Cambio del padrón electoral, participación política y sistemas de partidos Claudio Díaz Pizarro (*) La composición del padrón electoral es una de los aspectos más importantes del funcionamiento de cualquier sistema electoral ya que en él se ve reflejado el cuerpo de electores que tendrá la posibilidad de participar en las decisiones políticas derivadas de los actos electorales. Un padrón electoral debe ser cuidadosamente constituido, dando garantías de transparencia a todos los ciudadanos acerca de la veracidad de la información que contiene, por esta razón debe cumplir con: Ser público, en el sentido que todos los sectores políticos y los ciudadanos en general deberían tener acceso a él; Ser de fácil acceso, en el sentido que los ciudadanos deberán quedar inscritos en él a través de un mecanismo simple; Ser simple en su actualización, tanto para los electores vigentes como para los que deben ingresar y salir del padrón electoral y Tener rutinas de actualización conocidas por todos fijando períodos y mecanismos adecuados. Visto lo anterior es claro que la definición del cómo se compone el padrón electoral comprende una dimensión práctica muy importante que debe ser funcional a la dimensión política que él tiene, ya que en la medida que se cumplan los requisitos anteriores existirán niveles mayores de participación de los ciudadanos en las grandes decisiones políticas a través de los procesos electorales. En la actualidad el padrón electoral chileno está compuesto por todos los ciudadanos y ciudadanas[1] que concurrieron a las diferentes juntas inscriptoras para manifestar, a través de la inscripción electoral, su voluntad de participar en las elecciones. A más de 20 años de su apertura, los chilenos y chilenas inscritos en él suman 8.110.265[2]. El trámite de inscripción es voluntario e irrenunciable, es decir el ciudadano inscrito no pierde esa categoría por voluntad propia y sólo puede ocurrir en casos calificados por la ley. Las únicas condiciones para poder inscribirse es ser mayor de edad (18 años) y no caer en alguna de las inhabilidades descritas en la ley. La responsabilidad de la mantención del padrón electoral recae en el Servicio Electoral, quien define la cantidad de juntas inscriptoras, se encarga de la depuración del Padrón en el tiempo y además entrega los listados de electores habilitados para sufragar en los períodos previos a los actos electorales. La evolución del número de inscritos en el padrón electoral y su escasa evolución en el tiempo comparada con la evolución de la población mayor de 18 años que se presenta en la tabla N°1. Tabla N°1: Evolución inscripción electoral Elección Poblacion mayor de 18 años Inscritos No inscritos % no inscritos Presidencial 1989 8.499.972 7.557.537 942.435 11,1% Municipal 1992 8.868.411 7.840.008 1.028.403 11,6% Presidencial 1993 9.052.632 8.085.439 967.193 10,7% Municipal 1996 9.597.331 8.073.368 1.523.963 15,9% Parlamentaria 1997 9.773.590 8.069.624 1.703.966 17,4% Presidencial 1999 10.126.098 8.084.476 2.041.622 20,2% Municipal 2000 10.302.358 8.089.363 2.212.995 21,5% Parlamentaria 2001 10.506.435 8.075.446 2.430.989 23,1% Municipal 2004 11.118.687 8.012.065 3.106.622 27,9% Presidencial 2005 11.322.769 8.220.897 3.101.872 27,4% 8.110.265 3.855.725 32,2% Municipal 2008 11.965.990 Fuente: elaboración propia en base a datos del INE y SERVEL Como se observa el porcentaje de ciudadanos no inscritos en los registros electorales aumenta en el tiempo llegando a un 32.2% en las últimas dos elecciones nacionales, esto implica que hoy al menos un ciudadano de cada tres no tiene la posibilidad de participar en los procesos electorales. Junto con observar la escasa variación del número de electores destaca el hecho de que la configuración etárea ha cambiado dramáticamente en los últimos años según lo que se observa en la Tabla N° 2 Tabla N°2: Evolución padrón electoral por grupos etáreos 