De un homenaje fronterizo a cena délas burla En San Sebastián

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Redacción y.Adminisiración Calle de larra, 8. Madrid.
HORIZONTES
De un homenaje fronterizo
El homenaje que el Ajruntamiento de Capbreton acaba de
rendir a D. Armando Palacio
Valdés trae, siquiera sea por leve tangencia, el problema de las
relaciones literarias entre países
colindantes al plano de la actualidad pericdística. Las calles embanderadas, las músicas, el banquete y el intercambio de las retóricas alocucioaes propias del
caso celebraban en tierra francesa al novelista de la amena sonrisa, sin duda, pero también ai
veraneante fiel que durante veinte años ha venido a reposar en
esta playa. Tributo merecido a
todos respectos, no habría existido sin la doble circunstancia le
tratarse de un escritor de máximo renombre y de un asiduo
huésped estival. Y el fino asturiano que con tanta gracia ha sabido desmontar y comentar en
sus libros las pasiones superficiales no habrá dejado de desmontar y de sonreír con su sonrisa
bondadosa ante este homenaje, en
©1 cual, de seg'uro, muy pocos
participadores h a brían podido
hablar de su obra, en la que ojalá
constituya el Testamento literano una precaución prematura.
El asturiano que desertó las
bravas playas nativas para venir a Capbreton y el escritor que
ha deleitando a varias generaciones con sus novelas darás, jugosas, impregnadas de optimismo y
de ligereza hasta cuando tratan
temas que propenden a la hondura turbia, merecen esto y mucho más también. No ya aquí,
sino en su propia tierra, y sin
necesidad de recordar ese triste
privilegio de la edad, que tan poco tiene que ver con la obra de
arte, débese a Palacio Valdés
testimonio público de admiración. El representa el arte puro
en su concepto mínimo y la literatura burguesa en su concepto óptimo. Aparte sus antiguas
veleidades fllosóflcas, jamás se
ocupó de otra cosa que de literatura, y hasta sus ideas más
extremas fueron siempre dichas
de- modo tal, que eJ lector medio
no encontró nunca motivo de disentimiento. En dos novelas de
Palacio Valdés tiene antecedente
el arte quinteriano, tan fluido,
tan digestivo, tan productivo y
limpio. Mientras haya lectores de
nuestra leng'ua. La hermana San
^ulpicio, La alegría del capitán
Ribot, La espuma. La aldea perdida, Los majos de Cádiz y todas
las demás hijas de su ingenio
figurarán con honor eficaz en las
bibliotecas que no sean meros
cementerios de libros,
• Pero el problema del escritor
fuera de su idioma es otro. lias
traducciones antiguas, esporádicas, de obras de D. Armando y
la tardía que acaba de dar a luz
La Nouvelle Revue Frangaise no
lo situarán ni en el mercado intema<:¡onal ni en esa minoría pedante que usurpa la gerencia de
las cotizaciones internacionales
del espíritu Preside el asunto de
las traducciones, como todo asunto de renombre y logro, un geniecillo caprichoso, al que ajnjdan factores diversos. El caso de
Blasco Ibáñez obteniendo por un
libro ocasional. Los cuatro jinetel del Apocalipsis, la entrada
en el mercado norteamericano y
centroeuropeo, que siis novelas
mejores, ya anteriormente traducidas, no le habían abierto, se
presta a reflexión.
Por lo común, parece que el
escritor debe ser traducido cuando satura el medio propio y la
universalidad o el superlccalismo de sus ideas y s'us imágenes
lo hacen digno de la atención del
mundo. Pero esta regla tiene excepciones numerosas: el genio
por correspondencia, el buen viajero que es corredor activo de su
mercancía, el simulador, conviven
en pie igual con el escritor que
por razón de su propia excelencia tarda más en imponerse a su
propio país que en obtener el sufragio de los medios homogéneos
eüparcidos por el orbe. Un libro,
por ejemplo, como Pointer caunter point, de Huxley, o El asunto
Mauncio, de Waserman, un autor
como Suares, entre otros, justifican siempre la traducción. Pero
ocurre que los medios moderno'»
de la propaganda y sus desmanes dividen en dos núcleos concretos la producción artística,
desinteresada como im experimento de laboratorio, y la producción industrial, interesada e
inmediata hasta cuando mayores
galas de talento despliega.
