CAPITULO II El Sistema Universal de Seguridad Colectiva 2.l Marco Institucional: La Organización de Naciones Unidas Así como la Sociedad de Naciones tuvo su gestación durante la Primera Guerra Mundial, la Organización de Naciones Unidas como una organización internacional fue gestada en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial. Como lo señala Arbuet: "...los enormes daños y profundos sufrimientos que son consecuencia inevitable de las características de las guerras modernas, determinaron que todos los países sintieran la necesidad de procurar prevenir los conflictos y evitar para el futuro los enfrentamientos armados." Establecida en 1945, la Organización de Naciones Unidas marcó un nuevo comienzo en los asuntos de la Comunidad Mundial. Con la aprobación de la Carta se instituyó un método de trabajo cimentado en la cooperación internacional. Los gobiernos demostraron su decisión de fundar las relaciones entre naciones sobre una base totalmente distinta de la que fuera la causa de conflictos cíclicos y de mucho sufrimiento para sus pueblos a lo largo de los siglos. De común acuerdo, se resolvió erradicar el flagelo de la guerra,afianzar la paz de la comunidad a través de la justicia y el Derecho Internacional, respetar la igualdad de Derechos Humanos y utilizar a las Naciones Unidas como centro para armonizar sus actividades en la consecución de esos objetivos. Para que la Organización tuviera la capacidad necesaria para lograr sus objetivos era indispensable contar con el apoyo de los pueblos del mundo. Lo cierto es que la Organización de Naciones Unidas se debe a los pueblos del mundo: "La Carta de las Naciones Unidas comienza con las palabras Nosotros los Pueblos de las Naciones Unidas; en definitiva es a los pueblos del mundo a quienes la Organización debe rendir cuentas". Entre los antecedentes próximos a la creación de Naciones Unidas está la denominada "Carta del Atlántico", firmada por el entonces presidente norteamericano Roosevelt y por el premier británico Churchill, en un lugar del Atlántico el 14 de agosto de 1941. Como apunta Diez de Velasco, la Carta del Atlántico sentó las bases de la política exterior y el nuevo orden mundial. "Dicha carta contenía 8 puntos...que suscriben 26 naciones el día 1 de enero de 1942 y sienta las bases sobre las que habría de ajustarse la política exterior y el nuevo orden del mundo." La Carta del Atlántico con respecto a la seguridad colectiva señaló: "8. Renuncia al uso de la fuerza y desarme de los vencidos como primer paso para un sistema de seguridad general permanente". El nombre de "Naciones Unidas" fue concebido por Roosevelt, quien lo emplea por primera vez en la "Declaración de las Naciones Unidas" del 1 de Enero de 1942, durante la segunda guerra mundial cuando los representantes de 26 Naciones establecieron el compromiso en nombre de sus gobiernos de proseguir juntos la lucha contra las potencias del eje. Luego vendría la Declaración de Moscú de fecha 30 de octubre de 1943 firmada por los representantes de las cuatro grandes potencias que eran Estados Unidos, Gran Bretaña, Rusia y China. Como indica Diez de Velasco, en la Declaración de Moscú se trata acerca de una Organización Internacional encargada del mantenimiento de la paz: "En ella se hablaba del deseo de perpetuar en tiempo de paz la comunidad de las grandes potencias impuesta por las necesidades de los tiempos de guerra. Se hablaba también de establecer una Organización Internacional encargada de mantener la paz". En julio de 1944, en Bretton Woods, se definieron los principios económicos de la organización. Entre agosto y octubre de 1944 los representantes de China, Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Soviética, se reunieron en Dumbarton Oaks donde sentaron las bases del nuevo organismo. Como señala Diez de Velasco, en Dumbarton Oaks se sentaron las bases de la Organización de Naciones Unidas. "De dicha reunión salen propuestas que dejan sentadas las bases de la Organización de Naciones Unidas." La Carta fue redactada por los representantes de 50 países reunidos en San Francisco desde el 25 de Abril hasta el 26 de junio de 1945, en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Organización Internacional. Luego, la Carta fue firmada el 26 de Junio de 1945 por los representantes de 50 países. Polonia que no estuvo representada en la conferencia la firmó mas tarde convirtiéndose en uno de los 51 Estados miembros fundadores. La Organización de Naciones Unidas adquirió existencia oficial el 24 de Octubre de 1945 al quedar ratificada la Carta por China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y por la mayoría de los demás signatarios. Luego se irían adhiriendo al sistema los demás Estados. Diez de Velasco advierte respecto a las circunstancias que rodearon la creación de la Organización de Naciones Unidas: "Es a partir de 1945 cuando verdaderamente el fenómeno de la Organización Internacional adquiere una importancia insospechada. Influyen en ello, las nuevas circunstancias, tales como la necesidad de replantear, a base de mecanismos lo mas efectivos posibles, la preservación de la paz a escala mundial, la autoinsuficiencia del Estado Unitario sobre base nacional para defenderse, y la existencia de intereses colectivos que ya no pueden satisfacerse, salvo que se gestione a escala mundial o regional". Teóricamente la Organización de Naciones Unidas continúa a la Sociedad de Naciones, pero es válida la objeción que señala Arbuet en el sentido de que se evitó el vínculo entre las Naciones Unidas y la Sociedad de Naciones para que no se perjudicara con el fracaso de ésta última: "La Organización comenzó a funcionar a principios de 1946. Si bien continúa a la Sociedad de Naciones cuya disolución se produjo recién el 3l de Julio de 1947 formalmente no se le vincula con ella por razones políticas entre las cuales de las más importantes resultaron el deseo de no perjudicar a la nueva Organización con el fracaso de su antecesora y con la falta de apoyo político para con aquella de varios importantes Estados, entre los cuales se contaban los dos emergentes superpotencias: EE.UU. que nunca la integra y la U.R.S.S. expulsada de la Liga poco antes del conflicto mundial". De igual forma lo señala Diez de Velasco: "...la experiencia de la Sociedad de Naciones es el antecedente remoto mas cercano a la actual organización. Bien es verdad que dicho antecedente no ha sido mencionado por los redactores de la Carta y que al querer estructurar el mundo posbélico de la Segunda Guerra Mundial, los Estados vencedores optaron por hacer desaparecer la organización ginebrina y crear otra nueva." Como lo señala Pastor Ridruejo,la Segunda Guerra Mundial determina que los redactores de la Carta decidieran en la redacción del Preámbulo de la Carta consignar el siguiente propósito: "Preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra que por dos veces durante nuestra vida ha inflingido a la humanidad sufrimientos indecibles". Como remarca Diez de Velasco a pesar de sus imperfecciones "la Organización de Naciones Unidas es el intento mas amplio llevado a cabo en la historia de crear una Organización Internacional capaz de intentar con fruto la tarea de mantener la paz y seguridad internacionales." Así, el Sistema Universal de Seguridad Colectiva se constituyó como un sistema para proveer seguridad a las naciones de tal modo que el uso de la fuerza o su amenaza quedaba regulado para los supuestos contemplados por la Carta de la Organización de Naciones Unidas. 2.2 Marco Jurídico: La Proscripción del Uso de la Fuerza en la Organización de Naciones Unidas 2.2.1 En la Carta de la Organización de Naciones Unidas Con el establecimiento de la Organización de Naciones Unidas el uso de la fuerza quedó proscrito de manera absoluta. Como se ha afirmado, la proscripción del uso de la fuerza constituye la base de las Naciones Unidas: "...la prohibición de la guerra y del uso de la fuerza en las relaciones internacionales son los cimientos en los que se erigieron las Naciones Unidas." Por ello en el Preámbulo de la Carta se consigna la resolución de los Estados intervinientes de "preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra". Al entrar en vigencia la Carta de la Organización de Naciones Unidas quedó establecido que no se usaría la fuerza armada "sino en servicio del interés común". La Carta en su primer artículo establece que es propósito de Naciones Unidas el "mantener la paz y la seguridad internacionales". Luego, en el inciso 4 de su artículo 2 establece que los "miembros de la organización en sus relaciones internacionales se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado o en cualquier otra forma incompatible con los Propósitos de las Naciones Unidas". Así, el uso de la fuerza o la amenaza de usarla queda proscrita para los miembros de la Organización, ya sea contra la integridad territorial o independencia política de cualquier Estado. Mas aún, el uso de la fuerza está proscrito en cualquier otra forma incompatible con los propósitos de Naciones Unidas. Como afirma Antonio Remiro Brotons: "Este precepto tiene hoy validez universal y es un ejemplo genuino del ius cogens internacional." La Carta otorga a Naciones Unidas la facultad de mantener la paz y seguridad internacionales. Para poder cumplir con este propósito, el Capítulo VII de la Carta ha definido las acciones en caso de amenazas a la paz, quebrantamientos de la paz o actos de agresión. Ello incluye la existencia de convenios especiales, según el artículo 43, mediante los cuales los Miembros de Naciones Unidas se comprometerían a poner a disposición del Consejo de Seguridad, las fuerzas armadas, entre otros,que se requirieran para el cumplimiento del propósito de mantener la paz y seguridad internacionales. Sin embargo, estos convenios no se han concluido, por lo que las fuerzas han sido siempre proporcionadas por los Estados Miembros como tales, y no como fuerzas de Naciones Unidas. A pesar de ello, la prohibición del empleo de la amenaza o el uso de la fuerza se ha constituido como un principio de Derecho Internacional cautelado por la Organización de Naciones Unidas. Como lo señala Antonio Remiro Brotons, al referirse al proceso de proscripción del uso de la fuerza: "Hoy, como resultado de ese proceso, puede