Una vez concluido el apartado V de nuestra tesis, donde se hacía

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Una vez concluido el apartado V de nuestra tesis, donde se hacía un estudio de la
mayor parte de fenómenos morfosintácticos casi siempre desde la perspectiva de la coordinación y basándonos en Tácito, creemos conveniente, en primer lugar, resumir este extenso
apartado de más de trescientas páginas, destacando, sobre todo, aquellos fenómenos en los
que nos entretuvimos más, debido a su especial problemática, y, en segundo lugar, al mismo
tiempo que hacemos tal recapitulación, reseñar lo interesante y útil que puede llegar a ser el
criterio coordinativo en la descripción morfosintáctica, concretamente, en la delimitación de
qué realizaciones morfológicas se dan en cada función sintáctica y, al revés, qué función
sintáctica tiene cada clase de palabra, sintagma u oración subordinada.
Pero antes creemos necesario recordar los principales puntos (cf. 11) en los que se iba
a basar nuestro criterio coordinativo, que dejaba a un lado la teoría tradicional no por
considerarla totalmente desacertada, sino porque su estudio de la coordinación era parcial y
completamente diferente al nuestro, ya que mientras la tradición se centraba en la coordinación interoracional, que estudia la conexión entre oraciones independientes, nosotros nos
centrábamos en la intraoracional, cuyo objeto de estudio es la coordinación de miembros de
la oración (palabras, sintagmas u oraciones subordinadas). Dentro de la intraoracional concluimos que sólo cabía hablar de tres tipos de coordinación: la copulativa, la disyuntiva y la
adversativa, quedando dentro de la coordinación interoracional (o conexión, según la tenninología de Pinkster (1995: 327 SS)),además de las tres citadas, la conclusiva (ilativa) y la
causal. También veíamos entonces que dentro de la coordinación intraoracional, sin dejar
totalmente de lado la coordinación entre elementos iguales (homogéneos), nos íbamos a
centrar en la coordinación entre elementos diferentes (heterogéneos), ya que en la coordinación heterogénea es donde el criterio coordinativo puede ser significativo, pues partimos del
principio de que, si dos elementos están coordinados, aunque sean heterogéneos, ambos
realizan, al menos, la misma función sintáctica. De este modo, llegamos a la conclusión de
que si uno de los elementos coordinados tiene una función sintáctica bien definida, el otro
queda definido automáticamente desde el punto de vista sintáctico, aunque la forma de uno
y otro sea diferente. Por tanto, si los miembros coordinados eran tan heterogéneos que
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MORFOSINTAXIS
LATINA COORDINATIVA
aparentemente no tenían equivalencia sintáctica, tratábamos de dar una explicación basada
en la equifuncionalidad sintáctica' a tal coordinación, sobre todo, si no era única, sino
bastante frecuente. Entre las explicaciones posibles sólo en raras ocasiones acudíamos a la
elipsis, a la que otros acudían con demasiada frecuencia, en especial, cuando los miembros
coordinados eran diferentes a los que parecían estar coordinados.
También vimos en 111 y IV que, al ser la coordinación una sintaxis de segundo orden,
precisábamos, al menos, de un somero repaso morfosintáctico que diera cuenta de las
realizaciones morfológicas de cada una de las funciones sintácticas que se coordinaban, lo
que compendiamos, siguiendo a Rubio (1995), en un par de gráficos lo más sencillos y
completos posibles, aunque éramos conscientes de que la complejidad morfosintáctica de
una lengua como el latín difícilmente nos permitiría dejar constancia de todos los detalles
necesarios. Tales gráficos, sin embargo, nos servían de introducción y de continua referencia
en la exposición morfosintáctica que desarrollábamos en V, basada en el Corpus tacíteo y en
el criterio coordinativo, que tenía cuatro apartados en correspondencia con las cuatro funciones sintácticas de la lengua: la función verbal, la sustantiva, la adjetiva y la adverbial.
En V.l veíamos la función verbal, i. e. el Núcleo de la oración, de una forma muy
escueta, por no darse, en principio, la coordinación heterogénea, en la que, como decíamos,
nos íbamos a centrar especialmente dentro de cada una de las funciones sintácticas. El
motivo de que no se dé tal coordinación es que la única realización morfológica de la
función verbal es el verbo para el Predicado Verbal, si dejábamos aparte, como así hicimos,
al tratarla dentro de la función adjetiva por motivos morfosintácticos, la variabilidad formal
del Predicado Nominal, suma de la función adjetiva y verbal, que, por otra parte, no era muy
frecuente que se coordinara con el Predicado Verbal. Dentro de la coordinación homogénea
entre Predicados Verbales se comprobó que, por un lado, no parece posible que se dé la
coordinación cuando la persona, el número o el modo verbal es diferente, pues su variación
implica diferente oración y, en consecuencia, los miembros coordinados no son partes de la
oración sino oraciones2, y que, por otro lado, la diferencia en las restantes categorías
gramaticales y, en concreto, en el tiempo no es óbice, generalmente, para la coordinación,
aunque haya algunas limitaciones. Dentro de esta coordinación homogénea entre Predicados
Verbales con diferente tiempo insistimos en que la coordinación del infinitivo narrativo (o
histórico) con imperfectos, perfectos y presentes históricos, a los que equivalía temporalmente, confirmaba la función verbal del infinitivo histórico, que carece de la función
sustantiva propia del infinitivo.