Este fenómeno de la propaganda anulándose a sí misma, de
la serpiente mordiéndose la cola, sir/ipliflca el sentimiento real
de la^ traducciones. Que el autor
glorioso, como D. Armando Palacio Valdés, se traduzca sin tener en cuenta otras razones, y
aue el libro que por su mérito
raro o por su adaptación repentina a la curiosidad pública de
un lapso cualquiera traspase
fronteras y mares, constituyen
fenómenos legítimos, ya que el
arte es al oar asunto de alma y
asunto de portamonedas. El mercado español, que absorbe traducciones' de innumerables me-dianias de muchos países, sobre
todo de Francia, necesita de- todas las vías de la justicia y del
arrivismo para obtener algo que
no es, -oí mucho menos, una compensación. Y cada vez que un esifritor de idioma español es festejado fuera de las fronteras patrias, no importa si añadiendo a
sus diplomas intelectuales el de
veraneante tenaz, o si comentando la traducción de algún libro
que el lector de buen diente no
pudo acabar en su lengua vernácula, lo más sensato es regocijarse.
A. HERNANDEZ-CATA
a cena d é l a s
El pintor y sus modelos
Hay pintor que no pinta mÁs
que bellezas. Me rejiero a los reti-atistas; y no porque piense que
sólo acuden a posar ante sus pinceles los favorecidos por la Natu-
burla
raleza con un físico de lo más
presentable. Me consta que 710.
Hay dama de alcurnia, hacendista, jefe de Estado, que, sin ser lo
que se llama una hermosura—ni
pretenderlo—salen de víanos del
pintor que, para reconocerlos, hay
Diario independiente de Ja noche fundado por D. Nicolás M.Ui^oiti en. 1920
que agarrarse a determinados accesorios.
Estos pintores suelen tener inucha clientela. Porque el personaje se reconoce siempre en el retrato, que ha visto, poco a poco,
nacer en el lienso; cada mirada
del pintor le arrancaba un rasgo
de parecido. Si la generalidad de
las gentes no lo ve como hiego
sale, ¿de quién es ia culpa? De
la mirada vulgar,
incapacitada
para apoderarse de lo verdaderamente eterno y característico.
Y así como hay pintores de
guapos, hay pintores de feos. ¿Se
reconocen los modelos en el trasunto con que uno de estos pintores eterniza sus rasgos personales? Parece ser que sí. Por lo menos tal es la opinión, autorizadísima, de un pintor que, según el
general sentir, no halaga a nadie:
el holandés, casi francés, Kees
van Dongen. Pocos pintores tienen ho;i su fama. Muy pocos, su
sineciidad. Entendámonos: no su
sinceridad de pintor, que ésta nadie puede ponerla en duda ante la
pintura de nadie: su sinceridad
de hombre, su valor para decir lo
que él dice de sus modelos...
darse por vencido, se retiró de
allí. Pero nada más que el trecho
preciso para que el otro lo perdiera de vista y lanzarse al agua
también, y cruzar a nado las turbias aguas del Manzanares hasta
la otra ribera, donde el maleante,
que se hallaba secándose al sol,
se Vio sorprendido por las manos
de su perseguidor, que cayeron
sobre su brazo como férreas tenazas.
El remojado agente y el ya seco nadador emprendieron el camino de la Comisaria, donde la
accidentada captura tuvo su epílogo correspondiente.
