La educación en formación ciudadana y cultura de paz en Guatemala “ Para favorecer la adquisición de valores y actitudes como la solidaridad, la creatividad, la responsabilidad cívica, la capacidad de resolver conflictos por métodos no violentos y el sentido crítico (...) se deberían inculcar conocimientos sobre las condiciones de la construcción de la paz; las diferentes formas de conflictos, sus causas y efectos; los fundamentos éticos, religiosos y filosóficos de los derechos humanos, las fuentes históricas, la evolución de dichos derechos y su expresión en las normas nacionales e internacionales (...) los fundamentos de la democracia y sus distintos modelos institucionales; el problema del racismo y la historia de la lucha contra el sexismo y todas las demás formas de discriminación y exclusión”. UNESCO, Declaración y Plan de Acción Integrado sobre Educación para la Paz, los Derechos Humanos y la Democracia. Paris, 1995. Raúl Zepeda López María del Rosario Toj Edgar Florencio Montúfar Guatemala, abril de 2005 Publicación a cargo de UNESCO Guatemala por medio del Proyecto Cultura de Paz/Cooperación Italiana. Las opiniones vertidas en este documento son responsabilidad de los autores y no coinciden necesariamente con las de UNESCO. ISBN: 99922-902-0-X 4a. Calle 1-57, zona 10 Ciudad de Guatemala Tel.: (502) 2360 7365 Fax: (502) 2331 1524 [email protected] La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala Sumario 1. La educación para la ciudadanía y la cultura de paz 5 2. La cultura de paz como construcción social 21 3. Los fundamentos generales de la formación ciudadana y la cultura de paz 43 4. La formación ciudadana y la cultura de paz en el marco jurídico y político guatemalteco 89 5. Bibliografía 109 3 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala La educación para la ciudadanía y la cultura de paz 1 Las expectativas que diversas expresiones de la sociedad y del Estado guatemaltecos tienen de la educación son múltiples y al mismo tiempo coincidentes en cuanto a que los niños, niñas y jóvenes de hoy necesitan gozar de un mundo diferente, de un mundo mejor al que otras generaciones han vivido. Se espera que la educación pueda contribuir al logro de mejores niveles de convivencia y a relaciones sociales de calidad, centradas en la vigencia de los derechos humanos y en el ejercicio de la ciudadanía como instrumentos para la construcción de la cultura de paz. Los avances científicos y tecnológicos alcanzados, aunque desigualmente distribuidos en el planeta, motivan el optimismo, a pesar de que la incapacidad de la clase política de muchas naciones para resolver las causas de fondo de la desigualdad, la pobreza y la exclusión, favorecen el desarrollo de tendencias opuestas a los derechos humanos y la cultura de paz. Porque la inequidad, la exclusión, el racismo y la discriminación de género, algunas enfermedades, las secuelas de los desastres naturales y las guerras, parecen políticamente invencibles1, aunque técnicamente existan condiciones favorables para ello. 1 Ardón, Patricia, La Paz y los Conflictos en Centroamérica, OXFAM-CIDECA, Guatemala, 1998, pp. 17, cuando analiza estas tendencias cita a Wallensteen y Axell, (1993) quienes afirman que “Entre 1989 y 1992 se registraron 82 conflictos armados en 60 lugares del mundo, que involucraban a más de un tercio de países miembros de Naciones Unidas asociados a las grandes potencias”, y que “estos conflictos tuvieron lugar en territorios con poblaciones que en su mayor parte están en condiciones de vulnerabilidad económica y social y con reducido o nulo acceso a poder político, y en donde los servicios y la infraestructura social es significativamente escasa e inadecuada” 5 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala Y es que, junto a los avances tecnológicos alcanzados, la relativa soledad personal, el individualismo y los enfrentamientos entre Pueblos, Naciones y culturas, el consumismo y el hambre, constituyen expresiones de la desigualdad que propician los procesos de desarrollo desigual por los que transitan las sociedades modernas. Acaso una de las “enfermedades del siglo” más graves y generalizadas sea la falta de solidaridad, como forma de expresión de la atomización de espacios vitales en que se desenvuelve la vida humana, ante las exigencias propias del modelo de desarrollo económico y social que vivimos. De manera que afrontar las necesidades profundas de la América Latina, implica superar aquellos déficit. El supuesto que fundamenta este diagnóstico es que, aunque la educación no es todopoderosa, mucho puede hacer en apoyo a la atención de aquellas necesidades profundas. Al panorama antes descrito se agregan las expresiones de violencia que se manifiestan dentro de los conflictos interreligiosos, interétnicos e internacionales y especialmente el terrorismo. Los genocidios en Ruanda y Yugoslavia en los años noventa se agregan las masacres que se dieron en décadas anteriores en Argentina, Chile, El Salvador y Guatemala. Atrás de estos agudos conflictos estuvieron presentes las divergencias locales y regionales, el malestar social ante la prevalencia de necesidades insatisfechas, el fortalecimiento de orientaciones que favorecieron la reproducción del autoritarismo, la violencia y la discriminación de género, étnica, social e interreligiosa. Junto a la necesidad de implementar políticas económicas y sociales que fortalezcan los procesos 6 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala de desarrollo orientados en beneficio de amplios sectores, también hay necesidad de desarrollar lineamientos para favorecer el desarrollo de la solidaridad entre personas, Pueblos y culturas y fortalecer la comunicación y la cooperación entre personas, religiones y civilizaciones. Estos lineamientos, para dejar de ser solamente justas aspiraciones y transformarse en orientaciones conscientemente formuladas, tienen su mejor espacio en la transformación curricular que se promueve en Guatemala, como parte de la Reforma Educativa, a partir de 1997. Precisamente es en el contexto que proporciona el espacio político que se abre a partir de 1997, cuando se vuelve visible la necesidad de formular lineamientos pedagógicos y estrategias didácticas para concretar una propuesta pedagógica orientada a fundamentar la educación en cultura. En respuesta a esta demanda, el marco general de “educación para la paz” que como apoyo del Proyecto de Cultura de Paz de UNESCO se formula, tiene como elemento motriz el ejercicio de la ciudadanía, como imaginario posible la construcción del proyecto de una nación diversa, solidaria, y como medio para lograr la construcción de nuevas formas de conocimiento. Se trata, por supuesto, de desarrollar una forma de ciudadanía orientada a construir una cultura nutrida de contenidos cuyos valores sean la solidaridad y sus expresiones básicas: el diálogo, el liderazgo democrático, la interculturalidad, la vivencia de los derechos humanos y la comprensión de los fundamentos de la cultura jurídica. Todo ello en estrecha relación y correspondencia con los contextos socioculturales y políticos específicos que caracterizan al país. Para avanzar en la reflexión sobre el desarrollo de la 7 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala formación ciudadana y la cultura de paz, en el sentido acá propuesto, es necesario alcanzar una mayor precisión conceptual de nociones tan complejas como la paz y la cultura de paz, la violencia y la cultura de violencia. En tal sentido, Galtung destacaba en 19812 la necesidad de promover un diálogo que ayude a salir de la confusión generada por el uso de un concepto equívoco y manipulado, sobre todo para superar la visión negativa de la paz, como ausencia de guerra (pax romana), para arribar a una concepción positiva, centrada en el abatimiento de las causas de ésta. Al respecto, Adam Curle (1978) afirmaba que una visión positiva de la paz deberá significar “… a escala individual, amistad y comprensión lo suficientemente amplias como para salvar cualesquiera diferencias… (y), a escala mayor las relaciones pacíficas deberán implicar una asociación activa, una cooperación planificada, un esfuerzo inteligente para prever o resolver conflictos en potencia”3. Y refiriéndose al contexto que da espacio y nutre la vida humana Curle agrega que la paz implica el concepto de desarrollo, esto es, una forma de relación social que tenga una gran dosis de igualdad y reciprocidad”4. Avanzar en el desarrollo de una cultura de paz obliga a conocer la complejidad de la violencia y sus diversas manifestaciones, unas crudamente visibles, otras encubiertas por la costumbre y los estereotipos que favorecen o legitiman la construcción de las desigualdades y la cultura autoritaria: el racismo y etnocentrismo, el machismo y el adultocentrismo, tan invisibilizados en las culturas latinoamericanas y 2 Citado por Jares, Xesus S., Educación para la paz, su teoría y su práctica, Editorial Popular, Madrid, 1999. p. 100 3 Ibidem. 4 Ibidem. p. 99 8 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala en las prácticas de instituciones políticas y organizaciones sociales. El carácter polisémico del concepto de violencia dificulta su real significado.5 En este marco interpretativo la violencia es entendida no como agresión sino más ampliamente, como la acción destructiva que anula o coarta el normal desarrollo humano. De manera que violencia y agresión son conceptos no equivalentes aunque relacionados. Precisamente, Galtung, señala que existe violencia cuando no se satisfacen las necesidades humanas e identifica las siguientes formas: la violencia clásica de la guerra, las privaciones que limitan la satisfacción de las necesidades materiales y la alienación y negación de las necesidades humanas superiores. Por ello afirma que “llamar paz a una situación en que imperan la pobreza, la represión y la alienación es una parodia del concepto de paz”6 El inadecuado ejercicio del poder de personas o grupos sociales persigue precisamente la imposición de intereses particulares, impidiendo el ejercicio pleno de la ciudadanía plena, provocando la impunidad a través del irrespeto al sistema jurídico y la legalidad. De manera que las diversas formas de abuso, desde la prepotencia, las agresiones, la corrupción, así como las omisiones que afectan el normal desenvolvimiento de procesos que favorecen el desarrollo humano, son expresiones de violencia. La cultura de violencia tiene raíces históricas y es 5 Quienes argumentan la invalidez de la definición de “cultura de paz”, o “cultura de violencia” asumen el sentido general del concepto de cultura, mientras que acá se asume en términos figurados, entendiendo como tal específicamente al conjunto de prácticas sociales, actitudes y valores que favorecen la realización humana así como a los denominados productos materiales y espirituales de los pueblos. 6 Galtung, J., Contribución específica de la Irenología al estudio de la violencia: tipologías, en UNESCO, La violencia y sus causas, citado por Jarez, Xesús, Ob. cit., p. 99 9 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala transmitida de generación en generación por medio de la familia, de la escuela y otras tantas instituciones políticas y sociales, encubierta en visiones autoritarias sumamente arraigadas que la justifican. Se reproduce a través de los procesos de socialización para favorecer y justificar los sistemas sociales excluyentes, injustos, discriminatorios o deshumanizantes, derivados de estructuras económicas, sociales y políticas que promueven y fomentan la intolerancia, el irrespeto a las diferencias por razones de origen étnico, cultural, económico, religioso, ideológico, de sexo y de orientación sexual, provocando y manteniendo desigualdades en el acceso a satisfactores materiales y espirituales. Pero... ¿qué es la violencia? La violencia “es un proceso dinámico de interrelaciones sociales destructivas, sustentado en un sistema de creencias, valores y principios que se expresan subjetiva y objetivamente, ante las diversas circunstancias de la vida, a través de pensamientos, comportamientos, costumbres, actitudes, conductas, formas de afrontar los conflictos y políticas institucionales”.7 Se caracteriza por el uso de la coerción, en sus diversas manifestaciones desde las más brutales hasta las más sutiles, explícitas o implícitas. Puede expresarse a través de agresiones físicas, psicológicas, morales o verbales que ejercen los individuos, grupos de personas o instituciones, en detrimento de los derechos humanos y de los valores universales. Pero también se manifiesta por medio de la exclusión y la discriminación, como una omisión que limita el desarrollo humano por la vía de la restricción de satisfactores que le dan calidad a la vida. La violencia contribuye a la existencia de una sociedad insatisfecha, inse7 10 Mesa Intersectorial de Diálogo, Cultura de paz y Reconciliación. p, 68 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala gura, desconfiada, emocionalmente deprimida y, en consecuencia agresiva, cuando impide el desarrollo personal y colectivo, atentando contra la integridad, la dignidad, la vida humana y su entorno8. El malestar social generado por las expresiones de la pobreza, como el hacinamiento, la falta de acceso a servicios básicos y de espacios recreativos, favorecen la emergencia de la violencia en la medida en que generan insatisfacciones y disminuyen las posibilidades de desarrollo humano a que, en las condiciones del actual desarrollo tecno-científi co en el mundo tienen derecho, y que en el país se plantea como en derecho constitucional 9. Mas de esto no se deriva la afirmación de que “los pobres son violentos” ni la creencia generalizada de que la causa de la misma radica en la frustración de las personas. La cultura de paz, en cambio, “está fundada en valores, actitudes y comportamientos que promueven la tolerancia, la solidaridad, la cooperación y el irrestricto respeto a los derechos individuales y colectivos con el fin primordial de valorar y respetar la vida en todas sus manifestaciones, la dignidad humana, la convivencia armónica, la empatía, la solidaridad y el desarrollo físico, mental, espiritual, cultural y social de la población guatemalteca”10. La cultura de paz no es antídoto sino que facilita el manejo de la conflictividad y capacita para afrontar situaciones y conducir procesos con creatividad y fortalecimiento la capacidad humana de convivencia. 8 Ibidem, p. 69 9 Asamblea Nacional Constituyente. Constitución Política de la República de Guatemala 1985. Art. 1 (Protección a la Persona Humana), Art. 2 (Deberes del Estado), Art. 3 (Derecho a la vida), Art. 4 (Libertad e Igualdad, Art. 44 ( Derechos Inherentes a la persona Humana), Art. 71 (Derecho a la Educación ) , Art. 72 ( Fines de la Educación ) y Art. 74 ( Educación obligatoria ) 10 Mesa Intersectorial de Diálogo, Cultura de paz y Reconciliación p. 70 11 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala La cultura de paz privilegia el afrontamiento solidario y cooperativo de los conflictos, donde las expresiones de respeto y tolerancia propician el diálogo y la búsqueda de espacios de cooperación en el afrontamiento pacífico e incluyente de los problemas y conflictos. Está inserta en las estrategias y proyectos que motivan y promueven relaciones sociales de calidad, a través del respeto a toda forma de vida, preservando el planeta, el rechazo a la violencia, fortaleciendo la capacidad de escucha y reinventando la solidaridad.11 Preocupación por los derechos y deberes de todos y todas sin exclusión. Rechazo absoluto a todo tipo de exclusión social y discriminación Actitudes que propician la cultura de paz Solidaridad y compromiso de fortalecer y viabilizar todas las iniciativas tendientes a buscar diálogos y lograr consensos. Anteponer siempre el bien colectivo sobre cualquier interés y prerrogativa a intereses y bienes sectoriales o personales. La cultura de paz fomenta el respeto a la vida, la diversidad y el pluralismo. Favorece la eliminación de toda forma de discriminación por razones de origen étnico, cultural, económico, religioso, ideológico, de edad, de género, orientación sexual, nivel educativo y capacidad física, entre otras. 11 UNESCO, Manifiesto 2000, año Internacional de la Cultura de Paz 12 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala La cultura de paz promueve el fortalecimiento de las instituciones democráticas y se fortalece con la plena participación de la ciudadanía para lograr el desarrollo integral de la personalidad de niños, niñas y jóvenes. Es, entonces, una opción y una forma de vida que comprende actitudes y prácticas que incluyen principios, valores, compromisos, renuncias y acciones que persiguen como fin la armoniosa convivencia humana en los planos personal, familiar, social, institucional y estructural.12 De manera que la cultura de paz se asocia a la necesidad de generar procesos de desarrollo que garantizan la solidaridad humana y el bienestar individual y colectivo. Dentro del proceso de desarrollo de una cultura de paz es necesario el involucramiento de diversos actores y acciones coherentes. Por tal razón Xesus R. Jares destaca que el concepto de paz es más amplio de lo normalmente asumido y afirma que “la paz” no deberá anteponerse (sólo) como ausencia de guerra, ni (sólo) en la visión animista de “armonía interior (del griego irene). De manera que “paz” implica, en términos sociales: democracia, justicia, equidad y desarrollo, como condiciones que favorecen la realización normal de la personalidad de niños, niñas y jóvenes; de las personas y de los pueblos y que la cultura de paz se desarrolla siempre en un contexto complejo, difícil, afrontando diversos obstáculos, aprovechando y construyendo diversos espacios que la posibiliten. Las condiciones políticas que afronta el país han facilitado la disminución de la violencia institucionalizada, como expresión de los esfuerzos realizados por diversos actores e instituciones. Pero existen 12 Mesa Intersectorial de Diálogo, Cultura de paz y Reconciliación p. 71 13 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala rezagos con motivo de la prevalencia de expresiones de cultura autoritaria que se traducen no sólo en el agudizamiento de los conflictos locales, sino en la indiferencia y falta de voluntad para afrontar las causas de las problemáticas que favorecen el malestar social, mientras que en forma paralela se acude a y se defienden posturas violentas que en la práctica se orientan a reproducirla. El argumento de que la violencia se enfrenta con violencia es propio de la cultura autoritaria y de la violencia social. De esta manera se pretende asumir una postura que niega el espacio para políticas (educativas, de justicia, penal, criminológica) en beneficio de la confrontación y de la impunidad. La educación para la paz tiene sus antecedentes en el movimiento de Escuelas Nuevas, en las iniciativas de María Montesori y Adolfo Ferriere, como una reacción pedagógica a las consecuencias éticas y psicosociales de la Primera Guerra Mundial. Precisamente el I Congreso Internacional de Educación Nueva (Calais, Francia 1921), constitutivo de la Liga Internacional de Educación Nueva, fomenta las orientaciones de la educación para la paz en diversos países europeos y latinoamericanos. Además de destacar el papel de la igualdad y la cooperación entre ambos sexos, el Congreso afirma que “ toda educación egoísta debe ser desterrada de la escuela y sustituida por un espíritu de cooperación“ y que “la nueva educación desarrollará en el niño, no sólo al futuro ciudadano, capaz de cumplir sus deberes con sus prójimos, su nación y la humanidad, sino también al hombre consciente de su propia dignidad como ser humano.”13 María Montesori “critica la educación tradicional, competitiva, individualista, insolidaria y asentada 13 Jares, Ob. cit p, 26 14 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala en la obediencia, como obstaculizadora de la consecución de la paz “, mientras que propugna por la confianza en la infancia, en su papel transformativo, entendiendo que la educación es capaz de construir la paz a través de la educación desde la mente de las nuevas generaciones.14 Y es que los patrones culturales propios de los procesos de socialización de tiempos de guerra no se transforman de manera automática con el cese de hostilidades. Precisamente otro rasgo de la cultura política autoritaria de tiempos de post guerra es la polarización intergrupal, la satanización de personas y grupos que piensan diferente, la sensación de amenaza, la visibilización de la diferencia del otro, el desprestigio de formas divergentes de pensar y la tendencia a la imposición del pensamiento único15. Estas expresiones de autoritarismo están presentes en la cultura política de los guatemaltecos y son reproducidas por el pensamiento neoliberal que se opone al pluralismo en el nombre del pensamiento único y de una racionalidad homogenizadora. La persistencia de estos rasgos pone de manifiesto la necesidad de favorecer la construcción de la cultura política diferente, de nuevo tipo. Esto es, la formación para el ejercicio de una ciudadanía democrática capaz de favorecer el fortalecimiento de la cultura de paz, así como la necesidad de examinar la forma en que se desarrolla la cultura de paz en el país. Lo dicho pone de manifiesto que la formación ciudadana y la cultura de paz encuentran, junto a aquellos rasgos de cultura autoritaria, un terreno fértil 14 Jares, Ob, cit. P, 29-30 15 Farías, Pablo, Experiencias del refugio en Centroamérica: problemas de salud mental y psicosocial, p. 58, copias, s.f. (inédito) 15 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala para su desarrollo en ámbitos sociales amplios como en los escolarizados que propician el despliegue de las potencialidades infanto juveniles, de los educadores, de la comunidad, de las organizaciones sociales e instituciones políticas. Es en dicho contexto político y sociocultural en el que se funda en el año 2000 y se desenvolvió el Proyecto de Cultura de Paz de UNESCO (534/GUA/11), en el marco de los lineamientos formulados por esta organización como de otros organismos internacionales, además de las demandas de organizaciones sociales e instituciones políticas, como concreción de la cooperación del gobierno de Italia con el proceso de consolidación de la paz. El proyecto se sustentó en las necesidades planteadas en el contexto del post conflicto y afirma en su fundamentación que “los daños causados por el conflicto están frente a todos, así como tendría que ser evidente la necesidad de transitar por otro camino en la difícil tarea de reconstruir y resanar las heridas aún abiertas: devolver a la sociedad una esperanza de cambio y de reformas profundas; abrir y mantener espacios estables de diálogo entre todas las fuerzas vivas del país para la búsqueda consensuada de soluciones a mediano y largo plazo, con la elaboración y aplicación de políticas económicas, sociales y culturales que puedan reducir las brechas y exclusiones vigentes; rechazar, a nivel individual, colectivo e institucional, la fuerza, la violencia o la arrogancia como forma de manejo de conflictos y/o de respuestas a problemas existentes”. De manera que “lo que resulta evidente es la necesidad de aprender, practicar y difundir una nueva “cultura de paz” generadora de cambios profundos en 16 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala la mentalidad y en la visión del presente y del futuro, generadora de nuevos comportamientos individuales e institucionales, al servicio de un proyecto general para una sociedad más abierta, tolerante, pacífica, justa y solidaria.”16 Fundada en el respeto a los derechos humanos Centrada en el diálogo y la no-violencia para resolver conflictos El proyecto pretende promover una nueva forma de convivencia social Fundada en la tolerancia y el pluralismo cultural Sostenida en la corresponsabilidad de diversos sectores e instituciones sociales en la construcción de un desarrollo sostenible Orientada a favorecer procesos educativos formales y no formales * Es evidente que la cultura de paz no se irradia sólo a través de la divulgación de los derechos cívicopolíticos, económicos, sociales y culturales ni con el “cumplimiento” desde el punto de vista estadístico y administrativo de los mismos. Una visión más cualitativa e integral de la cultura de paz lleva a suponerla, no como “lo bueno” respecto de “lo malo” en una rígida visión dicotómica, sino como un proceso de avance con múltiples retrocesos, como el 16 Proyecto Cultura de Paz en Guatemala. Memoria de Labores. s. f. p, 1 * Adaptación de documento “Cultura de Paz en Guatemala” Fase II 20012002. Guatemala. 