Transiciones a la democracia en Brasil y Argentina: la importancia

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Transiciones a la democracia en Brasil y Argentina: la importancia de examinar sus
impactos en la opinión pública
Bruno Mello Souza1
Abstracto
Este artículo se refiere a la parte teórica y los fundamentos epistemológicos y
metodológicos de una investigación doctoral que plantea la cuestión de las transiciones
políticas de regímenes militares para democracias combinada con la cultura política. Lo
que se busca, en la referida tesis, es verificar en los contextos de Brasil e Argentina, las
diferencias en las percepciones de los ciudadanos en términos de confianza en los
militares, “nostalgia de los tiempos autoritários” (CASTRO, 2007), adhesión a la
democracia, capital social, conformado por la confianza interpersonal e institucional y
participación política. Estas distinciones serían originárias de dos modelos diferentes de
transición: mientras en Brasil la transición ocurrió de forma lenta, gradual y negociada,
en Argentina el proceso fue más abrupto, con un fracaso más evidente de los militares,
que salieron de la escena completamente perdedores (O’DONNELL y SCHMITTER,
1988). La premisa adoptada es la de que una transición gradual y negociada, como la
brasileña, genera vínculos y predisposiciones más débiles de los ciudadanos en relación
a la democracia, es decir, una menor calidad democrática desde un punto de vista
maximalista (DIAMOND y MORLINO, 2004), mas allá de menores tasas de capital
social, en contrapunto con el caso argentino, en lo cual la apelación democrática
tendería a ser más sustantivo por el hecho de la dictadura haber caído con una uma
imágen más clara de fracaso político. De ese modo, el artículo discute las distinciones
en los dos modelos de transición examinados para justificar la propuesta de la tesis, de
examinar la opinión pública em Brasil y Argentina adoptando como fondo la cuestión
transicional.
Palabras-clave: Transiciones para la democracia; cultura política; capital social;
regímenes autoritários; calidad democrática.
1. Introducción
Este artículo se refiere al tema de las transiciones políticas en dos contextos
bastante distintos, bajo este punto de vista: Brasil y Argentina. En los dos países,
ocurrieron transiciones en modelos bastante diferentes: mientras en el contexto
brasileño la transición fue negociada, lenta, gradual, en Argentina la derrota militar fue
mucho más marcante y abrupta, con uma amplia participación de la sociedad civil
(O’DONNELL y SCHMITTER, 1988). La idea presente en el estudio que se va a
desarrollar es la de que esos modelos presentan repercusiones distintas en los dos
1
Maestro y candidato a doctor en el Programa de Posgrado en Ciencia Política de la Universidade Federal
do Rio Grande do Sul. Becario PDSE CAPES, Proceso 99999.003916/2014-06. Correo electrónico:
[email protected]
escenarios. Se supone que en Brasil, una transición más negociada y menos efervescente
ha generado una cultura política com mayor apertura a ideales autoritários, com menos
confianza interpersonal y en las instituciones democráticas, y más confianza en la
institución militar, guiada en una mayor “nostalgia de la dictadura” (CASTRO, 2007),
mientras en Argentina tal lógica sería la inversa, es decir, el fracaso de los gobiernos
autoritários aumentaría la repulsión a sus ideales y, consecuentemente, a una mayor
calidad de la democracia, si considerada más allá de sus procedimientos formales
(DIAMOND y MORLINO, 2004).
De ese modo, se busca articular a los estudios sobre distintos modelos de
transición un estudio culturalista, vislumbrando las posibles relaciones de los dos
modelos con las percepciones de los individuos sobre cuestiones de orden democrática
al largo de los últimos años, en Brasil y Argentina, culminando en las relaciones de
capital social, es decir, examinando si diferentes modelos de transición resultan en
diferentes estándares de confianza institucional e interpersonal. De ese modo, este
artículo busca presentar los contextos de las dictaduras militares em Brasil y Argentina
y la forma como se desencadenaran. Luego, son presentadas las motivaciones para el
desarrollo de una tesis, como pensamos que estos dos modelos transicionales pueden
impactar sobre elementos de la cultura política y del capital social en los países aquí
estudiados, y cuales son los fundamentos metodológicos y epistemológicos de la tesis
propuesta. Por último, son presentadas las consideraciones finales acerca del tema
trabajado. Ahora, en la sección siguiente, son presentados los dos casos, con los
panoramas de sus últimas dictaduras y el desarrollo de sus transiciones a la democracia.
