Página 1 de 14 Procedimiento a seguir por las Administraciones Públicas en modificaciones de los contratos de concesión de obra pública (y II) las Por Fernando García Rubio Técnico de la Administración General. Profesor de Derecho Administrativo de la Universidad Rey Juan Carlos. Titular de la Asesoría Jurídica del Ayuntamiento de Alcalá de Henares Actualidad Administrativa, N.º 4, Quincena del 16 al 28 Feb. 2010, Tomo 1, Editorial LA LEY LA LEY 126/2010 Dentro de las prerrogativas que tienen las diversas administraciones públicas en relación con los contratos contenidos en el ámbito de aplicación de la Ley 30/2007 de 30 de octubre de contratos del Sector Público , debemos de reseñar conforme al carácter unilateral que el ordenamiento jurídico tradicionalmente ha otorgado a la interpretación y modificación de dichos contratos para la parte administrativa, la facultad o prerrogativa de modificación de los contratos, que en la actualidad se recoge en el art. 202 de la citada ley 30/2007. F PROCEDIMIENTO DE MODIFICACIÓN Partiendo de estos conceptos generales debemos, en relación con el procedimiento concreto de modificación, indicar que el artículo 102 del vigente reglamento de la ley de contratos de las administraciones públicas indica: «Artículo 102. Procedimiento para las modificaciones.—FCuando sea necesario introducir alguna modificación en el contrato, se redactará la oportuna propuesta integrada por los documentos que justifiquen, describan y valoren aquélla. La aprobación por el órgano de contratación requerirá la previa audiencia del contratista y la fiscalización del gasto correspondiente.» Por tanto, el procedimiento de la modificación del contrato de concesión de obra pública implica necesariamente la exigencia de una propuesta técnica que concrete el presupuesto de la modificación, dicha propuesta puede instarse de oficio por parte de las AA.PP. o por los concesionarios, pero es la administración la que decidirá si inicia o no el procedimiento, puesto que no existe un derecho a la modificación, aunque no debe olvidarse la facultad de los contratistas para instarlo conforme a los derechos de petición del artículo 29 de la Constitución y de instancia del artículo 68 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, sobre Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común. En cualquier caso esa petición inicial o la determinación motu propio de la administración concedente debe concretarse en un inicio «oficial» del procedimiento de modificación que se plasma en el anunciado informe técnico que exprese la necesidad de la modificación, dicho informe tiene un carácter clave pues pese a que el art. 83 LRJAPC señala su carácter no vinculante y, por tanto, la emisión de éste supondrá un antecedente imprescindible de la resolución que al respecto pudiera adoptar el órgano de contratación. No existe regulación alguna con respecto al contenido, estructura o autor de dicho informe técnico, por lo que se deberá estar a lo especificado por las diversas determinaciones de las correspondientes legislaciones organizativas y sectoriales. Revistas Especializadas 2/22/2010 Página 2 de 14 Así, a título de ejemplo, el artículo 175 del reglamento de organización, funcionamiento y régimen jurídico de las entidades locales, aprobado por Real Decreto 2568/1986, de 28 de noviembre establece: «Los informes para resolver los expedientes se redactarán en forma de propuesta de resolución y contendrán los extremos siguientes: a. Enumeración clara y sucinta de los hechos. b. Disposiciones legales aplicables y alegación razonada de la doctrina, y c. Pronunciamientos que haya de contener la parte dispositiva.» El referido informe tiene lógicamente que ser motivado no sólo por los argumentos anteriormente relatados, sino por la obligación específica que recoge el art. 54 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, sobre Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, de motivación de los actos dictados en virtud de potestades discrecionales. En esa línea el informe, como es obvio, no es el acto en sí mismo, puesto que pese a que el órgano de contratación goza de las facultades libérrimas para proceder, conforme a dicha potestad, a iniciar o no, y a adoptar en su caso la modificación del contrato, esta actuación administrativa tiene que ser congruente con los fines que la motivan y la adopción de cualquier resolución administrativa, ha de tener un fundamento técnico previo. Así, una vez emitido el informe, en el cual se recoja la posibilidad y viabilidad de la modificación contractual, éste debe ponerse en conocimiento del órgano de contratación, cabiendo con carácter previo dos posibilidades, en relación con la actitud del contratista. Por una parte, se debe dar traslado de dicho informe con carácter previo al conocimiento del órgano de contratación, lo cual no parece muy correcto en virtud de la lógica cortesía derivada de la dependencia orgánica del funcionario informante en relación con el órgano de contratación. Y, por otra parte, y con un carácter más lógico, la realización de un periodo de audiencia al interesado conforme a la específica estipulación del art. 84 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, sobre Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, a los efectos de la conformación de la voluntad del especificado órgano de contratación y de la necesidad de tener en cuenta la opinión del contratista. Esta circunstancia es fundamental en los supuestos de modificaciones en los cuales el contratista no esté obligado a cumplimentar dichas variaciones, puesto que la oposición del contratista, requerirá en la inclusión del procedimiento de un dictamen del órgano consultivo superior