La esquizofrenia, una patología del neurodesarrollo Nuria Segarra y Miguel Bernardo Hospital Clínic. Barcelona La esquizofrenia es un trastorno de los procesos de integración de la experiencia, de aparición en edad juvenil y evolución crónica, que se caracteriza por la presencia de ideas delirantes, alucinaciones, lenguaje desorganizado, alteraciones de la conducta y de la psicomotricidad, y manifestaciones deficitarias en la afectividad, en la motivación, en la interacción social y en la actividad mental (cognitiva e idéica). La prevalencia estimada de la esquizofrenia es de un 1% en las poblaciones generales de distintos grupos humanos y culturas, siendo ésta similar en ambos sexos, aunque los hombres presentan un inicio más temprano (aumento entre los 15 y 25 años) que las mujeres (aumento entre los 25 y 35 años). Esta enfermedad constituye uno de los trastornos mentales más incapacitantes. Actualmente la etiología de la esquizofrenia es desconocida, siendo la hipótesis del neurodesarrollo la más aceptada considerando que el origen de la enfermedad es causado por una afectación del desarrollo cerebral que daría lugar a una disrupción en la maduración de éste. Esta alteración del desarrollo cerebral daría lugar a anomalías en la conectividad sináptica cerebral y a asincronías en la coordinación del procesamiento, priorización, recuperación y expresión de la información cerebral, de manera que se establecerían conexiones anormales entre las representaciones mentales, y no se distinguiría entre lo importante y lo trivial y entre el yo y el no yo1-3, todo ello mediado por una disfunción dopaminérgica y quizás de otros neurotransmisores como el glutamato. Los orígenes de esta hipótesis la encontramos a principios del siglo XX cuando, en 1919, Kraepelin especuló que la esquizofrenia podía ser debida a un mal desarrollo cerebral. En 1977, Barbara Fish describió disrupciones neurológicas en niños de madres esquizofrénicas y Daniel Weinberger, en 1987, retomó la hipótesis del neurodesarrollo como patogenia de la esquizofrenia. La hipótesis del neurodesarrollo en la esquizofrenia se basa en evidencias provenientes de diferentes campos científicos (tabla 1). Desarrollo cerebral y esquizofrenia Gracias a las diferentes evidencias se han estudiado las bases del desarrollo cerebral. En la segunda semana de vida embrionaria humana existen tres capas de células diferenciadas, siendo el ectodermo la capa extePsiquiatría y Atención Primaria, Junio 2006 Tabla 1. Evidencias de las diferentes líneas de investigación Técnicas de neuroimagen • Alteraciones estructurales y funcionales del cerebro en primeros episodios psicóticos. Anatomía patológica • Ausencia de gliosis (marcador de muerte neuronal). • Alteraciones citoarquitectura córtex prefrontal y temporolímbico. Epidemiología • Anomalías físicas menores (dermatoglifos). • Alteraciones clínicas sutiles (cognitivas, motores y conductuales). • Alteraciones obstétricas. • Exposición a infecciones durante el embarazo (segundo trimestre). • Nutrición deficiente durante el embarazo. Genética. • Genes implicados en el neurodesarrollo. • Estudio de otros síndromes (velo-cardio-facial). Estudios experimentales con animales rior, el mesodermo la capa intermedia y el endodermo la capa interior. El sistema nervioso central y la epidermis son derivados del ectodermo. En la tercera semana de vida se produce la inducción del tubo neural a partir del ectodermo. En el segundo trimestre del embarazo los neuroblastos migran desde la zona ventricular hasta la zona marginal para formar las seis capas del córtex (el glutamato es el neurotransmisor más importante de la migración neural). La diferenciación celular, la formación de conexiones dendríticas y axonales y el establecimiento de aferencias y eferencias de la denominada «explosión sináptica» aparece desde el tercer trimestre del embarazo hasta los primeros años de vida extrauterina. La anatomía patológica de los estudios post mortem evidencia que el proceso de mielinización, que condiciona la velocidad sináptica, comienza durante el segundo trimestre de gestación y continúa hasta la tercera década de la vida. Pero el proceso de la