2000, p.1 17 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala desarrollo de potencialidades progresivas que neutralizan o debilitan las tradiciones autoritarias y patriarcales, es decir, como un presente que presupone las huellas de un pasado, los embriones de un futuro diferente que se construye progresivamente y la visión de un imaginario que articula las prácticas sociales equitativas y solidarias de un mundo que nace en los sueños de niños y niñas de Guatemala. Asumir la cultura de paz como un proceso en construcción plantea la necesidad de identificar espacios, actores y factores que pueden potenciar y multiplicar el desarrollo de relaciones sociales de calidad, propósito general que está presente en la propuesta de formación ciudadana a la cual se hace referencia específica en el desarrollo de este diagnóstico. El Proyecto de Cultura de Paz de UNESCO se propuso los siguientes objetivos: - Contribuir al proceso de Reforma Educativa, en particular con propuestas de transformación curricular que incluyan como líneas temáticas la formación ciudadana y los principios de Paz. - Contribuir al fortalecimiento de la participación, de la organización y de la capacidad de propuesta de las redes juveniles sobre las temáticas de la construcción de la paz en Guatemala. - Promover procesos de formalización y sensibilización sobre contenidos de la reforma educativa y de cultura de paz dirigidas a docentes y estudiantes del ciclo medio/superior y universitario. - Promover la investigación y la publicación de estudios, análisis y ensayos sobre temáticas específicas como violencia, democratización, reconciliación, diálogo y concertación social, linchamientos, desmilitarización, racismo e interculturalidad. 18 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala - Involucrar a los medios de comunicación y en particular a las radios comunitarias locales, en campañas educativas públicas a favor de la difusión de valores y comportamientos individuales e institucionales no violentos, democráticos y tolerantes. - Apoyar y promover iniciativas de carácter cívicodemocrático mediante procesos de capacitación y sensibilización de organismos públicos y de la sociedad civil. El proyecto de Cultura de Paz desarrolla sus acciones (2000-2005) a través de dos componentes: • Apoyo al Sistema Educativo Nacional • Análisis e Incidencia Social El primero se realiza durante estos años a través de diversas líneas de trabajo que se enmarcan en el proceso de transformación curricular que promueve el ministerio de Educación – MINEDUC – a través de DICADE. Sus acciones se concretan como apoyo técnico para la elaboración de una propuesta curricular en educación preprimaria, primaria y media y como participación en los procesos de capacitación a docentes, cursos de cultura de paz para supervisores, preparación de carpetas de cultura de paz, planificación y desarrollo de murales educativos en espacios públicos de la ciudad capital y algunos municipios del país. El componente de Análisis e Incidencia Social apoyó la investigación y publicación de estudios sobre temáticas concernientes a la difusión de la cultura de paz. Trabajó con los medios de comunicación en la difusión y creación de espacios de discusión, análisis y propuestas a favor de un cambio cultural dirigido a todos los sectores de la sociedad, mediante campañas públicas de información y cursos de capacitación 19 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala para comunicadores sociales. Al mismo tiempo, en la difusión de los contenidos educativos de cultura de paz y valoración de las culturas locales mediante los canales radiofónicos bilingües presentes en las áreas rurales e indígenas. Asimismo, promovió iniciativas de articulación de redes sociales a favor de la cultura de paz y espacios de diálogo y concertación, acompañó del proceso de renovación de instituciones y de sectores sociales importantes como la Policía Nacional Civil (PNC), apoyando procesos de capacitación de personal en servicio. El Proyecto apoyó el fortalecimiento del conocimiento y la apropiación por la sociedad de los fundamentos cívico democráticos que están en la base de la convivencia pacífica y para el efecto apoya las acciones de las ONG locales a favor de los derechos humanos y la difusión de una cultura democrática, priorizando actividades de formación y sensibilización de agentes multiplicadores capaces de incidir en la construcción del tejido social y en la opinión pública. 20 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala Demandas, esfuerzos y logros en la construcción social de la cultura de paz 2 El Proyecto de Cultura de Paz se insertó en un proceso cultural tanto nacional como internacional orientado a promover nuevas y progresivas formas de convivencia humana. Entendiendo este proceso como parte de ese esfuerzo de construcción social, en este capítulo abordaremos las demandas sectoriales que dan contexto a tendencias que se articulan entre sí, ante el cual se desarrolla un compromiso gubernamental y social más o menos explícito y constante que se concreta en el desarrollo de una institucionalidad de la paz y que favorecen el proceso la Reforma Educativa. El tiempo transcurrido desde la firma de los acuerdos de paz obliga a reconocer la necesidad de analizar los esfuerzos realizados a favor de una cultura centrada en el diálogo, el respeto a la diferencia y la construcción de consensos, como factores favorables para la promoción de un proceso que favorezca el desarrollo de un proyecto de nación. Al optimismo inicial de mediados de la década pasada ha seguido la incertidumbre. Y aunque los acuerdos de paz comprometen al gobierno de Guatemala como a diversos sectores de la sociedad civil en la lucha contra la explotación, la pobreza, la discriminación y la exclusión social y a favor de la construcción de 21 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala la democracia y la cultura de paz, es evidente que lo avanzado es insuficiente y que diversos obstáculos ideológicos y políticos se mantienen en diferentes ámbitos de la vida nacional. El informe final de la MINUGUA de fines de 2004, así como los anteriores, realizan un balance de los avances e insuficiencias que se han observado en el periodo de ocho años. Las condiciones políticas y socioculturales vigentes no hacen más que fortalecer la hipótesis de que el proceso de paz debe entenderse como un proyecto de mediano y largo plazo. Al respecto, citando a Norberto Lechner, de Cazali describe la compleja situación señalando que “el pasado autoritario se refleja en la imposibilidad de construir en el corto plazo una práctica democrática exenta de contratiempos. El primer dilema será la contradicción entre el tiempo necesario para la consecución de objetivos como la institucionalidad, el Estado de Derecho, el proyecto de nación, etc., y el tiempo real con que cuenta, no solamente para la construcción del proceso, sino para vislumbrar los primeros resultados sin caer en frustraciones, escepticismo o lo que es peor, la tentación autoritaria”. 17 Y es que la cultura de paz dentro del proceso político seguramente es, en términos estratégicos, uno de los componentes más importantes por los que hay que apostar en estas condiciones. Reflexionar respecto de la necesidad de la misma como nutriente del proceso político guatemalteco democrático es una preocupación obligada. Los temas de educación en derechos humanos y cultura de paz cobraron relevancia en la agenda de nación 17 de Cazali, Lilian y otros, Perspectivas de los jóvenes sobre la democracia en Guatemala. FLACSO, Guatemala, 1998, p. 11 22 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala propuesta a partir del proceso de negociación que llevó a la firma de los acuerdos de paz. Y estuvieron presentes en el posterior proceso de negociación que condujo a la realización de los diálogos y consensos nacionales que promovió el Ministerio de Educación –MINEDUC- y la Comisión Permanente de Reforma Educativa en el año 2000. Dicha consulta nacional constituyó un verdadero hito en materia educativa sólo comparable en la región a la consulta nacional de educación promovida por el gobierno sandinista en Nicaragua (1982) y apoyada por UNESCO. Las condiciones políticas e ideológicas generadas por la firma de los acuerdos de paz plantearon la necesidad de darlos a conocer y divulgar sus recomendaciones, pero el desarrollo de la cultura de paz es algo más complejo y apenas inicia con la reproducción y divulgación de material educativo. Y es que el sistema educativo desarrollado por cuatro décadas en el marco de una creciente política contrainsurgente no podía estar preparado de inmediato para promover una orientación en cultura de paz, centrada en la necesidad de construir una nación diferente, solidaria, capaz de promover de inmediato la conciencia de la necesidad de excluir las diversas formas de discriminación, exclusión y explotación que condujeron al conflicto armado interno de 34 años. Es evidente que los contenidos de cultura política democrática y las prácticas sociales que le corresponden no se construyen en el plazo inmediato, al margen de condiciones políticas y socioculturales específicas. En la actualidad, actuar en el plano de la cultura de paz se convierte en una necesidad crecientemente percibida. Y es así como el Área de Formación Ciudadana junto a otras áreas formativas que promueve la Transformación Curricular viene a ocupar un lugar 23 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala estratégico para promover aquellas orientaciones en los ámbitos de la educación formal y no formal. La transición de la paz negativa -como ausencia de guerra- a la paz positiva, como generación de nuevas condiciones políticas, socioeconómicas e ideológicas que hagan inviable una próxima guerra, lleva también implícito el creciente consenso de amplios sectores sociales tanto respecto de que NUNCA MÁS debe repetirse aquella tragedia nacional, como que las víctimas de la guerra, los muertos y sus deudos merecen nuestro recuerdo y mayor respeto. Y es que aunque asumidos con diferente grado de voluntad política, la firma de los acuerdos de paz implicó el compromiso de las partes para generar condiciones que fuesen capaces de favorecer un escenario político propicio para la negociación y construcción de consensos que permitieran transitar del país que heredamos “al país que queremos los guatemaltecos”. Se desarrolla, a partir de estos años, una institucionalidad de la paz que persigue a promover la cultura democrática fundada en el Estado de Derecho como elemento sustantivo del ordenamiento institucional del Estado guatemalteco y que tiene que ver con la creciente conciencia de la necesidad de la vivencia de los derechos humanos, el imperio de la justicia, el cese de la impunidad y la construcción intersectorial de consensos mediante el manejo pacífico de los conflictos. A ello contribuirá la formación ciudadana que se promueva tanto desde el sector formal como no formal del sistema educativo. De manera que realizar este diagnóstico es una oportunidad para indagar sobre el desarrollo de la educación para la democracia y la cultura de paz, fruto de la necesidad de promover un debate en torno a 24 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala orientaciones generales y especificas que favorezcan la formulación de un plan nacional de formación ciudadana y cultura de paz en el marco de la reforma educativa, cuyo desarrollo ha transitado en los últimos ocho años con no pocas dificultades y con muchos aciertos. Construir el proyecto de una nación solidaria en un país diverso, como parte de un esfuerzo convergente, implica el desarrollo de una cultura centrada también en una nueva forma de conocimiento; esto es en una nueva forma de comprensión de sí mismo y de “los otros”, una nueva visión de la historia y del futuro de la nación guatemalteca. He ahí la razón por la que la propuesta de Formación Ciudadana tenga como ejes el ejercicio de la ciudadanía, el proyecto de nación y la construcción de conocimiento. El compromiso de los guatemaltecos y guatemaltecas es, entonces, hacer posible la construcción de un ordenamiento político legitimado por la más amplia participación ciudadana, respetuoso del derecho a la vida, a la libertad e igualdad, centrado en el ejercicio pleno de los deberes y derechos cívicos y políticos de los pueblos18. La formación ciudadana y la cultura de paz ciudadana tienen su base, como luego se analiza, en la normativa jurídica que rige en el país, en los fundamentos políticos y recomendaciones de los acuerdos de paz, en los convenios internacionales y declaraciones de organismos de los que el gobierno de Guatemala es signatario, los cuales son explicados en el siguiente capítulo. Al mismo tiempo tiene fundamento en las 18 Asamblea Nacional Constituyente. Constitución Política de la República de Guatemala 1985. Artículos 3, 4, 5, 135 y 136 25 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala demandas de organizaciones sociales del país, en el compromiso gubernamental de hacer suyos los acuerdos de paz y en las exigencias y propuestas de la niñez y la juventud. De manera que dentro del complejo marco en que la cultura de paz se construye, el rumbo de los procesos políticos y socioculturales es favorable al desarrollo de la cultura de paz, pero no por ello carente de complejidades. Tendencias favorables para el desarrollo la cultura de paz Como parte de las tendencias generales a favor del desarrollo de la cultura de paz están las demandas de organizaciones sociales, el compromiso gubernamental a favor del cumplimiento de aquellos, y específicamente las exigencias y propuestas de la niñez y la juventud, actualmente organizadas en los centros educativos, las comunidades y pueblos del país a. Las demandas de organizaciones sociales: La creciente conciencia de la necesidad de transformación de la realidad social a favor del establecimiento de un orden social menos excluyente se ha expresado en los últimas décadas en demandas y propuestas formuladas por diversos sectores sociales, para afrontar problemáticas relacionadas con derechos humanos, con el papel del Estado en tiempos de paz y con el combate al racismo y el etnocentrismo, en cumplimiento de compromisos adquiridos en materia de multi e interculturalidad, la vigencia de los derechos humanos y la convivencia pacífica de las y los guatemaltecos, etc. Estas demandas, propuestas y proyectos llevan inmersa la idea de la construcción de una sociedad 26 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala donde los valores, actitudes y prácticas de la cultura de violencia sean superados positivamente a favor del desarrollo democrático de la sociedad guatemalteca. Constancia de estos procesos son los esfuerzos propositivos de organizaciones sociales (sindicales, de maestros, campesinos, mayas, de la niñez y la juventud), así como de coordinación e incidencia de institucionales, organizaciones y, principalmente, las mesas intersectoriales que promueven la cultura de paz, que abordan problemas añejos como los socioeconómicos, la violencia, el racismo y etnocentrismo19. b. El compromiso gubernamental para dar vigencia a los acuerdos de paz. Los tres gobiernos que Guatemala ha tenido a partir de 1996 han expresado su compromiso con los acuerdos de paz. Dicho compromiso pasa también por el fortalecimiento de la reforma educativa, iniciada en el año de 1997 y puesta en marcha en a partir del año 2000, como un proceso orientado a generar condiciones culturales, técnicas, sociopolíticas, profesionales y subjetivas favorables para el desarrollo de la democracia en el país y de formas de convivencia cualitativamente superiores. En tal sentido, el Proyecto de Cultura de Paz se propuso trabajar con autoridades educativas, a nivel técnico de transformación curricular, con maestros, supervisores y los propios estudiantes, así como con entidades y organizaciones que de manera no formal promueven también la cultura de paz. Se propueso favorecer el desarrollo de actitudes y 19 Entre las organizaciones que formulan, profundizan y levantan demandas a favor de la formación ciudadana y la cultura de paz tal como se desarrolla en la propuesta que en el capitulo final se describe, están las entidades de defensa de los derechos humanos generales y específicos, de fortalecimiento de la justicia y otras organizaciones que por razones de espacio no identificamos. 27 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala prácticas personales y colectivas orientadas al desarrollo del diálogo, la construcción de consensos y el respeto a otras formas de pensar, a otros pueblos y otras culturas. Esto implica, por consiguiente, el reconocimiento no sólo a la existencia “del otro”, sino a su legítimo derecho a la diversidad, a ser diferente y a una existencia digna. Por supuesto que el proceso de paz constituye una oportunidad que tiene el gobierno y los sectores sociales en él representados, para favorecer la adopción de políticas económicas y sociales orientadas a fortalecer el tejido social actualmente erosionado por diversas formas de enfrentamiento. Sin embargo, a casi diez años de firmados aquellos acuerdos, en diferentes sectores está presente la profunda preocupación por la relativa marginalidad de que los mismos han sido objeto en ciertos momentos, al no darles el sustento financiero e institucional correspondiente, pero sobre todo al no haber concreción de la manifestación expresa de voluntad política para garantizar su cumplimiento.20 Los contenidos de la Reforma Educativa, en lo que se refiere a Transformación Curricular, específicamente aquellos en los cuales hay mediana y alta “sensibilidad” no avanzan de manera progresiva y sin interrupciones, sino en el espacio político que tiene el mismo desarrollo de los acuerdos de paz. En cuanto al grado de avance de los acuerdos de paz en general, existen evaluaciones más o menos críticas que identifican relativos avances y rezagos, viejos y nuevos obstáculos, así como estancamientos y regresiones que causan no poca preocupación a 20 Cfr. Al respecto, para un seguimiento de este proceso durante los años recientes, ver los informes periódicos de MINUGUA. 28 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala diversos sectores y entidades. Por supuesto que estos acuerdos sólo significan el punto de partida para superar las causas de la conflictividad que motivaron una guerra de más de tres décadas, a partir de las coincidencias de las partes a favor de un proceso de reconstrucción social de mediano y largo plazo. En el último informe de MINUGUA se afirma que “ las expectativas eran bastante grandes. Los Acuerdos de Paz originalmente preveían un cronograma de cuatro años que finalizaba en el año 2000. Este calendario se extendió después hasta el año 2004, cuando se hizo evidente que la aplicación sería un proceso a largo plazo. En la actualidad, la mayor parte de los observadores coincide en que el cronograma era demasiado exigente y que esencialmente se requerirá más tiempo para cumplir plenamente los Acuerdos” 21. Dentro de las evaluaciones que se han realizado sobre el grado de cumplimiento de los acuerdos de paz se considera que “Guatemala está experimentando muchos cambios positivos inspirados principalmente en los Acuerdos. En consecuencia, cualquier evaluación equilibrada de los resultados obtenidos en los últimos ocho años debería centrarse por igual en los logros y en los incumplimientos. Para ello se debe considerar la complejidad de los retos planteados, el tiempo relativamente corto transcurrido desde la finalización del conflicto y algunos de los obstáculos que han impedido la aplicación de los Acuerdos de Paz independientemente de la voluntad política” 22. Pero estas evaluaciones no pueden agotarse en la valoración de logros y rezagos, sino además en la resignificación de los procesos. 