ENCUENTRO OFICIOSO SOBRE EL COMERCIO INTERNACIONAL Y EL MEDIO AMBIENTE Oslo, Noruega, 28 de febrero a Io de marzo de 1991 Este resumen ha sido preparado por la secretaría de la UNCTAD como parte de los preparativos para la VIII UNCTAD y se distribuye para facilitar la labor de las delegaciones. No pretende ser una relación completa de las opiniones expresadas por los participantes ni refleja necesariamente las opiniones de la secretaría. UNCTAD VII1/2 GE.91-50741/3048f -2INTRODUCCION 1. En el contexto de los preparativos para la VIII UNCTAD realizados por la secretaría de la UNCTAD, expertos independientes y gubernamentales y representantes de organizaciones intergubernamentales participaron a título personal en un encuentro oficioso sobre "El comercio internacional y el medio ambiente", que se celebró en Oslo el 28 de febrero y el I o de marzo de 1991 (se adjunta la lista de participantes). El objetivo del Encuentro era promover un intercambio de opiniones sobre la repercusión de las preocupaciones ambientales en la elaboración de las políticas comerciales y la evolución de las relaciones comerciales internacionales. Se examinó también la cuestión de la transferencia de recursos financieros para actividades relacionadas con el medio ambiente y el desarrollo. El Encuentro fue organizado por la UNCTAD en colaboración con el Gobierno de Noruega, quien hospedó y financió la reunión. I. CUESTIONES GENERALES RELACIONADAS CON EL MEDIO AMBIENTE Y EL DESARROLLO SOSTENIBLE 2. Los participantes destacaron que existía una creciente comprensión de que el mundo constituía una unidad, lo que implicaba que la comunidad internacional debía iniciar una fase activa de negociación sobre los problemas ambientales. En este contexto, el nuevo decenio ofrecía la posibilidad de plasmar en una política eficaz, destinada al desarrollo sostenible, la creciente toma de conciencia de que una intensificación de los daños del medio ambiente amenazaría la supervivencia de la humanidad. 3. Varios países afrontaban problemas ambientales en un plano local, nacional o regional. Además, el número de problemas mundiales y comunes aumentaba constantemente. A menudo esos problemas estaban interrelacionados y requerían que la comunidad internacional en conjunto realizase esfuerzos concertados. Sin embargo, en el Encuentro se señaló que las preocupaciones prioritarias eran distintas en el Norte y en el Sur: puestos en guardia por el efecto de sus propias modalidades de producción y consumo, los países industrializados trataban de evitar una acentuación de la degradación del medio ambiente mundial; los países en desarrollo, por su parte, estaban principalmente preocupados por los importantes problemas económicos y sociales que afrontaban en lo que respecta a la pobreza y el desarrollo. 4. Debido a estas prioridades diferentes frente a un problema real y común, los participantes manifestaron la opinión general de que era preciso promover una mejor comprensión entre países y grupos de países. Esta comprensión exigía un planteamiento político y podría basarse en los elementos siguientes: los países industrializados eran los principales responsables de la mayor parte de los problemas ambientales y estaban en una posición infinitamente mejor para obtener los medios financieros y tecnológicos necesarios para resolver esos problemas; - la pobreza era el elemento esencial de la falta de sostenibilidad en los países en desarrollo: agravaba los problemas del medio ambiente al aumentar la presión sobre la base de recursos naturales, al mismo tiempo que impedía un proceso de crecimiento y desarrollo capaz de tener en cuenta las preocupaciones que suscitaba el medio ambiente; -3- las corrientes inversas de capital, a causa principalmente de varias restricciones externas -servicio de la deuda, proteccionismo en los países desarrollados, precios reducidos de los productos básicos y deterioro consiguiente de la relación de intercambio- influían también en las posibilidades de un crecimiento sostenido y reforzaban la presión sobre el medio ambiente al aumentar la necesidad de obtener ingresos del exterior en los países en desarrollo. 5. Habida cuenta de estos elementos, la principal dificultad estribaba en resolver el dilema entre medio ambiente y necesidades de desarrollo. Para hacer frente a ese difícil problema, los participantes destacaron la conveniencia de promover tres orientaciones principales: - los países industrializados debían adoptar las medidas necesarias para resolver los problemas ambientales en sus propios países; - la erradicación de la pobreza y el restablecimiento del crecimiento eran condiciones fundamentales para lanzar un proceso eficaz de desarrollo sostenible en los países en desarrollo; los países en desarrollo debían contribuir a la solución de los problemas ambientales mundiales, al mismo tiempo que las medidas pertinentes que había que adoptar no debían constituir una carga adicional para ellos; esto implicaba la necesidad de una aportación adicional de recursos financieros de los países industrializados así como un mejor acceso a las tecnologías; implicaba también el acuerdo de establecer metas ambientales diferentes para los países en desarrollo, así como diferentes calendarios para su consecución. 6. Se reconoció ampliamente que, para que se aplicasen con eficacia y repercutieran positivamente en el medio ambiente mundial, esas orientaciones requerían un "contrato de desarrollo" multifacético entre los países industrializados y los países en desarrollo, basado en el principio de la responsabilidad compartida y el establecimiento de nuevas formas de asociación entre los diferentes grupos de decisores. 