amparo en revisión 686/2004 - Suprema Corte de Justicia de la

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AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
QUEJOSO: **********
PONENTE: MINISTRA OLGA SÁNCHEZ CORDERO
GARCÍA VILLEGAS
SECRETARIA: ROSALÍA ARGUMOSA LÓPEZ
DE
SÍNTESIS
AUTORIDADES RESPONSABLES: Congreso de la Unión y
otras.
ACTOS RECLAMADOS: La inconstitucionalidad de los
artículos 6º, fracción V, y 21 fracciones XI y XII, ambos de la Ley
Federal de Correduría Pública.
SENTIDO DE LA SENTENCIA DEL JUEZ DE DISTRITO:
Sobreseyó y negó el amparo solicitado.
RECURRENTE: La parte quejosa.
ARTÍCULOS IMPUGNADOS:
“ARTÍCULO 6o.- Al corredor público corresponde:
…
V. Actuar como fedatario público para hacer
constar los contratos, convenios y actos jurídicos
de naturaleza mercantil, excepto en tratándose de
inmuebles, así como en la emisión de obligaciones
y otros títulos valor; en hipotecas sobre buques,
navíos y aeronaves que se celebren ante él, así
como para hacer constar los hechos de naturaleza
mercantil;
…”
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
“ARTÍCULO 20.- A los corredores les estará
prohibido: …
XI. Actuar como fedatario fuera de los casos
autorizados por la ley y su reglamento; así como en
actos jurídicos no mercantiles; en tratándose de
inmuebles, así como dar fe de hechos que no se
consideren de naturaleza mercantil;
XII. Actuar como fedatarios en los casos a que se
refiere la fracción anterior, aún cuando se
modifique o altere su denominación, se trate de
actos
jurídicos,
convenios
o
contratos
innominados, intervengan sujetos que por su
actividad sean calificados de comerciantes, o se
refieran a cosas mercantiles o se denomine un acto
como mercantil cuando el acto real tenga otra
naturaleza, y
(…)”
CONSIDERACIONES DEL PROYECTO:
1. Desestimar, por infundados e inoperantes los agravios
hechos valer por la parte quejosa, porque no controvierte las
consideraciones medulares sustentadas por el Juez Federal, en el
sentido de que los preceptos impugnados no transgreden la
garantía de libertad de trabajo consagrada en el artículo 5º de
nuestra Carta Magna; y por tanto dichas consideraciones quedan
firmes y continúan incólumes para regir el fallo reclamado.
Asimismo, son inoperantes los agravios consistentes en que
el Juez de Distrito omitió pronunciarse sobre el concepto de
violación relativo a que los preceptos combatidos violan su
garantía de audiencia, puesto que tales argumentos son
novedosos.
2. Declarar fundado el agravio, relativo a que el Juez de
Distrito omitió pronunciarse respecto del segundo concepto de
violación, en el que se alegó que las reformas a la ley impugnada,
transgreden los derechos subjetivos que como corredor público
adquirió para fedatar operaciones mercantiles relacionadas con
bienes inmuebles de acuerdo con diversa normatividad mercantil,
por lo que con fundamento en el artículo 91, fracción I, de la Ley
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AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
de Amparo, procede estudiar el concepto de violación omitido por
el Juez del conocimiento.
3. Por otra parte los agravios relativos a que la sentencia
reclamada es ilegal porque carece de fundamentación y
motivación, en virtud de constituir argumentos de legalidad, lo
procedente es reservar jurisdicción al Tribunal Colegiado del
conocimiento para se avoque a su estudio.
4. En cuanto al concepto de violación omitido se desestima
por infundado por las razones siguientes:
De la reforma al artículo 6, fracción V, de la Ley Federal de
Correduría Pública, publicada en el Diario Oficial de la Federación
de veintitrés de mayo de dos mil seis, se advierte que tanto en el
texto reformado como en el anterior, el Corredor Público estaba
exceptuado para actuar como fedatario en actos jurídicos no
mercantiles, en tratándose de inmuebles, así como dar fe de
hechos que no se consideren de naturaleza mercantil.
Con el propósito de conocer las razones que motivaron
dicha reforma, se acude a la exposición de motivos de catorce de
diciembre de dos mil cuatro, de la que se advierte que el Corredor
Público, como agente de comercio, actúa como intermediario en
las transacciones mercantiles, conforme a las facultades
conferidas por el legislador federal.
De los trabajos legislativos, también se observa que los
Corredores Públicos no pueden actuar válidamente en actos que
tengan que ver con bienes inmuebles, en virtud de que dicha
potestad corresponde exclusivamente a las legislaturas locales.
Que la falta de precisión ha provocado que los Corredores
Públicos realicen actos que no son de su competencia, como las
hipotecas sobre bienes inmuebles relacionadas con contratos de
Crédito Refaccionario o certificación de cotejos de copias con sus
originales, lo que constituye dar fe de meros hechos materiales.
Así, los hechos que el Corredor Público puede hacer
constar en actas son aquellos en los que consisten las diversas
diligencias en que puede intervenir en términos de las propias
leyes mercantiles, tales como el protesto de títulos de crédito o la
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AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
ratificación de firmas de contratos de créditos de habilitación o
avío o refaccionarios.
Que es necesario precisar las facultades de los Corredores
Públicos, a efecto de que no intervengan en actos o hechos que
no sean de su estricta competencia, tales como los actos civiles,
la materia inmobiliaria, el otorgamiento de poderes, así como dar
fe de hechos jurídicos que no sean estrictamente de carácter
mercantil.
Finalmente, en los trabajos legislativos se estimó
conveniente eliminar la facultad de los Corredores Públicos para
actuar en el otorgamiento de créditos refaccionarios o de
habilitación o avío con el ánimo de evitar que dichos fedatarios
den fe de tales actos cuando existan garantías inmobiliarias de
por medio.
Con base en lo anterior, esta Primera Sala estima que los
planteamientos del quejoso recurrente son infundados, ya que no
es exacto que la prohibición de que no se faculte a los corredores
públicos para ejercer como fedatarios públicos tratándose de
inmuebles; contenida en la fracción V del artículo 6 de la Ley
Federal de Correduría Pública, viole el principio de irretroactividad
que tutela el artículo 14 de la Constitución Federal, al desconocer
un derecho adquirido.
Similar criterio sostuvo la Segunda Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, al resolver el diverso amparo en
revisión 234/2007, el dos de mayo de dos mil siete, por
unanimidad de cinco votos.
PUNTOS RESOLUTIVOS:
PRIMERO. Se confirma la sentencia recurrida.
SEGUNDO. La Justicia de la Unión no ampara ni protege a
**********, contra los actos reclamados, por los motivos expuestos
en el último considerando de esta resolución.
TERCERO. Se reserva jurisdicción al Tribunal Colegiado del
conocimiento, en términos del considerando quinto de este fallo.
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AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
TESIS CITADAS:
“AGRAVIOS INOPERANTES. LO SON AQUELLOS QUE
NO COMBATEN LAS CONSIDERACIONES DE LA SENTENCIA
RECURRIDA Y NO SE DA NINGUNO DE LOS SUPUESTOS DE
SUPLENCIA DE LA DEFICIENCIA DE LOS MISMOS.
“AGRAVIOS INOPERANTES. LO SON AQUELLOS QUE SE
REFIEREN A CUESTIONES NO INVOCADAS EN LA DEMANDA
Y QUE, POR ENDE, CONSTITUYEN ASPECTOS NOVEDOSOS
EN LA REVISIÓN.
“IRRETROACTIVIDAD DE LAS LEYES. NO SE VIOLA ESA
GARANTÍA CONSTITUCIONAL CUANDO LAS LEYES O ACTOS
CONCRETOS DE APLICACIÓN SÓLO AFECTAN SIMPLES
EXPECTATIVAS DE DERECHO, Y NO DERECHOS
ADQUIRIDOS.”
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AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
QUEJOSO: **********
PONENTE: MINISTRA OLGA SÁNCHEZ CORDERO
GARCÍA VILLEGAS
SECRETARIA: ROSALÍA ARGUMOSA LÓPEZ
DE
México, Distrito Federal. Acuerdo de la Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al día
cinco de marzo de dos mil ocho.
V I S T O S; Y,
R E S U L T A N D O:
PRIMERO. Por escrito presentado el tres de julio de dos mil
seis, ante la Oficina de Correspondencia Común de los Juzgados
de Distrito en la Paz, Baja California Sur, **********, por su propio
derecho solicitó el amparo y protección de la Justicia Federal
contra las autoridades y por los actos que a continuación se
indican:
AUTORIDADES RESPONSABLES:
1. Congreso de la Unión de los Estados Unidos
Mexicanos.
2. Presidente Constitucional de los Estados Unidos
Mexicanos.
3. Director del Diario Oficial de la Federación.
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
ACTOS RECLAMADOS:
A. Del Congreso de la Unión y del Presidente de la
República reclama, la aprobación y expedición;
promulgación y orden de publicación; y la publicación
del Decreto que reforma los artículos 6 fracción V y
21 fracción III, así como adiciona las fracciones XI y
XII al artículo 20, todos de la Ley Federal de
Correduría Pública, publicado en el Diario Oficial de
la Federación el 23 de mayo del año 2006.
B. Del Director del Diario Oficial de la Federación se
reclama la publicación en ese diario de los preceptos
citados con antelación.
SEGUNDO. La parte quejosa invocó como garantías
constitucionales violadas las contenidas en los artículos 1, 5, 14,
16, 28 y 133 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, narró los antecedentes del asunto y expresó los
conceptos de violación que en síntesis son los siguientes:
a) El peticionario de garantías alegó que los artículos 6º,
fracción V, y 20 fracciones XI y XII de la Ley Federal de
Correduría Pública, vulneran las garantías de igualdad y de
libertad de trabajo o profesión siendo éstos lícitos, así como
quebrantan la libertad de competencia y la libre concurrencia al
prohibir a los Corredores Públicos en ejercicio de sus funciones,
fedatar actos mercantiles cuando se trate de inmuebles, lo cual
otorga una ventaja exclusiva a los Notarios Públicos, ya que son
éstos los únicos que pueden dar fe de esos actos, lo que origina
un perjuicio a los propios comerciantes en el costo directo, pues
los honorarios entre un Corredor y un Notario son evidentemente
discrepantes y de manera indirecta, es mayor el tiempo que dura
el trámite de una transacción de ese tipo.
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AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
Asimismo, la fracción V, del artículo 6º reformado de la Ley
invocada contraviene expresamente lo dispuesto por los artículos
1, 5, 14, 16, 28 y 133 constitucionales, porque de manera ilegal
pretende suprimir la facultad de fedación pública inmobiliaria
mercantil que el derecho les reconoce a los Corredores Públicos,
en diversos ordenamientos mercantiles como son: Código de
Comercio, Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, Ley
General de Sociedades Mercantiles, Ley de Instituciones de
Crédito, Ley de Concursos Mercantiles, entre otras, en los que se
evidencia la facultad del Corredor Público para intervenir como
fedatario público en materia inmobiliaria mercantil.
También, el quejoso refirió que la fracción citada en el
párrafo que antecede beneficia de manera absurda e ilegal a los
Notarios Públicos, pues se les otorga una ventaja exclusiva en el
mercado de los servicios de fedación pública tratándose de
inmuebles, con lo cual se genera un monopolio en la práctica de
este servicio, y con ello se transgrede la garantía consagrada en
el artículo 28 constitucional, por el que se prohíben las prácticas
monopólicas en este país.
b) Que la adición realizada al artículo 20 de la Ley Federal
de Correduría Pública, fracciones XI y XII, son violatorias de las
garantías contenidas en los artículos 1, 5, 14, 16, 28 y 133
constitucionales, pues su contenido presenta un grave desorden
legislativo que origina inseguridad en la actuación del Corredor
Público, ya que adolecen de la claridad, precisión y congruencia
que debe prevalecer en toda norma.
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AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
Lo
anterior,
ya
que
dichas
disposiciones
devienen
contradictorias con la Carta Magna, al prohibir al Corredor Público
fedatar actos mercantiles tratándose de inmuebles, cuando esa
facultad ya le había sido otorgada en diversos ordenamientos
mercantiles, acorde con lo dispuesto por la propia Ley Federal de
Correduría Pública, en la fracción VII, del artículo 6º, vigente
antes de las reformas de mayo de dos mil seis, en la que se
establecía que a los Corredores Públicos les correspondía llevar
a cabo “…Las demás funciones que le señalen ésta y otras leyes
o reglamentos” ; de ahí que, en concepto del quejoso se aprecia
que la propia ley de la materia reconoce que existen otras normas
legales (mercantiles, por ejemplo) que le otorgan diversas
facultades al Corredor Público, entre ellas, fedatar actos
mercantiles aún tratándose de inmuebles.
Igualmente, el quejoso señaló que es incongruente y
contradictorio el numeral reclamado, en virtud de que, el propio
artículo 6º de la ley invocada, reconoce que el Corredor Público
tendrá las facultades otorgadas en la ley de la materia y aquéllas
que se le designaran en otros ordenamientos legales, incluso las
de actuar como fedatario público en materias distintas a la
mercantil y cuando se trate de inmuebles; y por tanto, con la
prohibición reclamada se le dejó en estado de indefensión, pues
no se le permite desarrollar la actividad lícita que le fue
reconocida previamente, en cambio se beneficia indebidamente a
los Notarios Públicos, al ser estos últimos quienes tienen, en
forma por demás monopólica, el ejercicio de fedatar actos
mercantiles en materia inmobiliaria.
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AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
Que la prohibición establecida en el artículo 20, fracción XII
de la Ley Federal de Correduría Pública, en el sentido de que los
Corredores Públicos están impedidos para ejercer funciones de
fedatario público en actos cuya naturaleza sea distinta a la
mercantil, aunque esto también haya sido reconocido por otras
leyes existentes (como mercantiles y administrativas), genera
gran incertidumbre en la actuación de dicho fedatario, ya que no
determina con precisión a qué se refiere con la expresión “cuando
el acto real tenga otra naturaleza”, es decir, no especifica en que
casos deberá determinarse la naturaleza real del acto y para que
efectos, por lo tanto, no detalla cuáles son los actos en que se
limita la actuación de un corredor público.
