Discurso del Presidente José Pepe Mujica CELAC

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Discurso del Presidente José Pepe Mujica , CELAC , 2014
Muchas gracias, señor presidente; muchas gracias, compatriotas de la Patria Grande. A
todos. Mucha humildad y mucho afecto.
Permítanme tratar de aportar algunas razones, el grito de los libertadores, largamente
fundamentados ayer y hoy. No pudo ser, sustantivamente, porque en cada puerto de
América Latina ya existían y se desarrollaba una clase mercantilista, que era dueña del
comercio, del alto comercio. Cada aporte importante terminó generando un país, un
interland, y el emergente mercado mundial contribuía a atomizarnos, mucho más que la
vieja colonia.
Quien dominaba el puerto dominaba la única fuente impositiva de la época, tenía peso
en el Estado y terminaba teniendo peso militar. Un poco más, un poco menos, ese
escenario se dio por todas partes, en la historia fundamental de por qué vivimos tanto
tiempo a espaldas de nosotros mismos, porque era mucho más importante, en los
hechos, la relación comercial con el mundo central.
Pero el mundo ha cambiado y está cambiando dramáticamente, la globalización es un
hecho, que tiene su base en el desarrollo portentoso, de la fuerza productiva de la
inteligencia, de la acumulación de capital, de la multiplicación de necesidades, a escala
como nunca pudo soñar el hombre; y la globalización está allí, pero globalización no es
igual a justicia, a igualdad, a independencia, sino que la globalización tiene sus centros
determinantes, y diría cada día menos da lugar a los débiles, cada día más en ese mundo
que se apretuja, donde florecen empresas, que a veces superan largamente el
presupuesto de muchísimos de los Estados aquí presentes, nos está diciendo que para
que los derechos de los débiles tengan cierto peso en el concierto mundial hay que dejar
de ser débil- Y el único camino es juntarse.
Esta no es una lucha por una utopía, es la lucha por 'ser o no ser', éste es el drama de
nuestro tiempo, porque los poderes se desbordan, palabras como autodeterminación han
desaparecido del lenguaje oficial de muchísimas cancillerías del mundo rico, y en esas
condiciones la necesidad de juntarnos nos viene impuesta por la naturaleza de los
hechos: más claro, nuestras patrias, que son hijas de la historia producto de la historia
necesitan un alero que las proteja para seguir siendo en todos los aspectos, pero ese
alero solo lo podrá brindar el poder disuasivo de andar juntos, de lo contrario seremos
una hoja al viento.
Si ayer hubo razones históricas determinantes, también hoy las hay, y éste es un desafío,
porque esto tiene obstáculos, tiene obstáculos, lógicamente, en el mundo central, pero
tiene obstáculos entre nosotros, por qué, porque nuestra cultura viene apañada, y es
tributaria de 200 años de gestación del Estado Nacional, y cada uno de nosotros es
producto de una lucha y tiene un compromiso en el Estado Nacional, y ello no podrá ser
estratégico, pero es imprescindible para nuestro hoy, para la permanencia, para el logro
siquiera parcial, de los proyectos políticos que encarnamos; y tiene otro punto débil, y el
punto débil más fuerte que tiene, es que no hemos logrado una penetración en la
conciencia pública masiva de los movimientos sociales de la masa.
No hay un paro de los obreros portuarios por la integración, no paran las universidades
de América Latina, donde está la supuesta inteligencia, como un gesto de media hora
por la integración de América Latina. NO, somos una superestructura de gente que lee
tres o cuatro diarios bien informada, ese es su discurso que razona y que piensa, y
algunos, los más viejos como yo, llevamos 60 años soportando los gritos contra el
imperialismo, pero no se le mueve un párpado al imperialismo, entonces comprendemos
que acá hay una lucha, hay una retaguardia de masas, hay un trabajo que no se hace acá
que es nuestra responsabilidad, y esto que sea calor de masas, precisa calor de pueblo,
porque atrás de Bolívar estaban los llaneros, porque detrás de Artigas estaban las masas
heroicas y analfabetas, porque los negros sometidos, que fueron arrancados de África,
sufrieron y participaron en la gesta de la independencia, porque muchísimos de los
sometidos de hoy en esta América de los desiguales, de los pisoteados, no se dan
cuenta, no ha llegado la idea de la importancia que tiene para su suerte, para sus hijos,
para su futuro, esta cuestión de la integración.
Hay una lucha de 'ser o no ser' y nuestro deber, por supuesto, que habrá que hacer una
secretaría, que hay que ocuparse de esos temas, y hay mucho que hacer en la
superestructura de esta lucha por la integración, pero mucho más hay que hacer en la
agitación de la conciencia de nuestro pueblo, porque si no tenemos el aliento, el
empujón, la participación de los que andan de a pie, de los que andan en los cerros, de
lo que andan en los socavones minerales, en la negritud olvidada de este continente, en
los pueblos indígenas, no tendremos la fuerza para este tamaño desafío, porque hay que
pechar con 300 años de división mirando al mundo, y nosotros tenemos también en
nuestra casa, lamentablemente, inevitablemente, porque la globalización esconde un
abismo de diferencias de clases enorme; y por lo tanto, nosotros también tenemos
peores patriotas y peores americanos que los que están afuera, todo eso está como parte
de la realidad y del dibujo político.
