579 de a estas preguntas, pero no las contesta. Finalmente, cabe

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de a estas preguntas, pero no las contesta.
Finalmente, cabe señalar l a anomalía de que el libro analice l a
v i d a política y discurso de José Ángel Gutiérrez, por u n lado, y
que éste aparezca como coautor por el otro. ¿Por qué no aparecen
testimonios de los demás líderes estudiados? ¿Y por qué no se analizó el testimonio de Gutiérrez en el capítulo que lo trata como sujeto? Estas deficiencias y algunas otras, de menor importancia, hacen
de esta obra u n trabajo que no satisface plenamente al lector que
se interese por el m o v i m i e n t o chicano de los sesenta y setenta.
Manuel GARCÍA Y GRIEGO
El Colegio de México
K a r l KAERGER, Agricultura y colonización en México en 1900. U n i v e r sidad Autónoma de C h a p i n g o y C e n t r o de Investigaciones y
Estudios Superiores en Antropología Social, M é x i c o , 1986, 349
p p . , apéndice iconográfico.
K a r l K a e r g e r nació en A l e m a n i a en 1858. Llegó a ser u n prestigiado agrónomo, cuyas investigaciones sobre trabajadores migratorios, relaciones de aparcería y formas de trabajo domiciliarias, eran
ampliamente conocidas. K a u t s k y en l a Cuestión agraria cita a K a e r ger con frecuencia, aun cuando lo critica por tomar en sus investigaciones la posición de los terratenientes y administradores en lugar
de l a de los trabajadores agrícolas.
E n l a última década del siglo x i x , K a e r g e r viajó a las colonias
alemanas y después publicó diferentes trabajos sobre las condiciones naturales y las prácticas agrícolas en las regiones tropicales. E n
1898, cuando o c u p a b a el cargo de agregado agrícola de l a embajad a alemana en A r g e n t i n a , se le encomendó u n ambicioso trabajo
de investigación: ante l a contingencia de u n a guerra con los Estados LTnidos, de donde A l e m a n i a i m p o r t a b a u n a gran parte de alimentos, convenía explorar las posibilidades de abastecimiento de
los países latinoamericanos, mediante inversiones de capital alemán en su a g r i c u l t u r a .
K a e r g e r recorrió los países del M a r del P l a t a , C h i l e , B o l i v i a ,
Perú, E c u a d o r y M é x i c o , a fin de r e u n i r l a información que se le
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había solicitado. E n 1901 publicó los informes en dos tomos, después de haberlos presentado a la cancillería del Imperio alemán.
Poco tiempo después, en 1903, Kaerger murió a los 44 años de edad.
El trabajo de Kaerger, publicado ahora, corresponde a la parte
escrita sobre México, cuyos fragmentos sobre Chiapas y Yucatán
ya hemos conocido por las traducciones de Friedrich Katz en La
servidumbre agraria en México en la época porfiriana,
México, Ediciones
Era, 1980.
K a r l Kaerger entró a México en marzo de 1900 por el puerto
yucateco de Progreso y con paso apresurado recorrió el sureste, el
centro y parte del norte del país. En el camino tomó notas de sus
observaciones, reunió documentos y trabajos publicados, se entrevistó con administradores y propietarios de haciendas. A principios de junio se embarcó en el puerto de Tampico rumbo a Alemania.
En las observaciones de Kaerger se plasmó el momento de apogeo del desarrollo económico porfirista: del sureste, el agrónomo
alemán extrajo experiencia sobre los cultivos tropicales de exportación; del centro, sobre la producción de los agaves, el azúcar y
los cereales; del norte, las condiciones del cultivo de algodón y las
modalidades de la cría de ganado. L a agricultura campesina no
cabía en el enfoque del alemán; los campesinos entran en la descripción cuando es pertinente explicar el reclutamiento de trabajadores por los hacendados.
Kaerger era un observador perspicaz y un analista ordenado.
