Salud y Nutrición

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2
Salud
y Nutrición
2
Salud y
Nutrición
2.1.
Mortalidad.
Tendencias y causas
2.2.
Morbilidad en la niñez
2.3.
Atención en salud
2.4.
Nutrición
2.5.
VIH/SIDA
Resumen de
indicadores en salud
2.1. Mortalidad.
Tendencias y Causas
Mortalidad en la niñez
temprana. Tendencias de
cambio.
Si bien Venezuela se caracterizó
por registrar durante décadas
progresos importantes en la
reducción de los niveles de la
mortalidad infantil, a partir de los
años 80 se comienza a
experimentar una disminución
sostenida en el ritmo de
decrecimiento que se venía
observando. A la entrada de la
década de los 90, la tasa de
mortalidad estaba en el orden de
23,5 defunciones por cada mil
nacidos vivos en promedio, para
luego registrar niveles estables y
una muy leve variación en los años
1995-1997. Es desde este
momento cuando parece retomarse
la tendencia al descenso que se
había interrumpido: en el trienio
1998-2000 la tasa bajó a 19,4 por
mil, lo que significa una caída del
16% con relación al trienio anterior.
Con el comienzo del nuevo milenio
(2001-2003) esta tendencia habría
continuado pero con menor
intensidad, con un porcentaje de
cambio del 7%, por lo que la tasa
promedio de dicho período se ubicó
en 18,1 por cada mil nacidos vivos
y específicamente para el 2003, la
tasa fue de 18,5 por mil n.v.r. En
términos absolutos, en los últimos
catorce años el número promedio
de muertes de menores de un año
varió de 13.382 a 9.526,
representando una disminución del
29%.
En el contexto de la región
latinoamericana y según
estimaciones para el año 2004,
Venezuela estaría mostrando un
nivel de mortalidad infantil más
próximo al registrado por Argentina,
(19,2 por mil nacidos vivos), y
menor a países, por ejemplo, de
la región andina: Colombia (24,2),
Ecuador (39,8), Perú (31,5) y
Bolivia (51,6). Pero aún el riesgo
de muerte de los niños
venezolanos en esta edad resulta
superior si se compara con los
niveles que hoy exhibe Uruguay
(12,6), Chile (11,2), o Costa Rica
(10,2) y es más del doble con
relación a Cuba (7,1) (anexo 2.1).
Gráfico 2.1
Venezuela. Tasas de mortalidad infantil, neonatal y post-neonatal.
1989-2003
Fuentes: MSAS. Anuario de Epidemiología y Estadística Vital. MSDS.
Anuario de Mortalidad. INE. Anuario Estadístico de Venezuela.
32
Salud y Nutrición
Cuadro 2.1
Venezuela. Tasas de mortalidad infantil de 1 a 4 años
1989-2003
Fuentes: MSAS. Anuario de Epidemiología y Estadística Vital. MSDS. Anuario de Mortalidad. INE. Anuario Estadístico de Venezuela. INE. Estimaciones
y Proyecciones de Población. 2004
(1)Tasa por 1.000 n.v.r.(1) Tasa por 1.000 niños de esta edad
A esta tendencia reciente de
cambio que se observa en el nivel
de la mortalidad infantil han
contribuido de forma desigual sus
principales componentes. La
frecuencia de las defunciones que
ocurren durante el primer mes de
vida (mortalidad neonatal) bajó de
13,6 por mil nacidos vivos en 19891991 a 11,4 en los años 20012003, lo que indica un descenso
del 17% durante este período. En
tanto, la tasa de mortalidad
registrada entre el mes y el año de
edad (post-neonatal) mostró
porcentajes de reducción más
elevados al pasar de 9,9 por mil
nacidos vivos al principio de los
años 90 a 6,7 en promedio en los
años 2001-2003, representando
una disminución del 32%. Las
variaciones constatadas durante
estos años comienzan a modificar
el peso que cada uno de estos
componentes tienen en la
mortalidad total, en la actualidad
de cada 100 decesos infantiles, 63
se registran en la etapa neonatal
y 37 en la post-neonatal.
De manera que esta reducción más
lenta en los niveles de mortalidad
neonatal estaría indicando que aún
deben ser mayores los esfuerzos
orientados a mejorar el estado de
salud de la mujer embarazada,
para lograr una adecuada vigilancia
en la etapa prenatal y en la atención
durante el parto, así como en elevar
la calidad del manejo de la
morbilidad grave en este período
de la vida del recién nacido.
En parte por factores de orden
biológico, la mortalidad en los
hombres normalmente excede a la
mortalidad en mujeres y en la etapa
de la niñez ello resulta
particularmente notable antes del
primer año de vida. Entre 1989 y
1997 el diferencial entre la tasa de
mortalidad infantil por sexo fue del
orden de 5 puntos por cada mil a
favor de las niñas para luego
mostrar una leve reducción en los
años más recientes1 . Para el último
trienio, 2001-2003, la tasa de
muerte en los niños se ubicó en
19,8 por cada mil nacidos vivos en
promedio en tanto que en las niñas
fue del orden de 16,3 por cada mil,
lo que equivale a un riesgo de
muerte 22% mayor entre los
primeros.
La evolución de las principales
causas de muerte durante los años
1989 al 2003, evidencian que las
ganancias en la sobrevivencia
infantil se encuentran ligadas
principalmente a la mayor
disminución de la frecuencia de
decesos por enfermedades
infecciosas intestinales y
respiratorias, en 48% y 38% en el
conjunto del período
respectivamente, seguidas por las
muertes debidas a los accidentes
de todo tipo (19%) mientras que
las ocasionadas por afecciones de
origen perinatal se reducen en un
6%. La tasa específica por
enfermedades congénitas de más
difícil prevención y tratamiento se
mantienen con poca variación, pero
los decesos por deficiencia de la
nutrición más relacionadas con las
condiciones de vida han mostrado
fluctuaciones durante estos años,
para acusar en el último trienio una
tasa más elevada con relación al
valor registrado a principios de los
años 90, 47% superior (anexo 2.2).
Por las variaciones diferenciadas
en la reducción de la frecuencia de
muertes por las distintas causas,
aumenta el porcentaje de las
ocasionadas por afecciones
1 Esta reducción en los últimos años se produce por el efecto combinado de mayores variaciones tanto en los registros de muerte como
de nacimientos En el trienio 1999-2000 el número de nacimientos masculinos aumenta en forma importante, la relación de masculinidad
se ubica en 113, y, en consecuencia, baja más la tasa para este grupo. Por otra parte el registro de muertes presenta en el último trienio
una disminución más marcada para el sexo masculino.
33
Salud y Nutrición
perinatales y por padecimientos
congénitos, para explicar cada una
el 54% y el 15% del total de
defunciones respectivamente, en
tanto que aquéllas ocurridas como
consecuencia de enfermedades
infecciosas y por carencias
nutricionales son actualmente en
conjunto responsables de 18 de
cada 100 decesos infantiles.
Las principales causas de muerte
en la infancia son las mismas para
los niños y las niñas, pero según
los datos correspondientes al
período 2001-2003 los niños
presentan un exceso de muertes
por todas estas enfermedades. El
riesgo de morir por afecciones
perinatales, neumonía, desnutrición
y por causas externas, es entre
21% y 25% superior en ellos y se
incrementa a 31% en el caso de
las enfermedades infecciosas
intestinales. Con relación a los
decesos a causa de enfermedades
congénitas el diferencial entre los
sexos se ve reducido a 5%.
En el grupo de niños y niñas de 1
a 4 años de edad se ha observado
igualmente cierta tendencia,
aunque más lenta, a la reducción
de sus niveles de mortalidad. A
inicios de la década de los 90 la
tasa se ubicaba en promedio en
1,3 por cada mil niños y niñas de
esta edad, luego desciende y se
mantiene en 1,1 en los años 1998
al 2003, lo que señala una
disminución del orden de 16%.
Durante este período el volumen
de defunciones en esta población
pasó de 2.780 a 2.388, ello indica
una variación del 14%, la cual
resulta menor que la verificada
anteriormente con relación a la
mortalidad infantil.
Al arribar a estas edades se ve
disminuido el nivel de
sobremortalidad que registran los
niños, pero con fluctuaciones
durante los años examinados. Al
principio del período (1989-1991)
el diferencial de las tasas
específicas favorece a las niñas en
7%, para luego variar en los años
siguientes entre 11 y 16%. En el
último trienio (2001-2003) la tasa
de mortalidad de los niños se ubicó
en 1,1 por cada mil y en 1,0 entre
las niñas, por lo que el exceso de
muertes en los primeros es de 11%.
En este grupo poblacional son las
causas externas las que producen
el mayor número de muertes, sin
embargo su frecuencia ha
registrado una disminución en el
orden del 12% si se compara con
los valores observados al principio
de la década de los 90. Las
enfermedades infecciosas
intestinales y la neumonía, la
segunda y tercera causa de muerte
también evidencian una reducción
de su tasa específica, de 23% y de
19% respectivamente. Al contrario,
en el transcurso de estos años el
riesgo de morir por padecimientos
congénitos aumentó en 46% y en
77% por enfermedades debidas a
deficiencias nutricionales, para
pasar esta última de la quinta a la
cuarta posición. Las muertes por
cáncer aparecen también entre las
principales causas de deceso a
estas edades y la tasa ha fluctuado
en torno a 5 por cada 100.000 niños
y niñas (anexo 2.2).
Según el sexo, los datos referidos
al último trienio dan cuenta de un
riesgo superior entre los niños de
morir por accidentes (26%) y por
cáncer (59%), pero se reducen las
Cuadro 2.2
Venezuela. Principales causas de mortalidad infantil de 1 a 4
años por sexo 2001-2003
Fuentes: MSAS. Anuario de Mortalidad. INE. Anuario Estadístico de Venezuela. INE. Estimaciones y Proyecciones. 2004
34
Salud y Nutrición
diferencias en el caso de las
enfermedades respiratorias (7%)
y padecimientos congénitos (3%).
Niños y niñas observan una tasa
específica similar de decesos
ocasionados por afecciones
intestinales, no obstante las niñas
registran un riesgo 5% mayor de
fallecer a consecuencia de
enfermedades relacionadas con
carencias nutricionales, por lo que
esta causa de muerte pasa a
ocupar el tercer lugar para este
sexo.