21 AGNUR, Informe de la Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Guatemala al Secretario General. ONU/AG/, Doc A/RES/59/307, agosto 2004. p. 6 22 Ibidem, p. 5 29 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala Agrega el informe citado que el proceso“(...) se ha visto también afectado por la falta de sólidas bases sociales a nivel nacional, que apoyen los Acuerdos y tengan a su vez la capacidad de ejercer presión sobre los sucesivos gobiernos para lograr su aplicación. Aunque el proceso de negociación incluyó a un amplio número de grupos organizados de la sociedad civil, la idea de que los Acuerdos representaban un consenso nacional fue posteriormente cuestionada por ciertos sectores de la sociedad guatemalteca - como el sector privado y algunos partidos políticos -, los cuales se opusieron a ellos o denunciaron que no habían estado bien representados o no se les había consultado suficientemente durante el proceso de negociación (...)” y destaca que “el público en general ha permanecido desinformado sobre los Acuerdos, mientras los gobiernos de turno ignoraban los compromisos de dar a conocer su contenido. Estos fueron algunos de los factores que condujeron al mayor retroceso político del proceso: la derrota del referéndum de 1999 sobre las reformas constitucionales exigidas en los Acuerdos”23. Una de las más grandes debilidades del proceso, ingenuamente tolerada por las organizaciones que lo han promovido y políticamente aceptada por los gobiernos y por aquellos que esperaban su rezago, es la alta dependencia de la cooperación internacional y la escasa exigencia de ésta para lograr un mayor nivel de compromiso político dentro del presupuesto nacional de la nación. Según la MINUGUA, “ (...) muchos de los nuevos programas e instituciones creados en virtud de los Acuerdos de Paz pasaron a depender principalmente del financiamiento internacional en lugar de ser asumidos plenamente como parte del presupuesto nacional. Aunque la presión y el apoyo internaciona23 Ibidem, p. 7 30 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala les ayudaron a mantener la atención prestada al programa de paz durante los tiempos difíciles (se refiere a los primeros años del siglo XXI), en este momento existen tanto la necesidad como la oportunidad de que los agentes nacionales guatemaltecos actúen como propulsores de este proceso.” Y explicando aspectos específicos de los acuerdos el informe de la misión afirma que “Guatemala ha obtenido mayormente verdad pero no justicia, lo que ha fomentado el resentimiento y dificultado el proceso de reconciliación nacional (...) en general, los intentos de investigar y procesar a miembros de los cuerpos de seguridad por las atrocidades cometidas durante el conflicto no han tenido éxito; quienes lo han intentado han tenido que sufrir amenazas, violencia y años de obstaculización judicial.”24 Y agrega que “cinco años después de la presentación del informe de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico, es hora de pasar de los planes de resarcimiento al inicio de la entrega de compensaciones a las decenas de miles de víctimas de los abusos contra los derechos humanos perpetrados por el Estado guatemalteco durante el conflicto(...) La verdad y el resarcimiento son parte de la respuesta necesaria, pero la justicia continúa siendo el elemento ausente. Los logros que alcance el sistema de justicia en la investigación y el castigo de los responsables de genocidio y de otros crímenes de lesa humanidad cometidos durante el conflicto continuarán siendo el indicador del avance de Guatemala en el respeto de los derechos humanos.”25 El informe reconoce que “aunque el apoyo del nuevo Gobierno a las actividades iniciales del Programa Na24 Ibidem, p. 9 25 Ibidem, p. 17 31 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala cional de Resarcimiento constituye un primer paso importante, aún es necesario dotar al Programa de bases legales más firmes y de financiación adecuada. El trato dado a las víctimas de violaciones de los derechos humanos contrasta claramente con el dispensado a los antiguos integrantes de las Patrullas de Autodefensa Civil, quienes, en 2003, empezaron a recibir pagos en efectivo por los servicios prestados sin importar su participación en abusos contra los derechos humanos durante el conflicto, así como la falta de previsiones compensatorias en los Acuerdos”26. Destacó el informe que el fracaso que supuso el referéndum de 1999 para la aprobación de las reformas constitucionales, que incluían la declaración oficial de Guatemala como Estado multicultural, constituyó una gran decepción para los dirigentes y organizaciones indígenas, que hasta entonces venían participando de manera entusiasta en el proceso de aplicación, incluso en las numerosas comisiones conjuntas establecidas para preparar políticas y legislación sobre temas como la tierra, la reforma educativa, la espiritualidad indígena y la participación política.” Y que “sí se han logrado importantes avances para combatir la discriminación y lograr un mayor reflejo de la diversidad de Guatemala en el Estado.27 El informe reconoce el estancamiento del proceso en cuanto al abordaje de la problemática agraria, e indica que “los esfuerzos por mejorar el acceso a la tierra y resolver los conflictos relacionados con ella también han sido insuficientes”. FONTIERRA, institución gubernamental creada en virtud de los Acuerdos de Paz para proveer créditos para la compra de tierras, 26 Ibidem, p. 10 27 Íbidem, p. 11 32 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala continúa recibiendo una asignación presupuestaria menor a lo que le corresponde por mandato. CONTIERRA, instancia presidencial cuyo objeto es analizar las disputas sobre la tierra y mediar en ellas, ha ayudado a resolver algunos casos señalados, pero nunca ha tenido la estabilidad institucional y presupuestaria adecuada para desempeñar sus funciones a nivel nacional de modo sostenido.” 28 Y en cuanto a la educación el informe reconoce que “ha concluido un largo proceso de transformación del programa de estudios primarios para incorporar aspectos multiculturales y elementos de la historia del conflicto armado”29. Por otra parte, como consecuencia positiva de los Acuerdos de Paz, se ha creado en el país una institucionalidad orientada a poner en marcha recomendaciones relativas a las demandas de tierra, a la vigencia de derechos humanos, a la multi e interculturalidad, al resarcimiento a las víctimas del conflicto armado interno, al desarrollo sostenido de una política a favor de una equidad de género y étnica, al fortalecimiento de los derechos de la niñez y la juventud, de la mujer y de los pueblos indígenas, asimismo a favor del fortalecimiento del sistema de justicia. Una de las primeras instituciones creada en función de la vigencia de la cultura de paz, aún antes de la firma de los acuerdos de paz, fue la Procuraduría de Derechos Humanos –PDH, fundada en 1989. Precisamente el Área de Educación de la PDH concreta lineamientos de educación en derechos humanos y cultura de paz en una cobertura nacional a través de las oficinas departamentales de derechos humanos y particularmente a través de sus educadores quienes 28 Ibidem, p.14 29 Ibidem, p.15 33 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala promueven y desarrollan proyectos directamente o en apoyo a organizaciones e instituciones que realizan acciones de cultura de paz y colaboran con los maestros a nivel local. La SEPAZ, creada como entidad rectora del diseño e implementación de las políticas del Gobierno respecto del cumplimiento de los compromisos expresados en los Acuerdos de Paz. Se propone coordinar las iniciativas encaminadas a dar prioridad a los compromisos derivados de los Acuerdos de Paz, fortaleciendo espacios de diálogo que permitan una amplia participación y representación de la sociedad civil para impulsar la institucionalización del proceso de paz y la implementación y coordinación de las políticas, programas, planes y proyectos en los diferentes Ministerios del Estado. Sus objetivos actualmente son fortalecer, ampliar y crear nuevas redes de participación, consulta, diálogo y priorización de una agenda para la gestión pública en apoyo al relanzamiento de los acuerdos de paz; contribuir, conjuntamente con instituciones del sector público, en el diseño y puesta en funcionamiento de una gestión eficiente que atienda los compromisos que emanen del relanzamiento; promover la implementación de las políticas, programas, planes y proyectos derivados de éste; implementar iniciativas para la organización y formación de los “Jóvenes por la Paz “ y; la promoción y fortalecimiento de la cultura de paz.30 La Comisión Presidencial contra la Discriminación y el Racismo –CODISRA- fue creada a solicitud e instancia de las organizaciones indígenas en Guatemala y legalmente establecida en octubre del 2002, teniendo 30 www.procesodepaz.gob.gt 34 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala entre otras, las siguientes funciones: asesorar y acompañar a las distintas instituciones y funcionarios del Estado, así como a instituciones privadas, para desarrollar mecanismos efectivos en el combate a la discriminación y el racismo que se da contra los pueblos indígenas en Guatemala; formular políticas públicas que garanticen la no discriminación y el racismo contra los pueblos indígenas y dar seguimiento a su ejecución; así como impulsar campañas de sensibilización ciudadana en contra de la discriminación.31 A nivel no gubernamental destaca la oficina de Derechos Humanos del Arzobispado ODHA, la cual dedica especial atención a la divulgación de la memoria histórica, particularmente el informe Recuperación de la Memoria Histórica – REMHI – a través de actividades educativas en escuelas y centros educativos de varios departamentos, con apoyo local de educadores, promotores y representantes de instituciones. El dinamismo de las instituciones gubernamentales y las formas del desarrollo de la cultura de paz oscila en función de la voluntad política para asignar recursos de parte de los gobiernos y a los recursos humanos con que cuentan para promover aquellos acuerdos. Una excepción positiva se da en la Reforma Educativa promovida desde la dirección de Calidad Educativa – DICADE-, ofi cina técnica del MINEDUC, de la cual depende el proyecto de transformación curricular. El proceso de reforma educativa se inició en 1997, como expresión de relativa voluntad gubernamental de poner en marcha los acuerdos de paz, en el espacio escolar. De manera que a la fecha tres gobiernos los han venido promoviendo con mayor o menor grado y 31 CODISRA. Informe Semestral de Labores, septiembre 2003, p, 8. 35 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala expresión de compromiso. Pero es más, como afirma Pedro Us, la reforma educativa “es un fenómeno que no se reduce meramente al ámbito escolar, sino que busca trascender a la estructura toda de la sociedad: encuentra su razón de ser en la sociedad, involucra a todos los elementos y sectores sociales, tiene profundas implicaciones en la vida social y apunta a la realización de un determinado modelo de sociedad”32. El compromiso gubernamental a favor del desarrollo de la cultura de paz se traduce en acciones políticas, pedagógicas y administrativas que, con altibajos, se va desarrollando en el país. Como parte del proceso político que sienta las bases para la reforma educativa se destacan los siguientes hechos de política educativa: - La constitución de la Comisión Consultiva de Reforma Educativa (1997) - La formulación y aprobación del Diseño de la Reforma Educativa (1997). - La realización de los diálogos y consensos nacionales ya mencionados, que condujeron a recoger información básica para orientar los grandes ejes curriculares (2001). - La aprobación por el MINEDUC y la Comisión de Reforma Educativa del documento denominado Marco General de Reforma Educativa y del Currículum de Educación Primaria (2002). - El proceso de socialización de la propuesta de parte de DICADE a supervisores, docentes y personal de organizaciones sociales e instituciones con el objeto de darla a conocer e incorporar observaciones y propuestas de capacitación (2002- 2003). 32 Us, Pedro, “La reforma educativa: un proceso para la transformación social”, p. 1, Guatemala, s.f. (fotocopia). 36 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala - La elaboración de material educativo para la profesionalización de docentes y para uso en el aula a efecto de poner en marcha la reforma educativa en sus diversas áreas en los departamentos del país (2003-2004). - La capacitación a supervisores y docentes multiplicadores para la incorporación de la reforma educativa en primero y segundo años de primaria. De esta manera, en el período del gobierno de Oscar Berger (2004-2007) el MINEDUC promoverá el desarrollo de la reforma educativa de manera gradual, hasta concluir la primaria completa en el año 2006. 33 - El Acuerdo Ministerial 35-2005 que autoriza el Currículo Nacional Base para el Nivel de Educación Primaria y en donde aparecen especificadas cada una de las áreas fundamentales y formativas, incluyendo la de Formación Ciudadana. Como parte de este esfuerzo institucional también se avanza en la formulación de las guías curriculares para los dos ciclos del nivel de primaria. - El desarrollo de consultorías para precisar las orientaciones curriculares en guías para los docentes del nivel de primaria y avanzar en la formulación de propuestas curriculares en el ciclo básico. c. Las exigencias y propuestas de cultura de paz de la niñez y la juventud: 33 Esta forma de promover la reforma educativa en el aula tiene dos lecturas. Una, que es mejor aplicarla gradualmente, en forma controlada y haciendo los ajustes oportunos, avanzando gradualmente “con paso seguro”. Otra, que al implementarla en forma gradual, se incurre en dos riesgos: que se pierde la visión de conjunto y se olvida que el compromiso de la reforma educativa implica nueve años, hasta el ciclo básico. Y que al prolongarse hasta el año 2007 la conclusión de su adopción en primaria, no se prevé tiempo, durante este gobierno de hacer la evaluación global del proyecto, amén de que queda una vez más sujeta a las veleidades e ineficiencias derivadas de los ajustes que ocasionan los procesos electorales. 37 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala Diversos estudios ponen de manifiesto que la comprensión de los problemas, necesidades e intereses de niños, niñas y jóvenes los llevan a formular apreciaciones coherentes con los principios de la formación ciudadana y la cultura de paz. Al respecto, un estudio reciente, realizado por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia para América Latina, permite considerar cómo los niños, niñas y jóvenes del subcontinente, en el que fueron incluidos alrededor de 800 niños guatemaltecos, expresan importantes apreciaciones sobre el mundo en que viven y el mundo en que desean vivir, en tanto que también hacen propuestas a los gobernantes a favor de la garantía a sus derechos como niños, como jóvenes y futuros ciudadanos. El informe destacó que los niños miran su futuro con miedo y con esperanza. Expresan pesimismo en diversos aspectos, pero “tienen una clara percepción de que las causas de la problemática residen principalmente en la falta de compromiso ético y de voluntad política de las generaciones adultas, principalmente de los gobernantes. Más de dos terceras partes de los entrevistados dijeron que no confían en sus gobiernos por sentir que no cuentan con ellos”34. Los niños y niñas identifican como uno de sus problemas la falta de prioridad de sus derechos cuando afirman que “el mayor obstáculo para la solución de los problemas económicos y sociales, así como de los dramas humanos presentes en la realidad de sus países y que afectan fuertemente sus vidas, reside en la falta de prioridad atribuida a la atención, promoción y defensa de sus derechos” de parte de los gobernantes35. 34 UNICEF. La voz de los niños, niñas y Adolescentes de Iberoamérica. Bogota, 2000, p, 39 35 Ibidem 38 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala Los niños de América Latina, según el estudio referido, también esperan que sus gobiernos cumplan sus promesas electorales, que sean eficientes y tomen medidas que ayuden a que se cristalicen su derecho a la educación. Al mismo tiempo demandan el cese de la corrupción, más recursos para la educación y la atención del tiempo libre así como ayuda para los sectores más necesitados, así como el cese de la corrupción, la prohibición al consumo de drogas y el combate a la delincuencia y que se garantice el derecho a una familia, a la alimentación, el respeto a su salud, a no ser maltratados y a su seguridad e integridad física, sicológica y moral. Los niños y adolescentes piensan que sus países, incluso sin dejar de ser pobres, podrían ser mejor conducidos por sus gobernantes. Sin embargo, opinan que los políticos, una vez en el poder, se olvidan de los compromisos asumidos con la población. Los desmanes en la conducción del Estado que afectan la vida de la población, no son ignorados por la población infantil y adolescente y son vistos como la principal causa de las precariedades que atraviesa la niñez, la juventud y la educación. Los niños exigen estadistas, no administradores ineptos que no pueden hacer nada ante la pobreza, la corrupción y la impunidad de sus países. En el mismo estudio se afirmó el estudio que las niñas y niños transmiten al mundo adulto y a las instituciones de gobierno el mensaje que la inseguridad personal y social y la falta de protección de sus vidas constituyen amenazas para su existencia y desarrollo. A pesar de que las niñas y niños valoraron el derecho de la educación y la consideraron fundamental para su desarrollo como personas y profesionales también 39 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala expresaron la existencia de una relación conflictiva con sus maestros. La cultura autoritaria de los educadores fue visibilizada por los niños, niñas y adolescentes cuando se refirieron a la violencia psicológica que sufren de parte de los mismos. Afirmaron también los niños, niñas y jóvenes que enfrentan desinformación sobre temas y situaciones importantes en sus vidas. Cerca de un tercio de los entrevistados cree tener poca o ninguna información sobre la educación sexual, SIDA, y prevención del consumo de drogas. Este sentimiento de desinformación es mayor en poblaciones de origen indígena, entre los habitantes del área rural y los segmentos de menores ingresos36. La percepción de inseguridad la expresaron cuando se refirieron a su vida cotidiana familiar, escolar y comunitaria y también a la que reproducen los medios de comunicación. Consultados sobre las noticias más tristes que habían recibido últimamente, los encuestados de México y América Central mencionaron los desastres naturales, el hambre, las guerras, así como el maltrato infantil, la delincuencia y la violencia. En lo que se refiere a noticias más alegres, las deportivas fueron las que más mencionaron (12%). Sin embargo, el dato más sorprendente de la encuesta fue que un 15% de los niños y adolescentes no mencionaron una sola noticia que refiriera algo alegre en sus vidas. Las inquietudes de los jóvenes guatemaltecos y guatemaltecas también aparecieron consignadas en otro estudio, realizado pocos años antes. En el mismo los jóvenes expresaron que Guatemala es un país con futuro. “Claramente exponen que el futuro depende de que ahora se cumplan los acuerdos de paz, esto supone que se enfrenten y resuelvan los problemas so36 UNICEF, Ob. cit, p.46 40 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala cioeconómicos, culturales y políticos más urgentes de la población, tales como la pobreza, la marginación, el deterioro moral y la inseguridad”. De manera que la construcción del país la relacionan con políticos y funcionarios que dirijan bien el gobierno, con la participación de la población y con la erradicación de la corrupción.37 Sin embargo, el escepticismo de los jóvenes guatemaltecos con los dirigentes políticos, con el gobierno y con la democracia se pone de manifiesto cuando el 41 por ciento de los entrevistados expresa “que no existe una verdadera democracia en Guatemala!”, agregando que “no se hacen valer nuestros derechos” y que “no nos permiten expresarnos”.38 Los estudios mencionados ponen de manifiesto que - a pesar del descrédito que en amplios sectores tienen los políticos, la política y los gobernantes -, la preocupación de los niños, niñas y jóvenes por los temas de ciudadanía y cultura de paz es evidente y es que la formación de esta conciencia va más allá de la acción directa de la escuela. La información que los jóvenes adquieren por los medios de comunicación y los análisis que sobre la realidad nacional se hacen en las aulas, así como las demandas y reflexiones de las organizaciones sociales, incluyendo las de los propios jóvenes, son elementos que se articulan a favor de la toma de conciencia ciudadana de los mismos, quienes por su misma condición etarea, por la naturaleza de los valores que desarrollan en dichas edades como por las influencias socioculturales referidas, asumen una clara preocupación por su futuro y lo vinculan al futuro del país. 37 De Cazali, Lilian y otros, Perspectivas de los jóvenes sobre la democracia en Guatemala. FLACSO, Guatemala, 1998, p. 37 38 Ibidem, p. 39 41 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala Se ponen, entonces, de manifiesto tanto las insatisfacciones indicadas, como la necesidad de un nuevo tipo de gobierno y un nuevo rol de la ciudadanía. Diversas encuestas, dirigidas no sólo a jóvenes, coinciden con esta opinión. En definitiva, se puede afirmar que dentro del conjunto de factores nacionales, son muchos los que favorecen el desarrollo de la cultura de paz y plantean la necesidad de una ciudadanía de nuevo tipo. 42 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala Los fundamentos generales de la formación ciudadana y la cultura de paz 3 Las consideraciones anteriores constituyen un antecedente a las interrogantes que orientan este trabajo. Ahora bien, - ¿Cuál es el marco normativo nacional e internacional que orienta el proceso educativo en materia de formación ciudadana y cultura de paz? - ¿Cuáles son las condiciones en que se ha dado este proceso? - ¿Cuál es el aporte de la formación ciudadana a la cultura de paz y de ésta a la democracia participativa? Los fundamentos constitucionales de la formación ciudadana están señalados tanto en los contenidos que definen al Estado como republicano y democrático, de principio de soberanía y ciudadanía (Título III), como del Título II sobre Derechos Humanos individuales y colectivos. Así mismo están presentes en el título I sobre la persona humana y los fines del Estado. Acá estánn transcritos los postulados que definen las relaciones civiles y políticas entre las personas, colectividades y las instituciones del Estado. La Constitución describe a los ciudadanos como las personas mayores de 18 años de edad con deberes y derechos políticos. Entre los deberes y derechos políticos señala los siguientes: 43 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala a. Inscribirse en el Registro de Ciudadanos; b. Elegir y ser electo; c. Velar por la libertad y efectividad del sufragio y la pureza del proceso electoral; d. Optar a cargos públicos; e. Participar en actividades políticas; y f. Defender el principio de alternabilidad y no reelección en el ejercicio de la Presidencia de la República. 39 El artículo 135 amplia la definición de ciudadanía cuando describe los siguientes derechos cívicos de todos los guatemaltecos: a. Servir y defender a la Patria; b. Cumplir y velar porque se cumpla la Constitución de la República; c. Trabajar por el desarrollo cívico, cultural, moral, económico y social de los guatemaltecos; d. Contribuir a los gastos públicos, en la forma prescrita por la ley; e. Obedecer las leyes; f. Guardar el debido respeto a las autoridades; g. Prestar servicio militar y social, de acuerdo con la ley. 40 El ejercicio de la ciudadanía remite también a obligaciones del poder público, como el poder político y los organismo del Estado. “El poder proviene del pueblo” y “su ejercicio está sujeto a las limitaciones señaladas por esta Constitución y la ley”, de manera que el imperio de la ley se extiende a todas las personas y ningún funcionario es superior a la misma.41 39 Asamblea Nacional Constituyente, articulo 136. 40 Ibidem, articulo 135 41 ibidem, articulos 152, 153 y 154. 44 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala La Constitución Política también destaca que “La educación tiene como fin primordial el desarrollo integral de la persona humana, el conocimiento de la realidad y cultura nacional y universal. Se declaran de interés nacional la educación, la instrucción, formación social y la enseñanza sistemática de la Constitución de la República y de los derechos humanos.”42 En cuanto al contenido de la educación, indica la Constitución Política de Guatemala que “toda persona tiene derecho a participar libremente en la vida cultural y artística de la comunidad, así como a beneficiarse del progreso científico y tecnológico de la nación”43. Y en este mismo sentido, la Constitución Política también reconoce el derecho a la identidad cultural44. En coherencia con los mismos, el gobierno de Guatemala ha asumido compromiso con los derechos humanos, con la democracia, la cultura de paz y con el cumplimiento de las recomendaciones derivadas de los acuerdos de paz. Aquellos planteamientos constitucionales como estos compromisos de Estado constituyen además una ratificación del derecho de la identidad personal y cultural, a una nacionalidad, al desarrollo y promoción de las culturas y como al derecho de la educación. El valor ético-político, social y cultural de la educación está consignado en la Constitución Política de la República de Guatemala, que establece que el derecho a la educación es una obligación del Estado 42 Ibidem, artículo 72. 