mielinización no ocurre a la vez en todas las regiones cerebrales; existiendo una progresión en la maduración desde el plano inferior al superior y desde 19 el plano posterior al anterior, siendo el cerebelo el primero en madurar y los lóbulos frontales los últimos4. En la adolescencia se pierden alrededor de 30.000 sinapsis redundantes, por segundo en el proceso denominado poda sináptica5. El exceso de conexiones sinápticas, a través de procesos apoptóticos refuerzan las conexiones funcionales y disminuyen las asociaciones neurales que no resultan óptimas dando como resultado una mejora en la comunicación neuronal. La poda sináptica probablemente es causada por agentes relacionados con la genética, la nutrición, la exposición a toxinas, bacterias, virus y efectos hormonales. A consecuencia de esta poda sináptica la materia gris decrece en el periodo adolescente. Las técnicas de neuroimagen estructurales confirman la disminución del volumen de la substancia gris y un incremento del volumen de la substancia blanca global en la adolescencia. En pacientes con esquizofrenia, el córtex prefrontal presenta una disminución de la arborización dendrítica neuronal sin llegar a existir una disminución en el número de neuronas6. Se ha hipotetizado que en la esquizofrenia pudiera existir una excesiva poda neuronal7. La mayor incidencia de la aparición de la esquizofrenia es en la adolescencia, justamente cuando los cambios hormonales coinciden con los procesos de mielinización y poda sináptica. El modelo general de desarrollo de la esquizofrenia se sintetiza en la figura 1. Figura 1. Cognición y esquizofrenia El desarrollo cerebral condiciona la cognición, definida ésta como un amplio número de habilidades entre las que destacan la atención, la capacidad de planificación, de abstracción, flexibilidad cognitiva y memoria. El desarrollo de la cognición es paralelo a la maduración del cerebro. La primera infancia coincide con los procesos cognitivos básicos, caracterizándose la infancia tardía y la adolescencia por una clara mejoría en el pensamiento abstracto, la planificación y la flexibilidad cognitiva, finalmente desarrollados en la etapa adulta8. Los lóbulos frontales son los responsables de las funciones ejecutivas formando parte de éstas las siguientes habilidades: • • • • • • • • La planificación estratégica, La solución de problemas. La capacidad de inhibición. La flexibilidad cognitiva, El pensamiento abstracto. La formación de conceptos La memoria de trabajo. Procesos de autorregulación del pensamiento. Las comparaciones de los rendimientos cognitivos (atención, memoria, funciones verbales, funciones eje- Modelo general del desarrollo de la esquizofrenia. (Ref. 2) Factores convergentes múltiples ADN Expresión génica Infecciones Toxinas Nutrición Daño perinatal Experiencias psicológicas Desarrollo cerebral desde la concepción hasta principios de la edad adulta Formación neural Migración Sinaptogénesis Poda neural Apoptosis Actividad Disrupción anatómica y funcional en la conectividad neural Deficiencias en funciones cognitivas básicas Sintomatología de la esquizofrenia Alucinaciones 20 Delirios Síntomas negativos Discurso desorganizado Conducta desorganizada Psiquiatría y Atención Primaria, Junio 2006 cutivas) son inferiores en los pacientes con esquizofrenia respecto a personas sanas. Una de las funciones más deterioradas es la memoria de trabajo (4 desviaciones típicas por debajo de la población general). La memoria de trabajo es un tipo de memoria a corto plazo que tiene la capacidad de mantener un estímulo un corto periodo de tiempo y poder usarlo tras una pequeña demora o para procesarlo y manipularlo mentalmente para resolver tareas cognitivas y comportamentales. En la esquizofrenia la memoria de trabajo esta dañada tanto en pacientes crónicos como en primeros episodios9,10 pero no progresa en el trascurso de la enfermedad10. Aparecen déficit en la memoria de trabajo entre jóvenes con riesgo alto de padecer esquizofrenia mostrándonos que esta habilidad cognitiva no ha estado nunca correctamente adquirida (Wood 2003). Genética y esquizofrenia El estudio de la genética en la esquizofrenia tiene sus orígenes