Si se revisa la evolución que ha
venido registrando el país en
materia de salud de la niñez
mediante la tasa de mortalidad de
menores de 5 años, se evidencia
un comportamiento similar al de la
mortalidad infantil, debido a la más
alta probabilidad de morir antes de
cumplir el primer año de vida, 17
veces mayor que entre los niños
de 1 a 4 años de edad. Por lo tanto,
los cambios favorables tendientes
a incrementar las ganancias en la
sobrevivencia de los niños y de las
niñas se hacen notar a finales de
la década de los 90, con una
reducción del orden de 15%, de
16% en los niños y 14% en las
Gráfico 2.3
Venezuela. Tasas de mortalidad de menores de 5 años
según sexo 1989 - 2003
Fuentes: MSAS. Anuario de Epidemiología y Estadística Vital. MSDS. Anuario de Mortalidad.
INE. Anuario Estadístico de Venezuela.
Los niveles de
mortalidad infantil por
entidad federal
revelan la persistencia
de desigualdades en
salud
Mapa 2.1
Venezuela. Comportamiento geoespacial de las tasas de
mortalidad infantil. Estimadas 2003
Fuente: INE.
Venezuela.
Estimaciones y
Proyecciones de
Población. 19902050
niñas. A inicios del nuevo milenio
prosigue el descenso de los niveles
de muerte a estas edades con un
ritmo menor, de 5% para ambos
sexos. Actualmente de cada 1.000
que nacen 22,7 mueren antes de
cumplir los 5 años, y esta
probabilidad aumenta a 24,5 entre
los niños y es de 20,6 entre las
niñas.
Los niveles más elevados de
mortalidad infantil2 se observan
en las entidades federales con altos
porcentajes de hogares en
situación de pobreza, con mayor
proporción de población residente
en el área rural y en aquéllas con
presencia importante de población
indígena. En comparación con la
tasa estimada para el Distrito
Capital, en siete de las entidades
el exceso de muertes infantiles es
de 35 a 45%, es el caso de
Monagas, Portuguesa, Sucre,
Táchira, Zulia, Trujillo y Yaracuy,
con niveles de pobreza que oscilan
entre 24 y 38%.
2 Debido a los problemas de subregistro que presentan algunas entidades federales se optó por realizar esta comparación tomando
las tasas de mortalidad infantil estimadas por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y que sirvieron de base para la elaboración
de las estimaciones y proyecciones de población por Entidad Federal. (INE, 2004)
35
Salud y Nutrición
Gráfico 2.4
Venezuela. Mortalidad infantil para los diez años anteriores a la encuesta según
la condición de pobreza y años de instrucción de la madre. ENPOFAM 98
Fuentes: Freitez, A. (2001). Venezuela. Encuesta Nacional de Población y Familia 1998.
FNUAP.
En Barinas y Cojedes donde un
tercio de hogares son pobres y en
Apure, donde esta proporción
aumenta a 44%, los niveles de
mortalidad infantil superan al
Distrito Capital en 62% las dos
primeras y en 86% la última. En
tanto que en Delta Amacuro y
Amazonas, las dos entidades
federales con mayor componente
indígena, el riesgo que tienen los
niños de morir antes del primer año
de vida es más del doble frente a
aquéllos que residen en la entidad
menos pobre del país, la brecha
es de 111% y 137%
respectivamente (anexo 2.3).
En las entidades federales con más
altos niveles de mortalidad infantil
cobran mayor importancia los
decesos por enfermedades
infecciosas intestinales y
carenciales. En el Distrito Capital,
6% de las muertes son debidas a
la primera causa y apenas alcanza
al 1% los que fallecen a
consecuencia de la segunda; en
Delta Amacuro y en Amazonas los
porcentajes de muertes por las
infecciones intestinales se elevan
a 26% y 18% respectivamente; y
en ambas entidades un 15% de
los niños muere por desnutrición,
por lo que estas causas pasan a
ocupar la segunda y tercera
posición.
La Encuesta Nacional de Población
y Familia (ENPOFAM'98) aportó
información sobre las diferencias
de la mortalidad infantil y de la
niñez en el país según algunas
características relativas al
nacimiento y a la condición
socioeconómica de la madre
(Freitez, 2001). Al respecto se
verificó que el riesgo de morir antes
de cumplir el primer año de vida
es más alto en los niños (51%) así
como en los nacimientos con
madres en edades adolescentes y
en edades avanzadas, de 41% y
46% respectivamente. Si el orden
del nacimiento es igual o superior
a cuatro, este riesgo se quintuplica
y, si el niño o la niña, registra un
bajo peso al nacer su probabilidad
de morir es casi 5 veces mayor.
Si la vivienda que ocupa la familia
no tiene servicio de agua por
acueducto, el riesgo de muerte
infantil es 16% mayor al existente
si se dispone de este servicio,
mientras que la diferencia se eleva
a 28% entre las familias pobres y
no pobres. Asimismo se corroboró
que es la educación de la madre
la variable socioeconómica que
tiene el efecto diferencial más claro
sobre la mortalidad durante los
primeros años de vida: entre
aquéllas que apenas llegan a
acumular 7 años de educación
formal el riesgo de muerte de sus
hijos puede ser casi 3 veces
superior en relación con las que
han alcanzado 13 años o más de
educación.
Estimaciones derivadas del Censo
General de Población y Vivienda
del año 2001, confirman igualmente
las desigualdades en la posibilidad
de sobrevivir según la condición
socioeconómica puesto que, de
acuerdo a esta fuente, el riesgo de
morir de los niños en pobreza
extrema es 29% mayor. Pero estas
brechas se amplían si se considera
la condición étnica. Así, los niños
con madres de origen indígena
registran para el período de
referencia de estas estimaciones
una tasa de mortalidad del orden
de 53 por cada mil nacidos vivos3.
Recuadro 2.1
Entre las estrategias para reducir
los niveles de morbilidad y
mortalidad en la infancia, el
MSDS a través del Programa
Nacional de Atención a la Salud
del Niño, Niña y Adolescente,
ejecuta el "Proyecto de Atención
Integral de las Enfermedades
Prevalentes de la Infancia
(AIEPI)" conjuntamente con la
OPS y la Cruz Roja Venezolana.
El componente comunitario se
desarrolla a través de la
organización de las Casas
Comunitarias de Salud y del
Proyecto Regional AIEPI
Comunitario, el mismo trata de
articular el esfuerzo de los
servicios de salud con las
acciones en la comunidad,
involucrando a actores y sectores
sociales a nivel local con el fin
de promover las prácticas
familiares y comunitarias para el
cuidado y protección de niños y
niñas.
3 Estas estimaciones se derivaron del Censo General e Población y Vivienda, 2001 mediante la aplicación del Método de Hijos Sobrevivientes.
El período de referencia es 1993-1997.
36
Salud y Nutrición
El nivel de mortalidad de
la población de 5 a 14
años muestra
reducciones paulatinas
Los niños y niñas de 5 a 14 años
constituyen el grupo de población
donde la mortalidad normalmente
alcanza los niveles más bajos. En
el país, a inicios de los años 90 la
tasa específica se ubicaba en 42,8
muertes en promedio por cada cien
mil niños y niñas en esta edad.
Posteriormente, a lo largo de esta
década, se dieron reducciones
progresivas y el nivel de mortalidad
cayó a 37,3 por cada cien mil para
el trienio 1998-2000. En los años
2001-2003, la tasa baja a 37,0 por
cada cien mil niños y niñas en esas
edades, lo que da cuenta de una
variación del 14% con relación al
inicio del período.
La brecha entre las tasas de
mortalidad de niños y niñas en
estas edades se amplía
considerablemente en comparación
con la etapa de la niñez temprana.
Considerando en conjunto el
período 1989 al 2003, la tasa de
mortalidad de los niños disminuyó
en 15% para ubicarse en 43 por
cada cien mil niños entre 5 y 14
años de edad, mientras que en las
niñas el descenso fue menor
ubicándose en 31 por cada cien
mil, lo que representa una
disminución de 12%.
Para el período 2001 a 2003
destacan, entre las distintas
entidades federales, Anzoátegui,
Falcón y Aragua por registrar las
tasas de mortalidad más bajas para
estas edades. Menos de 35 por
cada 100 mil entre los niños y
menos de 24 por cada 100 mil en
las niñas. En el extremo superior
se encuentran Trujillo, Portuguesa,
Mérida, Amazonas y Vargas con
Gráfico 2.5
Venezuela. Tasa de mortalidad de 5 a 14 años según sexo.
1989-2003
Fuentes: MSAS. Anuario de Epidemiología y Estadística Vital. MSDS. Anuario de Mortalidad.
INE. Estimaciones y Proyecciones de Población 2004
tasas de mortalidad entre los niños
superiores a 50 por cien mil, y con
niveles entre 29 y 40 por cada cien
mil en las niñas (anexo 2.5).
Por la amplitud de edades
consideradas en este grupo su
patrón de muerte muestra
diferencias más notables en
comparación al de la población de
1 a 4 años de edad, puesto que
cobran mayor importancia las
causas externas y las
enfermedades degenerativas frente
a las enfermedades infecciosas.
De las causas externas, los
accidentes concentran el más alto
número de muertes, no obstante
su tasa específica ha tendido a la
baja durante los años 1989 al 2003,
reduciéndose en 24%; le siguen
las defunciones por neumonía y
cáncer con un porcentaje de
descenso de 34% y 17%
respectivamente.
Al contrario, las muertes por
homicidios y los suicidios observan
un progresivo aumento en este
período. Así, el riesgo de morir por
la primera de estas causas se
incrementó en 77%, mientras que
por la segunda el incremento fue
del 34%. También se muestra una
mayor frecuencia relativa de
decesos por enfermedades
congénitas (37%) y por parálisis
cerebral (15%) (anexo 2.4).
Al igual que en los grupos
anteriores los niños y las niñas
coinciden en el perfil de las
causales de muerte, pero en los
niños los riesgos por causas
externas resultan marcadamente
superiores. Las tasas de
defunciones por accidentes y por
suicidios en los niños, son
superiores a las de las niñas en
87% y 43% respectivamente.
Asimismo, el riesgo de morir por
homicidios es tres veces mayor en
estos. En el resto de las principales
enfermedades que afectan a esta
población el diferencial por sexo
se reduce en torno al 16% y 11%
presentando similar nivel de
mortalidad por padecimientos
congénitos.
37
Salud y Nutrición
Gráfico 2.6
Venezuela. Principales causas de mortalidad de la población
5 a 14 años según sexo. 2001-2003
Aumenta el nivel de
mortalidad en la
población
de 15 a 19 años.