7. En el marco de este planteamiento universal, el debate se centró en tres principales conjuntos de políticas ambientales: i) la acción por medio de instrumentos económicos y reguladores; ii) la aplicación de tecnologías ecológicamente idóneas; y iii) la promoción de productos ecológicamente idóneos. i) La acción por medio de instrumentos económicos y reguladores 8. Los participantes señalaron que se había llevado a cabo un ingente trabajo teórico con respecto a la necesidad de utilizar instrumentos económicos para corregir las deficiencias del mercado mediante la interiorización de las externalidades relacionadas con el medio ambiente. Se manifestó la opinión general de que la posibilidad de esos instrumentos no se había estudiado en la misma medida. Por consiguiente, convenía analizar en qué casos y en qué condiciones el empleo de instrumentos económicos podía resultar eficiente desde un punto de vista ambiental y examinar las posibilidades de armonización entre los países para evitar distorsiones -4del comercio. A juicio de algunos participantes era preferible utilizar incentivos -por ejemplo, concesión de ventajas fiscales a las empresasen lugar de desincentivos como los impuestos, que podían crear rigideces y acentuar los efectos de distorsión. 9. En el Encuentro se examinó asimismo la cuestión de las normas y reglas destinadas a conseguir diferentes tipos de objetivos ambientales: la limitación del uso de los combustibles fósiles como fuente de energía y el control de la emisión de contaminantes; el logro de la sostenibilidad en la administración de los recursos; y el establecimiento de normas ambientales con respecto a la utilización y eliminación de productos. Hubo quien se manifestó preocupado por el peligro de proliferación de esas normas y reglamentos. No obstante, se consideraban necesarios y el debate se centró en la forma de armonizarlos, principalmente por medio de acuerdos internacionales, al mismo tiempo que se preveía cierto grado de diferenciación entre los países. 10. Se opinó que, por lo menos en lo que respecta a algunos países en desarrollo, los niveles globales de actividades perjudiciales para el medio ambiente eran relativamente reducidos en relación con la capacidad de asimilación de su medio ambiente y su reserva de recursos naturales. En consecuencia, podía conseguirse una protección ambiental adecuada con medidas de control menos restrictivas que en los países desarrollados. Por otro lado, los países en desarrollo participantes mencionaron que en algunos casos podían requerirse normas más estrictas en los países en desarrollo debido a la fuerte dependencia de la población de la base de recursos naturales para su supervivencia. Los participantes en general convinieron en que, aun cuando era conveniente armonizar las normas, ello no debía impedir que se introdujera cierta diferenciación en su aplicación, según la presión que soportaba el medio ambiente de los países. La aplicación de normas se debía, por tanto, ajustar a cada conjunto de condiciones ambientales. En este contexto, los participantes reconocieron que a los países en desarrollo que tenían que aplicar normas ambientales bastante estrictas en algunas de sus actividades productivas les resultaba indispensable la asistencia financiera y técnica. ii) Acceso a técnicas ecológicamente idóneas 11. La aplicación de normas ambientales dependía principalmente de la creación y utilización de técnicas adecuadas desde el punto de vista ambiental en todos los países. Estas últimas desempeñaban una función esencial en la conciliación de la necesidad de un crecimiento sostenido y la preocupación suscitada por los problemas ambientales mundiales. En el Encuentro se destacó la importancia de mejorar el acceso de los países en desarrollo a tecnologías que les permitieran evitar la contaminación, sustituir los combustibles fósiles por otras fuentes de energía renovables y respetar los ciclos ecológicos de los recursos naturales. 12. Se manifestó la opinión de que en numerosos sectores de actividades, incluido el sector agropecuario, las tecnologías para tener en cuenta estas preocupaciones requerían simultáneamente una gran densidad de capital, ciencia y administración. Como esta situación podía crear problemas de acceso a ciertos países y poblaciones, era preciso establecer y utilizar también otras -5tecnologías, nacional o internacionalmente. En cualquier caso, era necesario evitar la transferencia de tecnologías anticuadas a los países en desarrollo y facilitar su acceso a las tecnologías de punta. 13. Las empresas constituían una fuente importante de contaminación y al mismo tiempo eran los principales agentes capaces de promover las tecnologías que se requerían para afrontar los problemas mundiales del medio ambiente. Los participantes insistieron en que se debería recavar su participación para establecer esas tecnologías y transferirlas a los países en desarrollo. 14. Se señaló que un gran porcentaje de transferencias internacionales de tecnología se realizaban dentro de empresas, lo que constituía un obstáculo para un comercio abierto de tecnologías. Este problema se agravaba en lo concerniente a las tecnologías relacionadas con el medio ambiente, ya que, al ser la mayor parte de ellas nuevas, a menudo estaban "controladas" por empresas, mientras que las tecnologías más anticuadas se podían obtener más fácil y libremente. 15. Los gobiernos tenían la responsabilidad de establecer un marco científico, jurídico y económico para promover tecnologías no contaminantes y eficientes en el uso de recursos. La opinión general de los participantes era que se deberían promover en este marco esfuerzos cooperativos entre las autoridades públicas y las empresas privadas. En particular, los gobiernos debían establecer diferentes tipos de incentivos destinados a estimular en la esfera del medio ambiente la innovación tecnológica por parte de las empresas, al mismo tiempo que éstas debían cumplir las normas y los reglamentos establecidos. 