40% 30% 20% 10% 0% Ples 1988 Pres 1989 Mun 1992 Pres 1993 Mun 1996 Parl 1997 Pres 1999 Mun 2000 Parl 2001 Mun 2004 Pres 2005 Mun 2008 18-29 36,0% 33,4% 30,0% 28,6% 22,3% 19,9% 16,1% 14,6% 13,0% 8,9% 9,7% 8,1% 30-39 22,6% 23,6% 25,1% 25,7% 27,5% 27,9% 28,3% 28,2% 27,4% 24,9% 23,4% 19,0% 40-49 16,2% 16,7% 17,3% 17,7% 19,4% 20,3% 21,7% 22,4% 23,4% 26,0% 26,3% 27,7% 50-59 11,7% 11,9% 12,1% 12,3% 13,5% 14,1% 15,1% 15,4% 16,0% 17,6% 18,0% 20,1% 60-69 8,1% 8,5% 9,0% 9,1% 9,7% 9,9% 10,1% 10,2% 10,5% 11,7% 11,9% 13,3% 70 o + 5,4% 5,8% 6,4% 6,7% 7,6% 8,0% 8,8% 9,2% 9,7% 10,8% 10,8% 11,8% Fuente: elaboración propia en base a datos del INE y SERVEL Los datos indican que hace 15 años el 52% del padrón electoral eran personas menores de 40 años y hoy sólo un 27% lo es. Por el contrario si en 1993 el 46% estaba en el grupo etáreo de mayores de 40 años hoy ese mismo grupo representa un 73%, en otras palabras hay un envejecimiento permanente del grupo de chilenos que toma las decisiones políticas en nombre de toda la población. Participación política La participación efectiva de los chilenos en los procesos electorales desde 1989 a la fecha es una de las cuestiones que permanentemente preocupa a analistas, políticos y autoridades. Asumiendo que en la medida que la participación electoral sea alta se cumple una de las condiciones más importantes para la fortaleza del sistema democrático cuál es la representatividad de las autoridades electas y la representación de los electores. Los índices de participación electoral se pueden construir en base a diferentes variables, siendo las más importantes las siguientes: La evolución de inscritos en el padrón electoral, ya que permite determinar el número de ciudadanos habilitados para votar, La evolución de los votos válidos, ya que permite visualizar el número de ciudadanos que emite una preferencia específica, La evolución de la votos nulos y blancos, ya que permite visualizar a los ciudadanos que participando en el proceso no emiten opinión específica[3] y La evolución de los no inscritos, que permite visualizar a los ciudadanos que pudiendo participar deciden marginarse al no integrar el padrón electoral. Una síntesis en diferentes elecciones nacionales del comportamiento de cada uno de estos indicadores se presenta en la tabla N° 3. Tabla N°3: Relaciones porcentuales según población mayor de 18 años Elección Pres 1989 Mun 1992 Pres 1993 Mun 1996 Parl 1997 Pres 1999 Mun 2000 Parl 2001 Mun 2004 Pres 2005 Mun 2008 Inscritos Emitidos Válidos Abstención nulos + blancos nulos + blancos + abstención nulos + blancos + abstención + no inscritos 88,9% 84,2% 82,1% 4,7% 2,1% 6,8% 17,9% 88,4% 79,4% 72,3% 9,0% 7,1% 16,1% 27,7% 89,3% 81,5% 77,0% 7,8% 4,5% 12,3% 23,0% 84,1% 73,8% 65,7% 10,4% 8,1% 18,5% 34,3% 82,6% 72,1% 59,3% 10,5% 12,8% 23,3% 40,7% 79,8% 71,8% 70,9% 8,0% 0,9% 8,9% 29,1% 78,5% 68,8% 63,2% 9,7% 5,6% 15,3% 36,8% 76,9% 66,5% 58,1% 10,3% 8,4% 18,7% 41,9% 72,1% 61,8% 56,8% 10,2% 5,1% 15,3% 43,2% 72,6% 63,7% 61,5% 9,0% 2,2% 11,1% 38,5% 67,8% 56,9% 52,0% 10,9% 4,9% 15,8% Fuente: Elaboración propia en base a datos INE, SERVEL y Ministerio del Interior 48,0% Los datos indican que la participación efectiva a través de la emisión de una opinión u opción cuya expresión es un voto válido[4], cae desde un 82.1% a un 52%, es decir, el año 1989 los electores que manifestaron opciones políticas claras representaron el 82.1% de los ciudadanos y en la última elección municipal este indicador fue el 52%. Por otro lado el porcentaje de los que no expresan opinión, sea porque estando inscritos no concurren a votar (abstención), sea porque votan nulo o blanco o sea porque no están inscritos en el padrón ha pasado del 17.9% en 1989 al 48.0% en 2008, explicándose este aumento principalmente por la proporción de ciudadanos que no están presente en el padrón electoral. Las curvas del grafico N°1 muestran las tendencias antes