decirse que si bien el poder efectivo de coerción permanece esencialmente en manos de los Estados, la prohibición de la amenaza y del empleo de la fuerza es un principio imperativo del Derecho internacional y que el mantenimiento de la paz y seguridad internacional es uno de sus objetivos irreversibles e irrenunciables, unido generalmente a la idea de una Organización internacional capaz de controlar el uso de la fuerza y favorecer la cooperación internacional." La Carta en su primer capítulo pasa a definir los propósitos y principios de la Organización. Así: "Los Propósitos constituyen la meta que se propone alcanzar la organización; los Principios son las reglas de conducta que deben observar la Organización y los miembros que la integran, a fin de llegar a esa meta..." 2.2.1.1 Principio de prohibición de la amenaza o uso de la fuerza. Artículo 2 inciso 4 "Los miembros de la organización en sus relaciones internacionales se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado o en cualquier otra forma incompatible con los Propósitos de las Naciones Unidas". Este principio ha sido calificado de "regla de aplicación universal", por ser un principio génerico de prohibición al uso o la amenaza de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de los Estados. Mas aún, en forma amplia se dispone la prohibición del uso o amenaza de la fuerza en cualquier otra forma incompatible con los Propósitos de Naciones Unidas. Camargo considera que el Capítulo de la Carta en el cual se consignan los principios, son principios que rigen para la sociedad internacional: "...contiene los principios rectores de la organización que son también los principios básicos del Derecho Internacional y por tanto de la Sociedad Internacional". La Organización de Naciones Unidas prohibe en general el uso de la fuerza. Conforme se afirma en el preámbulo de la Carta: "No se usará la fuerza sino en interés común". El inciso 4 del artículo 2 de la Carta, contiene la norma básica que sustenta la seguridad colectiva. Prohíbe la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales,sea contra la integridad territorial, contra la independencia política de los Estados,o en cualquier otra forma incompatible con los propósitos de la Organización de Naciones Unidas. De tal forma, que la guerra es delimitada como un recurso ilegal. Diez de Velasco indica: "Para llegar a este precepto ha sido necesario un largo camino ya que significa la prohibición del uso de la fuerza y el reconocimiento, por tanto, de que la guerra no es siempre lícita. Prácticamente hoy solamente las guerras defensivas pueden considerarse como guerras lícitas...". Respecto a la norma comentada, Eduardo Jiménez de Aréchaga comenta que el artículo 2 párrafo 4 en comentario al utilizar el término "fuerza",se refiere a la Fuerza Armada y no a otras formas de presión económica, salvo que sean amenaza de fuerza. El preámbulo de la Carta en su párrafo 7 establece: "...asegurar mediante la aceptación de principios y la adopción de métodos que no se usará la fuerza armada, sino en servicio del interés común." Del cotejo de ambas normas, es claro pues que la Carta se refiere a la Fuerza Armada. Como señala Oppenheim: "...la expresión fuerza se usa en su connotación ordinaria referida a la fuerza armada, distinta de la presión económica o política". Jiménez de Aréchaga nos dice que al referirse el artículo 2 inciso 4 al uso o amenaza de fuerza "contra la integridad territorial o independencia política de un Estado" se ha malinterpretado como que debe existir una intención permanente de menoscabar la integridad territorial o la independencia política, cuando en realidad no es así. Respecto al principio de la independencia política de los Estados, este no debe de confundirse con el principio de soberanía territorial que es una manifestación de aquel. Camargo señala: "Independencia significa que un Estado no dependa políticamente de otro y que tiene plena libertad de acción en el interior de sus fronteras sin sujeción a ningún poder superior pero con sujeción al Derecho Internacional¦". De tal manera que la soberanía territorial es una consecuencia de la independencia política. Pero la independencia política está limitada por el Derecho Internacional. Es esta pues la base de la coexistencia pacífica de la Sociedad Internacional. Como refiere Camargo: "...una pluralidad de Estados independientes. Esa independencia está protegida por el Derecho Internacional". El primer propósito de Naciones Unidas consignado en la Carta dispone entre otras cosas el suprimir actos de agresión. Entonces el artículo 2 establece la manera de realizar los propósitos, y en su cuarto apartado de alguna forma intenta definir lo que es agresión. Camargo señala: "En un intento por definir la agresión consagra para el Estado dos tipos de deberes: a) Abstenerse de organizar o fomentar la organización de fuerzas irregulares o de bandas armadas para hacer incursiones en el territorio de otro Estado b) Abstenerse de organizar , instigar, ayudar, o participar en actos de guerra civil o en actos de terrorismo en otro Estado o de consentir actividades organizadas dentro de su territorio encaminadas a la comisión de dichos actos cuando impliquen amenaza o uso de la fuerza.". Verdross afirma: "La Carta pues prohibe todo uso de la fuerza entre los Estados que no esté expresamente autorizada por la Carta". Cabe destacar que la prohibición del uso de la fuerza contemplada en el cuarto inciso del artículo 2 de la Carta protege a aquellos que no son miembros de la Organización contra las agresiones de los miembros. Al respecto Verdross refiere: "Pero por otra parte la prohibición solo se extiende a las relaciones internacionales, o sea que deja a un lado las medidas coercitivas adoptadas por un Estado en su territorio contra personas privadas incluidas las de represión de sediciones y las guerras civiles". Akehurst considera que este principio debe ser de aplicación a todo uso de la fuerza, tanto si es una guerra declarada como tal o no, lo cual resulta acertado si lo que se pretende es la proscripción del uso de la fuerza sean guerras formales o no. De lo contrario la Carta cometería el mismo error que los intentos precedentes. "El artículo 2.4 se aplica a todo uso de la fuerza, tanto si constituye técnicamente un estado de guerra como si no lo constituye". A manera de crítica, Akehurst señala la imperfecta redacción del precepto, ya que al prohibir el uso de la fuerza "contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado, o en cualquier otra forma incompatible con los propósitos de las Naciones Unidas" se "permite sostener la legalidad de la utilización de la fuerza para una amplia variedad de propósitos, como la afirmación de un derecho de un Estado, mientras no vaya dirigida "contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado." Es decir que podría utilizarse la fuerza para otros propósitos que no sean los dispuestos en dicho artículo. Akehurst es de la opinión que el inciso 4 del artículo segundo debe de ser interpretado "en el sentido que prohibe toda amenaza o uso de la fuerza". Excepciones a ello lo constituyen las medidas individuales o colectivas adoptadas por los miembros de la Organización sobre la base de una decisión o recomendación del Consejo de Seguridad, conforme al Capítulo VII de la Carta. Ello ha sido calificado por Antonio Remiro Brotons como "...un complemento necesario, institucional, de la prohibición...". Realmente la única excepción expresa de la Carta es la legítma defensa individual o colectiva, basada en el concepto de que se permite repeler la fuerza con la fuerza. Ello está dispuesto por el artículo 51 de la Carta, según el cual, "Ninguna disposición de esta Cart a menoscabará el derecho inmanente de legítima defensa, individual o colectiva, en caso de ataque armado contra un miembro de las Naciones Unidas, hasta tanto que el Consejo de Seguridad haya tomado las medidas necesarias para mantener la paz y seguridad internacionales." Linares considera que la legítima defensa cabe no solamente en caso de ataques armados sino en otros supuestos no contemplados por la Carta: "Debido a que se ha admitido, que el derecho de legítima defensa es anterior y superior a la Carta de las Naciones Unidas, es perfectamente admisible el pretender que este derecho sea reconocido no sólo en caso de "ataque armado", sino en otros casos o situaciones que no está contemplados en la Carta." Ello es contradicho por Antonio Remiro Brotons, quien considera que, "El art. 51 establece claramente, por otra parte, el casus operandi: el ataque armado, y solo el ataque armado, de otro Estado". Este tratadista considera que la amenaza o el uso de la fuerza que no sea la fuerza armada "...podrán ser considerados como supuestos que interesan a la paz y seguridad internacional y aconsejan la convocatoria del Consejo de Seguridad, pero no legitimaran el recurso individual o colectivo a la fuerza con base en el art.51." Lo cierto es que, como bien lo señala Remiro Brotons, el artículo 51 de la Carta es claro en señalar taxativamente al ataque armado contra un miembro de Naciones Unidas como el supuesto en que accionarían los Estados Miembros de manera individual o colectiva, como legítima defensa. Mas aún, la Resolución 2625 (XXV) en su artículo 7 hace referencias expresas a la "lucha armada" y a la "asistencia militar", lo cual no hace sino confirmarlo. Esta acción de legítima defensa deberá de ser proporcional a la naturaleza del ataque, lo cual deberá de ser puesto en conocimiento del Consejo de Seguridad, el que tomará las medidas necesarias. A manera de crítica a la institución de la legítima defensa en el artículo 51 de la Carta, Remiro Brotons, señala: "Cada Estado, por la misma naturaleza de las cosas, está facultado para calificar inicialmente como ataque armado la acción de otro Estado y como legítima defensa la acción propia..." Es decir que, en este sistema, los Estados tenderán siempre a calificar su accionar como uno de legítima defensa, cuando puede no ser realmente tal. Mas aún, si el Estado es miembro permanente, puede con su voto negativo paralizar el accionar del Consejo, mientras utiliza la fuerza, para algún propósito. En esta circunstancia, Remiro Brotons, igualmente critica: "En circunstancias como estas la seguridad colectiva se difumina y los Estados vuelven los ojos a los viejos remedios del viejo mundo: las alianzas, los bloques." Es decir, que el sistema de la legítima defensa se puede prestar para una utilización distinta, por los miembros permanentes del Consejo de Seguridad. 