en la epidemiología de la transmisión familiar. Existe una base genética en la esquizofrenia pero no sigue un patrón mendeliano, la concordancia entre gemelos monocigóticos es de un 50% y la mayoría de personas con esquizofrenia no tienen ningún familiar de primer grado afectados por el trastorno. Se han identificado múltiples genes y actualmente se utiliza el término de «vulnerabilidad genética» a la esquizofrenia. Entre los diferentes genes implicados encontramos varios que participan en la regulación génica, en la función presináptica, en la señalización de proteínas G, en la formación de sinapsis, en la explosión sináptica y en la creación de mielina. Muchos genes tienen un tamaño del efecto pequeño y desigual, interaccionan entre sí e influencian en el riesgo a sufrir éste trastorno. Continuamente la expresión génica regula al organismo y es, a su vez influenciada por factores ambientales (estas relaciones las estudia la epigenética). La regulación de la expresión de los genes se controla por los cambios en la metilación del ADN o por la estructura de la cromatina11. Los cambios en la epigenética relacionados con la edad podrían explicar la aparición tardía de la enfermedad, ya que coincide con la época de mayores cambios hormonales del organismo. La compleja interacción entre los genes, su expresión y el ambiente no resulta fácil objetivarla y síndromes cómo el velo-cardio-facial, causado por una microdelección de la región cromosómica 22q11, muestra un marco homogéneo genético. Los afectados de este síndrome tienen un 30% de probabilidad de desarrollar esquizofrenia en el comienzo de su etapa adulta. Diversas investigaciones sitúan en el cromosoma 22q uno de los loci de genes de riesgo de la esquizofrenia. Técnicas de neuroimagen y esquizofrenia Las técnicas de neuroimagen ofrecen evidencias respecto a la anatomía de la esquizofrenia in vivo (tabla 2). En la neuroimagen estructural (tomografía computarizada y resonancia magnética) el aumento del tamaño de los ventrículos laterales y el tercer ventrículo es la anomalía más replicada en la esquizofrenia. La dilatación de los ventrículos laterales correlaciona positivamente con el deterioro cognitivo, con un funciona- Tabla 2. Anormalidades más replicadas con técnicas de neuroimagen en esquizofrenia NEUROIMAGEN ESTRUCTURAL Volumen cerebral total. Disminuido Espacios ventriculares. Dilatación ventrículos laterales y tercer ventrículo Córtex prefrontal. Disminución volumen de la substancia gris. Córtex orbitofrontal. Anormalidades estructurales. Córtex temporal Disminución volumen de la substancia gris. Parte posterior giro temporal superior. Reducción giro hipocampal. Córtex parietal Córtex asociación multimodal. Córtex cingulado Hipocampo. Reducción bilateral. Tálamo. Reducción del volumen. Cerebelo. Reducción de la vérmix cerebelosa. Psiquiatría y Atención Primaria, Junio 2006 NEUROIMAGEN FUNCIONAL Circuito córtico-talámico-cerebelo-cortical. Cortex Sensoriomotor Paralímbico Asociativo Tálamo Motor No motor Núcleo pontino Núcleo rojo Cerebelo Núcleos cerebelosos profundos Lóbulos laterales 21 miento premórbido mediocre, con sintomatología negativa y con una pobre respuesta al tratamiento neuroléptico. El volumen cerebral y craneal en pacientes con esquizofrenia se encuentra ligeramente reducido tal como indican los estudios publicados hasta la fecha. Los estudios sobre volumen de sustancia gris demuestran la existencia de una discreta reducción (5% aproximadamente) cortical generalizada. Esta disminución es más acentuada en los lóbulos frontal, parietal y temporal. Otro hallazgo ampliamente contrastado es la reducción del volumen de las estructuras temporolímbicas correlacionado con las anomalías neuropatológicas post mortem. Esta disminución del volumen es aproximadamente un 15% en el lóbulo temporal y en la formación hipocampoamigdalina además de una alteración de estructuras diencefálicas talámicas e hipotalámicas. Anormalidades estructurales del cortex órbitofrontal han sido asociadas con sintomatología negativa, depresión y funcionamiento premórbido empobrecido. Las anormalidades en los lóbulos frontales se encuentran en primeros episodios. Estos