2. Modelos de transición de Brasil y Argentina
En una perspectiva amplia, las teorías sobre transición política presentan cinco
postulados principales. El primero es que un país que está saliendo de una dictadura está
necesariamente dirigindose hasta la democracia. El segundo ofrece una serie de estágios
seguidos en este proceso, que son apertura, avance y consolidación. El tercero postulado
se refiere a la creencia en la importancia determinante de la existencia de elecciones
para la generación del desarrollo democrático, aumentando la participación y la
responsividad por parte de los gobiernos. El cuarto se refiere a la importancia
secundaria de precondiciones estructurales en términos de transición, dentro de una
perspectiva que considera mucho más el rol de las élites políticas en el ámbito de ese
processo. Por último, el quinto postulado es que las transiciones de la tercera ola
(HUNTINGTON, 1991) son establecidas en Estados coherentes y funcionales, lo que se
refleja en una confusión entre la construcción de los mismos y la construcción de la
democracia per se (CAROTHERS, 2002). Thomas Carothers (2002) cuestiona estas
teorías exactamente por considerarlas un tanto teleológicas, una vez que estas no
considerarían diferencias fundamentales en el proceso de superación de regímenes
autoritários, que no necesariamente llevarían a la construcción de democracias. Aunque
se esté de acuerdo con Carothers cuando este destaca la importancia de elementos
culturales y sociales en este proceso, e incluso se dialogue directamente con esta idea al
examinar las transiciones del punto de vista de la cultura política, en el trabajo aquí
propuesto buscamos hacer frente a dos casos en que la transición terminó, por lo menos
en el nivel institucional: Brasil y Argentina.
En el comienzo de la década de 1980, dos tercios de la población
latinoamericana se quedaban en países dominados por militares o bajo regímenes
militares. Con aquella que sería la 2ª ola inversa de democratización (HUNTINGTON,
1991), encontramos los casos de Brasil y Argentina, en los cuales, por medio de golpes
civiles-militares, fueron instalados es sus estructuras de poder regímenes burocráticoautoritarios (O’DONNELL, 1986). Para Guillermo O’Donnell (1986), un Estado
burocrático-autoritario tiene las siguientes características: 1) se pone como organizador
de la dominación de una clase sobre las demás; 2) intenta normalizar la economía
estableciendo nuevos estándares de producción-acumulación; 3) configura un sistema
en lo cual son excluídos de la política sectores populares antes activos; 4) suprime
derechos de ciudadanía; 5) excluye los sectores populares económicamente mientras
posibilita un estándar de acumulación de capital a las clases oligopólicas; 6) promueve
un incremento en el proceso de internacionalización de la estructura productiva; 7)
busca institucionalizar una racionalidad técnica instrumental para despolitizar
cuestiones sociales; 8) cierra mecanismos democráticos de acceso al gobierno,
limitando su ocupación a los miembros de las Fuerzas Armadas y/o representantes de
grandes empresas.
2.1. Dictaduras y transiciones en Brasil y Argentina
El gobierno militar fue instaurado en Brasil entre los días 31 de marzo y 1 de
abril de 1964, y este hecho estuvo relacionado, mas allá de las motivaciones de orden
económica y de temor al comunismo (MOTTA, 2001), a la desestabilización política
vigente en el país desde agosto de 1961, cuando ocurrió la renuncia del entonces
presidente Jânio Quadros. El régimen que se estableció tenía características singulares,
como la combinación de mecanismos de naturaleza notoriamente autoritaria, centrados
en la represión y la desmobilización, con otros típicos de una estructura democráticorepresentativa (BRAGA, RIBEIRO y AMARAL, 2012). En 1965, los partidos entonces
existentes fueron extintos, debido a una crisis política ocurrida después de las elecciones
para gobernador. En ese rato, se determinó una reorganización del sistema partidista,
creando partidos cuyo requisito previo formal de existencia era el apoyo de 1/3 de los
diputados y 1/3 de los senadores. De ese modo, se configuró un sistema bipartidista
dividido entre ARENA (Aliança da Renovação Nacional, partido del gobierno) y MDB
(Movimento Democrático Brasileiro), con elecciones periódicas y regulares para los
cargos de los poderes legislativos municipal, estadual y federal (IDEM, 2012).
Estas elecciones periódicas llevaron, en el año de 1974, a una disputa que se
convirtió en un momento de inflexión: en esta elección, el MDB ganó 16 de los 22 sítios
en el senado y elevó de 28 para 44% su representación en la cámara de los diputados
(IDEM, 2012). De ese modo, las disputas electorales adquirieron un caracter de
plebiscito, guiado por el rechazo o aprobación del gobierno de los militares. En este
escenario, se creó una tendencia electoral de continua caída arenista y crecimiento del
MDB, principalmente en las regiones más urbanizadas del país, lo que configuró una
distinción de las bases de apoyo social de los dos partidos, con los oposicionistas
presentando una fuerza proporcionalmente más grande a lo largo del segmento de los
trabajadores (IDEM, 2012). En lo que se refiere a la cuestión económica, Luciano
Martins (1988) subraya que el éxito del golpe se debió, parcialmente, a la necesidad de
realineamiento de la economía nacional a los nuevos estándares internacionales de
expansión del capitalismo. En este panorama, el apoyo de las élites económicas a los
sectores golpistas fue importante, proporcionando subvenciones a la formación de una
coalición civil-militar que duró casi 21 años.