El quejoso adujo, que la prohibición contenida en el
precepto en cita afecta su trabajo y libertad ocupacional ya que
se le da un trato desigual al prohibirle e impedirle su libre derecho
de ejercer la actividad de fedatario público en materia inmobiliaria
mercantil, garantizado por el artículo 5 constitucional.
c) Que los artículos 6º, fracción V y 20, fracciones XI y XII
de la Ley mencionada violentan las garantías de seguridad
jurídica y legalidad, consagradas en los artículos 14 y 16
constitucionales, ya que transgreden en perjuicio del quejoso
derechos subjetivos que le han sido conferidos por distintos
ordenamientos legales con anterioridad a la fecha en la que inició
la vigencia de las reformas a la Ley Federal de Correduría
Pública impugnada.
d) Que los artículos combatidos son violatorios del artículo
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AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
133 constitucional, en atención a que transgreden el principio de
Supremacía Constitucional, pues en caso de aplicarse en
perjuicio del quejoso, se estarían utilizando preceptos de una ley
secundaria, en franca violación a la Ley Suprema alterando el
orden constitucional.
TERCERO. Por acuerdo de cinco de julio de dos mil seis, el
Juez Primero de Distrito en el Estado de Baja California Sur, a
quien por razón de turno correspondió conocer de la demanda de
amparo, la admitió a trámite y la registró bajo el expediente
número 614/2006, y seguidos los trámites de ley el Juez citado,
celebró la audiencia constitucional el veintiuno de noviembre del
mismo año y dictó sentencia, que terminó de engrosar el treinta y
uno de mayo de dos mil siete, en la que sobreseyó en el juicio de
garantías, al considerar actualizada la causal prevista en la
fracción V, del artículo 73 de la Ley de Amparo, por falta de
interés público en relación con el artículo 21, de la Ley Federal de
Correduría Pública, porque a juicio del resolutor de Amparo, el
impetrante de garantías no demostró su interés jurídico, al no
acreditar la aplicación en su perjuicio de la norma impugnada,
misma que estimó, es de carácter heteroaplicativo.
Asimismo, negó el amparo solicitado en contra de las
reformas al artículo 6 fracción V, así como la adición de las
fracciones XI y XII al artículo 20, ambos de la Ley Federal de
Correduría Pública, por resultar infundados e inoperantes, los
conceptos de violación hechos valer por la parte quejosa.
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AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
Las consideraciones que el Juez Federal sustentó en el fallo
citado para desestimar por infundados e inoperantes los
conceptos de violación en síntesis son:
Una vez, que el Juez de Distrito atendió a la connotación
gramatical de las figuras jurídicas de Notario y Corredor Público
atendió al contenido de los artículos 1 y 2 de la Ley del Notariado
en el Estado de Baja California Sur, así como a los preceptos 5º
y 6º de la Ley Federal de Correduría Pública, de cuyo texto
advirtió que el fedatario está facultado para autentificar y dar
forma en los términos de ley a los instrumentos en que se
consignen actos y hechos jurídicos, por lo que éstos al ser
certificados por el Notario o Corredor tienen el carácter de
auténticos, y valen “erga omnes”, esto es, con efectos generales;
además de que debe asesorar a los otorgantes y comparecientes.
En ese contexto, a juicio del Juez Federal la fe pública es
la garantía que da el Estado de que son ciertos determinados
hechos que interesan al derecho; de ahí que la fe pública debe
considerarse como la garantía de seguridad jurídica que da el
fedatario tanto al Estado como al particular, al determinar que el
acto se otorgó conforme a derecho y que lo relacionado con él es
cierto; que esta función del fedatario contribuye al orden público,
a la tranquilidad de la sociedad en que actúa y da certeza
jurídica, y por eso, concluyó que tanto el Corredor como el
Notario son fedatarios públicos autorizados para imprimir fe
pública a los actos en que intervengan, y como consecuencia,
ambos comparten naturaleza y características, aunque con
esferas de competencia distintas, por lo que deben estar sujetos
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AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
a las mismas restricciones en cuanto a su intervención como
fedatarios.
Es decir, de esta forma se garantiza la imparcialidad en el
ejercicio de sus respectivas funciones, lo cual es un elemento
esencial para el adecuado desarrollo de sus actividades,
evitándose así la utilización indebida de las mismas, en provecho
de intereses particulares.
Por otra parte, el Juez Federal consideró que los artículos
combatidos no transgreden en perjuicio del quejoso las garantías
contenidas en los artículos 1º, 5º y 28 constitucionales, pues
ambos fedatarios públicos (Notarios y Corredores) despliegan
una facultad delegada por el Estado, la fe pública, bajo
determinadas condiciones y limitaciones cada uno de ellos, y que
fueron establecidas en los ordenamientos que los rigen, en el
entendido de que la principal diferencia entre ambas figuras, es
que el Corredor Público debe avocarse primordialmente a
actividades cuyo origen sea netamente mercantil.
Lo expuesto, el Juez Federal lo estimó ya que en el
proceso legislativo de la ley combatida se reconoció que los
Notarios Públicos por un lado y los Corredores Públicos por el
otro, debían tener esferas de competencia distintas y tenían que
estar sujetos a las mismas restricciones en cuanto a su
intervención como fedatarios.
Por ello, a juicio del juzgador se justifica la razón de que la
autorización del Corredor se limite en los casos en que su
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AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
participación sea en actos mercantiles que no comprendan
bienes inmuebles o en aquéllos cuya naturaleza real no sea la
mercantil, pues la incorrecta interpretación y aplicación de la Ley
Federal
de
Correduría
Pública,
ha
propiciado
criterios
divergentes, conduciendo así a múltiples casos en donde los
Corredores Públicos excedieron sus atribuciones y facultades,
provocando incertidumbre e inseguridad jurídica para alguno de
los destinatarios de sus servicios; incluso, se han generado
controversias que se ventilaron ante los tribunales, lo que originó
pérdidas económicas importantes al ser impugnados de nulos
algunos actos realizados ante Corredores Públicos, razón por la
que es indispensable una mayor claridad de la ley respecto de las
facultades de los Corredores Públicos.
Asimismo, el Juez Federal consideró que a efecto de
determinar si las disposiciones impugnadas violan la libertad de
trabajo al establecer que los Corredores Públicos como fedatarios
públicos podrán hacer constar la legalidad de los actos jurídicos,
contratos o convenios de naturaleza mercantil, excepto en
tratándose de inmuebles, debía atenderse previamente a si se
satisfacían los presupuestos que el artículo 5º constitucional
establece.
En relación con la licitud de la actividad que requiere la
norma constitucional, el juzgador determinó que en el caso
concreto se trata del otorgamiento de una patente por parte del
Estado, en la que se delega una de las funciones que le fue
asignada al mismo por conducto de sus órganos de gobierno,
como lo es la fe pública; su licitud deriva del hecho mismo de que
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AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
es un cargo público para actividades relacionadas con la fedación
pública y para actuar como agente mediador o asesor, e incluso
perito valuador, en asuntos de naturaleza mercantil, previsto
expresamente en un ordenamiento legal emitido por la legislatura
del país y que es de orden público e interés social conforme al
artículo 1o. de la propia ley impugnada, siendo éste el objeto de
la Correduría Pública, de conformidad con el artículo 5o. de
nuestra Carta Magna .
Es decir, lo anterior en concepto del Juez de Distrito
demuestra un cargo dentro del servicio profesional de mérito, y
por tanto es una actividad lícita permitida por la ley.
Por cuanto a que la actividad no debe afectar derechos de
terceros, sobre el particular el Juez consideró que el puesto de
Corredor Público que prevé la ley impugnada, será ocupado por
aquéllas personas que reúnan los requisitos solicitados por dicho
ordenamiento y su reglamento y que sean habilitados por la
Secretaría de Comercio (hoy Secretaría de Economía) de tal
forma que, si existe la vacante y se reúnen los requisitos
necesarios para tal efecto, los aspirantes podrán ser asignados
para tal función, sin que ello pueda implicar afectación a derechos
de terceros.
En relación a que no deben afectarse derechos de la
sociedad, el resolutor federal señaló que un cargo como fedatario
público, legalmente reconocido, no puede implicar lesión al
interés general, en la medida que, la ley que lo rige es de orden
público e interés social y, además, tiene por objeto dotar de fe
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AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
pública a los Corredores Públicos para que hagan constar la
legalidad de los actos, contratos o convenios mercantiles
celebrados entre las personas y asegurar la fidelidad de las actas
o pólizas elaboradas al respecto, lo cual evidentemente es en
beneficio de la propia sociedad a efecto de que la elaboración de
dichas
actas
o
pólizas,
sean
elaboradas
por
personal
especializado y reconocido por la ley y con ello se logren los fines
que se persiguen.
En ese orden de ideas, el juzgador concluyó que el
nombramiento de Corredor Público conforme a la ley impugnada,
es acorde con los principios fundamentales en que se basa la
garantía de libertad de trabajo, lo que apoyó en el criterio
sustentado por este Alto Tribunal en la tesis jurisprudencial P./J.
28/99, cuyo rubro es: “LIBERTAD DE TRABAJO. NO ES
ABSOLUTA
DE
FUNDAMENTALES
ACUERDO
QUE
LA
CON
RIGEN
LOS
PRINCIPIOS
(ARTÍCULO
5o.,
PÁRRAFO PRIMERO, DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE
LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS)”.
Igualmente, el Juez estimó que con la entrada en vigor de
los preceptos de la Ley Federal de Correduría Pública tildados de
inconstitucionales, no se coarta al quejoso su derecho a profesar
el trabajo que desee, siempre y cuando sea lícito, pues contrario
a su argumento, con apoyo en dicha normatividad, le fueron
conferidas facultades como fedatario público con el objeto de que
fungiera como pieza clave en la agilización de las transacciones
empresariales y en la modernización de los instrumentos
jurídicos, mediante los cuales se formalicen actos y hechos que
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AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
inciden en la materia mercantil; además de que esas facultades
se encuentran detalladas en el citado numeral 6º de la ley
combatida, así como en diversos ordenamientos, principalmente
de índole mercantil, en los que se establece que el Corredor
Público puede actuar como agente mediador, perito valuador,
asesorar jurídicamente a las partes que intervengan en la
negociación y como fedatario público para hacer constar la
legalidad de los actos jurídicos, contratos y convenios de
naturaleza mercantil, entre otras.
Es así, que el propio Reglamento de la Ley Federal de
Correduría Pública, vigente desde mil novecientos noventa y tres,
precisa que los Corredores Públicos son responsables de que la
prestación de sus servicios sea con estricto apego a las
disposiciones de la ley de la materia, y deberán excusarse de
conocer de un asunto cuando para ello exista una prohibición
legal o reglamentaria, como en el caso sucede tratándose de
inmuebles.
Además, el Juez Federal consideró que el artículo 53 del
Reglamento, de la Ley Federal de Correduría Pública, precisa
que el Corredor Público en ejercicio de sus atribuciones como
fedatario público, podrá intervenir en los actos, convenios o
contratos de naturaleza mercantil, excepto cuando se trate de
inmuebles, a menos que las leyes los autoricen, y en el caso, la
ley que rige la actuación de un Corredor Público, desde el inicio
de su vigencia en mil novecientos noventa y dos, hasta las
nuevas reformas sufridas en el año dos mil seis, determinó que
no se faculta a los Corredores Públicos para ejercer como
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AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
fedatarios públicos tratándose de inmuebles, atendiendo el
legislador, desde un principio, al mayor beneficio de la sociedad,
pues en reiteradas ocasiones se han objetado de nulidad los
actos en que dicho funcionario ha dado fe pública tratándose de
bienes inmuebles, causando así un severo perjuicio a quienes
han requerido de sus servicios.
También, el Juez de Distrito declaró infundado el
argumento relativo a que con las reformas y adiciones a la Ley
Federal de Correduría Pública se permite la práctica monopólica
por parte de los Notarios Públicos, violando así el artículo 28 de
nuestra Carta Magna, porque a los Notarios Públicos se les
otorga exclusivamente la facultad para fedatar actos mercantiles
que impliquen bienes inmuebles.
Lo expuesto, porque a juicio del Juez tanto los Notarios
Públicos como los Corredores Públicos, tienen determinadas
facultades para el ejercicio de sus funciones, y la reglamentación
que determina como han de llevarse a cabo tales funciones ésta
prevista conforme al interés público general y por tanto, no puede
sostenerse que al reglamentar, como lo hace la ley combatida,
los actos en que pueden ejercitar sus funciones los Corredores
Públicos y aquéllos en que no pueden hacerlo debido a que esto
corresponde a otra figura de fe pública, se está propiciando la
formación de monopolio alguno y se estén dictando medidas en
favor de una o varias personas; lo anterior, ya que son
disposiciones generales a observarse por todos aquellos
gobernados que deben colocarse en los supuestos de la ley, sin
limitación a persona alguna y sin estar dirigidas a personas
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AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
determinadas.
Las consideraciones mencionadas, el Juez de Distrito las
apoyó en la tesis aislada número 1916/2006 de la Segunda Sala
de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación cuyo rubro es
“MONOPOLIOS
INTERPRETACIÓN
DEL
ARTÍCULO
28
CONSTITUICONAL Y SU LEY ORGÁNICA”.
Además, el Juez de Distrito señaló que ciertamente el
estado de monopolio supone la concentración en una persona o
en un grupo de personas, de determinadas actividades, en
perjuicio del público en general, o cuando menos de un grupo
social, pero nunca cuando esas actividades se concentran en
determinado grupo, en perjuicio de otro grupo comercial o
industrial, pues en ese caso, aparte de que el interés general no
es afectado, que es lo que interesa al legislador, el grupo que se
encuentra en condiciones desventajosas está capacitado, por
medio de adaptaciones a las exigencias nuevas, para recuperar
los beneficios perdidos.
