EQUIDAD Y DESARROLLO - Universidad de La Salle

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LÍNEA DE INVESTIGACIÓN DE LA
FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y
SOCIALES DE LA UNIVERSIDAD DE LA
SALLE
EQUIDAD Y DESARROLLO
UNIVERSIDAD DE LA SALLE
VICERRECTORÍA ACADÉMICA
FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y
SOCIALES
CONSEJO DE FACULTAD
Luís Fernando Ramírez Hernández
Decano
Juan Carlos Segura Ortiz
Director Programa de Economía
Adriana Patricia López Velasquez
Directora Programa Finanzas y Comercio Internacional
Ruth Helena Vallejo Sierra
Directora Programa Sistemas de Información y Documentación
Rosa Margarita Vargas de Roa
Directora Programa de Trabajo Social
Hernán Rico Achury
Director de Posgrados
Ángela María Franky Castiblanco
Secretaria Académica
Benjamín Afanador
Representante de los Profesores
Yesid Arnaldo Amaya Aguilera
Representante de los Estudiantes
Diana Marleny Duque Giraldo
Representante de los Egresados
María Mónica Montaño
Representante de la Vicerrectoría de Promoción y Desarrollo
Humano
CONSEJO DE FACULTAD
ACUERDO No. 002 de 2011
(Junio 01)
Por el cual se ADOPTA LA LÍNEA “EQUIDAD Y DESARROLLO”
COMO LÍNEA DE INVESTIGACIÓN DE LA FACULTAD DE CIENCIAS
ECONÓMICAS Y SOCIALES
EL CONSEJO DE FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES
DE LA UNIVERSIDAD DE LA SALLE
En ejercicio de sus atribuciones estatutarias y reglamentarias y
CONSIDERANDO
Que el Consejo Superior de la Universidad de La Salle en Acuerdo 008 de
Junio 1 de 2006 el cual reglamenta el artículo 40 del Estatuto Orgánico
de la Universidad, otorga a los Consejos de Facultad la potestad de
expedir acuerdos que reflejen las decisiones que allí se toman y
garanticen la ejecución de sus políticas y directrices.
Que el Consejo Superior de la Universidad de La Salle mediante Acuerdo
No. 014 de 2008, definió la Unidad Académica como una estructura que
desarrolla la actividad docente, investigativa, de transferencia, de
proyección y responsabilidad social de la Universidad.
Su
reglamentación, organización y debida articulación hacen posible la
misión de la Universidad, de acuerdo con lo establecido en el Estatuto
Orgánico, el Proyecto Educativo Universitario Lasallista –PEUL–, y el
Enfoque Formativo Lasallista –EFL–.
Que el Acuerdo No. 014 de 2008 de Consejo Superior determina también
la Organización y Funcionamiento de las Unidades Académicas y asigna
como una de las funciones del Decano: “Desarrollar y promover las
actividades docentes, investigativas, de formación humana, de
extensión universitaria, de formación continuada y de proyección y
responsabilidad social”.
Que el Sistema de Investigación Universitario Lasallista – (SIUL, 2008)
plantea que la investigación se constituye en el eje articulador de toda
la actividad académica de la Universidad de manera que las líneas de
investigación de las Facultades deberán estar estrechamente
relacionadas con los campos institucionales de investigación, teniendo
en cuenta los objetos de estudio e intervención disciplinar, así como los
desarrollos inter y transdisciplinares.
Que en la formulación del Plan Estratégico de la Facultad 2010-2015, se
consideró necesario definir una línea de investigación que sirviera como
orientación académica a los profesores y estudiantes de la Facultad para
que desarrollen a partir de la línea actividades en los campos de la
docencia, la investigación y la proyección social, buscando de esta
manera responder a los postulados establecidos en el Proyecto
Educativo de la Facultad y al logro de la consolidación como comunidad
académica.
Que luego de un proceso de construcción que implicó la participación de
docentes de la Unidad Académica se logró la elaboración del documento
referente a la línea de investigación, que muestra la pertinencia y
relevancia de una línea interdisciplinar que aborde la equidad y el
desarrollo como objetos de estudio.
Que el Decano de la Facultad, sometió a consideración el documento
para adoptar la línea “Equidad y Desarrollo” como línea de investigación
de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, en sesión del Consejo
de Facultad realizada el 31 de mayo de 2011, el cual una vez estudiado
fue aprobado por unanimidad.
Que en virtud de lo anterior, el Consejo de Facultad
ACUERDA
Adoptar LA LÍNEA “EQUIDAD Y DESARROLLO” COMO LÍNEA DE
INVESTIGACIÓN DE LA FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y
SOCIALES contenida en el siguiente documento y que en todo
hace parte integral de este Acuerdo.
LÍNEA DE INVESTIGACIÓN DE LA
FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y
SOCIALES DE LA UNIVERSIDAD DE LA
SALLE
EQUIDAD Y DESARROLLO
1. INTRODUCCIÓN
El documento de Línea de investigación “Equidad y Desarrollo” 1
pretende fundamentar la Investigación Interdisciplinar de la Facultad de
Ciencias Económicas y Sociales –FCES–. Este contribuye a la orientación
académica de los profesores y estudiantes de los Programas para que
desarrollen desde la Línea actividades en los campos de la docencia, la
investigación y la proyección social.
Para tal fin, aborda planteamientos en torno a la justicia social, el
desarrollo humano integral y sustentable, los derechos humanos, entre
otros, que desde la articulación de los Programas académicos que
conforman la FCES muestran la pertinencia y relevancia de una línea
interdisciplinar que aborde la equidad y el desarrollo como objetos de
estudio.
Una de las preocupaciones esenciales del Ministerio de Educación
Nacional –MEN– en las últimas décadas, ha sido brindar lineamientos
que coadyuven a vivenciar una adecuada praxis investigativa dentro de
la estructura curricular. Esto se evidencia en la Ley 30 de 1992, el
decreto 2566 de 2003 y el decreto 1001 de 2006. (Ministerio de
Educación Nacional, 1992; 2003 y 2006).
Dichos lineamientos expresan que, las disciplinas en general y en
especial las Ciencias Económicas y Sociales, han de ser comprendidas y
aplicadas para tener la posibilidad de brindar soluciones a las diversas
problemáticas de carácter social, económico, político y cultural que
emergen en la realidad en el marco del enfoque del Desarrollo Humano
Integral y Sustentable, potenciando la capacidad de abstracción para
investigar múltiples fenómenos, desde perspectivas disciplinarias,
interdisciplinarias y transdisciplinarias, contribuyendo a la formación de
1 Documento elaborado en el Seminario de Docentes de la Facultad sobre Línea
Interdisciplinar de Investigación, integrado por: Luis Fernando Ramírez, Decano; Jairo
Isaza y Benjamín Afanador, profesores del Programa de Economía; Ana Marcela Bueno
y Patricia Isabel Uribe, profesoras del Programa de Trabajo Social; Marleny Cardona,
profesora de Postgrados; y Eduardo Mancipe, profesor del Programa de Sistemas de
Información, Bibliotecología y Archivística. Versión de Junio de 2011.
los estudiantes mediante la configuración de un pensamiento crítico y
analítico que tenga como impronta la capacidad de síntesis, de
expresión y de comunicación.
El Plan Nacional de Desarrollo Científico, Tecnológico y de Innovación
2007-2019 (DNP; 2009), -como bien lo afirma Echavarría (2008)propone dos modelos, uno político y otro socioeconómico, los cuales han
de potenciar y caracterizar el tipo de sociedad que se proyecta para el
2019. El primero, de carácter democrático que busca la reciprocidad
entre una sociedad de ciudadanos libres y responsables con un Estado al
servicio de la misma; el segundo, de corte incluyente que desarrolle una
economía que garantice un mayor nivel de bienestar y una sociedad
más justa y solidaria.
En la Universidad de La Salle, el Proyecto Educativo Universitario
Lasallista (2007) plantea el desafío de avanzar hacia la constitución de
una Universidad investigadora. Así mismo, las exigencias que surgen
con la conformación de la llamada Sociedad del Conocimiento, hacen
necesaria la introducción de mejores prácticas y de herramientas tanto
para la gestión de la producción de conocimiento, como para el
crecimiento y calidad de los procesos de investigación, desarrollo
tecnológico e innovación.