En 1974, cuando el régimen todavía cosechava los frutos del crecimiento
económico y con el apogeo de la neutralización de los opositores que actuaban fuera del
sistema partidista, Ernesto Geisel (presidente entre 1974-1979) elabora y empieza, de
dentro del propio gobierno, un proyecto de transición política “lenta, gradual y segura”
para la democracia que se extendería hasta el 1985 y sería altamente pactuado en su
transcurrir (GALLO y SOUZA, 2013). En un panorama de redemocratización muy
avanzado, en 1979 ocurre la dilución, por parte del gobierno militar, de ARENA y
MDB, moderando los requisitos para la creación de nuevas agrupaciones partidistas
(BRAGA, RIBEIRO y AMARAL, 2012). Así, más allá de avanzar en la descompresión
del régimen, la estrategia de los militares pasaba por generar una división en el partido
oposicionista, con la intención de evitar que el gobierno perdiera legitimidad en las
elecciones siguientes. La ampliación del sistema ocurrió con la Emenda Constitucional
de 1985, en la cual se establecó total libertad de organización partidista, manteniendo,
sin embargo, una hegemonía bipartidista entre PDS (Partido Democrático Social) y
PMDB (Partido do Movimento Democrático Brasileiro), versiones actualizadas de los
dos partidos que se oponían durante el régimen dictatorial (IDEM, 2012).
En el caso argentino, entre 1930 y 1976, el ejército por seis vezes demostró su
capacidad de imposición, derribando las autoridades electas constitucionalmente y
estableciendo regímenes militares (ARGENTINA, 2011). El escenario sociopolítico que
hizo posible el golpe militar ocurrido en 1976, tiene íntimas ligaciones con el contexto
político experimentado por el país a partir de 1955, período en lo cual, hasta 1972, los
militares evitaban que políticos peronistas fuesen elegidos para cargos importantes
(ACUÑA y SMULOVITZ, 2006; CAVAROZZI, 1996; FERNÁNDEZ, 2006). En 1972,
en un escenario caracterizado por fuerte presión popular por la realización de elecciones
libres, los militares cedieron, y fue elegido para la presidencia de la República Héctor
José Cámpora, candidato peronista, que tomó posesión del cargo en 1973, y en poco
tiempo renunció con el objetivo de forzar nueva elección, que llevaría Juan Domingo
Perón, que ya había sido el primero representante del país entre 1946 y 1955, a la
presidencia con 62% de los votos (ARGENTINA, 2011). Tras la muerte de Domingo
Perón, asumió su lugar Isabel Perón, que lideró un gobierno caracterizado por
persecuciones y violencia principalmente por medio de un grupo parapolicial conocido
como Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) (IDEM, 2011). Aprovechandose de
dilemas tales como las tensiones de la Guerra Fría, la existencia de las guerrillas, la falta
de control estatal sobre los sindicatos y una economia semicerrada, el año de 1976 los
militares concretizaron el sexto golpe de Estado de la historia argentina solamente en el
siglo XX, en el autonombrado “Proceso de Reorganización Nacional”, que empezó en
24 de marzo de aquel año con la caída de la entonces presidente Isabel Perón (IDEM,
2011).
Por tener una inclinación liberal, el llamado “Proceso” buscaba poner en marcha
un modelo económico de apertura que terminó por desestructurar la indústria nacional
argentina y marcó el apogeo de la especulación financiera en el país. Los objetivos de
los ideólogos de este proceso pasaban no solamente por la dimensión económica, pero
también por la implementación de un modelo de nación consistente con los valores
ocidentales y cristianos (IDEM, 2011). En la búsqueda da concretización de este
modelo, tuvieron que silenciar toda y cualquier forma de oposición y resistencia. Tal
plan fue previsto y estrategicamente apoyado por las fuerzas económicas, por la iglesia
católica, por los poderes judicial y político y también por numerosos medios de
comunicación (ARGENTINA, 2011). Anclados en la Doctrina de Seguridad Nacional y
utilizando como lema el temor del avance comunista, los militares establecieron un
régimen de terrorismo de Estado con el saldo de miles de muertos y desaparecidos
(IDEM, 2011).