Entre tanto, los agentes señores Isasia y Pichardo habían logrado dar alcance también al
"Serrín Mayor", a quien se había
unido su madre y su mujer, y entre toda la familia dieron tal "mitin" a los policías, que la gente
de la ba.rriada, creyendo que se
trataba dt una injusta per.^secución, se puso del lado de! malev=inte y de sus parientes, armándose
un no pequeño motín, que hizo
precisa lá intervención de fuerzas
de la Guardia Civil del puesto del
Pueíite de Toledo. Perseguidos y
perseguidores, rodeados de guardias por todas partes, llegaron
hasta la puerta del cuartel, donde las cosas hubieran pasado a
mayores de no salir el sargento,
que, después de hacer despejar,
hubo de explicar al indignado público, que no bajaría de 50 ó 60
personas, la calidad de los huéspedes que acababa de recibir en
la casa-cuartel.
Esto, como es consiguiente, calmó los ánimos.
Sinceridad y humorismo
De tan sincero como es, pasa
por un gran humorista. El humorismo sirve para m,uchas cosas;
entre ellas, para decir lo que a
uno se le ocurra sin que los demás se enfaden, m,ientras "los demás" no estén demasiado personalizados.
Contestando a una serie de preguntas que le ha hecho un diario
de Niza, Vati Dongen ha dicho:
"¿Cómo veo yo a mis modelos?
Pues... como so7i. Le aseguro que
no exagero nada. Cuando vienen a
mi casa ya saben lo que les espera... Se ponen en lo peor, y por
nada del mundo les causaría yo
un desengaño."
Todas las contestaciones tienen
este carácter de sinceridad, que,
visto con buenos ojos, puede pasar por modestia en el pintor, a
quien deben, si no su retrato,
porque se lo suelen pagar muy
bien, una papeleta en el concurso
de la inmortalidad muchas gentes
distinguidas. "Todas las personas
retratadas por mi se han hecho
célebres, gracias a mis cuidados."
E.^to ya, no es modestia. Ni lo que
sigue tampoco.
"¿Ha tenido usted amores con
sus modelos?", le vino a preguntar, en fcrma menos discreta todavía, el inforinador. El entrevistado contestó sin vacilaciones:
"¡Hombre, qué ' gracia!... Pero
¿usted las ha mirado bien?"
Decididamente, Van Dongen es
un humorista. Su pintura nada
pierde en valor artístico, ni, por
supuesto, en venta, con tales declaraciones. "¡Poco que me ha costado el organizar mi "petite rédame!", dice en otro arranque de
sinceridad. Sinceridad de humorista, única sinceridad posible..., a
pesar de que ahí están los retratos diciendo la verdad en serio.
Avergonzado por
haber cometido un
robo, intenta suicidarse
Antonio Pérez Fernández, de
diez y seis años, domiciliado. en
la calle de Eduardo Morales, número 16, Carabanchel Alto, fué
detenido en el oratorio de la calle
del Caballero de Gracia por haber robado un bolso de mano a
una señora.
Cuando los guardias lo llevaDan
a la Dirección de Seguridad, el
ratero, al cruzar la Gran Vía, se
arrojó al paso del automóvil número 15.924, que era conducido
por Luis Baraibar de Faure. Sufrió lesiones graves.
Precio: 10 céntimos Año XI.—Núm. 3.020. Martes 2 septiembre 1930
Una mjorenita será este año la Reina Titania en la revista infantil
del mes de agosto en el Parque Nacional de Asburg. La Reina
Titania S9 es miss Burd, de Deal (Nueva Jersey), y fué el año
pasado la princesa Cenicienta de la corte de Titania SS.
(Foto Cofttreras y Vilaseca.)