Por ello, a partir de la creación del Sistema de Investigación Universitario
Lasallista (SIUL, 2008), la investigación se constituye en el eje
articulador de toda la actividad académica de la Universidad haciendo
que ésta se sitúe entre las instituciones de educación superior más
visibles y reconocidas por sus resultados en investigación, desarrollo
tecnológico e innovación.
Dentro de los principios que orientan los procesos de investigación se
encuentra el de la democratización del conocimiento y del impacto
social que han de caracterizar la actividad investigadora en la
Universidad de La Salle, al igual que la integridad en términos de
respetar la propiedad intelectual y el de la productividad en procura de
la eficiencia y la demostración permanente de resultados por parte de
los centros, grupos e investigadores que conforman el Sistema. Los
objetivos asociados a esta actividad se relacionan con el fomento a la
cultura de la investigación; la cooperación e internacionalización; la
transferencia de conocimiento; y el fomento a la investigación e
innovación de alto nivel.
Adicionalmente, el Sistema de Investigación Universitario Lasallista –
(SIUL, 2008) identifica la producción del conocimiento como uno de los
principales problemas sociales que debe ser abordado por la Universidad
y que hace explícito al formular la siguiente pregunta: ¿Cómo realizar
investigación de primer nivel, que sea productiva, con impacto social, y
orientada hacia el Desarrollo Humano Sustentable (DHS)? Los elementos
involucrados en dicha cuestión, constituyen el eje central sobre el cual
debe girar toda la praxis investigativa de la Universidad de La Salle,
especialmente teniendo en cuenta su cercanía a las disciplinas que
conforman el Área de Ciencias Económicas y Sociales, la cual debe
brindar respuestas concretas a “las nuevas dinámicas y exigencias de la
sociedad y de la economía del conocimiento, para que de esta manera
contribuyan en la solución de los problemas sociales, económicos y
políticos, prioritarios para el país” (SIUL, 2008; 15).
Consecuente con el Proyecto Educativo de la Facultad se asume la
investigación disciplinar, inter y transdisciplinar como una función
orientada a la comprensión, explicación y transformación del entorno
económico y social, mediante la generación y democratización del
conocimiento, contribuyendo con ello a la dignidad de la vida humana y
promoviendo en la sociedad un Desarrollo Humano Integral y
Sustentable (DHIS). Para llevar a cabo estos propósitos, la Facultad
fomenta y realiza investigaciones en cada una de las disciplinas que la
conforman, potencia sus contribuciones disciplinares y motiva el diálogo
de saberes, adopta diversos enfoques y metodologías que aportan
explicaciones y alternativas a fenómenos sociales, políticos y naturales
contemporáneos.
En este sentido la investigación, tanto formativa como científica, busca
potenciar el trabajo conjunto del sector académico con las comunidades,
se articula a la docencia y a la proyección social, estableciendo canales
de difusión para contribuir al desarrollo del país. (Facultad de Ciencias
Económicas y Sociales; 2009).
La Línea de Investigación toma como referente teórico el Desarrollo
Humano Integral y Sustentable (DHIS) por cuanto es la línea de acción
que la Universidad ha definido como eje transversal a todos sus
programas académicos y, en general, a todo su accionar, entendiendo
éste como una opción de derechos de las comunidades para
garantizarse unas mejores condiciones de existencia tanto materiales,
como espirituales, y sin que por ello se pongan en peligro los frágiles
equilibrios ecosistémicos en el planeta.
El documento que sigue a continuación está estructurado en cinco
partes de las cuales esta introducción es la primera. La segunda esboza
la justificación de una línea de investigación en Equidad y Desarrollo,
tanto para la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, como para la
Universidad de la Salle como un todo. La tercera presenta la
fundamentación teórica de la línea de investigación, articulando
elementos del Sistema de Investigación de la Universidad de La Salle
con el sustento filosófico del Desarrollo Humano, Integral y Sustentable.
La cuarta plantea los objetivos de la línea de investigación que han
propuesto los grupos de investigación en los que intervienen docentes
de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales. Finalmente, los
resultados de un ejercicio de planeación estratégica en donde se
proyecta el programa de investigaciones de la FCES para los próximos
cinco años.
2. JUSTIFICACIÓN.
La Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, en coherencia con el
Proyecto Educativo Universitario Lasallista, se ocupa del estudio de la
realidad socio económica y por ende busca incidir en las relaciones
humanas y sociales en los diferentes contextos territoriales. Ha optado
por postulados teóricos y concepciones políticas en los que prevalece la
equidad, la justicia redistributiva y la preocupación por las condiciones
de calidad de vida de la nación y sus regiones (FCES- Proyecto
Educativo; 2009)
La línea de equidad y desarrollo surge a partir de las temáticas más
relevantes que durante los últimos años han sido abordadas en los
procesos de investigación de los Programas Académicos de la Facultad
de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de La Salle. Entre
sus líneas de interés es oportuno resaltar: Desarrollo Humano, Redes
Sociales y Calidad de Vida; Empresa, mundos de producción y políticas
públicas: gestión social y desarrollo; Estructura económica y Desarrollo
Sustentable; Gestión y Desarrollo Empresarial; Desarrollo Humano y
Calidad de vida; Institucionalidad y desarrollo social; entre otros.
Así mismo, es importante mostrar que la Facultad cuenta con once (11)
grupos de Investigación desde los cuales se aborda el objeto de
conocimiento que se desarrolla en el presente documento, estos son:
Desarrollo y Sociedad (Des-Unisalle) [D]; Grupo Interdisciplinario de
Investigación en Desarrollo, Estructuras Económicas, Políticas Públicas y
Gestión [C]; Información, Desarrollo y Sociedad [D]; Calidad de vida y
política social [D]; Grupo de Investigación en Desarrollo Humano; Grupo
de Investigación en Mercados y Desarrollo Empresarial Global; Grupo de
investigaciones en Economía Laboral [C]; Construcción Disciplinar en
Trabajo Social [D]; Familia, consultoría y Redes Sociales[D]; Derechos
Humanos, Democracia y Cultura [D];
e Información, Cultura y
Democracia[D].
Lo anterior denota que los investigadores de la FCES expresan un
marcado interés por responder a las problemáticas sociales relacionadas
con el objeto de estudio de esta línea, pero a su vez requieren de la
formulación de estrategias, criterios y orientaciones, que les permitan
superar una visión reduccionista, fragmentada y unidimensional de la
equidad y el desarrollo, que parta del reconocimiento de la complejidad
de estos fenómenos, la apertura a la innovación para salir de los marcos
conocidos, y la aceptación del carácter fragmentario del saber
disciplinar para abordar lo social. Por tanto, se busca abrir el diálogo
entre disciplinas a fin de avanzar en la generación de un conocimiento
integrador en el marco de las ciencias sociales, que genere una
dinámica en la que los integrantes de los diversos grupos de
investigación analicen problemas relacionados con la línea, desde
marcos que integren teorías, conceptos, métodos y aproximaciones,
permitiendo un abordaje multidimensional para arribar a comprensiones
y explicaciones de naturaleza interdisciplinaria.
En este sentido, se trata de mostrar cómo tanto la equidad y el
desarrollo constituyen una dimensión pertinente, en torno a la cual la
discusión académica requiere de la construcción de conocimientos que
empleen una lógica colectiva y no solamente la suma de esfuerzos
individuales. De tal modo que los resultados de investigación muestren
alternativas de solución a las múltiples problemáticas sociales de
diversas comunidades.