En el comienzo de los años 1980, el apoyo civil que facilitaba la continuidad de
los militares en el poder empezó un proceso de desgaste y degradación, con muestras de
insatisfacción que se sumaron a la continua lucha de los organismos de derechos
humanos, y a otros sectores de resistencia de la sociedad argentina como aquellos que se
reunirían días antes del desembarque de las fuerzas argentinas en las Malvinas, y que
serían duramente reprimidos (IDEM, 2011). Esa insatisfacción se diseñó debido a la
combinación de una serie de factores, como: 1) el malo rendimiento de las políticas
económicas puestas en práctica por el régimen; 2) la intensidad de la represión a los
opositores; 3) la derrota argentina para los británicos en la Guerra de las Malvinas. Esta
última servió para acabar de vez com el prestigio militar argentino, evidenciando la
discapacidad de las Fuerzas Armadas para cumplir sus funciones más específicas. En
este escenario, la población argentina se encontró dramaticamente sacudida,
principalmente con el fracasso en las Malvinas, y así, la grande y creciente tensión
existente en la sociedad civil ganó grandes proporciones, lo que hizo con que la
autoridad de los militares fuera cada vez más rapidamente reducida, y, entre el final de
1982 y octubre de 1983, ocurriera una rápida transición, cerrada com la elección de
Raúl Alfonsín para la Presidencia de la República (GALLO y SOUZA, 2013).
Evidentemente, es difícil medir si las altas tasas de desconfianza de los argentinos con
sus militares que se mantienen hasta hoy, son de naturaleza política o de guerra,
originada por el fracaso de las Malvinas. También el factor económico tuvo peso
decisivo en la caída del régimen militar argentino. Sin embargo, algunos hechos llevan a
la convicción de que tal desconfianza no es meramente de guerra o económica, pero es
mucho más amplia, con un rechazo societal muy fuerte con las prácticas de los
gobiernos autoritarios.
El nivel de coerción posiblemente tambiém influencia para
una mayor tasa de desconfianza, pero al mismo tiempo, se relaciona con el tipo de
transición ocurrida: mayor violencia es reflejo de menor margen de negociación, y
consecuentemente, de control sobre la transición. Las políticas de memoria y
enjuiciamiento de los crímenes de los militares en el país, abriendo os archivos del
gobierno autoritario, más allá de los movimientos como los de las abuelas en búsqueda
de sus familiares desaparecidos testimonian la amplitud del tratamiento que es dado a la
cuestión de las secuelas de la dictadura argentina. Si tuviéramos apenas una cuestión de
insatisfacción con un resultado de guerra o un fracaso económico, esta apelación a la
memoria sobre los delitos cometidos por los gobiernos autoritarios no tendría la
repercusión social que tiene.
Basados en la aplicación de la DSN y en la defensa de la seguridad nacional,
originandose de una estructura racional y burocratizada de organización social, los
regímenes autoritarios de Argentina y Brasil promovieron sistemáticas y deliberadas
violaciones a los derechos humanos, resultando en saldo de la represión argentina, por
ejemplo, cerca de 30 mil desaparecidos políticos (GALLO y SOUZA, 2013).
El desarrollo de las dictaduras militares en los casos supracitados es marcado por
similitudes en lo que se refiere, por ejemplo, al contexto internacional en lo cual es dado
el golpe de Estado (apogeo de la Guerra Fría) y también en lo que se refiere al uso
sistemático y deliberado de la represión en estos países, pero también por diferencias
importantes, principalmente en lo que se refiere al contenido de la transición en ellos
realizada, como demuestran autores como O’Donnell y Schmitter (1988) y Stepan
(1986).
El caso de transición del régimen autoritario en Brasil tuvo su principal
característica en la larga duración, y en el grande control que los militares tuvieron
sobre el proceso, logrando éxito en la intención de promover una liberalización gradual,
manteniendo, durante el período, poder de veto en relación a la vida política en el país
(ARTURI, 2001), por medio de lo que se puede llamar de una transición por transación
(MARENCO DOS SANTOS, 2007). En Argentina, a su vez, el control por parte de los
gobernantes sobre el proceso de transición fue bastante reducido (O'DONNELL y
SCHMITTER, 1988).
O'Donnell y Schmitter (1988), en un amplio estudio sobre transiciones hasta la
democracia en el mundo, hicieron una serie de caracterizaciones y contextualizaciones
en relación al rol de los actores políticos y sus elecciones. Sus análisis incluyeron los
casos de Brasil y Argentina, y son de grande valor para la comprehensión de algunas
diferencias sustanciales entre los dos modelos de transición verificados.
En el caso brasileño, la decisión de promover una liberalización salió del alto
rango del régimen. En este escenario, la oposición era débil y desorganizada. En
Argentina, a su vez, esa decisión fue fuertemente influenciada por la existencia de
fuerzas oposicionistas bastante poderosas en la sociedad civil. El estándar de control
ejercido por el régimen, por lo tanto, era bastante reducido en relación al caso brasileño
(O'DONNELL y SCHMITTER, 1988).