datos son premórbidos a la aparición de la enfermedad existiendo cambios progresivos en el trascurso de la enfermedad, asociados estos a sintomatología negativa y déficits neuropsicológicos. En gemelos monocigóticos discordantes para la esquizofrenia se muestra que el hermano afectado por la enfermedad presenta una mayor dilatación ventricular, y mayor reducción del volumen temporal e hipocampal que el gemelo no afectado por la esquizofrenia. Se hipotetiza que la dilatación ventricular podría indicar una alteración durante el neurodesarrollo fetal de es- tructuras temporo-límbicas periventriculares y diencefálicas como el hipocampo y el tálamo. Otras anomalías estructurales son la atrofia del vérmix cerebeloso y la ausencia o reversibilidad de las asimetrías normales en el cerebro. Considerándose estas anormalidades en la lateralización normal del cerebro como un reflejo de alteraciones que se producen en las primeras etapas del desarrollo cerebral en la esquizofrenia. La neuroimagen funcional mediante técnicas de PET (tomografía por emisión de positrones) y SPECT (tomografía por emisión de fotón único) describieron desde los estudios iniciales un patrón de hipofrontalidad ante las demandas cognitivas frontales. La investigación actual se centra en el estudio de la interrupción de circuitos distribuidos en paralelo, como el formado por el córtex frontal- cíngulo-tálamo-cerebelo, con el fin de identificar la disfunción de circuitos neuronales en la esquizofrenia. El circuito córtico-talámico-cerebelo-cortical, descrito por Andreasen, se objetivó mediante PET. (fig. 2). Según Andreasen y cols. la desconexión de este circuito tendría su origen en una alteración del neurodesarrollo, dificultando la coordinación y secuenciación de la cognición. Para describir este fenómeno usan el término de «dismetría cognitiva», considerándola la alteración básica de la esquizofrenia que provocaría la sintomatología clínica. Las alteraciones encontradas en la esquizofrenia con técnicas de neuroimagen (estructurales y funcionales) orientan a que muchas de las anormalidades cerebrales que se consideran asociadas al trastorno, lo estarían a la vulnerabilidad de padecerlo. Anatomía patológica y esquizofrenia Figura 2. Circuito cortico-cerebelar-talámico cortical, retroalimentación córtex y cerebelo. Ref. 2. En la esquizofrenia no aparece gliosis, siendo ésta un marcador de muerte neuronal por necrosis, signo encontrado en las enfermedades neurodegenerativas como es el caso de la enfermedad de Alzheimer. Se han descrito alteraciones de la citoarquitectura del córtex prefrontal y temporolímbico, estas anormalidades muestran que las neuronas de las capas profundas del córtex no han migrado lo suficientemente lejos a las capas superficiales12. Las alteraciones en la migración neuronal se producen en el segundo trimestre de gestación, cuando los neuroblastos migran desde la zona ventricular a la corteza. Esta alteración de la migración celular influenciaría en la conectividad intracortical y corticosubcortical dando lugar a circuitos cerebrales disfuncionales que explicarían los déficit cognitivos y las manifestaciones clínicas de la esquizofrenia. Epidemiología Los factores de riesgo de padecer esquizofrenia son datos que provienen del campo de la epidemiología. Las complicaciones obstétricas, las infecciones virales durante el embarazo, preeclampsia y deficiencias en nutrición son factores de riesgo a destacar por su tamaño del efecto (tabla 3). 22 Psiquiatría y Atención Primaria, Junio 2006 Tabla 3. Factores de riesgo en la esquizofrenia y su tamaño del efecto Factores de riesgo o antecedentes prenatales y perinatales • • • • • • Complicaciones obstétricas Infección maternal respiratoria en el segundo trimestre. Peso al nacer <2500 g Gestación <37 semanas. Hipoxia perinatal Severa malnutrición durante el embarazo Las complicaciones obstétricas (CO) son desviaciones de la evolución normal del desarrollo durante el embarazo, parto y periodo neonatal precoz. Ejemplos de CO son una menor o mayor edad gestacional, bajo peso al nacer, extremos en la normalidad del tamaño del neonato, perímetro craneal pequeño, falta de oxígeno durante el embarazo, preeclampsia, anomalías placentarias e intervenciones instrumentales durante el parto. Las CO son factores de riesgo en la esquizofrenia19. Diferentes modelos explican este hecho: 1. Complicaciones obstétricas graves como la hipoxia perinatal dañan el hipocampo, incrementando la posibilidad de padecer esquizofrenia incluso sin existir vulnerabilidad genética. 