En el contexto, y siguiendo los elementos propuestos desde el desarrollo
humano, integral y sustentable (CTAD, 2008, p. 3-5; Albán & Rendón,
2008, p. 69) la línea “Equidad y Desarrollo” se soporta en la ampliación
de las oportunidades para que los sujetos potencien sus capacidades
cognitivas, comunicativas, éticas, políticas, sociales, afectivas, laborales
y estéticas; fortalezcan sus nexos con el medio ambiente, la cultura y la
sociedad; reconozcan los principios regulativos de la convivencia
humana, relacionados con la equidad, la dignidad humana y el
reconocimiento; identifiquen los mecanismos de participación y
movilización política requeridos para exigir derechos, mejor distribución
del poder y ampliación de los marcos normativos; y asuman conductas
responsables consigo mismos, con los otros y el mundo.
Además, una noción de desarrollo que considere: a) un cambio, que
mejore la calidad de vida de las personas, b) Una transformación en las
relaciones entre los individuos, las comunidades, las clases sociales, y
los grupos de poder fundamentados en la equidad, c) un desarrollo
ecológicamente sustentable, con equidad intergeneracional y de
género, d) la participación como elemento determinante de la equidad
donde el desarrollo sea alcanzado por la gente, (Mahbub, UlHaq, 2003);
e) una noción de democratización del conocimiento en cuyos propósitos
se perfila el mejoramiento al acceso a la información y la construcción
de espacios más justos de participación y de inserción de los sujetos en
el mundo de la cultura globalizada.
3. FUNDAMENTOS INSTITUCIONALES Y TEÓRICOS
3.1. SISTEMA DE INVESTIGACIÓN UNIVERSITARIO LASALLISTA
(SIUL)
En el marco institucional, la línea de investigación “equidad y desarrollo”
de la Facultad de Ciencias Económicas Sociales – FCES- se enmarca en la
política de investigación de la Universidad presentada en el Sistema de
Investigación Universitario Lasallista (SIUL), en el cual se evidencia como
reto pasar de ser “una universidad que enseña (centrada en la docencia)
para convertirse en una universidad que aprende (centrada en la
investigación)”. Por lo tanto, la línea pretende ser una guía que facilite la
generación de conocimiento de manera interdisciplinar, sin dejar de lado
lo disciplinar, orientado a responder a las problemáticas que nos
presenta el contexto (SIUL, 2008; 12).
De la misma manera, éste planteamiento identifica como elementos
identitarios los principios orientadores del Proyecto Educativo de la
Universidad de La Salle (PEUL), respecto a la realización de la
investigación con pertinencia e impacto social, en el que se genera
conocimiento que transforma las estructuras de la sociedad colombiana
(PEUL, 2007; 9). Así mismo, los fundamentos del Proyecto Educativo la
Facultad, en los que se ha considerado la investigación disciplinar, inter
y transdisciplinar como una función orientadora a la comprensión,
explicación y transformación del entorno económico y social, mediante
la democratización del conocimiento, contribuyendo con ello a la
dignidad de la vida humana y promoviendo en la sociedad un Desarrollo
Integral y Sustentable.
En este sentido, hablar de “equidad y desarrollo” como eje articulador
de la investigación en la Facultad, recoge la preocupación de los
programas que la conforman, de responder a las problemáticas y
demandas del contexto económico, político y cultural, que se enmarca
en unas condiciones específicas de país de desigualdad y pobreza, a las
cuales se debe apuntar, posibilitando caminos desde análisis y
propuestas de seguimiento para la transformación social.
En esta lógica, y con base en el SIUL, se prevé como horizonte el
Desarrollo Humano Integral y Sustentable (DHIS), dentro del cual se
ponen de manifiesto las tensiones presentadas entre la ciencia y la
democratización del conocimiento, en el que debe priorizar “el por qué y
el para qué de la actividad investigadora” (SIUL, 2008; 14), dado que
como FCES tiene una responsabilidad social de hacer investigación con
proyección, fin principal de una Universidad que le otorga privilegio a la
investigación.
Atendiendo a los campos institucionales, la línea de desarrollo y equidad
responde a la totalidad de campos que plantea el SIUL, que a su vez se
nutren del enfoque (DHIS), los cuales se refieren a: educación, sociedad
y cultura; desarrollo alimentario y agropecuario; ambiente tecnología y
salud; y, crecimiento, desarrollo y equidad. (SIUL, 2008; 19). El campo
que se abre desde la Facultad pretende un nivel de amplitud que permea
cada uno de ellos, teniendo en cuenta los objetos de estudio e
intervención disciplinar, también tiene en cuenta los desarrollos inter y
transdisciplinares.
3.2.
DESARROLLO HUMANO INTEGRAL Y SUSTENTABLE (DHIS)
La Universidad de La Salle ha definido como línea de investigación
estratégica y política transversal a todos sus programas académicos y
en general a todo su accionar, es decir a sus funciones sustanciales, el
propender por un Desarrollo Humano Integral y Sustentable (DHIS),
entendiendo éste como un derecho de las comunidades para
garantizarse unas mejores condiciones de existencia tanto materiales,
como espirituales, y sin que por ello se pongan en peligro la continuidad
de reproducción de los sistemas soporte de la vida en el planeta.
Desde su inclusión en el Proyecto Educativo Universitario Lasallista
(PEUL) en la Universidad se han venido produciendo en los últimos años
una serie de materiales importantes sobre el DHIS que se constituyen en
el avance de la contextualización que se ha logrado. En Gómez, et al
(2006, 80), frente al desarrollo se dice que: “en la construcción del
nuevo paradigma, aquel que permita integrar los procesos naturales y
humanos, reconociéndolos diversos, complementarios y caóticos, no es
menester que confluyan sólo elementos de complejidad, sistémicos,
dialécticos, transdisciplinares, de interdependencias y de economía
global de los seres vivos, también se trata de que estos elementos estén
soportados en una ética del bienestar, de la responsabilidad con la
naturaleza y con el desarrollo de la especie humana. Se trata de integrar
más no de sumar, de entender lo sistémico del accionar humano y de la
dinámica de la naturaleza para posibilitar su ecoevolución de
compromiso con el porvenir. Es la construcción filosófica de una ética
sostenible que instaure nuevos principios de relación sistémica y
coevolutiva” (…) “Un nuevo pensamiento y accionar donde la
interacción coevolutiva entre las ciencias y la sociedad posibiliten el
deseado desarrollo de la humanidad. Concepto que, para que sea cierto,
debe ser humano y en armonía con el planeta y con las generaciones del
futuro. Es decir, no es posible entender el desarrollo si éste no es
humano, si no se refiere al mejor estar de la humanidad en la sociedad.
Y es imposible hablar de desarrollo humano sin que tenga una
connotación con la responsabilidad frente al equilibrio ecológico del
planeta.”
Así, desde el Proyecto Educativo Universitario Lasallista y como un
horizonte de sentido, se entiende que “El desarrollo humano integral y
sustentable implica que el respeto y defensa de la dignidad de la
persona es el centro de los procesos de desarrollo social, científico y
cultural tanto para las presentes como para las futuras generaciones.
Como referente, que debemos preservar y reforzar, entendemos que
nuestra misión se articula en torno al desarrollo con las siguientes
características: socialmente participativo, culturalmente apropiado,
técnicamente limpio, ecológicamente compatible, económicamente
viable y sostenible, políticamente impactante, y éticamente responsable
y pertinente.” (PEUL, 2007, 11), a lo que se ha agregado la característica
de ser espiritualmente significativo en atención a la integralidad del
desarrollo. Véase recuadro 1.
Recuadro 1.El DHIS visto desde la Universidad de La Salle
a . Socialmente participativo. Para que el DHIS adquiera plena
validez exige que las comunidades sean las artífices de su propio
desarrollo; en este sentido, lo local adquiere una importante dinámica.