de la Comunidad Autónoma correspondiente, o del Consejo de Estado. Por tanto, la adopción del acuerdo del órgano de contratación depende de las circunstancias concurrentes en cada supuesto y este acuerdo, basado en el informe anteriormente indicado, y en este caso en las alegaciones del contratista, implicará un acuerdo o resolución de iniciar un expediente de modificación del contrato, pero no en sí mismo de la modificación, puesto que ésta exigirá de la tramitación del indicado expediente. Revistas Especializadas 2/22/2010 Página 3 de 14 No existe en ningún precepto de la LCSP una obligación de tramitar el expediente de forma expresa, pero ésta se deduce de la necesidad de articular el procedimiento en un soporte adecuado. De hecho alguna doctrina como el ya citado Cea Ayala1 sostiene que la modificación del contrato administrativo conlleva por imperativo legal la realización de un expediente administrativo elaborado por la Administración contratante. El Consejo de Estado lo ha reiterado en numerosos dictámenes, entre otros el de fecha de 10 septiembre de 1998, señalando al respecto que la razón de la modificación aparezca debidamente justificada en el expediente. La Ley de Contratos de las Administraciones Públicas (lo cual puede servir de pauta interpretativa para el régimen actual de la LCSP) establecía en el artículo 101, para los supuestos concretos del apartado tercero de ese precepto la necesidad de elaborar un expediente administrativo que comprendiera los siguientes aspectos: a) Una Memoria explicativa, suscrita por el Director facultativo de la obra. b) Justificación de la improcedencia de la convocatoria de nueva licitación. c) En los contratos de obras, informe de la oficina de Supervisión de Proyectos. El Reglamento de desarrollo de la Ley de Contratos, en su artículo 97, referido a la resolución de incidencias surgidas en la ejecución de los contratos se refiere a la necesidad de tramitar mediante expediente contradictorio que comprenda la propuesta de la Administración o petición del contratista, audiencia del contratista e informe del servicio competente a evacuar en ambos casos en el plazo de cinco días hábiles, informe de la Asesoría jurídica y de la Intervención a evacuar en el mismo plazo, resolución motivada del órgano de contratación y subsiguiente notificación al contratista. El artículo 102 del Reglamento de desarrollo de la Ley indica que en los procedimientos de modificaciones se redactará la correspondiente propuesta integrada por los documentos que justifiquen, describan y valoren aquélla, con aprobación por el órgano de contratación previa audiencia del contratista y la fiscalización del gasto correspondiente. Estas determinaciones reglamentarias, aun vigentes, deben entenderse plenamente aplicables en los términos y siempre que no contravengan lo dispuesto por el art. 217 de la LCSP, para el contrato de obras. En efecto para los indicados contratos de obras, el artículo 217, apartado tercero de la Ley de Contratos, establece la necesidad de los siguientes trámites administrativos para las modificaciones de urgencia, que se tramitará a instancia del director técnico de las obras, previa autorización del órgano de contratación: a) Redacción de la modificación del proyecto y aprobación técnica de la misma. Revistas Especializadas 2/22/2010 Página 4 de 14 b) Audiencia del contratista por plazo mínimo de tres días. c) Aprobación del expediente por el órgano de contratación, así como los gastos complementarios precisos. El informe de la Junta Consultiva de Contratación Administrativa, número 49/01, de 30 de enero de 2002, analiza los trámites previos precisos para la modificación de los contratos administrativos de obras, en los supuestos señalados por el artículo 146 de la Ley de Contratos de las Administraciones Públicas. La modificación del contrato lleva aparejada generalmente un aumento del coste, sobre el precio de adjudicación del contrato. El aumento del plazo de ejecución que puede conllevar la modificación contractual ha de guardar idéntica proporción sobre el plazo de ejecución del contrato, al tanto por ciento sobre el precio del contrato que constituye la modificación. La elaboración de la modificación del contrato administrativo sin el correspondiente expediente administrativo constituye una irregularidad, ya que aquélla siempre debe sujetarse al trámite legalmente establecido para ello, trámite que no puede obviarse aun cuando exista acuerdo con el contratista. F Audiencia al contratista Sobre los distintos trámites que han de seguirse en el expediente de contratación administrativa nos encontramos, en primer lugar, con la necesidad de la Audiencia del Contratista. La oposición del contratista, cuando la modificación del contrato supere el 20% o implique una alteración sustancial del proyecto de obras, puede dar lugar a la opción que aquél tiene para resolver el contrato, en los supuestos del artículo 220 e) de la Ley puesto que no puede obligarse al contratista. Efectivamente, señala ese precepto que cuando las modificaciones supongan la introducción de unidades de obra no comprendidas en el proyecto o cuyas características difieran substancialmente de ellas, los precios de aplicación de las mismas serán fijados por la Administración tras el trámite de audiencia por tres días y si éste no aceptase los precios fijados, el órgano de contratación podrá contratarlas con otro empresario en los mismos precios, o ejecutarlas directamente. Sobre este requisito la previa audiencia al contratista, la sentencia del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, de la Sala de lo Contencioso Administrativo de 1 de julio de 1996, recursos número 178/92 y 464/92, analiza un supuesto