2.2.1.2 Principio de la no intervención en la jurisdicción interna Artículo 2 Párrafo 7: "Ninguna disposición de esta Carta autorizará a las Naciones Unidas a intervenir en los asuntos que son esencialmente de la jurisdicción interna de los Estados, ni obligará a los miembros a someter dichos asuntos a procedimientos de arreglo conforme a la presente Carta pero este principio no se opone a la aplicación de las medidas coercitivas prescritas en el Capítulo VII". El inciso séptimo contempla el caso de los asuntos internos de los Estados. "El artículo 2 -7 dice que el principio de no intervención en las cuestiones de competencia reservada "no se opone a la aplicación de las medidas coercitivas prescritas en el Capítulo VII". La práctica reciente de las Naciones Unidas ha convertido en superflua esta última salvedad, porque toda amenaza a la paz, quebrantamiento de la paz o acto de agresión es hoy considerada automaticamente como cuestión que escapa a la jurisdicción reservada de los estados." Como comenta Verdross: "...cuya regulación queda de suyo al margen de las normas de la Carta, mientras la guerra civil no rebase o amenace rebasar las fronteras del Estado.Sólo en tal supuesto podrá intervenir el Consejo de Seguridad". Verdross comenta igualmente respecto al caso en que los rebeldes en un conflicto interno fueran reconocidos como beligerantes. "Esta norma no tendría aplicación si los rebeldes fueran reconocidos como beligerantes, o como nuevo Estado, ya que entonces se trata de un conflicto armado entre sujetos del Derecho Internacional." 2.2.2 Resolución 2625 (XXV) del 24 de diciembre de 1970 sobre los Principios de Derecho Internacional Referentes a las Relaciones de Amistad y la Cooperación entre los Estados de conformidad con la Carta de Naciones Unidas Por medio de la Resolución de la Asamblea General No.2625 (XXV), de fecha 24 de diciembre de 1970 se formuló una declaración sobre los principios de derecho internacional referentes a las relaciones de amistad, y a la cooperación entre los estados, en concordancia con los preceptuado en la Carta de Naciones Unidas. Dicha resolución, considera que es de suprema importancia la Carta de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz y seguridad internacionales. Su objeto, fue entre otros, el fortalecimiento de la paz mundial y la promoción de la aplicación universal de los principios de la Carta. Esta declaración en su preámbulo reafirma el propósito fundamental de Naciones Unidas de mantener la paz y seguridad internacionales: "La Asamblea General. Reafirmando que conforme a la Cart a de las Naciones Unidas, entre los propósitos fundamentales de las Naciones Unidas figura el mantenimiento de la paz y seguridad internacionales y el fomento de las relaciones de amistad y de la cooperación entre las naciones." Igualmente, toma en cuenta los cambios en el mundo desde la aprobación de la Carta, y considera que precisamente estos cambios hacen que los principios de derecho internacional referentes a las relaciones de amistad y cooperación entre los Estados cobren mayor importancia: "Observando que los grandes cambios políticos, económicos y sociales y el progreso científico que han tenido lugar en el mundo desde la aprobación de la Carta hacen que adquiera mayor importancia estos principios y la necesidad de aplicarlos de forma mas efectiva en la conducta de los Estados en todas las esferas." Con respecto a la proscripción del uso de la fuerza, el Preámbulo de esta Declaración recuerda la obligación de abstenerse de usar la fuerza: "...el deber de los Estados de abstenerse, en sus relaciones internacionales de ejercer coerción militar,política,económica o de cualquier otra índole contra la independencia política o la integridad territorial de cualquier Estado." En esta parte del Preámbulo, la declaración hace precisiones respecto a los tipos de fuerza proscrita. Así, puntualiza que no solamente está proscrita la coerción de tipo militar, sino la política y la económica. Mas aún, deja abierta la posibilidad de configurar una prohibición a la coerción de cualquier otra índole que vaya en contra de la independencia política o la integridad territorial de cualquier Estado. Así, la Declaración hace mayores precisiones que el inciso cuarto del artículo segundo de la Carta de Naciones Unidas, el cual únicamente se refiere a la abstención de "recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado, o en cualquier forma incompatible con los Propósitos de las Naciones Unidas" sin precisar los tipos de fuerza proscritos. La declaración en su preámbulo igualmente considera que es indispensable la abstención del uso de la fuerza: "...que es indispensable que todos los Estados se abstengan en sus relaciones internacionales, de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado o en cualquier otra forma incompatible con los propósitos de las Naciones Unidas." Esta sección del preámbulo se diferencia del inciso cuarto del artículo segundo de la Carta en que considera deber de todos los Estados, y no solamente de los miembros de la Organización, el de abstenerse de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado o en cualquier otra forma incompatible con los propósitos de las Naciones Unidas. Es decir, que amplía la proscripción del uso de la fuerza en las relaciones internacionales de todos los Estados, sean miembros de Naciones Unidas o no. Esto como producto de los cambios producidos con relación a la descolonización y al número de Estados Miembros desde que se suscribiera la Carta, hasta 1970. En el preámbulo de la Declaración se reconoce que esta es producto del desarrollo y la codificación, entre otros principios, del principio de proscripción del uso de la fuerza por los Estados en sus relaciones internacionales: "Considerando el desarrollo progresivo y la codificación de los siguientes principios: a) El principio de que los Estados, en sus relaciones internacionales, se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado o en cualquier otra forma incompatible con los propósitos de Naciones Unidas." De esta manera, el principio de proscripción del uso de la fuerza por todos los Estados en sus relaciones internacionales es reafirmado como una obligación para todos los Estados sean o no miembros de Naciones Unidas, y se dá pie para su desarrollo progresivo. Lo expuesto en el preámbulo de la Declaración es luego declarado como principio, así: "1. Solemnemente proclama los siguientes principios: El principio de que los Estados en sus relaciones internacionales, se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado, o en cualquier otra forma incompatible con los propósitos de las Naciones Unidas." Igualmente proclama que el cumplimiento de este principio es un deber de todos los Estados. También es considerado deber de los Estados el abstenerse de actos de represalia que impliquen el uso de la fuerza y de recurrir a cualquier medida de fuerza que prive de su derecho a la libre determinación,libertad e independencia a los pueblos. De la misma manera proclama que el territorio de un Estado no será objeto de ocupación militar derivada del uso de la fuerza en contravención con las disposiciones de la Carta. Esta Resolución igualmente consigna el no reconocimiento a las situaciones derivadas de la fuerza, al afirmar que "el territorio de un Estado no será objeto de adquisición por otro Estado derivada de la amenaza o el uso de fuerza", y que "no se reconocerá como legal ninguna adquisición territorial" derivada de esta. 2.2.3 Resolución 3314 (XXIX) del 14 de diciembre de 1974 "Definición de la Agresión" El primer propósito de la Organización de Naciones Unidas es mantener la paz y seguridad internacionales, y con tal fin, entre otros, suprimir los actos de agresión. Luego, el artículo 39 de la Carta establece las medidas a tomarse en casos de agresión. Sin embargo la Carta de Naciones Unidas no define que actos deben de entenderse como actos de agresión. La definición de lo que constituye una agresión es esencial para el sistema de seguridad colectiva. Como señala el tratadista Antonio Linares: "La definición del concepto de agresión dentro del ordenamiento internacional es una de las cuestiones fundamentales del derecho internacional contemporaneo y ha sido parte esencial en todo intento de establecer un sistema de seguridad colectiva." Mas aún, dicho tratadista considera que el definir la agresión es "una cuestión de gran interés, de la que inclusive depende la existencia de la humanidad". Como antecedentes de la definición de agresión se hallan los tratados celebrados en Londres en 1933 entre la Unión Soviética, Afganistán, Estonia, Lituania, Finlandia, Irán, Polonia, Rumania, Turquía, Checoslovaquia, y Yugoslavia. Igualmente, otro tratado celebrado el 8 de julio de 1937 entre Estados del Medio Oriente, intentaron definir la agresión. Así se consideraba como agresión, la declaración de guerra, la invasión por las fuerzas armadas de un estado, aun sin declaración de guerra, al territorio, navíos o aeronaves de otro Estado y la ayuda o auxilio sea directo o indirecto al agresor. Luego, al instaurarse la Sociedad de Naciones se planteó la necesidad de elaborar reglas de definición de la agresión. El Protocolo de Ginebra de fecha 2 de octubre de 1924 consideró establecer un concepto de agresión atribuyéndole la facultad de determinarlo, al Consejo de Seguridad de la Sociedad de Naciones. Posteriormente, el Pacto Briand Kellog al intentar proscribir el recurrir a la guerra, consideraba implicitamente como agresión el recurso a la guerra para la solución de las diferencias internacionales, renunciando a ella como política nacional en sus relaciones mutuas. De igual manera, el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca aprobado el 2 de setiembre de 1947 por la Conferencia Interamericana para el Mantenimiento de la Paz y Seguridad del Continente Americano proporciona una definición no enumerativa de la agresión. Dicho tratado establece como agresión