Un proyecto es socialmente viable cuando surge al interior de la
comunidad, es organizado y dirigido por la misma comunidad.
b. Técnicamente limpio. Un proyecto es técnicamente limpio cuando
logra establecer un balance entre la energía utilizada y los desperdicios
y residuos producidos, fomentando el menor impacto posible sobre los
ecosistemas. Un proyecto de Desarrollo Humano Sustentable es
técnicamente viable cuando aplica tecnologías limpias y una ciencia
generativa.
c. Ecológicamente compatible. Un proyecto es ecológicamente
compatible cuando aplica el principio de resiliencia, es decir, atiende a
las capacidades de los ecosistemas, sin alterarlos (adaptación). Un
proyecto de Desarrollo Humano Sustentable ecológico existe cuando es
generado bajo una concepción de filosofía ambiental en el sentido de
Ángel (2002) o de ecología profunda de Capra (2002).
d. Económicamente viable y sostenible. Será necesario encontrar
formas alternativas a la simple rentabilidad económica de los recursos y
a su utilización desprovista de responsabilidades con los ecosistemas,
sin que ello signifique destruir la riqueza existente en las sociedades. Es
importante señalar que un proyecto que es rentable para un particular
no siempre es rentable para la comunidad y viceversa.
e. Políticamente impactante. Si se cumplen todas las anteriores
condiciones tendremos proyectos de DHIS que son políticamente
impactantes, dentro de una concepción de sostenibilidad integral.
Teniendo en cuenta que este concepto supone la integración efectiva y
dinámica de los componentes ambientales, económicos, sociales,
ciudadanos y de las políticas de sostenibilidad o lo que se llama la
"sostenibilidad ciudadana y democrática" basada en la participación
social sustantiva, donde el rol de la sociedad civil puede ser clave y
decisivo.
f. Éticamente pertinente. La visión Lasallista del mundo y su opción
preferencial por los pobres y el desarrollo hace necesario el recalcar
sobre una posición ética que privilegie el respeto y la coevolución de las
ciencias, la naturaleza y los ecosistemas, donde se privilegien políticas y
acciones que conduzcan a mejorar las condiciones de existencia de los
seres humanos y del planeta.
g. Espiritualmente significativo. Entendido en función de la
conciencia humana interactuando con el Yo supremo, o en el sentido de
Leonardo Boff (2002), la noosfera, la esfera del espíritu, como la trama
de las relaciones de los cerebros humanos y el reconocimiento de un ser
supremo creador, presente en todo y todo presente en él.
__________________________________
Fuente: FCES. (2011). Documento de Trabajo “Territorio y Desarrollo: Bases
conceptuales para la Gobernanza Local” basados en documentos de la ULS y
fundamentalmente en textos a partir de López et al, 2006, 83-84, Rendón y Bohórquez,
2009, 118.
Es a partir de estos referentes conceptuales y lineamientos
institucionales que la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales
construye su propuesta de Línea de Investigación en la esperanza de
que sea el referente que nos permita acercarnos a la construcción de un
conocimiento con impacto social, articulado a la realidad cultural,
política, económica y ambiental de la sociedad.
3.3
APORTES AL
DESARROLLO
DHIS
DESDE
LA
LÍNEA
EQUIDAD
Y
La apuesta por el DHIS representa, como se indica arriba, una opción
preferencial por un modelo de desarrollo que disminuya las
desigualdades e incluya a los más pobres y vulnerables de la sociedad.
Ello implica que la investigación aplicada que se realiza en las diferentes
áreas de la Universidad se caracteriza por un fuerte componente social.
En esta sección explicamos el aporte de la línea de investigación en
Equidad y Desarrollo a la agenda de investigación más general sobre
DHIS que promueve la Universidad de La Salle. La discusión que sigue a
continuación se estructura de la siguiente manera. Primero se define el
concepto de equidad y su relevancia para la comprensión de los
problemas del desarrollo. Luego se presenta una revisión de enfoques
teóricos y autores sobre el tema de la equidad y el desarrollo. Paso
seguido, se ilustran algunas de las dimensiones de la equidad dentro del
contexto más general de los estudios y la práctica del desarrollo a partir
del Enfoque de Derechos.
3.3.1 La Equidad como paradigma ético y de justicia
No existe una definición universal de equidad dado que ésta se
construye en contexto. Mientras que para algunos autores el concepto
de equidad es un asunto de justicia y derechos, para otros se trata de un
dilema no resoluble con reglas universales porque la desigualdad y la
inequidad son aspectos inherentes a la naturaleza humana entendida
bajo una lógica utilitarista. Para efectos de la definición de la línea de
investigación, la equidad es un asunto relevante de justicia, distribución,
reconocimiento y derechos.
Para algunos la equidad y sus conceptos aledaños como la justicia social
y la igualdad pueden relativizarse a tal punto que pierden casi cualquier
valor para las discusiones trascendentales de la sociedad.2 Por ejemplo,
desde una perspectiva utilitarista, Feldman (1998: 183) señala que la
equidad se fundamenta en el ‘sentimiento odioso de la envidia’ en
referencia al planteamiento original de Mill (1859) quién considera a la
equidad como base fundamental de la sociedad humana.
2 Lo mismo podría decirse de las discusiones conservaduristas acerca de la
inexistencia del concepto de justicia social de von Hayek o la famosa frase de Margaret
Thatcher según la cual “no existe cosa tal” en referencia a la “sociedad” como
concepto o categoría de análisis (ver transcripción de la entrevista que Thatcher
concedió al magazine Woman’s Own del 23 de septiembre de 1987 disponible en
http://www.margaretthatcher.org/document/106689 último acceso: 01 Abril 2011).
Según Varian (1973: 2), una distribución puede definirse como equitativa
si ningún individuo siente envidia por otro, una asaz sintética de señalar
como equitativas a aquellas asignaciones de recursos en las que ningún
consumidor prefiere el plan de consumo de otro consumidor al suyo
propio3.
Feldman (1998) apunta que tal definición de equidad hace referencia
únicamente a la utilidad derivada del consumo de bienes lo cual deja por
fuera atributos no transferibles como la belleza, la salud y la familia. No
obstante, posibles trivializaciones del concepto son prontamente
atajadas por Varian (1973: id) al proponer que en el conjunto de
asignaciones equitativas solo se pueden tener por justas aquellas que
son en forma simultánea equitativas y Pareto Óptimas4; la justicia
asignativa resulta por tanto, en esta visión, doblemente estable visto
que no es posible mejorar a un individuo sin empeorar a otro, es decir,
sin menoscabar el derecho del otro, sin ignorar al otro5 (Sen, 2009).
Aún cuando Varian reconoce que el propuesto es un concepto mínimo de
justicia, ─pues tiene sustento exclusivo en las asignaciones físicas y en
las preferencias de los agentes─, también sugiere la posibilidad (y
necesidad) de incorporar otras consideraciones como la intensidad de
las preferencias de los agentes, su fortaleza moral o sus contribuciones
a la construcción de las asignaciones iniciales (Varian, 1973: 3). Esto es
especialmente cierto cuando se observa que autores como Varian y
otros de la misma tradición “no se quedaron adorando sus hipótesis”
para pasar a investigar qué sucede con su esquema cuando condiciones
como, precisamente la de justicia en Varian, se relajan y ajustan a los
sucesos del mundo real (ver Cataño, 2003: 216). En efecto, los
resultados reportados por Arrow y Debreu en los años de 1950 acerca de
3 Esto es, dado : .
4 Dados se dice que es Pareto Superior a si y solo si todo y para algún . Se dice
también que es asignación Pareto Óptima si que resulte Pareto Superior a esta.
5 Sobre este aserto Sen (2009) explica los alcances de la Mano Invisible en Smith
(1776) y las posteriores consecuencias éticas de la optimalidad de Pareto: “Despite all
Smith did to explain and defend the constructive role of the market, he was deeply
concerned about the incidence of poverty, illiteracy and relative deprivation that might
remain despite a well-functioning market economy (…) Smith was not only a defender
of the role of the state in doing things that the market might fail to do, such as
universal education and poverty relief (…) he argued, in general, for institutional
choices to fit the problems that arise rather than anchoring institutions to some fixed
formula, such as leaving things to the market”
las condiciones objetivas para la existencia de un equilibrio de Mano
Invisible tienen que ser matizados con los resultados normativos que
defienden los dos teoremas fundamentales del bienestar, según los
cuales (i) toda asignación competitiva es Pareto Óptima, que
ciertamente acusa vacío de cualquier criterio de justicia distributiva, y
(ii) que dada cualquier asignación deseable desde algún punto de vista
ético puede ser soportada como una asignación Pareto Óptima es decir,
como un equilibrio competitivo alcanzable a través de la interacción
competitiva de los agentes en los mercados, previa una conveniente
reasignación de los recursos iniciales por parte de una autoridad (un
planeador central, un tirano benevolente, el estado, inter alia); se sigue
que todo fallo de mercado atenta contra la libertad individual, aleja a la
sociedad del equilibrio de Mano Invisible y justifica la intervención
reguladora y la construcción de instituciones y valores como humanidad,
justicia, generosidad y espíritu público que en Smith (1759) (citado por
Sen (2009)) son las más útiles cualidades para el otro.
