciones futuras sobre los recursos naturales, el clima y la biodiversidad de la cual se dispone hoy en día. Perspectiva de Derechos. Los derechos de igualdad (derechos económicos sociales y culturales, DESC, como educación, salud, vivienda, asistencia social, cultura) complementan los de libertad (libre expresión, libertades individuales, derecho de asociación, sufragio), los cuales surgen de la necesidad de crear condiciones mínimas para que las personas puedan efectivamente elegir y participar en la democracia. Carecer de vivienda, nutrición, vestido, salud, educación etc., impide el ejercicio de las libertades e imposibilita la realización plena de la democracia para quienes su vida está limitada por el peso de tales carencias. Para Fraser (2006, p. 28), las injusticias se encuentran “arraigadas al mismo tiempo en la estructura económica y en el orden de estatus de la sociedad”, es decir que la subordinación es resultado de la interacción entre la deficiente realidad económica, por un lado, y la simbólica por el otro. Para la autora, la distribución y el reconocimiento constituyen las dos estrategias para resistir a la subordinación, la cual es expresión de falta de equidad. Así, la posibilidad del ejercicio de los derechos es una responsabilidad política, ética y social, ubicada en un contexto de igualdad y respeto por las diferencias, basada en la búsqueda de condiciones comunes que garanticen los derechos de los sujetos y de los colectivos. Los derechos, constituyen parámetros para identificar el grado de desarrollo y el carácter democrático de un país. Igualmente, los derechos expresan intención y concreción de la ética social y política en la convivencia, y en la formulación y desarrollo de políticas públicas 11 11 Las políticas públicas configuran una de las dimensiones de la actividad política social, implican de modo particular la participación en los asuntos públicos de una nación, de un gobierno o de un estado; su implementación, así como su evaluación hacen que la política se transforme en hechos concretos, es un espacio en donde las decisiones afectan concretamente al ciudadano (Roth, 2006, p. 79). Para ampliar este enfoque ver Roth (2006, 2004). que en el plano nacional legitimen a Colombia como un Estado social de derecho y en el internacional cumplan con los estándares de los Objetivos del Milenio. La pobreza, la desigualdad y el conflicto social, son factores determinantes de la confrontación humana, y han sido temas de discusión entre los teóricos de las ciencias sociales, históricamente. En años recientes, con el desarrollo de las comunicaciones, los sistemas de medición económica, producción y difusión de estadísticas, se ha hecho mayor conciencia de las diferencias en las condiciones de vida entre los pobres y los más prósperos, por lo que el sentimiento de frustración, inconformidad y resentimiento social, afloran con expresiones de violencia y rebeldía. Así mismo, la justicia como sentido de vida, es un complejo de tres ideas: libertad, igualdad y recompensa por los servicios que contribuyan al bien común (Rawls; 1999). De esta manera, la sensación de desigualdad también puede erosionar la cohesión social, y algunos tipos de desigualdades pueden hacer que resulte difícil conseguir incluso la eficiencia (Sen; 1999). Es por eso que la desigualdad y la falta de justicia como productora de una sola libertad igualitaria genera pobreza. Los enfoques del desarrollo humano, por un lado tienen en cuenta la perspectiva de derechos, y por el otro, incorporan los postulados del desarrollo sostenible, de la competitividad sistémica y la economía neoinstitucional. En el caso de Colombia, teniendo en cuenta que cada sociedad tiene una noción de los bienes mínimos que se requieren para hacer efectivos estos derechos, se establecieron un conjunto de mínimos a partir de la Constitución Política de 1991; en ella se reconoce tanto los derechos civiles y políticos, como los derechos económicos, sociales y culturales. Por ello, en una propuesta de línea de investigación en Equidad y Desarrollo resulta fundamental incorporar una perspectiva de los derechos que privilegie la garantía de oportunidades para todos en condiciones de igualdad frente a la ley. Esta perspectiva se desarrolla de manera más amplia en la siguiente sección de este documento, haciendo énfasis en las diferentes dimensiones que materializan la equidad en el proceso del desarrollo. 