Una otra distinción importante entre los dos casos es que, mientras en Brasil el
régimen alcanzó relativo éxito en términos económicos, en Argentina el escenario fue
más difícil, con una especie de consenso acerca del fracaso del gobierno (O’DONNELL
y SCHMITTER, 1988; WEFFORT, 1989). Esa diferencia fue fundamental, una vez que
los militares de Brasil pudieron promover la transición con mucho más autoconfianza
(O’DONNELL y SCHMITTER, 1988). Este panorama de autoconfianza del régimen,
según los referidos autores, es distinto del contexto de régimen reconocidamente
fracasado por dos factores fundamentales: (1) la secuencia, el ritmo y el alcance de la
transición quedan más sujetos al control de los gobiernos autoritarios; (2) las fuerzas
sociales y políticas que apoyaron el régimen autoritario cuentan con mejores
oportunidades para mantener importantes funciones políticas en el régimen posterior
(IDEM, 1988).
Más allá de eso, hubo considerables diferencias en lo que se refiere a la origen o
fuente de la represión en los dos países. Mientras en Brasil algunos grupos
especializados tuvieron esta tarea, incluso adquiriendo cierta autonomía (O'DONNELL
y SCHMITTER, 1988; STEPAN, 1986), en Argentina la represión se estableció como
“responsabilidad institucional” de las Fuerzas Armadas (O'DONNELL y SCHMITTER,
1988).
Todavía es importante destacar que O'Donnell y Schmitter (1988) afirman que
en casos como el argentino, en que el régimen autoritario haya notoriamente fracasado,
es mucho más probable que haya una voluntad más sólida de resistir a la tentación de
una vuelta a tal escenario, mientras que en casos como el brasileño, donde la
experiencia fue menos traumática, puede haber una “nostalgia de los buenos tiempos
autoritarios”.
En el ámbito institucional, Marenco dos Santos (2007) muestra como hubo una
consistente supervivencia de fuerzas políticas del antiguo régimen, que hasta la
actualidad se quedan presentes, mismo en un gobierno teoricamente de izquierda, como
el del Partido dos Trabalhadores. Zaverucha (2005) llama la atención para la cuestión
de que la democracia formal debe expandirse y constituir, así, en una democracia
sustantiva, ligada al contexto socioeconómico de los indivíduos, y considerando los
derechos civiles en su plenitud, respetando la vida y la integridad física de los sujeitos.
Moisés (1995), a su vez, subraya la cuestión propiamente cultural, y muestra como los
brasileños todavía tenían, en la década de 1990, apego significativo a algunos valores de
naturaleza autoritária.
En otro sentido, mas allá de los análisis acerca de los procesos transicionales en
sí, a partir del contexto de las transiciones fueron desarrollados estudios sobre las
herencias o legados del autoritarismo presentes en las nuevas democracias, se puede, en
ese sentido, señalar Alfred Stepan (1988) como uno de los primeros autores a llamar la
atención para el tema, trabajando las prerrogativas militares preservadas tras la
transición en Argentina, Brasil, España y Uruguay.
Los estudios de Jorge Zaverucha (1992; 1994) buscan profundizar esa línea de
análisis, examinando especificamente los casos de Brasil, Argentina y Espanha en
perspectiva comparada. Entre sus observaciones, el autor sostiene, en líneas generales,
que la fuerte presencia de prerrogativas militares fragiliza la democracia, y diagnostica
las diferencias entre estos países en lo que se refiere al número de prerrogativas
existentes. Según la investigación del referido autor, mientras en España ninguna
prerrogativa fuera mantenida tras el final del franquismo, en Brasil todas eran
mantenidas en los primeros años de la Nueva República, al mismo tiempo en que, en
Argentina, se caracterizó una situación intermedia.
Es en ese escenario que la tesis propuesta se ubica, abordando, del punto de vista
de una línea analítica culturalista, de que modo distintos modelos de transición, como
los verificados en Brasil y Argentina, afectan las opiniones y predisposiciones de los
ciudadanos de estos países, y de que forma inciden sobre la confianza que los sujetos,
en estos casos, establecen en términos interpersonales y también institucionales.
3. Los fundamentos epistemológicos y metodológicos de la tesis en
desarrollo
La lógica teórica aquí sugerida es de que los modelos transicionales pueden
generar una serie de elementos de valorización del régimen post-autoritario, en un
sentido de que cuanto más grande sea el rechazo al régimen anterior, más grande la
probabilidad de que valores más democráticos sean internalizados en las culturas
políticas de los países examinados, y así, crecería la posibilidad de una mayor confianza
en las instituciones democráticas. Eso no significa, evidentemente, que no haya una
serie de otros factores que puedan afectar los valores democráticos de un país. El
funcionamiento de la democracia en sí misma y sus resultados, obviamente, también
tienden a reverberar sobre los valores, sentimientos y evaluaciones de los ciudadanos
sobre la democracia. Sin embargo, saber de la existencia de estos otros elementos no
debe evitar que se busque examinar la incidencia efectiva que las transiciones tienen
sobre la democracia posterior. Aunque los modelos transicionales no puedan explicar
todo- y en Politología nada lo hace-, se torna relevante examinar la existencia o no de
esas relaciones porque, a partir del hallazgo de la real dimensión de estos impactos,
pueden surgir alternativas explicativas y de soluciones para el fortalecimiento
democrático de esos países.