2. La predisposición genética hacia la esquizofrenia influencia el incorrecto desarrollo cerebral, el cual causa complicaciones obstétricas. 3. Los factores maternales constitucionales, parcialmente influenciados por los genes, así como las conductas de riesgo durante el embarazo, como el consumo de drogas, incrementan el riesgo de las complicaciones obstétricas y el daño cerebral fetal. Las infecciones durante el embarazo son un factor de riesgo. Hay asociaciones entre epidemias de gripe (como la ocurrida en Europa en 1957) con nacimiento de niños que posteriormente sufrieron la enfermedad. La exposición a infecciones intrauterinas muestra un mayor tamaño del efecto en el segundo trimestre del embarazo, este hecho explicaría el fenómeno de la mayor incidencia de pacientes con esquizofrenia nacidos en invierno o a principios de primavera, ya que el número de tasas de infección aumenta durante el invierno. El efecto de una mala nutrición durante cualquier época del embarazo aumenta el riesgo a padecer esquizofrenia. Un peso bajo de la madre, anorexia durante el embarazo y una masa corporal baja son las asociaciones más fuertes con el trastorno. Anomalías físicas menores Los pacientes con esquizofrenia tienen un exceso de anomalías físicas menores y de alteraciones de los dermatoglifos. Las anomalías físicas menores (anoPsiquiatría y Atención Primaria, Junio 2006 Tamaño del efecto o riesgo relativo Referencia 4.6 2.1 2.9 2.5 4.6-6.9 2.6 Hultman y cols.13 A.S Brown y cols.14 Susser y Lin15 Zornberg y cols.16 Jones y cols.17 Ichiki y cols.18 malías menores de la cabeza, manos y pies) son consecuencia de alteraciones del desarrollo ectodérmico durante el primero y el segundo trimestre de la vida intrauterina. Las anormalidades que afectan a la región craneofacial están relacionadas con el desarrollo cerebral. Las anomalías físicas menores no son infrecuentes en la población general pero un número elevado de ellas (mayor o igual a 6) discrimina entre los pacientes con esquizofrenia y los controles sanos con una especificidad del 95%. Las anomalías físicas que son más frecuentes en la esquizofrenia consisten en el quinto dedo curvado, epicanto, paladar alto o en campanario, uñas de manos hiperconvexas y labio superior fino. Existen diferencias significativas entre pacientes esquizofrénicos y controles sanos en diferentes medidas referentes a los dedos y su huellas dactilares. La escala de Waldrop es la más utilizada, y se basa en medidas craneofaciales como sería la cubierta o no del epicanto de los ojos o una implantación baja de las orejas, y otras dismorfogénesis de las manos y pies. Los pacientes esquizofrénicos muestran un exceso de anormalidades respecto a los controles sanos, sin embargo no son específicas de la esquizofrenia ya que se han encontrado altos ratios de anormalidades físicas menores en otros desórdenes del neurodesarrollo como es el caso del retraso mental. Las alteraciones de los dermatoglifos se objetivan en enfermos con esquizofrenia. Los dermatoglifos son estrías epidérmicas que se desarrollan entre las semanas 12 y 24 de vida intrauterina. Se trata de una anomalía estable que se identifica mucho antes del inicio de la enfermedad. Tiene un reducido tamaño del efecto y resulta útil para la predicción de la esquizofrenia si se combina con otros factores de riesgo. Experimentación animal y esquizofrenia La experimentación sobre la interacción del entorno y las repercusiones con el desarrollo cerebral proviene de la investigación con animales. En ratas aisladas desde su nacimiento existen alteraciones estructurales y funcionales en el hipocampo respecto a ratas mantenidas en el grupo20. Asimismo los niveles de dopamina en el estriado dorsal y ventral aumentan en ratas aisladas desde su nacimiento. 