Paz - Preliminares sobre la transferencia

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~(O)NWlllAN§~ffiilll]NCI1&
RAFAEL PAZ - JEAN BERTRAND PONTALIS
Il''JP{J"Jtf:JTI:Ytllff<IJ,,,JPJ.JE§ §i(DJIBJPUE
ferencia, indagar en las configuraciones propias y específicas de!
proceso y del ca1npo analítico.
([X\JJl'J'1flllK1Tlr!iU~1§,JFJEIJíill:I'<J~
J)e esta 111anera se in1pide que quede n1asívm11cntc volcado e!
asunto del lado de la subjctividnd del analista, y, en el cxtrcrno,
co1no problc1nas a resolver rcn1nnentes de Jo inac<\bado de su
análisi$, pennitiendo abrir la cuestión en profundidnd y cxccnirarki
ta111bién teórica1ncnte.
A pri1nera vista Ja contrntrnnsfcrc:1cin se 111uestrn con10 un _
H.ccordcn1os ade111ás que si bien en terrenos tan hondainc11ie
concepto subordinado respecto <le aquellos que suelen consid_prnr- . atraves:idos por resiste11cias es neccs<irio una y otra vez volver n
se nucl~ares en la cstn1ctura tcóricá del psicoanálisis.
,
insistircnverdndescleinentales, el progreso teórico nosc logra sólo
Estocsevidcntesi,porcjcn1plo,ladeftnímosco1noresp~1esta
por esa tarea, sino al rcsitunrlas en el nivel de 1nayor dcs0nol!o
del anali~ta a lns transfcn;ncias del an1lizado.
,, alcnnzado por este en sus fonn11lnciones 1netnpsicológl~~s y c!íniSolución fonnahncnlc ilnpecable, pero que con facilidad cas.
arrastra un supucslo cno11ne: podría no tener lugar o acontecer de
Esto quiere <lccir que a nuestro juicio hay progreso en el
nH1nera episódica o circunslnncial, trnbando el soste11in1ientoade- psicoanálisis - y nnturahncntc regresiones - para definir el cual se
cuado ele la atención flotílnle.
' · · hace necesario ton1ar partido por sus cuestio•1es y silu~r las cotns
Deesle n1odo nos hulla111os de pleno en la 11H111cra tradicional que se jJicnsrin con10 puntos de liegndn.
de concebir la cuestión, es decir, con10 perturbación a supcra~rH1ra
Pcnsruros que las conccpciof\cs de proceso y cnn1po ~n:df!i~
recuperar la' objetividad 1110111cnláne.1mentc perdida.
,
co, que incluyc11 los espacios del analizando, del nnalis:_a, l<ts zonas
Desde aquí sr. desprenden entonces naturnln1cnlecons(:cuen- ' de interrelación o fu$ión, a su vez estratíficndns, tcn1poraliz;1d0~ e
cias pedagógica'.', ton1cn la fhr.na que to1naren, _conducenlcs a interpretable;:; co1no texturas fnntasn1{1ticns, Jas que pcnniten rccu~
rccupcn1r la ncutraikhid dt:janUo de lado o superando el rnrnpa1nienlo pcrnr n11;ltitud de ideas ~ccunda'i que pu lu Jan nnorgiin icn1ricn1 e o se
circunstancial.
·
enquistmi de 111odo dog1l1útico.
Incluso, si !acosa es parlicu lannt.'11Ü~ intensa, por un C\~ntunl
Asun1iéndolns~ Ja profundidad del co1npro1niso pcrson;i! y
·
-_¡-,, - ·'
los1nodos dc:exposici6ndel nnr1listaen el n1ovin1íento transfcrcncb.1
retorno al propio m~filisis.
Un anhelo de objetividad :encotniable y una ética'. de la ·, .. no quPdanío c.·01·;,o actitudes exislr.nci;;.lcs valiosas o s<Jcrificnd;1s
abstinencia, tanto en su fonna111;\s elc1nentnl cuanlocon1oevi1ación "!:iiiO con10 circ1!11Sfn.11cias sobreder..~! 1ninadas que der!crrt11 c;n
del uso del espacio analítico para las ilu1llinaciones person~le_s. del ínstr1ane11tos posibles de OfJerocióti c!f:1!ca.
psicoanalista in1prcgnan estas ideas.