El trabajo se justifica por abrir una nueva margen de discusión acerca del tema
de las transiciones para la democracia. Mientras autores como O’Donnell y Schmitter
(1988) desarrollaron un estudio en perspectiva comparada de los distintos modelos
transicionales por la óptica de los actores políticos, se busca, con la tesis en desarrollo,
examinar si, del punto de vista de la cultura política, se establecen también diferencias
significativas entre los países, resultantes de esos procesos. Eso porque la tesis parte de
la premisa de que las élites, los atores políticos y principalmente las instituciones no
están ubicados en burbujas apartadas de la sociedad; estos elementos interactúan con los
ciudadanos y están ellos mismos inmersos en una cultura política, siendo influenciados
y buscando influenciar la opinión pública. De este modo, aunque sin una relación de
causalidad tan rígida, las instituiciones y acciones de los actores reflejan, de alguna
manera, la forma como la própia sociedad tiende a comportarse. Luego, surge la
importancia de considerse el elemento cultural. Así, estudiar no solamente la forma
institucional que las democracias post-transición adquirieron, pero también la calidad de
las mismas, se torna de extremo valor, como Vitullo (2007) también afirma. La
sistematización propuesta a través del análisis de trayectoria también aparece como un
componente importante, proporcionando subsidios para análisis que busquen establecer
la relación entre modelos de transición y cultura política. La integración de este
componente analítico es fundamental, una vez que el fortalecimiento de la democracia
puede darse “mediante iniciativas que integrem a moldura formal da democracia com
aspectos substantivos e normativos, em outras palavras, levar em conta a cultura
política” (BAQUERO, 2011, p.14). Esa discusión puede ser rectora para un análisis
consistente de como se constituyen algunos aspectos de la opinión pública en Brasil y
Argentina del punto de vista de la construcción democrática, permitiendo la verificación
de la existencia, o no, de impactos significativos de los modelos de transición sobre las
predisposiciones democráticas de los ciudadanos de los dos países.
Cuando se miran casos como los de América Latina, es posible percibir que
estos países poseen una democracia en su dimensión poliárquica relativamente
consolidada. Sin embargo, persiste una incongruidad entre la dimensión institucional y
el comportamiento de los ciudadanos, debido a la presencia de flagrantes desigualdades
sociales. La población sufre con problemas tales como la pobreza, las desigualdades en
la distribución de ingreso, el desempleo, la falta de acceso a la salud, y la violencia. De
esa forma, se presenta un contexto en que la democracia, del punto de vista formal,
posee relativa consolidación en América Latina con elecciones competitivas, respeto a
derechos políticos, existencia de canales de comunicación alternativos y libertad para
votar y ser votado (FREIDENBERG, 2007), no es menos verdad que del punto de vista
sustantivo ella todavía enfrenta serios entraves, configurados por relaciones de fuerte
desconfianza sobre la política, la democracia y sus instituciones, mas allá de un
alejamiento de las esferas participativas (BAQUERO, 2011; GONZÁLEZ, 2011;
MOISÉS, 2005; POWER y JAMISON, 2005). La existencia de estos conflictos da
indicación de que meros procedimientos no resolven los problemas de los ciudadanos,
que se quedan cada vez más lejos de las esferas de toma de decisiones, que a su vez no
ofrecen una respuesta eficaz en la solución de estos problemas, pese a los avances en
términos de moldura formal (BAQUERO, 2006). Eso no implica que las reglas y los
procedimientos sean de menor importancia. Las instituciones son indispensables para el
funcionamiento democrático, sin embargo, deben ser complementadas por una cultura
política propicia al funcionamiento de estas estructuras procedurales.
De este modo, los objetivos de la tesis en desarrollo son:
(1) Verificar el comportamiento de los ciudadanos de los dos países en términos de
confianza en las Fuerzas Armadas en comparación con las otras instituciones;
(2) Examinar los estándares culturales en términos democráticos en Brasil y Argentina,
relacionados a los distintos tipos de transición ocurridos en los dos países;
(3) Abordar las predisposiciones democráticas de brasileños y argentinos, a través de la
valorización del sufragio, interés por política, eficacia política subjetiva y confianza
interpersonal e institucional;
(4) Ofrecer subsidios para estudios comparativos de otros contextos en los cuales que
son establecidas diferencias sustanciales de transiciones a la democracia;
(5) Establecer um modelo de análisis de trayectoria para examinar los impactos de la
confianza en las Fuerzas Armadas de Brasil y Argentina sobre la cultura política y el
capital social de los dos países.