el ataque armado no provocado por un Estado contra el territorio, población, fuerzas navales, terrestres o aéreas de otro Estado; la invasión del territorio de un Estado Americano por la fuerza armada de un Estado, mediante el traspaso de las fronteras demarcadas de conformidad con un tratado, sentencia judicial o laudo arbitral, o, a falta de ello, la invasión que afecte una región que esté bajo la jurisdicción efectiva de otro Estado. Finalmente, la Resolución de la Asamblea General No. 3314 (XXIX) de fecha 14 de diciembre de 1974 adoptó una definición de lo que debía de entenderse como agresión. Esta resolución se basa en que es uno de los propósitos fundamentales de las Naciones Unidas el mantenimiento de la paz y seguridad internacionales. Igualmente considera que es uno de los propósitos fundamentales de Naciones Unidas la adopción de medidas colectivas para prevenir y eliminar amenazas a la paz y suprimir actos de agresión. Entre sus considerandos señala respecto de la agresión: "...que la agresión constituye la forma mas grave y peligrosa del uso ilegítimo de la fuerza..." Así, se justifica la necesidad de detallar el concepto de agresión al ser esta la forma mas grave y peligrosa del uso ilegítimo de la fuerza En respuesta a los cambios producidos en el mundo desde la elaboración de la Carta de Naciones Unidas, se considera que debido al incremento de la peligrosidad de las armas, se hace indispensable una definición de la agresión: "...de que con la existencia de armas de destrucción en masa de todo tipo, entraña la posible amenaza de un conflicto mundial con todas sus consecuencias catastróficas, debería definirse la agresión en la etapa actual." De esta forma, Naciones Unidas pretende adecuar el mandato recibido de los Estados tomando en cuenta que el mundo para el cual fue creada la Carta de Naciones Unidas definitivamente no es el mismo al cual le toca regir. El objeto de expedir una resolución de la Asamblea General definiendo la agresión es, que se considera que ello "...debería producir el efecto de disuadir a un agresor potencial, facilitaría la determinación de actos de Agresión y la aplicación de medidas para suprimirlos..." Es decir que, en primer término, al estar perfectamente establecido qué es una agresión, se tendría como efecto el disuadir al Estado que en algún momento considere entre sus planes el cometer una agresión contra otro, al saber que sus actos se encuentran perfectamente tipificados y se le aplicarían medidas para suprimirlos. Este considerando alude a la fuerza moral de la Organización de Naciones Unidas. Un Estado debe de verse limitado de usar la fuerza contra otro por el solo hecho de que Naciones Unidas ha tipificado los actos de agresión. Si a pesar de estar tipificado y prohibido el uso de la fuerza un Estado recurriera a ella, al estar definidos los actos que constituyen agresión y los que no lo son, se hace mas sencillo para el Consejo de Seguridad determinar si tales actos son realmente actos de agresión. En buena cuenta lo que esta Resolución busca es delimitar que actos son agresión, para facilitar su supresión. La Resolución adopta entonces la siguiente definición de agresión: "La agresión es el uso de la fuerza armada por un Estado contra la soberanía, la integridad territorial o la independencia política de otro Estado, o en cualquier otra forma incompatible con la Carta de las Naciones Unidas, tal como se enuncia en la presente definición." En primer término, solamente es una agresión el uso de fuerza armada por un Estado contra otro. No se comprende por tanto a otros tipos de fuerza como por ejemplo la económica o la "agresión ideológica". En segundo término, el uso de la fuerza armada debe provenir de un Estado sin perjuicio que sea miembro de Naciones Unidas o no. Asimismo se incluye el concepto de "grupo de estados", cuando proceda, tal como se señala en una nota explicativa al artículo 1. Además no es el uso de la fuerza armada para cualquier propósito lo que constituye una agresión, sino que debe ser contra la soberanía, la integridad territorial o la independencia política de otro Estado, o en cualquier otra forma incompatible con la Carta de Naciones Unidas. Esta última causal deja abierta la posibilidad para ampliar el término de lo que es agresión, sujetándolo a la Carta y a la propia definición. Respecto de la probanza de los actos de agresión, siguiendo su propósito de facilitar la determinación de los actos de agresión, el artículo 2 establece: "...el primer uso de la fuerza armada por un Estado en contravención de la Carta constituirá prueba prima de un acto de agresión..." Es decir que el primer Estado que viole la Carta usando la fuerza armada contra otro se constituye inmediatamente en un agresor. Siendo muy amplia la gama de posibles actos de agresión,, la declaración formula un catálogo de algunos casos de posibles actos de agresión, dejando aclarado que esta enumeración no es exhaustiva, pudiendo el Consejo de Seguridad determinar otros actos que constituyan una agresión. Esta enumeración comprende entre otros, la invasión en territorio de otro Estado, el bombardeo, el uso de armas, el ataque a fuerzas de otro Estado, sean estas navales, terrestres o aéreas, el permitir que el territorio sea usado para agredir a un tercer Estado y el envío de grupos que cumplan las funciones de fuerzas armadas. La Resolución también limita las justificaciones que pudieran pretenderse frente a la comisión de actos de agresión tal y como están definidos. Así, en su artículo 5 inciso primero establece: "...ninguna consideración, cualquiera sea su índole, política, económica, militar o de otro carácter podrá servir de justificación de una agresión". De esta forma, no pueden alegarse razones de ningún tipo para cometer un acto de agresión. Este artículo 5 igualmente señala como consecuencia jurídica de la agresión que ésta es un crimen contra la paz internacional que origina responsabilidad internacional. De igual forma se señala que ninguna adquisición territorial o ventaja resultante de la agresión es lícita ni será reconocida como tal. Esto úlimo reafirma el no reconocimiento de las situaciones derivadas de la fuerza. De esta manera la Resolución 3314 delimita y define el campo de la proscripción del uso de la fuerza para su mejor sanción. De acuerdo a Antonio Linares, la Resolución 3314,"...tiene el valor de señalar en los Estados en forma mas clara qué es lo que la comunidad internacional considera actos de agresión condenables." Este tratadista señala como defectos de la Resolución 3314 el que no se delimitaran todos los supuestos de agresión y el no tener en cuenta a la agresión económica, y plantea su modificación: "Debe ampliarse la definición de la agresión contenida en la Resolución 3314 (XXIX) con la finalidad de incluir formas económicas y políticas de coerción u hostigamiento, lo que significa que la definición de la agresión aprobada por la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas el 14 de diciembre de 1974, en particular el artículo 2, requiere una modificación." Ciertamente, aunque esta definición de la agresión no impedirá que estas se cometan, refuerza la identificación y tipificación de la agresión, coadyuvando a la labor del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en el cumplimiento de su función de mantener la paz y seguridad internacionales. 2.3 ¦rgano: El Consejo de Seguridad 2.3.1 Funciones y Poderes Al Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas le compete la responsabilidad primordial para el mantenimiento de la paz y seguridad internacionales. Está compuesto actualmente de 15 miembros, cinco de ellos miembros permanentes que son China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia. Los otros diez miembros son elegidos por la Asamblea General por períodos de 2 años, distribuyéndose los cargos de modo tal que estén representadas todas las regiones geográficas del mundo. Cada miembro del Consejo de Seguridad tiene un voto. Las decisiones sobre cuestiones de procedimiento se adoptan con el voto afirmativo cuando mas de 9 de sus 15 miembros. Las decisiones sobre cuestiones sustantivas requieren nueve votos incluidos los votos afirmativos de los 5 miembros permanentes. El voto negativo de un miembro permanente constituye el llamado veto, por el cual el Consejo de Seguridad se vé impedido de tomar una decisión sobre una cuestión que no es de procedimiento. Esta es la llamada "...regla de la Unanimidad de las Grandes Potencias frecuentemente denominada Veto". Los cinco miembros permanentes han ejercido el derecho de veto en alguna oportunidad impidiendo de esta forma que el Consejo de Seguridad actuara al ponerse en peligro la Paz y Seguridad Internacionales. En la práctica se ha adoptado el método de que si un miembro permanente no apoya una decisión pero no desea bloquearla mediante un veto, lo que hace es abstenerse de la votación. Esta práctica quedó confirmada en el Caso de Corea de 1950. Así, el Consejo de Seguridad como lo precisa Jiménez de Aréchaga,"...determina con carácter generalmente obligatorio si se ha configurado un acto de agresión y en que forma ha de reprimirse". De conformidad con el articulo 25 de la Carta, todos los miembros de la Organización de Naciones Unidas convienen en aceptar y cumplir las decisiones del Consejo de Seguridad. "Aunque otros órganos de las Naciones Unidas formulen recomendaciones a los gobiernos, solamente el Consejo está facultado para adoptar decisiones que los Estados miembros, de conformidad con la Carta están obligados a cumplir". El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas tiene diversas funciones establecidas. La principal de ellas es mantener la paz y la seguridad internacionales de conformidad con los propósitos y principios de la Organización. A estos efectos, el artículo 39 le confiere la facultad de determinar la existencia de una amenaza a la paz, un quebrantamiento de la paz o un acto de agresión. Asimismo, de conformidad con el artículo 40 de la Carta, debe instar a los miembros a que apliquen sanciones económicas y otras medidas que no entrañen el uso de la fuerza con el fin de impedir o detener la agresión. De igual manera, el Consejo de Seguridad puede decidir la adopción de medidas coercitivas y sanciones económicas