,
' La nuu1cra de cncnrnr la cuestión de la confrllfransfen::n~
Lo cual nn es desdeñable.·
ti~ traduce por ello I~ for1nn '·de aproxim~clón ni proceso
Pero· si insuficiente, j,ues si achnitir ta resonancia en profunM analítico en su glohalida<l y los tnodQS de r.onccbirl~ csti-uctnrn
didad de las asociaciones libres en el analista continúa siendo un del il1conscicnic.
recordaJorio útil para· quienes se hallan abroquelados en t'na
Y tmnbién el sentido de lo rcpar::ilorio, vital y gozoso en una
asimetría defensiva, dejri.i.- lá. "cosa.allí hace que la problc1nática no -· enÍprcsa que confía en los frutos terapéuticos de la aproxhnncíón
1nuestrc sus facetas n1ñs críticas y a la vez fecundas : las· elaborativa a fas verdades reprí1nidas, alojadas en fantnsrná!icns
contratransfcrencias co1no e1nergen1es intrínsecos)'. constan les_ de - ···que las tn1nsferencias ponen en juego.
la estructura básica del carnpo transferencia!.
··~ Pues si la cuestióil de la contr::ttr:insfcrcncia está en el fondo
Si adn1itir la existencia de fénó1neri9s contratransferenciales . equiparada con lo a evitar a toda Costa o incluso a ndrnllir a
. se ha vuelto casi un _lugar_ co1nún en el psicoanálisis_ no se t_rata____ regafiadlcntcst una n1asa enonne de n1ateriai potencial~
entonces deabundaren-~!10 1 sine, desde el á1~gulo·dClacon~111t~nns-:o·'-- -hlas o n1enos a tientns,·n1~ o n1enos Jl1dica1ncnte, está condenado .
JLA
. z©1~1\ - - - - - - - - - - -
Enlendc111os por contrntransfüreneia In nc1lvaclón de vl11c11°
Jos y fantasfac; pri1nnrias, reconocible- por sus efecto;;, St:sc!!:1da en.
el anal is ta a partir de lo 1nani festado por el anallzándo en un proceso
annlltico constilt1klo o en vlas d_~rgcstación.
Esto supone varias cosas:
a) Qtlc no es nlgo circunstancial ni n1enos nún c>:ccpciu~
pri11rnrit1 !lg loi rln~11lni )' Ílllilllilll~ ~\!••ltnclu; •• ~rucinl, pues
·<le hecho sien,prc, en alguna 1ncdida, so1nos afectados por lns
con1unicaciOnes del paciente, lo cual no quiere decir <¡ue sie111pre
se abran o rocen los aspectos tnás guardados.
En otros ténnino:s: no toda respuesta en1ocional - cxan1inada
en e! <...orh: siíuaciona! y en el nh·cl regrcsii·o actil•adn -, es
contratranstCrc11cia, aun cuando obvia1ncntc puedan existir reso-
Se trata de In n1oviiización aleatoria de aspectos disociados
del analista situado en una posición regresiva potencial, produclo
de la situación y fhvorecída por la alenciónflotanle.
Exprf'.sióil n1uy sintética, esta ú!thnn, pues da cuenta de una
con1p!cja a1npliación personal, desde la cual la neutralidad se
reconstituye una y otra vez con10 resultante necesaria del prdc.:cso.
No se trata de una función aislada, sino que proviene por
afiadi<lura desde la elaboración y es doblc111enle estruclurante: del
can1po y del ojo 111ultifacctado del analista, contribuyendo 111c<lianfe la reiteración de experiencias de pérdida y Jecupcración de su
apertura, a scdin1cntar la identidad de aquel.
.
Atención ílotnntc es una dcno1ninación si1nplc y dc111asindo
<iecptnda para una función cotnpk~ja.