Idealmente, la solución del fallo de mercado consiste, por la vía del
Segundo Teorema Fundamental del Bienestar, en poner a todos los
agentes, sin distingo de condición, en iguales capacidades dotacionales
desde lo económico, lo político, lo moral. Problema distinto, por
supuesto, es el que supone decidir qué es lo socialmente deseable, i.e.,
definir cuál es ese estado del mundo que la sociedad como un
organismo articulado sobre sus componentes individuales, prefiere más
la luz de las condiciones históricas y culturales que enmarcan a una
comunidad específica.
Los seres humanos han llegado a definirse como especie social
cohesionada alrededor formas de organización tales que los individuos
están dispuestos a sacrificar parte de su utilidad personal en favor de la
utilidad de su grupo.6 En este sentido, la teoría de la justicia de John
Rawls constituye un aporte de la mayor trascendencia al explicar que un
rasgo fundamental que caracteriza a las sociedades contemporáneas es
el reconocer que, para poderse cohesionar alrededor de un contrato
social, resulta indispensable el reconocimiento de una serie de
desventajas entre los individuos, que resultan comprendidas en una
“posición original”, y ocultas o invisibilizadas por el “velo de la
6 Esto porque ello redunda en últimas en un mayor bienestar a nivel individual. Baste
recordar que toda asignación Pareto Óptima que por el Primer Teorema del Bienestar
corresponde a todo equilibrio competitivo, es un equilibrio de Nash [Ver Mas-Colell
(1995), Moore (2010)]. En esta misma línea Adam Smith (1759), propone la riqueza de
las naciones como motivación de los individuos para participar en el mercado.
ignorancia”, para alcanzar una mayor igualdad, de lo que son
responsables las instituciones7.
Para Nussbaum (2007: 31) la teoría de la justicia de Rawls (2002) es
“sin duda la más poderosa e influyente del siglo xx”, entre otras cosas
porque deja en claro que para entender la justicia como equidad, el
estado de igualdad ante la ley constituye la piedra angular en la teoría
tradicional del contrato social. A este respecto Nussbaum (2007) resalta
que la teoría de Rawls (2002) se encuentra en franca oposición a la
visión utilitarista (defendida por Fieldman) que caracteriza a la corriente
neoclásica de la economía del bienestar.
Aristóteles (1993) proporciona una definición interesante y que sigue
siendo aún válida en los siguientes términos: “La naturaleza misma de la
equidad es la rectificación de la ley cuando se muestra insuficiente por
su carácter universal”. 8 En otras palabras, la equidad es el principio a
partir del cual el carácter universal de la ley se corrige para servir al fin
superior de la misma representado por la justicia. Esto sugiere que la
equidad y la justicia para Aristóteles representan conceptos
equiparables en tanto que la equidad permite corregir aquello que en
una ley, debido a su universalidad, podría estar sujeto al error.
La equidad, desde la perspectiva del derecho romano representa el
supremo ideal de la justicia humana, mientras que para el derecho
anglosajón la equidad constituye un conjunto de normas jurídicas cuyo
fin es regular al derecho común para adaptarlo o corregirlo en
situaciones particulares que ameritan una ‘jurisdicción peculiar’, unos
procedimientos más eficientes y flexibles, o por sumisión a
jurisprudencia emitida previamente por cortes en casos particulares de
conflicto (Pratt Fairchild, 1997). Otra definición similar se encuentra en el
Diccionario de Ciencia Política, según el cual la equidad simboliza, por
oposición al derecho estricto, “el sistema jurídico en el cual los jueces,
7 La idea de la posición original es la idea organizadora de la sociedad como un
sistema equitativo de cooperación entre personas libres e iguales, en la que los
miembros de la sociedad han alcanzado un acuerdo. Al existir un pluralismo razonable
entre los miembros de la sociedad no es posible que convengan en una misma
autoridad moral de valores, por lo que lo más práctico será buscar ese acuerdo en
aquellos principios compartidos por todos. Ese acuerdo debe establecer condiciones
equitativas sin que nadie esté por encima de los demás desterrando también cualquier
amenaza de fuerza, coerción, engaño y fraude.
8 Et. Nic., V, 14, 1137b, 26.
cuando los faculta para ello la ley, pueden apartarse prudentemente del
derecho positivo que estimen en el caso particular acudiendo a los
dictados de su leal saber y entender” (Sierra, 1998: 423).
De acuerdo con PNUD (2009) la equidad se define como igualdad de
oportunidades pero ésta no es factible sin una igualdad real de derechos
y poderes plenamente aceptados y socialmente ejercidos. La igualdad
tiene que ver con el reconocimiento social y legal de derechos y el
ejercicio de poder a nivel ciudadano. En una sociedad donde las
personas no se reconocen como iguales, es difícil que haya
oportunidades para todos.
En la línea de investigación en Equidad y Desarrollo, la equidad
constituye el elemento definitorio en el tipo de desarrollo que se
persigue en ésta. Ello quiere decir que para hablar de desarrollo en el
marco del DHIS es necesario anteponer la equidad como principio; si la
universalidad de la ley deberá ser adaptada a circunstancias particulares
a fin de servir a un fin más alto, representado por la justicia,
consecuentemente, el carácter universal del desarrollo también deberá
ajustarse, cuando las circunstancias de la realidad social, cultural,
histórica o ambiental así lo requieran, a los intereses más altos y nobles
de la justicia. No obstante estas precisiones, resulta necesario identificar
el concepto de justicia implícito en este intento definitorio del espíritu
que orienta la línea de investigación de la FCES. La equidad es inclusión
y para lograrla apelamos al principio de justicia basado en la concepción
de Estado Social de Derecho, el cual involucra no solo un conjunto de
derechos económicos, sociales y políticos sino que también contempla
un conjunto de derechos colectivos basados en el principio de equidad
aquí discutido. Dicha concepción de Estado Social de Derecho, que
inspira la Constitución Política de Colombia (cfr. Art. 1) se materializa en
la concepción de Enfoque de Derechos y la cual es objeto de la sección
3.3.2 de este documento.
De acuerdo con lo señalado arriba, existen diferentes definiciones de
equidad que se pueden identificar entre distintos autores y por
disciplinas del conocimiento. Sin entrar en dogmatismos o posturas
inamovibles, la definición de equidad que mejor representa los intereses
de la línea de investigación de la FCES es aquella que privilegia la
justicia en el plano social. Así, la línea de investigación en Equidad y
Desarrollo se propone como elemento orientador de los esfuerzos
investigativos de la Facultad y en donde el sesgo a favor de los más
necesitados y vulnerables constituye un elemento definitorio que
caracteriza tanto la impronta católica de la Universidad de La Salle como
la Doctrina Social de la Iglesia.
Si bien podría decirse que existe un consenso al interior de la FCES
sobre el tipo de definición de equidad que direcciona su línea de
investigación, también conviene hacer hincapié en que el estudio de la
misma a través de diferentes aproximaciones epistemológicas y teóricas
enriquece su análisis. Es por esta razón que se considera fundamental
complementar la presentación de las diferentes definiciones de equidad
condensadas en la presente sección con una exposición sucinta de
algunos de los principales enfoque teóricos para su estudio, entre ellos,
la perspectiva clásica, el liberalismo social, la perspectiva ética, la
perspectiva de derechos y la perspectiva de la sustentabilidad.