concreto de obligación del contratista de cumplir las modificaciones fijadas por la Administración, con los límites establecidos en la legislación, traspasados los cuales, cualquiera de las dos partes puede pedir la resolución contractual. Al hilo de las argumentaciones anteriores, pueden darse otros casos en la práctica caracterizados por un incumplimiento del contratista en disconformidad con las modificaciones acordadas por la Administración. Así, el Tribunal Superior de Justicia de Canarias, Sala de lo Contencioso Administrativo, recurso 468/97, de 18 de marzo de 2000, incide en el tema de las modificaciones imprevistas de la obra que no impedían la continuidad de la misma al no suponer una alteración sustancial del Revistas Especializadas 2/22/2010 Página 5 de 14 proyecto, existiendo abandono del contratista, dando lugar, por ello, a la resolución del contrato. Conviene recordar aquí la doctrina recogida, entre otras en la sentencia dictada del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, Sala de lo Contencioso Administrativo, de fecha de 3 de marzo de 2000, recurso 2782/95, al señalar que en las facultades exorbitantes de la Administración Pública en materia de contratación administrativa está la de que no se aplique en su contra la exceptio non adimpleti contractus, es decir, que las personas que contraten con la Administración no pueden librarse de sus obligaciones alegando que la otra parte no ha cumplido las suyas. El Consejo de Estado ha elaborado una abundante doctrina sobre la materia: destacamos de ella el Dictamen de dicho órgano supremo consultivo, número 216/97, sección sexta, de 20 de marzo de 1997, al señalar que si bien la modificación del contrato al superar el 20% puede dar lugar a la resolución del contrato administrativo conforme al artículo 52.2 de la Ley de Contratos del Estado de 1965, aplicable en el caso planteado, «tal circunstancia no implica necesariamente la extinción del contrato administrativo de obras, si media conformidad de ambas partes contratantes, Administración y contratista y si concurre un interés público debidamente justificado». El Consejo de Estado ha manifestado reiteradamente que debe constar de forma expresa y por escrito la conformidad del contratista, evitándose en la medida de lo posible manifestaciones de voluntad tácitas o simples documentos contractuales firmados por la representación del contratista, que no reflejaren una voluntad cierta e inequívoca de continuar con la relación contractual, enervando así cualquier eventualidad sobrevenida que permita a la Entidad adjudicataria retractarse de su posición inicial. F Informe de los servicios jurídicos La necesidad de informe de la Asesoría Jurídica elaborado al efecto sobre la modificación planteada, informe necesario pero no vinculante, por remisión al artículo 97 del reglamento de la Ley de Contratos de las Administraciones Públicas, aprobado por Real Decreto 1098/2001, en relación con el precepto que permite al órgano de contratación la prerrogativa de modificar los contratos por razones de interés público, señalando expresamente el apartado segundo, que en la Administración General del Estado, sus organismos autónomos, las Entidades Gestoras y Servicios Comunes de la Seguridad Social y demás entidades públicas estatales, los acuerdos de modificación deben ser adoptados previo informe del Servicio Jurídico correspondiente, salvo en los casos previstos en el artículo 41 del TRLCAP (hoy igualmente aplicable a la LCSP), relativo a la constitución de garantías, y 96 relativo a la resolución por demora y prórroga de los contratos. Estos informes se confieren tal y como se desprende de la disposición adicional segunda.8 de la LCSP a los secretarios de los Ayuntamientos o titulares del órgano de asesoramiento jurídico para los municipios de gran población, conforme al art. 129 de la LRBRL, quedando en el ámbito autonómico conferido a los servicios jurídicos que cada CC.AA. establezca. En todo caso la LCSP a diferencia del TRLCAP, que sí lo indicaba en el artículo 59, no recoge la obligatoriedad de que por parte del Consejo de Estado u órgano consultivo equivalente de la Comunidad Autónoma respectiva, se emita el preceptivo informe, cuando las modificaciones del contrato aislada o conjuntamente sean superiores a un 20% del precio primitivo del contrato y éste sea igual o superior a 6.010.121,04 euros, aunque la regulación del RGCAP y tanto del art. 20.2 de la Ley Orgánica Revistas Especializadas 2/22/2010 Página 6 de 14 3/1980, del Consejo de estado y las diferentes leyes autonómicas sobre sus respectivos máximos órganos consultivos, así lo contemplan. Ha de procederse al reajuste de las garantías en los supuestos de modificaciones del contrato a la luz de lo dispuesto en el artículo 87.3 de la Ley de Contratos del Sector Público. F Aprobación del expediente por el órgano de contratación, así como los gastos complementarios precisos Por último, el expediente administrativo para la modificación del contrato ha de finalizar por resolución que pone fin a la vía administrativa, salvo el raro supuesto que el modificado supere los límites del umbral del procedimiento armonizado, en cuyo caso cabría, en nuestra opinión, recurso especial en materia de contratación. Contra el resto de resoluciones procederá el recurso contencioso-administrativo (art. 97 del Reglamento). La necesidad de acuerdo previo de la Administración la encontramos prevista en la sentencia del Tribunal Supremo, de 25 septiembre de 1980. Sobre la necesidad de aprobación previa de la modificación véase también el Informe de la Junta Consultiva de Contratación Administrativa número 40/01, de 30 de enero de 2002. F MODIFICACIONES DE LOS