3.3.3 Dimensiones de la Equidad En el mundo y Colombia se han producido cambios económicos, sociales, políticos y culturales, que inciden en la denominación y conceptualización de la línea de investigación Equidad y Desarrollo desde la perspectiva de derechos, ya que su campo de conocimiento responde a la compresión e intervención de problemáticas relacionadas con la exclusión como la inequidad distributiva, la desigualdad, la discriminación y la exclusión. Estas dimensiones se ilustran en el resto de la presente sección. Inequidad distributiva. Según Garay y Rodríguez (2005: 19p), “la grave inequidad distributiva del ingreso y la riqueza, las extremas condiciones de pobreza e indigencia, la precariedad del sistema de protección social existente impiden la garantía de los derechos sociales no solamente de los grupos desfavorecidos”. Retomando este planteamiento, la situación de extrema pobreza, se convierte en uno de los grandes obstáculos para que las personas ejerzan sus derechos. La pobreza, como reflejo de la exclusión social, está relacionada con una dimensión estructural (o contextual-social) que comprende la disolución de los vínculos sociales, familiares, y comunitarios; también comprende una dimensión subjetiva y personal que hace referencia a la degradación de la condición de sujeto y la ruptura de los vínculos comunicativos inter e intrafamiliares. Según García Roca (1998), la exclusión social tiene un impacto importante en estas tres dimensiones. Por lo tanto, la pobreza y la exclusión social deben ser afrontadas desde una perspectiva multifacética. El abordaje de la pobreza es complejo, ya que ésta no es solamente sinónimo de bajos ingresos, poca capacidad adquisitiva y precariedad en la calidad de vida, sino también tiene que ver con las deficiencias en la garantía de protección de los derechos que se reflejan en la privación de las capacidades humanas y sociales. Sen (1999) entiende la pobreza real como la privación de las capacidades humanas y sociales; esto incide en aumentar la vulnerabilidad social, económica, y étnica que incide en la exclusión de grupos e individuos del conjunto de la sociedad. La privación de las capacidades tiene dos elementos: la falta de oportunidades y la capacidad de los sujetos-individuales y colectivos para aprovechar y potencializar su propio desarrollo. Ambos puntos están determinados por las carencias de información, la escasa y /o deficiente educación; la no disponibilidad de tecnología; las precarias o inexistentes condiciones de salud y la baja cobertura o deficiencia de los servicios de la seguridad social. Desigualdad. La distinción entre mecanismos de inclusión o exclusión es pertinente para garantizar y proteger los derechos humanos. Sen (1999) expone la pertinencia que tiene el término exclusión en cuanto a los derechos humanos. Las formas de exclusión son variadas. Para este autor, es necesario diferenciar entre la exclusión constitutiva y la exclusión instrumental; mientras la primera surge como resultado de la privación de capacidades, en la segunda la exclusión social puede ser causa de diversas fallas en las capacidades. El aprovechamiento de las oportunidades sociales y el desarrollo de las capacidades permiten que los sujetos logren inclusión en las actividades productivas con mejor remuneración, satisfacción de las necesidades básicas, mejoramiento de las condiciones y expectativas de calidad de vida y aceptación social sin discriminación por clase, género y etnia en el marco de los derechos. En esta línea los comunitaristas12 destacan las “comunidades culturales” que gozan de una identidad explícita en su despliegue social, prestando especial atención al fenómeno del multiculturalismo, en contraste al reconocimiento universal de iguales derechos para individuos homogéneos y abstractos, el comunitarismo propone la “política del reconocimiento” o “política de la diferencia”, es decir la preservación de los rasgos propios culturales y la atribución de diferentes derechos a comunidades culturales diferentes (Cruz, 2006, p. 57-58) Discriminación y exclusión. El enfoque de capacidades como doctrina política se basa en el ejercicio de los derechos para todos las ciudadanas y ciudadanos, contempla la interdependencia de las diferentes generaciones de los derechos: los derechos primera generación individuales y políticos; los de segunda generación sociales y económicos, los de tercera generación, culturales y medio ambiente, los derechos de cuarta generación. Según Morello (1994), éstos últimos comprenden el derecho al reconocimiento de las necesidades de las generaciones futuras (ver sección anterior). La ausencia de equidad para grupos sociales diferenciados (niñez, adolescentes, adultos mayores) es resultado de las inequidades sociales y ambientales. Es por esto que algunas de las dimensiones más importantes de la equidad se definen 12 Los comunitaristas “pretenden mostrar la incompatibilidad de las afirmaciones básicas del liberalismo, como son la defensa de los derechos básicos del individuo, la pluralidad de concepciones del bien y la prioridad de los justo, con la necesidad de establecer prioritariamente una concepción comprehensiva del bien, cuyo núcleo sea el establecimiento de la comunidad como el bien básico, como el fin de la vida buena, y sin la cual, la justificación de los principios prácticos generales, es imposible” (González, 1995, p. 118) en términos de disparidades y distribución; desigualdades; diferenciadores de grupos poblacionales que llevan a