Dice el ministro de la Gobernación
En San Sebastián, los pescadores hiielguistas apedrean
los camiones, y Ist f u e r z a
pública dispara y hiere á un
hombre
En La Coruña hay tranquilidad
desde la salida de los propagandistas de la U. M. N., afirma
el ministro
El ministro de la Gobernación
recibió a los periodistas y les
dijo:
—En San Sebastián, con motivo de una huelga' de pescadores
que hay planteada," los huelguistas pretendieron oponerse a que
circulasen los camiones que conducían pescado y que iban protegidos por fuerza pública. En .las
inmediaciones de la estación dos
grupos apedrearon a los vehículos y a los guardias, se vieron
é.'stos obligados a disparar y fesultó un paisano herido leve en
la .región glútea. El orden quedó
restablecido, sin que se produjeran nuevos incidentes.
En el resto de España la tranquilidad es completa.
Un periodista le preguntó;
—Y en La Coruña, ¿existe
también tranquilidad?
—Desde la salida de los propagandistas'de la U. M. N., el orden ha quedado restablecido en
absoluto.
—¿Sabe usted si continuarán
su propaganda estos elementos?
—Creo que sí, pues hace unos
días estuvo a verme una Comisión de dicho partido, solicitando
autorización para un acto en Madrid que, según me comunicaron,
piensan celebrar muy en breve.
—¿ Se conoce ya el nombre del
periodista q u e , según se dice,
agrandó la importancia de los sucesos de La Coruña?
—Sí; se trata de D. Julio Carbailo Romero, y según aparece en
una tarjeta de visita se titula
redactor de "La Nación", de Buenos Aires, y se le ha impuesto
una multa de 500 pesetas, y ha
8,corda,do el gobernador enviar al
fiscal de la Audiencia el texto de
los despachos que intentó cursar.
Es muy doloroso—comentó el
ministro—que se tomen estas medidas; pero el Gobierno no tiene
más remedio que estar atento a
Impedir se divulguen inexactitudes q u e puedan perjudicar el
prestigio de España.
Se encuentra en el
coche mi! libras esterlinas
Y LAS DEVUELVE CON LA
MAYOR RAPIDEZ
LONDRES 2 (9 m.).—Un chófer se ha encontrado hace unos
días en el interior de su coche lEuj
bonita suma de mil libras esterlinas.
Un señor carga.do con una maleta subió al "auto" del afortunado chófer y le rogó que lo llevase
a la. estación de Victoria todo lo
más de prisa que le fuera posible, pues tenía contados los minutos para tomar urf tren.
El chófer dio toda la velocidad
posible al coche, y a los pocos
minutos había llevado a su oliente al punto de desuno.
El viajero, al ver la rapirlez
con que habían llegado a la estación, dio al chófer usas gracias
muy efusivas a la vez que una
importante propina, desapareciendo inmediatamente con dirección a-1 andén.
El chofer, antes de emprender
el regreso a su puesto, miró en el
interior del vehículo para comprobar si el viajero no había dejado nada olvidado.
Con gran asombro suyo encontró sobre el asiento nada menos
que mil libras en billetes de diez
BÉLGICA
El teatro Kamerny de Moscou
Tras ded teatro japonés, Bruselas se ha proporcionado el gran
placer del teatro oficial de las repúblicas soviéticas, con su director
A. Tairoff a la cabeza y un programa selectísimo. De paso para
la América de Imbla española, y
aunque ha sido imposible lograr
que trabajen en Madrid, estos artistas nos hablan con gran cariño de nuestra tierra, deplorando
que por cuestiones de política no
se haya permitido a la compañía
de la Comedia Oficial de todas
la.s Rusias actuar ante el público madrileño.
Bien es verdad que dos horas
antes de la primera representació en Bruselas, por dificultades
impue.Htas por la aduana para la
entrega de la decoración y del
ve.stuario, no sabíamos si nos sería dado presenciar este espectáculo que nunca podremos olyldar; taj ha sido la profunda e
inmensa impresión que en nuestra alma ha dejado.