3.3.2 Enfoques Teóricos sobre la Equidad
Perspectiva Clásica. Al revisar conceptualmente la teoría económica
sobre el tema de equidad, se encuentra que para los clásicos existía una
relación directa entre inequidad, riqueza y confrontación social. Smith
(1759) sostuvo que la inequidad, era la principal causa de la pobreza,
pero justificaba esa inequidad como fundamento inherente de la
estructura económica que garantizaba la estabilidad del orden social. Al
analizar el proceso de acumulación de capital, concluye que la división
del trabajo impulsa el crecimiento de los salarios, pero no garantiza
disminuir la inequidad.
Por su parte, Ricardo (1821) considera que el concepto de equidad se
ubica en la acumulación de capital como una parte del proceso de
distribución que alimenta un conflicto sin fin entre las clases sociales.
Así, mientras el conflicto principal es entre salarios y ganancias, los
terratenientes chocan a su vez contra capitalistas y asalariados. Se
podría resumir el aporte de este autor diciendo que la pobreza depende
del conflicto distributivo y de la dinámica poblacional.
En síntesis, podríamos concluir, que para Smith y Ricardo, la inequidad
es un fenómeno natural de la economía, que puede tender a crecer o al
menos a mantenerse. Sin embargo, con la tendencia del progreso
económico de la sociedad, mediante la acumulación de capital, la
perspectiva clásica da a entender que la falta de equidad tenderá a
resolverse por sí misma al mejorar el bienestar de los trabajadores,
gracias al incremento de la riqueza global de la sociedad, generadora de
beneficios a los que tendrían algún acceso hasta los más pobres. La
firme creencia, tanto de Ricardo como de Smith, en las bondades de la
libertad individual para contratar, según las leyes naturales del mercado,
los llevó a desestimar la intervención del Estado para solucionar los
problemas de inequidad y pobreza9.
Liberalismo como utilitarismo o liberalismo social. El utilitarismo indica
que el sistema económico liberal produce y distribuye más riqueza,
optimiza la asignación y la utilización de recursos escasos y coordina de
forma espontánea los deseos y las capacidades de los participantes en
el mercado. Se entiende la igualdad en el ejercicio de intereses
individuales en procura del beneficio y/o propiedad.
No obstante, la aproximación a la conceptualización clásica sobre
equidad quedaría muy limitada si no se menciona el aporte de John
Stuart Mill (1859), quien combinó el liberalismo económico y la reforma
social, reconociendo que las fuerzas del mercado no traerían
necesariamente un orden justo y armonioso socialmente.
La inequidad en el orden existente, particularmente en la distribución de
la renta, sería motivo de confrontación permanente. Mill (1859) mostró
preocupación por la calidad de vida y concedía importancia a una
economía orientada al crecimiento que llevara a los individuos a las
realizaciones personales, en donde lo importante era la igualdad de
oportunidades, y no exclusivamente la igualdad estricta de ingresos o
riqueza.
Perspectiva ética. Tanto para Ralws como para Kant, la doctrina del
contrato social viene a ser la condición de posibilidad para una
estabilidad social que resulte como consecuencia de la renuncia a
imponer concepciones particulares. La equidad requiere una dimensión
ética, desde la cual se pueden observar tres criterios 1) pobreza; 2)
desigualdad y 3) adscripción o herencia. Se trata de encontrar la
igualdad de oportunidades, tradicionalmente aceptada por los teóricos
liberales de la economía, como elemento fundamental del crecimiento
con equidad, pero ha sido criticada recientemente como objetivo
insuficiente (Ocampo, 2004), y con apoyo en las tesis de Sen (1999) se
argumenta que el mérito como factor de movilidad da lugar a ascensos y
descensos sociales que a la larga no solo generan desigualdad de
oportunidades sino que también pueden intensificar las desigualdades
existentes a lo largo del tiempo.
9 Teniendo en cuenta que si bien tanto Ricardo como Smith promueven la existencia de
un mercado autorregulador, ninguno ignora al Estado, dándole funciones específicas.
Pero, además, las sociedades que no ofrecen oportunidades amplias a
sectores considerables de su población, en etapas iniciales de su vida,
producen pérdidas irreparables como las ocasionadas por desnutrición
en la infancia, o los derivados de no haber alcanzado los niveles
mínimos de educación para la inserción productiva satisfactoria.
Perspectiva de sustentabilidad. Desde esta perspectiva se parte de la
idea según la cual el desarrollo implica entender la sustentabilidad como
principio, así como la equidad y la integralidad son los que sustentan la
necesidad y la factibilidad de la incorporación de la equidad desde las
políticas públicas ambientales. El sentido de sustentabilidad con equidad
y justicia se mide, desde la homogeneidad, en la obtención de logros en
ocho dimensiones: Desarrollo económico, consumo personal, nivel de
educación, estado de salud de la población, acceso a servicios básicos,
acceso a la energía, calidad de vivienda y participación política.
El problema de la escasez de recursos marca el límite del consumo en la
sociedad. La situación del planeta pone en evidencia las formas de
producción y el destino de la economía; para ello se propone la
superación de la racionalidad instrumental a través de la
sustentabilidad, teniendo en cuenta la noción de equidad como armazón
y la justicia como práctica social.
La participación de los países en los efectos ambientales globales sobre
el planeta es diferenciada, depende de las costumbres, y
fundamentalmente, del nivel de consumo de energía per-cápita en cada
país. Los problemas ambientales están asociados a la deforestación, la
erosión, las basuras y su manejo inadecuado, la contaminación
electromagnética y por ruido, el deterioro de la capa de ozono, las
lluvias ácidas y la radioactividad, con consecuencias como la
degradación ambiental y el riesgo ecológico. Estas variables son más
determinantes que las razones físicas derivadas del clima y de los
impactos ambientales, originados por la acción directa de la población
sobre sus ecosistemas. Además, es aceptado que algunos efectos
ambientales de incidencia global, son de alguna manera proporcionales
al consumo de energía por individuo; se destaca, en los países ricos se
consume, en promedio, 5 veces más energía, por cada habitante, que en
los países pobres.
La sustentabilidad desde lo ambiental -no es problema de una sola
disciplina- requiere de una perspectiva interdisciplinaria. Se trata de
superar la visión economicista que aborda el tema desde la racionalidad
de los recursos. De allí, surgen dos paradigmas opuestos: El racional,
con optimización de los recursos, y el ecológico, con énfasis en la
preservación del planeta y el cuidado de los recursos naturales. En el
primero está marcado el idealismo racionalista del progreso global el
cual se encuentra fuertemente cuestionado por la crisis económica y
política, la dificultad de elevar las tasas de crecimiento económico y la
creciente desigualdad económica en la dinámica de la globalización. El
segundo se preocupa por la persistente destrucción de la naturaleza con
freno al uso de los recursos y llamado a la sostenibilidad del mundo.
Además, se observa que los límites termodinámicos impiden seguir
acelerando el progreso porque éste socava las bases ecológicas del
planeta.
La CEPAL, (2002), también con una perspectiva estructuralista, plantea
que “el desarrollo sustentable conduce hacia un equilibrio dinámico
entre todas las formas de capital o patrimonio que participan en el
esfuerzo nacional y regional: humano, natural, físico, financiero,
institucional y cultural exige un esfuerzo sistémico, que abarca también
la conducción de la política económica, la gestión de los recursos
naturales, la innovación tecnológica, la participación de amplios estratos
de la población, la educación, la consolidación de instituciones, la
inversión y la investigación” (Moncayo; 2003)
El desarrollo humano en sí mismo es un referente de la dimensión
ambiental. Durante siglos, la especie humana ha modificado el entorno
en que vive para adaptarlo a sus necesidades. Para ello, el ser humano
ha condicionado la acción depredadora de este sobre el medio, la cual
ha sobrepasado los efectos locales, ya que los problemas derivados del
conflicto sociedad-naturaleza han cambiado las condiciones de vida del
planeta, originando efectos nocivos en la calidad de la vida en su
conjunto.10 Existe una confusión entre fines y medios al creer que invertir
en la gente significa desarrollo del recurso humano para maximizar la
producción independiente del medio ambiente.