Introducir el cjc de la conlratransferc1lcia de n1odo sistc111útico en la consideración del proceso annlflico :supone recobrar su
prob!c1nalicidad, pues aquella constituye una de las causas fu11cla1nentaies de su variación; y ciertos rangos de ésta-y no su ausencia
~define la 1ncntada neutralidad.
ll) La conlralnHlsfc1·c11cia siclnprcsc iuicia conio dific~lw
tad, pero el destino que el n1ovÍ!niento tenga obedecerá a f.1ctorcs
c¡ue dependen crccicnte1ne11te - en. ténninos tanto del proceso
cuanto de la evolución personal del analista - del 1nodo en que se
tra1nitc.
[)e niH la verdad irrefutable de conccbÍI la co1110 problen1a, y
tmnbién lo i11corrcc10 de auto1nátic::u11ente ponerln co1no algo a
cliininar.
La con!ratransfcrcncia co1no circunstancia afectivo rcprescn!acional do111i11ante es n1on1e11fo inexorable en la confígu~
ración de un cainpo psicoanalítico que aspira a la densidad 1nayor
nlcan1.ablc y no ni 1níni1no coinún denon1i11ador <le un eslñdo apto
para opcracionc5 de csclarcci1niento.
·
Esto no es en nbsoluto rcprobablcco1no intención 1nclódico~
tcr~1péutica de otra índole, pero nos csta1nos refiriendo aquí a lo
necesario pnra dar lugar a un ¡Jroceso analítico y a las suceslvas
aperturas a !o disociado y rcpri n1ido que requ ierc para su desarrollo.
Concebir a las resp1.1es!asc1nocionalcsdcl ladodt:i analista de
1nanera unívoca corno con1plicación índcscada conduce.a un
111acchielfru11iento y una con1pactacíón en ei rol que si bien pueden
tener eficacia sugC:sliva y hasfa cierto punlo indagatoria, crean un
dispositivo intcrprctantc robotizado.
,
En rigor, se trata de una compulsión racíonalizadora, erigida
~sobre núcleos de on1ni potencia que tienden a sofocar la aneustia del
desccntnuHicnto inesperado.
...
Estilos anaHticos poco penneables a la consideración de la ,
contralransfercncia en los ténninos que lo hacc1nos no excluyen el ·
procesa1nic11to de 1nateriales y la activación de 11(1cleos reprÍlnidos
pero desde un proyecto cuya rcsuitanlc es la sun1isión crónica tipo
cspcra"dc-la~palabra o, invcr!'íln1entc la a1Togancia interpretativa, .
por introyccción de un estilo distante y unifom1c.
C) La precisión en In definición dada en cunuto
;1
lo
z0NA
'J.¡
lo onírico que ~ucdc sobrevivir.
nancin..<; c:l nivcli.:s pri1narios.
f>) l...;1 hnplicaci6n «ontrntr;n1sfcrcnci:iJ, pur :su. índole
1nisn1u, put'dc dcsr_o;!ructurnr la tr:unn s.1,1hlitn11t_ori:1 y de Con.
· Fj i\·1:u1tcnct"disponihitid:tá contr aln1nsfcrcnci:1 l rcquic-
re y e.xart:.11ncnf c..~ en l.1 fíncri rcgin de f1i'r l•Ía di levare, poner en
tcnri6n p:1sional que el psicoan:ilisis necesita, ·y cuya cxprc,sión rcsonnncia iilcluso las reacciones profundns )'oscuras con !ns
extrínseca, necesaria pero no suficiente, es el erlcuadre.
clahor:tcioncs que ei1 Ja c.nbcza del analista,sc van dando,$0-stcSi aquello ocurre podría pensarse co1no un tipo de regresión
nicndo, co1no diji1nos, Ja cxcentrnción del nitrcisis1110 y las
no Util, que disloca el pensa111icnto onírico hncia el lado de la autoscopias exccsivac; a pa11ir:de una pr.rspccliva de ca1npo.
acción, con la eventualidad de encr, desde un punto de vista
Lo cual supone que no se tratn de ugregar nnda, sino <le
tr::1nsfcrcncinl~ en la 1.ona de las pesadillas.
pcnnitirquc lo existente dentro de uno se 1nnnifieslc tr11nbién, en el
De esto se trata. en cfcCto, desde el punto de vista del {unbilo peculiar de una í11tcrioridad personal elnbon:itiva espccffic;i.
lJno de los problen1as que enfrentnn los psiconnnlistas a!
pcns:unicnto, pues nos halla1nos frente a lanctivación hnagoicaque
invade la rcalidnd (de la atención flolnntey las posibilidades lúdico; con1ienzo- sien1preprolongado-de su experiencia, es el intcn!o de
-creativas) y c:orrc.>lativarnente cerca de la contrnaclunción.
