Un enfrentamiento entre cameruneses y argelinos arrasa medio

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Melilla
eltelegrama, domingo 6 de mayo de 2012
Un enfrentamiento entre cameruneses y argelinos arrasa medio
poblado chabolista
Por Blasco de Avellaneda
Todo comenzaba a las 23:00 horas de la noche del pasado
viernes, en una de las chabolas más grandes, la que se
encuentra pegada al puente que conduce a la barriada del
Cerro de la Palma Santa.
El lugar es ‘regentado’ por cameruneses que suelen reunirse allí por el día y por la noche la usan
como ‘discoteca’, en donde es fácil encontrarse a más de una veintena de inmigrantes irregulares
bebiendo, charlando o bailando alrededor de botellas de güisqui y latas de cerveza.
En la noche de los hechos, todos los allí presentes eran francófonos, como casi siempre, la mayoría de
origen subsahariano, aunque había con ellos, al menos, tres argelinos.
Uno de ellos, aprovechando que uno de los que regenta el lugar había dejado su teléfono móvil sobre la
mesa y parecía despistado -como consecuencia de la gran ingesta de bebidas alcohólicas- se lo sustrajo
y lo guardó en un bolsillo de su chaqueta y antes de que pudieran detenerle salió corriendo de la chabola
consiguiendo huir.
Los cameruneses allí presentes retuvieron a los otros dos argelinos, no dejándoles salir y
amedrentándoles, ante la mala acción realizada por parte de su compatriota. El argelino huido volvió al
lugar de los hechos y empezó a tirar piedras contra la chabola donde retenían a sus paisanos. Ante la
negativa de uno a devolver el teléfono robado y de los otros a soltar a sus compañeros, el inmigrante
argelino corrió con un mechero hacia la conocida chabola del cabecilla de los cameruneses y le prendió
fuego, esto sucedió poco después de las 23:30 horas.
A partir de aquí comenzó una auténtica batalla campal en la que cameruneses y demás compañeros
subsaharianos de otras nacionalidades se unieron a la causa y fueron hasta el otro extremo del poblado
chabolista para prender fuego a las infraviviendas de los argelinos.
Éstos últimos huyeron del lugar despavoridos, ya que quedaban en minoría, pero en su escapada
prendieron fuego a otras casetas que sabían pertenecían a cameruneses.
Por este motivo el incendio fue tan grande, disperso y con varios focos, algunos alejados de otros hasta
50 metros.
Muchos inmigrantes, como es el caso del saharaui Brahim, estaban durmiendo o descansando en sus
chabolas y no se percataron de las llamas hasta que hizo explosión una pequeña bombona de gas,
perteneciente a un infiernillo.
Todos corrían despavoridos, muchos pedían auxilio y la mayoría intentó coger sus escasas ropas y
enseres y salir de la zona de chabolas, ya que las llamas se propagaban con rapidez.
La Guardia Civil, tras adentrarse en el lugar y dar previo aviso al Cuerpo de Bomberos y Servicios de
Urgencias Sanitarias, procedió a la evacuación del poblado mientras varias unidades de bomberos se
afanaban en sofocar un incendio que se desató en, al menos, dos focos bien diferenciados y que terminó
por calcinar un grupo de 13 chabolas por un lado y otro de 7.
Afortunadamente en este primer incendio no hubo heridos graves aunque un total de 6 personas, 3 de
ellas subsaharianas con residencia en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), recibieron
primeros auxilios por inhalación de humos sin mayores complicaciones iniciales.
Agentes del Instituto Armado subsahariano, que portaba un mechero y una de güisqui, se encontraba
prendiendo fuego a las chabolas.
Los agentes procedieron a su detención como presunto autor de un
delito de incendio con riesgo para la integridad física de las personas. Horas más tarde, en concreto a las
9:00 horas de la mañana del sábado, la Benemérita, tras una intensa batida por la zona, detuvo a un
segundo inmigrante, identificado por diversos testigos como el presunto coautor del primer incendio.
La venganza
Pero, ahí no quedó la cosa y horas más tarde, concretamente a las 4:50 horas de la madrugada del
sábado, una patrulla de la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Guardia Civil comprobó cómo algo se
desplomaba envuelto en llamas por la ladera desnuda del Cerro de la Palma Santa cayendo hasta las
inmediaciones de la carretera ML- 300 (conocida como ‘de circunvalación’) que bordea el poblado
de chabolas.
Cuál fue el trágico impacto que se llevaron los agentes cuando comprobaron cómo lo que en principio
parecía una bola de fuego era una persona, que tras caer se ponía de inmediato en pie y gritaba
pidiendo auxilio.
Los guardias civiles procedieron a socorrerle ipso facto con el propio extintor del vehículo oficial y
lograron sofocar el fuego librándolo de lo que sin duda se anunciaba como una muerte inmediata.
Trasladado rápidamente al Hospital Comarcal, el joven subsahariano, de 21 años de edad, ingresó en
quirófano a fin de ser estabilizado. Tras dos horas de atenciónmédica, fue trasladado a la Unidad de
Cuidados Intensivos (UCI) donde permaneció en espera hasta que, finalmente, fue evacuado de
urgencia al Hospital de Quemados de Getafe.
El joven, con quemaduras muy graves en más del 75% de su cuerpo, se encuentra en un estado muy
crítico que hace temer por su vida.
En este segundo incendio se calcinaron otras 7 chabolas, al parecer, fruto de la venganza de los
argelinos contra los subsaharianos por haber destruido sus chabolas.
Varias dotaciones de bomberos intervinieron para sofocarlo, lo que no se consiguió hasta una hora más
tarde, sobre las seis de la madrugada.
No es la primera vez
Los dos incendios de la noche del viernes, de cuyas diligencias judiciales se ha hecho cargo la Guardia
Civil, suman un total de cinco siniestros en el poblado de chabolas de inmigrantes desde que comenzase
el presente año 2012.
Los últimos sucesos reafirman el extremo peligro que para los propios usuarios de las infraviviendas y
población de Melilla en general supone el poblado ilegal de inmigrantes del Cerro de la Palma Santa.
Por culpa de estos incidentes se calcinaron un total de 27 chabolas y un joven subsahariano de 21 años
de edad resultó herido con más del 75% de su cuerpo afectado por quemaduras muy graves que han
obligado el traslado al Hospital de Quemados de Getafe.
Un inmigrante nigeriano, residente en el poblado chabolista, asegura que no es la primera vez que pasa
algo así y que tampoco será la última. Afirma que los enfrentamientos entre argelinos y subsaharianos
son frecuentes y que la convivencia es difícil entre ambos colectivos, algo que se agrava con la situación
tan dura que viven y que tiene peores consecuencias bajo los efectos de las drogas y el alcohol que
consumen.
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