En términos de su relevancia para la Equidad y el Desarrollo, la
perspectiva de la sustentabilidad en el contexto del desarrollo hace
énfasis en el derecho que tienen las generaciones futuras a disfrutar del
10 Racionalidad ambiental no como “la expresión de una lógica, sino un nudo complejo
de procesos materiales y simbólicos, de razonamientos y significaciones constituidas
por un conjunto de prácticas sociales y culturales, heterogéneas y diversas.... es la
resultante de un conjunto de normas, significaciones, intereses, valores y acciones que
no se dan fuera de las leyes de la naturaleza, pero que la sociedad no las imita
simplemente” (Leff, 2004)
medio ambiente y los recursos naturales. Desde esta perspectiva, la
dimensión de equidad del proceso de desarrollo se funda en la
sustentabilidad de la acción humana para preservar el uso de los
recursos y la capacidad de asimilación de los ecosistemas en el tiempo,
de manera que no se limiten las posibilidades de las generaciones
futuras. Ello implica, por ejemplo, que los sistemas de producción
económica y organización política no sólo se preocupan por la equidad
de oportunidades y medios de subsistencia para el pleno desarrollo de
los seres humanos del presente, sino que también ponderan de la misma
forma el derecho de las generaciones futuras sobre los recursos
naturales, el clima y la biodiversidad de la cual se dispone hoy en día.
Perspectiva de Derechos.
Los derechos de igualdad (derechos
económicos sociales y culturales, DESC, como educación, salud,
vivienda, asistencia social, cultura) complementan los de libertad (libre
expresión, libertades individuales, derecho de asociación, sufragio), los
cuales surgen de la necesidad de crear condiciones mínimas para que
las personas puedan efectivamente elegir y participar en la democracia.
Carecer de vivienda, nutrición, vestido, salud, educación etc., impide el
ejercicio de las libertades e imposibilita la realización plena de la
democracia para quienes su vida está limitada por el peso de tales
carencias.
Para Fraser (2006, p. 28), las injusticias se encuentran “arraigadas al
mismo tiempo en la estructura económica y en el orden de estatus de la
sociedad”, es decir que la subordinación es resultado de la interacción
entre la deficiente realidad económica, por un lado, y la simbólica por el
otro. Para la autora, la distribución y el reconocimiento constituyen las
dos estrategias para resistir a la subordinación, la cual es expresión de
falta de equidad. Así, la posibilidad del ejercicio de los derechos es una
responsabilidad política, ética y social, ubicada en un contexto de
igualdad y respeto por las diferencias, basada en la búsqueda de
condiciones comunes que garanticen los derechos de los sujetos y de los
colectivos. Los derechos, constituyen parámetros para identificar el
grado de desarrollo y el carácter democrático de un país. Igualmente, los
derechos expresan intención y concreción de la ética social y política en
la convivencia, y en la formulación y desarrollo de políticas públicas 11
11 Las políticas públicas configuran una de las dimensiones de la actividad política
social, implican de modo particular la participación en los asuntos públicos de una
nación, de un gobierno o de un estado; su implementación, así como su evaluación
hacen que la política se transforme en hechos concretos, es un espacio en donde las
decisiones afectan concretamente al ciudadano (Roth, 2006, p. 79). Para ampliar este
enfoque ver Roth (2006, 2004).
que en el plano nacional legitimen a Colombia como un Estado social de
derecho y en el internacional cumplan con los estándares de los
Objetivos del Milenio.
La pobreza, la desigualdad y el conflicto social, son factores
determinantes de la confrontación humana, y han sido temas de
discusión entre los teóricos de las ciencias sociales, históricamente. En
años recientes, con el desarrollo de las comunicaciones, los sistemas de
medición económica, producción y difusión de estadísticas, se ha hecho
mayor conciencia de las diferencias en las condiciones de vida entre los
pobres y los más prósperos, por lo que el sentimiento de frustración,
inconformidad y resentimiento social, afloran con expresiones de
violencia y rebeldía.
Así mismo, la justicia como sentido de vida, es un complejo de tres
ideas: libertad, igualdad y recompensa por los servicios que contribuyan
al bien común (Rawls; 1999). De esta manera, la sensación de
desigualdad también puede erosionar la cohesión social, y algunos tipos
de desigualdades pueden hacer que resulte difícil conseguir incluso la
eficiencia (Sen; 1999). Es por eso que la desigualdad y la falta de justicia
como productora de una sola libertad igualitaria genera pobreza. Los
enfoques del desarrollo humano, por un lado tienen en cuenta la
perspectiva de derechos, y por el otro, incorporan los postulados del
desarrollo sostenible, de la competitividad sistémica y la economía
neoinstitucional.
En el caso de Colombia, teniendo en cuenta que cada sociedad tiene
una noción de los bienes mínimos que se requieren para hacer efectivos
estos derechos, se establecieron un conjunto de mínimos a partir de la
Constitución Política de 1991; en ella se reconoce tanto los derechos
civiles y políticos, como los derechos económicos, sociales y culturales.
Por ello, en una propuesta de línea de investigación en Equidad y
Desarrollo resulta fundamental incorporar una perspectiva de los
derechos que privilegie la garantía de oportunidades para todos en
condiciones de igualdad frente a la ley. Esta perspectiva se desarrolla de
manera más amplia en la siguiente sección de este documento,
haciendo énfasis en las diferentes dimensiones que materializan la
equidad en el proceso del desarrollo.
3.3.3 Dimensiones de la Equidad
En el mundo y Colombia se han producido cambios económicos,
sociales, políticos y culturales, que inciden en la denominación y
conceptualización de la línea de investigación Equidad y Desarrollo
desde la perspectiva de derechos, ya que su campo de conocimiento
responde a la compresión e intervención de problemáticas relacionadas
con la exclusión como la inequidad distributiva, la desigualdad, la
discriminación y la exclusión. Estas dimensiones se ilustran en el resto
de la presente sección.
Inequidad distributiva. Según Garay y Rodríguez (2005: 19p), “la grave
inequidad distributiva del ingreso y la riqueza, las extremas condiciones
de pobreza e indigencia, la precariedad del sistema de protección social
existente impiden la garantía de los derechos sociales no solamente de
los grupos desfavorecidos”. Retomando este planteamiento, la situación
de extrema pobreza, se convierte en uno de los grandes obstáculos para
que las personas ejerzan sus derechos. La pobreza, como reflejo de la
exclusión social, está relacionada con una dimensión estructural (o
contextual-social) que comprende la disolución de los vínculos sociales,
familiares, y comunitarios; también comprende una dimensión subjetiva
y personal que hace referencia a la degradación de la condición de
sujeto y la ruptura de los vínculos comunicativos inter e intrafamiliares.
Según García Roca (1998), la exclusión social tiene un impacto
importante en estas tres dimensiones. Por lo tanto, la pobreza y la
exclusión social deben ser
afrontadas desde una perspectiva
multifacética.
El abordaje de la pobreza es complejo, ya que ésta no es solamente
sinónimo de bajos ingresos, poca capacidad adquisitiva y precariedad en
la calidad de vida, sino también tiene que ver con las deficiencias en la
garantía de protección de los derechos que se reflejan en la privación de
las capacidades humanas y sociales. Sen (1999) entiende la pobreza real
como la privación de las capacidades humanas y sociales; esto incide en
aumentar la vulnerabilidad social, económica, y étnica que incide en la
exclusión de grupos e individuos del conjunto de la sociedad. La
privación de las capacidades tiene dos elementos: la falta de
oportunidades y la capacidad de los sujetos-individuales y colectivos
para aprovechar y potencializar su propio desarrollo. Ambos puntos
están determinados por las carencias de información, la escasa y /o
deficiente educación; la no disponibilidad de tecnología; las precarias o
inexistentes condiciones de salud y la baja cobertura o deficiencia de los
servicios de la seguridad social.