16. Había que hacer esfuerzos cooperativos análogos en el plano internacional y se sugirió que la UNCTAD contribuyera a reanudar el diálogo sobre la transferencia de tecnología en torno a las preocupaciones ambientales. Un componente importante de este diálogo consistía en determinar un buen equilibrio entre la protección de la innovación tecnológica y la difusión más amplia de tecnologías básicas ambientalmente idóneas. 17. Por último, en el Encuentro se destacó la necesidad de prestar asistencia financiera y técnica a los países en desarrollo para facilitarles el acceso a esas tecnologías y ayudarles a ampliar la base correspondiente de conocimientos teóricos y prácticos requeridos en los planos nacional y local. iii) La promoción de productos ecológicamente idóneos 18. El reciclado era un elemento esencial en la sostenibilidad ambiental, especialmente en los países industrializados. Incluso si se resolviera el problema de la contaminación debida a la elaboración de productos, quedaría en pie la de los productos de uso final. Los participantes reconocieron que, por ahora, resultaba difícil evaluar en qué medida los productos naturales podían ser sustituidos por productos susceptibles de reciclado. Por este motivo, consideraban que, dada su importancia, debía analizarse a fondo la cuestión de los nuevos usos finales de importancia comercial. El análisis a este respecto no debía limitarse a las posibilidades técnicas: habría que examinar igualmente qué mecanismos económicos (precios, impuestos) resultarían más -6eficientes para propiciar el proceso de sustitución, y qué políticas deberían concebir los países en desarrollo para aprovechar las nuevas oportunidades de exportación que abriría ese proceso. 19. En el Encuentro se expresó la opinión general de que un sistema múltiple e intensivo de información jugaba un papel trascendental en la adopción de un enfoque dinámico de las cuestiones i), ii) y iii), indicadas más arriba, y, consecuentemente, en la promoción de un desarrollo sostenible. 20. Con el fin de inducir a un cambio eficaz en las modalidades de producción y consumo, era preciso promover los esfuerzos de información en diversas direcciones, dirigiéndose a los grupos destinatarios correspondientes con respecto a las siguientes cuestiones: los peligros que entrañaban la elaboración de los productos y los productos destinados a usos finales nocivos para el medio ambiente; la necesidad consiguiente de imponer la aplicación de normas anticontaminantes y que ahorrasen energía en los planos nacional y local; las medidas necesarias para evitar catástrofes ecológicas y atenuar sus efectos; el impulso de la comprensión de las capacidades de sostenimiento de los ecosistemas y las ventajas resultantes de una correcta administración de la base de recursos naturales; y los sistemas de capacitación para impulsar la ampliación del uso de tecnologías no contaminantes y eficientes en función de los recursos. 21. Era preciso difundir ampliamente información relativa al medio ambiente a través de diversos canales, en particular los medios de comunicación de masas y los programas de estudios, así como en los lugares de trabajo. En consecuencia, hacía falta que los gobiernos, las redes de comunicación, las asociaciones de consumidores y otros agentes económicos y sociales involucrados aunasen sus esfuerzos. El objetivo consistía en reforzar la difusión de la competencia y la información de una manera transparente, tanto en los países industrializados como en los países en desarrollo, para que las decisiones que pudieran tener repercusiones sobre el medio ambiente se adoptasen con conocimiento de causa. II. MEDIO AMBIENTE Y COMERCIO INTERNACIONAL 22. Con respecto a la interconexión entre medio ambiente y comercio internacional, los participantes examinaron cuatro cuestiones principales: i) el efecto de la liberalización del comercio sobre el medio ambiente; ii) el establecimiento de normas y reglamentos ambientales; iii) el empleo de medidas comerciales con fines ambientales; iv) principios de orientación y normas relativas a las medidas comerciales relacionadas con el medio ambiente. i) Efectos del comercio sobre el medio ambiente 23. Una cuestión fundamental en el debate en curso sobre el tema era la repercusión de la liberalización del comercio sobre el medio ambiente. Algunos participantes insistieron en el peligro de una explotación excesiva de los recursos naturales si la liberalización impidiera la incorporación de los gastos ambientales a los costos. En la esfera de los productos básicos se citaron ejemplos de un aumento de la oferta de exportación como reacción ante la disminución de los precios de exportación, lo que agravaba la degradación de los recursos en los países en desarrollo. -724. Se señaló, no obstante, que la liberalización del comercio internacional podía tener efectos positivos. Un mejor acceso de los productos elaborados y manufacturados de los países en desarrollo a los mercados de los países desarrollados permitiría diversificar las exportaciones y reducir consecuentemente la dependencia excesiva de los países en desarrollo de unos pocos productos primarios. Se hizo igualmente referencia al sector agropecuario. La supresión o reducción de las medidas proteccionistas en este sector produciría un aumento y una mayor estabilidad de los precios del mercado mundial, creando de ese modo mejores condiciones para una ordenación sostenible de las tierras en los países exportadores. 