CONTRATOS ADMINISTRATIVOS PRESCINDIENDO DEL PROCEDIMIENTO LEGALMENTE ESTABLECIDO Una vez señalados los requisitos legales que se establecen para llevar a cabo la modificación de los contratos, hay que determinar las consecuencias que se derivan de la realización de las mismas sin ajustarse a la normativa legal. La posibilidad de alterar los contratos administrativos por causas sobrevenidas está prevista en la Ley de Contratos del Sector Público y precisa un previo procedimiento administrativo. Entre las primeras consecuencias derivadas de realizar una modificación contractual al margen de cualquier procedimiento legal puede deducirse, en su caso, la exigencia de responsabilidad a los funcionarios públicos o autoridades que hubieran intervenido en la misma. La modificación de los contratos prescindiendo del procedimiento legalmente establecido ha sido analizada por la Junta Consultiva de Contratación Administrativa, en su informe número 57/00, de 5 de marzo de 2001, que con referencia a la invalidez de los contratos recogida entonces en los artículos 61 a 69 de la Ley de Contratos de las Administraciones Públicas (actuales arts. 31 a 36 de la LCSP) señala que se deduce con toda evidencia que «las modificaciones de un contrato prescindiendo total y absolutamente del procedimiento legalmente establecido son nulas de pleno derecho y como tal no convalidables de conformidad con el artículo 67 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre». El Consejo de Estado ya señaló en su informe de 11 de octubre de 1995, número 1834/95, sección sexta, que había de tomarse en consideración también la necesidad de asumir las modificaciones efectuadas al margen del procedimiento legalmente establecido, sin resolver el contrato, atendiendo a los efectos perjudiciales, aumento del coste e interrupción de las obras entre otros, que dimanarían de la extinción y constitución de un nuevo contrato. Hacía referencia el Consejo de Estado a que «el reformado anticipado» se da cuando se introducían modificaciones, sin esperar a su aprobación y contraviniendo el procedimiento legalmente establecido, y antes de que se emitieran los informes exigidos legalmente, efectuándose estos trámites a posteriori para convalidar la situación creada y consumada de facto con la ejecución material de la modificación. En estos Revistas Especializadas 2/22/2010 Página 7 de 14 casos se ha realizado generalmente un gasto público sin fiscalización previa y sin la retención del crédito presupuestario adecuado y suficiente. Resulta de gran interés la doctrina del Consejo de Estado, Dictamen número 3062/98 de 10 de septiembre de 1998, sección tercera, en los supuestos en que la obra está acabada, tácitamente recibida, habiéndose efectuado la modificación sin seguir los trámites legalmente establecidos. La necesidad del cumplimiento de las exigencias legales a los efectos de las modificaciones contractuales queda recogida en el dictamen número 216/97, de 20 de marzo de 1997, del Consejo de Estado, entre las que se encuentra el tiempo para llevarla a cabo, estando la novación objetiva sujeta a unos límites temporales, así como a la debida aprobación por parte de la Administración y a la existencia de presupuesto correspondiente. La realización de las modificaciones contractuales al margen del procedimiento legal puede tener importantes repercusiones económicas. Uno de los problemas que puede acarrear la modificación de un contrato administrativo está íntimamente relacionado con el no cumplimiento de los trámites administrativos legalmente establecidos y analizados en los apartados precedentes de este comentario. La realización de modificaciones, no previstas en el primitivo contrato administrativo, muchas veces llevadas a cabo por el contratista, con base en simples sugerencias u órdenes verbales, sin el correspondiente sustento documental puede dar lugar a situaciones conflictivas, que desde el plano estrictamente teórico pueden acarrearle perjuicios económicos considerables, en el supuesto de que el órgano administrativo contratante, no asuma el pago de aquella modificación, restándole tan sólo al contratista la posibilidad de ejercitar las acciones legales correspondientes en reclamación de sus derechos. La elusión del procedimiento para la modificación del contrato puede suponer la nulidad de pleno derecho de la modificación, en tanto y en cuanto así lo señala la Junta consultiva de contratación administrativa y así el Informe 57/2000, de 5 de marzo de 2001, de la citada Junta Consultiva de Contratación Administrativa sobre contratos de obras y actuaciones que implican la nulidad de pleno derecho de ciertas modificaciones en los contratos por prescindir del procedimiento establecido la cual indicaba refiriéndose al régimen del TRLCAP, pero perfectamente igualmente aplicable a la LCSP que: La regulación de la invalidez de los contratos aparece incorporada al Capítulo IV del Título III del Libro I (arts. 61 a 69) de la Ley de Contratos de las Administraciones Públicas, Texto Refundido aprobado por Real Decreto Legislativo 2/2000, de 16 de junio, de cuyos preceptos [art. 62.a) y 65.2, el primero en relación con el 62.1.e) de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre] se deduce con toda evidencia que las modificaciones de un contrato acordadas prescindiendo total y absolutamente del procedimiento legalmente establecido son nulas de pleno derecho y como tal no convalidables de conformidad con el artículo 67 de la propia Ley 30/1992, de 26 de noviembre. Por su parte, la STSJ de La Rioja de 11 de mayo de 2005 anula igualmente la modificación del contrato administrativo por haberse incumplido el procedimiento establecido al efecto. Según dicha sentencia: «En un examen del expediente administrativo se aprecia que por la Administración autonómica se ha omitido total y absolutamente el procedimiento establecido legalmente para modificar unilateralmente el contrato suscrito y determinar su prórroga forzosa. En efecto, en un examen del expediente administrativo se comprueba que en ningún momento llegó a formular propuesta de prórroga de los contratos suscritos el 1 de agosto de 2001 para la prestación del servicio de Transporte sanitario en La Rioja y del 31 de julio de 2001 para la prestación del Revistas Especializadas 2/22/2010 Página 8 de 14 servicio sanitario adscrito al 061, con los requisitos anteriormente indicados, ni se dio previa audiencia de la misma al contratista, ya que si bien es cierto que existieron diversas comunicaciones entre la Administración y la sociedad actora para concretar una prórroga voluntaria y finalmente una advertencia de que en caso de no prestar conformidad a las prórrogas voluntarias de aquellos contratos antes de las trece horas del lunes 28 de octubre de 2002 se vería obligado a tramitar una prórroga forzosa de los mismos, comunicación de fecha 25 de octubre de 2002 —Ffolio 105 del expediente—F, pero evidentemente esta comunicación no supone el cumplimiento de las formalidades legales previstas. Tampoco se aprecia la existencia de una situación de vigencia que justifique el incumplimiento del procedimiento expresado, pues la situación de la que deriva la necesidad de prórroga es el que todavía no había adjudicado la gestión del servicio, circunstancia que era perfectamente previsible con anterioridad. La consecuencia jurídica de esta omisión del trámite preceptuado para la modificación del contrato es la nulidad de pleno derecho del acto recurrido de acuerdo con lo previsto en el artículo 62.1.e) de la Ley 30/92, de 26 de noviembre, ya citada.» F MODIFICACIÓN DEL CONTRATO Y CONSECUENCIAS ECONÓMICAS Ya hemos indicado que los contratos pueden modificarse en virtud del «Imperium» de la administración, pero esta potestad no es ilimitada, puesto que como el propio contrato está sometido al pago como contraprestación, tal y como regula el artículo 1254 del código civil. Así cuando se ejercita el ius variandi, y dicho ejercicio afecta al equilibrio económico del contrato, la Administración tiene la obligación de compensar oportunamente al contratista, tal y como se resume en la STSJ de Madrid de 2 de marzo de 2007: «El ius variandi es una de las típicas potestades de la Administración en todo contrato administrativo, y puede ejercitarse sin límites por la Administración contratante siempre que en el curso del contrato surjan necesidades nuevas o causas imprevistas, siendo el único requisito necesario para la modificación del contrato la existencia de razones de interés público. En tales casos el contratista está obligado a soportar la modificación del contrato impuesta por la Administración, porque así lo exige el interés público el cual, en el caso de los contratos de gestión del servicio público, reside en la más eficaz prestación del servicio a los ciudadanos. Ahora bien, esta modificación del contrato por razones de interés público afecta con frecuencia al régimen financiero del contrato, suponiendo en ocasiones una alteración de los supuestos económicos en que se asienta el contrato en cuestión, en cuyo caso la consecuencia ineludible es la obligación de la Administración de compensar al contratista de forma que no se produzca un desequilibrio económico del contrato de gestión del servicio público que le fue adjudicado, es decir, que la potestad de modificación del contrato que la Ley concede a la Administración por razón del interés público por el que aquélla tiene que velar, tiene su contrapartida en el derecho del concesionario a ser indemnizado por el desequilibrio económico que esa modificación le ocasiona. El contratista, al formular su oferta en estos contratos de gestión de servicios públicos, parte de unos supuestos previos que son determinados por la Administración, y es en atención a la existencia de esos supuestos previos que le vienen impuestos en función de lo cual el contratista organiza los medios precisos para la prestación adecuada del servicio, realizando las inversiones y gastos necesarios y calculando los costes del servicio y el margen razonable de beneficio que le va a quedar. Cuando por causa de la modificación del Revistas Especializadas 2/22/2010 Página 9 de 14 contrato los supuestos previos cambian, el contratista tiene sin duda derecho a ser indemnizado por ello, porque de lo contrario sería dicho contratista el que tendría que soportar en su propio patrimonio una modificación del contrato que proviene de una orden de la Administración titular del servicio y que altera los supuestos económicos del contrato que son los que sirvieron en su momento para la formulación de la oferta por aquel contratista y para que se le adjudicara el contrato.» Por tanto, aunque la modificación del contrato esté sustentada en una razón de interés público, para que la misma sea acorde con el ordenamiento jurídico ha de incorporar una compensación al concesionario, en los supuestos en los que se altere el equilibrio económico de la concesión. Sirva como ejemplo de lo anterior el supuesto que resuelve la STSJ de Cataluña de 14 de diciembre de 2006. En el supuesto, la sociedad apelante resultó adjudicataria de un concurso convocado por el Servei Català de la Salut (CATSALUT), el cual tenía como objeto tanto la construcción de un hospital en Mataró, como también, y en cuanto aquí respecta, la concesión de la explotación del aparcamiento para automóviles en el recinto, diferenciándose: primero, un parking subterráneo de pago, con 