La hipótesis rectora de la tesis es que diferentes modelos de transición a la
democracia reverberan directamente en la cultura política, principalmente en el capital
social, de Brasil y Argentina. En ese sentido, se afirma que un modelo transicional más
negociado y gradual, como el brasileño, genera una democracia de menor calidad del
punto de vista de las percepciones y comportamientos de los ciudadanos en relación a
un modelo más radicalizado y de derrota más enfática del gobierno autoritario, como es
el caso argentino.
La metodología de la tesis en desarrollo sigue basicamente el protocolo
cuantitativo. En ese sentido, los procedimientos metodológicos, más allá de la revisión
bibliográfica que se refiere a la temática formulada, principalmente en relación a las
diferencias verificadas en las transiciones a la democracia de los dos casos examinados,
prevén la utilización de datos del Latinobarómetro, que presentan rasgos de la cultura
política de Brasil y Argentina, en los años de 1995, 2000, 2005 e 2011. Con esos datos,
quiere verificar longitudinalmente como ha sido constituída la cultura política en los dos
países al largo de los últimos años, sus estándares de aproximación con ideas
autoritarias y con perspectivas más democráticas y protagónicas de la sociedad civil.
Más allá de eso análisis longitudinal inicial, será trabajado un modelo de trayectoria
para verificar en el año de 2011, aunque con un proceso de equivalencia funcional, el
impacto de las transiciones sobre la cultura política y el capital social en Brasil y
Argentina, adoptando como variable exógena la confianza en las Fuerzas Armadas,
pasando por variables intermedias de cultura política, para llegar finalmente a variables
de confianza interpersonal e institucional. Obviamente, es importante señalar una vez
más: no se está afirmando que los impactos sobre las variables de cultura política sean
unicamente originados por los modelos de transición en Brasil y Argentina. Hay otros
factores que también pueden impactar sobre esos estándares. Desafortunadamente, es
imposible hacer una medición directa en este sentido, no hay como, a través de surveys,
establecer lo que es un modelo de transición y lo que es otro. Solamente resta, por
medio de fundamentación teórica proporcionada por autores como Moisés (1995), que
relacionan las instituições con resultados verificados en la cultura política, intentar dar
consistencia teórica a la idea de que, sí, puede existir una incidencia y una relación entre
transiciones y comportamentos y actitudes, y desde tal fundamentación, llegar a un
modelo de trayectoria capaz de abarcar esos factores y, en la medida del posible y das
limitaciones inherentes, explicar el impacto de las transiciones y las diferencias relativas
a la manutención de altos percentuales de confianza en los militares de Brasil en
contrapunto a la explícita falta de confianza de los argentinos en relación a sus exgobernantes autoritarios (según los datos del Latinobarómetro de 2011, 35,4% de los
argentinos confían mucho o algo en sus Fuerzas Armadas, mientras 62,9% de los
brasileños presentan tal confianza).
De este modo, se llega al modelo analítico en lo cual la tesis en desarrollo
culminará. El análisis da trayectoria (path analysis) es considerado una forma superior
de regresión múltiple, y puede ser utilizada cuando se parte de la premisa de que las
respuestas relativas a una variable son causadas por la influencia de otras variables
(BABBIE, 1999). La relación entre las variables utilizadas es establecida a través del
dibujo de un diagrama (path diagram) que vincula las variables independientes, de
modo directo y a través de variables intervenientes, a la variable endógena, así,
diagramando una red de relaciones cuya estructura es definida por el investigador, por
medio de uma base lógico-teórica previamente establecida (BAQUERO, SOUZA y
RIQUINHO, 2013). Evidentemente, por el hecho de que los modelos de transición son
um constructo teórico, un aspecto establecido en la historia y trabajado
conceptualmente, se queda como un reto muy difícil medir estatisticamente sus
impactos sobre las variables de cultura política. Por eso, el análisis de trayectoria será
trabajado teniendo como base la elección de la confianza en las Fuerzas Armadas como
la variable que mejor captura las distinciones entre los modelos transicionales, una vez
que, probablemente como consecuencia del modelo de transición- o por lo menos en
gran parte por eso, Brasil presenta percentuales de confianza y desconfianza
practicamente en oposición simétrica con Argentina- los brasileños confían mucho más
en sus militares (LATINOBARÓMETRO, 2011). Así, del punto de vista de este estudo,
se parte de un análisis que relaciona tal confianza con cultura política y capital social.
En el cuadro abajo, son presentadas las variables utilizadas en la tesis, y luego, la figura
presenta el modelo de trayectoria utilizado.
Cuadro 1- Conceptos y variáveis utilizadas para el análisis
Equivalente funcional de los modelos Confianza en las Fuerzas Armadas
de transición
Cultura política
Interés por política
Como calificaría la situación política del país?