La evolución de la mortalidad que
ha experimentado la población en
edad adolescente en el transcurso
de los años 1989 al 2003 se
diferencia notablemente de los
demás grupos etáreos. La tasa de
mortalidad muestra un incremento
para el trienio 1992-1994 del 18%
con relación al principio de período,
durante los años siguientes la
frecuencia de muertes se mantiene
en un nivel 6% más bajo, para
luego acusar un aumento en el
orden del 25% en el último trienio
(2001-2003); así, la tasa arribó a
145,7 por cada cien mil
adolescentes, valor 39% más
elevado si se compara con el
registrado a inicios de los 90.
El importante cambio en los niveles
de mortalidad que exhibe este
grupo se debe fundamentalmente
a un mayor incremento de muertes
en la población masculina. En el
conjunto del período considerado
su tasa específica varió de 148,6
a 232,4 defunciones en promedio
por cada cien mil, lo que representa
un aumento del 56%. La mortalidad
de las adolescentes más bien
observa una leve disminución
durante la década de los 90, la tasa
bajó de 59,1 en 1989-1991 a 52,5
para el trienio 1998-2000, sin
embargo en los últimos años estas
igualmente acusan un repunte en
la tasa, que asciende a 55,9
decesos por cada cien mil
adolescentes.
Debido al marcado incremento en
los niveles de mortalidad masculina
que se registra durante este tiempo,
el diferencial de las tasas de ambos
sexos ha tendido a ampliarse aún
Gráfico 2.7a
Venezuela. Tasas de mortalidad de 15 a 19 años según sexo.
1993-2003.
Fuentes: MSAS. Anuario de Epidemiología y Estadística Vital. MSDS. Anuario de Mortalidad.
INE. Estimaciones y Proyecciones de Población 2004.
38
Salud y Nutrición
Gráfico 2.7b
Venezuela. Principales causas de mortalidad de la población
15 a 19 años según sexo. 2001-2003
datos correspondientes al último
trienio la tasa de muertes de los
hombres por agresiones es 13
veces mayor; por accidentes esta
relación es de 3,2 y por suicidios
2,1. En tanto, la sobremortalidad
masculina denota un descenso
cuando se comparan las tasas por
causas endógenas y enfermedades
de origen infeccioso como la
neumonía. Sin embargo, al
considerar los causales de
mortalidad específicamente
femeninos, un aspecto importante
lo constituyen las muertes
maternas asociadas a las
complicaciones del embarazo,
parto o puerperio; puesto que si se
toma en cuenta el total de estos
decesos aparecen como la quinta
causa de mortalidad adolescente
(41 muertes en promedio durante
el último trienio).
Recuadro 2.2
Fuentes: MSDS. Anuario de Mortalidad. INE. Estimaciones y Proyecciones de Población. 2004
más. A inicios de los años 90 el
riesgo de morir de los adolescentes
era 2,5 veces superior, para finales
de la década se eleva esta relación
a 3,4 y en los años 2001 al 2003
ya el exceso de muertes
masculinas se cuadruplica.
Por las conductas de riesgo de las
y los adolescentes relacionadas
con las adicciones y exposición a
ambientes peligrosos y violentos
se eleva aún más la importancia
de las muertes debidas a causas
externas, lo que se potencia bajo
circunstancias familiares y sociales
adversas. Durante los años 1989
al 2003 la tasa específica de
muertes violentas por homicidios
aumentó 1,5 veces, al pasar de
19,4 por cada cien mil a 48,3; las
muertes por accidentes observaron
más bien un descenso del orden
del 20% para ubicarse en 27,5 por
cada cien mil, mientras que la
frecuencia de los decesos por
suicidio han tenido un
comportamiento más estable,
alrededor de 5,5 por cada cien mil.
El cáncer, las enfermedades del
corazón y los padecimientos
congénitos son, en este orden, el
resto de las principales causales
de muerte entre los adolescentes
de ambos sexos, desplazando con
el transcurso del tiempo a las
enfermedades infecciosas
respiratorias; la tasa específica por
esta última causa registró una
mayor reducción, del orden de 45%
al tiempo que los decesos por
enfermedades congénitas
acusaron un aumento del 24%
(anexo 2.4).
Al arribar a estas edades se
evidencia más claramente las
consecuencias asociadas a ciertas
conductas de género: según los
El Programa Nacional de
Promoción y Desarrollo de Salud
Integral de las y los Adolescentes
del MSDS establece entre sus
objetivos: a) brindar una atención
a los y las adolescentes,
incorporando el enfoque de
promoción de salud y desarrollo
en los distintos niveles de
atención; b) lograr una atención
específica y diferenciada, de
acuerdo con sus condiciones de
salud, edad, sexo, etnia y grupo
o territorio social, incorporando
estrategias de coordinación entre
las redes sanitarias, sociales y
comunitarias; c) favorecer la
autonomía y el empoderamiento
de los y las adolescentes, como
sujetos constructivos y creadores
en su desarrollo individual y social
a través de acciones de
educación y prevención; d)
promover el desarrollo de
competencias para la atención
integral de adolescentes, en
diferentes actores con
responsabilidad en la promoción
de su salud y desarrollo
(MSDS,2003a).
39
Cuadro 2.2
Venezuela. Mortalidad materna según grupos de edad. 1998-2003.
(Tasas por 100.000 n.v.r.)
Fuentes: MSAS. Anuario de Epidemiología y Estadística Vital. MSDS. Anuario de Mortalidad. INE. Anuario Estadístico de Venezuela.
Al observar la mortalidad de esta
población en las distintas entidades
federales, se evidencian tasas más
elevadas para los hombres
adolescentes en aquellas entidades
con mayor población y más altos
niveles de urbanización, es el caso
de Distrito Capital, Miranda,
Carabobo y Vargas, con tasas que
se ubican entre 300 y 435 por cada
cien mil. Con relación a las
adolescentes destacan dos
entidades federales con mayor
componente rural y nivel de
pobreza: Cojedes y Delta Amacuro,
cuyas tasas de mortalidad llegan
a 81 y a 96 por cada cien mil
mujeres de esta edad,
respectivamente (anexo 2.5).
El nivel de la mortalidad materna
se mantiene elevado
Al igual que la mortalidad infantil,
el ritmo de reducción en los niveles
de mortalidad materna que se
venían registrando
progresivamente en el país
comienzan a estancarse una vez
entrada la década de los 80, al
punto que, en los últimos catorce
años este indicador, que da cuenta
de la situación de salud
reproductiva de las mujeres,
continúa sin mostrar tendencias
favorables de cambio: durante los
años 1992 a 1997 la tasa se
mantuvo en niveles más elevados
con relación a los valores
observados a principios de los 90,
morían 62 mujeres por cada 100
mil nacimientos, al final de esta
década la tasa acusa cierta
disminución para luego volver a
repuntar. De manera, que al inicio
del nuevo milenio siguen
falleciendo un número importante
de mujeres por causas asociadas
al embarazo, parto y puerperio que
podrían evitarse, en promedio 64
madres murieron por cada cien mil
niños que nacieron en el período
2001 a 2003.
Este riesgo de morir por causas
relacionadas con la maternidad
aumenta a medida que se avanza
en la edad. La tasa de las mujeres
de 35 a 44 años es hasta tres veces
mayor con relación a las mujeres
jóvenes de 20 a 24 años, mientras
que en aquéllas de mayor edad
el número de muertes puede ser
hasta cinco veces superior. Las
madres adolescentes muestran un
nivel de mortalidad no muy
diferente a las madres jóvenes, no
obstante su contribución
proporcional al total de decesos se
mantiene alrededor del 13%.
En comparación con otros países
de la región latinoamericana, las
tasas de mortalidad materna en las
mujeres venezolanas son menores
que en Perú (185,0), Paraguay
Mapa 2.2
Venezuela. Distribución geoespacial de la tasa de Mortalidad
Materna. 2001-2003
Fuente: MSDS. Anuario de Mortalidad. 2003; INE. Anuario Estadístico de Venezela. 2003
40
Salud y Nutrición
mediante una atención adecuada
y captando de una manera precoz
a la mujer embarazada, lo que
influye a la vez en la probabilidad
de sobrevivencia de su hijo. En
este sentido se ha resaltado la
necesidad de prestar servicios de
salud de buena calidad, que
incluyan los cuidados esenciales
en la etapa prenatal, en el parto y
en la etapa post-natal, evitando
hasta donde sea posible las
complicaciones obstétricas y
procurando además una atención
humanizada por parte del personal
de salud (MSDS, 2002).
Fuente: MSAS. Anuario de Mortalidad. Años: 2001-2003
(114,4), Honduras (108,0) o
Guatemala (98,1). Pero, si
nuevamente se miran los países
que han alcanzado mejores
condiciones de salud para su
población, la tasa de mortalidad
materna en Venezuela resulta 1,7
veces superior a la que observan
Costa Rica y Cuba, es más del
doble de la registrada en Chile y 5
veces superior a la de Uruguay
(anexo 2.6).
Antes de hablar de las diferencias
en los niveles de mortalidad
materna entre las entidades
federales, es preciso destacar que
existen problemas de subregistro
de estas muertes aunados a las
fallas en el reporte de los
nacimientos. Aún así, se revelan
inequidades en el estado de salud
de las mujeres. Para el trienio 20012003 once de las 24 entidades
presentaron una tasa de mortalidad
por esta causa superior al promedio
nacional (64.1) y en tres de ellas
este indicador se eleva a más de
91 defunciones por cien mil
nacimientos. En Amazonas, Apure
y Bolívar ocurrieron en este período
entre 91 y más decesos de madres
por cada cien mil n.v.r; mientras
que en las entidades Cojedes,
Delta Amacuro, Miranda, Monagas
y Zulia, la tasa se ubicó entre 69 y
91. Entre tanto, las entidades con
registros menores de mortalidad
por esta causa son Falcón, Lara,
Nueva Esparta y Sucre, donde la
tasa osciló para el período de
referencia entre 25 a 47 decesos
por cada cien mil nacimientos.