descritas. Gráfico N°1: Evolución participación electoral 1989-2008 100% 80% 60% 40% 20% 0% Pres 1989 Mun 1992 Pres 1993 Mun 1996 Parl 1997 Pres 1999 Mun 2000 Parl 2001 Mun 2004 Pres 2005 Inscritos Emitidos Válidos Abstención nulos + blancos nulos + blancos + abstención Mun 2008 nulos + blancos + abstención + no inscritos Fuente: Elaboración propia en base a datos INE, SERVEL y Ministerio del Interior Cómo se puede observar la curva que representa la suma de la abstención, los votos nulos, los votos blancos y los no inscritos, se acerca a la curva que representa a los votos válidamente emitidos, es decir, los ciudadanos que no emiten opinión en los procesos electorales están muy cerca en número de aquellos que si lo hacen Visto todo lo anterior se ha consensuado entre los distintos sectores políticos que el sistema político chileno presenta dos problemas serios, el congelamiento y envejecimiento del padrón electoral y la falta de participación en los procesos electorales. La fórmula que se he planteado para mejorar la representatividad del padrón y la participación en los procesos electorales es la modificación de la mecánica de integración de ciudadanos y ciudadanas al padrón electoral a fin de que este represente a la totalidad de los mayores de 18 años. Esto se materializaría a través de la obligatoriedad de la inscripción haciéndola automática lo que claramente implica un ajuste inmediato respecto a la representación ciudadana en el registro de electores incorporándose a los casi 4 millones de personas que no están inscritas para votar. Los aspectos más relevantes del proyecto son los siguientes: Las personas por el sólo hecho de cumplir 18 años serán incorporadas al padrón electoral. Las personas que están actualmente inscritas en el padrón permanecerán en él sin más trámite. Las personas que tengan más de 18 años y no estén en el padrón serán incorporadas a él. La información correspondiente a los nombres y domicilios de los ciudadanos que estén en condiciones de integrarse al padrón, será proporcionada por el Servicio de Registro Civil e Identificación. Los domicilios serán determinados de diversas maneras: Los que estén en el padrón actual conservarán el domicilio declarado; los que se integren por primera vez serán incluidos en los padrones correspondientes al domicilio declarado al momento de adquirir la Cédula de Identidad. Los cambios a los domicilios deberán ser declarados por los ciudadanos en las “Juntas de Actualización” que existirán para estos efectos en todo el país. Junto con lo anterior el proyecto plantea la derogación del artículo N° 139 de la Ley 18.700, suprimiendo la multa dispuesta para los ciudadanos que no concurran a votar, estableciéndose en los hechos la votación voluntaria. Esto implica asumir los argumentos liberales en el sentido de que la libertad de participación representa un bien superior que está por sobre los deberes cívicos y que será (al igual que en las lógicas de mercado) la oferta política por medio de las candidaturas a los distintos cargos de representación popular la que regule los niveles de participación. Desde esta perspectiva es relevante la pregunta sobre si el esquema de inscripción automática y voto voluntario es eficiente para la consolidación y aumento de la participación política. Al revisar la situación de inscripción electoral en diferente países de Latinoamérica nos encontramos con el siguiente panorama: Tabla N° 4: Mecanismos de inscripción en países Latinoamericanos Sistema Padrones confeccionados a partir de datos entregados por instituciones públicas. Inscripción automática Ciudadanos y ciudadanas deben inscribirse en el padrón. Inscripción voluntaria Países Argentina, Costa Rica, Colombia Ecuador, Honduras, Panamá y Venezuela Bolivia, Brasil, Chile, El Salvador, Guatemala, México, Nicaragua, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay. Fuente de datos: Compendio