43 Ibidem, artículo 57 44 Ibidem, Artículos 58 y 66 45 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala y señala que ésta es necesaria para el desarrollo de la personalidad, la promoción y desarrollo de la cultura, la ciencia y la tecnología45; así como en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de Naciones Unidas, en la cual se afirma que “la educación tendrá como objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos”.46 Lineamientos generales sobre la educación para la democracia y la cultura de paz aparecen también formulados en diversos instrumentos de organismos internacionales que en las últimas décadas ha ratificado el gobierno de Guatemala como expresión de la necesidad de institucionalizar la cultura de paz y de crear condiciones efectivas para promoverlas. Al ser ratificados, estos instrumentos internacionales pasan a formar parte del cuerpo jurídico del país, sin dejar de considerar que el gobierno de Guatemala es miembro de dichos organismos y que, como tal, está comprometido al cumplimiento de aquellas normativas. Otros fundamentos legales importantes sobre formación ciudadana y cultura de paz los proporciona la ley de educación (Decreto 12-91) que en su parte considerativa como de contenido destaca valiosos argumentos. Se afirma en el tercer considerando que “El ser humano guatemalteco debe consolidar una sociedad justa que coadyuve en la formación de niveles de vida donde impere la igualdad, la justicia social, y la auténtica libertad que permita la consecución del bien común” y desiguiente “que la educación debe ayudar y orientar al educando para conservar y utilizar nuestros valores, fortaleciendo la 45 Ibidem, Artículos 71 y 72 (Educación) y artículos 57 y 58 (Cultura). 46 Declaración Universal de los Derechos Humanos, artículo 26. 46 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala identidad nacional, promoviendo la integración centroamericana y propiciar el ideal latinoamericano” La ley de educación señala los siguientes principios: 1. Es un derecho inherente a la persona humana y una obligación del estado. 2. En el respeto o la dignidad de la persona humana y el cumplimiento efectivo de los Derechos Humanos. 3. Tiene al educando como centro y sujeto del proceso educativo. 4. Está orientada al desarrollo y perfeccionamiento integral del ser humano a través de un proceso permanente, gradual y progresivo. 5. En ser un instrumento que coadyuve a la conformación de una sociedad justa y democrática. 6. Se define y se realiza en un entorno multilingüe, multiétnico y pluricultural en función de las comunidades que la conforman. 7. Es un proceso científico, humanístico, crítico, dinámico, participativo y transformador.47 Los fines de la educación en Guatemala son los siguientes: 1. Proporcionar una educación basada en principios humanos, científicos, técnicos, culturales y espirituales que formen integralmente al educando, lo preparen para el trabajo, la convivencia social y le permitan el acceso a otros niveles de vida. 2. Cultivar y fomentar las cualidades físicas, intelectuales, morales, espirituales y cívicas de 47 Congreso de la República de Guatemala. Ley de Educación Nacional. Decreto Legislativo No. 12-91. 1991. Artículo 1º. 47 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala la población, basadas en su proceso histórico y en los valores de respeto a la naturaleza y a la persona humana. 3. Fortalecer en el educando, la importancia de la familia como núcleo básico social y como primera y permanente instancia educadora. 4. Formar ciudadanos con conciencia crítica de la realidad guatemalteca en función de su proceso histórico para que asumiéndola participen activa y responsablemente en la búsqueda de soluciones económicas, sociales, políticas, humanas y justas. 5. Impulsar en el educando el conocimiento de la ciencia y la tecnología moderna como medio para preservar su entorno ecológico o modificarlo planificadamente en favor del hombre y la sociedad. 6. Promover la enseñanza sistemática de la Constitución Política de la República, el fortalecimiento de la defensa y respeto a los Derechos Humanos y a la Declaración de los Derechos del Niño. 7. Capacitar e inducir al educando para que contribuya al fortalecimiento de la auténtica democracia y la independencia económica, política y cultural de Guatemala dentro de la comunidad internacional. 8. Fomentar en el educando un completo sentido de la organización, responsabilidad, orden y cooperación, desarrollando su capacidad para superar sus intereses individuales en concordancia con el interés social. 9. Desarrollar una actitud crítica e investigativa en el educando para que pueda enfrentar con eficiencia los cambios que la sociedad le presenta. 10. Desarrollar en el educando aptitudes y actitudes 48 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala favorables para actividades de carácter físico, deportivo y estético. 11. Promover en el educando actitudes responsables y comprometidas con la defensa y desarrollo del patrimonio histórico, económico, social, étnico y cultural de la Nación. 12. Promover la coeducación en todos los niveles educativos, y 13. Promover y fomentar la educación sistemática del adulto.48 La ley destaca el concepto de comunidad educativa como la unidad que propicia el proceso de enseñanza-aprendizaje, haciendo referencia a los docentes, autoridades y padres de familia, conservando cada elemento su autonomía. Al mismo tiempo indica entre las obligaciones educativas del Estado las siguientes: 1. Garantizar la libertad de enseñanza y criterio docente. 2. Propiciar una educación gratuita y obligatoria dentro de los límites de edad que fija el reglamento de esta ley. 3. Propiciar y facilitar la educación a los habitantes sin discriminación alguna. 4. Garantizar el desarrollo integral de todo ser humano y el conocimiento de la realidad del país. 5. Promover la dignificación y superación efectiva del Magisterio Nacional. 6. Promover y garantizar la alfabetización con carácter de urgencia proporcionando y utilizando los recursos necesarios. 48 Ibídem, Artículo 2º. 49 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala 7. Propiciar acciones educativas que favorezcan la conservación y mejoramiento de los sistemas ecológicos. 8. Facilitar la libre expresión creadora y estimular la formación científica, artística, deportiva, recreativa, tecnológica y humanística. 9. Promover e intensificar la educación física y estética en todos sus manifestaciones. 10. Garantizar el funcionamiento de los centros educativos oficiales, privados y pro cooperativa en beneficio del desarrollo educativo. 11. Dotar a los estudiantes de los niveles educativos considerados obligatorios, de los útiles necesarios y de mejores niveles de nutrición. 12. Desarrollar e implementar programas recreativos, deportivos, culturales y artesanales durante el tiempo libre y de vacaciones. 13. Atender y dar trámite a las peticiones que individual o colectivamente le hagan los sujetos que participan en el proceso educativo. 14. Propiciar la enseñanza-aprendizaje en forma sistemática de la Constitución Política de la República y de los derechos Humanos.49 La ley de Educación Nacional, junto a la Constitución Política, proporciona un amplio sustento jurídico a la Formación Ciudadana, para los Derechos Humanos y la Cultura de paz. Entre los instrumentos internacionales que más han favorecido el desarrollo de la conciencia de los derechos humanos, la educación para la democracia y la cultura de paz están la Declaración Mundial de Educación Para Todos - ETP - (Dakar 2000), y la De- 49 Ibídem, Artículo 33º. 50 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala claración y Plan de Acción Integrado sobre Educación para la paz, los Derechos Humanos y la Democracia, de los Ministros de Educación en la 44ª reunión de Conferencia de Educación de UNESCO (1995). 3.1. La Declaración de Educación Para Todos: La riqueza del debate promovido por la UNESCO sobre la naturaleza de la educación y sus desafíos tiene relación con la problemática y la necesidad de vigencia de los derechos de los pueblos de diversas naciones y culturas, así como con la potencialidad del derecho a la educación para fortalecer otros derechos. En tal sentido, se reconoce que la educación es un derecho que se relaciona estrechamente con otros derechos humanos, lo cual le da un valor agregado que no se puede menospreciar para que otros derechos se cumplan. El derecho a la educación se refiere al acceso universal de niños, niñas y adolescentes a la escuela, a la cobertura de la matrícula escolar y a la permanencia de los mismos; al valor de las estrategias docentes de una educación para todos, sin privilegios, así como al desarrollo de competencias y contenidos que faciliten una educación de calidad. Precisamente, la construcción de la paz y la democracia exige una educación equitativa de calidad. Se asume en la Declaración de Educación para Todos que “el desarrollo tiene por objeto el despliegue completo del hombre en toda su riqueza y en la complejidad de sus expresiones y de sus compromisos: individuo, miembro de una familia y de una colectividad, ciudadano y productor, inventor de técnicas y creador de sueños”. Este desarrollo del ser humano, se afirma, que va del nacimiento al fin de 51 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala la vida, es un proceso dialéctico que comienza por el conocimiento de sí mismo y se abre después a las relaciones con los demás. En este sentido, la educación es ante todo un viaje interior, cuyas etapas corresponden a las de la maduración constante de la personalidad.50 La Declaración de ETP subraya que las necesidades educativas básicas no sólo se refieren a leer, escribir y resolver determinados problemas de aritmética, sino también a promover valores para desenvolverse en la vida familiar, en el trabajo y en la participación en los procesos de desarrollo, con espíritu de equidad, con respeto a la dignidad y con un amplio sentido de solidaridad. Destaca que los enormes desafíos a la paz en lo local, nacional e internacional, han llevado a ubicar en agenda antiguas y nuevas problemáticas, que constituyen verdaderos retos para los estrategas en educación, en cuanto a aprovechar y promover la creatividad, la inteligencia y el espíritu solidario de los Pueblos y de los gobiernos y a generar condiciones que erradiquen la segregación, exclusión, y discriminación en el ámbito escolar y fuera del mismo. Graves son las amenazas que plantean diferentes conflictos. Y evidenciando que las realidades nacionales no siempre son favorables, la evaluación de EPT 2000 del Marco de Acción de Dakar señala que “resulta inaceptable que en el año 2000 más de 113 millones de niños no tengan acceso a la educación primaria, 880 millones de adultos sean analfabetos, que la discriminación entre los géneros siga impregnando los sistemas de educación; y que la calidad del aprendizaje y la adquisición de valores humanos y competencias 50 Delors, Jacques. La educación encierra un tesoro. p, 119 52 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala disten tanto de las aspiraciones y necesidades de los individuos y las sociedades”51. Los objetivos de la Declaración de Educación para Todos son los siguientes: - Extender y mejorar la protección y educación integrales de la primera infancia, especialmente para los niños más vulnerables y desfavorecidos; - Velar porque antes del 2015 todos los niños y sobre todo las niñas y los niños que se encuentran en situaciones difíciles y los que pertenecen a minorías étnicas, tengan acceso a una enseñanza primaria gratuita y obligatoria de buena calidad y la terminen; - Velar por que las necesidades de aprendizaje de todos los jóvenes y adultos se satisfagan mediante un acceso equitativo a un aprendizaje adecuado y a programas de preparación para la vida activa; - Aumentar de aquí al 2015 el número de adultos alfabetizados en un 50%, en particular tratándose de mujeres, y facilitar a todos los adultos un acceso equitativo a la educación básica y la educación permanente - Suprimir las disparidades entre los géneros en la enseñanza primaria y secundaria de aquí al 2005 y lograr antes del 2015 la igualdad entre los géneros en relación con la educación, en particular garantizando a las jóvenes un acceso pleno y equitativo a una educación básica de buena calidad y mejorar los aspectos de calidad, así como un buen rendimiento; - Mejorar todos los aspectos cualitativos de la educación garantizando los parámetros más elevados, para conseguir resultados de aprendizaje reconocidos y mensurables, especialmente en lectura, escritura y aritmética y competencias prácticas esenciales. 51 UNESCO, Marco de Acción de Dakar: Educación para Todos, UNESCO, Paris, 2000, p. 8. 53 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala Afirma la Declaración de ETP que para alcanzar estas metas, los gobiernos, organizaciones y agencias de desarrollo se han comprometido a promover una movilización en favor de la educación para todos; a vincular la EPT con las estrategias de eliminación de la pobreza; a asegurar el compromiso y la participación de la sociedad civil en la formulación, implementación y monitoreo de estrategias; a implementar lineamientos para lograr la igualdad de sexos y a que se reconozca la necesidad de cambios de actitudes, valores y prácticas que fortalezcan las identidades. El tema IV del Foro Mundial, dedicó atención a la promoción educativa para la democracia y el civismo. En el mismo se reconoció el principio de que la educación “es la clave que permite establecer la democracia, y abre el camino a un desarrollo sostenible y humano y a una paz fundada en el respeto mutuo y la justicia social.52 Se destacó lo afirmado por la Dra. Graca Machel (Mozambique) quien señaló que el desafío de la educación consiste en “formar personas cuyas mentes y corazones estén dispuestos a adherirse a los principios y a las prácticas de una sociedad en que la solidaridad y la justicia constituyan un modo de vida diario”53 La demanda de una educación de calidad presupone la educación para todos y todas, la educación para la formación ciudadana y la cultura de paz y la educación para la democracia, ya planteada años antes en la Declaración de Educación para la Paz, los Derechos Humanos y la Democracia a la cual nos referimos en siguientes apartados. 52 UNESCO, Informe Final del Foro Mundial sobre la Educación, Francia, 2000, p, 32. 53 Ibidem, p. 33 54 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala 3.2. Los Valores Latinoamericanos en la EPT, una referencia obligada La Declaración de EPT favorece tanto el compromiso e iniciativas de los gobiernos, como la movilización de amplios sectores de opinión. En tal sentido, el Pronunciamiento Latinoamericano de EPT, suscrito con el propósito de ratificar este compromiso ético, destaca la necesidad de salvaguardar los valores esenciales a la identidad latinoamericana, cuando formula valiosas orientaciones que por su relevancia citamos en extenso en el siguiente recuadro. El pronunciamiento invita a reconocer los valores de las culturas del subcontinente, fortalecer las identidades, la soberanía nacional y a recuperar la valoración del conocimiento acumulado en favor de la formación de una nueva ciudadanía que se fortalece repensando el conocimiento con sentido crítico de las realidades de las culturas y de los pueblos. El Pronunciamiento Latinoamericano de Educación para Todos En el contexto actual de la globalización queremos preservar algunos valores que son esenciales a la identidad latinoamericana: a. El valor supremo de la persona y la búsqueda de un sentido de la existencia humana. Valoramos el respeto a la persona y a su desarrollo por encima de un progreso material fincado exclusivamente en el aumento del consumo y del confort; creemos en la importancia de crear las condiciones necesarias para que cada persona encuentre un sentido a su vida y respuestas a sus preguntas existenciales. b. El sentido comunitario de la vida, característico de nuestras culturas, principalmente las indígenas: 55 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala compartir y servir, ser solidarios más que competitivos, saber convivir privilegiando el bienestar colectivo, respetar las diferencias contra las tendencias de exclusión y el cuidado por los más débiles y desprotegidos. c. La multiculturalidad y la interculturalidad. Nuestras naciones son pueblos de pueblos, gestados a través de procesos de mestizaje biológico y cultural, por lo que la apertura a la pluralidad de razas, etnias y culturas es esencial a nuestra identidad, valor a ser reafirmado por la educación. d. La apertura y valoración de formas de conocimiento y de aproximación a la realidad que trascienden la racionalidad instrumental: los lenguajes simbólicos, la intuición, la sensibilidad a la vulnerabilidad humana, la recuperación creativa de la tradición y el aprecio por la belleza. e. La libertad, entendida –en la tradición que recogió acertadamente Paulo Freire- como una conquista sobre nuestros egoísmos y los de los demás, como construcción de la autonomía de la persona y de su sentido de responsabilidad, como superación de todas las opresiones mediante la comprensión del opresor y la disposición a compartir con ésta la tarea de construir un mundo para todos. f. El trabajo como medio de realización personal y por ello derecho fundamental, no como subordinación acrítica a los intereses del capital, ni como la búsqueda eficientista de maximización del lucro. g. La búsqueda del “otro” en la construcción de un “nosotros” que fundamente el sentido ético de la vida humana, y la presencia constante de la utopía y la esperanza. Pronunciamiento Latinoamericano con oportunidad del Foro Mundial de la Educación (2000), pp 5 – 6. 56 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala El pronunciamiento citado destaca, además, valiosas consideraciones sobre las cuestiones estrechamente vinculadas a la formación ciudadana y la cultura de paz entre otras, las siguientes: − Fortalecer el eje de solidaridad. Esto implica la necesidad de redoblar esfuerzos en favor de la equidad, privilegiando a los grupos más marginados y articulando programas que contribuyan a la equidad económica y social. − Favorecer las identidades. De manera que los procesos educativos salvaguarden la diversidad cultural y educativa propia de regiones, países y grupos culturales, en contra de la globalización hegemónica y homogenizadora.54 − Salvaguardar las soberanías nacionales. Expresan la preocupación por el protagonismo de organismos como la banca internacional, de la asesoría técnica, investigación, monitoreo y evaluación, promoviendo el predominio del “pensamiento único” de peso economicista y administrativo. Este es un llamado a los intelectuales y académicos que con su silencio favorecen el imaginario del pensamiento único.55 El Pronunciamiento Latinoamericano de Educación Para Todos afirma que es indispensable recuperar la capacidad de pensar y actuar a partir de lo mejor del conocimiento acumulado y de las especificidades de cada contexto nacional y local56, y convoca a intelectuales, gobiernos y sociedades nacionales a recuperar liderazgo y a promover iniciativas en materia educa54 Pronunciamiento Latinoamericano con oportunidad del Foro Mundial de la Educación. (Dakar, 26-28 abril, 2000). p, 6. www.reduc.cl/reduc/pronun.PDF 55 Ibidem, p. 7 56 Ibidem 57 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala tiva a efecto de desarrollar una masa crítica de profesionales y especialistas de máxima calidad para consolidar una ciudadanía informada, capaz de participar significativamente en el debate, la acción educativa y el desarrollo del país. Los temas abordados en la ETP guardan estrecha relación con declaraciones previas de parte de Naciones Unidas y particularmente de UNESCO, así como con la ley de Educación Nacional analizada supra. 3.3. La educación para la paz, los derechos humanos y la democracia: Muchas de las preocupaciones planteadas en la Declaración de DAKAR estaban ya presentes en anteriores declaraciones de UNESCO. Así, tenemos que la 44ª. Reunión de Ministros de Educación de UNESCO (1995) formuló una importante declaración con relación a la Educación para la Paz, los Derechos Humanos y la Democracia. En primer lugar, destacó que la educación para la paz ha de fomentar los valores universales y los comportamientos en que se basa la cultura de paz, lo cual presupone preparar a los ciudadanos para la autonomía y la responsabilidad individual, para el manejo de situaciones difíciles e inciertas, para asumir el compromiso cívico con su país y para trabajar por una comunidad democrática. La misma reconoce que la educación fortalecerá la capacidad para reconocer los valores presentes en las personas, en los diversos géneros y pueblos, teniendo en cuenta el valor de la pluralidad, de las formas de pensar, de la equidad y la solidaridad. La declaración vincula la temática de la cultura de paz con las culturas e historia de los pueblos y con la ética. Destaca también el compromiso de la educación para la paz 58 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala con los valores humanos universales contextualizados en las diversas culturas en tanto no contravengan las leyes del país y los instrumentos internacionales en materia de derechos humanos. Tal afirmación cobra más relevancia si se consideran las características de la diversidad sociocultural y socio lingüística del país. Afirma la Declaración de Ministros de Educación (1995) “que los ciudadanos de una sociedad pluralista y de un mundo multicultural deben ser capaces de admitir que su interpretación de situaciones y problemas se desprende de su propia vida, de la historia de su sociedad y de las tradiciones culturales y que, por consiguiente, ningún grupo puede tener una única respuesta a los problemas”57. De manera que también vincula la cultura de paz con la interculturalidad y la tolerancia cuando ratifica el principio ético-político de rechazar toda forma de fundamentalismo que pretenda imponer determinado punto de vista unilateral. Y con el objeto de destacar que los temas de educación para la paz son un compromiso adquirido por las propias autoridades educativas de los países miembros de UNESCO, a continuación se adjunta este importante documento. 57 UNESCO, Declaración y Plan de Acción Integrado sobre la Educación para la Paz, los Derechos Humanos y la Democracia, 1995. 59 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala Declaración sobre la Educación para la Paz, los Derechos Humanos y la Democracia. Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO, 1995. “Nosotros, los Ministros de Educación presentes en la 44a Reunión de la Conferencia Internacional de Educación: Nos esforzaremos resueltamente por: - Dar como fundamento a la educación principios y métodos que coadyuven al desarrollo de la personalidad de alumnos, estudiantes y adultos, respetuosos de sus semejantes y determinados a fomentar los derechos humanos, la democracia y la paz; - Tomar las disposiciones adecuadas para crear en los centros de enseñanza un clima que contribuya al éxito de la educación para el entendimiento internacional, a fin de que se conviertan en los lugares, por excelencia, donde se ejerce la tolerancia, se respetan los derechos humanos, se practica la democracia y se aprenden la diversidad y la riqueza de las identidades culturales. - Tomar medidas para eliminar todas las discriminaciones, directas e indirectas, contra las niñas, muchachas y mujeres en los sistemas educativos y adoptar disposiciones concretas para conseguir que todo su potencial se haga realidad. - Prestar particular atención a la mejora de los programas de enseñanza, del contenido de los manuales escolares y de otros materiales didácticos, incluidas las nuevas tecnologías, con miras a educar ciudadanos solidarios y responsables, abiertos hacia otras culturas, capaces de apreciar el valor de la libertad, respetuosos de la dignidad humana y de las diferencias y aptos para prevenir los conflictos y resolverlos con métodos no violentos 60 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala - Tomar medidas destinadas a revalorizar el cometido y la situación de los educadores, en la enseñanza formal y no formal, y dar un carácter prioritario a la formación previa y en el empleo así como a la readaptación profesional del personal de educación, comprendidos los planificadores y los administradores, formación centrada en particular en la ética profesional, la educación cívica y moral, la diversidad cultural, los códigos nacionales y las normas reconocidas internacionalmente en materia de derechos humanos y libertades fundamentales. - Fomentar la elaboración de estrategias innovadoras adaptadas a las nuevas exigencias de la educación de ciudadanos responsables, comprometidos con la paz, los derechos humanos, la democracia y el desarrollo sostenible, y tomar las medidas del caso para evaluar esas estrategias. - Preparar lo más pronto posible, tomando en cuenta las estructuras constitucionales de cada Estado, programas de acción para aplicar la presente Declaración.” 61 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala Complemento de la Declaración es el Plan de Acción en Educación para la Paz aprobado en 1995 cuyas finalidades aparecen descritas en el siguiente recuadro: “Finalidades de una educación para la paz, los derechos humanos y la democracia”. - La finalidad principal de una educación para la paz, los derechos humanos y la democracia ha de ser el fomento, en todos los individuos, del sentido de los valores universales y los tipos de comportamiento en que se basa una cultura de paz. Incluso en contextos socioculturales diferentes es posible identificar valores que puedan ser reconocidos universalmente. - La educación ha de fomentar la capacidad de apreciar el valor de la libertad y las aptitudes que permitan responder a sus retos. Ello supone que se prepare a los ciudadanos para que sepan manejar situaciones difíciles e inciertas, prepararlos para la autonomía y la responsabilidad individuales. Esta última ha de estar ligada al reconocimiento del valor del compromiso cívico, de la asociación con los demás para resolver los problemas y trabajar para una comunidad justa, pacífica y democrática. - La educación debe desarrollar la capacidad de reconocer y aceptar los valores que existen en la diversidad de los individuos, los géneros, los pueblos y las culturas, y desarrollar la capacidad de comunicar y cooperar con los demás. Los ciudadanos de una sociedad pluralista y de un mundo multicultural deben ser capaces de admitir que su interpretación de las situaciones y de los problemas se desprende de su propia vida, de la historia de su sociedad y de sus tradiciones culturales y que, por consiguiente, no hay un solo individuo o grupo que tenga la única respuesta a los problemas, y puede haber más de una solución para cada problema. Por tanto, las personas deberían comprenderse y respetarse mutuamente y negociar en pie de igualdad con miras a buscar un terreno común. 62 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala Así, la educación deberá fortalecer la identidad personal y favorecer la convergencia de ideas y soluciones que refuercen la paz, la amistad y la fraternidad entre los individuos y los pueblos. - La educación debe desarrollar la capacidad de resolver los conflictos con métodos no violentos. Por consiguiente, debe promover también el desarrollo de la paz interior en la mente de los estudiantes para que puedan asentar con mayor firmeza los dotes de tolerancia, solidaridad, voluntad de compartir y atención hacia los demás. - La educación ha de cultivar en el ciudadano la capacidad de hacer elecciones con conocimiento, basando sus juicios y sus actos en el análisis de las situaciones actuales, sino también en la visión de un futuro al que aspira. - La educación debe enseñar a los ciudadanos a respetar el patrimonio cultural, a proteger el medio ambiente y a adoptar métodos de producción y pautas de consumo que conduzcan al desarrollo sostenible. También es indispensable la armonía entre los valores individuales y los colectivos y entre las necesidades básicas inmediatas y los intereses a largo plazo. - La educación ha de nutrir los sentimientos de solidaridad y equidad en los planos nacional e internacional en la perspectiva de un desarrollo equilibrado y a largo plazo.” 63 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala El plan de acción se traduce en los siguientes contenidos y estrategias de trabajo. “Contenido y estrategias de la educación” - Para favorecer la adquisición de valores y aptitudes como la solidaridad, la creatividad, la responsabilidad cívica, la capacidad de resolver conflictos por métodos no violentos y el sentido crítico, hay que introducir en todos los niveles de los programas de estudio una auténtica educación cívica que comprenda una dimensión internacional para la paz. Especialmente se deberían inculcar conocimientos sobre las condiciones de la construcción de la paz; las diferentes formas de conflictos, sus causas y efectos; los fundamentos éticos, religiosos y filosóficos de los derechos humanos, las fuentes históricas y la evolución de dichos derechos y su expresión en las normas nacionales e internacionales, tales como la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer y la Convención sobre los Derechos del Niño; los fundamentos de la democracia y sus distintos modelos institucionales; el problema del racismo y la historia de la lucha contra el sexismo y todas las demás formas de discriminación y exclusión. La cultura, el problema del desarrollo y la historia de todos los pueblos, y también la función que cumplen las Naciones Unidas y los organismos internacionales deberán ser objeto de una atención especial. - Debe impartirse educación para la paz, los derechos humanos y la democracia. No puede, empero, limitarse a asignaturas y conocimientos especializados. Es menester que la educación entera transmita ese mensaje y que no haya discordancia entre el ambiente institucional y la aplicación de normas democráticas. En la reforma de los programas de estudio se debería hacer hincapié asimismo en el conocimiento, el entendimiento y el respeto de la cultura de los demás, 64 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala dentro de cada país y en los distintos países, y vincular la interdependencia mundial de los problemas a la acción local. Habida cuenta de las diferencias religiosas y culturales, corresponde a cada país determinar qué enfoque de la enseñanza de carácter ético se adapta mejor a su contexto cultural.” 3.4. El espacio de la interculturalidad en las orientaciones educativas: La educación para la formación ciudadana tiene como punto de partida y de llegada la calidad de las interacciones humanas y por extensión las relaciones sociales. Se trata, por supuesto, de contenidos cualitativamente diferentes que pueden y deben desarrollarse en las mismas y el principal de ellos es la solidaridad. “Ayudar a transformar una interdependencia de hecho en solidaridad deseada es una de las tareas esenciales de la educación. A este efecto, debe lograr que cada persona pueda comprenderse a sí misma y a las demás mediante un mejor conocimiento del mundo” 58. El desarrollo de una orientación para la educación para la paz ha llevado a organismos de Naciones Unidas y a UNESCO a formular declaraciones, consideraciones y propuestas de plan de acción específicos y la dificultad empieza para los gobiernos cuando tienen en cuenta la necesidad de especificidad para la aplicación de dichas orientaciones en sus políticas. Esto sucede cuando se tiene en cuenta las especificidades de género, socioculturales, etnolingüísticas, etc. respecto de la enseñanza en lengua materna, de los derechos lingüísticos, de la educación bilingüe y plurilingüe, de la educación para la democracia, la paz y los derechos humanos. 58 Delors, Ob. Cit. p. 54 65 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala “Si bien en las sociedades plurales las soluciones uniformes pueden resultar más simples desde el punto de vista de la administración y la dirección (educativa), tienen el gran inconveniente de hacer caso omiso de los riesgos que su aplicación entraña, ya se trate de los resultados de la enseñanza o de la pérdida de la diversidad lingüística y cultural”59. La educación para la paz propugna el ejercicio de los derechos culturales y lingüísticos de los ciudadanos y de los Pueblos. En Guatemala, esto significa no sólo reconocer la diversidad lingüística y cultural sino el derecho de estos Pueblos a desarrollar plenamente sus culturas y a participar en el debate y toma de decisiones sobre cuestiones que afectan su existencia. Los derechos lingüísticos plasmados en declaraciones oficiales de UNESCO son: - La escolarización en la lengua materna para quienes lo deseen en el caso de las sociedades plurilingües. - El acceso de los niños a la lengua de la comunidad mayoritaria y a la de los sistemas educativos nacionales en el caso de niños de familias migrantes. - Una educación intercultural que promueva actitudes positivas hacia las lenguas “minoritarias” o indígenas. 59 UNESCO, La educación en un mundo plurilingüe, Fundación El Comercio, Quito, 1998, p. 12 Cfr. Para ampliar información sobre las contradicciones entre el Estado y la realidad social multiétnica, de González Casanova, Pablo y Marcos Roitman (Coordinadores), Democracia y Estado Multiétnico en América Latina , Colección La Democracia en México (el libro carece de fecha y datos editoriales), especialmente los capítulos a cargo de González Casanova, Consuelo Sánchez, Héctor Díaz Polanco, Manuel Ortega Hegg y Darcy Ribeiro. 66 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala - El acceso a las lenguas internacionales para que las niñas, niños y jóvenes, sin distinción alguna, tengan iguales oportunidades de desarrollo multilingüe, tal como lo exigen los tiempos que vivimos. Entre los instrumentos normativos de Naciones Unidas que favorecen los derechos lingüísticos y culturales del estudiantado, están los siguientes: - La Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), que subraya la igualdad a todos los derechos de la misma, sin distinción de lengua. Este planteamiento destaca tanto la igualdad entre las personas como el derecho a la existencia de todas las expresiones lingüísticas que existen en el planeta. - El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1966), que se refiere al derecho de todas las personas a usar su propio idioma en las actividades de la vida cotidiana. Este planteamiento fortalece la conciencia de la necesidad de valorar la vida cotidiana como escenario en que la lengua materna se genera y reforma. - El Convenio 169 sobre los Derechos de Pueblos Indígenas y Tribales de la OIT (1989), que en su artículo 28 señala que - siempre que sea viable - se deberá: enseñar a leer y escribir en la lengua materna, o la lengua que más comúnmente se hable en el grupo a que pertenezcan los niños. Este planteamiento no sólo ratifica el derecho natural de la lengua materna, sino que reconoce el principio psicológico de la potencialidad del aprendizaje y desarrollo infantil cuando la lectura y escritura se realiza en la misma. Asimismo valora el derecho natural que tienen todos los pueblos a su propio desarrollo sociocultural. 67 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala - La Declaración sobre Derechos Humanos de individuos que no son nacionales en el país donde viven (1985), que en su artículo 5 estipula que “los extranjeros gozan (… ) del derecho a conservar su propio idioma, cultura y tradiciones”. Dicho planteamiento tiene un gran valor por cuanto reconoce el fuerte peso que en los tiempos modernos tienen las personas y familias migrantes en el mundo y que afecta particularmente a Guatemala. - La Convención internacional sobre Protección a los Derechos de los Trabajadores Migratorios y de sus familiares (1990), que indica que los Estados miembros que proporcionan empleo deberán desarrollar políticas para la integración de los hijos de los trabajadores migratorios en el sistema escolar local. Esto obliga a que los Estados nacionales no sólo se beneficien de la fuerza de trabajo migratoria sino que realicen esfuerzos en beneficio de la adaptación de los mismos a las escuelas receptoras. - La Convención de los Derechos del Niño (1989), que señala que debe considerarse el valor educativo de los idiomas y que “la educación deberá estar encaminada a (…) inculcar al niño el respeto de (…) su propia identidad cultural, de su idioma y sus valores (…). 60 Este planteamiento fortalece tanto lo enunciado en la Constitución Política como en las declaraciones de Naciones Unidas. Además de señalar que el idioma no puede ser motivo de discriminación (artículo 1 de su Constitución), la UNESCO plantea la Convención Relativa a la Lucha 60 Convención de los Derechos del Niño (1989), inciso c, numeral 1, artículo 29. 68 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala contra las Discriminaciones en la esfera de la Enseñanza (1960) y una de las declaraciones más importantes en esta temática: la Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural (2001). En un mundo cada vez más complejo e interrelacionado es una necesidad fortalecer las identidades personales, grupales y nacionales, en un marco de comprensión y de solidaridad, lo que no implica “encerrarse en sí mismo”, sino tener en cuenta la necesidad de fortalecer la comprensión de sí mismo (a) en forma correlativa a la comprensión de los intereses y proyectos comunes con otros pueblos y culturas. De manera que la educación para el fortalecimiento de las identidades personales y colectivas no es antagónica sino coherente con la necesidad de fortalecer la solidaridad comunitaria, regional, nacional, continental y planetaria. “La comprensión de los demás”, basada en el respeto a la diversidad61 presupone, dice Delors, comprender las raíces histórico-culturales que nos hacen diversos como personas, como pueblos y culturas, como parte de un proceso comprensivo dialéctico de lo que tenemos en común con otros pueblos, y de los proyectos comunes que a lo largo de la historia nos ha tocado compartir. Y que en el futuro nos corresponde construir, en un mundo que demanda identificar potencialidades y amenazas tanto locales como globales. Precisamente la articulación de las amenazas y conflictos locales, nacionales y globales, nos pone en aviso de que el trabajo a favor de la paz debe formularse en varias dimensiones. “La exigencia de una solidaridad a escala planetaria supone además superar las tendencias a encerrarse 61 Delors, Jacques. Informe de la UNESCO: La educación encierra un tesoro. p. 56 69 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala en la propia identidad, para dar lugar a una comprensión de los demás basada en el respeto a la diversidad. La responsabilidad de la educación a este respecto es a un mismo tiempo esencial y delicada, en cuanto la noción de identidad se presta a doble interpretación: afirmar su diferencia, volver a encontrar los fundamentos de la propia cultura, reforzar la solidaridad de grupo, pueden constituir para cada individuo un acto positivo y liberador; pero este tipo de reivindicación, si resulta mal interpretado, contribuye asimismo a hacer difíciles, cuando no imposibles, el encuentro y el diálogo con el otro”.62 Asumir un compromiso a favor de la educación en derechos humanos, para la democracia y la cultura de paz, implica, entonces, diseñar estrategias educativas capaces de favorecer el desarrollo de las culturas, de los procesos políticos y socioculturales locales, regionales y nacionales y de los valores que han constituido el sustrato de las aspiraciones del ser humano y de la existencia y desarrollo de la humanidad. De manera que los procesos que la educación intercultural puede desatar no atentan contra la configuración de la nación sino que buscan armonizar en términos equitativos y solidarios las relaciones entre los diferentes sectores que configuran la diversidad sociocultural y nacional en la medida en que el fortalecimiento de la diversidad no es aislada del fortalecimiento de lo que une, vincula y complementa a la primera. Los miedos que pueden despertarse del lado de sectores conservadores del status quo pueden desaparecer si éstos se dan cuenta que las instituciones políticas y sociales salen fortalecidas, pero implica reconocer, respetar y valorar el aporte de los sujetos colectivos subalternos en el marco de equidad que facilita la democracia participativa. 62 Ibidem, p. 56 70 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala Afirma Delors que la agudización de conflictos y guerras actuales obligan a un reencuentro con las culturas populares y con la historia para comprender los procesos que han construido las naciones, tanto los procesos de inclusión (para fortalecerlos) como los procesos de exclusión (para neutralizarlos o debilitarlos), teniendo en cuenta la necesidad de combatir los procesos y tendencias que en nombre de la modernización favorecen la homogenización y destruyen las identidades locales, regionales y nacionales. Lo dicho coloca en agenda la necesidad de revisión cuidadosa de los libros de texto, en los que los caudillos y dictadores, las guerras y conflictos parecen convertirse en grandes eslabones de la historia mientras que en los periodos de paz, de ausencia de guerra, son menos visibilizados en los mismos. “El conocimiento de las demás culturas conduce, entonces, a una doble toma de conciencia: la de la singularidad de la propia cultura, pero también la de la existencia de un patrimonio común de toda la humanidad”, afirma Delors63. De manera que “comprender a los demás permite también conocerse mejor a sí mismo porque la identidad es un concepto que hace referencia a una realidad relacional. Y es que para el fortalecimiento de las identidades personales, grupales y nacionales, en coherencia con el conocimiento y comprensión “del otro”, el reto es cómo deberá desplegarse la estrategia de una educación intercultural. El trabajo en grupos heterogéneos y el fortalecimiento de las interacciones entre las niñas y niños es una propuesta que en el área de formación ciudadana se plantea como estrategia didáctica. También destaca el Informe Delors que la educación 63 Delors, 0b. cit., p. 57 71 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala que se esfuerza por hacer al individuo consciente de sus raíces, no se orienta al chauvinismo64 como generalmente se acusa, sino que le ayuda a “disponer de puntos de referencia que le sirvan para ubicarse en el mundo, y por enseñarle a respetar a las demás culturas”65. Es una educación que proporciona a las personas, grupos y Pueblos una perspectiva histórica como punto de referencia para la construcción de un futuro diferente, dinamizado por relaciones de convivencia más armoniosas. Por supuesto que las relaciones armoniosas entre pueblos y culturas no pueden darse entre desconocidos y, por supuesto, necesitan erosionar los elementos inequitativos en que se sostienen las relaciones perversas existentes entre unos y otros. La educación intercultural precisamente fortalece el desarrollo de las culturas y ayuda a preservarlas de las estrategias homogenizantes que tienden a imponerse junto a las ya parciales versiones hegemónicas de las “historias oficiales”. Por el contrario, la educación, como un proceso que favorece un nuevo humanismo, como comportamiento ético esencial, promueve “el respeto de las culturas y los valores espirituales de las diferentes civilizaciones, (como) contrapeso necesario a una globalización percibida sólo en sus aspectos económicos y técnicos.”66 El eje estratégico de la educación intercultural consiste en propiciar un mayor entendimiento y comprensión multicultural e intercultural en los espacios personal, grupal, nacional e internacional, con el objetivo de fortalecer los sentidos de responsabilidad social y solidaridad. Y es que el conocimiento de lo 64 Precisamente el Chauvinismo distorsiona los hechos históricos en beneficio de una visión nacionalista, intolerante y excluyente. 65 Delors, Ob. cit., p 56 66 Delors, Ob. cit., p. 57 72 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala que es propio de diferentes pueblos y culturas también lleva a promover esfuerzos, proyectos y valores comunes, capaces de favorecer el desarrollo de una conciencia de humanidad, centrada en la comprensión de la necesidad de identificar los valores de cada cultura para vivir juntos y compartir este planeta cada vez más chico y deteriorado. La educación intercultural pone de manifiesto, precisamente, que las culturas locales, regionales y nacionales ha sido el sustrato sobre las cuales se “erige” la denominada “cultura universal”. De manera que el Popol Vuh y el Rabinal Achi pertenecen a la cultura universal con el mismo status que la Iliada y Don Quijote de la Mancha. Es lo mismo que afirmar que lo universal no puede ser antagónico con lo particular y que es la fisonomía individual de las culturas comunitarias regionales y nacionales la que le da sentido a una cultura universal cuyo rasgo no puede ser la homogeneidad sino la diversidad, cuando las orientaciones educativas se enmarcan en una visión democrática que se apoya en el conocimiento crítico del pasado. Tal es el marco de referencia en que se apoyan las orientaciones de la educación intercultural que pretenden desplegarse en el proceso de reforma educativa y en la transformación curricular, que aparecen desarrolladas como competencias marco y especificadas en las orientaciones curriculares. 3.5. La educación para toda la vida: Teniendo en cuenta la estrecha relación de la educación y la reproducción de la cultura, se plantea la necesidad de considerar que la acción educativa deberá articular los propósitos de la cultura de paz considerando diferentes factores y actores del pro73 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala ceso educativo y la necesidad de concebirla como un proceso para toda la vida. En tal sentido, el Informe Delors también destaca la importancia de la educación para toda la vida, aludiendo, por un lado, a la necesidad de acceso, flexibilidad, diversidad y “pasarelas” entre diversos niveles y áreas, a efecto de tener en cuenta los constantes cambios que se operan en el mundo. Lo dicho presupone la necesidad de aprender a aprender, teniendo en cuenta la necesidad de la adquisición, actualización y uso de los conocimientos. Un lineamiento que el enfoque constructivista se encarga de atender. La educación, a lo largo de la vida, se basa en cuatro postulados: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser. Recuérdese que una primera reflexión al respecto la proporciona UNESCO en la década de los setentas, con su obra “Aprender a Ser”67. El postulado de “aprender a conocer” comenta la necesidad de combinar una cultura general suficientemente amplia con la posibilidad de profundizar en el conocimiento en un pequeño número de materias. Esto supone aprender a aprender para poder aprovechar las enormes posibilidades y potencialidades que ofrece la educación a lo largo de la vida. “Este tipo de aprendizaje, que tiende menos a la adquisición de conocimientos clasificados y codificados que al dominio de los instrumentos mismos del saber, puede considerarse a la vez medio y finalidad de la vida humana. En cuanto al medio, consiste, para cada persona, en aprender a comprender el mundo 67 UNESCO. Aprender a Ser. Alianza Editorial, España, 1976. 