170639. I.3o.C.657 C. Tribunales Colegiados de Circuito. Novena Época. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo XXVI, Diciembre de 2007, Pág. 1775. QUEJA POR EXCESO O DEFECTO. EL DEBIDO CUMPLIMIENTO AL EFECTO PROTECTOR QUE ORDENA CUMPLIR CON EL PRINCIPIO DE CONGRUENCIA, SUPONE LA FACULTAD DE EXAMINAR SI LA AUTORIDAD JUDICIAL CIVIL ANALIZÓ LOS AGRAVIOS ESENCIALES Y DETERMINAR SI HUBO OMISIÓN SOBRE CUESTIONES ACCESORIAS O PERIFÉRICAS QUE NO TRASCIENDEN A UNA SITUACIÓN JURÍDICA BENÉFICA PARA EL QUEJOSO. Cuando la ejecutoria de amparo concede la protección constitucional porque se reconoce que la sentencia definitiva pronunciada por un tribunal judicial civil infringe el principio de congruencia y de manera indirecta las garantías de legalidad y seguridad jurídicas consagradas en los artículos 14, 16 y 17 de la Constitución Federal, para determinar a través del recurso de queja por exceso o defecto si está debidamente cumplida, debe ponderarse si la autoridad judicial civil realizó los dos actos concretos tendientes a cumplir con los puntos medulares o nucleares de la garantía individual cuya restitución en su goce se ordenó a favor del particular; esto es, si dejó insubsistente el acto materia del amparo y pronunció otro en el que cumpliera con el principio de congruencia resolviendo sobre los argumentos principales aun cuando haya omitido aspectos periféricos de la impugnación. Por tanto, resulta indispensable precisar que basta una conducta jurisdiccional profunda o sustancial que cumpla con el principio de congruencia por haberse ocupado del estudio de los agravios esenciales, aunque no se pronuncie expresamente sobre otros agravios accesorios o periféricos, porque no cambiarían el sentido del nuevo fallo, y por ende, deben considerarse implícitamente resueltos, para establecer que sí hubo cabal cumplimiento y observancia del núcleo esencial del derecho fundamental que tutela la garantía individual materia de la ejecutoria de amparo y que constituye el objeto de control del recurso de queja. Conforme a ello el tribunal responsable en el pronunciamiento de una nueva sentencia debe cumplir con el núcleo esencial de la garantía individual que se estimó infringida y la declaración de exceso o defecto en el cumplimiento del fallo protector está condicionado por la determinación del núcleo esencial del derecho que debe ser respetado, en concordancia con aquellas facultades o posibilidades de actuación necesarias para que el nuevo fallo sea reconocible como el pertinente y sin el cual se desnaturalizaría el fin de la ejecutoria. El núcleo esencial del derecho puede definirse a partir de que los intereses jurídicamente protegibles, resulten real, concreta y efectivamente respetados sin que pueda concluirse que hay defecto o exceso, cuando la omisión resida en un aspecto que no contiene un tema de fondo, o que constituye un aspecto formal y se torna en una exigencia no razonable, por tratarse de una omisión en relación a aspectos periféricos o accesorios de los agravios sustanciales que sí hayan sido cabalmente resueltos. De esta manera, para determinar que no hay defecto o exceso se pueden identificar dos diversos aspectos: a) el núcleo esencial del fallo protector que radica en la declaración de insubsistencia del fallo reclamado y la emisión de uno nuevo que restituya en el goce de las garantías que se violaron en perjuicio del quejoso, atendiendo a si es una cuestión de forma o de fondo; b) las cuestiones accidentales que por no decidir o trascender al sentido del nuevo fallo que emita la autoridad judicial responsable deben tenerse por ineficaces para determinar el defecto o exceso, cuando son temas que por sí mismos no alterarían el sentido de las consideraciones fundamentales, contenido y sentido del fallo y que ubicadas en el contexto de la sentencia materia de la queja se tienen por contestados y resueltos implícitamente, los cuales no son suficientes para declarar fundado el recurso de queja por defecto, en tanto que no obstante estar relacionadas con la restitución, resultan ociosas o innecesarias para restituir en el goce óptimo del derecho fundamental. Por tanto, no cualquier omisión implica defecto, -1- 170639. I.3o.C.657 C. Tribunales Colegiados de Circuito. Novena Época. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo XXVI, Diciembre de 2007, Pág. 1775. ya que de ser así propiciaría el trámite de varios recursos para conseguir un cumplimiento absoluto de la garantía de mérito no obstante que de declararse fundada la queja, el tribunal responsable en el fallo que dictara ocupándose de esas cuestiones formales o accesorias, tendría que resolver en el mismo sentido, lo cual estaría en contraposición a los principios de certeza y seguridad jurídica, ya que no puede perderse de vista que la sentencia definitiva emitida en un juicio previo es producto, por regla general, de la intervención de partes con intereses contrapuestos cuyas posiciones han sido decididas en un fallo vinculatorio, que se verían afectados en la certeza y seguridad jurídicas de los actos que realizaran si se dejara sin efectos, por cuestiones accesorias o periféricas, un fallo judicial que, nuevamente emitido, su sentido y alcance, no variaría, en evidente inobservancia de la certidumbre jurídica que el proceso tiene por finalidad en la sociedad, esto es, el de crear un ambiente de orden y respeto entre sus miembros; lo que también implicaría dejar de atender el principio de celeridad en la resolución de las controversias, y se traduce en no retardar innecesariamente la resolución definitiva de las controversias que derivan del artículo 17 constitucional. En consecuencia, esas características y calificativos de agravios o pruebas accidentales o periféricos al núcleo esencial del principio de congruencia para dar cumplimiento al efecto protector, pueden y deben ser examinados en el recurso de queja en aras de una pronta administración de justicia. El análisis del recurso de queja por exceso o defecto en materia judicial civil permite distinguir aquellos aspectos formales que se refieren a dejar insubsistente el fallo reclamado y a la emisión de una nueva resolución que restituya al quejoso en el goce de la garantía violada, de aquellas cuestiones accesorias o periféricas cuya omisión no importa una falta de cumplimiento al núcleo esencial de la garantía violada, y esta diferencia conceptual sólo puede tener trascendencia práctica en la medida en que el tribunal de amparo en la queja de que se trate esté en condiciones de identificar y calificar esas omisiones e incluso sustituirse en este aspecto en las facultades del tribunal responsable, siempre que no sean sustanciales o que deban ser materia de juicio de amparo directo o indirecto; pues de lo que se trata es de establecer si un aspecto omitido por dicha autoridad resulta trascendente o periférico en relación con el núcleo esencial de la garantía violada. A partir de ello se debe determinar si procede o no, reponer la actuación judicial, lo cual encuentra sustento en el artículo 17 de la Constitución Federal que impone un deber constitucional a los órganos jurisdiccionales de emitir sus resoluciones de manera pronta, completa, expedita e imparcial, y que obliga a tomar en cuenta el contexto en que aquéllas se emiten, esto es, la existencia de partes intervenientes en el proceso que solicitan por igual la observancia de los principios de seguridad y legalidad jurídicas y que participan de un bien jurídico común como es la emisión de una sentencia que dirima una controversia definitivamente y que no debe encontrarse expuesta a dilaciones innecesarias, porque de aceptarse la declaración de defecto por cuestiones accesorias o accidentales que están implícitamente resueltas al haber pronunciamiento sobre los aspectos sustanciales, únicamente se entorpecería y se retrasaría la impartición de justicia en vulneración de dicha garantía sin ningún fin útil. TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO. Queja 41/2007. Francisco de Paula León Olea. 13 de septiembre de 2007. Unanimidad de votos. Ponente: Neófito López Ramos. Secretario: José Luis Evaristo Villegas. -2-