Por un Socialismo Autónomo y Latinoamericanista

Por un Socialismo Autónomo y Latinoamericanista
(20-01-2016 a las 08:53:39) - Contribuido por MARCELO CASTILLO SIBILLA - Última actualización ()
Por un Socialismo Autónomo y Latinoamericanista
La riqueza doctrinaria del Partido Socialista de Chile es la que le ha permitido ser protagonista de la historia de Chile
desde 1933, año de su fundación, hasta nuestros días. Sus concepciones antidogmáticas y su arraigo popular, le han
permitido reconocer los cambios de ciclos históricos y proponer ideas originales, inéditas, que responden a las
soluciones que nuestro pueblo y nuestro espacio histórico natural, Latinoamérica, necesitan.
Definiciones doctrinarias
Desde su nacimiento, el PS buscó construir una forma de pensamiento propio, basado en el análisis de la formación
social latinoamericana. Reconoció un origen común de los problemas de la región: el imperialismo cuya dominación impedía
el pleno desarrollo de nuestros países.Usando el marxismo como herramienta de análisis de la realidad, se reconoció
como un partido de clase: de los trabajadores. De esta manera, quiso reconocer las peculiaridades de los explotados en
América Latina entre los que podían distinguirse obreros, campesinos, indígenas con formas de organización económica
propia, empleados del Estado y de la empresa privada, profesionales e intelectuales de las capas medias.
Esa diversidad de sectores sociales subordinados, empobrecidos por un capitalismo incapaz de responder a sus
necesidades, a juicio del PS no estaba representada por un solo partido, sino que por un Frente Político y Social que
denominó Frente de Trabajadores. El Partido Socialista en sí mismo ha representado esa realidad al integrar en sus filas
la más variada gama de trabajadores manuales e intelectuales.
La principal propuesta programática del Partido Socialista de Chile es la República Democrática de Trabajadores
(RDT). Este concepto que ha sido dejado de lado en las definiciones del PS, cobra total actualidad en el siglo XXI como
elemento ordenador de nuestra estrategia política.
La aspiración máxima del Partido Socialista debe ser una sociedad en que la democracia sea el régimen político y en
que los trabajadores en sus diversas expresiones sean la clase hegemónica. La unión de todos los desposeídos del capital
debe conformar una mayoría tal en la sociedad que desplace del poder a los dueños del capital, especialmente de las
grandes empresas controladas por capitalistas extranjeros y nacionales.
La República Democrática de Trabajadores acepta la existencia de empresarios pequeños y medianos, dispuestos a
subordinarse a una Estrategia de Desarrollo Nacional, definida mediante mecanismos democráticos que deben hacer
prevalecer los intereses de la mayoría que son justamente los trabajadores. La vía Allendista
El devenir histórico ha ido demostrando que el camino para construir esa República Democrática de Trabajadores es la
lucha política y social del pueblo, entendido como el conjunto de sectores políticos y sociales que se enfrentan a las
formas específicas del capitalismo. En el Chile actual, enfrentamos al modelo político, económico e ideológico neoliberal,
que impone una democracia centralista, machista y depredadora y una economía basada en el pleno dominio del libre
mercado.
En América Latina se ha expandido con fuerza creciente en el siglo XXI un movimiento político y social que busca
cambiar el modelo neoliberal por la vía de la profundización y expansión de la democracia. Desechada prácticamente en
todo el continente la vía armada como el camino para destruir las estructuras de poder capitalista, se ha ido instalando la
convicción en la que Salvador Allende fue pionero: que es posible, conveniente y necesario utilizar los espacios
institucionales democráticos -aunque sean de base capitalista- para desarrollar una actividad política y social de
acumulación de fuerzas que apunte a transformaciones estructurales del capitalismo.