1 Algunos autores, como Pinkster (1972: 122), que acude al criterio coordinativo con frecuencia como
un método válido de descripción, cuando la coordinación es demasiado heterogénea, optan, de una forma incoherente, por desechar la equifuncionalidad sintáctica de los miembros coordinados, que, según él, estarían coordinados por su equivalencia semántica.
2 Conviene advertir que nosotros no decimos que, si hay variación en la persona, el número o el modo,
sea imposible la coordinación en el sentido tradicional y amplio de la palabra, sino que en tales casos la coordinación no es entre dos Predicados y, por tanto, intraoracional, sino entre dos oraciones y, por tanto, interoracional. En
consecuencia, como nosotros consideramos la intraoracional la auténtica coordinación, pues a la interoracional la
denominamos conexión, hemos de concluir que no se pueden coordinar dos Predicados con diferencias en la
persona, el número o el modo, aunque sí se pueden conectar, en cuyo caso conviene constatar que las diferencias en
la persona y10 el número son más frecuentes que en el modo.
En V.2 estudiamos, ya de una forma más extensa, la función sustantiva, i. e. los
argumentos del Predicado, atendiendo a la coordinación homogénea y, sobre todo, a la
heterogénea, lo que nos permitía corroborar la función sustantiva (Sujeto, O.D, 0.1 o
Complemento) de ciertas clases de palabras, como el sustantivo, el pronombre, el adjetivo
(participio) sustantivado y el infinitivo, así como de las oraciones subordinadas sustantivas
y sustantivadas. Efectivamente, era posible encontrar coordinados no sólo el sustantivo,
titular de esta función, con el resto de realizaciones de la función sustantiva, lo que parece
lógico, sino también, aunque con más limitaciones, las restantes realizaciones de la función
sustantiva entre sí, como recogemos en el siguiente cuadro resumen de la coordinación
heterogénea dentro de la función sustantiva en Tácito, donde se observa que las diferentes
realizaciones sustantivas no son siempre coordinables a pesar de su equivalencia sintáctica,
ya que cada una tiene su propio campo de acción, lo que justifica precisamente que haya
varias realizaciones para una sola función:
COORDINACIÓN HETEROGÉNEA DENTRO DE LA FUNCIÓN SUSTANTIVA
infinitivo ?3
conjuntiva ?
- pronombre +
O. S. sustantiva
- adjetivo sustantivado +
O. S. sustantivada de relativo
O. S. sustantivada de relativo
de infinitivo ?
- infinitivo + pronombre ?
S. Prep (de)
conjuntiva +
O. de infinitivo
- O . S. Sustantiva
interrogativa +
S. Prep (de)
pronombre ?
adjetivo sustantivado ?
de infinitivo +
S. Prep (de)
O. conjuntiva
pronombre
de relativo +
-O. S. sustantivada
adjetivo sustantivado
adverbial
3 El signo ? da a entender que o bien la coordinación es dudosa, o bien es una subordinación comparativa mediante quarn o condicional mediante nisi. Obsérvese que tal signo ?está colocado casi siempre cuando uno
de los miembros «coordinados» es un pronombre.
Se constata que hay realizaciones que son más dadas a la coordinación heterogénea
que otras. Así, mientras el sustantivo, como decíamos, se puede coordinar con todas las
demás realizaciones, en cambio, el infinitivo, por ejemplo, apenas acepta la coordinación
heterogénea y el pronombre4 no está claro que la acepte en la mayoría de los casos. Esto
confirma que, evidentemente, no siempre que dos elementos son considerados equifuncionales,
tienen que poder coordinarse, pues a veces diferencias de otro tipo impiden que haya
coordinación. En este sentido, conviene constatar, en primer lugar, que no es coordinable el
infinitivo como clase de palabra y el infinitivo como oración, ya que, aunque ambos realizan
la misma función, concretamente, sustantiva, cada uno tiene su campo de acción propio y
complementa a Núcleos, en este caso, verbales, diferentes; por otro lado, que tampoco son
coordinables las oraciones subordinadas sustantivas y las sustantivadas, ya que, aunque
ambas realizaciones pueden desempeñar la función sustantiva, las oraciones sustantivas son
regidas por ciertos Núcleos, en este caso, verbales, mientras que las sustantivadas no
precisan que su Núcleo tenga una semántica especial. En ambos casos, pues se trata de
realizaciones sustantivas diferentes, pero complementarias, que, como otras existentes en la
lengua, no son substituibles ni, por tanto, coordinables entre sí.