74 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala que nos rodea, al menos suficientemente para vivir con dignidad, desarrollar capacidades profesionales y comunicarnos con los demás. Como fin, su justificación es el placer de aprender, de comprender, de conocer, de descubrir.”68 En un mundo en permanente cambio, en que uno de los motores principales es la innovación tanto social como económica, hay necesidad de conceder un lugar especial a la imaginación y a la creatividad69. Se advierte que diversas expresiones de la libertad humana pueden verse amenazadas por cierta normalización de la conducta individual, mediatizada por la estandarización de procesos y actividades, como de la reiteración implícita de estereotipos. “El afán de fomentar la imaginación y la creatividad debería también llevar a revalorizar la cultura oral y los conocimientos extraídos de la experiencia del niño o del adulto.”70 En tal sentido, son valiosos los aportes que proporciona la tendencia pedagógica denominada “filosofía para niños”71. El segundo postulado se refiere a “aprender a hacer” y destaca la necesidad de enseñar al alumno a poner en práctica sus conocimientos en diversas situaciones, espacios y contextos socioculturales y en diversas ocupaciones y que tiene viejos antecedentes en la 68 Delors, Ob. Cit. p, 107. 69 Agrega que “ el incremento del saber, que permite comprender mejor las múltiples facetas del propio entorno, favorece el despertar de la curiosidad intelectual, estimula el sentido crítico y permite descifrar la realidad, adquiriendo al mismo tiempo una autonomía de juicio. (…) es fundamental que cada niño, dondequiera que esté, pueda acceder de manera adecuada al razonamiento científico y convertirse para toda la vida en un amigo de la ciencia”. Delors, p, 107 70 Delors, Ob. Cit. p, 118 71 ONGs vinculadas a la Convención de los Derechos del Niño, entre ellas la Coordinadora Interinstitucional de Derechos de la Niñez han promovido esta corriente pedagógica que principalmente propone que la verdadera filosofía es la creatividad, la cual progresivamente se va perdiendo al ingresar en un mundo cada vez más uniforme y estandarizado. 75 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala escuela guatemalteca ya influida por el pragmatismo norteamericano desde los años sesentas. El postulado principal desde el punto de vista de Formación Ciudadana es el de “aprender a vivir juntos” y plantea a la escuela un nuevo desafío estrechamente asociado a la educación fincada en el ejercicio de la ciudadanía y la cultura de paz que es nuestro propósito. Implica conocer la historia y cultura de los demás, sus tradiciones y su espiritualidad y, a partir de ahí, crear un espíritu nuevo que impulse la realización de proyectos comunes para la solución inteligente y pacífica de los inevitables conflictos, gracias justamente a la comprensión de que las relaciones de interdependencia son cada vez mayores y a un análisis compartido de los riesgos y retos del futuro en el entendido de la necesidad de fortalecer las expresiones de convivencia pacífica72. En resumen, “aprender a vivir juntos” implica aprender a construir relaciones de calidad, esto es, relaciones armónicas, justas y solidarias. Destaca Delors que “demasiado a menudo la violencia que impera en el mundo contradice la esperanza que algunos habían depositado en el progreso de la humanidad. La historia humana siempre ha sido conflictiva, pero hay elementos nuevos que acentúan el riesgo, en particular el extraordinario potencial de autodestrucción que la humanidad misma ha creado durante el siglo XX. A través de los medios de comunicación, la opinión pública se convierte en observadora impotente, y hasta en rehén, de quienes generan y mantienen vivos los conflictos.”73 Es dentro de tales condiciones que se vuelve necesaria la “educación dialógica”. Y agrega que “la idea de 72 Delors, Ob. Cit., p. 120. 73 Ibidem, p.114 76 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala enseñar la no violencia en la escuela es loable, aunque sólo sea un instrumento entre varios para combatir los prejuicios que llevan al enfrentamiento. Es una tarea ardua, ya que como es natural, los seres humanos tienden a valorar en exceso sus cualidades y las del grupo al que pertenecen y a alimentar prejuicios desfavorables hacia los demás. De manera que la “construcción del otro” como proceso natural de desarrollo de la convivencia social puede entrar en contradicción con la “construcción del nosotros”, situación que se fortalece en países donde existen marcadas diferencias religiosas, sociolingüísticas y físicas que pueden exacerbarse, para beneficio de sectores hegemónicos. El informe agrega que la “actual atmósfera competitiva imperante en la actividad económica de cada nación y, sobre todo, a nivel internacional, tiende además a privilegiar el espíritu de competencia y el éxito individual en perjuicio de la solidaridad. De hecho, esa competencia da lugar a una guerra económica despiadada y provoca tensiones entre los poseedores y los desposeídos que fracturan las naciones y el mundo y exacerban las rivalidades históricas”, agregando que es de lamentar que, a veces, la educación contribuya a mantener ese clima al interpretar de manera errónea la idea de emulación”74, lo cual es un riesgo de la transformación curricular al tergiversar la visión constructivista del enfoque de competencias, como competitividad individualista y no como cooperación centrada en la capacidad humana de la solidaridad.75 74 Ibidem, p.114 75 “¿Cómo mejorar esta situación? La experiencia demuestra que, para disminuir ese riesgo, no basta con organizar el contacto y la comunicación entre miembros de grupos diferentes (por ejemplo, en escuelas a las que concurran niños de varias etnias o religiones). Por el contrario, sin esos grupos compiten unos contra otros o no están en una situación equitativa en el espacio común, ese tipo de contacto puede agravar las tensiones latentes y degenerar en conflictos. En cambio, si la relación se establece en un contexto de igualdad y se formulan objetivos y proyectos comunes, los prejuicios y la hostilidad subyacente pueden dar lugar a una cooperación más serena e, incluso, a la amistad.” Delors, p, 115 77 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala El postulado de “Aprender a ser”, busca desarrollar los elementos que implican una expresión de la propia identidad y que se esté en condiciones de obrar con creciente capacidad de autonomía, de juicio y de responsabilidad personal, agregando que en tal fin no hay que menospreciar las capacidades de cada individuo. En tal sentido, es importante fortalecer la capacidad de manejo de situaciones, de análisis y afrontamiento de las mismas, no en términos de una ética instrumentalista, fincada en las relaciones medio-fi n, sino en una ética fincada en responsabilidades que conscientemente se transforma en convicciones solidarias. Carneiro, subraya la necesidad de revitalizar la educación y las comunidades humanas cuando afirma que el nuevo curso de la historia, en particular desde 1989, ha llevado al triunfo de una lógica económica implacable, fundada en la ley del más fuerte y sujeta a las exigencias de un neoliberalismo descarnado, lo que impone necesariamente una reacción de nuestra conciencia, un despertar ético frente a la cuestión social fundamental, a la agravación de las desigualdades del mundo.76 Asimismo, destaca que: “la solidaridad y el nuevo espíritu comunitario pueden, de nuevo, aparecer naturalmente como un principio orgánico, vertebra- 76 Se trata de una ecuación compleja, en la cual se incluyen el incremento de situaciones de extrema pobreza; una nueva forma de miseria, en la que se acelera el efecto de factores multiplicadores de la pauperización, en los planos cultural, material, espiritual, afectivo o cívico. La importancia cada vez menor de la persona en una sociedad en que predominan las pulsiones individualistas, destructoras de toda confianza en las relaciones interpersonales; el carácter conflictivo y vertical de las relaciones sociales y el abandono del espacio cívico, fuente de civilización, en función de un mercantilismo exacerbado, generador de dualismo y de exclusión. Carneiro, Roberto, “La revitalización de la educación y las comunidades humanas: una visión de la escuela socializadora del siglo XXI”, en Delors, p, 260. 78 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala dor de vida, y como otra opción frente a la exclusión y la desvitalización suicida de la trama social. En ese contexto, órganos de socialización, fundamentales y estables, como la familia y la escuela, deberán asumir de nuevo su función de núcleo básico, a partir del cual puedan establecerse los cimientos duraderos de la sociedad futura.”77 3.6. Educación, ciudadanía y democracia en el desarrollo regional: Como antes se ha descrito, diversos estudios realizados en la década pasada en América Latina ponen de manifiesto la existencia de expresiones de una crisis política ya no causada por la amenaza al orden capitalista y a la democracia burguesa sino relacionado con la falta de credibilidad de las instituciones políticas, de los políticos y de la política misma en el orden capitalista. La despolitización de amplios sectores de población, especialmente juveniles, se plantea como una seria preocupación, no solo por el riesgo de que en tales condiciones diversos sectores improvisados irrumpan en el escenario político sin otro compromiso que el de apropiarse de los bienes públicos y privados, con el aval que dan las instituciones del Estado, sino porque la falta de credibilidad creciente en las instituciones políticas también favorece la tendencia a la disminución de controles sociales, fortalece el riesgo de las tentaciones autoritarias y de debilitamiento a la sociedad civil. Las experiencias latinoamericanas del autoritarismo militarista y populista tampoco son escasas. El predominio de tecnócratas y el desplazamiento 77 Carneiro, Ob. Cit., p 261 79 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala progresivo de los intelectuales del escenario del gobierno, también corre asociado al “desencantamiento del espíritu crítico” pero sobre todo a la implantación o fortalecimiento de propuestas políticas cortoplacistas, efectistas, crecientemente desvinculadas de una mínima preocupación por un proyecto de nación y de la defensa de los intereses nacionales que a lo largo de la historia constituyen los pilares de las nacionalidades latinoamericanas.78 La complejidad de las relaciones económicas y sociales, el incremento de demandas sociales, la insatisfacción y desarrollo de agudos problemas y conflictos que separan a personas, grupos sociales y a los pueblos, favorecen el exacerbamiento de las violencias79 y fundamentan la necesidad de considerar el papel de la educación en la construcción de nuevas formas de ciudadanía y en el fortalecimiento de las instituciones democráticas. Entre los desafíos que afronta la educación para la democracia está: el exacerbamiento de fundamentalismos de diverso tipo que se orientan a fortalecer las diferencias, las distancias, las guerras y la carrera armamentista. En tales condiciones, las competencias que promueve el Área de Formación Ciudadana: la vigencia de los derechos humanos y el ejercicio de liderazgo para afrontar diversas situaciones y conflictos, constituyen medios valiosos para el desarrollo de la cultura de paz. 78 Cfr., H. C. F. Mansilla, “Intelectuales y política en América Latina”, en Wilhelm Hofmeister y H.C.F. Mansilla (ed), Intelectuales y Política en América Latina, Homosapiens-Konrad Adenauer, Argentina, 2003. 79 En el momento actual, el Proyecto Cultura de paz de UNESCO promueve un proceso investigativo de “las violencias” enfocado en las expresiones de la cultura autoritaria (estereotipos, mitos, discursos y justificaciones que fundamentan el maltrato infantil, la violencia entre los jóvenes y contra la mujer, así como el racismo y el etnocentrismo). 80 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala La educación para la democracia tiene como propósito favorecer condiciones para reducir la explotación, la exclusión social, la inequidad, la discriminación y la opresión, así como fortalecer la conciencia histórica, favorecer el proyecto de nación y nutrir la propuesta valórica que se concreta en la “Guatemala que queremos”. Atendiendo esta preocupación y cuando en Guatemala todavía predominaban los “vientos de guerra”, UNESCO promovió un importante acontecimiento: el Foro Internacional de Cultura de Paz (San Salvador en 1994), en el cual se abordaron importantes cuestiones alrededor de la centralidad de los derechos humanos en la dinámica social y sobre las relaciones entre cultura de paz y democracia. El Foro de San Salvador planteó que el objetivo de la Cultura de Paz consiste en “que sean los valores de paz los que rijan las soluciones de los conflictos inherentes a las relaciones humanas” y destaca que “mediante estrategias educativas y culturales, así como de desarrollo económico y social y modos de convivencia política fundados en los valores universales de la justicia, la libertad, la equidad, la solidaridad y la tolerancia, se garantiza el respeto universal a la dignidad humana”.80 También destacó la indivisibilidad de los derechos humanos. De manera que la garantía de unos favorece la garantía de otros. La Paz y los Derechos Humanos, se afirma, son indivisibles y conciernen a toda la humanidad. Un postulado central para la consolidación de la paz implica que el sistema político tenga como 80 Tunnermann, Carlos, La enseñanza de los derechos humanos en la educación superior. CSUCA, Guatemala, 1994, p. 14, 81 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala referente ético el respeto de los Derechos Humanos, no sólo de los derechos civiles y políticos, sino también los derechos económicos, sociales y culturales.” 81 Sobre la promoción de la cultura de paz y los actores educativos el Foro planteó que el trabajo a favor de la cultura de paz no es exclusivo de la escuela. Precisamente una fortaleza para la escuela es que en su apoyo están presentes diversos actores sociales. Indica cuatro dimensiones de la misma, cuando identifica que “la promoción de una cultura de paz supone que la paz puede ser construida por los actores sociales en cuatro dimensiones: la paz de las personas consigo mismas, que vincula la paz con la mente; la paz con los otros, que debe fundamentarse a través del eje cultural y socio-político; la paz con el medio ambiente y, finalmente, la paz en el contexto internacional”.82 La paz Dimensiones Ámbitos Consigo mismo La personalidad Con los otros Ámbito sociopolítico Con el ambiente Naturaleza Con otros pueblos y culturas Ámbito internacional La participación de la sociedad civil plantea la necesidad de superar la visión de la democracia formal y de articular los intereses de las organizaciones sociales 81 Ibídem, p. 15 82 Sobre las relaciones entre cultura de paz y democracia, el foro destacó que “una cultura de paz debe contribuir al fortalecimiento de los procesos de democratización integral, que incluyen el pluralismo político, la participación real de la sociedad civil, donde los actores sociales contribuyan a la adopción de decisiones destinadas a la satisfacción de necesidades humanas, que promuevan procesos de desarrollo auto sostenibles, ecológicamente balanceados y promotores de la dignidad humana.” Ibidem, pp-14-15 82 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala con los de las instituciones políticas del Estado. La cultura de paz, además, reafirma la integridad de las identidades colectivas, con sus propios y particulares valores. Implica el aprendizaje de nuevas modalidades de transformación y resolución de conflictos “que permitan enfrentar la realidad del conflicto mismo, dentro de parámetros de respeto mutuo, diálogo constante, conciencia de transformación con equidad y tolerancia y supone, además, una clara renuncia al uso de la fuerza, de la imposición y de la violencia”.83 Los planteamientos del foro afirman también que el trabajo educativo en cultura de paz es compartido; que exige la implementación de acciones en las modalidades de educación formal, no formal e informal. Empezando desde la niñez, con los padres de familia y luego con los formadores de formadores y los medios de comunicación. Debe ser un esfuerzo conjunto de una voluntad social compartida, como parte de un proyecto común que incluye a todos, sin exclusión alguna. 3.7. Principios en que se sustenta la propuesta de formación ciudadana y cultura de paz. Con los antecedentes planteados en el numeral anterior y teniendo en cuenta, tanto el cese progresivo de hostilidades en diversos países, la firma de sendos acuerdos de paz como la creciente demanda de contenidos de cultura de paz y formación ciudadana, la UNESCO, en su Quincuagésimo Tercer Período de sesiones (1999), aprobó la Declaración y Programa de Acción sobre una Cultura de Paz. En esta Declaración UNESCO promulga que “puesto que las guerras nacen en las mentes de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz”. 83 Ibidem, p.15 83 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala En la misma la UNESCO reconoce y asume que: “la paz no es sólo la ausencia de conflictos sino que requiere un proceso positivo, dinámico y participativo en que se promueve el diálogo y se solucionan los conflictos en un espíritu de entendimiento y cooperación mutuos”, así como “ la necesidad de eliminar todas las formas de discriminación e intolerancia” 84 a efecto de erradicar la cultura autoritaria que las fundamenta. La cultura de paz es definida por la Declaración como un conjunto de valores, actitudes, tradiciones, comportamientos y estilos de vida basados principalmente en: - El respeto a la vida, el fin de la violencia y la promoción y práctica de la no violencia por medio de la educación, el diálogo y la cooperación; - El respeto pleno y la promoción de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales; - El compromiso con el arreglo pacífico de los conflictos; - El respeto y fomento de la igualdad de derechos y oportunidades de mujeres y hombres; - El respeto y fomento del derecho de todas las personas a la libertad de expresión, opinión e información; - La adhesión a los principios de libertad, justicia, democracia, tolerancia y solidaridad, cooperación, pluralismo, diversidad cultural, diálogo y entendimiento a todos los niveles de la sociedad y entre las naciones.85 84 Resoluciones aprobadas por la Asamblea General (Doc. A/RES/53/243), Octubre de 1999, p. 2 85 Ibidem, pp. 2-3 84 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala La declaración incluye propuestas para satisfacer las necesidades de desarrollo y protección del medio ambiente de las generaciones presentes y futuras y el respeto pleno de los principios de soberanía, integridad territorial e independencia política de los Estados, así como la no ingerencia en los asuntos que son esencialmente jurisdicción interna de los Estados nacionales, de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional, temas que en los inicios del siglo XXI tienen gran actualidad. El desarrollo pleno de una cultura de paz presupone: - Promoción del arreglo pacífico de conflictos, respeto y entendimiento mutuos y cooperación internacional; - Promoción de la democracia y desarrollo de los derechos humanos y las libertades fundamentales universales; - Establecimiento de instituciones democráticas y garantía de la participación plena en el proceso de desarrollo; - Posibilidad de que las personas desarrollen aptitudes para el diálogo, la negociación, la formación de consensos y la solución pacífica de controversias; - Promoción solidaridad y culturas, religiosas y de la comprensión, tolerancia y entre las civilizaciones, pueblos incluso hacia las minorías étnicas, lingüísticas; - Eliminación de todas las formas de racismo, discriminación racial, xenofobia e intolerancia conexas; 85 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala - Respeto pleno del derecho a la libre determinación de todos los pueblos, incluidos los que viven bajo dominación colonial u otras formas de dominación extranjera; - Eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer promoviendo su autonomía y una representación equitativa en todos los niveles de la adopción de decisiones; - Aumento de la transparencia y rendición de cuentas en la gestión de los asuntos públicos; - Garantía de libre circulación de información en todos los niveles y promoción del acceso a ella; - Erradicación de la pobreza y analfabetismo y reducción de las desigualdades entre las naciones y dentro de ellas. 86 La Declaración demandó a la sociedad civil que asuma el compromiso del desarrollo de la cultura de paz. Y dentro de las medidas, señaladas para promover una cultura de paz destaca: - Que la niñez, desde la primera infancia, reciba educación sobre valores, actitudes, comportamientos y estilos de vida que le permitan resolver conflictos por medios pacíficos y en un espíritu de respeto por la dignidad humana, de tolerancia y no discriminación. - Hacer que la niñez participe en actividades donde se les inculquen los valores y los objetivos de una cultura de paz; velar por la igualdad de acceso de las mujeres, especialmente de las niñas, a la educación; y, promover la revisión 86 Ibidem, pp. 3-4 86 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala de los planes de estudio, incluidos los libros de texto, teniendo en cuenta la Declaración y el Plan de Acción Integrado.87 Para promover el desarrollo económico y social sostenible la Declaración recomienda: 1. Adoptar más medidas para velar por que el proceso de desarrollo sea participativo y que los proyectos cuenten con la plena participación. Además, recomienda incluir en las estrategias de desarrollo medidas especiales en que se atiendan las necesidades de la mujer y la niñez, así como de grupos con necesidades especiales. 2. Reforzar mediante la asistencia al desarrollo después de los conflictos, los procesos de rehabilitación, reintegración y reconciliación de todos los involucrados en los mismos. 88 Dentro de las medidas necesarias para promover la participación democrática, la declaración también enfatizó en la necesidad de las medidas siguientes: a. Consolidar todas las actividades destinadas a promover principios y prácticas democráticas, especialmente en aquellos que se dan en los niveles de enseñanza escolar, extra escolar y no escolar. b. Establecer y fortalecer instituciones y procesos nacionales en que se promueve y se apoye la democracia por medio de la formación de funcionarios públicos y la creación de capacidades en ese sector. 