El colapso de la Unión Soviética y su zona de influencia dejó en claro que la alternativa al capitalismo no es un Estado
monolítico, controlado por un partido único y que concentre todo el poder económico. Desde entonces los diversos
partidos de la izquierda latinoamericana se han lanzado a ensayar nuevos caminos para superar el capitalismo. No hay
fórmula única. Hoy las fuerzas progresistas gobiernan en El Salvador, con el Frente Farabundo Martí de Liberación
Nacional; en Nicaragua, con el frente Sandinista; en Venezuela, con su fuerte impronta bolivariana; Ecuador, con su
revolución ciudadana; en Bolivia, con su revolución social e indigenista; en Argentina el Kirchnerismo gobernó hasta hace
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Generado:24 November, 2016, 18:56
poco, enfrentando a los fondos capitalistas buitres; en Uruguay, con el Frente Amplio y sus profundos cambios políticoculturales; en Brasil con el Partido de los Trabajadores con Lula y Dilma Ruseff, con sus planes para terminar con el
hambre y la pobreza.. Son todos ellos una luz de esperanza de que la historia está muy lejos de terminar en el
capitalismo salvaje de la globalización.
Por qué no somos socialdemócratas
La mayor parte de su historia, el Partido Socialista buscó diferenciarse de dos matrices ideológicas que le fueron cercanas:
la socialdemocracia y el comunismo. Debilitadas las bases ideológicas del pensamiento comunista con el derrumbe del
campo socialista soviético, muchos compañeros consideraron que el PS debía pasar a formar parte del movimiento
socialdemócrata internacional. El partido incluso es parte hoy de la Internacional Socialdemócrata.
Este pensamiento doctrinario de origen europeo ha devenido cada vez con más fuerza en una opción de administración
del capitalismo en su fase de desarrollo global. La revalorización de la democracia como el espacio de lucha por una
sociedad más justa y solidaria no debería confundirse con un conformismo con su base capitalista de desarrollo. Los
socialistas chilenos queremos construir una sociedad que supere al capitalismo como forma de organizar la economía.
Buscamos transitar de una economía basada en la renta del capital en manos privadas a una en que predomine la
repartición colectiva de la riqueza mediante la democracia como mecanismo.
Estas definiciones nos ponen a resguardo de la hegemonía capitalista estadounidense-europea. La socialdemocracia es
hoy una expresión política de esa hegemonía, situación que ha quedado demostrada en la política internacional al respaldar
la Socialdemocracia diversas formas de intervención a la autodeterminación de los pueblos en América Latina (Venezuela)
y también en otras latitudes (Siria y el Medio Oriente en general).
Proponemos que el Partido Socialista, sobre la base de su historia y experiencia política concreta reivindique en el
próximo Congreso los siguientes principios doctrinarios:
-El Marxismo enriquecido y rectificado por el constante devenir histórico. El materialismo dialéctico es nuestra forma de
pensamiento fundamental para interpretar la realidad, entendida como una doctrina en constante cambio, que se
enriquece en la práctica social que se da en una Latinoamérica donde florece el pensamiento indigenista, la teología de
la Liberación y de manera más reciente el ecologismo y el feminismo.
-Reivindicamos un pensamiento Socialista Autónomo, que se construye desde Latinoamérica hacia el mundo, cuyo
objetivo es construir una República Democrática de Trabajadores como expresión de una sociedad que supere al
capitalismo.
-Nos diferenciamos de la Socialdemocracia, pues nuestro objetivo es construir un nuevo orden social distinto al
capitalismo. Desde esta perspectiva, nuestra acción política está orientada a transformar la actual forma de dominación
capitalista y no a administrarla para hacerla más benigna. Por lo tanto, el PS debe abandonar la Internacional Socialista
y fomentar la unidad de los partidos de izquierda de América Latina, como lo hiciera alguna vez Salvador Allende, a
través de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS).
-Para lograr nuestros objetivos buscamos unir a todos quienes se oponen al actual orden capitalista global. Es decir,
buscamos unir a todos los desposeídos del capital para construir un amplio Frente de Trabajadores manuales e
intelectuales, cuyo objetivo es la República Democrática de Trabajadores.
-En el Chile actual, esta visión estratégica se expresa en una política de alianzas amplia, que busca aislar al gran capital
monopólìco nacional y transnacional, conformando una alianza política y social capaz de poner fin al modelo neoliberal del
capitalismo e iniciar un camino ininterrumpido de profundización de la democracia. Esa política se expresa hoy en la
Nueva Mayoría y su programa de transformaciones.
MARCELO CASTILLO SIBILLA.Vicepresidente de Finanzas del Comunal La Reina.
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