discriminación. y Es claro entonces que la equidad y el desarrollo como campo de conocimiento es pertinente para la construcción de conocimiento en la FCES, dado que sus perspectivas y dimensiones así lo permiten en los ámbitos de los derechos, del crecimiento económico, de la democratización del conocimiento, de la sustentabilidad ambiental. De la misma manera, este campo retoma el DHIS como enfoque para el desarrollo de sus diferentes temáticas con el fin de vincular los intereses institucionales y de Facultad. Con ello y teniendo en cuenta que la facultad reconoce sus intereses comunes en el marco de los problemas sociales tales como la pobreza, la desigualdad, la exclusión y la injusticia social, desarrollar investigaciones enfocadas hacia su trasformación también permite el desarrollo de estudios inter y transdisciplinares que vinculen la diversidad de programas y posiblemente la interacción entre sus grupos de investigación. 4. OBJETIVOS DE LA LÍNEA DE INVESTIGACIÓN 4.1. OBJETIVO GENERAL Dar lineamientos para la construcción de conocimiento que contribuya a la equidad y al desarrollo de la sociedad desde la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de La Salle. 4.2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS - Potenciar la investigación formativa, la formación en investigación y la investigación en sentido estricto de la FCES en la línea equidad y desarrollo - Articular los Centros y grupos de investigación y a los Programas de la FCES a redes relacionadas con la línea equidad y el desarrollo que contribuyan a la construcción de conocimiento interdisciplinar. - Socializar la producción de conocimiento relacionado con la línea desde perspectivas disciplinares, inter y transdisciplinares. - Posicionar los resultados de las investigaciones de la línea en la comunidad académica colombiana e iberoamericana - Contribuir a la construcción (formulación, implementación, seguimiento, evaluación y análisis) de políticas públicas relacionadas con la equidad y el desarrollo. 4.3 TEMÁTICAS SOBRE LAS CUALES DESARROLLAR INVESTIGACIÓN Las siguientes son las temáticas de investigación sobre las cuales los grupos de investigación de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales realizarán sus investigaciones. • Empleo, pobreza y desigualdad • Crecimiento económico y distribución del ingreso • Desarrollo Humano, Integral y Sustentable en contextos locales, regionales y nacionales. • Derechos Humanos y Calidad de Vida. • Medio ambiente y desarrollo. • Políticas públicas en contexto de la equidad y desarrollo. • El desarrollo y la equidad en el marco de la crisis económica global en América latina y el Caribe. • Desarrollo, Información y Sociedad • Ciudadanía inclusión y democracia 5. PLAN DE TRABAJO A continuación se relacionan las actividades que permitirán hacer dinámica la línea de investigación en Equidad y Desarrollo. • Realizar un estado del arte de las investigaciones de los y las estudiantes de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales relacionadas con el campo de conocimiento de la equidad y el desarrollo. • Desarrollar cursos de extensión relacionados con los temas de investigación de la línea, con instituciones gubernamentales y no gubernamentales que atiendan problemáticas relacionados con la pobreza, la exclusión y la desigualdad social. • Asesorar tesis de grado y proyectos de investigación en temas de equidad y desarrollo retroalimentando este campo de conocimiento. • Producir textos, material didáctico y artículos en revistas indexadas, como resultados de la investigación en este campo. • Fortalecimiento de la estrategia de semilleros de investigación en el ámbito interdisciplinar a partir de la línea de investigación. • Promover proyectos de investigación interdisciplinar en torno al campo de conocimiento de Equidad y Desarrollo. • Internacionalizar la línea a través de investigaciones entre países y promover intercambio académico. • Pertenencia a Redes a nivel internacional. • Articulación con otros proyectos de la FCES como la escuela de Gobierno Local • Generar espacios de extensión y consultoría con instancias gubernamentales, organismos no gubernamentales y el sector privado. 6. 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Secretaria Académica Índice General Consejo de Facultad Acuerdo 002 de Junio 1 de 2011 LÍNEA DE INVESTIGACIÓN DE LA FACULTAD DE ECONÓMICAS Y SOCIALES “EQUIDAD Y DESARROLLO” 1. Introducción 2. Justificación 3. Fundamentos Institucionales y Teóricos 3.1Sistema de Investigación Universitario Lasallista –SIUL– 3.2Desarrollo Humano Integral y Sustentable –DHIS– 3.3Aportes al DHIS desde la línea “Equidad y Desarrollo” 3.3.1 La Equidad como paradigma ético y de justicia CIENCIAS 3.3.2 Enfoques teóricos sobre la Equidad 3.3.3 Dimensiones de la Equidad 4. Objetivos de la Línea de Investigación 4.1Objetivo General 4.2Objetivos Específicos 4.3Temáticas sobre las cuales desarrollar investigación 5. Plan de Trabajo 6. Bibliografía