87 Ibidem, p. 6 88 Ibidem, p. 7 87 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala c. Luchar contra el terrorismo, la delincuencia organizada y la corrupción, así como contra la producción, el tráfico, el consumo de drogas ilícitas y el blanqueo de dinero, por su capacidad de socavar la democracia e impedir el pleno desarrollo de una cultura de paz.89 La Declaración hizo énfasis, finalmente, en las medidas encaminadas a promover la compresión, la tolerancia y la solidaridad, cuando destacó la necesidad de estudiar más a fondo las prácticas y tradiciones locales o autóctonas de solución de controversias y promoción de la tolerancia con el objetivo de aprender de las mismas. Asimismo recomendó apoyar medidas en que se promueva la comprensión, la tolerancia y la solidaridad con los grupos vulnerables, como migrantes, refugiados y personas desplazadas, teniendo en cuenta la necesidad de facilitar su retorno voluntario y su integración social, así como de apoyar medidas en que se promueva la comprensión, la tolerancia, la solidaridad y la cooperación entre los pueblos, entre las naciones y dentro de las mismas.52 90 Teniendo en cuenta la riqueza de las orientaciones nacionales e internacionales largamente explicadas o descritas, en el capítulo siguiente analizaremos los contenidos del marco jurídico guatemalteco en que se ubica la formación ciudadana y la cultura de paz. 89 Ibidem, p. 9 90 Ibidem, pp. 9-10. 88 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala La formación ciudadana y la cultura de paz en el marco jurídico y político guatemalteco 4 La formación ciudadana y la cultura de paz se fundamentan en los instrumentos internacionales ratificados por el Estado de Guatemala: Los diversos lineamientos generales sobre la educación para la democracia y la cultura de paz desarrollados en los instrumentos expuestos en el capítulo anterior están formalmente reconocidos y ratificados en las últimas décadas por el Estado de Guatemala y desarrollados en normas específicas, en la medida en que éste es miembro de la Organización de las Naciones Unidas y de sus organismos. El Área de Formación Ciudadana también presenta además como antecedente inmediato el Convenio 169, los Acuerdos de Paz, la Convención de los Derechos del Niño y la Ley de Protección Integral a la Niñez y la Adolescencia, elementos que fueron considerados por la Comisión para la Reforma Educativa y el MINEDUC en la formulación de la Reforma Educativa y en las competencias marco que orientan el desarrollo específico de las áreas curriculares91. 91 Se tuvieron en cuenta además, sugerencias específicas de organismos como UNICEF, OIT, la Cruz Roja Internacional, la Presidencia de la República, las universidades, organizaciones y entidades de diversa naturaleza. 89 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala 4.1. El Convenio 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes (1989). Fue ratificado por el gobierno de Guatemala en 1996 y aporta las demandas colectivas planteadas por los pueblos indígenas del mundo, por el movimiento maya y sus organizaciones. El convenio afirma que deberán adoptarse medidas que garanticen a los pueblos indígenas la posibilidad de adquirir una educación en todos los niveles, por lo menos en igualdad con el resto de la comunidad nacional92. Y en coherencia con planteamientos de UNESCO antes comentados, también señala el Convenio 169 que los programas y servicios de educación destinados a los pueblos indígenas deberán abarcar su historia, sus conocimientos y técnicas, sus sistemas de valores y todas sus demás aspiraciones sociales, económicas y culturales. Destaca, además, que “los gobiernos deberán reconocer el derecho de esos pueblos a crear sus propias instituciones y medios de educación”93 propuestas que en Guatemala se ven todavía con cierta reserva. En cuanto a equidad social, el Convenio 169 plantea que un objetivo de la educación de los niños de los pueblos indígenas deberá ser impartirles conocimientos generales y promover aptitudes que les ayuden a participar plenamente y en pie de igualdad en la vida de su propia comunidad y de la comunidad nacional e internacional94. Y que los gobiernos deberán adoptar medidas acordes a las tradiciones y culturas de los pueblos95. 92 Organización Internacional del Trabajo. Convenio No. 169. Sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes. Artículo 26 93 Ibidem artículo 27 94 Ibidem artículo 29 95 Ibidem artículo 30 90 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala Estos temas son recogidos también en las demandas planteadas en los Acuerdos de Paz y particularmente en el de Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas. 4.2. La Ley de Protección Integral a la Niñez y la Adolescencia: El antecedente inmediato de la Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia (2003) es la Convención de los Derechos del Niño, ratificada por el gobierno de Guatemala en 1990. En esta ley se desarrollan lineamientos a favor del respeto a la personalidad del niño, la niña y los adolescentes, del desarrollo de una nueva concepción de la niñez que reconozca no sólo sus derechos sino su protagonismo y del derecho que tienen a gozar de los beneficios de las políticas sociales, especialmente salud, educación, recreación, etc. Uno de los artículos más importantes se refiere al interés superior del niño como una garantía que se adoptará en toda decisión que se formule con relación a la niñez y la adolescencia y que tanto los padres de familia como las instituciones deberán asegurar el ejercicio y disfrute de sus derechos, respetando sus vínculos familiares, origen étnico, religioso, cultural y lingüístico.96 De manera que los niños, niñas y adolescentes desde el momento de su gestación, tienen derecho a la protección, cuidado y asistencia para lograr un adecuado desarrollo, físico, mental, social y espiritual.97 La Ley de Protección a la Niñez y la Adolescencia favorece el ejercicio de los derechos, promueve el 96 Ley de protección integral de la niñez y la adolescencia, 2003, Artículo 5. 97 Ibidem, Artículo 9 91 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala protagonismo y la identidad de los niños, niñas y adolescentes y propugna por una visión integral de la educación. Destaca además el derecho al goce y ejercicio de derechos cuando precisa que el Estado debe garantizar la protección jurídica de la familia. Para tal efecto, se afirma, los niños, niñas y adolescentes deben gozar y ejercitar sus derechos en la medida de su desarrollo físico, mental, moral y espiritual, dentro del marco de las instituciones del derecho de la familia reconocidas en la legislación98. Los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a que se reconozca y respete su identidad, incluidos un nombre y una nacionalidad; a conocer a sus padres y ser cuidados por ellos, así como a gozar las expresiones culturales propias, entre ellas su idioma, lo cual también es coherente con el Convenio 169. La ley precisa que es obligación del Estado garantizar la identidad del niño, niña y adolescente, sancionando a los responsables de la sustitución, alteración o privación de la misma. En términos estrictos, este planteamiento se refiere al nombre y nacionalidad de los mismos, a su identidad psicosocial como niños e identidad sociocultural (étnica y lingüística) en términos amplios99. Educación integral. Los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a recibir una educación integral de acuerdo a las opciones éticas, religiosas y culturales de su familia. Esta deberá orientarse a desarrollar su personalidad, el civismo y urbanidad. Señala que se promoverá el conocimiento y ejercicio 98 Ibidem, Articulo 13 99 Ibidem, Articulo 14. 92 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala de los derechos humanos, la importancia y necesidad de vivir en una sociedad democrática con paz y libertad de acuerdo a la ley y a la justicia, con el fin de prepararles para el ejercicio pleno y responsable de derechos y deberes, asegurándoles igualdad de condiciones para el acceso y permanencia en la escuela. Favorecerá el respeto recíproco y un trato digno entre educadores y educandos, así como la formación de organizaciones estudiantiles y juveniles con fines culturales, deportivos, religiosos y otras que la ley no prohíba como medios para el desarrollo de sus potencialidades ciudadanas100. Educación pública. La ley ratifica que la educación pública deberá ser gratuita, laica y obligatoria, hasta el último grado de diversificado101, lo cual amplía y desarrolla lo indicado en otras leyes educativas. Y en coincidencia con el Convenio 169, la ley señala que el Estado, a través de las autoridades competentes, garantizará el derecho a la educación multicultural y multilingüe, especialmente en las zonas de población mayoritariamente indígena (maya, garífuna y xinca).102 Valores en la educación. El artículo 41 de la ley destaca que la educación en Guatemala, deberá fortalecer la cultura de paz, cuando reitera la responsabilidad de promoción de los derechos humanos, tanto los específicos de la niñez, como de orden sociocultural. En este sentido destaca la necesidad de fomentar y preservar los valores culturales, artísticos, étnicos, lingüísticos, de género, costumbres y tradiciones propias del contexto nacional, eliminando todas las formas de discriminación y exclusión por razones de género, etnia, religión o condición económica. Asimismo, señala que 100 Ibidem, artículo 36, 101 Ibidem artículo 37 102 Ibidem artículo 38. 93 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala la educación favorecerá la preparación para una vida responsable en una sociedad libre, con espíritu de paz, tolerancia y amistad entre los pueblos y el desarrollo de un pensamiento autónomo, crítico y creativo. Muchos son los estudios realizados principalmente a partir de los años noventas, que describen las condiciones en que se desenvuelven los cientos de miles de niños que afrontan diversos grados de riesgo y vulnerabilidad. A pesar de la ratificación de la Convención de los Derechos del Niño en los países centroamericanos hace ya 15 años, es evidente que las condiciones materiales de vida han empeorado. En esta misma dimensión también se destacan, en oposición a los requerimientos de la Convención, el incremento del riesgo, la construcción del imaginario de la inseguridad, asociado a las maras como un nuevo enemigo público, como “telón de fondo” de un discurso que propicia el endurecimiento de las formas policiales de afrontamiento de la problemática de los niños y jóvenes en conflicto con la ley, en correspondencia con una tendencia a nivel centroamericano que contradice la doctrina de protección integral de la niñez y la juventud a favor de la doctrina de la conducta irregular. Ello, independientemente de la creciente percepción pública del vínculo de los muchachos organizados en pandillas, con dirigentes vinculados con el narcotráfico y el crimen organizado. Este esfuerzo de precisión analítica que no es compartido por los responsables de la seguridad pública, lleva a criminalizar de manera escandalosa los tatuajes, como en los años setentas los gobiernos militares criminalizaron el pelo largo de jóvenes, así como toda organización de niños y jóvenes y de los barrios pobres, porque también se criminaliza la pobreza. 94 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala 4.3. Los acuerdos de paz y la formación ciudadana: La formación ciudadana y la cultura de paz también tienen importante soporte político y ético en los acuerdos de paz. En dicho sentido es necesario considerar que muchos de los contenidos y recomendaciones que aparecen en los mismos ya estaban presentes en demandas de diversas organizaciones sociales y políticas desde los años sesentas y setentas y que también están planteadas en leyes específicas y en la Constitución Política de Guatemala. La constatación de lo afirmado contradice los argumentos interesados que critican los acuerdos de paz y el contenido de diversos instrumentos internacionales ratificados por el gobierno de Guatemala, esgrimiendo que se trata de presiones de agencias extranjeras y organismos internacionales. Entre los acuerdos destacan por su incidencia en los contenidos del Área de Formación Ciudadana los siguientes: el Acuerdo de Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas, el Acuerdo sobre Aspectos Socioeconómicos y Situación Agraria y el Acuerdo Global sobre Derechos Humanos, a los cuales nos referimos con algún detalle en adelante. El Acuerdo de Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas (1995): El acuerdo ratifica el reconocimiento a la identidad de los pueblos indígenas como fundamento para la construcción de la unidad nacional, basada en el respeto y ejercicio de los derechos políticos, culturales, económicos y espirituales, de los habitantes y todos los pueblos y culturas guatemaltecas. Afirma que en la identidad maya son fundamentales los siguientes elementos: la descendencia directa de 95 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala los antiguos mayas, el uso de idiomas que provienen de una raíz maya común, una cosmovisión que se basa en la relación armónica de todos los elementos del universo, una cultura común basada en los principios y estructuras del pensamiento maya y la auto identificación de sí mismos. Se sostiene que la cultura maya es sustento original de la cultura guatemalteca y que, junto con las demás culturas indígenas, constituye factor activo y dinámico en el desarrollo y progreso de la misma. Es inconcebible, se afirma, con acierto, promover el desarrollo de la cultura nacional sin el reconocimiento y fomento de la cultura de los pueblos indígenas. La interculturalidad es, en las actuales condiciones de desarrollo sociocultural del país, un factor importante para la construcción de una nación diversa, plurilingüe, pluricultural y multiétnica, prevista en los acuerdos de paz e insinuada en la Constitución Política. El supuesto de que la unidad en la diversidad es factor clave en la construcción de una nación solidaria, es coherente con la aspiración de una democracia real, funcional y participativa que permita a los guatemaltecos construir nuevos escenarios de relación social y convivencia humana. Dentro del contexto que propician las demandas sociales, los acuerdos de paz y los convenios internacionales ratificados por el gobierno de Guatemala, cada vez se reconoce más que la política educativa y cultural del país deberá orientarse hacia un enfoque basado en el reconocimiento, respeto y fomento de los valores culturales de los pueblos indígenas y que, con base en el reconocimiento de las diferencias culturales, se deberán promover los aportes e intercambios que propicien un enriquecimiento intercultural en el crisol que constituye la diversidad de la sociedad guatemalteca. 96 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala Se afirma en este acuerdo que los Pueblos Maya, Garífuna y Xinca, son los autores de su desarrollo cultural y que es papel del Estado apoyarlo, eliminando los obstáculos al ejercicio de este derecho. Y en cuanto a los idiomas guatemaltecos expresa que el gobierno tomará las siguientes medidas: - Promover una reforma de la Constitución Política de la República que liste el conjunto de los idiomas existentes en Guatemala, que el Estado está constitucionalmente comprometido en reconocer, respetar y promover. - Promover el uso de los todos los idiomas indígenas en el sistema educativo, a fin de permitir que los niños puedan leer y escribir en su propio idioma o en el idioma que más comúnmente se hable en la comunidad a la que pertenezcan.103 Estas dos propuestas tienen, como se explica en la parte final de este informe, plena realización en los ejes, competencias marco y de ciclo de la transform ación curricular actualmente en proceso de instauración de los niveles de enseñanza primaria y media. Ambas podrán profundizarse a favor del fomento del desarrollo de las culturas. Está demostrada la incidencia positiva del uso del idioma materno en el desarrollo de la personalidad como en la calidad de los aprendizajes tanto como comprensión de la realidad sociocultural como de orden conceptual. Y es que las estructuras lingüísticas se corresponden de forma no lineal con las estructuras lógicas, sobre todo en las primeras edades de 103 Acuerdo de Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas suscrito como parte de los Acuerdos de Paz. III-A-2- a y b 97 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala la vida. Pero la enseñanza en la lengua materna no siempre cuenta con la aprobación de los docentes, especialmente si son hablantes de otro idioma, ni con el apoyo de los propios padres de familia, cuando estos perciben la realización de los intereses de los hijos en el marco de la cultura mestiza, dominante. Se trata, entonces, de reconocer que la motivación por el uso de los idiomas nacionales será paralela al fortalecimiento respetuoso de las culturas nacionales, en un marco democrático y de equidad, entendiendo que tan importante es el intercambio y enriquecimiento simétrico entre dichas culturas como el auto desarrollo sostenido de cada una de las mismas, en el marco de relaciones concientemente equitativas. Como medio para lograr el fortalecimiento de las culturas de los pueblos indígenas, el acuerdo en mención destaca la necesidad de oficializar los idiomas indígenas y de utilizarlos en la prestación de servicios del Estado a nivel comunitario, así como la necesidad de informarle a las comunidades indígenas en sus propios idiomas sobre sus derechos, obligaciones, responsabilidades y oportunidades, de manera acorde a sus tradiciones y por los medios adecuados. Esto implica, no sólo un esfuerzo político consciente en favor del uso del idioma sino de promoción y desarrollo de sus culturas. Se persigue, por consiguiente, propiciar la valoración positiva de los idiomas indígenas y abrirles nuevos espacios en los medios de comunicación, de producción, reproducción y de transmisión cultural. El objetivo es fortalecer las diversas instituciones y organizaciones locales de los pueblos, así como promover los programas de capacitación de jueces bilingües e intérpretes judiciales de y para idiomas indígenas. Tarea pendiente es comprender que la cultura maya 98 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala no está cristalizada, no es estática, y que no puede quedar reducida a los idiomas ni a las artesanías, sino que comprende las expresiones artísticas, la tecnología y las mismas ciencias, y principalmente la espiritualidad y cosmovisión de dichos pueblos. En dicho proyecto de desarrollo cultural, la educación primaria y media tiene un valioso aporte que ofrecer. El Acuerdo de Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas, reconoce la particular vulnerabilidad y la indefensión de que es víctima la mujer frente a la triple discriminación como mujer como pobre y como indígena. Y ante dicha situación, se afirma que el gobierno se comprometerá a tomar las siguientes medidas: - Promover una legislación que tipifique el acoso sexual como delito y que sea considerado como agravante en la definición de la sanción de los delitos sexuales, el que haya sido cometido contra una mujer indígena; - Crear una defensoría de la mujer indígena, con la participación de las mismas, que incluya servicios de asesoría jurídica y servicio social; y - Promover la divulgación y fiel cumplimiento de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer.104 El acuerdo de Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas constituye un valioso soporte de la reforma educativa, en la medida en que proporciona orientaciones básicas para la formulación de políticas culturales y educativas no homogenizantes, orientadas a erradicar la cultura de violencia presente en la 104 Ibidem, II-B-1- a, b y c. 99 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala discriminación, la exclusión, la opresión y la explotación de las personas y de los pueblos. Y es que diversas expresiones ideológicas a través de las cuales se manifiesta la falta de solidaridad han contribuido a perpetuar la inequidad, bajo las formas de racismo, etnocentrismo y marginalización y sus correspondientes expresiones, incluyendo la discriminación reactiva, la sumisión y la opresión. Como lo afirma Stavenhagen, “La mayoría de los estados-nación se fundan en la hipótesis de que son, o deberían ser, culturalmente homogéneos” (…) pero esta idea generalmente se sostiene en premisas falsas y se invoca “para ocultar el hecho de que en realidad habría que tachar a estos estados de etnocráticos, habida cuenta de que un único grupo étnico mayoritario o dominante consigue imponer en ellos su visión propia de la “nacionalidad” a los demás componentes de la sociedad”. 105 Y es que, siguiendo el discurso de Stavenhagen, los objetivos e imperativos de los sistemas educativos generalmente “entran en conflicto con los valores, los intereses y las aspiraciones de grupos culturalmente diferenciados”106. Grupos que constituyen factores de poder, dominantes en el ámbito político. La formación y reproducción de estereotipos en favor de un “nosotros” y construyendo la imagen del “otro” se reitera de manera reincidente en la cultura dominante en contra de las culturas locales de grupos sociales con los cuales no compartimos muchas de sus prácticas y valores. De manera que el etnocentrismo, 105 Stavenhagen, Rodolfo, “La educación para un mundo multicultural”, en Jacques Delors, La Educación encierra un tesoro. UNESCO, 1996, pp. 293-294 106 Stavenhagen ,Ob. cit, p. 295 100 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala la sensación de ser diferente de los otros, se convierte en fundamento de la constitución del proyecto de una nación homogénea. Las implicaciones de la pretendida homogenización cultural, en nombre de la “ladinización”, de la modernización – o como se le llame- en el campo socioeducativo son cuestiones perfectamente visibles en la realidad guatemalteca. La educación intercultural favorecerá no solo el descubrimiento “del otro” sino la comprensión del otro para la comprensión del nos-otros La enseñanza de la interdependencia sociocultural demanda que las niñas, los niños y jóvenes puedan ponerse “ en el lugar de los demás” y comprender sus emociones, reacciones y sentimientos. La convivencia de grupos heterogéneos en el estudio y en el trabajo, en los juegos y en los deportes crea escenarios que pueden favorecer la interculturalidad. Pero no pueden esperarse resultados positivos per se. La relación se puede volver conflictiva sino se formulan reglas claras, un ambiente equitativo y proyectos y objetivos comunes. 