25. Tomando como base estas consideraciones, se aceptó ampliamente que la liberalización del comercio no entraba en conflicto con el desarrollo sostenible, a condición de que se adoptasen paralelamente ciertas medidas en el plano internacional. Se hizo hincapié en dos de ellas: a) Los países en desarrollo debían beneficiarse de una asistencia técnica y financiera adecuada, incluida la transferencia de tecnologías en condiciones justas y favorables, para compensar los efectos nocivos del comercio resultantes de cambios en las modalidades de explotación de los recursos. b) Se deberían revisar los acuerdos sobre productos básicos teniendo presente su contribución potencial al desarrollo sostenible en los países en desarrollo. Se hizo referencia al Convenio Internacional de las Maderas Tropicales, que era el primer instrumento sobre productos básicos en el que se reconocía la necesidad de una ordenación de los recursos ecológicamente sostenida. No obstante, este enfoque debía reforzarse vinculándolo con la necesidad de unos precios remunerativos. Otros convenios sobre productos básicos se podrían modernizar siguiendo unas líneas análogas. Se sugirió que la UNCTAD se ocupara de este tema estudiando las posibilidades de integrar las dimensiones de la gestión de los recursos, la determinación de los precios y la asistencia técnica en el marco de los convenios sobre productos básicos. ii) Normas y reglamentos ambientales 26. En el Encuentro se examinó la cuestión de la armonización de las normas y los reglamentos ambientales desde una perspectiva comercial. A algunos participantes les parecía que la armonización, al encubrir las ventajas comparativas, podía ser perjudicial para los países en desarrollo. Este criterio era compatible con la opinión, expresada anteriormente, de que habría que diferenciar las normas en la práctica, según las condiciones nacionales o locales imperantes, y en particular teniendo en cuenta el grado de presión sobre el medio ambiente en los países en desarrollo. No obstante, otros participantes opinaban que la armonización podría resultar preferible desde el punto de vista del comercio ya que dificultaría la institución de barreras no arancelarias por motivos ambientales. -827. En cualguier caso, se alcanzó un firme consenso en el sentido de gue se debían establecer principios y prácticas claros (véase la sección iv) infra) para evitar el empleo de normas y reglamentos como pretexto para la introducción de medidas discriminatorias y de barreras al comercio encubiertas. Además, se declaró gue existían diversas posibilidades de establecer normas ambientales gue respetaran las reglas del comercio y de la competencia, A este respecto, utilizando como ejemplo el sector del turismo en el Caribe, se sugirió gue cabría prescribir normas ambientales mínimas para ciertos grupos de países comparables con miras a evitar una degradación excesiva del medio ambiente sin modificar la situación competitiva relativa. iii) El empleo de medidas comerciales con fines ambientales 28. La mayor parte de estas medidas estaban constituidas por barreras no arancelarias y se utilizaban para una amplia variedad de fines, sobre la base de reglamentos nacionales o convenios internacionales. 29. Cada país tenía el derecho de establecer normas sanitarias y de otra índole con respecto a los productos vendidos en sus mercados y esas normas se aplicaban también a las importaciones. Esto constituía un punto de partida para adoptar medidas comerciales con respecto a los países de exportación que no cumplían las normas ambientales internas, en particular en la esfera de la utilización o eliminación de productos. Por otro lado, varios convenios internacionales sobre el medio ambiente incluían medidas comerciales relativas a productos específicos para conseguir sus objetivos. A este respecto se mencionaron la Convención de Washington sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres y el Protocolo de Montreal sobre las sustancias gue agotan la capa de ozono. En el debate se hizo igualmente alusión a las negociaciones en curso sobre el cambio climático gue podían desembocar en varias medidas de política comercial. 30. Se prestó particular atención al problema de los no participantes en un convenio internacional. Por ejemplo, el Protocolo de Montreal incluía disposiciones gue imponían a los países miembros la obligación de prohibir las importaciones y exportaciones, entre otros productos, de las sustancias gue agotaban el ozono de países no miembros. Algunas de estas disposiciones relacionadas con el comercio habían inducido a un debate jurídico todavía no acabado acerca de su conformidad con las normas del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio. 31. En el Encuentro se aceptó ampliamente gue, en caso de conflicto, los acuerdos internacionales sobre el medio ambiente podían prevalecer sobre las normas del Acuerdo General para gue no se facilitara una vía de escape a los gue no se atenían a las disposiciones e impedir una proliferación de productos nocivos, a condición de gue esos acuerdos fueran ratificados por un gran número de países. El componente compulsivo de un acuerdo era particularmente necesario cuando guardaba relación con un peligro ecológico manifiesto, como sucedía con el transporte de productos peligrosos y desechos tóxicos. En términos más generales, se consideraba gue los derechos de los países con arreglo al principio de la soberanía nacional tenían gue conciliarse con el concepto de la responsabilidad compartida con respecto a las cuestiones ambientales mundiales. -932. Dada la importancia creciente de los problemas ambientales transfronterizos y mundiales, era de prever gue en los próximos anos se negociarían otros instrumentos internacionales. Sus repercusiones en el comercio debían examinarse meticulosamente en la fase de elaboración y vigilarse con regularidad en la fase de aplicación. Por