186-A-12. CÁMARA DE FAMILIA DE LA SECCIÓN DEL CENTRO: SAN SALVADOR, A LAS DOCE HORAS Y TREINTA Y OCHO MINUTOS DEL DÍA VEINTICINCO DE SEPTIEMBRE DE DOS MIL TRECE. Conocemos del recurso de apelación interpuesto por la Licenciada MIRIAM ELIZABETH A.M., actuando en su calidad de Apoderada del demandado[...], de […], de este domicilio. Impugna la Sentencia Definitiva proveída por la JUEZA PRIMERO DE FAMILIA, DE ESTE DISTRITO JUDICIAL Licenciada DELMY ELSY RODRÍGUEZ ARÉVALO, en el PROCESO DE PÉRDIDA DE AUTORIDAD PARENTAL, clasificado bajo el N.U.E. 15237-11PF-1FM1(5) iniciado por la señora [...], de- […], con domicilio en Santa Ana, quien es representada por la Licenciada MARTA ESTELA C.G., en sustitución de los Licenciados PATRICIA LEONOR H. C., KAREN SOFÍA G. P.y ROBERTO ANTONIO C. P., en contra del impetrante. Ha intervenido la Licenciada DOMINGA YOLANDA H., en su calidad de Procuradora de Familia Adscrita al Juzgado A quo. Se tiene por admitido el recurso de apelación por reunir los requisitos de ley. VISTOS LOS AUTOS Y CONSIDERANDOS: I) La Sentencia Definitiva impugnada fue pronunciada a las catorce horas treinta minutos del día veinticinco de junio del ario dos mil doce, la cual corre agregada a fs. 186/189; en la que la Jueza A quo resolvió lo siguiente: "DECRETASE LA PERDIDA DE LA AUTORIDAD PARENTAL QUE EJERCE EL SEÑOR[...], RESPECTO DE LA NIÑA [...], SIENDO EL MENCIONADO SEÑOR DE LAS GENERALES SIGUIENTES: DE […], QUIEN SE IDENTIFICA POR MEDIO DE SU DOCUMENTO ÚNICO DE IDENTIDAD NUMERO […], POR HABER ABANDONADO INJUSTIFICADAMENTE A LA MENCIONADA NIÑA. EN CONSECUENCIA LA AUTORIDAD PARENTAL DE LA NIÑA [...], SERA EJERCIDA EN FORMA EXCLUSIVA POR LA MADRE SEÑORA […], ORDENASE AL SEÑOR JEFE DEL REGISTRO DEL ESTADO FAMILIAR DE LA ALCALDÍA MUNICIPAL DE SAN SALVADOR MARGINAR EN EL SENTIDO EXPRESADO LA PARTIDA DE NACIMIENTO DE LA NIÑA [...], ASENTADA BAJO EL NUMERO TRESCIENTOS OCHENTA Y NUEVE, FOLIO TRESCIENTOS NOVENTA Y UNO, DEL LIBRO DE PARTIDAS DE NACIMIENTO QUE EL REFERIDO REGISTRO LLEVO EN EL AÑO DE DOS MIL CINCO." (Sic.) II) Inconforme con lo resuelto, la Licenciada MIRIAM ELIZABETH A.M., a fs. 190/195 presentó escrito de apelación, en el cual manifiesta: Que fundamenta el Recurso de Apelación en la aplicación errónea de la causal segunda del Art. 240 C.Fm., expresa que ninguno de los hechos alegados por la señora [...] en la demanda son ciertos. Que el motivo por el cual se inició el Proceso de Pérdida de Autoridad Parental en contra de su mandante fue por ser de paradero desconocido, pero en la declaración en audiencia de la demandante se hace constar que existía comunicación con el demandado. Agrega, que no es cierto que su mandante visita a su menor hija de forma esporádica, ni tampoco que aporta dinero de manera irregular, ya que su mandante lo ha hecho hasta que su trabajo fijo se lo ha permitido. También agrega que la Sentencia que recurre es atentatoria y favorece a la demandante aun después de escuchar la declaración de ésta, manifestando su intención de sacar a su hija del país. Expresa, que con la prueba testimonial se afirma que el problema del demandado es el "factor económico", y no una mala, negativa, dañina o nociva relación del señor[...] con su menor hija. Sigue manifestando, que según la Convención Sobre los Derechos del Niño, la niña [...]tiene derecho a mantener una relación personal, contacto directo con ambos padres y en la medida de lo posible a ser cuidada por ellos, además la niña QUIJANO CASTANEDA también tiene derecho a ser tratada como sujeto en este proceso. Además agrega, que su mandante ha mostrado preocupación, y se encuentra con barreras de la distancia y de comunicación que la madre de la niña QUIJANO CASTANEDA pone entre ésta última y su padre. Agrega que la Jueza A quo no observó lo dispuesto en la causal segunda del Art. 240 C.Fm., debido a que del conjunto de la prueba quedó demostrado que el señor […], desde la fecha de nacimiento de [...], estuvo