350 plazas destinadas al público; segundo, una zona gratuita en la superficie, con 300 plazas dirigidas al uso del personal del centro. Resulta incontrovertido por las partes que hasta el año 2000 la única zona pública permitida para aparcamiento la constituía el parking subterráneo de 350 plazas, de pago, pero que, a partir de dicha fecha, CATSALUT habilitó varios viales interiores del recinto hospitalario a fin de que el público pudiere aparcar de forma gratuita. Pues bien, la adjudicataria pretende la eliminación de los aparcamientos gratuitos. Esta pretensión es desestimada por el TSJ, que entiende que se trata de una modificación contractual legítima por estar amparada en el interés público, si bien reconoce a favor del contratista la pertinente compensación. En los términos de la sentencia: «La habilitación de un carril en un vial interior destinado, en origen, a la circulación de vehículos, no puede considerarse como un hecho previsible para el contratista, sino que se trata de una circunstancia sobrevenida a las condiciones tenidas en cuenta por el adjudicatario a la hora de concurrir a la licitación y de suscribir el contrato, circunstancia que, por otro lado, ha dependido en exclusiva de la voluntad de una de las partes firmantes, en concreto, CatSalut. Dicho acondicionamiento y creación de plazas de aparcamiento gratuitas implica sin duda una modificación del contrato de explotación del parking que une a la Administración con "FCC", ya que hasta entonces sólo existían 300 plazas gratuitas y destinadas al personal hospitalario. Desde el año 2000, el público en general no sólo pudo aparcar, mediante pago, en el interior del edificio subterráneo construido al efecto, sino que también podía hacerlo en uno de los viales interiores, de forma gratuita y permitida por la administración. CatSalut justifica su conducta en razones de interés público relacionadas con el estacionamiento irregular habitual en el vial, pero dicha irregularidad en ningún modo se puede imputar a una falta de previsión de la adjudicataria, ya que la zona estaba en principio destinada y señalizada para la circulación de vehículos, y sin que el acondicionamiento del vial se deba a circunstancias relacionadas con los cometidos de la recurrente, como pudiere ser, ad exemplum, un eventual aumento de la demanda para aparcar que hubiere convertido insuficiente el parking subterráneo, sino que el cambio se debió a una situación de hecho que la Administración ha considerado oportuno poner fin. La ordenación de las instalaciones y espacios en el interior del recinto hospitalario Revistas Especializadas 2/22/2010 Página 10 de 14 se erige como una facultad de la Administración, ya que se relaciona con el interés público, motivo por el cual no se pueden estimar las pretensiones restablecedoras de la situación anterior contenidas en los puntos a) y b) del suplico de la demanda. Sin embargo, en cuanto el ejercicio de dicha potestad organizadora implique una alteración o modificación de los contratos suscritos al efecto, incardinándose en el ius variandi, debe restablecer el equilibrio financiero del contratista, tal y como se prevé en el presente asunto, concretamente en la cláusula 6.4.2 c) del Pliego, así como en los artículos 60, 102 y 164 de la Ley 13/1995. En cuanto CatSalut ha modificado los términos de la concesión y no ha restablecido al adjudicatario en los perjuicios que la variación le ha supuesto, ha incumplido las obligaciones fijadas contractual y legalmente.» F PECULIARIDADES MÁS RESEÑABLES CON RESPECTO A LA CONCESIÓN DE OBRA PÚBLICA Asimismo debe exigirse como cualquier expediente de contratación, la certificación de existencia de crédito emitido por el órgano competente, tal y como se indica en el art. 93.3 de la Ley 30/2007, de 30 de octubre, de Contratos del Sector Público, el documento que legalmente le sustituya, así como la fiscalización previa de todo el expediente de modificación. Esto hace diferenciar conforme a las determinaciones organizativas de cada administración las diferencias entre el hecho de certificar, esto es, constatar que en el presupuesto vigente existe consignación presupuestaria que abarque la cuantía de la modificación del contrato y la acción de fiscalizar, pudiéndose diferenciar ambas según las disposiciones administrativas anteriormente referidas. No obstante, debemos indicar que en las entidades locales no existe una obligación de que se subsuman dichas funciones en el mismo órgano, puesto que la disposición adicional segunda.8 les atribuye a los interventores de cada una de las entidades locales los actos de fiscalización y no así los de existencia de crédito. Pero en cualquier caso nada impide la acumulación de estas funciones. La fiscalización supone la revisión de todo el expediente en los términos de la Ley 47/2003, de 27 de noviembre, General Presupuestaria, del Ley Reguladora de la Haciendas Locales, aprobada en su Texto Refundido por Real Decreto Legislativo 2/2004, de 5 de marzo, y en su caso de las diferentes leyes reguladoras de las haciendas autonómicas a los efectos de la verificación de los criterios legales e incluso de los de oportunidad conforme se indica en el ámbito local en el Real Decreto 1174/1987, por el cual se aprueba el régimen jurídico de los funcionarios con habilitación de carácter nacional. Una vez fiscalizado el expediente, motivada técnicamente la modificación contractual, e informada jurídicamente se deberá otorgar antes de la resolución administrativa correspondiente, conforme a lo dispuesto en el art. 94 en relación con los arts. 202 y 233 de la LCSP a la aprobación de ésta por parte del órgano de contratación, que será obviamente el que aprobó en su momento la