Para el período 2001-2003, la
principal causa directa de
mortalidad materna en el país
corresponde a edemas, proteinuria
y a los problemas de hipertensión
derivados del embarazo, parto y
puerperio, estos padecimientos son
responsables de casi un tercio del
total de los decesos registrados; le
siguen las muertes debidas a
complicaciones durante el parto
(14%), a los abortos (13%) y a las
complicaciones del puerperio
(12%), mientras que las causas
indirectas, que son enfermedades
que se exacerban durante el
embarazo, aportan un 17% al total
de muertes. Muchas de estas
causas que originan estas muertes
son prevenibles y reducibles
Recuadro 2.3
En el año 2000 se instala el
Comité Nacional para la
Prevención y Control de la
Mortalidad Infantil. Entre otras
funciones este Comité debe: a)
ejercer la rectoría del “Sistema
de Vigilancia Epidemiológica de
la Mortalidad Materna e Infantil”;
b) garantizar la ejecución del
“Plan Nacional
para la
Prevención y Control de la
Mortalidad Materno Infantil” y
c) diseñar y garantizar la
ejecución de estrategias de
información, educación y
comunicación que impulsen la
promoción y protección de la
salud integral de la madre y el
niño, con énfasis en condiciones
y estilos de vida saludables,
salud reproductiva sin riesgo y
embarazo planificado (MSDS,
2000)
41
Salud y Nutrición
2.2. Morbilidad en la niñez
La incidencia de las
enfermedades infecciosas
intestinales y respiratorias
Las enfermedades infecciosas
intestinales y las respiratorias
agudas, siguen representando las
principales causas que ponen en
riesgo la vida de los niños y las
niñas. Aún con los logros
reportados en los últimos años en
el país, estas dos fueron
responsables de 15 de cada 100
muertes en menores de 1 año y 27
de cada 100 muertes entre la
población de 1 a 4 años de edad.
Las cifras de morbilidad que aporta
el MSDS ponen de manifiesto la
prevalencia de estas enfermedades
en la niñez así como también los
limitados avances que se han dado
en la reducción de su incidencia si
se revisan los años 1994 a 2004.
Durante los años 1994 al 2003, la
tasa de morbilidad por diarreas en
menores de un año observó
fluctuaciones entre 41 mil y 49 mil
casos por cien mil n.v.r., para luego
bajar en el año 2004 a 38 mil casos
por 100 mil nacidos vivos. En el
grupo de 1 a 4 años, la presencia
de esta enfermedad fue menor pero
evidenció una clara tendencia
creciente, y si bien el nivel de la
tasa bajó para el 2004 su valor
resultó superior al registrado en el
año 1994. La neumonía igualmente
afectó en mayor medida a los más
pequeños y en este lapso la tasa
de morbilidad por esta enfermedad
en menores de un año, mostró una
baja progresiva durante los años
1999-2002, y luego de un repunte
en el 2003, su nivel descendió de
nuevo a 3.687 casos por cien mil
n.v.r. en el año 2004. En el grupo
de 1 a 4 años igualmente ha
aumentado la presencia de este
padecimiento al pasar de 733
casos por cien mil al principio del
período a 1.540 por cien mil en el
año 2004.
El medio ambiente, las condiciones
inadecuadas de las viviendas, la
falta de higiene, la desnutrición y,
en general, el tipo de cuidado que
reciben los niños y niñas, son
factores que se asocian a estas
enfermedades, de manera que los
niños y niñas de grupos de
población menos favorecidos
socialmente están más expuestos
al riesgo de padecerlas y de fallecer
si no reciben la atención adecuada.
Entre las distintas entidades
federales, aún cuando es
diferencial el grado de cobertura
de la notificación de las
enfermedades, para el trienio 20012003 se observa una tasa
particularmente elevada de
presencia de diarreas en los niños
y niñas menores de 1 año en los
estados Monagas, Zulia, Cojedes
y Delta Amacuro, entre 56 mil y 59
mil casos por cien mil n.v.r;
mientras que en la población de 1
a 4 años esta tasa varía entre 15
mil y 26 mil casos por cien mil. Los
estados Zulia y Delta Amacuro
también resaltan por mostrar una
mayor frecuencia de casos de
neumonía entre los más pequeños,
a los que se añaden Amazonas,
Falcón y Mérida, con una tasa que
se ubica entre 4.600 y 8.300 casos
por cada cien mil n.v.r, mientras
que en el grupo de 1 a 4 el valor
de la tasa está entre 1.400 y 2.600
casos por cien mil (anexo 2.7).
Gráfico 2.9
Venezuela. Tasas de morbilidad por diarrea y neumonía en menores
de 5 años. 1994-2004
Fuentes: MSDS, Dirección de Vigilancia Epidemiológica. INE, Anuario Estadístico de Venezuela.
INE, Estimaciones y Proyecciones de Población 2004.
NOTA: menores de un año: tasa por 100.000 nacidos vivos registrados; de 1 a 4 años: tasa
por 100.000 niños de ese grupo de edad.
42
Salud y Nutrición
La Encuesta MICS-20004 aportó
información con cobertura nacional
sobre el manejo de las diarreas y
de las infecciones respiratorias
agudas a nivel de los hogares (INEUNICEF, 2000) y según esta fuente
el 78% de los niños menores de 5
años que padecieron de IRA fueron
llevados a un centro de salud para
su atención; de los niños que
habían registrado episodios de
diarreas el 98% fue tratado con
sales de rehidratación oral o
cualquier solución casera
apropiada, pero sólo en el 10% de
los casos el manejo de dicha
enfermedad fue adecuado. Según
el tamaño de la localidad de
residencia este porcentaje se eleva
a 18% entre los niños y niñas del
Área Metropolitana de Caracas,
siendo de 13% en las ciudades
mayores de 25.000 hab. y
descendiendo a 5% en los centros
poblados de menor tamaño
(Camejo, 2003).
Las actividades de inmunización
que se han venido desarrollando
en el país han logrado disminuir la
morbilidad y mortalidad en la niñez
por otras enfermedades infecciosas
que son prevenibles por
vacunación. Se ha mantenido la
erradicación de la poliomielitis, el
último caso se registró en el año
1989 y desde el año 1992 hay
ausencia de casos de difteria. A
inicios de los años 90 se intensifica
el control de tétanos neonatal
extendiendo la vacunación a todas
las mujeres en edad fértil residentes
en áreas de riesgo (MSDS, 2001).
Como resultado no se han
notificado casos desde el año 2003.
La incidencia del sarampión
evidenció dos situaciones de brote
en años recientes, una entre 1993
y 1994 y la última entre 2001 y
2002; durante los dos años
siguientes no se confirmaron casos
por esta enfermedad (MSDS,
2004). Según la información
epidemiológica referida a los años
2000-20045 , en la población infantil
menor de 5 años han venido
disminuyendo los casos de rubéola,
de 5.132 a 1.429. De igual manera,
se ha controlado la incidencia de
la Hepatitis B, la cual varió de 86
a 59 casos durante estos años.
Entre tanto, la incidencia de la
tosferina aumentó, de 335 casos
notificados en el 2003 a 652 en el
2004.
Otras enfermedades
infecciosas
Otras enfermedades infecciosas
también han afectado a los niños
y a las niñas en el país. Según
informa el MSDS 6 , durante el año
2004 se registraron 24.902 casos
de Dengue, de los cuales el 49%
lo concentró la población menor
de 15 años: 15% los menores de
5 años y 34% el grupo de 5 a 14
años. Asimismo se notificaron
1.822 casos de Dengue
Hemorrágico, de los cuales el 21%
correspondió a menores de un año
y 19% a los niños de un año o más.
Las entidades federales que
aportaron mayor número de
enfermos por esta causa fueron
Falcón, Zulia y Distrito Capital.
mayor número de enfermos por
esta causa.
Un reporte de la Organización
Panamericana de la Salud
(OPS/OMS) del año 2003 7,
muestra que en Venezuela, la
incidencia parasitaria anual por
malaria (IPA) fue determinada en
4,09 por mil habitantes, lo que
quiere decir que 409 residentes de
cada cien mil contrajeron Malaria
en ese año.
Asimismo, el informe señala que
7.629.836 personas estuvieron
expuestas, en algún grado de
riesgo, a contraer dicha
enfermedad. De éstas, 512.234
residían en un área de 415.987
Km2 considerada de alto riesgo
por tener un IPA igual o superior a
10 casos por cada 1000; 255.767
residían en áreas catalogadas de
mediano riesgo por tener un IPA
entre 5 y 9 casos por cada mil y
6.861.385 habitaban en áreas
consideradas de bajo riesgo con
un IPA de menos de 5 casos por
cada mil habitantes.
En este mismo año, se reportaron
37.609 casos de Malaria en el país
y de estos el 22% correspondían
a niños y niñas menores de 15
años de edad: 8% con menos de
5 años y 14% tenían entre 5 a 14
años de edad. La zona malárica
está localizada en los estados
Amazonas, Delta Amacuro, Bolívar
y Sucre, pero también otras
entidades federales están siendo
afectadas por esta enfermedad; en
el 2004 las entidades Barinas,
Monagas y Zulia, notificaron un
4 Nota: Encuesta por Conglomerados de Indicadores Múltiples de Final de la Década
5 MSDS. Dirección de Vigilancia Epidemiológica. Consolidados del Registro Semanal de Enfermedades de Declaración Obligatoria. Años 2000-2004.
6 MSDS. Dirección de Vigilancia Epidemiológica. Consolidados del Registro Semanal de Enfermedades de Declaración Obligatoria. Año 2004.
7 OPS/OMS. Informe Anual 2003. Malaria
43
Salud y Nutrición
2.3. Atención en salud
Aumenta la cobertura de las
inmunizaciones
Aumenta la cobertura en
atención primaria
A partir del año 2002, la cobertura
en atención primaria se incrementa
mediante la puesta en marcha de
la misión Barrio Adentro I, la cual
alcanza una cobertura de 17
millones de personas para finales
del año 2004 según estimaciones
del MSDS. Esta cifra representa,
aproximadamente, el 64% de la
población total del país.
De acuerdo con la información
suministrada por el MSDS sobre
los resultados de las actividades
del Plan Nacional de
Inmunizaciones, el nivel de
cobertura de la vacunación de los
niños y niñas menores de 1 año
ha presentado variaciones entre
los años 1994 y 2004 8. En lo que
se refiere a la inmunización contra
la poliomielitis, el porcentaje de
población de esta edad cubierta
en los años 1994-1998 osciló entre
62% y 85%, a partir de 1999 este
porcentaje se mantiene sobre el
80% y se ubica en 82% en el último
año.