La integración no está al alcance de la mano ni a la vuelta de la esquina, es una proeza
desafiante de nuestro tiempo, porque dónde se ha visto que se conquiste fácilmente una
segunda independencia, tiene obstáculos formidables, pero tiene a favor un capital
formidable.
Los que estamos acampados a la orilla del Atlántico, en frente tenemos un África Negra
pisoteada, estrujada, pero que dentro de poco tendrá mil millones de hombres, el mayor
canto de los pobres que hay a nivel del universo, el Atlántico será un Mare Nóstrum de
los que luchan por ser, inapelablemente, o no ser.
Está América Latina con sus 600 millones con un crecimiento a los tumbos, también
está demostrando nuestras posibilidades, porque encajamos con el mundo, no hay que
tener vergüenza de ser productores de materia prima, hay que tener vergüenza de no
aplicar los criterios más finos para la explotación de nuestra propia riqueza,
industrializar no es, necesariamente, equivalente a llenarse de chimeneas, industrializar
es generar más valor en menos tiempo, y ésta es nuestra proeza: la productividad, pero
ésta viene de la mano de la inteligencia y de todos los robos, el robo peor es la tendencia
a perder, permanentemente, nuestra inteligencia y nuestro llamado a la unidad.
Si un congreso de esta naturaleza vale porque se sientan los presidentes, más valdría que
este congreso que las universidades públicas de América Latina se juntaran y
comprendiéramos, un día, que ese capital intelectual son los soldados fundamentales en
la era del conocimiento, para lograr nuestra segunda liberación, porque no es sólo con
recursos naturales, es con la cabeza fina, con las propiedades del conocimiento, tenemos
que aceptar el desafío que pone la modernidad y eso tiene un precio: el desarrollo de
nuestra propia inteligencia.
Por eso, yo no veo esto como el paso de una larga marcha, que necesita estas
gestualidades políticas; y me felicito de que 30 y pico de presidentes, naciones grandes,
chicas, medianas, se puedan juntar. Me felicito que exista este tácito respeto, me felicito
de que nos vamos arrimando a la vejez y al hoyo, hay un canto de esperanza en esta
América Latina.
Pero con la misma crudeza digo: la batalla es fenomenal, y va a tener etapas, las
relaciones comerciales del mundo de hoy están cambiando abruptamente, y algunos no
se quieren dar cuenta en este mundo. Asia pasa a ser el centro determinante del mundo,
y lo está haciendo delante de nuestros ojos.
Algún día, quienes han tenido olvidada la mirada hacia el Sur mirarán hacia el Sur, casi
como en gesto defensivo, para ese entonces tenemos que estar juntos y fuertes. Pero no
deberemos cometer el error del dogmatismo, acá deben de estar todos, derecha, centro,
izquierda, todos los que fueren, y aunque esto encierra contradicciones, es la hora de
entender que el peor servicio que les podemos hacer al porvenir es no tener gesto y
grandeza de unidad.
En eso sí, esto es decisivo, la actitud de los gobiernos, la actitud de nuestra conciencia,
de nuestro mensaje, la actitud de nuestras relaciones, la actitud de respeto, porque
siempre en la historia de América Latina, lo peor no ha sido no lo que vino de afuera,
sino los aliados que generamos desde adentro para servir a los de afuera, y eso fue
siempre, eternamente, lo que nos debilitó, seremos adultos si lo habremos comprendido
y si lo podemos cultivar.
Finalmente, mi agradecimiento a Venezuela por el esfuerzo que ha hecho, por el respeto
como lo ha hecho, y sobre todo, no sé cuántas décadas quedan por delante para
cristalizar este esfuerzo, y probablemente, la historia invente atajos que hoy ni siquiera
podemos imaginar, pero aun los países más grandes de América Latina llegan
demasiado tarde a la mesa del poder de este nuestro mundo, y aun los países más
grandes América Latina precisan estar rodeados por todos y apoyados por todos.
No es la hora de un imperialismo a la inglesa, ni de neocolonialismo, es la hora de
entender que necesitamos nervios comunes de una política defensiva común, por qué,
porque la soberanía del viejo Estado Nacional está jaqueada, pero está jaqueada en
contra de los débiles.
Cuál es el tribunal que puede laudar en la defensa de la Amazonia, cuando nos dicen "el
gran productor de oxígeno, una necesidad de la humanidad", quién va a defender la
plataforma continental, los derechos elementales, que tienen los países en la plataforma
continental cuando nos dicen "el mar es de la humanidad". A qué tribunal va a apelar la
República Argentina por el derecho a su soberanía en Las Malvinas
Y yo podría seguir hablando y hablando de viejas cosas que están anidadas en esta
América Latina, solamente en nosotros, solamente si tenemos una actitud global de
entender que ningún capital hoy vale más, defensivamente, que el andar juntos, que
tener la grandeza de andar juntos, por encima de las diferencias que se puedan tener.
Y por eso saludo a Venezuela y a todo el esfuerzo gigantesco, no siempre es
comprendido, está siendo, y quede suyo nuestro agradecimiento y nuestro
reconocimiento.
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