adjudicación y los pliegos de condiciones que regulan el correspondiente contrato. Esta aprobación no entra en operatividad ni es efectiva, salvo en los supuestos de 20% del contrato hasta que el contratista preste su conformidad y se formalice en documento la citada modificación en los términos recogidos en el art. 140 de la LCSP, esto es, en el plazo de 10 días hábiles del plazo de la notificación de la adjudicación «definitiva». Revistas Especializadas 2/22/2010 Página 11 de 14 Como se ha indicado en el supuesto de que hubiera modificaciones superiores al 20% del importe, existiría la posibilidad de solicitar la resolución del contrato por parte del contratista, por lo que este primer acuerdo de modificación estará condicionado a la previa audiencia del contratista y a su expresa conformidad. En ese aspecto entendemos que esta audiencia debe producirse antes de que se realice el citado acuerdo, puesto que si no el principio de ejecutividad quedaría condicionado, deviniendo en nulidad de pleno derecho el acto administrativo de modificación. Pero también es cierto que desde el informe técnico que genera el procedimiento de modificación con las motivaciones de éste, del cual se ha dado traslado al contratista, han podido producirse toda una serie de variaciones en el contenido del mismo que requieren el conocimiento y conformidad del principal afectado por la modificación, máxime cuando ésta puede dar lugar a resolución contractual en los términos anteriormente señalados. Por tanto, podemos hablar incluso de un acuerdo de «modificación provisional» que se traslada para otorgar audiencia previa al afectado un periodo que siguiendo las determinaciones y reglas del contrato de obras tendrá que tener junto con todo el expediente un plazo máximo de 8 meses. En cualquier caso y en relación con la audiencia previa deben distinguirse dos procesos y periodos, una referida al proyecto, conforme lo dispuesto en los arts. 217.3.b) y 226 para el contrato que nos ocupa de concesión de obra pública, en relación con el proyecto, dada la importancia de este documento al ahora de ejecución de las obras incorporadas al contrato, especialmente en el aspecto económico de éstas. Y, por otro lado, el trámite de audiencia específico del expediente en sí mismo en el cual, conforme se recoge en el art. 217.4 la audiencia al contratista se debe producir antes de la conformidad del órgano de contratación. En cualquier caso como ya se ha señalado la aprobación final del expediente debe de notificarse formalmente, independientemente del contenido de las audiencias, para que opere la ejecutividad plena de éste en los términos del art. 57 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, sobre Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, conforme las determinaciones del los arts. 58 y 59 de ésta en relación con el art. 140 de la LCSP. Desde el momento de la notificación que se practicará por cualquiera de los medios válidos en derecho, recogidos por el art. 59 de la LRJAPC, incluyendo los medios electrónicos compatibles y fehacientes que se hubieran indicado, tal y como se deduce de lo establecido en el Real Decreto 263/1996, el adjudicatario dispone de un plazo de 10 días para formalizar la modificación. La modificación se debe recoger en un documento administrativo, sin perjuicio de que los pliegos de cláusulas permitan su elevación a escritura pública, pero a los efectos de la plena operatividad de ésta, el acto que le otorga carta de nacimiento, como consecuencia de la aprobación administrativa es la formalización que se realiza entre el titular del órgano con competencias para representar a la administración y el representante de la empresa adjudicataria, que actuarán en virtud de las facultades legalmente atribuidas a cada uno, el funcionario que tenga encomendada la fe pública en el seno de la administración contratante. Las peculiaridades de representación y fedatación varían en el seno de las diferentes AA.PP. y así en la administración municipal la representación le corresponde de oficio al Alcalde conforme lo dispuesto en el art. 21, para los Revistas Especializadas 2/22/2010 Página 12 de 14 municipios de régimen común y 124 para los municipios de régimen de gran población de la Ley 7/1985, de 2 de abril, reguladora de las Bases de Régimen Local. En la Administración General del Estado y en las diferentes CC.AA. dicha representación le corresponde a los diferentes ministros y consejeros sin perjuicio de las facultades de desconcentración administrativa y delegación de firma. Por lo que se refiere a la fe pública en el ámbito municipal está conferida a los secretarios de los ayuntamientos para los municipios de régimen común y a los titulares de los órganos de apoyo al concejal secretario de la Junta de Gobierno local en lo referido a los municipios de gran población. Todos ellos funcionarios con habilitación de carácter estatal en los términos de la disposición adicional segunda del Ley 7/2007, de 12 de abril, del Estatuto básico del Empleado Público. Dicha regulación se recoge a nivel reglamentario por el Real Decreto 1174/1987, anteriormente recopilado. Como ya hemos indicado la modificación es obligada y ejecutiva para los supuestos menores al 20% de la adjudicación originaria, por lo cual la presencia de la formalización del contratista es un requisito indispensable que exige en caso contrario imposición de las correspondientes penalidades e inicio de un procedimiento sancionador, sin perjuicio de contratar la modificación de la obra por medio de un procedimiento negociado con otro contratista. Por lo que se refiere a la representación y formalización por parte de las administraciones institucionales, fundamentalmente