estadístico PNUD 2004 La tabla muestra que la mayoría de los países de Latinoamérica mantiene un sistema de inscripción voluntaria en los padrones electorales. Junto con lo anterior es posible observar indicadores de participación electoral con el objeto de encontrar comportamientos asociados a los mecanismos de inscripción electoral así como también respecto de la obligatoriedad de la votación[5]. Tabla N° 5: Mecanismos de inscripción en países Latinoamericanos Tipo de inscripción País Argentina Ecuador Costa Rica Honduras Panamá Colombia Venezuela Bolivia Brasil Chile Perú Rep. Dominic. El Salvador Guatemala México Paraguay Uruguay Nicaragua Automát. Automat. Automat. Automat. Automat. Automat. Automat. No automat. No automat. No automat. No automat. No automat. No automat. No automat. No automat. No automat. No automat. No automát. Votos válidos Votantes inscritos Votos emitidos sobre Regimen de sobre población sobre población población habilitada para votaciones habilitada para habilitada para votar votar votar Obligatorio Obligatorio Obligatorio Obligatorio Obligatorio Voluntario Voluntario Obligatorio Obligatorio Obligatorio Obligatorio Obligatorio Obligatorio Obligatorio Obligatorio Obligatorio Obligatorio Voluntario Votos emitidos sobre inscritos Votos válidos sobre emitidos 98,3% 78,0% 70,9% 79,4% 90,7% 98,1% 65,8% 52,5% 67,2% 79,7% 90,9% 68,8% 66,5% 75,4% 96,7% 101,2% 68,3% 63,7% 67,5% 93,3% 98,0% 72,3% 68,2% 73,8% 94,4% 78,2% 33,3% 30,0% 42,8% 89,3% 80,9% 45,7% 35,6% 56,4% 78,0% 76,8% 55,2% 51,8% 71,9% 93,9% 92,4% 75,9% 54,6% 82,1% 71,9% 83,6% 74,4% 66,6% 88,9% 89,5% 87,0% 66,6% 49,2% 77,0% 72,9% 85,1% 53,6% 55,2% 63,0% 97,2% 88,3% 38,7% 36,6% 43,9% 94,8% 78,0% 36,2% 31,5% 46,1% 87,2% 90,2% 59,3% 57,3% 65,8% 96,8% 72,7% 53,9% 51,9% 74,0% 96,3% 103,8% 94,8% 91,6% 91,3% 96,6% 95,8% 77,9% 73,7% 81,7% 93,2% Fuente de Datos: Compendio estadístico PNUD 2004 La tabla muestra una agrupación de países según tipo de inscripción y régimen de votación [6]. De esta manera se distinguen cuatro grupos: Los con inscripción automática y voto obligatorio, Los con inscripción automática y voto voluntario, Los con inscripción no automática y voto obligatorio y Los con inscripción no automática y voto voluntario. Además, para cada uno de los países, se muestran indicadores de participación político-electoral, los que representan un promedio entre los años 1990 y 2002. Al observar las tendencias de los diferentes indicadores destacan lo siguientes hechos: Si se comparan los inscritos en los padrones respecto a la población habilitada para hacerlo, los países que tienen inscripción automática destacan claramente aventajando por casi 15 puntos en promedio. El porcentaje de votación emitida respecto a la población habilitada para votar representa la participación en los procesos electorales. Los datos indican que ella es mucho mayor en países que combinan inscripción automática y voto obligatorio. Por otra parte la peor participación se da en los países donde la inscripción es automática y el voto voluntario. El porcentaje de votación válida respecto a los habilitados para votar muestra el interés por dar a conocer una opción política específica. Este indicador muestra sus mejores resultados en aquellos países que combinan inscripción automática y voto obligatorio. Los peores porcentajes se dan en los países con inscripción es automática y voto voluntario Respecto al porcentaje de votación emitida por sobre el padrón electoral no hay mayores diferencias porcentuales lo que indicaría que la población una vez que se sabe inscrita en un padrón tienen un comportamiento similar, salvo los países que combinan inscripción automática y voto voluntario cuyos porcentajes están muy por debajo del resto. En síntesis, la experiencia en países latinoamericanos indica que desde la perspectiva de la participación electoral los mejores índices lo tienen los países