Por otro lado, bajo el prisma de la coordinación hemos querido profundizar dentro de
la función sustantiva en algunos fenómenos morfosintácticos, cuyo estudio ha sido objeto de
debate por su complejidad, por si tal perspectiva aportaba algún dato de interés.
Así, entre otras cuestiones, el criterio coordinativo nos hacía plantearnos la posibilidad, compartida por la gramática tradicional, de que el Núcleo de un ablativo absoluto se
considerase el Suieto de una especie de oración subordinada adverbial, en la que el Predicado era un participio, un adjetivo o un sustantivo en ablativo. Tal planteamiento se amparaba
en que tal Núcleo podía ser, sobre todo, en Tácito, además de un sustantivo o pronombre en
ablativo, una oración subordinada sustantiva (o sustantivada), cuya función no podía ser
adverbial y que, por tanto, tenía que ser Sujeto, lo que se corroboraba mediante la coordinación heterogénea entre un ablativo (sustantivo o pronombre) y una oración subordinada
sustantiva (o sustantivada). No obstante, hemos de advertir que tal posibilidad funcional del
ablativo como Sujeto se apoya en un análisis en el que se presupone que el ablativo absoluto
se entiende como oración, y no como sintagma, tal vez, más próximo a la realidad, en cuyo
caso habría que explicar -lo cual no vamos a hacer, pues supondría alejarnos demasiado de
nuestro objetivo- por qué el Núcleo puede ser un sustantivo, un pronombre, una oración
subordinada sustantiva (o sustantivada) o, incluso, no existir, y qué tipo de sintagma sería el
que tiene como Núcleo una oración sustantiva (o sustantivada). Lo que parece evidente en la
estructura del ablativo absoluto es que se trata de un sintagma especial en el que el Modificador cobra mayor importancia que el Núcleo.
4 El pronombre, en efecto, no parece que se pueda coordinar de una forma heterogénea, ya que la
mayoría de los ejemplos que aportamos o son dudosos o son de subordinación comparativa (quam) o condicional
(nisi). Lo que parece evidente es que, aunque no se coordinen de forma heterogénea con otras realizaciones
sustantivas, pueden realizar la función sustantiva, como se corrobora precisamente con los ejemplos de quam y nisi,
en los que, aunque no hay coordinación, en la mayoría de los casos sí hay equifuncionalidad entre el elemento
predecesor del Subordinador, un pronombre, y el que aparece detrás, un sustantivo, un infinitivo o una oración
sustantiva, según vimos, respectivamente, en V.2.2.1.2: B, V.2.2.1.4: B.2 y en V.2.2.2.1.1: B.2.
En relación con el ablativo-Sujeto, comentamos a la par el acusativo-Suieto de la
oración de infinitivo, en cuyo caso el criterio coordinativo no parecía significativo, ya que,
aunque se coordinara un acusativo (sustantivo o pronombre) y una oración subordinada
sustantiva, lo cual sucede con cierta frecuencia, no se confirmaba con ello que ambos
elementos hicieran la función de Sujeto del infinitivo, ya que, según ciertos autores actuales,
ambas realizaciones pueden ser, al menos, en un principio, el Objeto o Complemento del
verbo regente del infinitivo. Sin embargo, otros criterios distintos al coordinativo parecen
corroborar que, si bien en su origen el acusativo no dependía como Sujeto del infinitivo sino
como Objeto del verbo regente, como se constata todavía con algunos verbos regentes,
como los causativos, lo cierto es que en la mayona de los casos parece muy difícil entender
ese acusativo con respecto al verbo regente y ha de entenderse como Sujeto del infinitivo,
como sucede, por ejemplo, cuando el verbo regente está en pasiva o es intransitivo, en cuyo
caso el acusativo no tiene cabida sino depende del infinitivo.
Más adelante a raíz de la coordinación entre un sustantivo en nominativo y un
adjetivo sustantivado en genitivo, vimos también la posibilidad de un penitivo-Sujeto, que,
si bien no es muy frecuente, al menos está reconocido como tal por ciertos autores actuales
y está corroborado en Tácito por el criterio coordinativo (cf. 15.53.8).