· constituir su identidad por stunntoria, sea de teorías, 1noclrilidridc;;,
Esto n1uestraque pensar la contrntransferenciacotno e:dslen-: en1blenu1s, tics, c.unndoen rigor todo ello decanta Yse rcfonnu!a en
tccscncinl ycon::;titt1th·odel cn1npoannllticonosuponccnlro11i1. arln~_ estilo personal por siinplificnción y apcrturn.
co1110 vísceras de aves interiores que den !ns clri"ves ele lo dcscono- ·
Por el rigor es indispensnblc, pues no se traln de coln1;1r
cido, o!orgando <L<>Í el lugar que les corresponden las prevenciones exigencias 1nctodológic<1s con bonhon1!ay disponibilida:I <lfi..;ctiva.
clñsicas sobre In 111is1na.
virtudes sin duda lnncgablC's ynctunhncntccscasns, sino de lr<1l11üar
Pcro,dialéctica1ncntc.nprovechnndosu riquern indic;a/-por d_cntro de si h1$ respuestns n los esi.ftnulos 111últiplcs que reci!Ji¡¡10:.-:.
eso dccímnos "... reconocible por sns efectos ... " en la definición de
G) EYitnr la perentnrie<(ad para sacnr de si aunque sen bf\.io
nrriba ~ lo cual requiere contención y claboracibn siendo sól.o_ íonnns sofisticndatnentc interpretativas lo que· pulsa a p:irlír de
cxcepcionahncntc pnsib!c de lectura dirccla.
hnpregnacioncs n1asÍVflS o sutiln1ente pcnctrnnlcs, continú~n sien~
E) i ...n instrutncnfnción de In ronfrafr:1nsfcrcncia sóló. es., do a_dvcrtcr.cias útiles qt1e niucve:n a la pru1lcncia y ponen s0hre el
posible en segund:1 instancia,
tapete· las_ ~en1acioncs de contraacll1ílr 111cdianle fbnnas de saber
La rc!tpucsla fl Ja con1u11ícnción del ~naliznndo que nos conipulsivo o liquidando el "tiining" a través <le un ping pong
111oviliza con cierta hondura sie1npre es sorprcsiva~ de allf que_ reintroye_ctivu.
requiere ele una r{!cupcración - en todos los sentidos de la ¡ialabn1
l·I. Jl·~ckcr.• a quien ~Hnto dchc1nos en este tcnt<1 - y n.fárlinri
-par~ que se vuclvn eficazcon10 intuición cle1ncntn! oco111pre11sión , en Ja n1~~ra de _p~nsnr el p~icrr;,nfllisf~; - fue 1nuy clnro en este
r,espec'to.
global intcrprclnblc,
llnn secuencia csq11cn11iticn puede trn7,nrse:
_No po,dcn1os extcndet:nos nuis
este pnnlu, ¡icro rahc
- respucsl<1 c111ocional profunda { no neccsarin1nente , scii.n!nr tres nsp_cctos in1porlnntrs:
avac;nllantc}, y en cicrln proporción cnig111álica;
'
' t.- Los efectos annlílicos, es clccirnquel!os que llcvnn, por las
- los scntin1ic11tos y repre.S:Cnlacioncs suscitados, ya sea por, fai::ilitncioncs inherentes a la propia condición de nna!i1_;11Jo$ y !'.is
\·olear el pcn.smnicntn del analista hacia sf n1isn10 o hacia el pcn11eabilidades_regrcsiv•11n~ntc nu111cntn1lai;, a que el an<Jli~~a se
analizando co1110 "persona", conrnucven, pcrtt1rban o francan1entc_ interrogueSobresi, no son pasibles_ de una clabor;icifin extcndidG í11
dislocan el lugnr de observador participante;
__ , situ, sal_vo e~cepcionnhnentc.
- se hace necesario elaborar ti!gún tipo de inlervcnción para
¡, · 2.- .Las contrtitransfcrencins rcpudindns retornan negativ<lrccobrarse del involucnunicnlo.