Desigualdad. La distinción entre mecanismos de inclusión o exclusión es
pertinente para garantizar y proteger los derechos humanos. Sen (1999)
expone la pertinencia que tiene el término exclusión en cuanto a los
derechos humanos. Las formas de exclusión son variadas. Para este
autor, es necesario diferenciar entre la exclusión constitutiva y la
exclusión instrumental; mientras la primera surge como resultado de la
privación de capacidades, en la segunda la exclusión social puede ser
causa de diversas fallas en las capacidades. El aprovechamiento de las
oportunidades sociales y el desarrollo de las capacidades permiten que
los sujetos logren inclusión en las actividades productivas con mejor
remuneración, satisfacción de las necesidades básicas, mejoramiento de
las condiciones y expectativas de calidad de vida y aceptación social sin
discriminación por clase, género y etnia en el marco de los derechos. En
esta línea los comunitaristas12 destacan las “comunidades culturales”
que gozan de una identidad explícita en su despliegue social, prestando
especial atención al fenómeno del multiculturalismo, en contraste al
reconocimiento universal de iguales derechos para individuos
homogéneos y abstractos, el comunitarismo propone la “política del
reconocimiento” o “política de la diferencia”, es decir la preservación de
los rasgos propios culturales y la atribución de diferentes derechos a
comunidades culturales diferentes (Cruz, 2006, p. 57-58)
Discriminación y exclusión. El enfoque de capacidades como doctrina
política se basa en el ejercicio de los
derechos para todos las
ciudadanas y ciudadanos, contempla la interdependencia de las
diferentes generaciones de los derechos: los derechos primera
generación individuales y políticos; los de segunda generación sociales y
económicos, los de tercera generación, culturales y medio ambiente, los
derechos de cuarta generación. Según Morello (1994), éstos últimos
comprenden el derecho al reconocimiento de las necesidades de las
generaciones futuras (ver sección anterior). La ausencia de equidad para
grupos sociales diferenciados (niñez, adolescentes, adultos mayores) es
resultado de las inequidades sociales y ambientales. Es por esto que
algunas de las dimensiones más importantes de la equidad se definen
12 Los comunitaristas “pretenden mostrar la incompatibilidad de las afirmaciones
básicas del liberalismo, como son la defensa de los derechos básicos del individuo, la
pluralidad de concepciones del bien y la prioridad de los justo, con la necesidad de
establecer prioritariamente una concepción comprehensiva del bien, cuyo núcleo sea el
establecimiento de la comunidad como el bien básico, como el fin de la vida buena, y
sin la cual, la justificación de los principios prácticos generales, es imposible”
(González, 1995, p. 118)
en términos de disparidades y distribución; desigualdades;
diferenciadores de grupos poblacionales que llevan a discriminación.
y
Es claro entonces que la equidad y el desarrollo como campo de
conocimiento es pertinente para la construcción de conocimiento en la
FCES, dado que sus perspectivas y dimensiones así lo permiten en los
ámbitos de los derechos, del crecimiento económico, de la
democratización del conocimiento, de la sustentabilidad ambiental. De
la misma manera, este campo retoma el DHIS como enfoque para el
desarrollo de sus diferentes temáticas con el fin de vincular los intereses
institucionales y de Facultad.
Con ello y teniendo en cuenta que la facultad reconoce sus intereses
comunes en el marco de los problemas sociales tales como la pobreza,
la desigualdad, la exclusión y la injusticia social, desarrollar
investigaciones enfocadas hacia su trasformación también permite el
desarrollo de estudios inter y transdisciplinares que vinculen la
diversidad de programas y posiblemente la interacción entre sus grupos
de investigación.
4. OBJETIVOS DE LA LÍNEA DE INVESTIGACIÓN
4.1.
OBJETIVO GENERAL
Dar lineamientos para la construcción de conocimiento que
contribuya a la equidad y al desarrollo de la sociedad desde la
Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de
La Salle.
4.2.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
-
Potenciar la
investigación
formativa,
la
formación
en
investigación y la investigación en sentido estricto de la FCES
en la línea equidad y desarrollo
-
Articular los Centros y grupos de investigación y a los
Programas de la FCES a redes relacionadas con la línea equidad
y el desarrollo que contribuyan a la construcción de
conocimiento interdisciplinar.
-
Socializar la producción de conocimiento relacionado con la
línea desde perspectivas disciplinares, inter y transdisciplinares.
-
Posicionar los resultados de las investigaciones de la línea en la
comunidad académica colombiana e iberoamericana
-
Contribuir a la construcción (formulación, implementación,
seguimiento, evaluación y análisis) de políticas públicas
relacionadas con la equidad y el desarrollo.
4.3
TEMÁTICAS SOBRE LAS CUALES DESARROLLAR
INVESTIGACIÓN
Las siguientes son las temáticas de investigación sobre las cuales los
grupos de investigación de la Facultad de Ciencias Económicas y
Sociales realizarán sus investigaciones.
• Empleo, pobreza y desigualdad
• Crecimiento económico y distribución del ingreso
• Desarrollo Humano, Integral y Sustentable en contextos locales,
regionales y nacionales.
• Derechos Humanos y Calidad de Vida.
• Medio ambiente y desarrollo.
• Políticas públicas en contexto de la equidad y desarrollo.
• El desarrollo y la equidad en el marco de la crisis económica global
en América latina y el Caribe.
• Desarrollo, Información y Sociedad
• Ciudadanía inclusión y democracia
5. PLAN DE TRABAJO
A continuación se relacionan las actividades que permitirán hacer
dinámica la línea de investigación en Equidad y Desarrollo.
•
Realizar un estado del arte de las investigaciones de los y las
estudiantes de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales
relacionadas con el campo de conocimiento de la equidad y el
desarrollo.
•
Desarrollar cursos de extensión relacionados con los temas de
investigación de la línea, con instituciones gubernamentales y no
gubernamentales que atiendan problemáticas relacionados con la
pobreza, la exclusión y la desigualdad social.
•
Asesorar tesis de grado y proyectos de investigación en temas de
equidad y desarrollo retroalimentando este campo de
conocimiento.
•
Producir textos, material didáctico y artículos en revistas
indexadas, como resultados de la investigación en este campo.
•
Fortalecimiento de la estrategia de semilleros de investigación en
el ámbito interdisciplinar a partir de la línea de investigación.
•
Promover proyectos de investigación interdisciplinar en torno al
campo de conocimiento de Equidad y Desarrollo.
•
Internacionalizar la línea a través de investigaciones entre países y
promover intercambio académico.
•
Pertenencia a Redes a nivel internacional.
•
Articulación con otros proyectos de la FCES como la escuela de
Gobierno Local
•
Generar espacios de extensión y consultoría con instancias
gubernamentales, organismos no gubernamentales y el sector
privado.
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Artículo 2°. Comunicar el presente Acuerdo a la Rectoría, Vicerrectoría
Académica, Vicerrectoría de Investigación y Transferencia y a Directores
de Programas, Líderes de Grupos de Investigación, docentesinvestigadores y estudiantes de la Facultad de Ciencias Económicas y
Sociales.
Artículo 3º. El presente Acuerdo rige a partir de su expedición.
Dado en Bogotá D.C., a los 01 días del mes de junio de 2011.
LUIS FERNANDO RAMÍREZ H.
Decano
ÁNGELA MARÍA FRANKY C.
Secretaria Académica
Índice General
Consejo de Facultad
Acuerdo 002 de Junio 1 de 2011
LÍNEA DE INVESTIGACIÓN DE LA FACULTAD DE
ECONÓMICAS Y SOCIALES “EQUIDAD Y DESARROLLO”
1. Introducción
2. Justificación
3. Fundamentos Institucionales y Teóricos
3.1Sistema de Investigación Universitario Lasallista –SIUL–
3.2Desarrollo Humano Integral y Sustentable –DHIS–
3.3Aportes al DHIS desde la línea “Equidad y Desarrollo”
3.3.1 La Equidad como paradigma ético y de justicia
CIENCIAS
3.3.2 Enfoques teóricos sobre la Equidad
3.3.3 Dimensiones de la Equidad
4. Objetivos de la Línea de Investigación
4.1Objetivo General
4.2Objetivos Específicos
4.3Temáticas sobre las cuales desarrollar investigación
5. Plan de Trabajo
6. Bibliografía
Descargar