ahí; manifiesta que ha sido la mala comunicación promovida maliciosamente por la madre de la niña, la que no ha permitido la cercanía de él y su hija. Expresa que el hecho que su mandante continúe hasta su última instancia en éste proceso, es muestra de su interés por la niña, y no de dignidad como se afirmó en la Sentencia. Termina solicitando, que posterior a la valoración de los medios probatorios y por resolución razonada se modifique (quiso decir se revoque) la Sentencia venida en Apelación, declarándose no ha lugar a decretar la Pérdida de Autoridad Parental, que el señor […], ejerce sobre la niña [...]. Por Auto de fs. 196 se tuvo por interpuesto el recurso de Apelación y se mandó a oír a la parte contraria, representada por la Licenciada MARTA ESTELA C. G. y a la Procuradora de Familia DOMINGA YOLANDA H., contestando únicamente la Licenciada CAÑAS G. quien evacuó el traslado, y en lo medular manifestó lo siguiente: Que en el recurso de Apelación que interpone la Licenciada MIRIAM ELIZABETH A.M. no señala de qué modo la Jueza A quo erró en la aplicación del Art. 240 C.Fm. Expresa que el recurso presentado por la impetrante debe ser declarado inadmisible, basándose en el Art. 148 L.Pr.Fm., ya que los recursos deben ser presentados en forma, es decir si se fundamenta una errónea aplicación de la norma, debe señalarse las razones o fundamentos de esa motivación, no de la valoración de los hechos como efectivamente lo ha realizado la Licenciada A.M. (Art. 511 C.P.C.M). Agrega, que en el recurso no se señala cuál era la disposición que debió usarse y no se aplicó, o al menos de qué modo no debió aplicarse. Resalta que se ha cometido el error de confundir la errónea aplicación de la norma, con la valoración de los hechos probados en el proceso. Sigue mencionando, que el recurso de Apelación fundamentado en la errónea aplicación de la norma, trae como efecto jurídico que se anule la sentencia y no que se modifique, tal como lo pide la parte apelante. Agrega además, que en caso de no declararse la inadmisibilidad del Recurso, se reservan el Derecho para acudir en Casación, condicionando con esto último nuestra decisión a lo que dicha profesional interpreta, siendo que es atribución propia de esta Cámara al valorar si se admite o no el recurso y el derecho de las partes plantear los recursos. Argumenta, que se demostró por medio de la deposición de las testigos, que el señor […] abandonó materialmente a su hija, no cumpliendo con la cuota establecida en la sentencia de divorcio que era de CINCUENTA DÓLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA MENSUALES. Considera por lo tanto, que la Sentencia dictada por la Jueza A quo está apegada a derecho en cuanto a lo que establece el Art. 240 Ord. 2° C.Fm., ya que al valorar las pruebas en su conjunto, a la Juzgadora le merecieron fe, además que los hechos relatados son conformes con lo indagado por el Equipo Multidisciplinario del Centro Judicial, configurándose por tanto la causal invocada en el Ord. 2° del Art. 240 C. Fm. Termina solicitando, que en caso de no estar de acuerdo con los fundamentos para declarar inadmisible el Recurso, y si se considera procedente la valoración de los hechos, que se confirme la sentencia pronunciada por la Jueza A quo, donde se decretó la perdida de la Autoridad Parental del señor […] en relación a su hija [...], por estar apegada a derecho. III) El objeto del recurso se constriñe en determinar a partir del material que milita en autos si procede revocar la Sentencia que decretó la Pérdida de la Autoridad Parental que el señor[...], ejerce respecto a su hija [...], o si por el contrario se debe confirmar o modificar la Sentencia impugnada. Para decidir si procede o no sancionar al señor[...], con la Pérdida de la Autoridad Parental respecto de la niña [...], con base en la causa 2 del Art. 240 C. Fm., es decir, por abandono sin causa justificada, es necesario analizar la ratio decidendi (razones de la decisión) de la Sentencia y establecer si existe o no una adecuada relación de sus argumentos con el material probatorio que consta en el proceso. Ello implica analizar la operatividad en el sub lite del sistema de valoración de pruebas acogido en nuestra ley adjetiva (sistema de la sana crítica). Para decidir si en el sub lite se ha configurado la causa 2° del Art. 240 C. Fm., es necesario analizar dicho precepto en relación a los hechos probados constitutivos de dicha causal y otras normas aplicables al caso. En el Código de Familia, el concepto de abandono se encuentra en el apartado relativo a la adopción, en el Art. 182 Ord. 1°, que expresa: "[...] Se considera abandonado, todo menor (entendido como toda niña, niño y adolescente) que se encuentre en situación de carencia, que afecte su protección y formación integral en los aspectos material, psíquico o moral, por acción u omisión;". Lo anterior hay que relacionarlo estrechamente con lo que el legislador estableció, como Principio del Interés Superior de la Niña, Niño y Adolescente en el Art. 12 LEPINA, "... Se entiende por interés superior de la niña, niño o adolescente toda situación que favorezca su desarrollo físico, espiritual, psicológico, moral y social para lograr el pleno y armonioso desenvolvimiento de su personalidad... Para ponderar el principio del interés superior en situaciones concretas, deben ser considerados de forma concurrente los elementos siguientes: a) La condición de sujeto de derecho y la no afectación del contenido esencial de los mismos; b) La opinión de la niña, niño o adolescente; c) Su condición como persona en las diferentes etapas de su desarrollo evolutivo; d) El bienestar espiritual, físico, psicológico, moral, material y social de la niña, niño o adolescente; e) El parecer del padre y madre o de quienes ejerzan la representación legal, según sea el caso; y j) La decisión que se tome deberá ser aquella que más derechos garantice o respete por mayor tiempo, y la que menos derechos restringe por el menor tiempo posible. La consideración de este principio es obligatoria para toda autoridad judicial, administrativa o particular." junto con lo preceptuado por la Convención sobre los Derechos del Niño en el Art. 9. Por su parte el Código Penal, en el Art. 199 tipifica y sanciona como "Abandono y Desamparo de Una Persona", y en lo pertinente dice: "El que teniendo deber legal de velar por un menor (entendido como toda niña, niño y adolescente) de dieciocho años o una persona incapaz de proveerse por sí misma, los abandonare poniendo en peligro su vida o su integridad personal o los colocare en situación de desamparo...". Esta concepción de abandono alude a los casos más graves y consumados, es decir, sigue un criterio objetivo de abandono, que igualmente puede encajar en la causa 2' del Art. 240 C. Fm. En nuestro derecho de familia, de acuerdo a las nuevas corrientes, para valorar el Abandono como causa de Pérdida de la Autoridad Parental, se adopta también un criterio subjetivo de abandono, puesto que se entenderá que hay abandono aún cuando la niña, niño o adolescente "abandonado" sea recogido por el otro progenitor o un tercero que lo ampare. Se atiende entonces al incumplimiento por parte del padre o madre de los deberes de asistencia a la niña, niño o adolescente, sin causa justificada. En estos casos -lógicamente- por su subjetividad, la ley no define parámetros para tener por establecida la causal de abandono. La doctrina reconoce como criterio determinante, además del hecho objetivo, la intencionalidad del abandonante. Sin embargo puede no existir la intencionalidad de causar daño e igualmente bastarán los hechos objetivos que no tengan excusa o justificación para que se configure el abandono. Aunado a lo anterior la doctrina ha sostenido que la Pérdida de la Autoridad Parental "es una sanción legal, contra el padre o madre, frente a conductas que ponen en grave peligro la formación