En su texto expuso de manera sistemática las condiciones climatológicas, el aprovechamiento de los suelos, la secuencia de las actividades agrícolas como la preparación de la tierra, la siembra, los
cultivos y sus cosechas. En cada caso Kaerger señaló los instrumentos utilizados y el modo de emplearlos. E n ese sentido, la obra de
Kaerger es un inventario del instrumental agrícola de la época. Pero
es también una invaluable fuente para el estudio de los costos de
producción y la rentabilidad de las diferentes haciendas porñrianas.
En su trabajo, Kaerger dio un lugar prominente al cultivo de
café, tal vez porque durante el Porfiriato era el ramo agrícola al
que los alemanes se dedicaron con preferencia a otros. A l comparar las diferentes regiones cafetaleras, Oaxaca, Chiapas, Guatemala
y Veracruz, Kaerger nos presenta diferencias económicas de una
región a otra y una interesante regionalización de relaciones de trabajo entre trabajadores y finqueros. Honestamente en favor de la
empresa y el desarrollo capitalista, Kaerger veía con buenos ojos
aquella política laboral que lo estimulaba. Por eso le parecían dignos de elogio los métodos estrictos de vigilancia del cumplimiento
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de los contratos laborales, como los que p r e v a l e c í a n en G u a t e m a l a
durante los gobiernos dictatoriales, frente a los m é t o d o s que no eran
sujetos a l a s a n c i ó n policíaca estatal, como en las comarcas cafetaleras en M é x i c o .
K a e r g e r se lamentaba j u n t o con los finqueros visitados de las
m a l a s relaciones entre ellos y los trabajadores. Esta s i t u a c i ó n , en
l u g a r de mejorar con el tiempo, empeoraba a m e d i d a que la cafetic u l t u r a se e x p a n d í a y la demanda de trabajadores crecía. A la escasez de trabajadores los finqueros r e s p o n d í a n con medidas propias
p a r a retenerlos contra su v o l u n t a d en las plantaciones. L a m e d i d a
m á s notoria era la de los adelantos de dinero p a r a atraer la fuerza
de trabajo, que luego los finqueros cobraron no sólo a t r a v é s del
trabajo, sino en las tiendas de raya, en las tareas arbitrarias y, en
el caso extremo, persiguiendo a los p r ó f u g o s . A los ojos de K a e r ger, ante tal s i t u a c i ó n era preferible y m á s " e c o n ó m i c o " el sistem a de vigilancia policíaca, instituido en Guatemala. A l fin y al cabo,
los campesinos, i n d í g e n a s en su m a y o r í a , eran u n instrumento de
trabajo m á s en el inventario de Kaerger que h a b í a de cuidarse igual
que los d e m á s aperos a g r í c o l a s .
K a e r g e r era sumamente sensible a los prodigios y las limitaciones de l a naturaleza del t r ó p i c o y supo exponer, a q u i e n se interesara, las ventajas y desventajas de los abonos q u í m i c o s en lugares
donde el estiércol natural abundaba. A veces era preferible ser atento
a las correctas selecciones de las pendientes para el cultivo del café,
a los á r b o l e s de sombra, a la c o n s e r v a c i ó n de l a h u m e d a d , que a
los inventos de fertilizantes q u í m i c o s y análisis de suelos.
K a e r g e r concluye su trabajo con la o b s e r v a c i ó n de que l a naturaleza americana es prodigiosa, y por lo mismo d e b í a ser bien administrada. F u e entonces cuando despuntaba t a m b i é n l a e x p l o t a c i ó n
del p e t r ó l e o en M é x i c o . N o sorprende que M é x i c o h a y a figurado
en el m a p a germano de territorios por conquistar, antes de que A l e m a n i a sufriera l a p r i m e r a derrota de su s u e ñ o por conquistar el
mundo.
Daniela SPENSER y Roberto M E L V I L L E
Centro de Investigaciones y Estudios
Superiores en Antropología Social
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