154 JOSÉ FERNÁNDEZ-NONIDEZ (6) esta hipótesis, el número normal de cromosomas en la especie sería el menor encontrado, y los restantes números serían una consecuencia de la separación transversal de las mitades de cada elemento. El estudio de la profase resolvería esta cuestión; he estudiad!) cuidadosamente este estado y me he convencido que existen nu • merosas células con 35 cromosomas, algunos de ellos divididos transversalmente (fig. I , G) otros indivisos, demostrando en todo caso que el número normal está presente y a en la profase, salvo en aquellas células que poseen número atípico. En vista de estos resultados sólo cabe suponer la existencia de divisiones anormales, aunque no haya evidencia directa de su presencia. Blaps Waltli. Esta especie es una de las formas excepcionales que, poseyendo un cromosoma X típico, presenta, sin embargo, en sus espermatogenias un número par de cromosomas (34). También se distinguen dos de ellos por^su tamaño considerable y forma en V, que corresponden en un todo, como demuestra su comportamiento ulterior, álos M-cromosomas del lusitanica(fig. I , J , K , L). El cromosoma X no puede distinguirse de los demás en la metafase gonial, pero durante el período de crecimiento de los espermatocitos de primer orden y en las divisiones de maduración, se comprueba su existencia, conduciéndose lo mismo que el elemento correspondiente del lusitanica. El número de autosomas es 3 1 ; uno de ellos, como veremos más adelante, carece de compañero con quien conjugarse durante la sinapsis, pero no se distingue de los restantes por ningún carácter particular. E n los ejemplares observados no he descubierto divisiones transversas en los autosomas gomales. L a figura I , J , representa una placa ecuatorial de una espermatogonia secundaria; en la misma figura, K , he representado una placa de una de las últimas generaciones goniales; los cromosomas de ésta se distinguen por su forma más condensada y su mayor grosor.