Por otra parte, el Juez de Distrito desestimó por infundado
el concepto de violación consistente en que con las reformas del
artículo 6º, fracción V, y las adiciones al numeral 20 (fracciones
XI y XII) de la Ley Federal de Correduría Pública, se violan las
garantías de seguridad jurídica y legalidad contenidas en los
artículos 14 y 16 constitucionales; puesto que, a su juicio si bien
la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sostenido
reiteradamente el criterio de que la exigencia de cumplir con los
requisitos de fundamentación y motivación abarca a todas las
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AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
autoridades; sin embargo, tratándose de actos legislativos,
aquéllos se satisfacen siempre que las autoridades encargadas
de su formación actúen dentro de los límites de las atribuciones
que la Ley Suprema les confiere y que las leyes que expidan se
refieran a relaciones sociales que requieran ser jurídicamente
reguladas, sin que ello implique, en modo alguno, que todas y
cada una de las normas que integren un ordenamiento deban ser
necesariamente materia de motivación específica, lo que apoyó
en los criterios del Pleno de este Alto Tribunal cuyos rubros son:
“FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN DE LOS ACTOS DE
AUTORIDAD
LEGISLATIVA.”
MOTIVACIÓN
DE
LOS
y
“FUNDAMENTACIÓN
ACTOS
DE
Y
AUTORIDAD
LEGISLATIVA”.
También, el Juez Federal destacó que para llevar a cabo
todo proceso legislativo de ley o decreto, cuya resolución no sea
exclusiva de alguna de las Cámaras del Congreso de la Unión, se
discutirá sucesivamente en ambas, observándose en todo
momento en el Reglamento de Debates, la forma y el modo de
proceder en las discusiones y votaciones; acorde con lo
establecido en el artículo 72 constitucional.
Que el proceso legislativo que se siguió para el efecto de
discutir el proyecto de Decreto de reformas a la Ley Federal de
Correduría Pública, acorde con lo establecido por el numeral
citado en el párrafo que antecede inició con la exposición de
motivos presentada ante la cámara de origen, que en este caso,
fue la de Diputados del Congreso de la Unión, el catorce de
diciembre de dos mil cuatro.
15
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
Que posteriormente, en la misma fecha en que se
expusieron los motivos que generaban la petición de reformas a
la Ley Federal de Correduría Pública, se realizó el dictamen en la
aludida cámara de origen y se llevó a cabo su discusión, en la
que se determinó aprobar dicha iniciativa y remitirse a la Cámara
de Senadores para su debida revisión constitucional.
Que el quince de diciembre de dos mil cinco, se presentó
ante la cámara revisora la minuta de las reformas propuestas a la
ley aquí combatida, para su debido análisis y valoración.
Que el cuatro de abril de dos mil seis, se emitió el dictamen
por la Cámara de Senadores del Congreso de la Unión y se llevó
a cabo la discusión y votación de las reformas propuestas; en el
análisis de la minuta presentada.
Que una vez llevado a cabo lo anterior, se sometió a
votación de los integrantes asistentes al pleno de la Cámara de
Senadores del Congreso de la Unión, quienes emitieron una
votación a favor de las reformas propuestas a la Ley Federal de
Correduría Pública, particularmente en su artículo 6º, fracción V,
por lo que, se aprobó el decreto que las contiene y se ordenó
pasar al poder ejecutivo para efectos de su publicación, la cual se
llevó a cabo el veintitrés de mayo de dos mil seis, en el Diario
Oficial de la Federación, estableciéndose que empezaba a surtir
efectos a partir del día siguiente de su publicación.
Con base en lo expuesto, el Juez Federal concluyó que se
16
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
cumplió a cabalidad con el proceso legislativo contemplado en el
artículo 72 constitucional, ya que, en primer término, la Cámara
de Diputados conoció de las propuestas de reformas y adiciones
a la ley combatida, la cual, una vez que llevó a cabo su respectiva
discusión y aprobación, las remitió a la cámara revisora, en este
caso la de Senadores donde también se discutió y voto,
culminando con su aprobación y el consiguiente envío al Jefe del
Ejecutivo para que ordenara su publicación en el Diario Oficial, lo
que en la especie aconteció el veintitrés de mayo de dos mil seis.
Por otra parte, el Juez de Distrito consideró infundados los
argumentos consistentes en que con la entrada en vigor de las
reformas y adiciones de la Ley Federal de Correduría Pública, se
vulneran las garantías de igualdad, legalidad, seguridad jurídica,
libertad de trabajo y libre concurrencia en los servicios de
fedación
pública
contenidas
en
los
artículos
14
y
16
constitucionales, al transgredirse los derechos subjetivos que al
ahora quejoso le fueron concedidos en diversos ordenamientos
legales que se encontraban vigentes antes de la fecha de
publicación de la ley aquí combatida –tales como el Código de
Comercio, Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, Ley
Federal de Protección al Consumidor, Ley del Impuesto al Valor
Agregado, entre otras- para que ejerciera sus funciones como
Corredor Público en el Estado de Baja California Sur los cuales
en concepto del quejoso, no podrían ser desconocidos por las
nuevas reformas mencionadas.
Lo anterior, en virtud de que a juicio del Juez Federal la
parte quejosa no precisó en forma concreta cuál era la violación
17
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
constitucional en que incurrieron las reformas a la ley reclamada,
tampoco indicó de qué manera se contrapone dicha norma a los
artículos de nuestra Carta Magna que consideró violados, pues
únicamente el quejoso se limitó a precisar que las reformas y
adiciones sufridas a la Ley Federal de Correduría Pública son
contrarias a diversos ordenamientos de carácter general (en
materia mercantil principalmente) en las cuales con anterioridad
se le otorgaron facultades para fedatar actos donde se involucren
bienes inmuebles.
Por tanto, en concepto del Juez del conocimiento al no
precisar el quejoso la disposición constitucional con la que se
contrapone la ley reclamada y al dirigir su argumento únicamente
en el sentido de que dicho ordenamiento establece una
prohibición para su ejercicio de Corredor Público, no se trata
entonces de una impugnación a la constitucionalidad de la ley
aludida sino de una cuestión de legalidad.
Que ello era así, porque la parte quejosa no demostró en
qué forma la norma aplicada y que fue reformada mediante el
proceso legislativo, en su perjuicio viola el orden constitucional;
tampoco acreditó o razonó en qué sentido las incongruencias y
contradicciones que refirió se advierten en los conceptos
normativos reformados, que revelaran una violación, entre otras,
a la garantía de seguridad jurídica, como podría ser la
contradicción de la ley impugnada con otras normas de carácter
general o leyes secundarias.
Por lo expuesto, el Juez concluyó que en los casos en que
18
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
se tilda de inconstitucional una ley por su afirmada contradicción
con
otra
norma
general
o
ley
secundaria,
el
examen
constitucional precisa de la existencia de la causa de pedir que
no se colma con la exposición de contradicciones entre los textos
legales, sino que requiere de la indicación de la garantía
individual violada y de la precisión de razones mínimas que
pongan de relieve la violación del derecho público subjetivo
invocado por la norma general aplicada, pues sólo de esa manera
se podría demostrar que se aplicó en el acto reclamado una ley
inconstitucional.
Es
decir,
el
estudio
constitucional
precisa
de
razonamientos jurídicos con los que se ataque que el proceso de
reforma que produjo la vigencia del nuevo precepto de la norma
ordinaria produjo efectos en menoscabo de la esfera jurídica del
gobernado; de ahí que, el Juez Federal estimó que este requisito
no se colma con la exposición vaga e imprecisa de argumentos
que no explican el por qué de lo inconstitucional de los actos
concretos de aplicación, lo que apoyó en el criterio jurisprudencial
del Pleno de este Alto Tribunal cuyo rubro es: “LEY PARA
ANALIZAR SU CONSTITUCIONALIDAD DEBE PLANTEARSE
SU
OPOSICIÓN
CON
UN
PRECEPTO
DE
LA
CONSTITUCIÓN”.
En otro sentido, el Juez Federal consideró infundado el
cuarto concepto de violación relativo a que la normatividad
impugnada vulnera el principio de Supremacía Constitucional
contenido en el artículo 133 de nuestra Carta Magna; puesto que
a su juicio bajo el término de Supremacía de la Constitución, se
19
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
hace referencia a la cualidad de la constitución de fungir como la
norma jurídica positiva superior que da validez y unidad a un
orden jurídico nacional.
La Constitución es la fuente última de validez de un orden
jurídico, de tal suerte que para que una norma jurídica sea válida,
requiere
encontrar
dicho
fundamento
de
validez,
en
su
conformidad con el conjunto de normas superiores y, en última
instancia, con la Constitución. Dicha conformidad puede referirse
únicamente a los aspectos formales, es decir, al procedimiento de
elaboración de una norma jurídica, o incluso, al contenido de la
misma. De esta manera, la Constitución rige el proceso de
producción del conjunto de las normas jurídicas que integran un
orden jurídico determinado.
Una vez, que el Juez Federal detalló lo anterior consideró
infundado el concepto de violación esgrimido por el quejoso en el
sentido de que la nueva fracción V del artículo 6º y las fracciones
XI y XII del diverso 20, ambos de la Ley Federal de Correduría
Pública, violentan el principio de Supremacía Constitucional.
Lo anterior, en virtud de que el peticionario de garantías no
esgrimió razonamiento alguno tendente a establecer por qué se
vulnera la Supremacía Constitucional por parte de las reformas
alegadas, es decir, no manifestó en qué sentido son contrarias a
nuestra Carta Magna, ya que únicamente manifestó que las
reformas sufridas a la Ley Federal de Correduría Pública, son
contrarias a diversas normas mercantiles; que previamente a la
20
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
existencia de la ley combatida, le otorgaron ciertas facultades
como Corredor Público.
Con base en lo expuesto, el Juez de Distrito desestimó por
inoperantes los conceptos de violación, no obstante, que en el
amparo en materia administrativa puede suplirse la deficiencia de
la queja en términos del artículo 76 bis, fracción VI, de la Ley de
Amparo; puesto que a su juicio los supuestos previstos por ese
precepto no se actualizaron, ya que no advirtió una violación
manifiesta de la ley que haya dejado al quejoso sin defensa.
CUARTO.
Inconforme
con
la
resolución
anterior,
el
impetrante de garantías, interpuso recurso de revisión, el cual
tocó conocer al Tribunal Colegiado del Vigésimo Sexto Circuito,
cuyo presidente por auto de veintisiete de agosto de dos mil siete,
admitió el recurso en cuestión, registrando el expediente relativo
con el número 179/2007.
Una vez, seguido el juicio por sus trámites, el órgano
colegiado del conocimiento dictó sentencia el nueve de
noviembre de dos mil siete, en la que, por una parte, dejó firme
el sobreseimiento decretado por el Juez de Distrito, respecto de la
reforma del artículo 21, fracción III de la Ley Federal de
Correduría Pública, en virtud de que dicho sobreseimiento no fue
impugnado por la parte a quien pudiera perjudicarle; y por otra
parte, subsanó la incongruencia en que incurrió el Juez de
Distrito por haber omitido pronunciarse en relación a la negativa
del Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos,
consistente en la aprobación de las normas tildadas de
21
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
inconstitucionales, razón por la que con fundamento en el artículo
74, fracción IV, de la Ley de Amparo sobreseyó respecto del acto
atribuido a la autoridad responsable mencionada.
Asimismo,
el
órgano
colegiado
citado
se
declaró
legalmente incompetente para conocer del recurso de revisión,
y ordenó enviar los autos a esta Suprema Corte de Justicia de
la Nación, para que sea ésta quien se pronuncie respecto de la
aprobación y expedición del Decreto por el que se reforma la
fracción V, del artículo 6, así como la adición de las fracciones XI
y XII al numeral 20, ambos de la Ley Federal de Correduría
Pública, publicado en el Diario Oficial de la Federación el
veintitrés de mayo de dos mil seis, atribuidos a las autoridades
responsables.
QUINTO. Por auto de Presidencia de fecha veintidós de
noviembre de dos mil siete, esta Suprema Corte de Justicia de la
Nación asumió su competencia originaria y admitió el recurso de
revisión, el cual fue registrado con el número 1070/2007;
asimismo, ordenó dar vista al Procurador General de la República
y turnar el asunto a la Ministra Olga Sánchez Cordero de García
Villegas, para la elaboración del proyecto de resolución.
El Agente del Ministerio Público de la Federación no formuló
pedimento alguno.
SEXTO. Previo dictamen de la Ministra Ponente, el
Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
mediante acuerdo de cuatro de enero de dos mil ocho remitió el
22
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
presente asunto a la Primera Sala de este Alto Tribunal cuyo
Presidente, por acuerdo del día once del mismo mes y año,
ordenó que dicha Sala se avocara al conocimiento del asunto.
SÉPTIMO.
El
ahora
recurrente
**********,
interpuso
impedimento para que conociera del presente asunto la Ministra
Olga Sánchez Cordero de García Villegas, mismo al que le fue
asignado el número 1/2008-PS, turnado a la Ponencia del Ministro
Juan N. Silva Meza, y se resolvió por unanimidad de cuatro votos,
en sesión de esta Primera Sala de veintisiete de febrero de dos
mil ocho, en el sentido de que no es legal el impedimento
planteado por la parte quejosa, en los términos siguientes:
Lo anterior, porque por una parte el estudio que sobre la
constitucionalidad
o
inconstitucionalidad
de
las
normas
combatidas se realice, no depende de la calidad de la Señora
Ministra como Notaria Pública con licencia, sino de su
contraposición o no con la Constitución Federal y de los agravios
expuestos en el recurso de revisión y, por otra, porque la
determinación que en definitiva se tome en torno a las citadas
normas reclamadas, no va a derivar de la decisión unilateral por
parte de la Señora Ministra, sino, en todo caso, del consenso de
los demás Ministros integrantes de la Sala.
Además, con independencia del sentido del fallo que en su
momento se emita, esto es, declarando la constitucionalidad o
inconstitucionalidad de los preceptos reclamados, no se advirtió
elemento alguno por el que la Señora Ministra pueda obtener un
23
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
beneficio o provecho que conduzca a determinar que tiene un
interés personal en el asunto de que se trata.