que poseen un sistema de inscripción automático y voto obligatorio. Es importante señalar que la combinación inscripción automática con voto voluntario presenta los índices más bajos de participación electoral. Al final, el proyecto de inscripción automática y votación voluntaria resuelve sin lugar a dudas la correcta integración del padrón electoral, pero deja pendiente el tema respecto a la participación política ya que la experiencia internacional comparada indica que no es la mejor fórmula. Efectos del aumento de electores en el sistema de partidos La incorporación de 4 millones de electores al padrón electoral, que representa un aumento cercano al 50% d los actualmente inscritos, inevitablemente llama a la reflexión respecto a qué ocurrirá en las próximas elecciones, cuál será el comportamiento de aquellos que no tienen historia electoral conocida, se mantendrán las tendencias actuales o habrá un reordenamiento en el sistema de partidos. Centros de Estudios y personalidades vinculadas a las diferentes corrientes de opinión han emitido informes levantando hipótesis sobre las consecuencias políticas que tendría una modificación como la planteada. Destacan los trabajos Andrés Tagle Domínguez[7] que estableció una serie de cuestionamientos a la discusión sobre la inscripción automática centrándose en deficiencias del proyecto presentado por el gobierno y muy especialmente en la conveniencia electoral que para la Alianza este cambio podría significar. Por su parte Libertad y Desarrollo (2008)[8] presentó los resultados de su estudio de opinión titulada “Encuesta representativa de los inscritos–noinscritos” donde a través de una serie de cruces estadísticos llega a establecer que para las opciones políticas, valóricas y respecto a temas coyunturales de la agenda pública, no se observan diferencias dramáticas entre quienes están registrados en el padrón electoral y aquellos que no lo están, lo que estaría relativizando las conclusiones de Tagle en el estudio antes mencionado. Desde una perspectiva diferente, la histórica, es posible observar que ocurrió en Chile cuando en diversas etapas de nuestra historia política hubo cambios sustantivos en la conformación del padrón electoral. Hay cuatro episodios en la historia política de Chile en que se producen modificaciones institucionales importantes que redundan en aumento de los inscritos en el padrón electoral. 1. El primero tiene relación con la dictación y puesta en la práctica de la Constitución del año 1925 y el fin de los regímenes parlamentarios. En ese período (1924 a 1938) el padrón aumentó en un 103% y se marca el fin de los gobiernos de los partidos de derecha surgiendo como actores políticos relevantes los partidos obreros (Comunista y Socialista) que junto al partido Radical forman el Frente Popular y llevan al poder a Pedro Aguirre Cerda. El sistema de partidos al incorporar a los partidos de izquierda instala al Partido Radical al centro desplazando a la derecha al Partido Liberal. 2. El segundo dice relación con la incorporación en 1949 de la mujer a los procesos electorales y el triunfo en las urnas de Carlos Ibáñez del Campo el año 1952 (entre 1949 y 1952 el padrón aumentó en un 86.7%); Ibáñez del campo llega a la presidencia de la República con la intención de terminar con la corrupción política simbolizado por una escoba, apelando directamente al electorado femenino que por primera vez participó en una elección presidencial y que finalmente le dio el triunfo. En este período los partidos tradicionales se reorganizan y el cambio más trascendente ocurre en el centro político donde la Democracia Cristiana comienza a desplazar al Partido Radical. 