los organismos autónomos y entidades públicas empresariales adscritos a la administración general del estado y a las entidades locales y los organismos similares previstos por la legislación sobre administración institucional de las diferentes comunidades autónomas, éstas corresponderán a los máximos representantes y titulares de la fe pública de dichos organismos públicos previstos por sus leyes de creación o estatutos, en los términos recogidos por los ámbitos estatal, autonómico y local. En concreto, la modificación del contrato de concesión de obra pública implica tal y como ya se ha advertido la necesidad, en el supuesto que afecte al equilibrio económico de la concesión, de mantener dicho equilibrio económico del contrato en los términos del art. 241 de la Ley 30/2007, de 30 de octubre, de Contratos del Sector Público que establece: «Mantenimiento del equilibrio económico del contrato. 1. El contrato de concesión de obras públicas deberá mantener su equilibrio económico en los términos que fueron considerados para su adjudicación, teniendo en cuenta el interés general y el interés del concesionario, de conformidad con lo dispuesto en el apartado siguiente. 2. La Administración deberá restablecer el equilibrio económico del contrato, en beneficio de la parte que corresponda, en los siguientes supuestos: a) Cuando la Administración modifique, por razones de interés público, las condiciones de explotación de la obra. b) Cuando causas de fuerza mayor o actuaciones de la Administración determinaran de forma directa la ruptura sustancial de la economía de la concesión. A estos efectos, se entenderá por causa de fuerza mayor las enumeradas en el artículo 214. Revistas Especializadas 2/22/2010 Página 13 de 14 c) Cuando se produzcan los supuestos que se establezcan en el propio contrato para su revisión, de acuerdo con lo previsto en el apartado 4 de la letra c, y en la letra d del artículo 115.1. 3. En los supuestos previstos en el apartado anterior, el restablecimiento del equilibrio económico del contrato se realizará mediante la adopción de las medidas que en cada caso procedan. Estas medidas podrán consistir en la modificación de las tarifas establecidas por la utilización de la obra, la reducción del plazo concesional, y, en general, en cualquier modificación de las cláusulas de contenido económico incluidas en el contrato. Asimismo, en los casos previstos en el apartado 2.b, y siempre que la retribución del concesionario proviniere en más de un 50% de tarifas abonadas por los usuarios, podrá prorrogarse el plazo de la concesión por un periodo que no exceda de un 15 % de su duración inicial. En el supuesto de fuerza mayor previsto en el apartado 2.b, la Administración concedente asegurará los rendimientos mínimos acordados en el contrato siempre que aquella no impidiera por completo la realización de las obras o la continuidad de su explotación.» En ese sentido la modificación del contrato conlleva necesariamente el condicionamiento del acuerdo modificativo a la cumplimentación de dicho equilibrio económico, en los términos que fueron considerados para la adjudicación originaria debiendo tenerse en cuenta tanto el interés general como el interés del concesionario especialmente tanto en modificaciones del proyecto en fase de ejecución de la obra como en modificaciones de las condiciones de explotación de ésta en los términos del art. 241.2a) LCSP. Esas medidas de restablecimiento del equilibrio económico deberán adecuarse a cada supuesto concreto, bien mediante la modificación de las tarifas que hubieran sido establecidas para la utilización de la obra, bien para los supuestos en que utilizando las capacidades recogidas para fuerza mayor en el art. 214 de la ley en relación con las obras (incendios por electricidad atmosférica, fenómenos naturales de efectos catastróficos como maremotos, terremotos, erupciones volcánicas, movimientos de terreno, temporales marítimos, inundaciones u otros semejantes y los destrozos ocasionados en tiempos de guerra, robos tumultuosos o alteraciones graves del orden público) en los cuales el contratista tendrá derecho a una indemnización. Igualmente se entiende para dichos supuestos en virtud de la legislación especial en relación con las víctimas del terrorismo los supuestos en que los daños causados en la obra pública lo sean como consecuencia de un atentado terrorista, aunque la indemnización de este supuesto no corresponde a la administración otorgante de la concesión, sino al Ministerio del Interior. Por tanto, cabe señalar que el establecimiento económico corresponde con los supuestos de modificación como los de fuerza mayor y decisión administrativa que lo genere, como en aquellos previstos en los pliegos de condiciones administrativas particulares en relación con el plan económico financiero y especialmente en relación con el sistema de retribución del concesionario, las actualizaciones de costes durante la explotación de la obra y su repercusión en las tarifas y el umbral mínimo de beneficios derivados de la explotación. En estos supuestos el art. 115.1.c) 4.º de la Ley 30/2007, de 30 de octubre, de Contratos del Sector Público recoge la posibilidad de dicha existencia de beneficios derivados de la explotación de una zona comercial vinculada a la construcción de la obra pública correspondiente y que sirva en su explotación para el pago. Revistas Especializadas 2/22/2010 Página 14 de 14 El referido expediente de restablecimiento económico financiero de la concesión, aunque está vinculado a la modificación, es independiente de ésta, pero como ya hemos indicado, obligado en su tramitación. 1 Ángel Cea Ayala, op. cit. «Acerca...». ?? ?? ?? ?? Revistas Especializadas 2/22/2010