C O N S I D E R A N D O:
PRIMERO. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación es competente para conocer del presente
recurso de revisión, en términos de lo dispuesto en los artículos
107, fracción VIII, inciso a), de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos; 84, fracción I, inciso a), de la Ley de
Amparo; 21, fracción XI, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de
la Federación; así como con fundamento en el punto cuarto del
Acuerdo General Plenario 5/2001, publicado el veintinueve de
junio del año dos mil uno en el Diario Oficial de la Federación. Lo
anterior, en virtud de que el recurso de revisión se interpuso en
contra de una sentencia dictada por un Juez de Distrito en la
audiencia constitucional de un juicio de amparo, en el que se
reclamó la inconstitucionalidad del artículo 6º, fracción V, y las
adiciones a las fracciones XI y XII, del artículo 20, de la Ley
Federal de Correduría Pública, y si bien subsiste en esta instancia
el problema de constitucionalidad planteado, su resolución no
entraña la fijación de un criterio de importancia y trascendencia
para el orden jurídico nacional.
SEGUNDO. No es necesario hacer manifestación respecto
de la temporalidad del recurso de revisión, en virtud de que el
Tribunal Colegiado ya se pronunció al respecto.
24
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
TERCERO. En sus agravios, la parte recurrente argumentó
lo siguiente:
a) Que el fallo recurrido es ilegal, porque contraviene los
artículos 77, fracciones II y III, y 78 de la Ley de Amparo, así
como 93, fracción II, 129, 130 y 202 del Código Federal de
Procedimientos Civiles, pues el Juez de Distrito no fijó en forma
clara y precisa el acto reclamado, como tampoco fundó y motivó
ese fallo.
b) Que el Juez Federal omitió otorgar validez probatoria
plena a la resolución de veintiocho de octubre de mil novecientos
noventa y siete, emitida por la Comisión Federal de Competencia
Económica dentro del expediente DE-14-95, no obstante que, a
juicio del ahora recurrente, la documental de mérito acredita
fehacientemente las indebidas e ilegales prácticas monopólicas
desplegadas por los Notarios Públicos del Distrito Federal, en
coordinación con el Jefe del Departamento del Distrito Federal y
Registro Público de la Propiedad, a fin de impedir la inscripción en
ese registro de instrumentos públicos expedidos por Corredores
Públicos, y que como consecuencia de ello, se ha impuesto multa
a los Notarios involucrados en las prácticas citadas.
c) Que el Juez no consideró que la autoridad responsable
en contravención a los artículos 192 y 193 de la Ley de Amparo,
no aplicó ni respetó diversos criterios jurisprudenciales cuyos
rubros entre otros son: “IGUALDAD. CRITERIOS PARA
DETERMINAR SI EL LEGISLADOR RESPETA ESE PRINCIPIO
CONSTITUCIONAL.”, “IGUALDAD. DELIMITACIÓN CONCEPTUAL
25
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
DE ESE PRINCIPIO.”, “LIBERTAD DE TRABAJO. EL PODER
LEGISLATIVO NO PUEDE RESTRINGIR ESA GARANTÍA A
GOBERNADOS EN PARTICULAR.”, “DOCUMENTOS PÚBLICOS,
CONCEPTO DE, Y VALOR PROBATORIO”, “PRUEBAS,
FALTA DE VALORACIÓN DE LAS. ES VIOLATORIO DE
GARANTÍAS”.
d) Que en forma incorrecta el Juez de Distrito estimó
constitucionales los artículos 6, fracción V, y 20 fracciones XI y XII
de la Ley Federal de Correduría Pública, puesto que dichos
numerales evidencian discriminación y trato desigual en perjuicio
del ahora recurrente, al privarlo de su derecho de actuar como
fedatario público en asuntos inmobiliarios mercantiles, lo que está
expresamente prohibido por el artículo 1º de la Carta Magna, y
contraviene su libertad de trabajo.
Es decir, si bien es cierto que existen diferencias entre las
funciones del Notario y las del Corredor Público; también lo es,
que en materia mercantil existen varias coincidencias en la
función de la fedación, en donde el fedatario citado en primer
término, no obstante que su nombramiento es de carácter local, al
ser nombrado por los Gobernadores de las Entidades Federativas
interviene en actos regulados por normas federales, como son la
Constitución de Sociedades Mercantiles, Asambleas de Ejidos
(Derecho Agrario), Contrato de Cesión de Derechos de Agua (Ley
Federal de Agua) entre otras, y por tanto, es incongruente que en
actos de naturaleza mercantil tenga facultades para conocer; en
tanto que, el Corredor aun cuando sea el fedatario idóneo en
26
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
materia mercantil por ser un auxiliar del comercio esté impedido
para intervenir en esta materia tratándose de inmuebles.
Además, el hecho de que el peticionario de garantías tenga
facultades y atribuciones para fedatar actos inmobiliarios en
materia comercial contrariamente a lo que el Juez de Distrito
consideró no se traduce en una práctica indebida en provecho de
intereses particulares, ya que la función del Corredor es una
actividad de orden público e interés general que favorece a la
economía popular y nacional garantizando la seguridad jurídica a
un bajo costo, y en consecuencia origina una sana competencia y
libre concurrencia en los servicios de fedación.
e) Que incorrectamente, el Juez de Distrito estimó que los
Corredores Públicos se han excedido en sus atribuciones y
facultades, lo que ha provocado incertidumbre e inseguridad
jurídica para los destinatarios de sus servicios; puesto que tales
consideraciones son imprecisas, ya que no determina en qué
consistieron esos actos; en cambio el juzgador no tomó en cuenta
que es una realidad innegable que quienes han originado las
controversias judiciales son los Notarios Públicos, en virtud de su
incorrecta interpretación, respecto de la Ley Federal de
Correduría Pública y su Reglamento.
f)
Que el Juez de Distrito omitió considerar que lo alegado
por el quejoso en su concepto de violación fue en el sentido de
que la Reforma y adiciones de la Ley Federal de Correduría
Pública transgreden en su perjuicio las garantías de igualdad,
seguridad jurídica, audiencia, legalidad, libertad ocupacional de
27
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
trabajo, así como de libre concurrencia y competencia económica
en los servicios de fedación pública en operaciones mercantiles
inmobiliarias; puesto que ese ordenamiento legal invocado viola el
artículo 5 de la Constitución Federal, que prevé la garantía de
libertad de trabajo,
en virtud de que se le impide ejercer la
función de Corredor Público, al no poder intervenir en actos
jurídicos mercantiles relativos a bienes inmuebles.
g) Que las reformas y adiciones a la Ley Federal de
Correduría Pública transgrede en perjuicio del recurrente la
garantía de audiencia consagrada en el artículo 14 constitucional,
porque no establecen un procedimiento ordinario mediante el cual
se le dé la oportunidad de ser oído y ofrecer pruebas en defensa
de sus derechos en torno a la prohibición de intervenir como
fedatario en actos mercantiles tratándose de bienes inmuebles,
por lo que es obvio que se le deja en estado de indefensión.
h) Que el juzgador de amparo omitió considerar el estado
de monopolio en que se encuentra la actividad de fedación
pública mercantil en la que sólo se beneficia a los Notarios
Públicos, pues el artículo 28 de nuestra Carta Magna prohíbe toda
práctica monopólica que tienda a evitar la libre concurrencia, así
como cualquier acto que constituya una ventaja exclusiva a favor
de una o varias personas determinadas en perjuicio del público en
general o de una clase social; puesto que el juzgador se limitó a
analizar el concepto de violación bajo el criterio contenido en la
tesis cuyo rubro es: “MONOPOLIOS INTERPRETACIÓN DEL
ARTÍCULO 28 CONSTITUCIONAL Y LEY ORGÁNICA”.
28
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
Además de que, ese criterio es inaplicable por haber
sido superado y rebasado a partir de la entrada en vigor de la
actual Ley Federal de Competencia Económica, la cual en su
artículo tercero transitorio fracción I, abroga la Ley Orgánica del
artículo 28 constitucional en materia de monopolios.
i)
Que el hecho de impedir y prohibir al Corredor Público
participar en operaciones de naturaleza mercantil tratándose de
inmuebles no permite su acceso y libre concurrencia al mercado
de los servicios de fedación pública mercantil inmobiliaria lo que
contraviene el artículo 28 de nuestra Carta Magna.
j)
Que en forma incorrecta el Juez de Distrito consideró
que el hecho de que el peticionario de garantías tenga facultades
y atribuciones para fedatar actos inmobiliarios en materia
comercial no se traduce en una actuación o práctica indebida
pues por el contrario es en provecho del interés general que
favorece la economía popular y nacional garantizando la
seguridad jurídica a un bajo costo lo que origina sana
competencia y libre concurrencia.
k) Que incorrectamente, el Juez de Distrito consideró
infundados los conceptos de violación expresados en la
demandada de amparo, relativos al principio de Supremacía
Constitucional, bajo el argumento de que el ahora recurrente no
había expuesto razonamiento alguno tendiente a establecer por
qué las reformas impugnadas transgreden ese principio.
29
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
Además, no obstante que en el quinto concepto de
violación y no cuarto como erróneamente lo señala el juzgador, el
peticionario de garantías sí expresó de manera clara y precisa
cuales son las garantías y artículos constitucionales que el
legislador transgredió en su perjuicio; tan es así, que señaló que
las reformas y adiciones a la Ley Federal de Correduría Pública
contravienen los artículos 1, 5, 14, 16 y 28, de nuestra Carta
Magna, porque violentan los principios de igualdad, audiencia,
legalidad, libertad de trabajo, así como la libre concurrencia y
sana competencia en los servicios de fedación pública mercantil;
además de que también expuso en forma detallada el marco
constitucional que señala nuestra Carta Magna acerca de que
existen bienes inmuebles que pertenecen de manera exclusiva al
Gobierno Federal, el cual ejerce su soberanía propiedad y
posesión federal sobre dichos bienes.
l)
Que el Juez debió suplir la deficiencia de la queja
conforme al artículo 76 bis, fracción VI, de la Ley de Amparo,
para evidenciar la violación a las garantías de legalidad y
seguridad jurídica.
m) Que el Juez Federal omitió pronunciarse en forma
íntegra sobre el segundo concepto de violación, en el cual el
ahora recurrente alegó, que en su calidad de Corredor Público
está facultado para fedatar operaciones mercantiles relacionadas
con bienes inmuebles de acuerdo con las normas contenidas en
el Código de Comercio, Ley Federal de Protección al Consumidor,
Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, Ley General de
Sociedades Mercantiles, Ley de Instituciones de Crédito, Ley
30
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
General de Organizaciones y Actividades Auxiliares de Crédito,
Ley y Reglamento del Registro Público del Comercio, Ley de
Cámaras y sus Confederaciones, Ley de Concursos Mercantiles,
Ley de Federal de Instituciones de Fianzas y Ley de Inversión
Extranjera;
puesto
que,
tal
normatividad
no
puede
ser
desconocida por el Legislador, ya que sin otorgarle previa
audiencia se le priva de los derechos adquiridos, en virtud de la
facultad otorgada en esas normas mercantiles, las que de facto
serían derogadas.
CUARTO. Por cuestión de técnica los agravios mencionados
en los párrafos que anteceden no se estudiaran en el orden en
que fueron señalados con anterioridad.
En efecto, son inoperantes por deficientes los motivos de
inconformidad indicados con los incisos d), e) y f), en los cuales la
parte recurrente adujo que en forma incorrecta el juzgador de
amparo estimó constitucionales los artículos 6 fracción V, y 20
fracciones XI y XII de la Ley Federal de Correduría Pública, no
obstante, que vulneran las garantías de igualdad, seguridad,
libertad de trabajo, así como de libre concurrencia, atento a lo
siguiente:
La inoperancia radica en que la parte quejosa no
controvierte las consideraciones medulares sustentadas por el
Juez Federal, para desestimar por infundados los conceptos de
violación planteados en la demanda de garantías, los cuales
consistieron en:
31
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
• Que los preceptos combatidos al establecer que los
Corredores Públicos como fedatarios públicos podrán hacer
constar los contratos, convenios y actos jurídicos de
naturaleza mercantil, excepto en tratándose de inmuebles, no
transgreden la garantía de libertad de trabajo consagrada en
el primer párrafo del artículo 5º constitucional, pues los
lineamientos que la garantizan se sustentan a su vez en
principios fundamentales que constituyen requisitos
necesarios que deben darse para que se haga exigible, ya
que esa libertad no se prevé de manera irrestricta e ilimitada,
sino que se condiciona a la satisfacción de determinados
presupuestos fundamentales como son: a) que no se trate de
una actividad ilícita: b) que no se afecten derechos de
terceros; y, c) que no se afecten derechos de la sociedad en
general.
• Que en lo referente a la licitud de la actividad que
requiere la norma constitucional, en el caso concreto se trata
del otorgamiento de una patente por parte del Estado, en la
que se delega una de las funciones que le fue asignada al
mismo por conducto de sus órganos de gobierno, como lo es
la fe pública; su licitud deriva del hecho mismo de que es un
cargo público para actividades relacionadas con la fedación
pública y para actuar como agente mediador o asesor, e
incluso perito valuador, en asuntos de naturaleza mercantil,
previsto expresamente en un ordenamiento legal emitido por
la legislatura del país y que es de orden público e interés
social conforme al artículo 1o. de la propia ley, siendo éste el
objeto de la Correduría Pública, lo que a juicio del Juez de
Distrito demostró que, efectivamente, un cargo dentro del
servicio profesional de mérito es una actividad lícita permitida
por la ley.
• Que en relación a que la actividad no debe afectar
derechos de terceros, al respecto el Juez señaló que el
puesto de Corredor Público que prevé la ley impugnada, será
ocupado por aquéllas personas que reúnan los requisitos
solicitados por dicho ordenamiento y su reglamento y que
sean habilitados por la Secretaría de Comercio (hoy
Secretaría de Economía) de tal forma que, si existe la
vacante y se reúnen los requisitos necesarios para tal efecto,
los aspirantes podrán ser asignados para esa función, sin
que ello pueda implicar afectación a derechos de terceros.
32
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
• Que en cuanto a que no deben afectarse derechos de
la sociedad, el Juez estimó que un cargo como fedatario
público, legalmente reconocido, no puede implicar lesión al
interés general, en la medida que, la ley que lo rige es de
orden público e interés social; además de que, tiene por
objeto dotar de fe pública a los Corredores Públicos para que
hagan constar la legalidad de los actos, contratos o
convenios mercantiles celebrados entre las personas y
asegurar la fidelidad de las actas o pólizas elaboradas al
respecto, lo cual a juicio del juzgador es en beneficio de la
propia sociedad a efecto de que la elaboración de dichas
actas o pólizas, sean elaboradas por personal especializado
y reconocido por la ley y con ello se logren los fines que se
persiguen.