23 Figura 3. Funcionamiento global en la esquizofrenia. Ref. 21 Funcionamiento 100 % 50 % Fase premorbida Fase prodrómica Fase aguda Fase final 0% 15 20 30 40 60 Edad (años) Neurodegeneración y esquizofrenia Prevención de la esquizofrenia La personas con esquizofrenia habitualmente no llegan a alcanzar un nivel adecuado de funcionamiento global en todos los niveles (motor, cognitivo y social) ni tan siquiera en su fase premórbida . Tras el inicio de la enfermedad muchos pacientes sufren un deterioro funcional en estas mismas áreas, acrecentándose este deterioro los siguientes 5 años, siguiéndole después un periodo de estabilidad como muestra la figura 3 (Black, 2001). No hay datos concluyentes respecto a qué factores contribuyen al deterioro funcional de la persona con esquizofrenia. La explicación más razonable es que el deterioro es consecuencia de los síntomas positivos, negativos y la disfunción cognitiva de la enfermedad. El conocimiento actual de la esquizofrenia nos orienta hacia la actuación a través de la prevención y la intervención precoz. La tabla 3 esquematiza las estrategias de intervención en la prevención. En la fase premórbida de la enfermedad la detección precoz de los factores de riesgo es fundamental para las personas con una alta vulnerabilidad genética. La vacunación es la mejor opción para realizar una prevención primaria. La presencia de síntomas positivos atenuados es el criterio principal para definir la fase de pródromo. Los tratamientos que modulan la neurotransmisión glutamatérgica tienen un efecto protector en evitar la progresión de la enfermedad esquizofrénica al igual que Tabla 3. Estrategias de prevención en la esquizofrenia Estrategias de prevención Fase premórbida Fase pródromo Prevención primaria • Detección precoz. • Mejora de los cuidados pre y postnatales. • Consejo genético y factores de riesgo. 24 Después de la aparición Prevención secundaria Prevención terciaria Rehabilitación cognitiva. Ácidos grasos Omega 3. Terapia cognitivo conductual. Dosis bajas de antipsicóticos, antidepresivos y ansiolíticos. • Agonistas glutamatérgicos. • Rehabilitación cognitiva. • Suplemento de ácidos grasos omega-3, moduladores glutamatérgicos. • • • • Psiquiatría y Atención Primaria, Junio 2006 el tratamiento con agentes antioxidantes como las vitaminas C y E. La rehabilitación cognitiva ha demostrado el mejorar el rendimiento cognitivo en pacientes esquizofrénicos. El tratamiento de rehabilitación cognitiva parece mejorar no sólo el funcionamiento cognitivo sino también otros aspectos del funcionamiento psicosocial. La eficacia de los ácidos grasos poli-insaturados como complemento nutricional en el tratamiento de pacientes con esquizofrenia se ha evaluado en varios ensayos clínicos. Algunos datos muestran que este suplemento nutricional mejora el estado de los pacientes con esquizofrenia, aunque es necesario una mayor evidencia científica sobre el uso de los ácidos grasos poli-insaturados Omega3 en el tratamiento de pacientes con esquizofrenia. 6. 7. 8. 9. 10. Conclusiones 11. La hipótesis del neurodesarrollo es la que aporta actualmente mayores evidencias en la etiología de la esquizofrenia. Existen distintos enfoques dentro de ésta, según el énfasis de las diferentes etapas del desarrollo cerebral: • Desarrollo pre y perinatal22,23. • Periodo periadolescente24. • Degeneración neuronal circunscrita en el tiempo (5 años)25. La perspectiva del neurodesarrollo propone que la prevención de la esquizofrenia es posible, ya que el desarrollo de la esquizofrenia es un proceso a largo plazo. Éste proceso empieza con una serie de agresiones biológicas unido a un determinado genotipo., que crea en el cerebro anomalías (estructurales, funcionales y/o bioquímicas), constituyendo la vulnerabilidad de padecer la enfermedad. El identificar y caracterizar de los agentes etiológicos y los factores de riesgo de la esquizofrenia ofrece la posibilidad de predecir y prevenir el desorden, teniendo en cuenta que la aparición de la esquizofrenia es un hecho más probabilístico que determinativo. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. BIBLIOGRAFÍA 20. 