Los principios de Tairoff en
materia teatral son el eanpleo de
material humano—actores y actrices—, a fin de reteatralizar el
arte de la escena, y al propio
tiempo fijar el estilo que conviene a la mentalidad y a la conciencia de nuestra época.
El maestro Benavente, no ha
mucho, a su vuelta de las Rusias
soviéticas, decía que allí sólo había un teatro de bambalina^s, y
hoy, tras las cuatro representaciones que acabamos de admirar, nos preguntamos, algo perplejos, si D. Jacinto no presenció la representación de las obras
que el teatro oficial de Moscou
nos ha ofrecido a Bruselas.
En todo caso, Tairoff, tras diez
y siete años de haber estudiado
todas las posibilidades de la mise
en scéne, y habiendo ensayado
todas las innovaciones de un carácter frecuentemente efímero,
como decoraciones futuristas, cubistas, expresionistas, constructivistas, sintéticorrealistas, se encuentra en posesión de medios de
expresión y de instrumentos de
trabajo que ningún otro productor teatral ha poseído hasta hoy
y ccn la certeza de ser comprendido por el público.
a disposiciones ingeniosas y bien
sencillas l e v a n t a los tabiques
y puede presentarnos simultáneamente , las diversas fases da
la acción, ya sea en ed patio
del cortijo,, o del camino de acceiso, o en la sala común, o en
los dos cuartos alcobas dej primer piso. Tal método lo habíamos
visto aplicado por Pitoeff en el
teatro de las Artes, de París,
en la obra que se repitió esta
temporada doscientas n o c h e s
consecutivas: Los criminales, y
hoy, que hemos charlado con Tairoff nos damos cuenta de la gran
importancia de su método.
A riesgo de pá.recer prolijos,
queremos llamar la atención de
nuestros lectores sobre un hecho
que estimamos que LA VOZ no
debe dejar pasar en silencio. Se
trata de una cuestión de tolerancia y de un caso que en esta
plaza de Felipe el de E51 Escorial tienen para nosotros todo el
sabor agridulce de la guenze que
injerimos en estos instantes a la
saluid de Nuestra Señora la Libertad.
Una Sociedad de artistas y escritores. La Lanterne Sourde
—que también y tan bien recibiera un día a D. Miguel de Unamuno, y.otro a Blasco Ibáñe?, y otro
a D'Ors, y a taaitos otros de diferentes credos, opiniones filosóficas—, ha recibido a Tairoff. A
La Linterna Sorda se ha unido
—¡pásmate, lector de LA VOZ!—•
¡iied teati'o popular católico flamenco!!! para gritar: "¡Viva
Tairoff!" Y voy a resumir lo que
a peu pres ha dicho en su discurso un miembro debidamente autorizado: "EJn el plano humano y .
espiritual nos encontramos distanciados de vosotros, representantes del arte moscovita, miríadas de millones de kilómetros. Y
cuando el país católico de Flandea prenuncia la palabra revolución, no deseamos otra cosa qua
el ideal servido por los teatros de
Estado de Moscou.. Dadme un
punto de apoyo y levantaré el
mundo, ha dicho Arquimedes, y
he aquí un punto de apoyo bien
curioso. Poseemos un teatro nacionsil y católico, y éste ha tomado muchísimo de vosotros, a
tal punto que en Plandes se oye
esto: "Tairoff es grande, y el
Vlamsche Volkstooneel es sU
profeta (sic), y como la Flandea
católica debe muchisimo al renovador del teatro de las repúblicas de soviets, viene aquí a
presentar sus homenajes."
Tairoff puede acomodar su
concepción escénica al espíritu
de la pieza elegida, adaptar la
decoración que conviene al ritmo
de la adición dramática y permitir así al actor sintético, educado
por la gimnasia, los deportes y
la acrobacia, al, mismo, tiempo
que por estudios escrupulosos de
psicología experimental, que inlibras.