·
1nentc,-con nHls lller1....1o1nalig11id<td, pcrt11rhnndo o.s(cnsi!1lc•nc:11tc
- cunndo esto se logra se cvidc11cia un avnnce y un<1 consoli~ o si~ndoprecinladas en núcleos pcrso1i<1.lcs o gt:nncncs <ic b;lln;1ncs
d:ición de todo lo que soslicne el proceso nnalftico co1no algo. (1..,l.y \V Bnranger) en el ca1npo annHtico.
vnlioso a preservar c11 sí n1isn10.
3.~ La !coda klcininna y posklciniana (f3ion, ivtellzcr) de !:1
Eslc doble cnrílclcr, de <1lgo prof11ndan1cntc inherente a la' " identificnci6n proyectiva es esencia! parn en!cndcr In 1nicroscopia
situ<1ción nnalític;1 pci'odcsli7,.1blc hncia el polo de la liquiclnción de ' ,,de estos procesos.
In 1nis1n_a por unn pcrson::ili7.ación sín1c!riz.m1tc es cnractcrístico de
, . Il) Fiuahncnlc,cabc rccnpcraraquíla í:1.n1o~a cncsfi1in dt
Jos n101ifentos contrairansfercnciales.
la 1lSfn1cfrífl, señalando c¡u~ nos pcrn1ite la1nbién 1nostnu su no
Sí eF'Sesgo enig111ático se profUndiz..a , puede conducir a 1a··, _:_ecuación con In superioridad sino con un co1npron1iso sostenid0 en
rcn1oción de algún balun11c conslituído o en vías de constitución que las respuesta<; ernocionalcs del analistn sCan situ<lclns en e!
pero t:a1nbién, si' bac;c11ia exccsfvan1e11te del lado del analista, a un
horizonte del proceso y de la interioridad del nnaliz.ndo.
ejercicio re1ncn1orativo o de in!rospección fuera de lugar.
Estos dos aspectos operan como polos de tracción y corno
Pues, co1110 ya dijin1os. el v;1lor de estas cxpcricncins para nor11u11fl'h/ad ,·fe luKar J'fitnción entre ideal y superyoica c11 los
profundizaren el propio análisis, co1nosuefesoslenerseyconrazón pri1ncros ticn1pos de la fonnación de un analista {nos oci1¡,mnos de
por parte de quienes suslcnt:in una posición favorablcn la considc- él en su nnftlisis), pero la experiencia acu1ntdada, que rccogfr1111os
ración de In contrntransfercncia co1no complicritión fer.undn~ arriba con la 1netflfora ocular~ pcnnite paulatinn1ncn1c ngregar el
no supone invertir el sentí do del proceso y f..1voreccr· un s_aHo: placer de la cxcr:nt.rnción al salir interpretativn1ncntc (Dcutungl de!
cualitativo en el baJ;lnce regresivo del nnalista.
involucr<unicnto.
Enestepuntodclicndocnclcua!'cabedifcrcnciarlaintuición
Lo cual consolida la especificidad rcparaforia y
y laoscuradenSidad <le sus raíces- lo enigJiiátiCó qucdccfri1úÓS'~~-de~.~·- snblirn:1toriri dcJ psiccmniilisis )•la propia identidad en referencia
la iivr,pin_ación y estados de trance o shnil::trcs, la otra di_s~orsíón .!e n unn pr:txís.
en
z(9NA
· 1rnnsícrl'1J•iQ, "m1wencrlíl ij fªYA" ~. §i hubiern necesidad, si el
autoanátisis- no fuera suficiente, volver a e1npezar, asearse un
pÜco. ¡A·f~!ta de una asepcia.Íotal, por lo menos sea1nos liinpios
nasqt.ros 1_nis1nos!
·
JE
A las generaciones siguientes les corresponderá llevar a
_ cabo, parri la contratransferencia, una evolución co1nparabJe a la
··:·,que realizó Freud con respecto a Ja transferenciá: obstáculo,
después incentivo (aunque las cosas, ya lo he1nos visto, sean
'~enos si1nPles).