3. El tercero dice relación con la incorporación de la obligatoriedad del voto en 1961 (entre 1961 y 1964 el padrón aumentó en un 65.8%); En este período se fortalecen los sectores de izquierda a través del eje Comunista–Socialista y la derecha tradicional representada por los partidos Conservador y Liberal desaparece de la arena política. Se consolida la Democracia Cristiana como partido de centro y mayoritario y por primera vez un partido gobierna sin coalición. 4. y el último dice relación con la rebaja de la edad para votar de 21 a 18 años en el año 1971 (entre 1970 y 1973 el padrón aumentó en un 27.4%). En este período el gobierno de la Unidad popular consolida su base electoral al alcanzar en las elecciones parlamentarias de marzo de 1973 un 43.5% de los votos superando en 10 puntos porcentuales lo alcanzado por la candidatura presidencial de salvador Allende. Como se observa en cada uno de estos momentos políticos relevantes, junto con el aumento del padrón electoral, hubo un cambio importante en la arena política y en el sistema de partidos. A pesar de que no es posible establecer una relación causal entre un elemento y el otro, el aumento del electorado aparece como un factor importante en la configuración de la distribución del poder. Tabla N° 6: Crecimiento relevante del padrón electoral entre 1932 y 2009 Año 1938 Población Inscritos % Variación Hechos políticos padrón relevantes (miles) (miles) Inscritos 4.924 613 12,4% Variación de 103% entre 1924 y 1938 Fundación de partidos obreros. Llegan los radicales al poder Variación de 1952 6.303 1.105 17,5% Cambios sistema de partidos Radicales ocupan el centro político Declinación del Partido 86.7% entre Fin de gobiernos radical transición entre 1949 y 1952. Radicales, ascenso de el Partido agrario Derecho a voto de Ibáñez las mujeres Laborista y la Democracia Cristiana Consolidación de la Variación de 1964 8.319 2.915 35,0% Democracia Cristiana 56.8% entre 1961 Hegemonía del Partido como el Partido de y 1964. Votación Demócrata Cristiano Centro. Desaparición obligatoria de la derecha conocida hasta esa época Variación de 27.4% entre 1970 1973 10.200 4.510 44,2% y 1973. Voto a mayores de 18 Aumento de la votación de la UP Radicalización de la polarización, coalición de centro-derecha años Régimen autoritario de A. Pinochet 1989 12.963 7.557 58,3% Retorno a la Inicio de gobiernos de la Instalación coalición de democracia Concertación centro-izquierda ???????? Nuevo centro político?? Variación de un 48,2% entre 2008 2009 16.928 12.180 72,0% y 2009. Inscripción automática Fuente: Elaboración propia en base a T. Scully, Los partidos de centro y la evolución de la política Chilena Comentarios Finales De materializarse la reforma sobre la modernización del los mecanismo de inscripción en el padrón electoral y la despenalización de la abstención, los efectos sobre la institucionalidad y la vida política son de variados alcances. En primer lugar la incorporación de cerca de cuatro millones de chilenos y chilenas al padrón electoral constituye un bien en si mismo, ya que se facilita la posibilidad de la participación por medio de los actos electorales y el sistema político deberá asumir como objetos de su acción a la totalidad de la población mayor de 18 años ya que de no hacerlo pudieran ver disminuidas sus cuotas de poder. En esto hay que recordar episodios electorales tanto en Chile como fuera de Chile, en que la participación masiva cambia dramáticamente la correlación de fuerzas y transforma eventos electorales en coyunturas críticas (Plebiscito de 1988, elecciones presidenciales en España en 2004 y la elección presidencial de 2008 en EEUU). En segundo término está la participación en los procesos electorales que claramente no está garantizada por el simple hecho de que los ciudadanos estén en el padrón electoral. Es más, de no haber grandes cambios en el panorama político chileno de aquí a diciembre, lo más probable es que un porcentaje de ciudadanos que han votado nulo o blanco en las últimas elecciones simplemente no acuda a las urnas aumentando el ausentismo en las elecciones. El cariz dramático que algunos