otra parte, se podría hacer una primera evaluación de las medidas comerciales que ya se habían tomado en los planos nacional o multilateral con fines de protección del medio ambiente, en relación con la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo gue se celebraría en Río de Janeiro en 1992. iv) Principios y normas orientadores relativos a las medidas comerciales relacionadas con el medio ambiente 33. Los participantes indicaron gue los principios y normas siguientes debían orientar cualquier medida comercial que se tomase por razones de protección ambiental: a) No discriminación 34. Las normas básicas del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio relativas a la no discriminación en las medidas comerciales eran pertinentes para los fines ambientales. Estipulaban que las medidas no debían constituir "un medio de discriminación arbitrario o injustificable entre los países en que prevalezcan las mismas condiciones" ni una restricción encubierta al comercio internacional. Haciendo suyo este principio, los participantes insistieron en que los reglamentos ambientales no debían actuar como barreras no arancelarias mediante la utilización de diferencias menores de las características ambientales entre los productos importados y los fabricados en el país para favorecer a los productos nacionales. b) Idoneidad 35. Algunos participantes advirtieron que las medidas comerciales podían no ser los instrumentos más adecuados de política ambiental y hasta podrían constituir un obstáculo para una mejor administración de los recursos. A este respecto se mencionó el caso de los productos del elefante. Bajo la presión de su opinión pública, algunos países miembros de la Convención de Washington sobre las especies amenazadas habían aplicado la prohibición del comercio del marfil independientemente de las políticas internas de los países de origen. Aunque en algunos países la población de elefantes se había reducido drásticamente, en otros el comercio de los productos del marfil había proporcionado recursos para proyectos de conservación de la fauna y flora silvestres y el desarrollo sostenible de las poblaciones de elefantes. Ese comercio había proporcionado igualmente incentivos a las comunidades locales para que participasen en la conservación del elefante. Otro caso en que las medidas comerciales podrían considerarse como inadecuadas era la restricción de las importaciones en los Estados Unidos del atún procedente de México (que se basaba en el número de delfines matados). c) Proporcionalidad 36. En el Encuentro se señaló que se debería aplicar el principio de proporcionalidad siempre que en los instrumentos comerciales se considerase necesario por razones ambientales. Este principio exigía a los países que, al -10adoptar nuevas normas obligatorias relativas a la protección del medio ambiente, valoraran si sus "efectos restrictivos del comercio" eran proporcionales a los "objetivos legítimos" del reglamento propuesto. á) Las pruebas científicas y el principio de cautela 37. Esa evaluación debía efectuarse sobre la base de las pruebas científicas. Sin embargo, los participantes reconocieron que a veces había que adoptar decisiones en situaciones de incertidumbre. Cuando existía un grave peligro para el medio ambiente, se debía aplicar el principio de cautela al establecimiento de las normas y a las medidas de aplicación pertinentes. Con el fin de evitar una valoración excesiva de los riesgos, había que fomentar el acopio de pruebas científicas, y se manifestó la opinión de que las empresas podían contribuir al cumplimiento de este requisito, teniendo en cuenta sus conocimientos científicos y técnicos. e) Notificación y transparencia 38. Los participantes destacaron la necesidad de aumentar la información y la transparencia sobre las medidas comerciales relacionadas con el medio ambiente. Insistieron también en la importancia de una notificación adecuada de los reglamentos nacionales que no se basaban en normas ambientales internacionales. Estos reglamentos debían seguir, consecuentemente, el procedimiento definido en el Acuerdo sobre Obstáculos Técnicos al Comercio del Acuerdo General que imponía a los países la obligación de notificarlos en forma de proyecto con el fin de que otros países pudieran formular observaciones al respecto. 39. La necesidad de una vigilancia eficaz de las medidas comerciales relacionadas con el medio ambiente se puso asimismo de relieve y se sugirió que la UNCTAD ajustase su Sistema de Información sobre Medidas de Control del Comercio en consecuencia. 40. Como conclusión de esta sección, en el Encuentro se expresó la opinión general de que, en la medida de lo posible, se deberían evitar las medidas comerciales adoptadas con fines de protección ambiental. Cuando fueran necesarias, debían aplicar los principios y las normas .¡iás arriba mencionados. Se añadió que podía resultar necesario aclarar más las normas del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio con respecto al medio ambiente. El Acuerdo General podía incorporar el concepto de desarrollo sostenible, utilizando como modelo su parte IV en la que se reconocía el vínculo entre comercio y desarrollo. En general, toda disposición internacional relativa al medio ambiente debía ajustarse lo más posible al Acuerdo General. En el Acuerdo General deberían incluirse directrices amplias y en los convenios sobre el medio ambiente disposiciones concretas. III. FINANCIACIÓN DE LA PROTECCIÓN DEL MEDIO AMBIENTE MUNDIAL 41. Se sometió a la consideración un documento de debate titulado "Recursos financieros para fines nacionales y mundiales relacionados con el medio ambiente y el desarrollo: la necesidad de garantizar una adicionalidad auténtica", preparado por el Gobierno de Noruega. Los debates se centraron en -11el principio de la adicionalidad de las corrrientes de ayuda y de los posibles mecanismos para su verificación; la importancia de los mecanismos de financiación mundiales, las condiciones de la ayuda y la financiación del desarrollo; la necesidad de unos mecanismos de financiación automáticos que persiguieran el doble fin de garantizar la conservación del medio ambiente y la transferencia de recursos a los países en desarrollo; la repercusión potencial de las operaciones de reducción de la deuda sobre la protección del medio ambiente, y el papel del sector privado. 