.
.·)
A cite respecto podríamos hacer un paralelo entre dos
--·;¡rtículos dQ mujeres psicoanalistas. El de Ida Macalpine, que
produjo u1_l gran efecto cuando apareció (1950): la transferencia
no es el ·único hecho del neurótico, de su "disposición a la
· transferencia"; se produce por la situación, inductora hasta en el
.setting, de la regresión. El otro, de Pau!a Heitnann (del misino
'~afio), que.en la actualidad nos parece n1uy tímido pero que dejó
- · huella-.porque preconizaba-la utilización de las "reacciones
e1nocionales" del analista en la interpretación 1nis1na. No es
seguro que esta n1anera de ver vaya a contradecir. con10 lo
; sostiene Paula J-.Iehnann, la concepción lla111ada clásica del
Si la transferencia es aquello por Jo que se expresa lo
analista c~ino superficie proyectiva, espejo, pantalla. Más bien
"esencial", si la partida se gana o se pierde en ese terr~no, con
le asegUraría una extensión, de tal manera que el analista pasara
toda n~tura!idad eslainos obligados a plant~µr Ja espi11osa pre~ a ser ynp._-película ultrasensible y dejara de ser sola1nente ese
gunta de la contratransfcrencia. Espinosa porque oscilan1os
block d(!. ~iotas mágico que registra y almacena inscripciones.
entre dos actitudes entre las cuales no se pu_t;!de escoger. Una,
'Sin eiTibargo.se_.presenta,el riesgo -el de una colusión, de
que se considera "rebasada", que no ve en la Contratransferencia una mezc-planza-_y se cOmpr,ende la prudencia de Freud. ¿Algun1ás que la interferencia de la necuación persplial"~ que.hay que nos partÚlarios :acUvos de '.Ia -Contratransferencia no tendrán
corregir en el acto, del analista: si éste:-: pasó pof análisis · , propós_ito-s_:de este. gér)ero? tMe aburrí.hasta Ja muerte. en .esa
11
profundo'1 , apenas perciba una 1nanifestación sesió_n_;_'as_í pues.el paciente'se propone 111ortificanne11 , o: "l'vfe
contratransferencial, para cortar de tajo sus efectos debería
vino'·'a !á :'n1ente; un fantas1na erótico, así pues él (o ella) se
pr_opon.é·(!-XCitanne". Acción inÍnediata directa, trans1nisión sin
apresurarse a referirla a sus orígencssubjctivos, auxil iándosede
las virtudes del autoanú!isis. La o~ra concepción, que prevalece . róde_os,. .contaminación. E1nisor-rcccptor, agente-paciente, uno
en la actualidad -¿acaso no se exige del estúdiante que pide la
se pierde en esta relación que Jnerece entonces calificarse
l!anamen_te de dual, en donde no sabrian1os discernir el tuyo del
validación de sus exá111enes que haya percibido bien su contratransferencia y que haya sabido utilizarla bien? esto. se ha ' n1ÍO, ni d~tenninar cuál es eJ,reflejo 'del otro.
convertido en un criterio-, considera cornponcnte funda1nental
t:n. ~n texto ya viejo -"Le n1ort et le vif entrelacés" ["El
de todo tratan1iento que lo que procede del analista viene n1enos m11ert_o y el vivo entrelazados"]- intenté discernir precisamente
a 1nodificar que a infonnar la relación. ¡Sle111pre la relaciónt lo qu~,,ab~rca Ia palabra "contratransferencia 11 • Ahí diferenciaba
Después de todo es rnuy cierto que uno no dice las 1nis!J1aS cosas
cua.tro u¡yeles en igual número de palabras susceptibles de dar
y sobre todo que no las dice de la 1nisma rnanera dependiendo _un_a)01ag~n 1nás que un concepto: empresa, sorpresa, presa y
del intCr!ocwtor: a éste hay que tratarlo con mírarni~ntos (es , , 'dominio.