integral del hijo e incluso la vida misma" (Sic.) (resaltado y cursiva fuera de texto) (Zannoni, Eduardo. Drecho Civil. Derecho de Familia. Tomo II. Ed. Astrea, 2002.); y que "es el desprendimiento de los deberes del padre o la madre, o sea, la abdicación total de los deberes de crianza, alimentación y educación que impone la ley, y no simplemente el cumplimiento más o menos irregular de los deberes resultantes de la patria potestad." (Belluscio, Cesar Augusto. Manual de Derecho de Familia. Ed. Astrea. Tomo 2, 2004). En anteriores decisiones, esta Cámara ha dicho que el abandono consiste en la falta de interés del progenitor en procurar o agotar los medios necesarios para asistir a su hijo(a) menor de edad en los aspectos morales, educativos, afectivos y económicos. Esas omisiones acarrean como consecuencia el incumplimiento de los deberes familiares del padre respecto al hijo(a). Dicho en otra forma, se traduce en irresponsabilidad paterna. Todas estas situaciones deben ser valoradas por el juzgador en cada caso concreto atendiendo los principios rectores del derecho de familia. IV) RELACIÓN DE ELEMENTOS PROBATORIOS Y VALORACIONES DE ESTA CÁMARA. A fs. 4 esta agregada la Certificación de Partida de Nacimiento de la niña [...] que acredita su filiación respecto del señor[...]. Es necesario señalar que en la demanda se menciona que las partes materiales se divorciaron en el mes de junio de dos mil siete, desconociéndose a quien de los padres se le otorgo el cuidado personal, el tipo de régimen de visitas que se estableció, así como la cuota Alimenticia que se fijara, pues no se agregó documentos en que conste dichos rubros. En la Audiencia de Sentencia -fs. 175/184- se recibieron las declaraciones de los testigos ofrecidos por la parte demandante, y el interrogatorio directo a las partes materiales. De todas las declaraciones se extrae que después del divorcio de las partes ha sido la actora quien ha asumido casi en su totalidad las obligaciones derivadas del ejercicio de la autoridad parental de la niña [...], las dos testigos de cargo, han sido concordantes al declarar que conocen al demandado señor[...], que dicho señor se desapareció desde que se divorció de la señora [...], quien no conoce el lugar de residencia del demandado. En la demanda se ha afirmado que el demandado, abandono a su hija [...], sin causa justificada de forma material desde el mes de enero del ario dos mil diez y de forma moral y afectiva desde el mes de junio de dos mil siete, fecha en la cual se declaró disuelto el vínculo matrimonial que unía a los señores[...] y [...], olvidándose el demandado de las obligaciones inherentes a su condición de padre, no proporcionando la Cuota Alimenticia, Educación, Vestuario, habitación y mucho menos gastos de recreación para el desarrollo biopsicosocial de la niña [...]; en ese punto las testigos presentadas por la parte actora señoras […] (175vto / 178vto. y 179fte./181fte. respectivamente); manifestaron en el orden que han sido consignadas ser amiga y hermana de la demandante respectivamente, que visitan frecuentemente a la demandante durante el transcurso de la semana y los fines de semana, por la condición de ser compañera de trabajo y familiar afín (hermana) de la demandante. Por esa relación que tienen las testigos, han podido observar, que el demandado señor[...], no llega a visitar a su hija [...], quien estudia Preparatoria en el Colegio Madre de la Iglesia, Centro Educativo que está dentro de las instalaciones de la Universidad Católica de El Salvador, lugar de trabajo de la señora [...], que ésta última cubre las necesidades básicas de la niña [...]