1. Adicionalidad 42. Se consideró que una definición adecuada de la adicionalidad era "los recursos financieros además de la asistencia regular para el desarrollo y separados de ésta". Se señaló que todos los países habían reconocido repetidas veces la necesidad de proporcionar recursos adicionales ¿/. Esto se consideraba esencial para reservar los recursos para la lucha contra la pobreza, para garantizar una financiación suficiente de las necesidades básicas sociales, económicas y ambientales locales de los países en desarrollo y para asegurar la transparencia en las corrientes de ayuda. Se señaló asimismo que muchos países de la OCDE estaban todavía muy lejos de cumplir sus compromisos de prestación de asistencia oficial para el desarrollo a los países menos adelantados y a otros países en desarrollo. A menos que se garantizara la adicionalidad, existía el peligro de que los recursos se desviaran de las prioridades nacionales y locales de desarrollo hacia prioridades ambientales universales y de los países de bajos ingresos a los países de ingresos medios. 43. En el debate sobre la adicionalidad a los efectos ambientales se debía hacer una distinción entre la financiación de medidas para combatir problemas ambientales locales, nacionales y regionales, por un lado, y problemas ambientales mundiales, por el otro. 44. Existían fuertes argumentos en favor de la transferencia de recursos financieros para destinarlos a fines ambientales mundiales además de los recursos destinados al desarrollo económico y social, entre los que cabía mencionar los siguientes: i) Los países en desarrollo habían tenido una responsabilidad limitada por los problemas ambientales mundiales hasta ahora, como grupo y por persona. i/ Véase, por ejemplo, la resolución 44/228 de la Asamblea General de las Naciones Unidas; la Declaración Ministerial de Bergen sobre desarrollo sostenible en la región de la CEPE, de mayo de 1990; la Declaración Ministerial de la Segunda Conferencia Mundial sobre el Clima, celebrada en noviembre de 1990, y el comunicado de la Reunión Ministerial sobre el medio ambiente de la OCDE de enero de 1991. -12ii) El principal objetivo de la transferencia de recursos financieros y de otra índole era la protección del medio ambiente mundial de una manera eficaz y no concretamente la promoción del bienestar económico y social en los países receptores, lo que constituía uno de los tres principales criterios de clasificación de la AOD. Los recursos se transferían a los países en desarrollo porque ésta era una manera eficaz en función de los costos de abordar los problemas ambientales mundiales y no porque fueran países en desarrollo. Esas transferencias beneficiaban a todos y no a ningún país o región particular. iii) Debido a su importancia relativa con respecto a las emisiones, una gran parte de las inversiones para proteger el medio ambiente mundial se destinaría probablemente a los países de ingresos medios, con el resultado de que se dispondría de menos recursos para el desarrollo en los países de bajos ingresos. iv) Los recursos estaban destinados a sufragar los gastos increméntales que supondría para los países en desarrollo elegir otras modalidades más favorables al medio ambiente mundial. 45. Para algunos participantes era sumamente importante que los donantes idearan mecanismos adecuados para garantizar una adicionalidad auténtica y facilitar su verificación. Una manera de lograrlo consistía en establecer mecanismos de financiación para fines de protección del medio ambiente mundial separados de los mecanismos existentes para prestar la asistencia tradicional al desarrollo. Se citó el Fondo Internacional del Clima de Noruega como un ejemplo útil. Algunos participantes opinaron que la verificación de la adicionalidad podía intensificarse aún más si en la presentación de las estadísticas por parte de los países donantes los datos financieros correspondientes a la AOD tradicional se separaran de los correspondientes a las corrientes de recursos destinados a fines de protección del medio ambiente mundial. Además, se debería instituir un procedimiento de examen para que los receptores y los donantes efectuaran un análisis a fondo de la cuestión de la adicionalidad y otras cuestiones conexas. 2. Mecanismos de financiación 46. Para la seguridad de los proyectos ambientales, muchos de los cuales requerían una larga gestación y períodos de madurez, se consideró esencial que las corrientes de ayuda se automatizaran. i) Mecanismos sectoriales 47. Dos ejemplos prácticos de actividades complementarias de las intenciones generales que figuraban en las diversas resoluciones y declaraciones relativas al medio ambiente eran el Fondo del Ozono establecido con arreglo al Protocolo de Montreal sobre las sustancias que agotan la capa de ozono y el Fondo para la Protección del Medio Ambiente administrado por el Banco Mundial, el PNUMA y el PNUD. Varios países habían prometido aportar contribuciones a estos mecanismos adicionalmente a su asistencia para el desarrollo. Sin embargo, todavía no estaba claro qué proporción de las contribuciones totales sería auténticamente adicional. En consecuencia, el posible establecimiento de -13otros mecanismos de financiación en el marco de las convenciones propuestas sobre el clima y la diversidad biológica no sólo requeriría reiterar la necesidad de una adicionalidad auténtica, sino también establecer mecanismos para su verificación. 