analistas y políticos dan al hecho de que el padrón aumente a mi juicio no está relacionado con lo que indican los datos duros en el sentido de que los ciudadanos se sienten alejados de las opciones políticas de hoy, las adhesiones partidarias son débiles y el compromiso político es escaso, sólo hay que recordar que el partido político mas grande en las encuestas es el "Ninguno" y que una de las opciones mayoritarias es "el no sabe o no responde". Por lo tanto asumir mecánicamente composición del Padrón con participación electoral es muy aventurado, asumir que si se amplia la "demanda política" con nuevos "consumidores" implicará mejorar "la oferta política" y que todo ello determinará mayores motivaciones para votar es algo que está por verse, sobre todo porque para cambiar radicalmente la oferta política deben conjugarse una serie de factores que hoy en día no existen. Por último la historia en Chile muestra que en elecciones que han significado importantes cambio en el mapa político han ido acompañado de una expansión significativa del Padrón electoral. En los casos observados lo recurrente ha sido una modificación en el continuo derecha-izquierda donde el centro político ha sufrido mutaciones notables. Baste señalar que en 1937 el por la aparición de partidos de izquierda el centro político lo ocupan los Radicales, desplazando a la derecha al partido Liberal. Luego en 1952 el centro político lo ocupan junto con los Radicales la Falange y el partido Agrario Laborista y luego todos son desplazados por la Democracia Cristiana; en 1963 la Democracia Cristiana se instala como partido dominante, la derecha tradicional desaparece y por única vez en Chile un partido gobierna solo; y finalmente en 1971 el centro político prácticamente desaparece polarizándose el sistema de partidos de tal suerte que la izquierda crece al 43% y la coalición Democracia Cristiana-Partido Nacional con la mayoría de los votos obtenidos en 1973 controla las mayorías parlamentarias. Visto lo anterior la expansión hoy en un 50% del padrón bien podría terminar en un reordenamiento del sistema de partidos sobre todo por el simple hecho de que hay un proceso de desprestigio importante tanto en la Concertación como de la Alianza, esto significa que existe el terreno abonado para que de instalarse una coalición diferente cambie la correlación de fuerzas. La pregunta es cómo y por donde? y la historia muestra que puede ser por el centro o por la izquierda que se han mostrado como agentes de cambio a diferencia de las opciones conservadoras que tradicionalmente han estado en la derecha. (*): Analista electoral, Magíster © en Ciencia Política U. de Chile Notas: [1] Se asume el concepto de ciudadanía tal y como está expuesto en el Art. N° 13 de la Constitución Política del Estado, que indica: “son ciudadanos los chilenos que hayan cumplido 18 años de edad y que no hayan sido condenados a pena aflictiva”. [2] Electores hábiles en la elección Municipal de 2008 [3] Hay quienes sostienen que los votos nulos tienen una significación política antisistémica, sin embargo no hay estudios recientes que avalen esta hipótesis [4] Voto válido es aquel que expresa preferencia por algún candidato [5] Esto se estudia como un comportamiento asociado ya que la discusión política y la investigación social los vincula. [6] Obligatoria sin asterisco implica que no hay penalidad efectiva para quien no concurre a la urna, es decir es equivalente a voto voluntario. Obligatoria con un asterisco, implica que las penalidades se cumplen relativamente. Obligatoria con dos asteriscos implica que las penalidades se cumplen efectivamente. [7]Ver enhttp://www.elmostrador.cl/c_pais/documentos/Inscripci%C3%B3n%20Autom%C3% A1tica%20 Alguien%20est%C3%A1%20equivocado%20VI.doc [8]Ver en: http://www.lyd.com/LYD/Controls/Neochannels/Neo_CH3747/deploy/PRESENTACION %20ENCUESTA%20INSCRITOS%20Y%20NO%20INSCRIT.pdf