• Con base en lo expuesto, el Juez concluyó que con la
entrada en vigor de los preceptos que se tildan de
inconstitucionales de la Ley Federal de Correduría Pública,
no se coarta al quejoso su derecho a profesar el trabajo que
desee, siempre y cuando sea lícito.
• Que con apoyo en las normas mercantiles al quejoso
se le confirieron facultades como fedatario público con el
objeto de que fungiera como pieza clave en la agilización de
las transacciones empresariales y en la modernización de los
instrumentos jurídicos, mediante los cuales se formalicen
actos y hechos que inciden en la materia mercantil; que esas
facultades están detalladas en el numeral 6º de la ley
combatida, así como en diversos ordenamientos de índole
mercantil, en los que se establece que el corredor público
puede actuar como agente mediador, perito valuador,
asesorar jurídicamente a las partes que intervengan en la
negociación y como fedatario público para hacer constar los
contratos, convenios y actos de naturaleza mercantil.
•
Que el propio reglamento de la combatida Ley Federal
de Correduría Pública, vigente desde mil novecientos
noventa y tres, precisa que los Corredores Públicos son
responsables de que la prestación de sus servicios sea con
estricto apego a las disposiciones de la ley de la materia, y
deberán excusarse de conocer de un asunto cuando para ello
exista una prohibición legal o reglamentaria, como en el caso
33
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
aconteció tratándose de inmuebles.
• Que el artículo 53 del reglamento combatido precisa
que el Corredor Público en ejercicio de sus atribuciones como
fedatario público, podrá intervenir en los actos, convenios o
contratos de naturaleza mercantil, excepto cuando se trate de
inmuebles, a menos que las leyes los autoricen, y la ley que
rige la actuación de un Corredor Público, desde el inicio de su
vigencia en mil novecientos noventa y dos, hasta las nuevas
reformas sufridas en el año dos mil seis, determinó que no se
faculta a los Corredores Públicos para ejercer como
fedatarios públicos tratándose de inmuebles, atendiendo el
Legislador, desde un principio, al mayor beneficio de la
sociedad, pues en reiteradas ocasiones se han objetado de
nulidad los actos en que dicho funcionario ha dado fe pública
tratándose de bienes inmuebles, causando así un severo
perjuicio a quienes han requerido de sus servicios.
De lo expuesto, se advierte que el recurrente se limita a
reiterar los conceptos de violación planteados en su demanda de
amparo, respecto de los cuales el Juez de Distrito ya se
pronunció; tan es así que los desestimó por infundados sin
controvertir de manera directa e íntegra las consideraciones
torales sustentadas en el fallo recurrido, para considerar que los
preceptos impugnados no transgreden la garantía de libertad de
trabajo consagrada en el artículo 5º de nuestra Carta Magna y
que no procede, por lo tanto dichas consideraciones quedan
firmes y continúan incólumes para regir el fallo reclamado; y toda
vez que no se da ninguno de los supuestos que prevé el artículo
76 bis, de la Ley de Amparo, para suplir la queja deficiente, los
motivos de inconformidad analizados son inoperantes por
deficientes.
Es aplicable a lo expuesto el criterio de la tesis de la otrora
Tercera Sala, que es del tenor siguiente:
34
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
“AGRAVIOS INOPERANTES. LO SON AQUELLOS
QUE NO COMBATEN LAS CONSIDERACIONES DE
LA SENTENCIA RECURRIDA Y NO SE DA NINGUNO
DE LOS SUPUESTOS DE SUPLENCIA DE LA
DEFICIENCIA DE LOS MISMOS. Si en la sentencia
recurrida el juez de Distrito expone diversas
consideraciones para sobreseer en el juicio y negar
el
amparo
solicitado
respecto
de
los
actos
reclamados de las distintas autoridades señaladas
como responsables en la demanda de garantías, y
en el recurso interpuesto lejos de combatir la
totalidad de esas consideraciones el recurrente se
concreta a esgrimir una serie de razonamientos, sin
impugnar directamente los argumentos expuestos
por el juzgador para apoyar su fallo, sus agravios
resultan inoperantes; siempre y cuando no se dé
ninguno de los supuestos de suplencia de la
deficiencia de los mismos, que prevé el artículo 76
bis de la Ley de Amparo, pues de lo contrario,
habría que suplir esa deficiencia, pasando por alto
la inoperancia referida.”
(Octava Época, Instancia: Tercera Sala, Fuente: Gaceta del
Semanario Judicial de la Federación,19-21, Julio-Septiembre de
1989, Tesis: 3a. 30., Página: 83)
Asimismo, son inoperantes los agravios señalados con el
inciso g), en virtud de que los argumentos consistentes en que las
reformas y adiciones a la Ley Federal de Correduría Pública
contravienen la garantía de audiencia contenida en el artículo 14
35
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
constitucional, porque no establecen un procedimiento en el cual
el quejoso tenga la oportunidad de ser oído, ofrecer y desahogar
pruebas a fin de defenderse de la prohibición prevista por los
artículos impugnados en torno a intervenir como fedatario en
actos mercantiles tratándose de bienes inmuebles; puesto que
tales planteamientos no fueron expresados en la demanda de
amparo.
Lo anterior se afirma, porque de los conceptos de violación
reseñados en el resultando segundo de esta ejecutoria, se
advierte que el peticionario de garantías hizo depender la
inconstitucionalidad de los preceptos impugnados, porque
contravienen expresamente lo dispuesto por los artículos 1, 5, 14,
16, 28 y 133 de nuestra Carta Magna, al suprimir la facultad de
fedación inmobiliaria mercantil que el derecho le reconoce al
Corredor Público, en diversos ordenamientos mercantiles, en los
que se evidencia su facultad para intervenir como fedatario en
esa materia; que se beneficia de manera absurda e ilegal a los
Notarios Públicos, pues se les otorga una ventaja exclusiva en el
mercado de los servicios de fedación tratándose de inmuebles,
con lo cual se genera un monopolio en la práctica de este
servicio; además de que, se transgrede su garantía de libertad de
trabajo contenida en el artículo 5º de nuestra Carta Magna.
En consecuencia, los argumentos mencionados al no
haberlos planteado el ahora recurrente en su escrito de demanda
constituyen aspectos novedosos que no tienden a combatir los
fundamentos y motivos establecidos en la sentencia recurrida, por
lo que se declaran inoperantes.
36
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
Al respecto es aplicable la jurisprudencia número 1a./J.
150/2005 de esta Primera Sala que es del tenor siguiente:
“AGRAVIOS INOPERANTES. LO SON AQUELLOS
QUE
SE
REFIEREN
A
CUESTIONES
NO
INVOCADAS EN LA DEMANDA Y QUE, POR ENDE,
CONSTITUYEN ASPECTOS NOVEDOSOS EN LA
REVISIÓN. En términos del artículo 88 de la Ley de
Amparo, la parte a quien perjudica una sentencia
tiene la carga procesal de demostrar su ilegalidad a
través de los agravios correspondientes. En ese
contexto, y atento al principio de estricto derecho
previsto en el artículo 91, fracción I, de la ley
mencionada, resultan inoperantes los agravios
referidos a cuestiones no invocadas en la demanda
de garantías, toda vez que al basarse en razones
distintas a las originalmente señaladas, constituyen
aspectos novedosos que no tienden a combatir los
fundamentos
y
motivos
establecidos
en
la
sentencia recurrida, sino que introducen nuevas
cuestiones que no fueron abordadas en el fallo
combatido, de ahí que no exista propiamente
agravio alguno que dé lugar a modificar o revocar
la resolución recurrida.”
(Novena Época, Instancia: Primera Sala, Fuente: Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, XXII, Diciembre de 2005,
Tesis: 1a./J. 150/2005, Página: 52)
37
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
Por otra parte, son infundados los agravios sintetizados
en el inciso h), consistentes en que en forma incorrecta el
juzgador analizó el estado de monopolio en que se encuentra la
actividad de fedación pública mercantil, a la luz del criterio
jurisprudencial
“MONOPOLIOS
INTERPRETACIÓN
DEL
ARTÍCULO 28 CONSTITUCIONAL Y LEY ORGÁNICA”; puesto
que, ese criterio había sido superado por la actual Ley Federal de
Competencia Económica, la que abrogó la Ley Orgánica del
citado precepto constitucional.
A fin de poner de manifiesto lo anterior es menester
transcribir, en lo conducente, las consideraciones que el Juez de
Distrito sustentó en el fallo recurrido, de las que se advierte lo
siguiente:
“Ahora, por cuanto hace al alegato del quejoso en
el sentido de que con las reformas y adiciones a la
Ley Federal de Correduría Pública se permite la
práctica monopólica por parte de los notarios
públicos, violando así el artículo 28 de nuestra
Carta Magna, también deviene infundado. Es
preciso destacar que el citado numeral que se
estima
violado
por
parte
del
quejoso,
medularmente establece que en los Estados Unidos
Mexicanos quedan prohibidos los monopolios, las
prácticas
monopólicas,
los
estancos
y
las
exenciones de impuestos en los términos y
condiciones que fijan las leyes; que la ley castigará
severamente, y las autoridades perseguirán con
38
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
eficacia, toda concentración o acaparamiento en
una o pocas manos de artículos de consumo
necesario y que tenga por objeto obtener el alza de
los
precios;
todo
acuerdo,
procedimiento
o
combinación de los productores, industriales,
comerciantes o empresarios de servicios, que de
cualquier manera hagan, para evitar la libre
concurrencia o la competencia entre sí y obligar a
los consumidores a pagar precios exagerados y, en
general, todo lo que constituya una ventaja
exclusiva indebida a favor de una o varias personas
determinadas y con perjuicio del público en general
o de alguna clase social. Ahora, conceptualmente
se entiende por monopolio: ‘Aprovechamiento
exclusivo de alguna industria o comercio, bien
provenga de un privilegio, bien de otra causa
cualquiera. Convenio hecho entre los mercaderes
de vender los géneros a un determinado precio’…
Constituye toda situación de un mercado, en el cual
la competencia no existe del lado de la oferta; dado
que una empresa o individuo produce y vende la
producción total de un determinado bien o servicio,
controla su venta, tras eliminar a todos los
competidores reales o potenciales; o tiene acceso
exclusivo
a
productores
una
no
patente
disponen.
de
la
Ahora,
que
el
otros
suscrito
resolutor considera que no asiste razón al quejoso
cuando alega que al otorgarse exclusivamente la
facultad a los notarios públicos para que sean ellos
39
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
quienes puedan fedatar actos mercantiles que
impliquen bienes inmuebles, se permiten las
prácticas monopólicas. Es así, pues como se
asentó previamente, tanto los notarios públicos
como los corredores públicos, tienen determinadas
facultades para el ejercicio de sus funciones, y la
reglamentación
que
determina
como
han
de
llevarse a cabo tales funciones ésta prevista
conforme al interés público general y por tanto, no
puede sostenerse que al reglamentar, como lo hace
la ley combatida, los actos en que pueden ejercitar
sus funciones los corredores públicos y aquéllos
en que no pueden hacerlo debido a que ello
corresponde a otra figura de fe pública, se está
propiciando la formación de monopolio alguno y se
estén dictando medidas en favor de una o varias
personas; lo anterior, ya que son disposiciones
generales
a
observarse
por
todos
aquellos
gobernados que deben colocarse en los supuestos
de la ley, sin limitación a persona alguna y sin estar
dirigidas a personas determinadas. Ciertamente, el
estado de monopolio supone la concentración en
una persona o en un grupo de personas, de
determinadas actividades, en perjuicio del público
en general, o cuando menos de un grupo social,
pero nunca cuando esas actividades se concentran
en determinado grupo, en perjuicio de otro grupo
comercial o industrial, pues en ese caso, aparte de
que el interés general no es afectado, que es lo que
40
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
interesa al legislador, el grupo que se encuentra en
condiciones desventajosas está capacitado, por
medio de adaptaciones a las exigencias nuevas,
para recuperar los beneficios perdidos. Tiene
aplicación en lo conducente, la tesis aislada 1916,
de la Segunda Sala de nuestro máximo órgano
judicial en el país, visible en la página 1319, del
Apéndice
2000
al
Semanario
Judicial
de
la
Federación, Tomo I, Constitucional, Quinta Época,
que por rubro y texto contiene:“MONOPOLIOS,
INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 28 VEINTIOCHO
CONSTITUCIONAL Y SU LEY ORGÁNICA. (Se
transcribe)…”
De lo expuesto, se advierte que si bien es cierto el Juez de
Distrito citó la jurisprudencia mencionada; también lo es, que esto
fue para apoyar sus consideraciones, pues analizó el concepto
de violación a la luz del concepto de monopolio que prevé el
artículo 28 constitucional y con base en éste lo desestimó por
infundado, pues consideró que tanto los Notarios como los
Corredores Públicos, tienen determinadas facultades para el
ejercicio de sus funciones, y la reglamentación que determina
cómo han de llevarse a cabo tales funciones ésta prevista
conforme al interés público general; de ahí que, no puede
sostenerse que al reglamentar, como lo hace la ley combatida,
los actos en que pueden ejercitar sus funciones los Corredores
Públicos y aquéllos en que no pueden hacerlo debido a que esto
corresponde a otra figura de fe pública; por tanto el juzgador
federal determinó que no se está propiciando la formación de
41
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
monopolio alguno ni se están dictando medidas en favor de una o
varias personas; puesto que, son disposiciones generales a
observarse por todos aquellos gobernados que deben colocarse
en los supuestos de la ley.
No es óbice a la conclusión anterior, lo alegado por el
recurrente en los agravios indicados con los incisos i) y j)
consistentes en que el hecho de impedir y prohibir al Corredor
Público participar en operaciones de naturaleza mercantil
tratándose
de
inmuebles
no
permite
su
acceso
y
libre
concurrencia al mercado de los servicios de fedación pública
mercantil inmobiliaria, lo que en su concepto contraviene el
artículo 28 de nuestra Carta Magna, y que las facultades
otorgadas al ahora recurrente para fedatar actos inmobiliarios en
materia comercial no se traduce en una práctica indebida; puesto
que, tales argumentos son inoperantes porque no están dirigidos
a controvertir las consideraciones que el Juez de Distrito sustentó
para dar respuesta al concepto de violación planteado por el
quejoso, mismas que fueron precisadas en el párrafo que
antecede.