tales como los embargos de comercio o acciones militares colectivas. Una función primordial del Consejo de Seguridad es la de emprender una acción militar contra el agresor. Precisamente esta función es la que otorga fuerza coercitiva a sus decisiones. Igualmente debe investigar toda controversia o situación que pueda crear fricción internacional, así como recomendar métodos de ajuste de tales controversias o condiciones para su arreglo. También tiene la función de formular planes para el establecimiento de un sistema que reglamente los armamentos. El Consejo debe igualmente recomendar la admisión de nuevos miembros y establecer las condiciones por medio de las cuales los Estados pasan a ser partes en el Estatuto de la Corte Internacional de Justicia. Asimismo el Consejo debe ejercer la funciones de Administración Fiduciaria de las Naciones Unidas en zonas consideradas estratégicas. Otra importante función es la de recomendar a la Asamblea General la designación del Secretario General y junto con la Asamblea General elegir a los jueces de la Corte Internacional de Justicia. El Consejo está organizado de modo tal que está en condiciones de operar en forma permanente ya que un representante de cada uno de sus miembros debe estar presente en todo momento en la sede de la Organización. Al ser sometida una denuncia referente a una amenaza a la paz, la primera medida que adopta el Consejo de Seguridad suele ser la de recomendar a las partes a que procuren llegar a un acuerdo por medios pacíficos. En algunos casos el Consejo procede por su cuenta a la investigación y mediación. Así, el Consejo puede nombrar representantes especiales o pedir al Secretario General a que interponga sus buenos oficios. En ciertos casos puede enunciar principios para un arreglo pacífico. Si una controversia termina en lucha armada, la primera preocupación del Consejo de Seguridad es la de ponerle fin lo mas pronto posible. Se ha dado el caso que el Consejo de Seguridad ha dictado directivas de cesación del fuego que han impedido la extensión de las hostilidades. El Consejo de Seguridad es el encargado de enviar Fuerzas de Paz de las Naciones Unidas encargadas del mantenimiento de la paz con el fin de reducir la tirantez donde haya disturbios, mantener separadas a las fuerzas contendientes y crear contribuciones de tranquilidad en las que se pueda gestionar un arreglo pacífico. Esto sin embargo, no esta definido taxativamente en ningún artículo de la Carta, y ha derivado de su empleo frecuente, como veremos mas adelante. El Consejo de Seguridad de igual manera está facultado para recomendar a la Asamblea General la suspensión de la condición de Estado miembro a aquel estado que haya sido objeto de acción preventiva o coercitiva por parte del Consejo de Seguridad. También puede recomendar a la Asamblea la expulsión de un Estado miembro de la ONU que viole persistentemente los principios de la Carta. Es en virtud del artículo 25 de la Carta que los Estados miembros convienen en aceptar y cumplir las decisiones del Consejo de Seguridad. Aunque las recomendaciones de otros órganos de las Naciones Unidas carecen de la obligatoriedad de las decisiones del Consejo de Seguridad, pueden influir en una situación dada por su fuerza moral, mundialmente reconocida. La Carta confiere al Consejo de Seguridad la responsabilidad en el mantenimiento de la paz y seguridad internacionales. Al Consejo de Seguridad de igual forma le compete decidir el mandato de la fuerza de mantenimiento de paz,y la fuerza al mando del Secretario General. Diez de Velasco comenta: "Como puede verse, la función primordial del Consejo de Seguridad es precisamente la de mantener la paz y seguridad internacionales y ello significa que es el órgano capital de la Organización, puesto que su función es la mas importante en cuanto a los fines que se propone la organización misma." Tras el fin de la guerra fría el Consejo de Seguridad ha elaborado nuevas maneras de trabajar de cara a los nuevos problemas para la paz y seguridad internacionales. En tiempos recientes el Consejo de Seguridad ha celebrado sesiones de forma casi ininterrumpida, a diferencia de años anteriores en que el momento y los temas de las sesiones estaban claramente delineados. De esta manera, el Consejo puede hacer un seguimiento mas exacto de los cambios de las amenazas a la paz y seguridad internacionales. Por estos nuevos retos que le competen al Consejo de Seguridad es que se han producido muchos pedidos para que modifique su estructura oficial. Así, Boutros Boutros-Ghali, Secretario General de la Organización ha planteado ciertas modificaciones en su memoria de 1993: "Ha resultado evidente que las operaciones inmediatas con que se responde con carácter de urgencia a las crisis que se presentan en el mundo debe contar con el apoyo de una comprensión mas global de la amplia variedad de problemas existentes. Por consiguiente apoyo la propuesta de que el Consejo celebre sesiones a nivel de ministros. Las consultas oficiosas deberían alternarse con un número mayor de sesiones oficiales a fin de informar al círculo mas amplio de Estados miembros y obtener el apoyo de estos". Igualmente, Boutros-Ghali el 30 de Junio de 1993 en Ginebra, al dirigirse al Consejo Económico y Social en la serie de sesiones de alto nivel de su período sustantivo de sesiones de ese año destacó una vez mas la importancia del Consejo de Seguridad: "Repetí una propuesta que había hecho el año pasado: Que se invitara al Consejo (al ECOSOC) a que presentara un informe al Consejo de Seguridad sobre las situaciones de la esfera económica y social que a su juicio representaban amenazas a la paz y la seguridad internacionales". Ciertamente, los nuevos tiempos que le tocan al Consejo de Seguridad importarán cambios igualmente trascendentes en su actuar. 2.3.2 Relaciones Con Otros Organos. 2.3.2.1 Con la Asamblea General: La Asamblea General es el principal órgano deliberativo de la Organización de Naciones Unidas. Está compuesta por representantes de todos los Estados miembros, cada uno de los cuales tiene derecho a un voto. Las decisiones sobre cuestiones importantes, como las recomendaciones relativas a la paz y seguridad, admisión de nuevos miembros y cuestiones presupuestarias se deben adoptar por una mayoría de 2/3 . Las decisiones sobre otras cuestiones se adoptan por simple mayoría. Entre sus funciones está la de considerar y hacer recomendaciones sobre los principios de cooperación en el mantenimiento de la paz y seguridad internacionales, incluso los principios que rigen el desarme y la reglamentación de armamentos. Le compete igualmente tratar toda cuestión relativa a la paz y la seguridad internacionales. Así, se dice que le compete a la Asamblea General tratar y hacer recomendaciones sobre cualquier cuestión dentro de los límites de la Carta o que afecte las funciones y poderes de cualquier órgano de las Naciones Unidas. Le compete de igual manera el iniciar estudios y hacer recomendaciones para fomentar la cooperación política internacional, desarrollar el derecho internacional y su codificación, ayudar a realizar los derechos humanos y libertades fundamentales y fomentar lo colaboración internacional en los campos económico, social, cultural, educativo y sanitario. Entre sus mas importantes funciones está la de hacer recomendaciones para el arreglo pacífico de cualquier situación, sea cual fuere su origen, que pudiera perjudicar las relaciones amistosas entre las Naciones. La Asamblea debe de recibir y considerar los informes del Consejo de Seguridad y los otros órganos de la Organización. Debe de igual forma examinar y aprobar el presupuesto de las Naciones Unidas y fijar las cuotas que están obligados a pagar los miembros. Otra función importante es la de elegir a los miembros no permanentes del Consejo de Seguridad, así como a los miembros del Consejo Económico y Social, y del Consejo de Administración Fiduciaria. De igual forma participa conjuntamente con el Consejo de Seguridad en la elección de los jueces de la Corte Internacional de Justicia y, a recomendación del Consejo de Seguridad, nombra al Secretario General. Las resoluciones de la Asamblea General no son de caracter obligatorio para los miembros. Conforme lo señala Moncayo: "En principio, las Resoluciones de la Asamblea General no son obligatorias para los miembros. Son recomendaciones que fijan pautas de conducta. A veces, una Resolución podrá ser considerada obligatoria en razón de reiterar normas de un tratado o recoger una costumbre internacional". La Asamblea General cumple una función cada vez mas dinámica en las actividades mundiales, como lo afirma Boutros Boutros- Ghali, Secretario General de la Organización. "En los cuatro últimos períodos de sesiones su volumen de trabajo ha sido invariablemente muy alto y en algunas esferas se han cumplido sus actividades¦" 2.3.2.2 Con el Secretario General: La Carta de Naciones Unidas en su articulo 7 considera entre sus órganos principales a la Secretaría. La Secretaría ocupa el capítulo XV de la Carta de la Organización. Para Hans Kelsen, el término "secretaría" alude como órgano únicamente al Secretario General. La Corte Internacional de Justicia ha aclarado en su opinión consultiva sobre el "Efecto de los fallos del tribunal Administrativo de las Naciones Unidas" que la Secretaría comprende tanto al Secretario General como al personal. Jiménez de Aréchaga comenta: "Ese personal de secretaria,que integra, bajo la autoridad del Secretario General,este órgano principal de Naciones Unidas, ha sido estructurado de acuerdo con un principio de división funcional y no orgánica. No se han creado organizaciones especificas dentro de la Secretaría con el cometido de atender en forma exclusiva cada una a determinado órgano de las Naciones Unidas, sino que las actividades se han dividido según su contenido intrínseco, asignando a cada uno de los respectivos departamentos especializados en que se divide la Secretaría, la responsabilidad de atender a mas de un órgano de la institución". El artículo 97 de la Carta es claro en señalar que la Secretaría está compuesta por el Secretario General y el personal. Como ya hemos visto, el Secretario General es nombrado por la Asamblea General a recomendación del Consejo de Seguridad. Jiménez