El nivel de cobertura de la Triple
Bacteriana, para proteger a niños
y niñas de enfermedades como la
difteria, tosferina y tétanos,
aumentó en los años 1999-2001
con porcentajes entre 70% y 76%,
en el año 2004 este porcentaje
asciende nuevamente a 85%. Con
Recuadro 2.4
Misión Barrio Adentro: Aumenta la cobertura y la atención en salud de la población más excluida
Desde el año 2002, la política de salud en Venezuela se desarrolla en dos direcciones: a) la ejecución de buena
parte de los programas tradicionales del sector orientados a mejorar la atención a grupos poblacionales con
necesidades específicas como son los niños y las niñas, las mujeres embarazadas o en período de lactancia y
la población adulto mayor y b) la creación de la misión Barrio Adentro como un nuevo modelo de atención en
salud que acerca la atención médica a la población más excluida, procurando así mejorar su calidad de vida con
un servicio de salud cercano y permanente.
Barrio Adentro se concibe como un programa integral de atención a las comunidades, que incluye, además de
la salud, otros componentes de la calidad de vida como la educación, el ambiente y la cultura.
En el proceso de implementación y consolidación de esta misión, el gobierno nacional ha contado con el apoyo
técnico del gobierno cubano a través de tres vías fundamentales:
a)
la incorporación de aproximadamente 13.000 médicos, 3.000 odontólogos y 1.500 oftalmólogos
cubanos a la red de atención primaria en salud a través de los consultorios populares instalados
dentro de las comunidades, las clínicas populares y los centros de diagnóstico integral de creación
más reciente (ver anexo 8.7),
b)
la asesoría técnica en el diseño e implementación del nuevo sistema nacional de salud y
c)
la realización de cirugías a pacientes venezolanos en la República de Cuba, principalmente, en
las áreas de oftalmología, traumatología, cardiología, pediatría, enfermedades de la piel, tumores,
enfermedades infecciosas, enfermedades parasitarias, enfermedades de la sangre, enfermedades
articulares, órganos hematopoyéticos, enfermedades endocrinas, enfermedades del sistema
circulatorio y enfermedades del sistema nervioso.
La misión Barrio Adentro se estructura en tres niveles de atención:
a)
b)
c)
la atención primaria identificada como Barrio Adentro I
la atención especializada diagnóstica y de emergencia identificada como Barrio Adentro II
la atención hospitalaria denominada Barrio Adentro III.
El nivel de atención más consolidado es Barrio Adentro I y actualmente se encuentran en proceso de implementación
los niveles II y III.
La información estadística disponible sobre esta Misión se presenta en el Capítulo 8: Análisis de la inversión
pública social.
8 Los datos correspondientes al 2004 son aún provisionales.
44
Salud y Nutrición
relación a la inmunización contra
el sarampión 9, la más amplia
cobertura se alcanza en los años
1994, 1998 y 2001, ello como
resultado de la intensificación de
las actividades de vacunación en
respuesta a los brotes de esta
enfermedad; en el 2002 y 2003
este porcentaje se ubica alrededor
de 82% y baja a 78% en el 2004.
Del esquema de vacunación, la
B.C.G, es la que ha presentado
niveles de cobertura más elevados
durante todo este período,
manteniéndose sobre el 90%,
alcanzando en el 2004 el 96% de
niños inmunizados contra la
tuberculosis.
A partir del año 2000 el Programa
Nacional de Inmunizaciones
comienza a ampliar el esquema de
vacunación de los niños menores
de un año. Este año se incluye la
Anti-Haemophilus influenzae tipo
B (para prevenir la meningitis y
neumonía), la Anti-Hepatitis B y la
Antiamarílica; en el año 2004 se
incorpora la vacuna Pentavalente
(para inmunizar contra la difteria,
tosferina, tétanos, meningitis y
neumonía por hib. y hepatitis B).
El nivel de cobertura de la primera
vacuna luego del primer año de su
incorporación aumentó de 35% a
60% en el 2004; el porcentaje de
niños y niñas inmunizados contra
la hepatitis B se incrementó de
Gráfico 2.10
Venezuela. Cobertura de vacunación en menores de 1 año, 1994-2004
Fuente: MSDS, Dirección de Vigilancia Epidemiológica. Departamento de Enfermedades
Prevenibles por Vacunas
54% en el 2001 a 90% en el 2004,
mientras que la cobertura de la
Antiamarílica pasó de 28% a 93%
durante este mismo lapso de
tiempo (anexo 2.9).
No obstante los logros que se han
venido observado en los últimos
años, no todos los niños y niñas
tienen acceso a los servicios de
vacunación, a nivel nacional sólo
la B.C.G logra una cobertura del
95%, cumpliendo así con las metas
recomendadas (OPS-OMS, 2002).
Según información referida por el
MSDS para el año 2004 sobre las
coberturas locales de vacunación,
apenas un 39% de los 343 distritos
sanitarios logra porcentajes
mayores o iguales al 95% de niños
menores de 1 año inmunizados
con la Antipolio, un 45% para la
Triple Bacterinana y 35% para la
vacuna contra el sarampión. Con
relación a la vacuna AntiHaemophilus influenzae tipo B y la
Anti-Hepatitis B el 23% y 37% de
los distritos sanitarios
respectivamente registran este
porcentaje, mientras que una
Cuadro 2.3
Venezuela. Distribución de los municipios según cobertura de vacunación en menores de un año 2004
Fuentes: MSDS, Dirección de Vigilancia Epidemiológica. Departamento de Enfermedades Prevenibles por Vacunas.
9 A partir de 1998 se sustituyó la vacuna Antisarampión por la Trivalente Viral (sarampión, rubéola y parotiditis).
45
Salud y Nutrición
mayor cobertura local es reportada
en el caso de la vacuna contra la
Fiebre Amarilla, puesto que en el
51% de los distritos sanitarios se
alcanza a cubrir en forma
satisfactoria a la población infantil.
La encuesta MICS-2000 también
investigó el cumplimiento del
esquema de vacunación en los
niños antes de cumplir el año de
edad y al respecto sus resultados
indicaban que un 74% había
recibido las tres dosis contra el
polio; 59% de la triple bacteriana;
57% estaba inmunizado contra el
sarampión, 90% contra la
tuberculosis y un 46% contra el
tétanos neonatal mediante la
vacunación de la madre (INEUNICEF, 2000). Según este
estudio el 7% de los niños de esta
edad no habían sido vacunados
para ese momento, pero este
porcentaje aumentaba a 29% entre
los hijos de madres que no había
logrado acumular algún año de
educación formal (Camejo, 2003).
Un grupo de mujeres aún no
tiene acceso a la salud sexual
y reproductiva.
Según la información derivada de
los registros de nacimientos a cargo
del INE y con referencia al año
2003, en el país el 95% de los
partos ocurre en establecimientos
de salud e igual proporción es
atendido por personal médico. No
obstante, una vez más se
evidencian desigualdades en salud
al revisar el tipo de atención que
reciben las madres según la
entidad federal de residencia y que
contribuyen a explicar en parte los
altos niveles de mortalidad
materna. Por ejemplo, y según se
reporta para el año 2003, en el
Distrito Capital, Nueva Esparta,
Vargas, Miranda o Carabobo, casi
todos los nacimientos fueron
atendidos por personal capacitado,
pero en otras entidades estos
porcentajes se ven reducidos
sensiblemente: 87% en Barinas y
69% en Apure, mientras que en
Delta Amacuro y Amazonas sólo
poco más de la mitad de los partos
reciben asistencia médica, el 54 %
y el 56% respectivamente (anexo
2.10).
Tal como se ha hecho referencia,
en la medida en que se preste a
las madres una atención prenatal
adecuada se verán disminuidos los
riesgos de morbi-mortalidad
materno infantil. En este sentido la
ENPOFAM´98 indicaba que del
total de nacidos vivos en los 5 años
anteriores a este estudio, en el
91% de los casos sus madres
acudieron a un establecimiento de
salud al menos una vez para el
control prenatal y este porcentaje
arribaba a 96% entre las mujeres
con 10 o más años de instrucción
en tanto que disminuía a 83% en
aquéllas con 0 a 3 años de
escolaridad (Freitez, 2001). La
MICS-2000 daba cuenta dos años
después de resultados
coincidentes, al indicar que un 90%
de las mujeres de 15 a 49 años
fueron atendidas por personal
capacitado por lo menos una vez
durante su embarazo (INEUNICEF,2000)10.
En cuanto al momento de inicio del
control prenatal, la ENPOFAN´98
permitió conocer que un 78%
asistía durante el primer trimestre
de gestación y que el control
oportuno resultaba menos
frecuente entre las madres
adolescentes (68%), las que viven
en ciudades de menor tamaño o
en el área rural (73%), las que
tienen menos años de instrucción
(67%) y las más pobres (76%).
Información sobre el lugar del parto
y el tipo con cobertura nacional,
nuevamente es aportada por la
ENPOFAM´98 y al respecto señala
que la mayoría de los nacimientos,
el 77%, ocurren en
establecimientos públicos de salud
así como indica la alta proporción
de partos por cesáreas, 27%. Este
tipo de parto es más frecuente a
medida que aumenta la edad, entre
quienes residen en el A.M. de
Caracas (37%), entre las más
instruidas (40%) y entre las no
pobres (44%)(Freitez, 2001).
Con relación a la salud sexual y
reproductiva, la ENPOFAM´98
Recuadro 2.5
¿Por qué no se controla la
embarazada?
Esta pregunta se la formulan un
grupo de médicos del Hospital "Dr.
Adolfo Prince Lara" de Puerto
Cabello en el Estado Carabobo. Para
responderla entrevistaron durante
el período 2001 a un grupo de 1.500
mujeres que en el embarazo actual
o pasado no se controlaron e
indagaron acerca de factores
personales, institucionales y médicos
que pudieran estar relacionados con
esta inasistencia. Estas mujeres
tenían ciertas características en
común, eran jóvenes (25 a 34 años),
con residencia en barrios, mantenían
una unión consensual y el nivel de
educación era la primaria.
De los factores de orden personal
alegados para no controlar el
embarazo, se encuentra la distancia
al centro de salud y el cambio de
domicilio, así como el desempleo y
la falta de recursos para los
exámenes. Los factores
institucionales también ocuparon un
destacado papel en la inasistencia
a las consultas, la mitad de las
entrevistadas expresaron que los
ambientes eran deficientes, fallas
en los baños, mobiliario, confort.
Pero fue de relevancia en estas
mujeres el desconocimiento
manifestado acerca de la importancia
del control prenatal (58%) y la falta
de motivación (39%).
Pedro Faneite y otros. "¿Por qué no se
controla la embarazada?". Revista de
Obstetricia y Ginecología de Venezuela
2002; 6(2): 77-81.
10 La última información del MSDS que se dispone sobre cobertura prenatal data del año 1997. Para esa fecha se estimaba que un 25%
de las mujeres embarazadas asistían a las consultas (MSDS,2002).