Igualmente es infundado, lo que el peticionario de garantías
alegó en la primera parte del inciso f), en cuanto a que el Juez de
Distrito omitió considerar que en los conceptos de violación
planteados en la demanda, de lo que se dolió fue que los artículos
combatidos violan sus garantías de legalidad y seguridad jurídica,
contenidos en los artículos 14 y 16 constitucionales.
42
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
Ello es así, porque contrariamente a lo que el recurrente
aduce el Juez Federal sí se pronunció sobre tales argumentos;
tan es así que los desestimó por infundados, ya que a su juicio
estimó las consideraciones, que en síntesis son las siguientes:
•
Que ciertamente, la Suprema Corte de Justicia de la
Nación ha sostenido reiteradamente que aun cuando la exigencia
de cumplir con los requisitos de fundamentación y motivación
abarca a todas las autoridades; también lo es, que tratándose de
actos legislativos, aquéllos se satisfacen siempre que las
autoridades encargadas de su formación actúen dentro de los
límites de las atribuciones que la Ley Suprema les confiere
(fundamentación) y que las leyes que expidan se refieran a
relaciones sociales que requieran ser jurídicamente reguladas
(motivación), sin que ello implique, en modo alguno, que todas y
cada una de las normas que integren un ordenamiento deban ser
necesariamente materia de motivación específica.
•
Que el proceso legislativo que se siguió para el efecto
de discutir el proyecto de Decreto de reformas a la Ley Federal de
Correduría Pública, acorde con lo establecido por el numeral
invocado, inició con la exposición de motivos presentada ante la
cámara de origen, que en este caso, fue la de Diputados del
Congreso de la Unión, el catorce de diciembre de dos mil cuatro.
•
Que es infundado lo que el quejoso adujo
esencialmente en su motivo de agravio, referente a que con la
entrada en vigor de las reformas y adiciones de la Ley Federal de
Correduría Pública, se vulneran en su perjuicio las garantías
contenidas en los artículos 14 y 16 constitucionales, pues se
violan los derechos subjetivos que le fueron concedidos en
diversos ordenamientos legales que se encontraban vigentes
desde antes de la fecha de publicación de la ley aquí combatida como son el Código de Comercio, Ley General de Títulos y
Operaciones de Crédito, Ley Federal de Protección al
Consumidor, Ley del Impuesto al Valor Agregado, entre otraspara que ejerciera sus funciones como Corredor Público en el
Estado de Baja California Sur; refiere además, que tales derechos
no pueden ser desconocidos por las nuevas reformas a la Ley
Federal de Correduría Pública, las cuales resultan incongruentes
43
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
y contradictorias a los ordenamientos ya citados, violándose con
ello sus garantías de igualdad, legalidad, seguridad jurídica,
libertad de trabajo y libre concurrencia en los servicios de
fedación pública.
•
Que la parte quejosa no precisa en forma manifiesta
cuál es la violación constitucional en que incurren las reformas a
la ley reclamada, tampoco indica de qué manera se contrapone
dicha norma a los artículos de nuestra Carta Magna que
considera violados, pues únicamente se limita a precisar que las
reformas y adiciones sufridas a la Ley Federal de Correduría
Pública son contrarias a diversos ordenamientos de carácter
general (en materia mercantil principalmente), en las cuales con
anterioridad se le otorgaron facultades para fedatar actos donde
se involucren bienes inmuebles.
•
Que al no precisar el quejoso la disposición
constitucional con la que se contrapone la ley reclamada y al
dirigir su argumento únicamente en el sentido de que dicho
ordenamiento establece una prohibición para su ejercicio de
Corredor Público, no se trata entonces de impugnar la
constitucionalidad de la ley aludida sino de una cuestión de
legalidad.
Las consideraciones mencionadas el ahora recurrente no las
controvierte en sus agravios, por lo que continúan incólumes y
rigen el fallo reclamado.
En otro orden de ideas, son infundados los agravios
sintetizados con el inciso k), pues aun cuando es cierto que
incorrectamente el Juez de Distrito aludió al cuarto concepto de
violación; también lo es, que se refirió al contenido del quinto
motivo de inconformidad de cuya lectura íntegra no se advierte
que el ahora recurrente haya expuesto razonamiento alguno
tendiente a establecer por qué las reformas impugnadas
transgreden el principio de supremacía constitucional consagrado
en el artículo 133 de nuestra Carta Magna, pues en éste sólo
44
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
señaló que los artículos 6º fracción V, y 20 fracciones XI y XII son
inconstitucionales, ya que de aplicarse al quejoso se estarían
utilizando preceptos de una ley secundaria en franca violación a la
Ley Suprema alterando el orden constitucional.
Lo expuesto se corrobora con la transcripción del concepto
de violación mencionado, el cual en su parte conducente consta:
“Por consiguiente, en caso de aplicarse la nueva
fracción V del artículo 6, las fracciones XI y XII del
artículo 20, y la fracción III del artículo 21, de la Ley
Federal de Correduría Pública, y con ello prohibir al
suscrito ********** de actuar como fedatario en
operaciones mercantiles tratándose de inmuebles,
así como en hechos que alguien no considere de
naturaleza comercial, o en actos o convenios
innominados en que intervengan comerciantes o se
refiera a cosas mercantiles, o se denomine un acto
como mercantil cuando el acto real supuestamente
tenga
otra
naturaleza,
se
estarían
aplicando
preceptos de una ley secundaria, en franca
violación a lo dispuesto por la ley suprema, y con
ello, alterando nuestro orden Constitucional. --Asimismo,
el
principio
de
supremacía
constitucional no solamente consiste en que las
leyes emanadas de la Constitución se ajusten y
sean acordes con lo ordenado en la propia
Constitución, sino también determina que las leyes
secundarias sean congruentes entre si, es decir,
45
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
que no existan normas legales incongruentes y
contradictorias entre si mismas, tal como sucede
con las nuevas fracciones y artículos de le Ley
Federal de Correduría Pública que se impugnan de
inconstitucionales en esta demanda de garantías y
la serie de artículos y preceptos existentes en el
sinnúmero de Leyes y Reglamentos que hemos
transcrito y que de manera expresa confieren
derechos al Corredor Público para intervenir como
Fedatario en asuntos relacionados con inmuebles. -- En resumen, la nueva fracción V del artículo 6, las
nuevas fracciones XI y XII del artículo 20, así como
la nueva fracción del artículo 21, de la Ley Federal
de Correduría Pública, vigentes a partir de Mayo del
presente año 2006, violan en perjuicio del suscrito
el artículo133 de nuestra Magna Carta que contiene
el principio de jerarquía de leyes y supremacía
constitucional, así como también viola las garantías
de igualdad; legalidad; libertad de trabajo u
ocupacional,
de
libre
concurrencia
y
sana
competencia en los servicios de redacción pública
mercantil, por las consideraciones y motivos
expresados anteriormente en los conceptos de
violación de esta demanda, y que en obvio de
innecesarias
repeticiones,
se
tienen
por
reproducidos en este acto, como tratarse de plena
transcripción.”
46
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
En tal virtud, es acertado que el Juez Federal haya
declarado inoperante el concepto de violación transcrito en su
parte conducente, puesto que el quejoso no esgrimió argumento
alguno que tienda a establecer por qué las reformas impugnadas
vulneran el principio de Supremacía Constitucional, esto es, en
qué sentido contravienen nuestra Carta Magna, pues sólo se
concretó a señalar que esas reformas transgreden diversas
normas mercantiles, las cuales con anterioridad a la vigencia de la
ley impugnada le otorgaron ciertas facultades como Corredor
Público.
Sin que sea óbice a lo expuesto, lo alegado por el
peticionario de garantías en el inciso l) en el sentido de que debió
suplirse la deficiencia de la queja, pues como correctamente el
Juez de Distrito lo consideró aun cuando en el amparo en materia
administrativa procede suplirla, en términos del artículo 76 bis,
fracción VI, de la Ley de Amparo, en el caso no se advierte que
exista una violación de la ley que haya dejado sin defensa al
quejoso para que opere la hipótesis prevista por el precepto
citado.
Por otro lado, es fundado el agravio sintetizado en el inciso
m), relativo a que el Juez de Distrito omitió pronunciarse respecto
del segundo concepto de violación, en el que alegó que las
reformas a la ley impugnada, transgreden los derechos subjetivos
que como Corredor Público adquirió para fedatar operaciones
mercantiles relacionadas con bienes inmuebles de acuerdo con
diversa normatividad mercantil.
47
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
Lo anterior se afirma, porque de la lectura del concepto de
violación resumido en el resultando segundo con el inciso b), de
esta ejecutoria, se advierte que el peticionario de garantías sí
expresó claramente que los artículos 6º, fracción V y 20,
fracciones XI y XII, de la Ley Federal de Correduría Pública,
contravienen el artículo 14 constitucional, pues la prohibición para
que los Corredores Públicos intervengan en actos mercantiles
tratándose de inmuebles desconoce derechos adquiridos que le
otorgan diversas leyes mercantiles.
En consecuencia, con fundamento en el artículo 91, fracción
I, de la Ley de Amparo, procede estudiar el concepto de violación
omitido por el Juez del conocimiento.
QUINTO.- Finalmente, por lo que respecta a los agravios a),
b) y c), en los cuales el peticionario de garantías aduce que la
sentencia reclamada es ilegal, porque carece de fundamentación
y motivación, en virtud de constituir argumentos de legalidad, lo
procedente es reservar jurisdicción al Tribunal Colegiado del
conocimiento para que se avoque a su estudio.
SEXTO.-
En
el
segundo
concepto
de
violación,
el
peticionario de garantías alega que los artículos 6º, fracción V y
20, fracciones XI y XII de la Ley Federal de Correduría Pública
transgreden las garantías de seguridad jurídica y legalidad,
consagradas en los artículos 14 y 16 constitucionales, ya que
violan en su perjuicio derechos subjetivos que le han sido
conferidos por distintos ordenamientos mercantiles en los cuales
se le faculta para fedatar actos mercantiles en materia de
48
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
inmuebles otorgados con anterioridad a la fecha, en la que inició
la vigencia de las reformas a la ley impugnada.
A efecto de contestar el planteamiento que antecede, en
primer término es menester señalar lo que los preceptos
impugnados, en su versión original y en la vigente disponen:
Antes de la reforma:
“ARTÍCULO 6o.- Al corredor público corresponde:
(…)
V.- Actuar como fedatario público para hacer
constar los contratos, convenios, actos y hechos
de naturaleza mercantil, excepto en tratándose de
inmuebles; así como en la emisión de obligaciones
y otros títulos valor; en hipotecas sobre buques,
navíos y aeronaves que se celebren ante él, y en el
otorgamiento de créditos refaccionarios o de
habilitación o avío, de acuerdo con la ley de la
materia;”
“ARTÍCULO 20.- A los corredores les estará
prohibido:
(…)
XI.- Las demás que establezcan las leyes y
reglamentos.”
Después de la reforma del veintitrés de mayo de dos mil
seis:
49
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
“ARTÍCULO 6o.- Al corredor público corresponde:
(…)
V. Actuar como fedatario público para hacer
constar los contratos, convenios y actos jurídicos
de naturaleza mercantil, excepto en tratándose de
inmuebles, así como en la emisión de obligaciones
y otros títulos valor; en hipotecas sobre buques,
navíos y aeronaves que se celebren ante él, así
como para hacer constar los hechos de naturaleza
mercantil;”
“ARTÍCULO 20.- A los corredores les estará
prohibido:
(…)
XI. Actuar como fedatario fuera de los casos
autorizados por la ley y su reglamento; así como en
actos jurídicos no mercantiles; en tratándose de
inmuebles, así como dar fe de hechos que no se
consideren de naturaleza mercantil;
XII. Actuar como fedatarios en los casos a que se
refiere
la
fracción
anterior,
aún
cuando
se
modifique o altere su denominación, se trate de
actos
jurídicos,
convenios
o
contratos
innominados, intervengan sujetos que por su
actividad sean calificados de comerciantes, o se
refieran a cosas mercantiles o se denomine un acto
como mercantil cuando el acto real tenga otra
naturaleza, y (…)”
50
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
Del texto de los preceptos transcritos se advierte que la Ley
Federal de Correduría Pública, desde antes de la reforma de los
artículos combatidos, ha impedido que los Corredores funjan
como fedatarios de actos jurídicos mercantiles sobre inmuebles,
de modo que la reforma de los numerales mencionados no
cambió un estado de cosas sino que lo confirmó; además de que,
es falso que en las normas contenidas en el Código de Comercio,
Ley Federal de Protección al Consumidor, Ley General de Títulos
y
Operaciones
de
Crédito,
Ley
General
de
Sociedades
Mercantiles, Ley de Instituciones de Crédito, Ley General de
Organizaciones y Actividades Auxiliares de Crédito, Ley y
Reglamento del Registro Público del Comercio, Ley de Cámaras
Empresariales y sus Confederaciones, Ley de Concursos
Mercantiles, Ley Federal de Instituciones de Fianzas y Ley de
Inversión Extranjera se hayan establecido facultades a los
corredores para ser fedatarios en esa clase de actos.
Asimismo, con el propósito de conocer las razones que
motivaron dicha reforma, conviene acudir a la exposición de
motivos de catorce de diciembre de dos mil cuatro, que dice:
“CÁMARA DE ORIGEN: DIPUTADOS
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
México, D.F., a 14 de diciembre del 2004.