107 El Acuerdo sobre Aspectos Socioeconómicos y Situación Agraria (1996): Se trata de un interesante planteamiento que proporciona bases a la propuesta de Formación Ciudadana, en el entendido de que la participación organizada de diversos sectores sociales le dará a la democracia un nuevo contenido, más allá de la democracia formal. En 107 Delors, p. 98 101 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala este acuerdo se perfila la propuesta de la participación social para lograr la concertación entre diversos sectores y de avanzar en el proceso de construcción de una democracia real, funcional y participativa. Para lograr tal aspiración, se afirma que son necesarias: - La concertación y el diálogo entre los agentes del desarrollo económico. - La concertación entre estos agentes y las instancias del Estado en la formulación y aplicación de las estrategias y acciones de desarrollo, y - La participación efectiva de los ciudadanos en la identificación, priorización y solución y atención de sus necesidades.108 En el Acuerdo Socioeconómico y Agrario se afirma que “las Partes coinciden en la importancia de crear o fortalecer mecanismos que permitan que los ciudadanos y los distintos grupos sociales, ejerzan efectivamente sus derechos y participen plenamente en la toma de decisiones sobre los diversos asuntos que les afecten o interesen, con plena conciencia y cumpliendo responsablemente con las obligaciones sociales en lo personal y colectivamente”.109 Destaca el valor de la equidad, cuando afirma que para fortalecer la participación social se requiere ofrecer mayores oportunidades a la población organizada en la toma de decisiones socioeconómicas. Esto supone admitir y propiciar todas las formas de organización de la población en las que tengan expresión diferentes intereses. Requiere, en particular, 108 Acuerdo sobre Aspectos Socioeconómicos y Situación Agraria suscrito como parte de los Acuerdos de Paz. I-A-1-a, b y c. 109 Ibidem, I-A-4 102 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala garantizar plena y efectivamente los derechos de las trabajadoras y trabajadores urbanos y rurales como de las campesinas y campesinos a participar como entes organizados en los procesos de concertación con el sector empresarial o a nivel nacional. Sin embargo, la cultura de la concertación no puede garantizarse “por decreto”. Requiere el desarrollo de actitudes de diálogo y capacidad propositiva. Para el efecto, deberá formarse una cultura de nuevo tipo, la cultura de paz, cuya ausencia relativa tanto ha afectado en el desarrollo político de las instituciones del país. Este acuerdo también proporciona un gran aporte al proceso de reforma educativa cuando plantea la necesidad de “afirmar y difundir los valores morales y culturales, los conceptos y comportamientos que constituyen la base de una convivencia democrática, respetuosa de los derechos humanos, de la diversidad cultural de Guatemala, del trabajo creador de su población y de la protección del medio ambiente, así como de los valores y mecanismos de la participación y concertación ciudadana social y política, lo cual constituye base de la cultura de paz”.110 En el mismo se destaca la propuesta de que se formule y ejecute un programa nacional sobre educación cívica, la democracia y la paz, que promueva la defensa de los derechos humanos, la renovación de la cultura política y la solución pacífica de los conflictos111 y recomienda que se fortalezca la interacción comunidad-escuela, para favorecer la incorporación de ésta y la retención de los niños al sistema educativo, haciendo efectivo 110 Ibidem, II-A-21-a 111 Ibidem, II-A-22-f 103 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala el involucramiento de padres de familia en los distintos aspectos del desarrollo educativo. Convertir a los padres de familia en sujetos del proceso, y particularmente de la Reforma Educativa, es un acierto que redundará muchos dividendos positivos y que a la larga favorecería en la desburocratización del sistema. El Acuerdo Global sobre Derechos Humanos (1994) Como parte del compromiso general de Las Partes firmantes del Acuerdo Global sobre Derechos Humanos, se destaca la necesidad de promover la reconciliación nacional favoreciendo en las áreas de reasentamiento y a nivel nacional, una cultura de paz basada en los valores de la participación, la tolerancia mutua, el respeto recíproco y la concertación de intereses. Esto implica desarrollar y fortalecer la democratización de las estructuras del Estado, garantizando el ejercicio de derechos y deberes constitucionales en las poblaciones desarraigadas, en todos los ámbitos de la vida: comunal, municipal, departamental, regional y nacional. Como parte del proceso de negociación se crea el Acuerdo de Establecimiento de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico de las violaciones a los derechos Humanos. Este acuerdo específico plantea la necesidad de: - Esclarecer con toda objetividad, equidad e imparcialidad las violaciones a los derechos humanos y los hechos de violencia que han causado sufrimiento a la población guatemalteca, vinculados con el enfrentamiento armado; - Elaborar un informe que contenga los resulta104 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala dos de las investigaciones realizadas y ofrezca elementos de juicio sobre lo acontecido durante este período, abarcando a todos los factores, internos y externos. - Formular recomendaciones específicas, encaminadas a favorecer la paz y la concordia nacional en Guatemala.112 En tal sentido, el informe de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico –CEH- Memoria del Silencio, propone que el programa comprenda medidas individuales y colectivas inspiradas en principios de equidad, participación social y respeto de la identidad cultural, como las siguientes: - Medidas de restitución material, para restablecer en lo posible la situación existente antes de la violación, particularmente en el caso de la tierra. - Medidas de indemnización o compensación económica de los más graves daños y perjuicios, como consecuencia directa de las violaciones de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario. - Medidas de rehabilitación y reparación psicosocial que incluyan, entre otros, la atención médica y de salud mental comunitaria, así como la prestación de servicios jurídicos y sociales. - Medidas de satisfacción y dignificación individual que incluyan acciones de reparación moral y simbólica113. 112 Acuerdo sobre el Establecimiento de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico de las Violaciones a los Derechos Humanos y los Hechos de Violencia que han Causado Sufrimientos a la Población Guatemalteca suscrito como parte de los Acuerdos de Paz. Finalidades, incisos I, II y III. 113 Memoria del Silencio. Conclusiones y Recomendaciones del Informe de la Comisión de Esclarecimiento Histórico, Guatemala 1999.p. 52 105 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala Al respecto, entre las recomendaciones propuestas en el informe se indica que los procesos de exhumación se lleven a cabo con pleno respeto de los valores culturales y de la dignidad de las víctimas y sus familiares, entendiendo la exhumación no sólo como un trámite técnico-jurídico sino, sobre todo, como una medida de reparación individual y colectiva. Asimismo, se indica que los cuerpos y restos de las víctimas sean entregados a sus familiares para darles un entierro acorde con la cultura propia de cada uno de los mismos. Un apartado importante de la memoria es la recomendación de que se difunda y enseñe el contenido del Informe de la CEH, en el entendido de que: “el Estado, como imperativo moral y deber suyo, asuma el contenido del presente informe y apoye cuantas iniciativas se pongan en marcha para su difusión y promoción”. 114 Asimismo, recomienda que el Gobierno “apoye y financie la traducción de las conclusiones y recomendaciones del informe a los idiomas maya, garífuna y xinca”.115 Muy importante es también la recomendación que señala que en la currícula de educación primaria, secundaria y universitaria se incluya la enseñanza de las causas, el desarrollo y las consecuencias del enfrentamiento armado, así como del contenido de los acuerdos de paz, con la profundidad y el método correspondientes a cada nivel educativo116. 114 Ibidem, p, 57 115 Ibidem 116 Ibidem 106 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala Esta recomendación como las anteriores fueron demandadas por varias organizaciones sociales y están contenidas en las propuestas curriculares de educación primaria y de educación básica. Y teniendo en cuenta la necesidad de comprender el papel estratégico de la educación a favor de una cultura de paz, el Informe de la CEH, formula las recomendaciones siguientes: - Que el Estado y las ONGs nacionales de derechos humanos desarrollen una campaña de educación sobre una cultura de respeto mutuo y de paz dirigida a los diversos sectores políticos y sociales. Dicha campaña ha de basarse en principios de respeto de los derechos humanos, la democracia, la tolerancia y el diálogo –como instrumento para la solución pacífica de las controversias-, así como la promoción del desarrollo y la libre circulación de información, con particular énfasis en el contenido de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. - Que el gobierno, mediante la reforma educativa prevista en los acuerdos de paz, fomente la tolerancia y el respeto y promueva el autoconocimiento y conocimiento del otro, para ayudar a romper las líneas divisorias socialmente construidas como consecuencia de la polarización ideológica, política y cultural.117 - Que las universidades y las demás entidades docentes estatales que impartan la enseñanza del Derecho, incluyan en sus programas de estudios, con carácter de asignatura, el conocimiento del sistema normativo de las formas tradicionales de resolución de conflictos. 117 Ibidem, p, 58 107 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala - Y que el Ministerio de Educación apoye la publicación de materiales impresos para la enseñanza que contengan los avances de la investigación sobre las prácticas de Derecho Consuetudinario118. Los acuerdos de Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas, Aspectos Socioeconómicos y Agrarios y el Acuerdo Global de Derechos Humanos proporcionan lineamientos que se desarrollan en la transformación curricular. 118 Ibidem, p, 61 108 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala 5 Bibliografía: 1. Acuerdos de Paz entre el Gobierno de Guatemala y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca. a. Acuerdo Global sobre Derechos Humanos, marzo 1994 b. Acuerdo de Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas, marzo 1995 c. Acuerdo sobre Aspectos Socioeconómicos y Situación Agraria, mayo 1996 d. Acuerdo sobre el establecimiento de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico de las Violaciones a los Derechos Humanos y los Hechos de Violencia que han Causado Sufrimientos a la Población Guatemalteca. Junio de 2004 2. Aldana Mendoza, Carlos. Ternura y Postura: la Educación para la Paz. Guatemala. FLACSO/ UNESCO, Colección Cultura de Paz, 2004. 3. Asamblea Nacional Constituyente. Constitución Política de la República de Guatemala 1985. 4. AGNUR, Resoluciones aprobadas por la Asamblea General, doc. A/RES/53/243, Octubre de 1999 5. Ardón, Patricia. La Paz y los conflictos en Centroamérica. OXFAM-CIDECA, Guatemala, 1998 109 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala 6. Avalos Lozano, María dolores y otros. Formación Cívica y Ética. No. 1 Fondo de Cultura Económica. México. 1999. 7. Formación Cívica y Ética. No. 2. Fondo de Cultura Económica. México. 1999. 8. Carneiro, Roberto, “La revitalización de la educación y las comunidades humanas: una visión de la escuela socializadora del siglo XXI”, en Informe Delors, citado. 9. Castells, Manuel et al, Nuevas perspectivas críticas en educación. Paidos, Buenos Aires, Argentina, 1994. 10. Céspedes Rossel, Nélida. Derechos de los Pueblos Indígenas y la Niñez. PRONICE. Guatemala. 1998 11. CEH. “Guatemala, memoria del silencio”. Conclusiones y Recomendaciones. Guatemala 1999 12. Comisión Pro Convención de los Derechos de la Niñez-PRODEN, Entre el Olvido y la Esperanza, Guatemala, 1996. 13. Competencias Ciudadanas: de los Estándares al Aula: Una propuesta de integración a las Áreas Académicas. Compiladores, Enrique Chaux, Juanita Lleras, Ana María Velásquez. Bogotá: Ministerio de Educación, Universidad de los Andes. Facultad de Ciencias Sociales, Departamento de Psicología y Centro de Estudios Socioculturales e Internacionales. Ediciones Uniandes, 2004. 110 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala 14. Convención de los Derechos del Niño (1989) 15. Convención Relativa a la Lucha contra las Discriminaciones en la esfera de la Enseñanza (1960). 16. Convención internacional sobre Protección a los Derechos de los Trabajadores Migratorios y de sus familiares, 1990. 17. Congreso de la República de Guatemala. Ley de Educación Nacional. Decreto Legislativo No. 12-91 18. Congreso de la República de Guatemala. Ley de protección integral de la niñez y la adolescencia. 2003 19. COPARE, Diseño de la reforma educativa, Runuk’ iK Tijonik, Guatemala, 1998 20. De Cazali, Lilian y otros, Perspectivas de los jóvenes sobre la democracia en Guatemala. FLACSO, Guatemala, 1998 21. Declaración sobre Derechos Humanos de individuos que no son nacionales en el país donde viven, 1985. 22. Declaración Universal de los Derechos Humanos,1948 23. Delors, Jacques. Informe de la UNESCO: La educación encierra un tesoro. UNESCO, 1996. 24. DICADE- Ministerio de Educación, Nivel Infantil. Manual para la implementación del Currículo 111 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala para los niveles de Educación Inicial y Pre primario. Guatemala. 2002. 25. El sistema educativo a examen- Cuadernos de Pedagogía No. 326, España, 2003. 26. Escartin Maggie. Programa de Prevención de Abuso Sexual a Menores. Quien Soy Yo. Manual de Desarrollo de Conductas de Auto-Protección, Cuaderno divulgativo No. 33. PRONICE. Guatemala, 2002 27. Programa de Prevención de Abuso Sexual a Menores. Quien Soy Yo. Manual de Desarrollo de Conductas de Auto-Protección, Cuaderno divulgativo No. 34. PRONICE. Guatemala, 2002 28. Programa de Prevención de Abuso Sexual a Menores. Quien Soy Yo. Manual de Desarrollo de Conductas de Auto-Protección, Cuaderno divulgativo No. 35. PRONICE. Guatemala, 2002. 29. Farías, Pablo, Experiencias del refugio en Centroamérica: problemas de salud mental y psicosocial, p. 58, copias, s.f. (inédito) 30. Fundación Rigoberta Menchú. Guía Temática. Educación Cívica. Guatemala. s.f.p 31. Guía Didáctica y metodológica. Educación Cívica. Guatemala. s.f.p 32. García, Herminia y Darío Ugarte, Resolviendo conflictos en la escuela. Manual para maestros. Cuaderno Pedagógico No. 23. Guatemala, 2002. 112 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala 33. González Casanova, Pablo y Marcos Roiman Rosenman, Democracia y Estado en América Latina, ISBN )&(-36-5039-2 Carece de datos editoriales y fecha 34. H.C.F.Mansilla, “Intelectuales y política en América Latina”, en Wilhelm Hofmeister y H.C.F. Mansilla (ed), Intelectuales y Política en América Latina, Homosapiens-Konrad Adenauer, Argentina, 2003. 35. IDEI/Save The Children, NORUEGA. Acciones Estratégicas del Protagonismo Infantil. Micro Región Mam. Quetzaltenango, 2003. 36. IIDH. Promoción y Defensa del Derecho a la Igualdad, justicia, desarrollo y respeto para las personas que viven con VIH/SIDA. San José Costa Rica. 2003 37. Informe interamericano de la educación en derechos humanos. San José, Costa rica, 2003. 38.Educación en derechos humanos. San José, Costa Rica, 1996. 39. Conversemos Sobre los Derechos Humanos. IIDH/UNESCO. Colección Libro Escuela. San José Costa Rica. 1994 40. Jares, Xesus S., Educación para la paz, su teoría y su práctica. Editorial Popular, Madrid, 1999 41. La Educación en actitudes y valores. Dilemas para su enseñanza y evaluación. Felipe Trillo (coord.)- 1ra. Ed.- Rosario: Homo Sapiens, 2003. 113 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala 42. Margarita Bartolomé Pina, “Identidad y ciudadanía en adolescentes.” en Encarnación Soriano Ayala (Coord.). Identidad Cultural y ciudadanía intercultural. Editorial La Muralla, España 2001 43. Maddox, Richard, “Cultura, escolarización y política de identidad de clase en un pueblo andaluz”, en Revista de Estudios del Currículo,Educación Cívica. Ediciones Pomares, Barcelona, España, 2000. 44. Ministerio de Educación/Sub Comisión de Transformación Curricular. Comisión Consultiva. Marco General de la Transformación Curricular y Currículo Básico para la Educación Primaria Nivel de Concreción Nacional. Guatemala. 2003. 45. Ministerio de Educación/SIMAC/DICADE. Manual para la práctica de Gobierno Estudiantil en el nivel primario. Guatemala. 2002. 46. Ministerio de Educación/SIMAC. Gobierno Escolar. Una Educación para la Democracia. Modulo No. III Materiales de Autoformación para maestros y maestras del nivel Pre-primario y Primario. Guatemala, 1997 47. MINEDUC/SIMAC. Lecturas de orientación moral y cívica para la convivencia democrática y cultura de paz. Guatemala, 1995. 48. La Escuela y la enseñanza de Valores. Materiales de Autoformación para maestros y maestras del nivel Pre-primario y Primario. Guatemala, 1998 49. Ministerio de Educación. Programa Nacional de Educación Cívica y Valores. Manual de Activi114 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala dades primaria. Guatemala. 1999 50. Ministerio de Educación Nacional de la República de Colombia. Formar para la Ciudadanía. Sí, es posible. Colombia. 2004. 51. MINUGUA, IX Informe sobre la aplicación de los acuerdos de paz. Guatemala, 2004 52. Molina T, Lucrecia, Campaña educativa sobre derechos humanos y derechos indígenas, IIDH, San José, Costa Rica, 2003. 53. Molina Iturrondo, Angeles, Niños y niñas exploran y construyen. Universidad de Puerto Rica, Puerto Rico, 2000. 54. Organización Internacional del Trabajo. Convenio No. 169 Sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes, 1989. 55. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, 1966. 56. Palma, Gustavo y Alejandro Flores (editores) Los contenidos de los cursos de Estudios sociales en el contexto de la reforma educativa: aportes para el debate. AVANCSO-CNEM, Guatemala, 2000. 57. Los contenidos de los cursos de Estudios sociales en el contexto de la reforma educativa: Ponencias. AVANCSO-CNEM, Guatemala, 1999. 58. Programa Educativo del niño, niña y adolescente trabajador. Curriculum Educativo Alternativo. Guatemala. 1998. 115 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala 59. Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. Desarrollo humano y pacto fiscal. PNUD, Guatemala 2002. 60. Priestley, Maureen. Técnicas y Estrategias del pensamiento crítico: Actividades para motivar el pensamiento y enseñar a pensar; Aprendizaje a través de Grupos cooperativos; Evaluación de logros del pensamiento crítico; papel de los padres y profesores en el desarrollo del pensamiento. México. Trillas. 1996. 61. Tunnermann B., Carlos, La enseñanza de los derechos humanos en la educación superior. CSUCA, Guatemala, 1994. 62. UNESCO. Aprender a Ser. Alianza Editorial, España, 1976. 63. Declaración y Plan de Acción Integrado sobre la Educación para la Paz, los Derechos Humanos y la Democracia, 1995 64. Informe Final del Foro Mundial sobre la Educación, Francia, 2000 65. Declaración Mundial de Educación para Todos, Senegal, Dakar 2000. 66. Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural, 2001. 67.Marco de Acción de Dakar: Educación para Todos, UNESCO, Paris, 2000. 68. Manifiesto 2000, año Internacional de la Cultura de Paz 116 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala 69. La educación en un mundo plurilingüe, Fundación El Comercio, Quito, 1998, Paris 2003. 70. Pronunciamiento Latinoamericano sobre “Educación Para Todos”, 2000. 71. Proyecto Cultura de Paz. Mesa Intersectorial de Diálogo sobre Cultura de Paz y Reconciliación. Guatemala. 2004 72. OEA/ PROPAZ. Mesa Intersectorial de Diálogo. Cultura de Paz y Reconciliación. Documentos de consenso. Guatemala. 2004 73. ODHAG. Ley de Protección Integral de la niñez y la Adolescencia. Versión didáctica. Guatemala, 2004 74. OEA/PROPAZ. Un Camino hacia la Tolerancia y la Reconciliación Comunitarias. Reflexiones iniciales del Equipo de OEA PROPAZ, 2da. Ed., Guatemala, 2000 75. Memoria, verdad y esperanza. Versión popular del informe Guatemala: Nunca Más. Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala y Proyecto Interdiocesano de Recuperación de la Memoria Histórica. Guatemala 2000. 76. Proyecto Cultura de Paz en Guatemala. Memoria de Labores. s. f. p 77. Radda Barnen de Suecia. El trabajo Infantil. La historia de Ana y Carlos. 1ra. Ed. San Salvador. 1997. 78. Reardon, Bety, La tolerancia, umbral de la paz. 117 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala Vols. 1,2 y 3. UNESCO-Santillana, España, 1999. 79. Rodino, Ana María. Educación para la vida en democracia: Contenidos y Orientaciones Metodológicas. Instituto Interamericano de Derechos Humanos. San José Costa Rica, 2003 80. Sub Comisión de La Transformación Curricular-Comisión Consultiva, Marco general de la Transformación curricular y Currículo Básico para la Educación Primaria: Nivel de concreción nacional, Guatemala, 2002 81. UNICEF. Educando para la paz. Memorias del taller. Alta Verapaz. 2002. 82. La Voz de los niños y niñas de Iberoamérica. Bogotá, 2000 83.Valores para Vivir. Un programa Educativo. Manual para Educadores I. 3ra. Edición. Barcelona. 1999. 84. Valores para Vivir. Una guía práctica. 3ra. Edición. Barcelona. 1996 85.Educar para la vida. Los niños queremos vivir en paz. Dirección Regional de Educación de Ayacucho. Perú. 1996. 86. Us, Pedro, “La reforma educativa: un proceso para la transformación social”, Guatemala, s.f. (fotocopia). 87. Zepeda López, Raúl y otros. Formación Ciudadana. Ministerio de Educación III– MINEDUC/ 118 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala DICADE. Proyecto Cultura de Paz de UNESCO. 2005 88. Zepeda López, Raul y Edgar Florencio Montúfar. Formación Ciudadana. Ministerio de Educación – MINEDUC/DICADE. Proyecto Cultura de Paz de UNESCO. 2004 89. Zepeda López, Raúl y Marta Esperanza González, La construcción de una cultura posible: transformación y resolución de conflictos. CENDEP, Guatemala, 2000. 119 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala 120 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala Entre los fines de la educación en Guatemala se destacan los siguientes: 1.“Proporcionar una educación basada en principios humanos, científicos, técnicos, culturales y espirituales que formen integralmente al educando, lo preparen para el trabajo, la convivencia social y le permitan el acceso a otros niveles de vida.” 2.“Cultivar y fomentar las cualidades físicas, intelectuales, morales, espirituales y cívicas de la población, basadas en su proceso histórico y en los valores de respeto a la naturaleza y a la persona humana.” 3.“Formar ciudadanos con conciencia crítica de la realidad guatemalteca en función de su proceso histórico para que asumiéndola participen activa y responsablemente en la búsqueda de soluciones económicas, sociales, políticas, humanas y justas.” 4.“Promover la enseñanza sistemática de la Constitución Política de la República, el fortalecimiento de la defensa y respeto a los Derechos Humanos y a la Declaración de los Derechos del Niño.” 5.“Fomentar en el educando un completo sentido de la organización, responsabilidad, orden y cooperación, desarrollando su capacidad para superar sus intereses individuales en concordancia con el interés social.” 121 La educación en formación ciudadana y la cultura de paz en Guatemala 6.“Desarrollar una actitud crítica e investigativa en el educando para que pueda enfrentar con eficiencia los cambios que la sociedad le presenta.” 7.“Promover en el educando actitudes responsables y comprometidas con la defensa y desarrollo del patrimonio histórico, económico, social, étnico y cultural de la Nación.” Congreso de la República de Guatemala. Ley de Educación Nacional. Decreto Legislativo No. 12-91. 1991. Artículo 2º. 122