48. Se consideró igualmente que las medidas regionales tenían un importante papel que desempeñar en la movilización de los recursos financieros para la protección del medio ambiente. Los mecanismos regionales de financiación podían desempeñar una función complementaria esencial en los esfuerzos mundiales y nacionales. Se mencionó el Fondo regional para el medio ambiente de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe. ii) ün mecanismo mundial 49. Sin embargo, algunos participantes pensaban que para garantizar la estabilidad a largo plazo en la transferencia de recursos a los países en desarrollo con el fin de aliviar la pobreza y proteger el medio ambiente haría falta crear mecanismos financieros de doble fin relacionados con el comercio, fundados en los principios de equidad, automaticidad y adicionalidad. La incorporación progresiva de los gastos ambientales a los precios de los productos exigiría el empleo creativo de controles reglamentarios e instrumentos fiscales, con inclusión de impuestos y gravámenes sobre el consumo de combustibles fósiles. 50. El establecimiento de un plan mundial de cuotas comerciables de emisiones se consideró una idea prometedora aunque suscitaba varias dificultades graves. Ese sistema, adecuadamente diseñado, podría proporcionar un mecanismo para el control de las emisiones de CO2, sin dejar por ello de tener en cuenta los intereses fundamentales de desarrollo de los países en desarrollo. Ese plan asignaría a todos los países proporciones fijas de un límite máximo permisible mundial de emisiones de carbono. Los límites de las emisiones podrían, por ejemplo, basarse#en las "metas de Toronto" de 1988 (20% de reducción del CO2 a nivel mundial para el año 2005) y la asignación de cuotas se podría basar en otros criterios (por persona, superficie del terreno, consumo de energía por unidad de PNB o alguna combinación ponderada de esos elementos, etc.). Las asignaciones establecidas por persona producirían un excedente de derechos de emisión de los países en desarrollo que les permitiría continuar su proceso de crecimiento económico, al mismo tiempo que obtenían valiosos recursos financieros y técnicos de la venta de los derechos de emisión excedentes a países industrializados deficitarios. Las formidables dificultades que entrañaba la determinación correcta de los equilibrios netos entre emisiones y absorciones del carbono (sumidero) habían sido señaladas por algunos críticos, especialmente cuando se adoptaba un enfoque global con respecto a todos los gases con efecto de invernadero y no sólo al dióxido de carbono. El establecimiento de metas mundiales anuales de emisiones y el acuerdo con respecto a una fórmula para la distribución de las cuotas se mencionaron también como esferas que plantearían importantes dificultades políticas, si no técnicas. Por añadidura, una vez distribuidas las cuotas entre los países, las fuerzas del mercado podían frustrar las posibilidades de entrar en el mercado de empresas nuevas (posiblemente más eficientes en la utilización de la energía). -1451. Como elemento positivo se alegó que los experimentos realizados con permisos comerciables relativos al CO2 habían dado resultado en los Estados Unidos; y eran una forma flexible y eficaz en función de los costos de lograr la aplicación de reglamentos ambientales. La mayor parte de los problemas técnicos eran susceptibles de soluciones adecuadas (por ejemplo, las dificultades de ingreso en el mercado se podían resolver manteniendo ciertos derechos de emisión en reserva para los recién incorporados), mientras que las cuestiones políticas habrían de abordarse en el marco de negociaciones multilaterales. Se sugirió que la secretaría de la UNCTAD prosiguiera su labor en esta esfera para determinar mejor la posibilidad de someterla a negociaciones multilaterales. iii) Otros mecanismos 52. Entretanto sería útil estudiar otras posibilidades, creación de un sistema de créditos a favor de los países programas ambientales que beneficiasen a otras naciones. utilizarse en este caso para comprar tecnologías inocuas ambiente y las importaciones conexas. entre ellas la que aplicasen Los créditos podrían para el medio 53. Se señaló asimismo que la explotación prolongada del medio ambiente había provocado la escasez de la oferta de bienes colectivos, como la calidad del aire o la capa de ozono. La promoción de prácticas de gestión sostenibles requería ahora la incorporación de los gastos ambientales a los precios de los productos, especialmente en lo que respecta a los recursos naturales no renovables, y la aplicación de valores (precios) a cosas hasta ahora no consideradas como recursos. Esto se podía conseguir mediante el empleo de controles reglamentarios, incentivos y desincentivos, con inclusión de medidas fiscales. 54. Los planes de conversión de la deuda en inversiones ecológicas se consideró igualmente que eran instrumentos potencialmente útiles de doble finalidad ya que podían reducir las presiones sobre los países en desarrollo para obtener divisas mediante la explotación intensiva y la exportación de sus recursos naturales y mejorar la ordenación ambiental. 55. En cuanto a la función del sector piIvado en la protección del medio ambiente mundial, se advirtió que este sector -y las empresas transnacionales en particular- estaba bien situado para proporcionar financiación, tecnología y técnicas de gestión. No obstante, las motivaciones empresariales subyacentes de la economía de mercado no siempre producían una distribución equitativa de los recursos invertibles. Las inversiones directas extranjeras tendían a ir a parar a zonas de alta rentabilidad, estabilidad política y social y buena dotación de infraestructuras. Habría que procurar proporcionar apoyo adicional para efectuar inversiones en países en desarrollo peor dotados. 