INICIATIVA
DE
DIPUTADA
(GRUPO
PARLAMENTARIO DEL PRI)
51
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
QUE REFORMA DIVERSAS DISPOSICIONES DE LA
LEY FEDERAL DE CORREDURÍA PÚBLICA, A
CARGO DE LA DIPUTADA NORA ELENA YU
HERNÁNDEZ, DEL GRUPO PARLAMENTARIO DEL
PRI
La suscrita diputada federal, Nora Elena Yu
Hernández, integrante del Grupo Parlamentario del
Partido Revolucionario Institucional de la LIX
Legislatura de la Cámara de Diputados, en ejercicio
de las facultades que me confieren los artículos 71
fracción II de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos; 55 fracción II, 56 y 62
del Reglamento para el Gobierno Interior del
Congreso
General
de
los
Estados
Unidos
Mexicanos; someto a la consideración de esta
honorable asamblea la iniciativa con proyecto de
decreto por el que se reforman los artículos 6, en
sus fracciones V, VI y VII, 18 y 21, fracción III; y se
adicionan las fracciones XI y XII al artículo 20, por
lo que el contenido de la fracción actual XI llevará
ahora el ordinal XIII, de la Ley Federal de
Correduría Pública, al tenor de la siguiente
Exposición de Motivos
Un principio fundamental que rige la materia
mercantil en cuanto al perfeccionamiento de los
actos jurídicos es del consensualismo establecido
52
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
en el artículo 78 del Código de Comercio, de tal
manera que en las transacciones mercantiles no se
requiere de forma alguna sino sólo del acuerdo
entre los contratantes para que sus convenios o
contratos sean plenamente válidos.
No obstante lo anterior, como en toda relación
jurídica, es conveniente la posibilidad de probar o
demostrar la celebración de un acto jurídico, las
leyes mercantiles regulan algunas formas de hacer
constar los actos para su prueba, llegándose
inclusive en la actualidad a la posibilidad de utilizar
los
avances
de
la
ciencia
y
la
técnica,
especialmente en materia electrónica, regulándose
el comercio electrónico que prevé la contratación
por medios remotos, utilizando los medios de
comunicación
electrónica
vigente,
para
instrumentar, conservar y demostrar los pactos
convenidos. Además de lo anterior, desde siempre,
se ha recurrido a la forma escrita, puesto que las
partes se ven en la necesidad de demostrar no sólo
cómo se han contraído sus obligaciones, sino la
manera y términos en que cada cual se obligó. En
auxilio de esta necesidad de hacer constar los
actos de comercio para efectos de prueba, el
Corredor Público como agente de comercio que
actúa como intermediario en las transacciones
mercantiles, ha quedado facultado legalmente para
intervenir en algunas de esas operaciones.
53
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
De manera especial con motivo del Tratado de
Libre Comercio entre Canadá, los Estados Unidos
de América y nuestro país, se consideró adecuado
permitir la intervención de este agente mercantil en
las operaciones que se consideró podrían darse en
gran volumen, lo que de manera significativa
influyó, entre otras cosas, para la expedición de la
Ley Federal de Correduría Pública, publicada en el
Diario Oficial de la Federación, el 29 de diciembre
de 1992.
No obstante el principio de consensualismo de los
actos mercantiles, el artículo 79 del Código de
Comercio, establece las excepciones obligadas
con motivo de la división de poderes federal y
local, en virtud del cual, lo referente a bienes
inmuebles
es
competencia
legislativa
de
las
Legislaturas locales al igual que lo relativo a la
forma de los actos jurídicos que se regulan como
parte del orden común, conforme al artículo 121 de
la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos.
Así pues, el citado artículo 79 exceptúa del
consensualismo aplicable de manera general a los
actos
de
comercio,
aquellos
contratos
que
conforme a ese Código y otras leyes, deben
reducirse
a
escritura
o
requieren
formas
o
54
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
solemnidades
necesarias
para
su
eficacia,
señalando el último párrafo de ese artículo que los
contratos
que
no
llenen
las
circunstancias
legalmente requeridas no producirán obligación ni
acción en juicio. En estos casos, la forma no sólo
es un medio de acreditación sino un requisito de
validez
de
los
actos
jurídicos,
materia
que
conforme a lo expresado se encuentra reservada a
los Estados en términos de lo previsto por los
artículos 121 y 124 de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos y, al Distrito
Federal, en términos del artículo 122 de la misma,
así como por lo señalado por el artículo 13 del
Código Civil Federal que establece las reglas de
determinación
del
derecho
aplicable
en
la
República Mexicana conforme al cual, lo relativo a
los bienes inmuebles se rige por la Ley del lugar en
que se ubiquen y, la fracción IV, que establece que
la forma de los actos jurídicos se regirá por el
derecho del lugar en que se celebran.
De acuerdo con lo anterior, todo lo relativo a
bienes inmuebles, así como a la forma de los actos
jurídicos, se rige por las leyes de las entidades
federativas
y,
por
tanto,
en
los
contratos
mercantiles que requieran de forma para su
validez, les es aplicable lo dispuesto en las leyes
locales respectivas.
55
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
Ya al momento de la expedición de la Ley Federal
de Correduría Pública se estableció en el artículo 6
fracción V, que el Corredor Público no puede
actuar como fedatario en tratándose de inmuebles;
y, además en la exposición de motivos de la citada
ley, se señaló que en lo referente a los actos de las
sociedades mercantiles, los corredores no podrían
actuar tampoco en tratándose de otorgamiento de
poderes por ser el contrato de mandato materia
común.
La falta de precisión y una cierta generalidad de los
términos ha hecho que se confundan los límites de
la acción de los Corredores Públicos, quienes en
ocasiones los han rebasado, no sólo haciendo
constar los actos expresamente excluidos como
podrían
ser
relacionadas
hipotecas
con
sobre
contratos
inmuebles
de
Crédito
Refaccionario o certificación de cotejos de copias
con sus originales, lo que constituye dar fe de
meros hechos materiales, todo lo cual ha dado
lugar a diversos juicios que han provocado
verdaderas
situaciones
de
incertidumbre
que
afectan de manera directa a la población usuaria de
sus servicios.
Cabe destacar la resolución de contradicción de
tesis número 1ª./J. 15/2002, aprobada en sesión de
27 de febrero de 2002, por unanimidad de cuatro
56
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
votos, por la Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, que determinó que los
Corredores Públicos carecen de facultades para
certificar copias de testimonios notariales en los
que se otorgan poderes.
Novena Época
Instancia: Primera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta
Tomo: XV, abril de 2002
Tesis: 1a./J. 15/2002
Página: 98
Corredores públicos. Carecen de facultades para
certificar testimonios notariales en los que se
otorgan poderes. De conformidad con lo dispuesto
en los artículos 6º, fracción VI, de la Ley Federal de
Correduría Pública y 53, fracción V, de su
reglamento, los corredores públicos sólo están
facultados para actuar, como fedatarios, en la
constitución,
modificación,
fusión,
escisión,
disolución, liquidación y extinción de sociedades
mercantiles, designación de sus representantes
legales y facultades de que estén investidos, así
como en los demás actos previstos en la Ley
General de Sociedades Mercantiles, pero no para
certificar instrumentos públicos notariales en los
que se contengan actos civiles; sin que sea óbice a
57
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
lo anterior, lo dispuesto en los artículos 38 y 39 del
reglamento de la ley citada, que los habilita para
certificar documentos, toda vez que dicha función
se les otorgó en relación, exclusivamente, con
actos de naturaleza mercantil, los cuales no
incluyen
la
certificación
de
los
testimonios
notariales en los que se otorgan poderes. De
sostener lo contrario se llegaría al extremo de
aceptar que la certificación de los testimonios que
hicieran respecto de los poderes con los que se
pretende
acreditar
la
personalidad,
pudieran
utilizarse válidamente en cualquier otra materia que
no fuera la mercantil, como por ejemplo: juicios
laborales, civiles, administrativos, etcétera, lo cual
obviamente no es de su competencia; además, se
provocaría falta de certeza y seguridad jurídicas,
porque
las
certificaciones
que
realizaran
de
testimonios notariales adolecerían de control, por
tratarse de documentos que no existen en su
propio archivo, o bien conforme al artículo 20,
fracción IV de la ley en comento no se trata de
documentos mercantiles cuyos originales se hayan
presentado para su cotejo, lo que no sucede con
las certificaciones realizadas por los notarios
públicos, ya que a éstos, para actuar la ley que los
rige, les exige una serie de requisitos para expedir
los testimonios notariales y las certificaciones que
se hagan a ellos, circunstancia que el legislador
tomó en cuenta para darles pleno valor probatorio
58
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
por
lo
que
documentos,
las
con
facultades
que
están
para
certificar
investidos
los
corredores públicos, sólo pueden ser entendidas
respecto de los actos o pólizas en que hayan
intervenido
en
materia
mercantil.
Contradicción de tesis 51/2000-PS. Entre las
sustentadas por el Sexto Tribunal Colegiado en
materia Civil del Primer Circuito y el Primer
Tribunal Colegiado en materia Administrativa del
Segundo
Circuito.
Unanimidad
de
27
cuatro
de
febrero
votos.
de
2002.
Ausente:
Olga
Sánchez Cordero de García Villegas. Ponente:
Humberto Román Palacios. Secretario: Francisco
Javier
Solís
López.
Tesis de jurisprudencia 15/2002. Aprobada por la
Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión de
veintisiete
de
febrero
de
dos
mil
dos,
por
unanimidad de cuatro votos de los señores
ministros Presidente Juan N. Silva Meza, Juventino
V. Castro y Castro, Humberto Román Palacios y
José de Jesús Gudiño Pelayo. Ausente: Olga
Sánchez
Cordero
de
García
Villegas.
De lo anterior se concluye que si los Corredores
carecen de facultades para certificar esa clase de
documentos con mayor razón carecen de ellas para
59
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
dar fe del otorgamiento de mandatos o poderes que
son actos jurídicos de naturaleza civil.
Por otra parte, los hechos materiales no pueden ser
calificados de mercantiles. El derecho mercantil
constituye un derecho de excepción que se aplica
en el campo del derecho privado a los actos de
comercio, tal como señala el artículo 1º del Código
de Comercio, el cual remite para la determinación
de los mismos al artículo del citado Código. Los
hechos por sí mismos carecen del carácter de
mercantilidad y debemos entender que, en todo
caso, la Ley Federal de Correduría Pública se refirió
a hechos consistentes en diversas diligencias ya
reguladas por las Leyes Mercantiles, en las cuales
se prevé su intervención.
Si se analizan las facultades de un fedatario para
dar fe de los hechos que ocurren, no es factible
considerar, ni aún en los casos más típicos de la
actividad
mercantil,
que
los
hechos
puedan
encuadrarse en la mercantilidad.
Por tanto, los hechos que el Corredor puede hacer
constar en actas son aquellos en los que consisten
las diversas diligencias en que puede intervenir en
términos de las propias leyes mercantiles, tales
como el protesto de títulos de crédito o la
60
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
ratificación de firmas de contratos de créditos de
habilitación o avío o refaccionarios.
A fin de precisar de mejor manera, de conformidad
con la naturaleza propia de la función del Corredor
Público como Agente de Comercio, auxiliar del
mismo, regulado por disposiciones de carácter
mercantil y evitar la incertidumbre y falta de
seguridad jurídica y los conflictos judiciales que se
han presentado hasta la actualidad en perjuicio de
los
usuarios
de
sus
servicios,
someto
a
consideración de esta soberanía la siguiente
Iniciativa con proyecto de decreto por el que se
reforman los artículos 6, en sus fracciones V, VII y
VII, 18 y 21, fracción III; y se adicionan las
fracciones XI y XII al artículo 20, por lo que el
contenido de la fracción actual XI llevará ahora el
ordinal XIII, de la Ley Federal de Correduría
Pública.
Artículo Único. Se reforman los artículos 6 en sus
fracciones V, VI y VII; 18; 21 fracción III; y, se
adicionan las fracciones XI y XII al artículo 20, por
lo que el contenido de la fracción actual XI llevará
ahora el ordinal XIII, de la Ley Federal de
Correduría Pública, para quedar como sigue: (…)”
61
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
De lo expuesto se advierte que el Corredor Público, como
agente
de
comercio,
actúa
como
intermediario
en
las
transacciones mercantiles, conforme a las facultades conferidas
por el Legislador Federal.
De los trabajos legislativos, también se observa que los
Corredores Públicos no pueden actuar válidamente en actos que
tengan que ver con bienes inmuebles, en virtud de que dicha
potestad legislativa corresponde exclusivamente a las legislaturas
locales.
Asimismo, se advierte que la falta de precisión ha
provocado que los Corredores Públicos realicen actos que no son
de su competencia, como las hipotecas sobre bienes inmuebles
relacionadas
con
contratos
de
Crédito
Refaccionario
o
certificación de cotejos de copias con sus originales, lo que
constituye dar fe de meros hechos materiales.
Así, los hechos que el Corredor Público puede hacer
constar en actas son aquellos en los que consten las diversas
diligencias en que puede intervenir en términos de las propias
leyes mercantiles, tales como el protesto de títulos de crédito o la
ratificación de firmas de contratos de créditos de habilitación o
avío o refaccionarios.
Se observa también, que es necesario precisar las
facultades de los Corredores Públicos, a efecto de que no
intervengan en actos o hechos que no sean de su estricta
competencia, tales como los actos civiles, la materia inmobiliaria,
62
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
el otorgamiento de poderes, así como dar fe de hechos jurídicos
que no sean estrictamente de carácter mercantil.
Finalmente,
en
los
trabajos
legislativos
se
estimó
conveniente eliminar la facultad de los Corredores Públicos para
actuar en el otorgamiento de créditos refaccionarios o de
habilitación o avío con el ánimo de evitar que dichos fedatarios
den fe de tales actos cuando existan garantías inmobiliarias de
por medio.
Con base en lo expuesto, esta Primera Sala estima que los
planteamientos del quejoso son infundados, ya que de los textos
de los artículos transcritos al inicio de este considerando se
advierte, que tanto en el numeral reformado como en el anterior,
el Corredor Público estaba exceptuado para actuar como
fedatario en actos jurídicos no mercantiles, en tratándose de
inmuebles, así como dar fe de hechos que no se consideren de
naturaleza mercantil, y por tanto la reforma de los preceptos
mencionados, se reitera, no cambió un estado de cosas sino que
lo confirmó.
En segundo lugar, debe de tomarse en cuenta que en el
primer párrafo del artículo 14 constitucional, se consagra la
garantía de irretroactividad de la ley, el cual en la parte que
interesa establece:
“A ninguna ley se dará efecto retroactivo en perjuicio de
persona alguna.”