de Aréchaga precisa: "...esta recomendacion debe ser una recomendación positiva a favor de una persona determinada". El artículo 97 de la Carta califica al Secretario General como "...el mas alto funcionario administrativo de la Organización". A este respecto Diez de Velasco refiere: "...ello supone que el Secretario General forma la pieza central de este sistema y es el mas alto funcionario de la Organización. Es él quien encabeza el conjunto y donde radica el máximo de responsabilidades." Pero el artículo 98 le concede la facultad de desempeñar las demás funciones que le encomiende la Asamblea General, el Consejo de Seguridad,el Consejo Económico y Social y el Consejo de Administración Fiduciaria. Así, de manera genérica el Secretario General goza de las mas amplias facultades para que todo el personal de Secretaría pueda desempeñar una amplia variedad de funciones. De manera específica, el artículo 99 de la Carta le encomienda al Secretario General el llamar la atención al Consejo de Seguridad hacia cualquier asunto que en su opinión pueda poner en peligro el mantenimiento de la paz y seguridad internacionales. Es apelando a la imparcialidad que se le exige en el cargo al Secretario General, que se le confiere esta atribución especial contenida en el articulo 99. Es una facultad discrecional que ha sido utilizada en el asunto de Corea, en el del Congo, en el caso de los rehenes de Estados Unidos en Irán, y en la Crisis del Líbano de 1989. Así, se le confiere al Secretario General por medio del artículo 99, funciones políticas en forma genérica. De igual manera proporciona el sustento legal para la amplia gama de actividades políticas y diplomáticas del Secretario General. Como lo señala Jiménez de Aréchaga, citando a Schwebel: "...este artículo puede ser interpretado como proporcionando una especifica autorización jurídica para la amplia e informal actividad política del Secretario General detrás de las bambalinas. El carácter discrecional del articulo 99 permite al Secretario General atribuir mucha de su extensa actividad diplomática a las implicaciones del texto de la Carta". Así, ha sido posible que el Secretario amplíe sus funciones políticas, como por ejemplo la facultad de hacer declaraciones, como miembro informante, como mediador en las controversias, e incluso como árbitro. Como bien lo señala Jiménez de Aréchaga: "Por eso cabe decir que, a pesar de lo que dispone el articulo 97 de la Carta, el Secretario General ha dejado de ser el mas alto funcionario administrativo de la organización para transformarse en el mas alto funcionario ejecutivo de la Organización". Diez de Velasco refiere acerca de la ampliación de funciones del Secretario General: "...cada día el Secretario de la Organización vé ampliarse sus funciones hasta límites que rebasan los estrictamente administrativos para estar mas bien en el campo de las funciones políticas, diplomáticas y ejecutivas." Pastor Ridruejo señala ciertas cualidades que debe poseer el Secretario General: "Este debe mostrarse activo, pero sus actividades político diplomáticas han de ser discretas, además de hábiles. Es la quiet diplomacy". Luego, la Carta preceptúa en su artículo 100 el carácter de funcionarios internacionales tanto del Secretario General como del personal de Secretaría. Luego, en el articulo 101 se establecen los estatutos del personal de secretaría. Mariátegui señala ciertas cualidades que debe de poseer el personal de Secretaría: "El personal internacional asiste al Secretario General. Los criterios que gobiernan el reclutamiento del personal son el mas alto grado de eficiencia, competencia e integridad, dentro de la mas amplia base de una distribución geográfica. En la realización de sus actividades, el Secretario General y el personal no deben buscar o recibir instrucciones de ningún Gobierno o de autoridad ajena a las Naciones Unidas". Actualmente, el rol del Secretario General se ha expandido de tal forma que este funcionario juega, como lo afirma James O.C. Jonah, "...el rol de liderazgo en trazar soluciones a las crisis internacionales..." 2.4 Competencias Explícitas del Consejo de Seguridad para el mantenimiento de la paz y seguridad internacionales en caso de amenazas a la paz, quebrantamientos de la paz o actos de agresión El Capítulo VII de la Carta de la Organización de Naciones Unidas confiere competencias al Consejo de Seguridad en el mantenimiento de la paz y seguridad internacionales las cuales denomina "acción en caso de amenazas a la paz, quebrantamientos de la paz o actos de agresión". El lenguaje utilizado en este capítulo de la Carta, como en otros, es ambiguo. Ello ha dado lugar a una serie de interpretaciones de la Carta, que como señala Akehurst, se han producido continuamente en la historia de Naciones Unidas: "No resulta exagerado afirmar que la historia de las Naciones Unidas puede ser reducida a una serie de controversias sobre la interpretación correcta que hay que dar a la Carta." Así, el encabezamiento del Capítulo VII de la carta no define los términos que utiliza, sin embargo, como señala Akehurst, hacen referencia a la paz internacional: "...resulta claro del contexto que las "amenazas a la paz" y los quebrantamientos de la paz" hacen referencia a la paz internacional." Sin embargo, a pesar de la carencia de precisión del lenguaje en algunos supuestos, se le confiere al Consejo de Seguridad una serie de competencias que denominaremos explícitas por ser las expresamente consignadas en el Capítulo VII de la Carta. 2.4.1 Medidas Provisionales Las medidas provisionales están contempladas en los artículos 39 y 40 de la Carta. Artículo 39 "El Consejo de Seguridad determinará la existencia de toda amenaza a la paz, quebrantamiento de la paz o acto de agresión y hará recomendaciones o decidirá que medidas serán tomadas de conformidad con los artículos 40 y 41 para mantener o restablecer la paz y la seguridad internacionales". El Consejo de Seguridad puede dictar medidas preventivas y medidas represivas. El Consejo de Seguridad solo puede tomar medidas coercitivas cuando haya comprobado que existe una amenaza a la paz, un quebrantamiento de la paz o un acto de agresión. Estas medidas pueden por tanto ser preventivas o represivas. Cabe destacar que antes de dictar tales medidas puede invitar a las partes a acatar las medidas provisionales que estime necesarias o deseables para evitar la agravación de la tensión. Como refiere Diez de Velasco: "...la declaración que puede ser tomada por el Consejo de Seguridad según se prescribe en el artículo 39 tiene un evidente carácter moral, pero sirve para convertir la acción de las Naciones Unidas en una sanción en contra de la potencia que haya sido declarada agresora." Entonces, el primer paso es el reconocimiento y la determinación por el Consejo de Seguridad de una amenaza a la paz, un quebrantamiento a la paz, o un acto de agresión. Sin embargo, no es definido qué constituye una amenaza a la paz y seguridad internacionales, por lo que, como conluye Akehurst, "... quiere decir que una amenaza a la paz es lo que el Consejo de Seguridad decide que es amenaza a la paz." El Consejo en este momento evalúa y tiene dos opciones. La primera es formular recomendaciones que no son obligatorias. La segunda, decidir qué medidas serán tomadas de acuerdo al artículo 41 y 42 de la Carta, es decir, medidas que no implican el uso de la fuerza armada o medidas de fuerza. En consecuencia, como señala Verdross: "...las medidas a adoptar pueden ser acciones de policía para impedir una agresión y pueden ser sanciones punitivas contra el agresor". Cabe destacar, como lo señala Oppenheim, que la responsabilidad de poner en marcha el sistema de ejecución no incumbe a los miembros individuales de Naciones Unidas, sino al propio Consejo de Seguridad, de conformidad con el artículo 39 de la Carta. Sin embargo,Verdross señala: "...la determinación de la existencia de una amenaza a la paz o acto de agresión por el Consejo de Seguridad en los términos del artículo 39 vi ncula a todos los miembros. Para ellos la decisión es obligatoria así como la que fija las medidas preventivas o represivas". Diez de Velasco refiere de la misma forma: "...en la práctica de la Organización se ha venido a confirmar el criterio de que no es necesaria la previa declaración de agresión para tomar las medidas provisionales prescritas en el artículo 40.". Además no es del todo claro la delimitación de lo que debe de ser considerado un quebrantamiento de la paz o una agresión. Oppenheim señala: "Al tomar la determinación, el Consejo de Seguridad no está obligado por ninguna definición rígida de los actos que exigen medidas de ejecución, sean agresión, quebrantamiento de la paz, etc.". Verdross comenta: "Según Kelsen, los supuestos de las medidas coercitivas que aquí se enuncian son mas amplios que la prohibición del uso de la fuerza contenida en el cuarto apartado del artículo 2 de la Carta, por cuanto esta prohibición sólo se refiere a la amenaza o al empleo de la fuerza mientras que el artículo 39 también tiene presentes otros quebrantamientos de la paz, que por demás no se especifican". Es por ello que Verdross señala: "En consecuencia de conformidad con el artículo 39 puede el Consejo de Seguridad intervenir incluso cuando no se ha producido violación alguna del Derecho Internacional como por ejemplo cuando trastornos internos de un Estado constituyan una amenaza objetiva a la paz". A diferencia del apartado 2 del artículo 94 en el cual si una de las partes en un litigio que está bajo el conocimiento de la Corte Internacional de Justicia, dejara de cumplir las obligaciones que le imponga un fallo de la Corte, la otra parte podrá recurrir al Consejo de Seguridad,a decir de Verdross: "...sirve para ejecutar pretensiones jurídicas de un miembro de la ONU, sin embargo el artículo 39 contempla medidas coercitivas contra una violación de la paz en potencia o en acto, por lo que si se ha violado el Derecho Internacional puede resultar irrelevante". Al referir el artículo 39 "la existencia de toda amenaza a la paz quebrantamiento de la paz o acto de agresión" deja vagamente establecidos los límites de las infracciones. Por ello el Consejo de Seguridad tiene un amplio márgen. Sin embargo, el peligro de cualquier abuso queda neutralizado por el hecho de que el artículo 27 inciso tercero de la Carta dispone que la determinación a este respecto requerirá de nueve votos incluyendo los votos afirmativos de los miembros permanentes. Artículo 40 "A fin de evitar que la situación se agrave, el Consejo de Seguridad, antes de hacer las recomendaciones o decidir las medidas de que trata el artículo 39 podrá instar a las partes interesadas a que cumplan con las medidas provisionales que juzgue necesarias o aconsejables. Dichas medidas provisionales no perjudicarán los derechos, las reclamaciones o la posición de partes interesadas. El Consejo tomará debida nota del incumplimiento de dichas medidas provisionales". El Consejo de Seguridad entonces, en primer término dispone se tomen medidas provisionales e insta a su cumplimiento. Ya si estas medidas no se cumplen, entonces el Consejo procede a dar cumplimiento al artículo 39. Sin embargo, el significado del término "instar" no es delimitado en el tenor del artículo. Akehurst plantea que la interpretación correcta es considerar "instar" de manera equivalente a "ordenar" en concordancia con lo dispuesto por el artículo 25 de la Carta: "Se suele utilizar en las resoluciones de las Naciones Unidas como sinónimo de "recomendar" pero los Estados Miembros parecen estar de acuerdo en que, en el sentido que se emplea en el artículo 40, equivale a "ordenar", y esta interpretación resulta reforzada si el artículo 40 se lee juntamente con el artículo 25." 