,
--<-,;:,-,-:-¿Qué es la 11 en1presa"? Lo que nos ha llevado aconverfi'ágil), a aquél hay que atacado (está blindado, busquen1os la
fisura). La experiencia de los análisis sucepi_vos es e!p9uente ~ · tirno,?, ~n analistas y sobre-todo lo que nos e1npuja a seguirlo
si~n,dq: A- esto no puede haber~ás que respuestas muy personaeste respecto.
les que no sabríamos abarcar, como se quiso hacerlo en algún
Pero ¡cuantos equívocos hay en todo esto! Y, ante todo, si
la contratransferencia es el hornólogo del~ transferencia; ¿qu4
tie111po, con el títuló: "El deseo del analista". Tal vez sea
puede significar estar consciente de e Uo,? ¿Ver su~ puntos
lamc11table que tengamos t~n poco eco, incluso lejano, de lo que
ciegos? Y luego, después de insistir dcr~lasiado en la contra~-_, pu~de- ser, de lo que es para cada quien se111ejante trayecto.
transferencia, ¿no se llega a confund¡r la s¡t~ación analítica con , , Tenen1os una idea del devenir-analista .de Freud, y no es su
el intercambio de dos inconscientes? El espectro d~ _la "locur~ · Selbstdar~tellung la que nqs la da sino toda su obra de pensa-de dos'', en Ja que nadie puede decidir qu_i_~n es e! inductor Y,
n1iento -es ésa la autobiogr~fia de un autor-por que cualquiera
quién el inducido, no está lejos.
, sabe que no tenía ningún- gt\stó: por la COf!fesión íntima Y.mucho
Intentan1os, pues, ver un_ poco n1_ás cl_aro. Aquí Freu_g \ ___ menos por el autoanálisis _~n público.
parece que no podrá servirnos de n1ucho. Apenas ,dos- o -tre~
-Con Ja palabr~f"Stjrprcsas" me refería a-esos moviindicaciones, todas con el 1nisrno sentido: Hdo1ninar'~ Ia contra;., 1nientos_ que llegamos a p~rcibir en nosotros -ideas, emocio-
D
¿A QUE llAMAR
CONTRATRANSFERENCIA?
,
-;::t:.:
t
f-'
-
z0NA-...---------4
ncs~ cuando tal o cual conccplo o tal o cual asociación del
trnnbién Bion con sus "objetos raros''. En este ca1npo, cad<1 uno
paciente hace resonancia con tafo cual punto sensible de nuestra sólo puede reclirri1· a su experien.:ia singular, la experiencia de
historia o de nuestra fant::Jsn1ática, con tal o cual punto vulnera~ una alterida-:1 fundn1nental eri donde nas vc.n1os por lo que, en
ble de nuestra coraza. Nos han puesto el dedo en la llaga y eso nosolros, sucede ...
Sin c:uda alguna se podría d?.c;r que t:starnos rinfc un
es bueno. Esto nos recuerda, si es que hiciera falté!, no que son1os
tipo particular de rcacc.ión (de reacción pasiv<Y, si se ptH:dc
semejélntes a nuestro paciente, sino que so1nos un paciente.
decir: no nos ~e11tin1os pasivos sino 11 p<1sivados 11) cuando el
(¡Cuánlos psicoanalistas hablan de sus pacientes con10 si fueran
paciente trnnsiiere en nosotros niás quesohre nosotros, para
superiores a esos •'pobrecitos"!)