. Resaltan que ni la familia del señor […], ni él mismo demandado, tienen presencia ni aporte en las actividades de la niña […], sino únicamente la demandante, la familia materna y los compañeros de trabajo de la demandante, que esta carencia de afecto ha incidido en la vida de la niña [...], al grado de cuestionar la referida niña a su progenitora rotundamente porque no tiene padre, lo cual en la actualidad han sido superados con el tratamiento psicológico proporcionado por la demandante a la niña [...], tal como se menciona en la Constancia de fs. 138. Los resultados del estudio psicosocial-educativos -fs. 124/174-, elaborados por los Licenciados JOSÉ ARTURO T. L., JUANA DINORAH E. DE M. y MARÍA LUISA M. A., quienes son en el orden que se mencionan Psicólogo, Trabajadora Social y Educadora, los cuales no fueron refutados por las partes, viene a abonar lo mencionado por las testigos en el sentido que el demandado señor[...], ha aceptado que no ha intentado ver a su hija desde el día diecisiete de junio de dos mil nueve, fecha en la cual llevó a su hija a consulta y le diagnosticaron "Rinofaringitis Aguda", demostrando displicencia o comodidad con su deber de relación y trato, restándole importancia a la salud de su hija, aduciendo posteriormente que esa lejanía se debe a la pérdida del empleo que sufrió en el mes de junio de dos mil diez, hecho que también le impide no cumplir con la Cuota Alimenticia de CINCUENTA DÓLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, que le fijaron en la Sentencia de Divorcio. Resaltan en el informe que el señor[...], conocía el lugar de trabajo y números telefónicos de la demandante, ya que los proporcionó en el Tribunal Eclesiástico tal como aparece a fs. 141, los cuales nunca usó en las instancias pertinentes, para hacer efectivo el régimen de visitas que se le fijara. Asimismo mencionan que de la entrevista que tuvieron con la niña [...], pudieron percibir que la figura paterna en la vida de la aludida niña, está referida al señor […], -esposo actual de la demandante-, de quien recibe protección y ayuda económica en ausencia del demandado; persona que si bien no se le realizaron estudios, no eran esenciales pues no se refutó que la relación con la niña no fuera la adecuada. De igual manera mencionan que la niña [...], estudia en el […], y que los gastos que ha demandado en educación la referida niña han sido cubiertos por la demandante y su actual esposo. De lo anterior el señor[...], afirmo en su Interrogatorio Directo (fs. 181 fte. y vto.), que está pasando en un momento económico dificil, por ello no está cumpliendo con la Cuota Alimenticia que le fijaron en el divorcio, a favor de la niña [...], desde el mes de junio de dos mil diez, que conoce la Universidad donde labora la demandante, que no sabe del lugar donde estudia su hija, y que sabe del lugar de residencia de los padres de la demandante. Cabe mencionar que el señor […], asevera que tiene un Taller de Encuadernación y vende papelería relacionada a las imprentas y ayuda a su esposa en la profesión de abogada, con lo que tiene ingresos mensuales para sobrevivir, en ese sentido, es lógico pensar -como lo dijo el Equipo Multidisciplinario comisionado por la Jueza A quo- que el demandado tiene una actitud de displicencia o comodidad en sus obligaciones que lo hacen incumplir con su responsabilidad de padre frente a su hija, hecho que también lo menciona la señora [...], en su interrogatorio directo (fs.181 vto./183 fte.), cuando expreso que siempre era la persona que aportaba económicamente en el hogar durante el matrimonio, y que en la separación el demandado, mostro interés únicamente en las cuestiones materiales pero no en su hija [...], posterior a ello, tampoco dialogó de manera franca con la madre, acerca de su situación personal y su relación con su hija; tampoco probo fehacientemente una verdadera obstrucción al Régimen establecido por parte de la madre; más que eso refirió las exigencias de la madre con respecto a su hija, como era su obligación de madre hacerlo. Es importante destacar por parte de esta Cámara que en un proceso de Pérdida de la Autoridad Parental valoramos el cumplimiento de las funciones derivadas de la Autoridad Parental, que no se limitan a aspectos de