46
Salud y Nutrición
señalaba que del total de mujeres
de 15 a 49 años de edad el 47%
utilizaba para el momento de este
estudio algún método para evitar
los embarazos, el 70% de las que
se encontraban en unión y el 73%
de las mujeres no unidas pero
sexualmente activas. La
esterilización femenina aparece
como uno de los métodos
anticonceptivos más utilizados por
las mujeres en unión (26%) junto
con las pastillas (21%), le sigue el
DIU (10%) y sólo un 3% utilizaba
el condón. En cuanto a la fuente
de suministro, excluidas las
esterilizaciones, poco más de 2 de
cada 3 usuarias reconocieron a las
farmacias como la fuente de
aprovisionamiento y en segundo
lugar a las clínicas o médicos
particulares (Freitez, 2001).
En este sentido, según los últimos
datos que reporta el Programa
Nacional de Salud Sexual y
Reproductiva del MSDS, la
cobertura de atención en
Planificación Familiar en el año
2003 está alcanzando al 26% de
las mujeres de 15 a 49 años de
edad y al 34% de las mujeres en
edad fértil con riesgo de embarazo.
Entre el grupo de adolescentes de
15 a 19 años de edad, la
ENPOFAM'98 reportó que si bien
el conocimiento de al menos un
método para regular la fecundidad
es casi universal, sólo un 18%
declaró conocer en cuál momento
de su ciclo menstrual era más
probable quedar embarazada. El
10% de este grupo de adolescentes
eran usuarias de un método
anticonceptivo, 2 de cada 5 de las
que se encontraban en unión y 2
de cada 3 de las no unidas pero
sexualmente activas (Freitez, Di
Brienza y Zúñiga, 2002).
Pero el acceso a la anticoncepción
es diferencial según las
características socioeconómicas
de las mujeres: la brecha en los
niveles de prevalencia de uso de
la anticoncepción en las mujeres
unidas de 15 a 49 años, es
alrededor de 9 puntos porcentuales
si se considera el área de
residencia o la condición de
pobreza, mientras que alcanza 16
puntos si se compara a las mujeres
menos y más instruidas (Freitez,
2001).
Gráfico 2.11
Venezuela. Prevalencia de uso de métodos anticonceptivos (Mujeres de 15 a 49 años actualmente
unidas). ENPOFAM 98
Fuentes: Freitez, A. (2001). Venezuela. Encuesta Nacional de Población y Familia 1998. FNUAP
47
Salud y Nutrición
Recuadro 2.6
Orientados bajo el nuevo marco
jurídico del país y de la política de
salud, en el año 2000 se crea el
Programa de Salud Sexual y
Reproductiva (PNSSR) del MSDS y
se revisan y elaboran nuevos
instrumentos normativos que se
concretan en la Norma Oficial para
la Atención Integral en Salud Sexual
y Reproductiva, de obligatorio
cumplimiento a partir del año 2003
por todas las instituciones públicas
y privadas. Con estos instrumentos
se persigue garantizar los derechos
sexuales y reproductivos de la
población atendiendo las
necesidades de acuerdo al género,
etapa del ciclo de vida, pueblos
indígenas, territorios y clases
sociales. Esta norma considera entre
otros aspectos: la atención de la
salud sexual y reproductiva en la
infancia y adolescencia, en adultos/as
mayores, la atención humanizada
del parto, la atención de salud sexual
y reproductiva del hombre, la
promoción de la salud sexual y el
acceso a anticonceptivos novedosos,
la prevención y atención de la
violencia doméstica intrafamiliar y
sexual. (MSDS,2003b).
2.4. Nutrición
Peso al nacer. Indicador del
estado de salud de madres e
hijos.
El peso al nacer tiene una
importante influencia en la
probabilidad de sobrevivencia
neonatal e infantil, así como tiene
consecuencias a largo plazo en el
crecimiento y desarrollo psicosocial
de los niños y las niñas, por tal
razón, es considerado como un
buen indicador para dar cuenta del
estado de salud y para la vigilancia
de los progresos de los programas
dirigidos a la población materno
infantil. Se califica con peso bajo
al nacer a los recién nacidos con
un peso menor a los 2.500 gramos,
y entre sus causales están los
problemas de salud de la madre
durante el embarazo, su estado
nutricional y la falta de control
prenatal adecuado.
El Sistema de Vigilancia Alimentaria
Nutricional (SISVAN) hace
seguimiento a la evolución de este
indicador a partir de los registros
de los Hospitales Centinela
adscritos al MSDS en las ciudades
capitales de veintidós de las
veinticuatro entidades federales.
Con base a esta información
reporta que durante el quinquenio
1999-2003 la incidencia promedio
del bajo peso al nacer varió entre
8,4% y 8,7%.
Según el último informe de SISVAN
(2005) la notificación de un grupo
de entidades federales da cuenta
de una incidencia del bajo peso al
nacer superior al promedio
nacional. Para el año 2003 siete
de ellas registraron un porcentaje
por encima al 10%, recomendado
como meta por la OMS, y este es
el caso del Distrito Capital (13,0%),
Anzoátegui (10,9%), Aragua
(12,0%), Carabobo (16,6%), Falcón
(11,1%) y Mérida (11,6%), por lo
48
Salud y Nutrición
que se catalogan como entidades
federales con “muy alta incidencia”
y por lo tanto “de atención
prioritaria”. Otros Estados como
Cojedes, Guárico y Táchira
registran un porcentaje “alto” con
valores en torno a 9,5%.
n este mismo informe
particularmente se resalta la
situación que viene reportando la
Maternidad Concepción Palacios
del Distrito Capital, puesto que
durante todo el período
considerado, 1999-2003, mostró
un nivel promedio en este indicador
superior al 13%.
En otras entidades federales el
porcentaje de nacimientos con
peso bajo al nacer registrado es
mucho menor. Con valores entre
6,6 y 8,2% se encuentran Zulia,
Miranda, y Sucre; mientras que
una “incidencia baja”, con
porcentajes inferiores a 6,6%, es
reportada por Apure, Monagas,
Amazonas y Nueva
Esparta.
SISVAN igualmente
entrega resultados
sobre la evolución
que ha registrado la
incidencia del bajo
peso al nacer
durante el
quinquenio 19992003 en cada
Hospital Centinela
informante, y al
respecto se señala
que en cinco de las
entidades federales
la tendencia de este
indicador muestra
un descenso, en
doce de las
entidades la
tendencia
observada más bien
ha sido al alza,
mientras que en el
resto se mantiene estable.
Situación nutricional en niños
y niñas menores de 5 años
SISVAN igualmente reporta para
su vigilancia información sobre la
prevalencia de la desnutrición
crónica, aguda y global referida a
los niños y las niñas menores de
5 años que acuden a las consultas
de los establecimientos de salud
adscritos al MSDS. El primer tipo
de malnutrición, crónica o retardo
en el crecimiento expresada en el
déficit de talla para la edad, se
considera que es el producto de
una serie de factores tanto sociales
como ambientales, biológicos y
culturales y al respecto los datos
correspondientes al período 19942004 permiten verificar su mayor
frecuencia en esta etapa de la
niñez.
De acuerdo al sexo, este problema
nutricional afecta más a los niños
que a las niñas, ubicándose entre
18% y 23% la prevalencia durante
este período para los primeros. En
cuanto a la evolución de los niveles
de este indicador, para ambos
sexos se registró una tendencia
creciente hasta el año 1997, para
luego comenzar a disminuir hasta
el año 2001; en el último año, 2004,
su valor nuevamente observa una
baja, para ubicarse en 13,6% en
los niños y en 11,4% en las niñas.
La prevalencia de la desnutrición
aguda, expresada en bajo peso
para la estatura, da cuenta del
efecto del deterioro de la
alimentación y/o presencia de
enfermedades recientes. Para el
período que se observa este tipo
de malnutrición resultó ser superior
en las niñas, entre 6% y 8%, en
tanto que su evolución más bien
ha mostrado una tendencia al
aumento. En 1994 el porcentaje
de niños y niñas con déficit agudo
era de 2,9%, en el 2003 y 2004
Gráfico 2.13
Venezuela. Déficit nutricional entre niños y niñas menores de 5 años
1994-2004
49
Salud y Nutrición
este porcentaje se mantiene en
3,9% en los niños y en 4,2% en las
niñas.
El estado de desnutrición global,
déficit de peso para la edad, refleja
el efecto de condiciones crónicas
y agudas, que en el caso de los
niños observa una prevalencia un
poco más elevada, entre 2% y 8%
durante este período. Los valores
de este indicador para ambos
sexos igualmente registraron un
aumento hasta el año 1998, luego
desciende y repunta nuevamente
en los años 2001-2003. El último
año de análisis (2004) muestra un
ligero descenso con una
prevalencia en los niños de 5,3%
y en las niñas de 5,1%.
Para el año 2004, y considerando
la población menor de 5 años de
ambos sexos, la prevalencia de la
desnutrición crónica se observa
más alta en Amazonas (16,9%),
Delta Amacuro (18,8%) y en
Táchira (22,1%), en tanto que los
niveles más bajos de esta forma
de malnutrición se reportan en
Anzoátegui y en Nueva Esparta,
con valores de 6,3% y 8,2%
respectivamente. El déficit
nutricional agudo es también más
frecuente en Delta Amacuro, y se
agregan Miranda y Apure, en
donde el porcentaje de niños y
niñas en esta situación supera el
6%, mientras que en Nueva
Esparta y en el Distrito Capital es
2%. Igualmente en Miranda y Delta
Amacuro la prevalencia del déficit
global es mayor al 9%, frente a
Nueva Esparta y Distrito Capital
con 3,0 y 3,2% respectivamente
(anexo 2.11).
Disponibilidad de
Micronutrientes
La desnutrición es consecuencia
de múltiples causas, entre las que
se encuentra un aporte inadecuado
de micronutrientes en términos de
cantidad y calidad, en la falta de
acceso, disponibilidad y
conocimiento acerca de los
alimentos. Entre los micronutrientes
a los que se ha dedicado mayor
atención está el hierro, por tratarse
del causante de la anemia
ferropénica, la carencia de vitamina
A y la carencia de yodo. Estos
déficits han sido incorporados en
las metas mundiales relacionadas
con la salud y la nutrición debido
a las consecuencias que éstos
tienen en la prevalencia de
enfermedades.