63
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
Tal como se puede observar del numeral transcrito, a
ninguna ley se le puede dar un efecto retroactivo en perjuicio de
persona alguna, lo que de suyo más que referirse a las leyes,
hace alusión a los actos de aplicación de las mismas; sin
embargo, reiteradamente este Alto Tribunal ha considerado que
la prohibición comprende también las previsiones legales que se
establecen en los ordenamientos jurídicos.
Efectivamente, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha
sostenido que la irretroactividad que prohíbe el artículo 14 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, atañe
tanto al legislador, por cuanto a la expedición de las leyes, como a
las autoridades que las aplican a un caso determinado y, para
determinarlo así, ha acudido a la TEORÍA DE LOS DERECHOS
ADQUIRIDOS y a la TEORÍA DE LOS COMPONENTES DE LA
NORMA.
En la primera de las teorías citadas, se distingue entre dos
conceptos, a saber: el relativo al derecho adquirido que lo
define como aquél que implica la introducción de un bien, una
facultad o un provecho al patrimonio de una persona, a su
dominio o a su haber jurídico y, el diverso que se refiere a la
expectativa de derecho definido como la pretensión o
esperanza de que se realice una situación determinada que va a
generar con posterioridad un derecho; es decir, el derecho
adquirido constituye una realidad y la expectativa de derecho
corresponde a algo que en el mundo fáctico no se ha
materializado. Por consiguiente, se sostiene que si una ley o acto
concreto de aplicación no afecta derechos adquiridos sino
64
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
simples expectativas de derecho no se viola la garantía de
irretroactividad de las leyes prevista en el artículo 14 de la
Constitución Federal (Teoría de los Derechos Adquiridos).
Lo expuesto se afirma, porque esta teoría se apoya en la
distinción fundamental entre derechos adquiridos y expectativas
de derecho, establece que no se pueden afectar o modificar
derechos adquiridos durante la vigencia de una ley anterior, ya
que aquellos se regirán siempre por la ley a cuyo amparo
nacieron y entraron a formar parte del patrimonio de las
personas, aun cuando esa ley hubiese dejado de tener vigencia
al haber sido substituida por otra diferente; en cambio, una nueva
ley podrá afectar simples expectativas o esperanzas de gozar de
un derecho que aún no ha nacido en el momento en que entró en
vigor, sin que se considere retroactiva en perjuicio del gobernado.
Corrobora lo anterior, la tesis 2ª. LXXXVIII/2001, sustentada
por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, que esta Primera comparte, que es del tenor literal
siguiente:
“IRRETROACTIVIDAD DE LAS LEYES. NO SE
VIOLA
ESA
GARANTÍA
CONSTITUCIONAL
CUANDO LAS LEYES O ACTOS CONCRETOS DE
APLICACIÓN
SÓLO
AFECTAN
SIMPLES
EXPECTATIVAS DE DERECHO, Y NO DERECHOS
ADQUIRIDOS. Conforme a la interpretación que la
Suprema Corte de Justicia de la Nación ha hecho
del artículo 14 de la Constitución Política de los
65
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
Estados Unidos Mexicanos en cuanto al tema de la
irretroactividad desfavorable que se prohíbe, se
desprende que ésta se entiende referida tanto al
legislador, por cuanto a la expedición de las leyes,
como a la autoridad que las aplica a un caso
determinado, ya que la primera puede imprimir
retroactividad, al modificar o afectar derechos
adquiridos con anterioridad y la segunda, al
aplicarlo, produciéndose en ambos casos el efecto
prohibido por el Constituyente. Ahora bien, el
derecho adquirido es aquel que ha entrado al
patrimonio del individuo, a su dominio o a su haber
jurídico,
o
bien,
es
aquel
que
implica
la
introducción de un bien, una facultad o un
provecho al patrimonio de una persona o haber
jurídico; en cambio, la expectativa de derecho es
una pretensión o esperanza de que se realice una
situación determinada que va a generar con
posterioridad un derecho; es decir, mientras que el
derecho adquirido constituye una realidad, la
expectativa de derecho corresponde al futuro. En
estas condiciones, se concluye que si una ley o un
acto concreto de aplicación no afectan derechos
adquiridos sino simples expectativas de derecho
no violan la garantía de irretroactividad de las leyes
prevista en el precepto constitucional citado.”
(Novena Época, Instancia: Segunda Sala, Fuente: Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, XIII, Junio de 2001, Tesis:
2a. LXXXVIII/2001, Página: 306)
66
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
Amparo en revisión 607/2000. Héctor Adalberto García Noriega.
11 de mayo de 2001. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: José
Vicente Aguinaco Alemán. Ponente: Mariano Azuela Güitrón.
Secretaria: Lourdes Minerva Cifuentes Bazán.
De los razonamientos anteriores, se debe concluir que una
ley es retroactiva cuando trata de modificar o destruir en perjuicio
de una persona los derechos que adquirió bajo la vigencia de la
ley anterior, toda vez que éstos ya entraron en el patrimonio o en
la esfera jurídica del gobernado, y no cuando se aplica a
expectativas de derecho.
Una vez sentado lo anterior, esta Primera Sala considera
que los planteamientos del quejoso son infundados, porque la
prohibición que establecen los artículos impugnados consistentes
en que los Corredores no están facultados para fedatar actos
jurídicos mercantiles relativos a inmuebles no viola el principio de
irretroactividad.
En efecto, en materia de facultades otorgadas por el
legislador no opera la teoría de los derechos adquiridos o iura
quaesita en los términos que el quejoso pretende y para ponerlo
de manifiesto es menester atender a que un fedatario público es
aquél que actúa por delegación del Estado, con el objeto de
satisfacer las necesidades de interés social: autenticidad, certeza
y seguridad jurídica de los actos y hechos jurídicos; por tanto, es
un servicio público regulado por el Estado y de ahí la obligación
del corredor, para actuar y prestar sus servicios cuando sean
requeridos.
67
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
El Corredor Público es una persona que realiza o facilita la
conclusión de negocios mercantiles ajenos; su actuación se
constriñe a la mera intervención como asesor en las diferentes
transacciones de índole mercantil, como mediador o consejero de
las partes que intervienen en los actos de comercio y dan
testimonio de la legalidad de esos actos para otorgar certeza
jurídica de su celebración; sin embargo, las particulares
facultades en que se traduzca esta actuación pueden ser
determinadas y modificadas por el legislador dentro de unos
márgenes apreciables.
A guisa de ejemplo, el artículo 6º de la Ley Federal de
Correduría Pública establece como facultades de los Corredores
las siguientes: actuar como agente mediador, para transmitir e
intercambiar propuestas entre dos o más partes y asesorar en la
celebración o ajuste de cualquier contrato o convenio de
naturaleza mercantil; fungir como perito valuador, para estimar,
cuantificar y valorar los bienes, servicios, derechos y obligaciones
que se sometan a su consideración, por nombramiento privado o
por mandato de autoridad competente; asesorar jurídicamente a
los comerciantes en las actividades propias del comercio; actuar
como árbitro, a solicitud de las partes, en la solución de
controversias derivadas de actos, contratos o convenios de
naturaleza mercantil, así como las que resulten entre proveedores
y consumidores, de acuerdo con la ley de la materia; actuar como
fedatario público para hacer constar los contratos, convenios y
actos jurídicos de naturaleza mercantil, excepto en tratándose de
inmuebles, así como en la emisión de obligaciones y otros títulos
valor; en hipotecas sobre buques, navíos y aeronaves que se
68
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
celebren ante él, así como para hacer constar los hechos de
naturaleza mercantil; actuar como fedatario en la constitución y en
los demás actos previstos por la Ley General de Sociedades
Mercantiles incluso aquellos en los que se haga constar la
representación orgánica; cotejar y certificar las copias de las
pólizas o actas que hayan sido otorgadas ante ellos, así como de
los documentos que hayan tenido a la vista que sean de los
referidos en los artículos 33 a 50 del Código de Comercio, y las
demás funciones que le señalen ésta y otras leyes o reglamentos.
De lo expuesto, se advierte que el fedatario público
(Corredor) es una persona que por disposición de la ley recibe la
fe pública del Estado, por un acto de delegación a través de la
patente correspondiente.
Es decir, el fedatario está facultado para autenticar y dar
forma en los términos de ley a los instrumentos en que se
consignen actos y hechos jurídicos, por lo que éstos al ser
certificados por el Corredor tienen el carácter de auténticos, y
valen “erga omnes”, esto es, con efectos generales; además debe
asesorar a los otorgantes y comparecientes.
En este contexto, es relevante precisar en qué consiste que
el Notario o Corredor sea una persona investida de fe pública.
La fe pública es originalmente un atributo del Estado que
tiene en virtud de su imperio y es ejercida a través de los órganos
estatales. De acuerdo con el sistema jurídico mexicano, el
fedatario, sin formar parte de la organización del Poder Ejecutivo,
69
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
es vigilado por él y por disposición de la ley recibe la fe pública del
Estado, por medio de la patente respectiva.
En tales términos, se puede concluir que la fe pública es la
garantía que da el Estado de que son ciertos determinados
hechos que interesan al derecho. De ahí, que esta figura jurídica
debe considerarse como la garantía de seguridad jurídica que da
el fedatario tanto al Estado como al particular, al determinar que el
acto se otorgó conforme a derecho y que lo relacionado con él es
cierto. Esta función del fedatario contribuye al orden público, a la
tranquilidad de la sociedad en que actúa y da certeza jurídica.
Determinado lo anterior, puede establecerse que el Corredor
es un fedatario público autorizado para imprimir fe pública a los
actos en que intervengan; sin embargo, su intervención como tal
está sujeta a la potestad que tiene el legislador de restringirla o
ampliarla para garantizar el adecuado desarrollo de sus
actividades, para otorgar certeza y seguridad a los destinatarios
de sus servicios.
Luego, si en el caso se trata de modificaciones a las
facultades otorgadas en la ley a los Corredores para intervenir
como fedatario en actos jurídicos mercantiles; es evidente, que no
son derechos adquiridos sino la potestad que tiene el Estado de
ampliarlas o suprimirlas, según criterios de interés u orden
público, es decir, son meros actos que permiten al Legislador
adecuar la función de los Corredores Públicos, sin que cualquier
afectación a las facultades otorgadas por la patente derive en una
70
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
violación al principio de irretroactividad consagrado en el artículo
14 constitucional.
Con base en lo expuesto, se concluye que de aceptarse que
las disposiciones legales que otorgan facultades son derechos,
éstos con el transcurso del tiempo se convertirían en derechos
petrificados y no habría manera de reformarlos o adecuarlos,
situación que no solamente resultaría contraria a la potestad que
la Constitución Federal otorga al legislador, sino a la naturaleza
misma de los actos, ya que con ello se invertiría el principio del
derecho de que el interés privado debe supeditarse al interés
público.
En otras palabras, si se admite que todas las potestades o
facultades legalmente conferidas consagran derechos adquiridos,
el legislador no podría modificarlos y, por ende, permanecerían
intocados, situación que conllevaría necesariamente a colapsar el
sistema jurídico a grado tal que se perdiera la noción del interés
público.
En consecuencia, es partiendo del principio de interés
público, como el legislador puede modificar y adecuar las
potestades conferidas a los entes, a fin de hacer operable la vida
social, pues admitir que las facultades consagran derechos
adquiridos, conllevaría a establecer límites indebidos a la función
legislativa, misma que no puede quedar supeditada a un interés
particular, sino obedecer en todo momento al interés común.
71
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
Por tanto, los artículos 6º fracción V y 20 fracciones XI y XII,
ambos de la Ley Federal de Correduría Pública, no transgreden el
principio
de
irretroactividad,
que
tutela
el
artículo
14
constitucional, dado que su objeto es establecer facultades de los
Corredores Públicos, sin afectar propiamente el derecho adquirido
consiste en la patente para actuar como fedatario público.
Similar criterio sostuvo la Segunda Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, al resolver el diverso amparo en
revisión 234/2007, quejosos ********** y otros, siendo Ponente el
Ministro Genaro David Góngora Pimentel, en sesión del día dos
de mayo de dos mil siete, por unanimidad de cinco votos.
Ante lo inoperante de los agravios y lo infundado del
concepto de violación estudiado, lo procedente es confirmar la
sentencia recurrida y negar el amparo solicitado.
Por lo expuesto y fundado, se resuelve:
PRIMERO. Se confirma la sentencia recurrida.
SEGUNDO. La Justicia de la Unión no ampara ni protege a
**********, contra los actos reclamados, por los motivos expuestos
en el último considerando de esta resolución.
TERCERO. Se reserva jurisdicción al Tribunal Colegiado del
conocimiento, en términos del considerando quinto de este fallo.
72
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
Notifíquese; con testimonio de esta ejecutoria, devuélvanse
los autos relativos al lugar de su origen y, en su oportunidad,
archívese el toca como asunto concluido.
Así, lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, por unanimidad de cinco votos de los
señores Ministros: José de Jesús Gudiño Pelayo, José Ramón
Cossío Díaz, Juan N. Silva Meza, Olga Sánchez Cordero de
García
Villegas
(Ponente)
y
Presidente
Sergio
A.
Valls
Hernández.
Firman el Presidente de la Sala y la Ministra Ponente con el
Secretario de Acuerdos, que autoriza y da fe.
PRESIDENTE DE LA PRIMERA SALA
MINISTRO SERGIO A. VALLS HERNÁNDEZ
PONENTE
MINISTRA OLGA SÁNCHEZ CORDERO DE GARCÍA VILLEGAS
SECRETARIO DE ACUERDOS
LIC. HERIBERTO PÉREZ REYES
73
AMPARO EN REVISIÓN 1070/2007
En términos de lo determinado por el Pleno de la Suprema
Corte en su sesión del veinticuatro de abril de dos mil siete, y
conforme a lo previsto en los artículos 3, fracción II, 13, 14 y 18 de
dicho ordenamiento, los más utilizados para dicho fin, ya sea
invocándolos de manera conjunta o separada de la Ley Federal
de
Transparencia
y
Acceso
a
la
Información
Pública
Gubernamental, en esta versión pública se suprime la información
considerada legalmente como reservada o confidencial que
encuadra en esos supuestos normativos.
74
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