carácter personal, moral, sino también patrimonial, sobre todo tratándose de un progenitor que tiene una actitud de displicencia o comodidad frente a sus obligaciones, independientemente que dicho incumplimiento pueda ser realizado por la vía de ejecución judicial, es decir, mediante un procedimiento de ejecución de la primigenia sentencia de divorcio se puede perseguir el cumplimiento de las prestaciones patrimoniales (cuotas alimenticias); sin perjuicio de iniciar el proceso de Pérdida de la Autoridad Parental donde se valora el comportamiento irresponsable del progenitor en relación a todos sus deberes inherentes al ejercicio de la Autoridad Parental, que para el caso se remonta a un período de tiempo considerable de casi tres arios, a pesar de su formación espiritual que menciona. En el caso de autos, ha quedado acreditado que el señor[...], ha sido inconstante en el cumplimiento de sus obligaciones patrimoniales respecto de su hija [...]. Las testigos fueron enfáticas al señalar que la asistencia económica del demandado para su hija ha sido nula, hecho que el demandado reconoce que ha sido desde el mes de junio de dos mil diez cuando queda cesante de su trabajo, pero esto no es justificación para que dicho señor no busque algún trabajo o que realice algún oficio que le genere ingresos mensuales. Hay que recordar que el señor […] fue determinante al decir que percibe ingresos de su "Taller de Encuadernación", de la venta de papelería relacionada a la imprenta y de la ayuda que hace a su esposa en su profesión de abogada, por tanto, con meridiano esfuerzo, puede hacer efectiva su obligación, pero no lo hace, demostrando con esa actitud un desinterés. En todo caso podría pedir una cesación de su obligación alimenticia por estar imposibilitado de cumplirla. En ese sentido, hay que tomar en cuenta que en el expediente no aparece alguna circunstancia que incapacite al demandado para cumplir con sus obligaciones, que de alguna manera lo puedan poner en una posición especial frente a su hija, donde se justifique su imposibilidad a cumplir la Cuota Alimenticia fijada en sentencia ($50.00 mensuales), la cual no es excesiva; es preciso destacar que en cumplimiento de sus funciones de crianza, la contribución económica que el señor[...] debe realizar a favor de su hija no debe ser esporádica, -cuando afirma que cuando puede la cumple- sino periódica, ya que las necesidades de su hija necesitan ser satisfechas día con día y aún cuando la señora [...] y su cónyuge asumen responsablemente dichas obligaciones, por tanto el demandado no se ve bajo ningún concepto eximido en el cumplimiento de dicha obligación moral y legal. Finalmente no puede dejar de apreciarse la conducta demostrada por el demandado frente a la demandante, a la niña [...], familia materna y en el desarrollo del proceso, donde refleja una fina comodidad y desinterés para con sus obligaciones, que no hace más que resaltar su irresponsabilidad en el cumplimiento de sus deberes paterno filiales. Es curioso como la testigo señora […] (hermana de la demandante), expresa que la última vez que vio al demandado en un Centro Comercial, nunca le pregunto por la niña [...], y que el demandado le hablo por teléfono solo para informarle que se había casado, para proporcionarle su nuevo número telefónico y su dirección, y que no quería nada con su hija, diciéndole que le firmaba cualquier documento, lo que nos hace pensar que habían medios de comunicación por los cuales el demandado podía comunicarse con la demandante y su familia, para ejecutar la sentencia de divorcio en lo que respecta al régimen de visitas, pero no lo hizo y de la manera fría que demostraba al no preguntarle por su hija cuando miraba a la señora […], o decir que solo con firmar un documento se exoneraba de su responsabilidad con su hija. Lo anterior reforzado con los medios de prueba citados nos hace concluir que el demandado no ha ejercido de forma responsable las funciones derivadas de la autoridad parental a favor de su hija [...] y si bien ha demostrado en algunos momentos interés en su hija, dicha conducta es aislada, por lo que para este Tribunal no ha quedado evidenciado un compromiso del demandado -a pesar de la distancia de los lugares donde residen- para asumir responsablemente sus obligaciones paterno filiales, por lo que consideramos procedente confirmar la sentencia venida en apelación, ya que la conducta del señor[...], no puede ser calificada más que como un abandono injustificado en contra de los intereses de su hija [...]