3. Condicionalidad 56. Despertaba también preocupación la posible utilización de criterios ambientales para introducir nuevos elementos de condicionalidad en los procedimientos de evaluación de la asistencia para el desarrollo prestada a los países en desarrollo. El establecimiento de mecanismos de financiación mundiales y sus vínculos con las instituciones financieras multilaterales -15existentes suscitaban el peligro evidente de nuevas condicionalidades e incluso de condicionalidades cruzadas. Las preocupaciones que causaba el medio ambiente no debían crear nuevos obstáculos a los esfuerzos que realizaban los países en desarrollo para obtener recursos para sus programas de desarrollo. CONCLUSION 57. Al final de la reunión, se mencionaron las diferentes esferas posibles de trabajo de la UNCTAD, sobre la base de las sugerencias hechas durante las deliberaciones: a) Cuestiones generales superar el dilema entre medio ambiente y crecimiento replanteándose un enfoque del desarrollo que convirtiera las trabas ambientales en oportunidades; analizar la cuestión de las reglas y normas ambientales: la conveniencia de diferenciarlas de conformidad con las condiciones locales y nacionales imperantes; estudiar las medidas de política ambiental relacionadas con el comercio adoptadas en los países o a nivel internacional y evaluar su repercusión en el comercio de los países en desarrollo y en la evolución de las ventajas comparativas. b) Temas sobre los que habría que adoptar decisiones obtener una financiación efectiva y auténticamente adicional (examinar los sistemas de imposición automática, el comercio de los permisos de emisión, etc.); determinar las necesidades de asistencia técnica y financiera que permitiría a los países en desarrollo satisfacer gradualmente las normas convenidas en el plano internacional y ser informados de los reglamentos y medidas comerciales adoptados por razones ambientales (transparencia del procedimiento de aplicación y sistemas adecuados de notificación); contribuir a la revisión de las reglas del Acuerdo General en la perspectiva del medio ambiente y el desarrollo; establecer criterios para determinar si las medidas relacionadas con el medio ambiente que influían en el comercio eran legítimas o tenían un carácter proteccionista y mantener una base de datos sobre esas medidas; instituir un diálogo con las empresas (empresas transnacionales) sobre las normas y sobre la transferencia de tecnologías ambientalmente idóneas; ampliar el alcance de los convenios sobre los productos básicos en la perspectiva de la gestión de los recursos naturales. -16LISTA DE PARTICIPANTES Sr. Adam Pierre Adossama, ex Ministro y ex Director de la OIT, Togo, prov. en Ginebra Sr. Añil Agarwal, Centro de Ciencia y Medio Ambiente, Nueva Delhi, India Sr. Paul Beijer, Consejero, Ministerio de Relaciones Exteriores, Estocolmo, Suecia Sr. Brzovic, Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Santiago, Chile Sra. Ebba Dohlman, OCDE, París, Francia Sr. Oddmund Graham, Secretario General, Ministerio del Medio Ambiente, Oslo, Noruega Sra. Gabriela Kaliska, miembro de la Comisión Parlamentaria del Medio Ambiente, Parlamento Eslovaco, Bratislava, Checoslovaquia Sr. Letourneur, Presidente de la Comisión de Medio Ambiente, Francia Sr. Enhend Li, Primer Secretario, Misión Permanente de China, Ginebra, Suiza Sr. P. Motta, Misión Permanente del Brasil, Ginebra, Suiza Dr. Timothy Obeng, Director Gerente, Ghana Consolidated Diamonds Ltd., Accra, Ghana Sr. Timo Oula, Consejero, Ministerio de Relaciones Exteriores, Helsinki, Finlandia Sr. N. Rege, Director, GATT, Ginebra, Suiza Sr. Robert Reinstein, Departamento de Estado, Washington D.C., Estados Unidos de América Sra. Piritta Sorsa, Banco Mundial, Ginebra, Suiza Sr. Osvaldo Sunkel, Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Santiago, Chile Sr. Jan Suurland, Consultor, París, Francia Sr. D. Turnham, Administrador Principal, Centro de Desarrollo de la OCDE, París, Francia Sr. H. Verbruggen, Director Adjunto, Instituto de Cuestiones Ambientales, Universidad Libre de Amsterdam, Países Bajos -17Sr. Joseph Wheeler, Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, Ginebra, Suiza Embajador Mohamad Yusof Hitam, Misión Permanente de Malasia, Ginebra, Suiza Presidente Sr. Kare Bryn, Director General, Ministerio de Relaciones Exteriores, Oslo, Noruega Secretaría de la UNCTAD Sr. Yves Berthelot, Secretario General Adjunto, UNCTAD, Ginebra, Suiza Sr. Frank Joshua, UNCTAD, Ginebra, Suiza Sr. Patrice Robineau, UNCTAD, Ginebra, Suiza Sr. Vosenaar, UNCTAD, Ginebra, Suiza Observadores Sr. Erik Bjornebye, Jefe de División, Ministerio de Relaciones Exteriores, Oslo, Noruega Sr. Ted Hanisch, CICERO, Oslo, Noruega Sr. Jon Eivind Tandberg, Asesor, Ministerio de Hacienda, Oslo, Noruega Sr. Jan Thompson, Director General, Ministerio del Medio Ambiente, Oslo, Noruega Sr. Fridtjof Thorkildsen, Consejero/Sra. Birgit Schjerven, Jefa de División, Ministerio de Relaciones Exteriores, Oslo, Noruega Sr. Guttorm Vik, Director General Adjunto, Ministerio de Relaciones Exteriores, Oslo, Noruega Sra. Lillian Wikstrom, Oficial Ejecutivo Superior, Ministerio de Relaciones Exteriores, Oslo, Noruega Sr. Svein Aass, Consejero, Ministerio de Relaciones Exteriores, Oslo, Noruega Secretaria Sra. Merete Fjeld, Ministerio de Relaciones Exteriores, Oslo, Noruega Sra. Torill Kristiansen, Ministerio de Relaciones Exteriores, Oslo, Noruega.