Preferencia democracia/autoritarismo
Satisfacción con funcionamiento de la democracia en
el país
Opinión sobre la capacidad del voto para mudar
situaciones
Capital social
Confianza interpersonal
Confianza en el Poder Judicial
Confianza en el Congreso Nacional
Confianza en los partidos
Confianza en el gobierno
Fuente: Elaboración propia, basada en los datos disponibilizados por Latinobarómetro
(1995, 2000, 2005 y 2011).
Figura 1- Modelo de trayectoria con efectos directos e indirectos de la Confianza
en las Fuerzas Armadas sobre el capital social
Fuente: Elaboración propia.
En el diagrama arriba, se puede percibir, por el modelo de trayectoria dibujado
para la tesis en desarrollo, que la variable exógena es la de confianza en las Fuerzas
Armadas en Brasil y Argentina. Las variables endógenas o intervenientes se refieren a la
cultura política en sentido más amplio, y corresponden a evaluación de la situación
política del país, interés por política, preferencia por democracia o autoritarismo,
satisfacción con la democracia y opinión sobre el voto. Por último, tenemos el capital
social como la variable dependiente. Serán trabajados cinco modelos de trayectoria para
cada país para el año de 2011, una vez que el capital social, en este caso, será
desmembrado en cinco distintas variables que serán analisadas separadamente:
confianza interpersonal, y confianza institucional en cuatro niveles institucionales
diferentes, judicial, congreso nacional, partidos políticos y gobierno del país. Estos
postulados se relacionan con estudios como el de Moisés (1995), que buscan verificar
como se configura una cultura política, en el caso del autor, la brasileña, tras el proceso
de transición. Además, otros autores como Putnam (1996) y Baquero (2007) han
emprendido diversos estudios examinando como la democracia se configura y fortalece
a través de relaciones de confianza guiadas por el capital social. En ese sentido, se
postula en la tesis que estándares más altos de confianza en las fuerzas militares de los
países generan una cultura política de mayor desconfianza en relación a la democracia,
resultando, desde ahí, en una menor capacidad asociativa, en el nivel de la
(des)confianza interpersoanl y en un rendimiento institucional más débil del punto de
vista de la forma como las personas perciben las instituciones del país.
4. Consideraciones finales
Este artículo tuvo como objetivo presentar brevemente la base contextual y los
fundamentos epistemológicos y metodológicos de la tesis doctoral que está siendo
desarrollada por el autor. Inicialmente, se buscó presentar del punto de vista de la teoría
como se establecieron los gobiernos militares en Brasil y Argentina antes de la tercera
ola de democratización subrayada por Huntington (1991). Más allá de eso, se mostró
como los procesos transicionales en los dos países estudiados fueron bastante distintos:
mientras en Brasil el proceso tuvo grande nivel de control de los militares, en Argentina
ocurrió el opuesto, en un panorama en lo cual el fracaso del gobierno se quedó mucho
más visible y notable.
Esos distintos tipos de transición parecen reverberar hasta hoy en los países
investigados. Del punto de vista de la opinión pública, estudios recientes presentan una
confianza mucho más grande de los brasileños en relación a los argentinos. La
diferencia es tan notable, que es dada casi una oposición simétrica entre los dos casos:
los percentuales de brasileños que afirman confiar en sus Fuerzas Armadas son
practicamente los mismos de los argentino que dicen que no confían en sus militares.
De acuerdo con la premisa adoptada para el desarrollo de la tesis, esos percentuales de
alguna manera reflejan lo que fueron los modelos de transición de los dos países: la
caída de los militares argentino, mucho más abrupta, parece ser reflejada en un rechazo
más grande de los ciudadanos del país; por el contrário, el mayor control de los
gobernantes autoritarios brasileños sobre el proceso transicional parece contribuir para
que su imágen se mantenga positiva entre los ciudadanos de Brasil- hay que señalar que
otras instituciones brasileñas no disfrutan de tanta reputación entre los entrevistados.
De ese modo, la tesis que se propone consiste en verificar si los niveles de
confianza y desconfianza de los ciudadanos de los dos países sobre sus Fuerzas
Armadas impactan sobre aspectos de la cultura política y de la confianza interpersonal e
institucional en Brasil y Argentina. Es un enfoque que puede contribuir para la
comprehensión del desarrollo de las democracias en los países investigados y también
de la persistencia o no de legados culturales de naturaleza autoritaria en los dos países
examinados. La importancia de ese análisis aumenta en la medida que se verifica que en
la práctica las democracias latinoamericanas todavía necesitan de una madurez más
grande, ultrapasando la dimensión institucional para llegar a niveles de legitimidad
consistentes entre los ciudadanos. Comprehender los impactos de las transiciones
políticas en ese caso gana pertinencia para que se puedan pensar mecanismos de
neutralización de efectos deletéreos que los procesos transicionales puedan aún tener
sobre las democracias de los países estudiados.
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