Obra Pontificia de San Pedro Apóstol Una revolución a favor de las vocaciones JUANA BIGARD (1859-1934) La Obra Pontificia de San Pedro Apóstol nace en 1889 de las manos de y su madre, Estefanía Cottin de Bigard (1834-1903) Una propuesta innovadora para su tiempo Una revolución mental y de criterios en la Iglesia y en la sociedad de aquella época Una idea sencilla: Garantizar la formación de los candidatos al sacerdocio y a la vida consagrada en los territorios de misión… para que ninguna vocación se pierda para desarrollar la dimensión universal de la evangelización En la Francia de la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX, salida del vendaval revolucionario y del sectarismo napoleónico… … no se veía con buenos ojos dedicar esfuerzo y recursos a sostener y formar jóvenes nativos llamados al sacerdocio o la vida consagrada Se les consideraba indignos de condición tan sublime Se estimaban prioritarias las necesidades pastorales propias y más cercanas Se veía como un peligro para los poderes políticos y económicos cualquier tipo de liderazgo indígena En pleno siglo XXI, la situación no ha cambiado mucho Se sigue desconfiando del “otro”: por extraño, por distinto, por pobre, por desconocido Se le sigue negando cualquier apoyo o ayuda por egoísmo (“vienen a quitarnos los puestos de trabajo”) Ante todo esto, la Obra de San Pedro Apóstol PROTESTA contra recelos y prejuicios que “rayan en la herejía” (Juana Bigard) RECUERDA que la voz de Dios no es “de una sola tribu, sino de todas las tribus, de todos los pueblos y de todas las razas” PROCLAMA que la vocación al sacerdocio o la vida consagrada ha de ser católica y universal, “como católica y universal es la Iglesia” APUESTA claramente por personas de lejanas tierras, de cultura distinta y que carecen de medios para hacer realidad su vocación El mundo desarrollado continúa robando los recursos de unos muchos para el bienestar de unos pocos La Obra de San Pedro Apóstol SOSTIENE las vocaciones nativas, porque... Todos los seres humanos somos iguales ante Dios La Iglesia local solo queda establecida cuando cuenta con obispos, sacerdotes, religiosos y catequistas propios Es la mejor manera de evangelizar la cultura de estos pueblos La fe se enriquece al inculturarse La Obra de San Pedro Apóstol, pionera ante la necesidad S. XVII: el beato Inocencio XI quería “más la ordenación de un sacerdote indígena que la conversión de 50.000 cristianos” Precedentes de esta Obra S. XVIII: Pío VI pedía a los obispos misioneros que estableciesen seminarios como su primer deber S. XIX: León XIII afirmaba que el mejor uso que los cristianos podían hacer de su dinero era donarlo para el clero nativo de las misiones Sus llamamientos alcanzaron una respuesta operativa en la iniciativa de Juana Bigard su inteligencia y energías Juana Bigard consagra su pluma y su palabra sus recursos económicos su corazón y su salud (acabó en un sanatorio mental) … a convencer de la urgencia y necesidad de apoyar las vocaciones nativas en las Iglesias de nueva fundación JUANA BIGARD Realizó una labor silenciosa y tenaz Tuvo que luchar contra mil prejuicios e impedimentos Lo hizo con un temple de espíritu heroico Se encontró con el rechazo… de su propio obispo No entendía por qué ayudar a Iglesias lejanas ante tanta necesidad en Francia de los industriales y políticos Lo veían como un peligro para los intereses de la metrópoli de sus familiares Les molestó verse sin herencia, al haber puesto sus bienes, ella y su madre, al servicio de las vocaciones nativas del Gobierno francés Trató de confiscar sus posesiones Tanto rechazo y persecución llevaron a Juana a expatriarse y trasladar su domicilio a Suiza ligera de equipaje sin ningún tipo de ataduras LA OBRA PONTIFICIA DE SAN PEDRO APÓSTOL Consagrar todos sus bienes, energías y actividad a la propagación del Evangelio Objetivo Sostener seminarios y noviciados en los territorios de misión Con gran fe y desprendimiento total Espíritu Con fortaleza para afrontar cualquier problema Con el compromiso más radical por el Reino de Dios “Hay más dicha en dar que en recibir” Convicción “Todo lo que no se da se pierde” Los pobres son evangelizados y nos evangelizan Las vocaciones nativas extienden el anuncio de Cristo entre los pueblos La OBRA PONTIFICIA DE SAN PEDRO APÓSTOL: “la ONU” de la Iglesia La ONU pretende… La Obra de Juana Bigard se hace presente en países… Garantizar el respeto de los derechos humanos Dominados por la corrupción y la explotación Promover la paz y la seguridad Divididos por desigualdades Buscar el desarrollo económico y social Pobres entre los empobrecidos Atender los asuntos humanitarios Diezmados por las guerras, el hambre y la enfermedad Son pueblos que necesitan buenas dosis evangélicas de justicia, libertad, cooperación, amor y capacidad de perdón Quienes mejor se las pueden ofrecer son los que han nacido y crecido en su seno; los que sufren junto a sus gentes Estas jóvenes Iglesias, desarrollando la evangelización ad gentes… ... dan con generosidad desde su pobreza, abriéndose a otros ámbitos más necesitados ... nos recuerdan así la frescura y vitalidad del Evangelio LA OBRA PONTIFICIA DE SAN PEDRO APÓSTOL: “madre” y “mendiga” Quiere ser “madre” de las vocaciones que surgen en los territorios de misión Que ninguna de las llamadas a la vocación se pierda Y, por eso, no le importa convertirse en “mendiga” pidiendo a los católicos que se interesen por la urgente necesidad de seminarios y centros de formación en la geografía misionera solicitando recursos económicos para hacer que esas vocaciones dispongan de centros, profesores, materiales de enseñanza… que predispone a descubrir la vocación promoviendo la oración que ayuda a oír el clamor de quien ha recibido la llamada y necesita ayuda que mueve las conciencias CONCLUSIÓN: la Obra Pontificia de San Pedro Apóstol es… ALTAVOZ de quien se siente llamado al sacerdocio y la vida consagrada y reclama nuestra atención ALDABA que resuena en las comunidades cristianas para abrir corazones, manos y bolsillos a la causa de las vocaciones nativas Esta presentación, realizada a partir de los textos de Alfonso Blas Vicente para el libro Una misión con carisma (Madrid, OMP, 2011), ha sido elaborada con la colaboración del P. Fernando López Fernández. OBRAS MISIONALES PONTIFICIAS 2012