. Es pertinente señalar que nuestras resoluciones son dictadas conforme a los hechos que nos presentan, las leyes y en aplicación a la Sana Critica, en ese sentido en nada afecta, las advertencias de los litigantes, de poder impugnar esta resolución, por ser un derecho de las partes, como el caso de la Licenciada MARTA ESTELA C. G., cuando dice que debemos declarar inadmisible el recurso, reservándose el derecho de acudir en Casación (fs. 203 vto.), ya que ese derecho lo tiene siempre, aún y cuando sea de su aprobación o no la Sentencia, en ese sentido, esa petición no incide en los fundamentos en nuestra decisión. Por último, esta Cámara hace la siguiente observación a la Jueza A quo: Que el orden del expediente tiene que seguir una lógica secuencial que comienza desde la demanda o solicitud, hasta las resoluciones que pongan fin a la misma (Sentencias Definitivas o Interlocutorias) que se dictan posteriores a la presentación de la demanda o solicitud y las esquelas de notificación de los mismos, lo anterior se menciona en virtud de que el expediente no se encuentra ordenado en forma idónea, ya que se agregan esquelas de notificación de forma desordenada y con sello y firma en fotocopia de la Secretaria de Actuaciones (v. gr. fs. 123), no se ha agregado la esquela de notificación de los autos de fs. 79 y 100 a las partes y a la Procuradora de Familia Adscrita; la esquela de notificación de fs.103, fue notificada a la Licenciada Carmen Sofía García Pérez que no es parte dentro del proceso; y las esquelas de notificación de fs. 78, 102 y 103, fueron elaboradas conforme al anterior Código de Procedimientos Civiles(derogado) en contravención del Art. 177 C.Pr.C.M., por tanto es necesario, que después de toda resolución o Acta agregada al expediente, se consigne posteriormente, las solicitudes de actos de comunicación y las esquelas que corresponde a las resoluciones, verificando si efectivamente se diligenció el acto de comunicación, que no contengan sellos en fotocopia, y que esté elaborada conforme al nuevo Código Procesal Civil y Mercantil, ya que no obstante por la organización de los Centros Integrados de Justicia, no es su responsabilidad inmediata, las erróneas actuaciones de la Oficina de Actos de Comunicación, pero como directora del proceso debe de velar por ese orden y garantizar que ninguna resolución quede sin notificarse, o con esquelas de notificación con sellos en fotocopia de la Secretaria de Actuaciones, ésto con el fin de evitar posibles anulabilidades y garantizar que las partes estén notificadas de todo lo actuado en el proceso. Por los argumentos expuestos y de conformidad a los art. 1, 32, 36, Cn; 4, 7, 8, 9 C.S.D.N; 182 Ord. 1°, 240 C.Fm.; 3, 7, 56, 115, 117, 148, 153, 156, 160, 218 L.Pr.F.; 12, 14 LEPINA, y 199 C.Pn.; 20, 177 y 219 C.Pr.C.M. esta Cámara a nombre de la Republica de El Salvador, FALLA: Confírmase la Sentencia venida en apelación que declaró la Pérdida de la Autoridad Parental del señor[...], respecto de su hija [...]; en consecuencia el ejercicio de la misma le corresponde de forma exclusiva a la madre señora [...]. Ejecutoriada la presente sentencia devuélvase el proceso a su Tribunal de origen, junto con certificación de la misma. NOTIFIQUESE. PRONUNCIADA POR LAS MAGISTRADAS LICDA. SILVIA GUADALUPE BARRIENTOS ESCOBAR Y LICDA. RHINA ELIZABETH RAMOS GONZALEZ A.COBAR. A. SRIO.