Martes 26 de septiembre de 2000 Mundo Deportivo 34 SYDNEY 2000 FLASH ATLETISMO Edwards ya tiene el oro que le faltaba Jonathan Edwards, plusmarquista mundial de triple, logró a los 34 años la medalla de oro olímpica que le faltaba. El británico, subcampeón en Atlanta y que no había subido a lo más alto del podio desde que ganó el Mundial de Goteborg-95, conquistó el oro con 17,71 metros. El cubano Yoel García (17,47) ganó la plata ante el ruso Denis Kapustin (17,46). Gaby Szabo repite en el 5.000 La diminuta rumana Gaby Szabo revalidó su corona de los 5.000 metros al imponerse en la última recta a la irlandesa Sonia O'Sullivan. Szabo, de 24 años, ganó con 14'40”79, nuevo récord olímpico, y O'Sullivan paró el crono en 14'41”01. La etíope Gete Wami, campeona mundial de 10.000, fue tercera con 14'42”23. Mutola hace de oro a Mozambique María Lourdes Mutola le dio la primera medalla de oro olímpica a Mozambique tras imponerse en la final de 800 metros femeninos. Mutola, bronce en Atlanta, ganó con 1'56”15 por delante de la austriaca Stephanie Graf (1'56”64) y la británica Kelly Holmes (1'56”60). Anier García se estrena en 110 vallas El cubano Anier García, de 24 años, estrenó su palmarés olímpico al ganar los 110 vallas con un crono de 13”00. García superó a los estadounidenses Terrence Trammell (13”16) y Mark Crear (13”22), plata y bronce, mientras que Allen Johnson, el campeón en Atlanta, y Colin Jackson, el plusmarquista mundial, fueron 4º y 5º. Alekna acaba con el reinado de Riedel El lituano Virgilijus Alenka acabó con la hegemonía del alemán Lars Riedel, oro en Atlanta y cuatro veces campeón del mundo de disco. Alenka llegó a los 69,30 metros, mientras que el plusmarquista mundial se quedó en 68,50. El surafricano Frantz Kruger (68.19) se hizo con el bronce. Dragila inaugura la pértiga femenina La plusmarquista mundial, Stacy Dragila, ganó el oro en el estreno de la pértiga femenina en unos Juegos. La estadounidense venció con un salto de 4,60 metros y después intentó sin éxito batir su propio récord. La plata fue para la australiana Tatiana Grigorieva (4,55) y el bronce para la islandesa Vala Flosadottir (4,50). Molina y Ríos fallan en el 10.000 Los dos españoles en la final de 10.000 tuvieron un mal día. Enrique Molina no terminó la carrera y José Ríos fue 18º y último con 28'50”36. JUEGOS OLÍMPICOS Cathy en Joan Justribó SYDNEY M ichael Johnson ganó su cuarta medalla de oro olímpica, la segunda consecutiva en los 400 metros, pero por un día fue actor de reparto. En una jornada plagada de finales y momentos de gloria, como un sprint de éxtasis entre Haile Gebrselassie y Paul Tergat, Cathy Freeman sobrevoló por encima de todos. La victoria de la estrella local en la final de los 400 metros femeninos envió al cuarto trastero todo lo demás. Tuvieron la culpa el ambiente, la conexión mágica con los más de 112.000 espectadores que llenaron el Estadio Olímpico y el peso de Freeman en estos 15 días de orgía deportiva. Su triunfo fue el de Australia, y su imagen acompañará a Sydney 2000 cuando estos Juegos sólo sean un capítulo más en la historia olímpica. Freeman será para siempre la aborígen que sufrió, ganó, emocionó y unió a un pueblo de dos razas. Cathy afrontó la final con una concentración absoluta, carente del mínimo gesto, embutida en un espectacular mono de 'buzo' que cubría su cabeza, sus piernas y sus brazos, dejando visibles sólo el rostro y los dedos de las manos.En carrera, jaleada hasta el ensordeci- miento, entró en la última recta con una ligerísima ventaja sobre la jamaicana Lorraine Graham y la británica Katharine Merry. A 50 metros de la meta, la australiana sacó su punto extra de calidad y se destacó para ganar con tres metros de ventaja sobre Graham y Merry, que firmaron las mejores marcas de su vida. No fue el caso de Freeman, cuyos 49”11 son la peor para una campeona olímpica desde 1976, y también peor que los 48”63 con los que fue plata en Atlanta'96 tras Perec. Pero a quién le importa eso cuando acaba de ver la carrera de los Juegos, la gesta de la chica de casa. Un momento mágico Seria, atenazada por la fatiga, Freeman no enseñó su alegría hasta mucho después, cuando dio la vuelta de honor y cuando contuvo sus lágrimas como pudo al escuchar en el podio como todo el esta- dio cantaba el himno australiano. Fue mágico para todos, incluído Michael Johnson, a quien le preguntaron si se había sentido desplazado por la 'Freemania'. Confesó que sí, pero sin acritud. “Era lógico. Todos estos miles de personas son su gente, y llevaban años esperando vivir algo así. A mí tampoco me hubiese gustado perdérmela”. Johnson ganó fácil, con la mejor marca a la que podía aspirar con una temperatura muy ba- Michael Johnson sumó su cuarto oro olímpico, pero la victoria de la australiana Cathy Freeman en 400 metros hizo vibrar al Estadio FOTOS: REUTERS Redolat, Higuero y Díaz se clasificaron sin apuros para las semifinales de 1.500 El trío sigue en la baraja J.J. L SYDNEY as tres bazas españolas en los 1.500 metros se jugarán la próxima madrugada su pase a la final tras superar una primera ronda muy plácida. Andrés Díaz, José Antonio Redolat y Juan Carlos Higuero dieron una buena impresión y, aunque sueñan con hacer olvidar las ausencias de Cacho y Estévez, se mostraron prudentes. “Los españoles sólo estaremos en las medallas si rendimos al 110 por ciento y los 'grandes' bajan un pelín su rendimiento”, advirtió Díaz. Los tres demostraron que tienen categoría para estar en la final en una primera criba muy fácil –pasaban seis por serie y los seis mejores tiempos restantes– que, sin embargo, dejó fuera a uno de los hombres más rápidos del año, el keniano William Chirchir. Sin complicaciones Redolat y El Guerrouj dominaron a placer una primera serie bastante rápida para esta ronda. Ganó el marroquí (3'38”58) y el valenciano entró tan pegado a él que ambos se dieron la mano antes de entrar en la meta. Higuero se revolucionó en la siguiente serie en los 300 últimos metros para llegar tercero sin apuros, tras el francés Medhi Baala y el keniano Bernard Lagat. Y Díaz, pese a usar un discurso victimista por los efectos de una gripe pasada en los primeros días de su estancia en Australia, también fue tercero en la más difícil por detrás del keniano Ngeny y el resucitado Morceli 쩨 Redolat y El Guerrouj entraron juntos FOTO: AP