Yodo
En el país existe evidencia sobre
la deficiencia de yodo desde la
década de los años sesenta. Para
la fecha se conoce de
investigaciones que comprueban
que la región andina es el área del
país donde siempre ha existido el
mayor problema de endemia
bociosa (FAO, 2000). A partir del
año 1986 el INN incorpora en su
sistema de vigilancia nutricional la
medición de la yodación de la sal.
Para 1989 solo el 26% de las
muestras cumplían con la norma
y alcanzó sólo el 37% para 1997.
En Venezuela la fortificación de la
sal con yodo se inicia en el año
1999 con el Programa Nacional
para el Control y Eliminación de
los Desórdenes por Deficiencia de
Yodo (PRONACEDY) y se
establece como meta que el
porcentaje de población que
consume sal yodada debe superar
el 90% y así lograr la certificación
de Venezuela como país libre de
enfermedades por deficiencias de
yodo. Según el Estudio Nacional
sobre Consumo de sal Yodada en
Hogares, se determinó que las
yodurias fueron adecuadas en 95%
de las muestras y el 94% de los
hogares consumía sal yodada
(INN-PRONACEDY, 1998)
Para el año 2003, el Componente
del Control Sistemático de
Yodación de la Sal del SISVAN,
cuyo objetivo es evaluar el
cumplimiento de la normativa legal
para la yodación de la sal a nivel
de los expendios al detal, encontró
a través de 594 muestras
recolectadas en los expendios de
alimentos, un deterioro del
cumplimiento de la normativa que
vino incrementándose desde el año
2001 hasta el 2003. El 89% de las
muestras se ubicaban por debajo
del valor mínimo de la norma (40
a 70 mg. de yodo por cada kilo de
sal), mientras que solo el 10,6%
cumplió con la norma legal para la
yodación de la sal ese año. A nivel
regional, el SISVAN muestra que
en los estados andinos el
incumplimiento de la norma es
importante, pues en éstos la
50
Salud y Nutrición
deficiencia de yodo es endémica.
Otros estados que están por debajo
de la norma son Portuguesa,
Falcón, Miranda y Distrito Federal.
Deficiencias de Vitamina A y Hierro
revela que la pobreza puede ser
un factor de riesgo puesto que
existen diferencias en los déficit
entre el estrato I en comparación
con el estrato II y III.
La carencia de vitamina A causa
ceguera, morbilidad y mortalidad
por infecciones infantiles comunes.
Según el INN, a comienzos de la
década de los noventa los aportes
nutricionales de las disponibilidades
alimentarias no sobrepasan el
100% de adecuación en los
micronutrientes retinol, vitamina A
y hierro. Sin embargo, la
implementación del Programa de
Enriquecimiento de Harinas de
Maíz y de Trigo en 1993, trajo como
consecuencia un incremento en
los niveles de adecuación superior
al 100% y que se ha mantenido
hasta el 2003, lo cual es una
muestra de los efectos positivos
de las estrategias de
enriquecimiento de las harinas
sobre estos micronutrientes. En el
caso específico de la vitamina A
sin embargo, el SISVAN señala
que se ubica en niveles de
suficiencia precaria entre 1996 y
el 2001, pues sus valores fluctúan
entre 100% y 110%, y para el año
2002 cae a niveles de insuficiencia
al ubicarse en 98%.
Según el estudio “Impacto del
Enriquecimiento de las Harinas en
Caracas para 1997”
(FUNDACREDESA/UNICEF,
1998), la deficiencia de ferritina
en los varones de 7, 11 y 15 años
fue de 8% y la anemia de 12% y
en las niñas 15% y 16%
respectivamente. Este mismo
informe revela que en un grupo de
embarazadas del Área
Metropolitana de Caracas la
ferropenia fue más alta (47%) que
la anemia (41%) mientras que en
las adolescentes embarazadas, la
prevalencia de anemia fue de 58%.
Por su parte, el Componente
Igualmente la Encuesta de
Seguimiento al Consumo del
Venezolano OCEI/INN y el Estudio
de Situación de Vida y Movilidad
Social de FUNDACREDESA/FUS,
tampoco registró déficit de
adecuación de vitamina A para la
población venezolana en los
últimos años. Este resultado se
reitera según el estudio
“prevalencia del déficit de vitamina
A en niños y niñas entre 6 y 59
meses de edad” del INN y UNICEF
(2003). Esta investigación reporta
que no existe déficit de vitamina A
en esta población para el año 2003.
Sin embargo este estudio también
Enriquecimiento de las Harinas de
maíz precocida y trigo del INN en
el 2003, analizó 121 muestras de
harina de maíz, de las cuales
solamente el 75% presentaba un
contenido de hierro ajustado a la
norma (entre 30 y 80 mg. de hierro
por kilo), lo cual representa una
disminución de 10% con relación
al año anterior y con referencia a
la meta a alcanzar por parte de
este componente (la meta es de
80%). Con respecto a la harina de
trigo para el mismo año, se
analizaron 59 muestras de las
cuales el 42% se ajustan a los
niveles establecidos por la norma
(entre 16 y 24 mg. de hierro por
kilo) y el 56% se ubica sobre la
norma (24mg/kg).
Fuente: Instituto Nacional de nutrición. Sistema de vigilancia Alimentaria y Nutricional.
Boletín Informativo 1994-1997. Boletín Informativo 2005. Cifras preliminares.
51
Salud y Nutrición
Recuadro 2.7
Misión Mercal: Garantizar el Acceso a los Alimentos
para la Población más Excluida
alimenticios y otros de primera necesidad, en
espacios abiertos de las principales ciudades y
municipios.
En diciembre de 2003 nace la misión MERCAL con el
objetivo de garantizar la seguridad alimentaria de la
población de más bajos recursos a través del desarrollo
de canales de distribución confiables y de la oferta
permanente de productos alimenticios a precios altamente
competitivos. Para lograr este objetivo, se estructura en
dos áreas de atención:
2) Programas especiales alimentarios, cuyo objetivo es
garantizar la alimentación de aquellos grupos de población
que se encuentren en situación de vulnerabilidad biológica
y socio-económica. Están clasificados en tres tipos:
1) Puntos de venta, los cuales se clasifican en 6 tipos. A
saber:
MERCAL Tipo I: es un punto de venta al detal
cuya estructura física responde a un modelo
estándar.
MERCAL Tipo II: también es un punto de venta
al detal pero con estructura y capacidad variables
pues proviene de la recuperación y
acondicionamiento de infraestructura privada o
del Estado.
Bodegas MERCAL (Mercalitos): son puntos de
venta al detal de pequeñas dimensiones que
están ubicados en las zonas con mayor
concentración de población con escasos recursos
y con alto riesgo de inseguridad alimentaria.
Bodegas Móviles: que son vehículos destinados
a llevar el suministro y venta de alimentos al detal
a la población ubicada en zonas de difícil acceso.
Supermercal: es un módulo con mayor capacidad
de venta y almacenaje y con la posibilidad de
ofertar una más amplia variedad de productos.
Megamercado a cielo abierto: caracterizado por
la venta al detal o por paquete de productos
La práctica de la lactancia
materna
Son ampliamente reconocidos los
beneficios de la lactancia materna
para la supervivencia infantil y el
sano crecimiento de las niñas y
los niños, al brindarle los
requerimientos nutricionales y la
protección en inmunización para
un gran número de enfermedades
así como ayuda para crecer más
estables y seguros
emocionalmente. No obstante, sus
beneficios dependen de la práctica
Mercal Máxima Protección-Casas de
Alimentación: mediante el cual se brinda de
manera gratuita el servicio de alimentación
(almuerzo y merienda) a 150 habitantes de la
comunidad donde exista el programa. Estos
beneficiarios son seleccionadas a partir del
análisis de su situación socio-económica y están
conformadas principalmente por los habitantes
más desprotegidos de la comunidad como son:
niños y niñas con problemas de nutrición,
ancianos, indigentes, mujeres con embarazos
de alto riesgo, discapacitados y enfermos
mentales.
Mercal Máxima Protección-Suplemento
Nutricional: consiste en la entrega gratuita de
bolsas contentivas de 8 productos alimenticios
básicos que conforman la Cesta de Suplemento
Nutricional. Este programa se aplica en casos
donde la población se caracteriza por una
situación de pobreza extrema y tiene dificultades
para acceder a las casas de alimentación.
Mercal Protección: es un subsidio de 50% para
la adquisición de una bolsa de 7 productos
alimenticios básicos. Está dirigido a personas
provenientes de hogares con ingresos inferiores
al valor de la Canasta Normativa Alimentaria.
La información estadística disponible sobre este programa
se presentan en el Capítulo 8: Análisis de la Inversión
Pública Social.
de la lactancia en forma óptima.
La información con cobertura
nacional sobre este tipo de
alimentación infantil es hasta ahora
la que se deriva de la
ENPOFAM´98. Este estudio daba
cuenta de una practica
generalizada al indicar que el 94%
de los niños menores de 2 años
habían recibido alguna vez
lactancia materna, pero si bien el
inicio es masivo, no todas las
mujeres amamantaban a sus hijos
en forma exclusiva durante 4 a 6
meses, sólo un 7%. En cuanto a
la prevalencia de la lactancia
materna después del primer año
de vida, se evidenciaba que un
29% de los niños continuaban
siendo amamantados entre los 12
y 15 meses de edad y 31%
continuaba recibiendo lactancia
entre los 20 y 23 meses. Con
relación a la alimentación
complementaria este estudio
reportaba que el 50% de los niños
de 6 a 9 meses recibía este tipo
de alimentación.
52
Salud y Nutrición
Recuadro 2.8
El Programa de Protección, Promoción y Apoyo a la Lactancia Materna
del MSDS lleva a cabo una serie de estrategias para garantizar la calidad
de vida y la salud a madres, niños y niñas a través de las siguientes
acciones:
En el Área de Protección: resolución de rotulados para formulas,
proponer una Ley de Protección para la Lactancia Materna,
establecer la normativa para los Bancos de Leche, impulsar la
iniciativa para los Hospitales, Clínicas y Consultorios Amigos de
los Niños, difundir las leyes que protegen la lactancia materna.
En el Área de Promoción: dictar diversos cursos para informar
a la comunidad sobre la práctica de la lactancia tales como:
Cursos de Consejería Comunitaria para los Comités de Salud
de Barrio Adentro, Cursos para la Iniciativa Hospitales Amigos
de los Niños, Curso de Código Internacional de Sucedáneos
entre otros.
En el Área de Apoyo: Iniciativa Hospital del Niño y de la Madre,
Bancos de Leche, Lactarios Institucionales y Comunitarios, Clínica
de Lactancia entre otros.