2.4.2 Medidas que no implican el uso de la fuerza armada A manera de una instancia superior dentro de una controversia, y como paso previo al uso de la fuerza armada, la Carta contempla en el artículo 41 las medidas que no implican el uso de la fuerza armada para hacer efectivas sus decisiones. Artículo 41 "El Consejo de Seguridad podrá decidir qué medidas que no impliquen el uso de la fuerza armada han de emplearse para hacer efectivas sus decisiones y podrá instar a los Miembros de Naciones Unidas a que apliquen dichas medidas, que podrán comprender la interrupción total o parcial de las relaciones económicas y de las comunicaciones ferroviarias, marítimas, aéreas, postales, telegráficas, radioeléctricas y otros medios de comunicación, así como la ruptura de relaciones diplomáticas". 2.4.3 Medidas de fuerza para mantener o restablecer la paz y la seguridad internacionales Como un paso final en el proceso de restablecer la paz y seguridad internacionales violada, se permite el uso de la fuerza armada como instrumento de paz. Artículo 42 "Si el Consejo de Seguridad estimare que las medidas de que trata el artículo 41 pueden ser inadecuadas o han demostrado serlo, podrán ejercer por medio de fuerzas aéreas,navales o terrestres la acción que sea necesaria para mantener o restablecer la paz y seguridad internacionales. Tal acción podrá comprender demostraciones, bloqueos y otras operaciones ejecutadas por fuerzas aéreas, navales o terrestres de Miembros de las Naciones Unidas". El artículo 42 faculta al propio Consejo de Seguridad a ejercer por medio de fuerzas aéreas, navales o terrestres la acción que sea necesaria para mantener o restablecer la paz o seguridad internacionales. El sistema está estructurado de modo tal que resulta imposible aplicar sanciones a un miembro permanente, ya que son precisamente los miembros permanentes de la Organización quienes tienen el derecho de veto. Las críticas al respecto han sido constantes. Jiménez de Aréchaga encuentra la justificación a este sistema: "Aplicar medidas coercitivas contra una gran potencia no es mantener la paz sino iniciar una guerra". Sin embargo, de acuerdo a la Carta, la facultad de tomar medidas de fuerza queda restringida por el artículo 43,el cual, a decir de Verdross: "...subordina la participación en las medidas militares a un convenio especial o convenios especiales que serán negociados a iniciativa del Consejo de Seguridad y concertado entre el Consejo y miembros individuales o grupos de miembros". Por ello, el artículo 42 debe de ser leído conjuntamente con el artículo 43. Mas aún, como lo señala Akehurst, no celebrados los convenios especiales, no se le puede conminar a los Estados a colaborar en las medidas militares que tomara la Organización: "Un Estado no queda obligado a participar en las operaciones militares previstas por el artículo 42 si no ha concluido en "convenio especial" bajo el artículo 43. El Consejo de Seguridad no puede ordenar a un Estado que participe en medidas coercitivas militares a diferencia de lo que ocurre en el caso de las medidas no militares." Entonces, mientras no se formalicen los convenios, el deber de los miembros de participar en las medidas militares queda en suspenso. Mientras tanto, el Consejo de Seguridad únicamente está facultado para recomendar a los miembros la adopción de medidas militares contra un Estado que haya quebrantado la paz o seguridad internacionales. Lo cierto es que conforme está dispuesto el sistema, se imposibilita su plena puesta en práctica. Diez de Velasco refiere respecto del artículo 42 en comentario: "El artículo de referencia, que implica las medidas de máxima seguridad que puede adoptar el Consejo de Seguridad en este aspecto, no ha sido puesto en práctica en la vida de la organización". Sin embargo, como concluye Akehurst, la carencia de los convenios dispuestos por el artículo 43 no ha impedido al Consejo tomar medidas militares, toda vez que la Carta no ha impedido un procedimiento distinto: "El artículo 43 se proponía facilitar la acción del Consejo de Seguridad, y resultaría totalmente opuesto a ese fin sostener que la ausencia de los acuerdos previstos en su texto podría impedir la adopción de medidas por el Consejo. Es decir, el artículo 43 establece un procedimiento en virtud del cual el Consejo de Seguridad puede actuar, pero no impide a éste órgano la elección de un procedimiento diferente." 2.4.4 Procedimiento de Ejecución de la Medidas Pasada la etapa de determinaciones, corresponde ejecutar las medidas decididas para el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales. Es en este aspecto que el Comite de Estado Mayor debe de cumplir un rol asistencial al Consejo de Seguridad. Le corresponde asesorar y asistir al Consejo en la ejecución de medidas coercitivas militares. Este rol es cumplido en tres categorías: a) Exigencias militares para el mantenimiento de la paz y seguridad internacionales. b) Empleo y mando de las fuerzas colocadas a disposición del Consejo de Seguridad. c) Regulación de los armamentos y el posible desarme. De conformidad con el artículo 47 de la Carta, el Comité de Estado Mayor estará compuesto por los jefes de Estado Mayor de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad. En buena cuenta, el Comité de Estado Mayor responde ante el Consejo de Seguridad de la dirección estratégica de las Fuerzas Armadas a su disposición. Una vez que el Consejo de Seguridad ha decidido el uso de la fuerza, antes de pedir a un miembro no representado en el Consejo a que suministre Fuerzas Armadas, invitará a tal miembro a participar en las decisiones respecto al empleo de contingentes, conforme lo dispone el artículo 44 de la Carta. De igual forma, el artículo 48 de la Carta dispone que el Consejo debe determinar si la acción requerida para ejecutar las medidas coactivas será tomada por todos los miembros de la Organización o sólo algunos. Así, los miembros de la Organización encargados de llevar adelante las medidas decididas por el Consejo deberán de prestarse ayuda mutua para la ejecución de tales medidas de conformidad con el artículo 49. El artículo 50 contempla una situación particularmente especial en la cual, si al momento que el Consejo de Seguridad tomara medidas preventivas o coercitivas contra un Estado, cualquier otro, sea miembro o no, al que las medidas tomadas le causara problemas económicos, puede consultar al Consejo acerca de la solución de esos problemas. El uso de la fuerza está subordinado a la suscripción del convenio o convenios estipulados en el artículo 43 de la Carta. Sin embargo, de conformidad con los acuerdos transitorios de seguridad contemplados en el artículo 106 de la Carta, en tanto entren en vigor los convenios especiales, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad celebrarán consultas entre sí y con otros miembros para determinar en nombre de la Organización la acción conjunta para mantener la paz y seguridad internacionales. Como señala Diez de Velasco: "... el sistema mas perfecto instaurado por los artículos 42 y siguientes de la Carta no se ha llevado a efecto. Se ha paliado, sin embargo, esta imperfección a través de este segundo sistema haciendo uso de la facultad del artículo 48...". Cabe destacar que el artículo 48 inciso segundo de la Carta dispone que las decisiones del Consejo de Seguridad serán llevadas a cabo por los miembros de la Organización en forma directa, lo que significa que es posible que se pueda recurrir a otras organizaciones de que formen parte. De acuerdo con el artículo 52 estas organizaciones pueden ser establecidas por acuerdos regionales. El artículo 53 de la Carta autoriza a las organizaciones regionales para la puesta en práctica de medidas coercitivas, sin embargo no pueden tomar tales medidas sin autorización del Consejo de Seguridad, de acuerdo al artículo 39. 2.5 Límite del Consejo de Seguridad para la adopción de medidas para el mantenimiento de la paz y seguridad internacionales antes del fin de la Guerra Fría. 2.5.1 El Derecho de Veto Como ya hemos visto, el Consejo de Seguridad, de conformidad con el artículo 27 de la Carta, debe tomar sus decisiones sobre cuestiones que no sean de procedimiento con el voto afirmativo de nueve miembros, incluidos los votos de todos los miembros permanentes. De no haber conformidad, el Consejo no puede adoptar resoluciones y se produce un veto. Ello, ha constituído una limitación para la adopción de las medidas para el mantenimiento de la paz internacionales del Capítulo VII de la Carta. En el período de la "Guerra Fría" se registraron 279 vetos en el Consejo de Seguridad. Tras el fin de la "Guerra Fría" no ha vuelto a producirse el entrampamiento del Consejo de Seguridad a causa del veto. Akehurst encuentra justificación al sistema del veto, considerando que es una necesidad por los amplios poderes otorgados al Consejo: "Es corriente criticar el veto como limitación que paraliza los poderes del Consejo, pero la existencia del veto se ajusta a las realidades de la política de poder y es el precio que hay que pagar por la atribución de poderes inusitadamente amplios al Consejo de Seguridad." Ha sido, y probablemente lo siga siendo, materia de amplio debate la eliminación o modificatoria del sistema del veto, que no es materia de este trabajo. Sin embargo, cabe destacar lo posición sostenida por Jiménez de Aréchaga al referirse a la eventual modificatoria del sistema del derecho de veto como está consignado en la Carta, concluye en sentido negativo: "...debido a la oposición de los Grandes, no tiene posibilidades prácticas de entrar en vigor: todo intento de esa naturaleza sería en el clima político de hoy, fútil y frustráneo y serviría únicamente para acentuar las oposiciones que dividen a los miembros.". 