UNICEF ARGENTINA - EDUCACIÓN | Hacia la mejora continua de la educación / Octubre 2015 Hacia la mejora continua de la educación Elena Duro Reflexiones en base a: Duro, E. (2015). Hacia la mejora continua en educación. Capítulo 5. En: Tedesco, J. C. (Comps.). La educación argentina hoy. Buenos Aires: Siglo XXI-Fundación OSDE La educación es uno de los derechos más sinérgicos ya que, entre otros de sus preciados efectos, posibilita la apertura al ejercicio de otros derechos. En la actualidad, en el centro de la agenda global, se prioriza el problema de la calidad en términos de ciertos resultados de aprendizaje que alcanzan los estudiantes. ¿Cuáles serían aquellos resultados educativos esperables en los estudiantes? La meta de una educación que garantice no sólo el acceso sino un pasaje y un egreso que hayan posibilitado en los estudiantes los saberes necesarios para el ejercicio de ciudadanías responsables es un desafío cada vez más difícil. Los trayectos escolares determinan subjetividades y marcan los vínculos con el aprendizaje y el conocimiento a lo largo de la vida. Al mismo tiempo en que se fueron incorporando nuevos estudiantes a las aulas, se produjo la revolución derivada del uso de las nuevas tecnologías de la información. Cambios e innovaciones son necesariamente elementos constitutivos de las políticas educativas y sociales en búsqueda de una mejora continua. El camino hacia la excelencia no surgirá de una reforma en particular sino de diversos movimientos, cada vez más creativos. Ya no es viable una institución formadora que en contextos de acelerados cambios no se transforma a sí misma. Para avanzar en la idea de mejora continua es necesario excluir del escenario algunas tensiones inconducentes. Una de ellas es poder superar el falso dilema entre inclusión y calidad. La inclusión y la calidad son dos caras de un mismo derecho. Un buen sistema educativo será aquel donde el máximo de población alcance los más altos niveles de aprendizajes, y estos, a su vez, no se reducen únicamente a los aprendizajes que suelen considerar las evaluaciones vigentes. Consideramos que una de las metas de la escuela, la de ser transmisora de conocimiento, puede virar hacia la creación de nuevos aprendizajes más vinculados al desarrollo de capacidades basados, obviamente, en información sustantiva disciplinar. Para avanzar en la idea de mejora continua es necesario excluir del escenario algunas tensiones inconducentes. Una de ellas es poder superar el falso dilema entre inclusión y calidad. La inclusión y la calidad son dos caras de un mismo derecho. En el trayecto hacia la mejora hay viejos y nuevos problemas, temas y tensiones. Algunos de ellos han sido naturalizados e integran una rutina, otros son más invisibles, pero en general tienen en común la necesidad de nuevas alternativas. Así es como destacamos el rezago, el abandono y la exclusión, la tensión entre trabajo y educación, escuelas poco permeables a los cambios, resultados de aprendizajes, los tiempos para el aprendizaje en la escuela, la evaluación y el uso de la información, y los docentes y las prácticas de enseñanza. UNICEF ARGENTINA - EDUCACIÓN | Hacia la mejora continua de la educación / Octubre 2015 Con el objetivo de conocer un poco más en profundidad sobre prácticas de enseñanza y formas de aprender en las aulas y ver de qué manera esas prácticas se acercaban o distanciaban de una enseñanza que promoviera el pensamiento, desarrollamos una encuesta dirigida a analizar las percepciones de profesores y estudiantes de 3º y 5º año de escuelas secundarias. La encuesta se aplicó a 3000 estudiantes y 150 profesores en escuelas públicas de tres provincias argentinas. A partir de las respuestas de los estudiantes indagados, es posible reconocer que las prácticas más frecuentemente reconocidas en el aula responden al desarrollo de competencias intrapersonales (haciendo referencia, sobre todo, a la explicitación de criterios de enseñanza y de evaluación), y de competencias cognitivas de baja intensidad (por ejemplo, docentes que explican sólo su materia, centrados en la exposición, con un manejo poco flexible de los tiempos). Resulta interesante destacar que, desde la óptica de los alumnos, son menos. Los estudiantes perciben que la manera en que “aprenden” en las escuelas mayoritariamente es respondiendo a ejercicios rutinarios. Los docentes, en el mismo sentido, les otorgan un valor central para el aprendizaje a prácticas simples como las descriptas. Es necesario que sepamos que la prevalencia de este tipo de actividades en las aulas se aleja mucho de los verdaderos ámbitos de aprendizaje. Las tecnologías de la información y la comunicación han invadido la vida cotidiana de los jóvenes, convirtiéndose en un recurso de acceso diario para el entretenimiento y la vida social. Sin embargo, no parecen ocupar un lugar preponderante en las representaciones en torno a su uso como herramienta de aprendizaje. Son demasiadas las razones para tomar el tema del aprendizaje y de la mejora educativa como una prioridad esencial en los tiempos que corren. Las estrategias que se elijan para mejorar la educación cobran un valor crucial en un escenario plagado de oportunidades, y al mismo tiempo, un contexto con tensiones y presiones. El interés educativo por los aprendizajes afecta e interesa a distintos ámbitos de decisión, que exceden el ámbito educativo tradicional, y urge avanzar en los debates sobre el cambio que requiere la educación. La idea subyacente –ya mencionada– que proponemos para el debate es cambiar la centralidad del aprendizaje, que desde los orígenes de la escuela se basó en la transmisión de contenidos y cultura, hacia una escuela que, partiendo de los contenidos, enseñe a pensar y desarrollar capacidades y profundice la formación de ciudadanía como aprendizajes sustantivos. Es aconsejable partir del reconocimiento de los logros alcanzados, difundirlos e involucrar a los actores directos; reconocer que no se tienen todas las respuestas y que el error formará parte del proceso, aprender del error también en el plano de las políticas; ser creativos y promover innovaciones, dejando de lado prácticas cuando son inconducentes; monitorear y difundir los avances a nivel micro y macro; sistematizar y difundir prácticas de calidad para dotar de un conocimiento actualmente insuficiente al ámbito educativo; proteger un crecimiento gradual y continuo de la inversión en educación, porque las metas serán cada vez más exigentes. Es imperioso generar movilización en torno a la meta de una educación inclusiva y con aprendizajes para todos, y transmitir la potencia de la educación como factor determinante para el desarrollo de sociedades democráticas. Es necesario sostener la idea y la esperanza de que mejorar la educación, además de ser un compromiso compartido, es una realidad posible y una obligación de todos.