FUNDACREDESA mediante un
estudio realizado durante los años
2000-2001, referido al Área
Metropolitana de Caracas, aporta
información sobre la práctica de la
lactancia en niños menores de 2
años. Al respecto sus resultados
evidencian que igualmente se
produce un abandono temprano
de la práctica de la lactancia
exclusiva. Alrededor de un 64% de
los niños pertenecientes a los
estratos IV y V recibieron lactancia
materna exclusiva durante el primer
mes; en el estrato IV, entre 1 y 3
meses el porcentaje baja a 28% y
sólo reciben este tipo de
alimentación hasta los 6 meses un
3%. En el estrato más pobre, la
lactancia exclusiva hasta los tres
meses desciende a 20% y a 5%
entre los 4 y 6 meses
(FUNDACREDESA; 2001).
2.5. VIH/SIDA
Se calcula que más de 1,7
millones (1.3 - 2.2 millones) de
personas están viviendo con el
VIH en América Latina. En 2004
cerca de 95.000 personas
fallecieron a causa del SIDA y
otras 240.000 contrajeron la
infección (ONUSIDA, 2004). Un
informe sobre la región de la OPS
estima que en el período que va
desde el inicio de sistema de
vigilancia en 1986, hasta el 2000,
los casos pediátricos (menores
de 15 años), aumentaron de
13.199 a 19.321, lo cual
constituye el 1,8% del total de
casos. (OPS, 2000)
En el país es reconocida la
limitación que existe en materia
de información para dar cuenta
de la situación epidemiológica del
VIH/SIDA. Existen dificultades o
bien por la debilidad del sistema
de vigilancia, o por fallas en el
diagnóstico, la subnotificación, o
el retraso en la información
(ONUSIDA/OMS, 2004). Esta
situación fue particularmente
crítica en el período 1996-1999.
A partir de entonces el Programa
Nacional de SIDA/ITS del
Ministerio de Salud y Desarrollo
Social (PNS/MSDS) ha venido
fortaleciendo el sistema de registro
epidemiológico con especial
apoyo técnico de la OPS/OMS.
Es especialmente notable que a
partir de la instalación del
Programa de Acceso Universal y
Gratuito de tratamiento para las
personas que viven con VIH/SIDA
(PVVS) el registro de los casos
incorporados a este programa, ha
permitido monitorear la epidemia
a nivel nacional de una forma
mucho más apropiada y
sostenida. Para el primer
semestre del 2005 existen 13.728
PVVS recibiendo tratamiento
antiretroviral (ARV).
Las estadísticas del MSDS indican
que desde 1982, fecha en que se
registró el primer caso de esta
enfermedad, hasta el 2004 se han
registrado 49.629 casos de SIDA.
La prevalencia de VIH en la
población venezolana de 15 a 49
años para finales del 2003 se
estima estar en el orden de 0.7%
(rango: 0.4% - 1.2%). por lo que
nuestra epidemia se cataloga
como una epidemia
concentrada11.
Así mismo, se estima que número
de personas que viven con
VIH/SIDA en Venezuela es de
110.000 personas (rango: 47.000
- 160.000).
Producto de esta enfermedad en
el país han muerto 6.372 personas
entre 1982 y el 2004, lo cual
representa 24 decesos por cada
11 La determinación de los niveles de la epidemia del VIH/SIDA según ONUSIDA/OMS, se hace a partir de la siguiente clasificación: 1.
Bajo nivel: cuando la prevalencia no sobrepasa el 5% en cualquier subpoblación; 2. Concentrada: la prevalencia se ubica sobre el 5%
en al menos una subpoblación pero inferior a 1% en embarazadas; 3. Generalizada: superior al 1% en embarazadas.
53
Salud y Nutrición
Cuadro 2.7
Venezuela. Total y porcentaje de casos de VIH/SIDA por sexo según vías de transmisión.
Acumulado 1982-1999.
Fuente: Programa Nacional de SIDA/ITS. MSDS.
100 mil habitantes. A nivel de
entidad federal la epidemia se
concentra, tanto en niveles de
incidencia como en defunciones,
en grandes zonas urbanas como
Distrito Federal, Zulia, Nueva
Esparta, Aragua y Carabobo.
En Venezuela la vía más frecuente
de transmisión del VIH es la
sexual, observándose un
predominio de casos masculinos
(74%). Sin embargo, se viene
registrando una indudable
feminización de la epidemia
habiendo pasado la relación
hombre/mujer de 18,5:1 (1989) a
2:1 (2004). De forma similar, se
viene observando un ascenso
sostenido de casos en los jóvenes
de 15 a 25 años. Así mismo, datos
provenientes de la Maternidad
Concepción Palacios (Clínica de
Perinatología y SIDA/Dra. Marlene
Carneiro) muestran un incremento
sostenido del número de
embarazadas atendidas en ese
centro, de forma tal que la
incidencia por año entre 1997 y
2002 aumentó cinco veces. Esto
sin duda, puede ser el reflejo de
las mejoras en el sistema de salud
(mayor disponibilidad y uso de las
pruebas de despitaje, así como
la introducción de un plan integral
de atención para las embarazadas
-ver próximo párrafo-)
Entre los hombres la principal
forma de transmisión del VIH en
el país es por la vía sexual y de
estos casos la mayor proporción
se produce entre hombres que
tienen sexo con hombre "HSH"
(46%), mientras que La principal
forma de transmisión entre las
mujeres son las relaciones
sexuales. A la transmisión por vía
sanguínea le corresponde solo el
4% del total de casos conocidos,
sin embargo, dentro de este tipo
de transmisión, es el uso de
drogas por vía intravenosa la
principal responsable (existe un
excelente control de derivados
sanguíneos para transfusión). La
transmisión vertical (de madre a
hijo) solo abarca hasta el
momento el 3%.
Entre los objetivos del Programa
Nacional de SIDA se encuentra
la disminución del riesgo de
transmisión vertical, para lo cual
se ofrecen consultas prenatales,
pruebas de despistaje de VIH,
además de garantizar la terapia
antiretroviral para las mujeres
embarazadas tanto durante los
dos últimos trimestres como
durante el parto y las primeras 6
semanas de vida de sus hijos. El
total de pacientes embarazadas
con VIH atendidas por el
PNS/MSDS entre 1998 y el 2004
54
Salud y Nutrición
es de 556 mujeres, y en este
período no se han registrado
casos niños o niñas
seropositivos. En total el
PNS/MSDS ha atendido
durante el año 2004 a más de
3.000 mujeres entre las que se
encuentran 243 niñas, 8.300
hombres y 166 niños. Según el
servicio de estadística de la
Maternidad Concepción
Palacios, durante el año 2004
fueron atendidas 33 mujeres
embarazadas con VIH.
En relación con los casos
pediátricos (entre 0 y 14 años)
un buen indicador es el número
de niños y niñas que reciben
actualmente terapia
antiretroviral (TARV). Hasta
Mayo 2005 el PNS está
suministrando TARV a 447
niños y niñas. Sin embargo las
estimaciones elaboradas para
el informe de las Metas del
Milenio calculan que para el año
2003 podría haber 2380 casos
en menores de 15 años.
Cuadro 2.8
Venezuela. Total de pacientes atendidos por el Programa
de SIDA del MSDS durante el 2004
Fuente: Programa Nacional de SIDA/ITS. MSDS.
Cuadro 2.9
Venezuela. Casos y defunciones por VIH/SIDA según entidad federal.
Acumulado 1982-2004.
55
Salud y Nutrición
Recuadro 2.9
Estimaciones del VIH/SIDA en Venezuela
El grupo de Referencia ONUSIDA para Estimaciones,
Modelaje y Proyecciones recomienda que las estimaciones
sobre los niveles de la epidemia del VIH/SIDA en países
con epidemias de bajo nivel y concentradas se hagan
utilizando el método de hoja de cálculo de Excel (EPP) para
el cálculo de la prevalencia de punto, estimación de la curva
epidémica y luego y posteriormente se utilice el programa
SPECTRUM.
En el marco la preparación del Informe de Avance de las
Metas del Milenio, este modelo fue aplicado para calcular
los niveles de la epidemia venezolana y así lograr algún
tipo de estimación que permitiera evaluar la posibilidad de
alcanzar el objetivo de detener y comenzar a revertir la
propagación de la enfermedad, objetivo propuesto para las
metas del milenio en el 2015. Los cálculos se hacen a partir
de la determinación de los tamaños poblacionales de los
grupos de riesgo y la prevalencia del VIH/SIDA tomando
como base los datos del año 2000. Estos grupos son
definidos de la siguiente forma: 1. Población general determinada mediante estudios en Bancos de Sangre y a
embarazadas-; 2. Personas con ITS; 4. Poblaciones
vulnerables (a) Trabajadoras comerciales del sexo (TCS),
hombres que tienen sexo con hombres (HSH) y usuarios
de drogas intravenosas (UDE). Tanto el tamaño como las
prevalencias de los subgrupos HSH y UDE fueron estimadas
cotejando información nacional con patrones internacionales.
En vista de la poca disponibilidad de estudios de
seroprevalencia nacionales, se hizo el ejercicio de crear tres
escenarios (alto, intermedio y bajo), tomando en cuenta el
efecto de los antiretrovirales en la población atendida por
el Programa Nacional de SIDA del MSDS y considerando
que no existen intervención sostenidas en materia de
prevención de la transmisión del VIH/SIDA. De esta forma
se estima que la prevalencia de VIH en la población
venezolana de 15 a 49 años para finales del 2003 se
encuentra en el orden de 0.7% (rango: 0.4% - 1.2%) y la
epidemia se cataloga como una epidemia concentrada.
De mantenerse la tendencia que este escenario muestra,
para el 2015 Venezuela continuaría presentando una
epidemia concentrada pero en alza, mientras que el escenario
alto se traduciría en una expansión de la epidemia a nivel
generalizado antes del 2015.
Hans S. Maronsky y José Miguel Campos. "Situación epidemiológica del VIH/SIDA
en Venezuela". Febrero 2004
56
Salud y Nutrición
Resumen de Indicadores de Salud y Nutrición
Fuentes:
MSDS. Anuario de Mortalidad. Años Varios
MSDS. Datos sobre Morbilidad. Dirección de Vigilancia Epidemiológica
MSDS. Cobertura de Vacunación en Menores de 1 año. Dirección de Vigilancia Epidemiológica
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Notas:
1/ Cifras Provisionales
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