nota introductoria - gunther gonzales barrón

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3 BIBLIOTECA MODERNA DE DERECHO CIVIL
EL PRINCIPIO DE FE PÚBLICA REGISTRAL
ANTONIO GORDILLO CAÑAS
NOTA INTRODUCTORIA
Invirtiendo el orden habitual en este tipo de Notas, hemos de comenzar ésta con
unas palabras de sentido agradecimiento al Prof. GUNTHER GONZÁLES BARRÓN
por la atención prestada a mi estudio sobre el principio de fe pública registral, y a la
editorial JURISTAS EDITORES, de Lima, por haberlo admitido a publicación. La edición limeña de mi trabajo es la mejor recompensa al esfuerzo de su elaboración.
Y, tras el agradecimiento, la presentación de la obra. Se reúnen en esta edición dos
entregas aparecidas en el Anuario de Derecho Civil bajo ese mismo título El principio
de fe pública registral (I y II) 1, que a su vez constituían la sexta y séptima de una serie
de estudios dedicados al sistema español de la publicidad inmobiliaria. Habíamos comenzado esa serie en 1994: La peculiaridad de nuestro sistema hipotecario frente los
modelos latino y germánico: la publicidad registral como apariencia jurídica. Planteábamos entonces como punto de partida nuestra hipótesis: nuestro sistema registral, que
no es el latino o francés pero que –por no hacer constitutiva la inscripción– toma de éste
el principio de inoponibilidad para proteger al comprador posterior que primero inmatricula, (o reanuda el tracto) (art. 1473 CC y 32 LH); y que tampoco es íntegramente
germánico si por tal se entiende el que reproduce el modelo alemán –de transmisión
abstracta, numerus clausus e inscripción constitutiva– o su variante suiza –aunque de
transmisión causal, númeroclausista y de inscripción constitutiva– nuestro sistema, decíamos, viene a constituir un sistema peculiar de eficacia protectora no inferior y más
afinada que la germánica. Así lo formulábamos en nuestro trabajo de 1994:
“El principio de fe pública registral (I)”. ADC 2006, II, pp. 509-655, y “El principio de fe pública registral (II)”, ADC, 2008, III, pp. 1057-1216.
1
“Nuestra Ley Hipotecaria, creando un mecanismo de publicidad en el que el
Registro se concibe como generador de una apariencia jurídica protegible, supo
lograr una protección del tráfico de buena fe, no inferior a la conseguida hoy en
Alemania, y ello sin ralentizar ni sobrecargar el proceso adquisitivo, sin separar
artificialmente la entrega o traditio de su causa, sin sofocar la libertad de los particulares en cuanto a las posibilidades configuradoras de los derechos reales, y, finalmente, sin dislocar el valor de la inscripción, que siempre se entiende como
instrumento de publicidad de un derecho ya nacido extra-registralmente y de
acuerdo con los principios rectores de su constitución natural. Es la ventaja de
haber sabido poner cada cosa en su sitio. En su sitio el derecho real como poder
inmediato en la cosa, nacido de la entrega que da cumplimiento a un contrato que
al igual que puede transmitirlo puede libremente configurarlo. Y en su sitio la publicidad registral, sólo publicidad del derecho real y siempre publicidad en condiciones de fiabilidad que justifican la protección del tercero que en ella confía. No
trataba la instauración del Registro de remover los fundamento del Derecho de
Cosas; intentaba sólo asegurar jurídicamente el tráfico inmobiliario. Y podemos
reconocer con legítima satisfacción que en nuestro Derecho se acertó cumplidamente en el logro de la meta propuesta. Nuestra Ley Hipotecaria, respetando, como la ley francesa de la transcripción, el causalismo transmisivo, pero sin exagerar en su espiritualización, y manteniendo el sistema del título y el modo, consiguió una eficacia aseguradora del tráfico desconocida en el Derecho francés y no
inferior a la propia del sistema germánico, aunque sin por ello manipular, entorpecer ni alambicar el proceso adquisitivo, y sin reducir el derecho real en la camisa de fuerza del numerus clausus”.
Planteada la hipótesis, su comprobación se ha desenvuelto en varios estudios.
Uno, de más amplio alcance, dedicado a las Bases del Derecho español de Cosas y, engarzados en ellas, a los Principios Hipotecarios 2; otros dos, de objeto más circunscrito,
el primero sobre el objeto de la publicidad registral 3 y el siguiente sobre el valor de la
“Bases del Derecho de Cosas y Principios Inmobiliario-Registrales: Sistema español”. ADC
1995, II, págs. 527-694.
2
“El objeto de la publicidad en nuestro sistema inmobiliario registral: la situación jurídica de los
inmuebles y las limitaciones dispositivas y de capacidad de obrar del titular”. ADC 1998, II, págs. 421632.
3
inscripción 4. La serie continúa con el estudio dedicado a la integración del expediente
latino de la inoponibilidad en el sistema registral español de inspiración germánica, eficacia máxima y desenvolvimiento técnico pero sin inscripción constitutiva 5, y, por el
momento, termina con las dos entregas dedicadas al principio de fe pública registral que
se recogen en este volumen. Decimos por el momento, porque en nuestro proyecto queda todavía por dedicar un último estudio a la presunción de exactitud o principio de legitimación registral, de particular interés en nuestro planteamiento ya que es en él donde
deben abordarse los problemas que provocan el entrecruzamiento y coordinación de las
apariencia generadas por la posesión y la publicidad registral. En su redacción estamos
y esperamos que, D. m., pueda salir a la luz en no mucho tiempo.
Y una vez renovados los agradecimientos expresados al comienzo de esta nota,
queda así presentada esta edición de mi trabajo sobre el principio de fe pública. Espero
que, como nacido en tierra sevillana, se aclimatará perfectamente en su trasplante al
suelo hermano de Lima.
Antonio Gordillo Cañas
Catedrático de Derecho Civil de la Universidad de Sevilla
“La inscripción en el Registro de la Propiedad (su contenido causal, su carácter voluntario y su
función publicadora de la realidad jurídico-inmobiliaria o generadora de su apariencia jurídica”. ADC
2001, I, págs. 5-256.
4
“El principio de inoponibilidad: El dualismo moderado de nuestro sistema inmobiliario registral”. ADC 2004, II, págs. 381-547.
5
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