liberarse, su locura privada, sus fu~·rz:i destructora o, en
~Por ºpresasº quería dctir algo que Ja n1ayorfa de tas
vcCes se dcílne co1no si fuera contrnt ransfcrencia siendo que térnliuos Klcinianos, sus objetos 1nalos. I'an1bién podría111os
dar aqui al gegen su pleno sentido de 11 contra 11 : henos aquí
se trata del Jugnr que el :n1<1Iizado nos asigna, allí donde
contrados en nuestras capacidades, incapacitados, co1nplct<1quiere 1nantenernos y del que a veces es difir.il desprenderse; ya
sea el de tirano pe1seguidor, y entonces toda interpretación se n1ente;1bsorbidos tal cual son1os por el dolor de ya 110 ser capaces
transforma en intrusión, o el de idea! que hace de nuestra rnc:nor de representar, fa11tas111.-u·1 asociar, de ya. no sentirnos otra cosn
palabra un oráculo pronunciado por 13 "boca de la verdad", Por que lo que el paciente hace de nosotlos. Ya no es para nada un
poco que el fugar asignado se superponga al que se asigna uno papel que nos asigna. ·Nos alcanza en nue:;tro ser: ¿su "esfuerzo"
mis1no~ las cosas se petrifican. Vea1nos un ejen1 plo,.caricaturesco, · para volvernos locos (según la fórn1ula de Searles), para volverque no dejará de provocar sonrisas. M~ acuerdo de un paciente nos idiotas, enfennos, para nten1orizarnos, se logrará? Es acepqu~ n!dbula a 1ní persona, si una idealización dc1naslado acen§
table ser u~1 objeto parcial, un objeto 1ninl!sculo. Un ohjr!o
tu:ida (a rnis ojos ... } las cualidades que, en 1nis buenos n1orncn- ina11in1<1do es 1nás duro. Y sin en1bargo, ahí no eslá 1n;ís que e!
tos, estoy dispuesto a reconocer en iní (no diré cuales). Pues bien, extre1110 del posible ca111bio de estaclo.
1ne re1nitfa una i111agen de 1ní tan acorde con n1is deseos-conste
que no digo a 1ni realidad-que me costo 1nué'10 trabajo desprcn* E.rte le.tto corre.r11011dc al libro de J-ll./'011t(lfí.r "ú1 Fort:e
dcnne de ella. Por n1ás que yo 1ne decfn: ¿có1no expulsar la
tl'Atnu:tion "(Galllmard 1991 }.
rivalidad? ¿En dónde se encerró la agresividad'/ Si busco dél
lado de la 1nadre, ine arrulla con dulces palabras como_ sueña
haber sido nrruflildo; sí del lado del padre -por el ·espejo
halagücílo que rnc pone delante-, nos pone fuera de alcance, yo
de sus golpes, el de los mío5,yse queda asf al calor de 11na 1nad¡e
que le pertcnc-:e toda; o. si no, se 1nenosprecia ostensiblemente
para rcducinne rnejor a fin de cuen!as a nada. Todo era inúlil.
Nos qucd0n1os nsl algún tie1npo, encan!ados el uno con el otro.
Uno nunca dcsconna ba~tantc del consentin1iento 1nutuo, incht~
yendo el que frccucnte1ncntc pone fin nl análisis: "Terminé,
co111¡;!etan1e11ta de acuerdo con n1i tin::t!ista." Si,anteel consenso, i
aquí y donde sca 1 hay que desconfiar. ¡Prefirarnos la luchn l
encarnizada o e! a1nor exagerado!
~~io hacía hinc:,apié ;obre todo en el cuarto registro~ el:
"donlinio", y que n1e parece el rn;ís específico el sentido;
. ~csi:ringido que, co1no se ve, le doy a la contratransfcrcncia. :
Esle do1ninio lo ejercen algunos pacientes -y no me parece;
oportuno relílcíonnrlos exclusiva1nen1e a tal o cual entidad:
nosográfica, así fuese la de los "estados~lín1itcs '~ con una j
violencia n1Uy especial. El caso n1ás notorio es segura111ente eJ '
que ya habla descrilo Fereneczi y del cual he vuelio a hablar a
partir de mi propia experiencia, en el cuaf el pacíente suscita en
su analista una parálisis de pensa1niento, una inmovilización de
la psiqUe que puede acarrear tan1bién la del cuerpo. Nada se,
tnuevc, ya nada tiene derecho a moverse, está uno corno en :
suspense: ausencia de pensaniientos, de representacione:;,'
constricción corporal. Lo gue había yo 1fan1ado ser tocado
aunque esta vez no en la llaga sino en alguna parte 1nuerta.
Se podrian precisar orras formas de dominio. Iiarold
Sear!es nos ha ofrecido conn1ovcdoras ilustraciones cl!nicas, lo
e;;cncla! de su trnbajo de rnucho tí e111po con psicóticos. Sin duda
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z@NA - - - - - - - - - - -
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