'•
,.,
terprete tan libremente como le
Y con esto no hablamos de las
Inmediatamente se «precipitó a sea posible todo papel dotado de
piezas de O'Neil, con gran sentila estación para encontrar al via- vida escénica.
miepto nuestro, porque valdría la
jero; pero, el tren partía en aquel
La compañía del teatro Ka- pena; pero lo que hemos apuntamomento. Entonces se dirigió a
la Comisaria, donde hizo relato merny de Moscou nos ha proba- do es de más enjtmdia, según
de lo sucedido. Allí entregó el di- do todo esto en tres noches con- nuestro humilde saber. Para El
nero y dio las señas del viajero, secutivas y con tres obras difeDebate... singularmente.
que hasta ahora no ha dado seña- rentes: dos del irlandonorteamericano E. O'Neill, El amor bajo
les de vida.
RICARDO A Z N A R C A S A N O V A
Se espera que el viaje.ro, tan los olmos y El negro, y ima opeBruselas, 1930.
pronto como se dé cuenta de la reta diel francés Ch. Lecocq, El
pérdida del dinero, se presente a día y la noche, de una ejecución
recogerlo y dé una generosa gra- impecable y de una homogeneiESTE NUMERO HA SIDO
tificación al honrado chófer que, dad de actores indiscutible. Para
además de no hacerle perder el la primera, Tairoff ha ideado una
REVISADO POR LA
tren, le ha salvado una pequeña deco r a c i ó n construotivista, de
fortuna.
verdad. Es de dos pisos, y gradas
CENSURA
ff>ii'.W!»ff,'<i;'"""f"';"'"':"r"''""v,"r"""?."a¡ .'nr:;»•:...::::•;^-•.,.^ri,.,^'^ ">. >,• ^•.'..,..'.^i-
El "Serrín M
" y el "Aranjuez", protag-onistas de una
película
Carreras, natación y apelación a
los sentimientos de las almas
candidas ~
T~¿Qué tal la vida en el campo?
—¡Qué ganas tengo de ir ya a la ofícma para descansar!
La popular barriada del Puente
de Toledo fué hoy teatrd de un
peissculesico suceso que, si bien
produjo el regocijo de no pocas
personas, a punto estuvo taanbién
de ocasionar un conflicto de orden público.
Se llevaba por las inmediaciones de la barriada la batida de
maleantes iniciada ya hace días
por los agentes de la primera brigada, a las órdenes del comisario
Sr. Salanová, cuando de improviso cayeron sobre una banda de sujetos de mal vivir, entre los que
se hallaban los acreditadísimos
ladrones Antonio Escobar Fariñas, alias el "Serrín Mayor", y
Doroteo Fernández Calzado, que
usa el remoquete de el "Aranjuez".
El pánico que la presencia de
los policías produjo en la reunión
paralizó a la mayoría de los reunidos, que cayeron en poder dé los
agentes sin ofrecer gran resistencia. No así el "Serrín Mayor", y
sobre todo el "Aranjuez", que, por
tener diversas cuentas pendientes
con la justicia, se dieron a la fuga, seguidos, el primero, por los
agentes señores Isasia y Pichardo,
y el seigundo, por el Policía señor
Ortega.
El "-aranjuez", a quien paírecía
haberle salido alas en los pies,
emprendió veloz carrera, ; Tuido
de su perseguidor, que denio.straba tener tan buenas piernas como él; por lo que aJ considerarse
alcanzado por el agente, subió
con presteza por un t»rraplén, de
unos ocho metros de altura, se
arrojó al río, y lo cruzó a nado.
El agente Sr. Ortega contempló desde aquella altura el hábil
ejercicio de natación del maleante, que, una vez en la orilla opuesta, empeaó a haicer gestos de burla aa policia; el cuaJ, fingiendo
SANTANDER.—UncC de las carrosas que más llamaron la atención en la batalla de flores de Laredo.
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(Foto Alejandro.)
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