2.6 Nuevo Rol de la Asamblea General en el mantenimiento de la Paz 2.6.1. Causa: El Caso de Corea de 1950 En el período de la guerra fría, a causa del veto, el Consejo de Seguridad no podía cumplir con las funciones asignadas por la Carta. Por ello, se intentó compensar esta deficiencia con otros órganos de Naciones Unidas. Como señala Akehurst: "El capítulo VII de la Carta, que preveía la adopción de medidas por el Consejo de Seguridad, no ha funcionado muy bien en la práctica y, en ocasiones sobre todo en la década de los cincuenta, los estados se han dirigido en su lugar, a la Asamblea y la Secretaría, para llenar las funciones del Consejo." Este fue el Caso de Corea de 1950. Estos sucesos son únicos en la vida de la Organización ya que desde su creación 1945 hasta el año 1990, ésta ha sido la única oportunidad en que se ha utilizado la acción coercitiva en nombre de la Organización. "...hasta 1990 el único caso de acción propiamente coercitiva -es decir con empleo de la fuerza armada- es el de la guerra de Corea en 1950". Los sucesos en mención tienen su antecedente en la guerra de Corea en la cual Corea del Norte invadió Corea del Sur. A la vez China produjo en Naciones Unidas un problema debido a la representación del nuevo gobierno entre la República Popular China y la República de China. Este problema de representación ocasionó que la Unión Soviética y otros Estados decidieran un boicot en las sesiones del Consejo de Seguridad. De esta forma, se vetaron las acciones del Consejo de Seguridad, ya que la Unión Soviética, miembro permanente del Consejo de Seguridad, no votaría. Estados Unidos prestó asistencia militar a Corea del Sur, llevando el caso al Consejo de Seguridad. Al no suspenderse las hostilidades de Corea del Norte se aprobó una Resolución con ausencia de la Unión Soviética y el voto en contra de Yugoslavia, a fin de que se brindara ayuda a Corea del Sur. Luego el Consejo de Seguridad solicitó ayuda militar, argumentando que la ausencia de la Unión Soviética no era un veto ya que el veto debía de manifestarse de manera expresa con un voto negativo. La Unión Soviética por supuesto estuvo en desacuerdo, y regresó al Consejo de Seguridad para evitar nuevas decisiones. Estados Unidos, al ver que el Consejo de Seguridad no seguiría apoyando la ayuda a Corea del Sur, presentó como iniciativa la Resolución No.377 (V) llamada "Unión Pro Paz". 2.6.2 Resolución 377 (V) del 3 de noviembre de 1950: "Unión Pro Paz" Son varios los factores que llevaron a la Organización a la adopción de la llamada Resolución 377 (V) llamada "Unión Pro Paz". En primer lugar, antes del fin de la Guerra Fría a causa del veto, el sistema de acción coercitiva a cargo del Consejo de Seguridad se hacía impracticable. Como refiere Pastor Ridruejo: "...cuando con el transcurso del tiempo se comprobó que el Consejo no estaba ejerciendo las funciones que le asignaba la Carta, como consecuencia del ejercicio del derecho de veto por alguno de los miembros permanentes, la Asamblea General adoptó la resolución 377 (V) de 3 de noviembre de 1950 llamada "Unidos Pro Paz". Otro factor fue, como señala Figueroa Pla: "...el no haberse concluido los acuerdos previstos en el artículo 43 (convenios que deberían celebrar los Estados para poner a disposición del Consejo contingentes militares)". Jiménez de Aréchaga igualmente señala que la falta de los acuerdos del artículo 43 de la Carta, y el problema del derecho del veto originaron se tomara la "Resolución Unión Pro Paz": "La inviabilidad de poner en práctica la acción coercitiva conforme al artículo 42 de la Carta al no haberse concluido los acuerdos previstos en el artículo 43- convenios especiales con los miembros- así como las dificultades políticas expresadas a través del ejercicio del derecho de veto con que en ciertos casos se enfrenta la puesta en práctica del Capítulo VII de la Carta originó (...) la adopción de la Resolución "Unión Pro Paz" por la que se transfiere a la Asamblea General unas responsabilidades y competencias que en principio la Carta reservaba al Consejo de Seguridad". El veto y la carencia de los acuerdos del artículo 43 de la Carta son sindicados pues como causantes de la adopción de esta Resolución No.377 (V) que fuera adoptada durante el conflicto de Corea, el 3 de Noviembre de 1950. "En virtud de esta Resolución se autoriza a convocar a sesión de emergencia a la Asamblea General con 24 horas de preaviso en caso de que el Consejo de Seguridad se encuentre paralizado por el veto, fracasando así su misión de ejercer su responsabilidad primaria en el mantenimiento de la paz, amenaza a la paz, ruptura de la paz o acto de agresión. Esta sesión de emergencia debe ser convocada por el Secretario General a solicitud de la mayoría del Consejo de Seguridad, cualesquiera que sean sus miembros requirientes o por mayoría de los Estados miembros de Naciones Unidas". En buena cuenta se consiguió que el Consejo de Seguridad pasara sus atribuciones a la Asamblea General, evitando un bloqueo de acciones a causa del veto que podrían ejercer algunos de los miembros permanentes. Incluso se permitía que los Estados Miembros pongan a disposición de Naciones Unidas contingentes de fuerzas armadas por decisión de la Asamblea General. Pastor Ridruejo refiere: "...si el Consejo de Seguridad dejaba de cumplir con aquella responsabilidad primordial, la Asamblea examinaría inmediatamente el asunto con miras a dirigir a los Estados miembros recomendaciones apropiadas de carácter colectivo, que comportaban incluso el uso de la fuerza armada." Los cimientos del sistema de seguridad instaurado por la Carta de Naciones Unidas, fueron radicalmente modificados, con el fin de superar el bloqueo a causa del veto, violando también uno de sus supuestos fundamentales que fue la garantía de que el sistema no fuese de aplicación en los conflictos en los cuales los miembros del Consejo de Seguridad pudiesen estar involucrados. Pastor Ridruejo cuestiona en esta Resolución la modificación de los supuestos políticos que inspiraron la Carta de Naciones Unidas: "... hay en esta Resolución un hondo cambio de uno de los supuestos políticos de la Conferencia de San Francisco; si en ésta de acuerdo con el compromiso político alcanzado en Yalta, se instauró el principio de unanimidad entre los miembros permanentes del Consejo para la puesta en práctica del mecanismo de seguridad colectiva del capítulo VII de la Carta, lo que significaba que el sistema no fuese de aplicación en los conflictos en que aquellos miembros estuviesen directamente afectados, la resolución de 1950 comportaba la posibilidad de una acción decidida por la Asamblea General a falta de aquella unanimidad (por ejercicio del derecho de veto)." Sin embargo la realidad superó cualquier Resolución que pudiera tomarse desnaturalizando los órganos de Naciones Unidas. Al respecto, Figueroa comenta: "La Asamblea General nunca va a poder imponer sanciones colectivas de tipo militar de la clase consignada en la resolución Unión Pro Paz. Varias veces ha sido convocada la Asamblea General a reuniones de emergencia cuando el Consejo de Seguridad se ha visto paralizado por la acción del veto, pero los debates en esas asambleas de emergencia nunca han incluido un intento de movilizar fuerzas armadas. Caso muy especial fueron las operaciones del Congo en 1960...". Diez de Velasco refiere respecto de la Resolución "Unión Pro Paz": "La resolución es criticable desde el punto de vista jurídico por cuanto modifica la estructura de la organización, pero ha sido hecha con excelentes intenciones". Sin embargo, a pesar de las buenas intenciones, se ocasionó una cuestionable modificación paralegal de las funciones de la Asamblea General y del Consejo de Seguridad tal y como fueron planteadas en la Carta, lo que ocasionó un conflicto posterior. "La Resolución "Unidos Pro Paz" suponía pues, una ruptura de los equilibrios institucionales previstos en San Francisco, y con el transcurso del tiempo provocó una grave crisis política institucional y jurídica con motivo de los gastos desencadenados por las operaciones preventivas de la paz que había decidido la Asamblea General y de la que sólo se salió en 1965 por un compromiso de carácter político." El acuerdo entre los miembros permanentes del Consejo de Seguridad fue condición fundamental para el funcionamiento del sistema de seguridad colectiva previsto por la Carta. Al adoptarse la Resolución "Unión Pro Paz" se pretendió desconocer este supuesto dotando de las facultades del Consejo de Seguridad,a la Asamblea General. Como señala Jiménez de Aréchaga, no han sido frecuentes los casos en que se ha aplicado la Resolución mencionada: "...al desconocer el acuerdo entre los miembros permanentes del Consejo de Seguridad que es la condición básica y la garantía para el funcionamiento del sistema previsto en la Carta, condujo a la ONU a la situación limite de cubrir la intervención de una gran potencia frente a los intereses de otra, como se evidenció en la cuestión de Corea. En base a esta experiencia, y a la posterior en los conflictos de Suez y Hungría, no se ha vuelto a hacer uso de esta Resolución." Diez de Velasco señala que luego del caso de Corea, "...la Asamblea General se ha abstenido de la adopción de medidas de empleo de la fuerza armada cuya naturaleza implicara una sistitución del Capítulo VII."