1. Andreasen NC, Paradiso S, O´Leary DS. «Cognitive dismetría» as an integrative theory of schizophrenia: a dysfunction in cortical subcortical cerebellar circuitry? Schizophrenia Bull 1998; 24:203-218. 2. Andreasen NC. A unitary model of schizophrenia. Archives of general psychiatry; Sep 1999; 56, 781-787. 3. Bernardo, M, Sanjuán, J., Leal, C. “Redefining schizophrenia”. Actas Esp Psiquiatr 2003;31 (1): 1-2 4. Benes F, Turtle K, Smith K et al. Myelination of a key relay zone in the hippocampal formation occurs in the human brain during childhood, adolescence and adulthood. Arch Gen Psychiatry 1994 51: 477-484. 5. Rakic P, Bourgeois J, Goldman-Rkic P. Synaptic development of the cerebral cortex: implications for learning, memory and mental illness. In progress in Brain Research, the self organitation brain: From Growth Cones to Psiquiatría y Atención Primaria, Junio 2006 21. 22. 23. 24. 25. Functional Networks, Vol 102, ed.Van Pelt J, Corner M, Uylings H, Lopes de Silva F: Elsevier, pp.227-243. Selemon D, Rajlowska G, Tien A et al. Abnormally high neuronal density in the schizophrencic cortex: a morphometric analysis of prefrontal area 9 and an occipital area. Arch Gen Psychiatry 1995; 52: 805-818. Waddington J, Torrey W, Crow T, Hirsch S (1991). Schizophrenia, neurodevopment and disease. Arch Gen Psychiatry 1991; 48: 271-273. Luciana M, Nelson CA. The functional emergence of prefrontally guided working memory systems in four- to eight-year-old children. Neuropsychologia 1998; 36: 273293. Hutton S, Puri B, Duncan L et al. Executive function in first episode schizophrenia. Psychological medicine 1998;28: 463-473. Proffitt T. The stability of spatial working memory and problem solving deficits in first-episode psychosis and established psychotic illness. Ph.D.Thesis, University of Melbourne, Melbourne. 2001. Henikoff, Matze. Exploring and explaining epigenetic effects. Trends Genet 1977;13: 293-295. Lewis, D. Development of prefrontal cortex during adolescence; insights into vulnerable neural circuits in schizophrenia. Neuropsychopharmacology 1997; 16: 385-398. Hultman CM, Ohman A, Cnattingius S, Wieselgren IM, Lindstrom LH. Prenatal and neonatal risk factors for schizophrenia. Br J Psychiatry. 1997 Feb;170:128-33. Brown A.S., Cohen P, Greenwald, S, Susser E. Non-affective psychosis after prenatal exposure to rubella. American Journal of Psychiatry 2000; 157, 438-443. Susser ES, Lin SP. Schizophrenia after prenatal exposure to the Dutch Hunger Winter of 1944-1945. Arch Gen Psychiatry. 1992 Dec;49(12):983-8. Zornberg GL, Buka SL, Tsuang MT. Hypoxic-ischemia-related fetal/neonatal complications and risk of schizophrenia and other non affective psychoses: a 19-year longitudinal study. Am J Psychiatry. 2000 Feb;157(2): 196-202. Jones PB, Rantakallio P, Hartikainen AL, Isohanni M, Sipila P. Schizophrenia as a long-term outcome of pregnancy, delivery, and perinatal complications: a 28-year follow-up of the 1966 north Finland general population birth cohort. Am J Psychiatry. 1998 Mar;155(3):355-64. Ichiki M, Kunugi H, Takei N, Murray RM, Baba H, Arai H, Oshima I, Okagami K, Sato T, Hirose T, Nanko S.Intra-uterine physical growth in schizophrenia: evidence confirming excess of premature birth. Psychol Med. 2000 May;30(3):597-604. Cannon M, Jones P, Murray RM, Wadsworth ME.Childhood laterality and later risk of schizophrenia in the 1946 British birth cohort. Schizophr Res. 1997 Aug 29;26(2-3):117-20. Whitaker-Azmitia P ,Zhou F, Hobin J et al. Isolation rearing of rats produces deficits as adults in the serotonergic innervation of hippocampus. Peptides 2000; 21: 17551759, 2000. Black DW et al. Introductory Textbook of Psychiatry. 3ª ed. 2001. Murray RM, Lewis SW. Is schizophrenia a neurodevelopmenteal disorder? BMJ 1987,;296; 681-682 Weinberger DR.. Implications of normal brain development for the pathogenesis of schizophrenia. Archives of General Psychiatry 1987; 44: 660-669. McGlashan TH, Hoffman RE. Schizophrenia as a disorder of developmentally reduced synaptic connectivity. Arch Gen Psychiatry. 2000 Jul;57(7):637-48. Lieberman JA. Is schizophrenia a neurodegenerative disorder? A clinical and neurobiological perspective. Biological psychiatry 1999; 46: 729-739. 25