“ASESORAMIENTO PSICOPEDAGÓGICO A FAMILIAS VÍCTIMAS DE ABUSO Y MALTRATA FÍSICO Y/O PSICOLÓGICO” Es necesario partir de la idea de que por norma general, “las familias maltratadas no denuncian” pues de lo contrario sería una acción de autodenuncia. Aunque, en determinados casos, sí existen algunas familias que lo hacen: un miembro familiar de segundo grado, el propio maltratador que le da importancia al hogar y su familia, y los falsos casos espontáneos. La denuncia es un instrumento clínico y es justamente lo que logra que se tenga enganchada a la familia a la terapia correspondiente con el fin de recuperar a sus hijos. En el momento en que una familia incumple las disposiciones legales establecidas por el juez, el informe se cerrará en negativo. Por el contrario, cuando siguen las instrucciones del terapeuta y asisten a las citas el informe será positivo. Para la redacción de los informes periciales es necesario tener un gran número de pruebas del ámbito en el cual el niño se mueve. Uno de los ambientes clave es su aula en el cual se recogerá información a través de registros de observación conductual y de rendimiento escolar. El tutor de ciclo puede facilitar información acerca de su comportamiento en el patio y otras asignaturas. También, es preciso recoger el informe del gabinete psicopedagógico de orientación que remitirá pruebas estandarizadas. Y finalmente, también es necesario un informe médico que acredite el parte de lesiones tanto físicas como psicológicas. El caso no se debe abordar de forma aislada sino que es necesario valerse de otros profesionales como servicios sociales, médicos, psicopedagogos,… Cuando se comprueba el maltrato con la recogida de datos se debe formalizar la denuncia con la ayuda de asuntos sociales. En este caso, los padres, por ley, están obligados a acudir a terapia si quieren recuperar a sus hijos. A continuación, se pasa a abrir un expediente familiar en el que se intenta describir el contexto coercitivo. Se debe puntualizar con precisión todos los hechos en los que se ha producido maltrato. También, se debe averiguar si la familia está pasando por alguna crisis a consecuencia de algún acontecimiento sucedido; como por ejemplo, accidentes, fallecimientos,… El alejamiento de los menores es un recurso que se debe utilizar eficazmente con el fin de que los padres progresen en la terapia. Los tipos de maltrato más usuales dentro de las familias son los siguientes: - Maltrato por incapacidad de atender a sus hijos Maltrato de un hijo específico. Se trata de familias que tienen un hijo predilecto y abandonan al resto. Maltrato al patito feo. Son familias que maltratan al hijo de uno de los conyugues. Maltrato a los hijos que se posicionan como abogados defensores de la víctima. Se trata de familias en las que los conyugues se han separado y uno de los dos abandona la casa por petición del juez ya que existe violencia de género. Los hijos no entienden este hecho por lo que defienden al padre o madre que se ha ido de casa porque piensan que el otro lo ha echado. Dentro del propio maltrato podemos destacar una serie de fases que aparecen en la mayoría de los casos. Cabe señalar que en las tres primeras fases aun existe un número elevado de probabilidades de recuperación terapéutica. Pero a partir de la cuarta fase las posibilidades de recuperación son muy bajas. - La primera fase se denomina “conflicto de pareja”. En esta fase, existe una víctima aparentemente pasiva y un maltratador aparentemente activo. - La segunda fase, denominada “inclinación de los hijos”, se caracteriza porque los hijos se suelen aliar con la víctima que ellos creen que es pero no por ello tiene que ser la víctima real. - La tercera fase se denomina “coalición activa de los hijos”. Los hijos se alían y dirigen toda su hostilidad contra el que piensan que es el más fuerte. - La cuarta fase “instrumentación de las respuestas” se caracteriza porque los padres no entienden las respuestas de rabia de sus hijos como una denuncia de lo que están viviendo y les está pasando y les castigan drásticamente, con violencia física normalmente. Comienzan ya aparecer sentimientos de odio que son muy difíciles de solventar por lo que a partir de esta fase es complicado que la terapia obtenga éxito. - La quinta fase es el reflejo a nivel educativo. Los hijos tienen serios problemas y a nivel educativo se comienza a reflejar. Empiezan a ser conscientes de que se les ha utilizado en la separación de sus padres y sienten odio hacia ellos. Las causas o motivos que llevan a un progenitor maltratador a seguir haciéndolo son diversas. El maltratador sigue maltratando porque le gusta ejercer la superioridad. Suelen ser personas muy acomplejadas que necesitan sentir esa superioridad en algún ámbito de su vida, y normalmente es el ámbito familiar o personal. También, por temor a que su familia los abandone. Piensan que el maltrato es una forma de que sus víctimas dependan de él. Otra razón, es porque se sienten excluidos de alianzas familiares de su conyugue con sus hijos. Pero esto no es real, si acaso esas alianzas aparecen con posterioridad. Porque perciben rebelión de su hijo hacia él y ve que su conyugue no hace nada para resolverlo. El instrumento terapéutico principal es cuando se descubre el juego de maltrato que se está llevando a cabo en la familia, ya que es cuando se es capaz de preverlas y tomar medidas para que no vuelva a suceder. A la hora de abordar la terapia con estas familias, es necesario tener en cuenta una serie de asuntos: - Cita con la familia de origen de los conyugues porque normalmente el conflicto se origina en esas familias de origen. - Bloquear la inserción del hijo en el conflicto de pareja. - A veces, es imposible trabajar con ambos conyugues a la vez por lo que es conveniente citarles por separado. Es muy importante no rebelarles información de lo que hace uno u otro. Cuando la fase de terapia termina comienza la reeducación de la familia, que consiste en ofrecerles estrategias alternativas a la violencia como el diálogo, la reflexión,… Aun así, a veces, es imposible la reeducación y entonces se le aconseja la separación conyugal y la retirada de los hijos.