También la coordinación parece arrojar luz sobre la naturaleza de las oraciones
condicionales introducidas vor si + indefinido auis í+indefinido alius), ya que difícilmente
se pueden considerar adverbiales si se coordinan con miembros de clara función sustantiva,
como sustantivos en nominativo (Phraates et Hiero et si qui alii ... diem haut concelebraverant
... 6.43.30) o en acusativo (Germanicum Bfltannicumque militem, ac si qui aliorum exercituum,
separatim adsistere iubet IV.46.5), cuya función sólo puede ser de Sujeto y de Objeto,
respectivamente. En tales oraciones subordinadas no se puede hablar de una función adverbial,
a pesar de tener una estructura y una semántica condicional; ni de una oración adjetiva
sustantivada como las de relativo, a pesar de la traducción que se les suele dar, pues no hay
un relativo introductor; ni de una oración sustantiva, a pesar de su función, ya que no está
regida, como el resto de oraciones sustantivas. La única posibilidad es, según parece, hablar
de una oración adverbial sustantivada, lo cual no deja de ser chocante si se tiene en cuenta
que sería la única oración sustantivada sin un correlato de sustantivación en el titular de su
función; es decir, habría una oración adverbial sustantivada sin que hubiera un adverbio
sustantivado, mientras que hay, por ejemplo, un adjetivo sustantivado y su correspondiente
oración adjetiva sustantivada. Este impedimento no debe ser obstáculo para nuestra interpretación de tal oración como adverbial sustantivada, pues que el adverbio no se sustantive en
latín5, como lo hace en otras lenguas, parece consecuencia de la falta de un artículo latino
sustantivador.
Por último, dentro de la función sustantiva, veíamos en distintos apartados (V.2.2.2.1.l:
B.3; V.2.2.2.1.2: B2; V.2.2.2.1.3: B.3), retomados al final en un apéndice (V.2.2.3), que
5 En el caso de adverbios latinos como satis con clara función sustantiva a veces, como veíamos, no
cabe hablar propiamente de una sustantivación del adverbio, pues su función sustantiva se debe a que todavía no ha
perdido el funcionamiento propio de su origen nominal.
aparentemente se daba la coordinación heterogénea entre un elemento con función sustantiva
de Objeto Directo (generalmente, una oración subordinada sustantiva) y otro elemento con
función sustantiva de Complemento, con función adverbial o con función adjetiva (concretamente, un sintagma preposicional (de + ablati~o))~.
Tan anómala coordinación necesitaba
una explicación lingüística, que, sin embargo, no parecía fácil, a tenor de que lo único que
teníamos claro era la función sustantiva del primer miembro, ya fuese un pronombre en
acusativo, ya una oración sustantiva, pero su coordinación con un sintagma preposicional
nos rompía todos los esquemas coordinativos y nos obligaba a dar varias explicaciones.
Entre ellas, cabe plantearse, en primer lugar, como lógica, la posibilidad de ver una función
sustantiva en el sintagma preposicional, desechando su posible función adverbial o adjetiva,
lo que nos lleva, a su vez, a plantearnos, por un lado, la posibilidad de coordinación entre
argumentos diferentes (concretamente, un Objeto Directo y un Complemento) o la necesidad de crear un nuevo argumento que neutralice las diferencias entre ellos (en concreto,
acudimos al término genérico "Objeto7'). Una y otra solución tienen como inconveniente,
por un lado, que, en principio, sólo sirven para el latín, pues no hemos hallado constancia de
tal coordinación heterogénea en otra lengua; por otro lado, que no estamos seguros de que la
coordinación que se da en estos casos sea la de un acusativo, una oración sustantiva y un
sintagma preposicional con función sustantiva de "Objeto", pues, siguiendo a Sánchez Salor
(1993), el sintagma preposicional podría estar a un nivel jerárquico diferente que lo haría
depender, en función adjetiva, de un "nomen cognatae significationis" supuestamente elidido,
cuya función estaría al mismo nivel que la del pronombre en acusativo, que expresaría la
"quidditas" general, y que la de la oración sustantiva, que expresaría la "quidditas" concreta.
Tal explicación, que tiene como inconveniente la necesidad de acudir a la elipsis, nos
llevaría a ver, por ejemplo, en 16.30.9 (cf. nota a pie de página) la "quidditas" genérica en el
pronombre aliud, nivelado sintáctica y semánticamente mediante el comparativo quam con
el supuesto Núcleo, otro "nomen cognatae significationis" elidido, al que modificaría el
sintagrna preposicional de incolumitate domus, con función, por tanto, adjetiva y no sustantiva,
y con el que estaría coordinada la oración sustantiva interrogativa an placabilis Nero ..., que
expresaría la "quidditas" concreta. El planteamiento, en tercer lugar, de una función adverbial
para el sintagma preposicional, habida cuenta de que tal sintagma a menudo es un satélite
verbal, parece insostenible en estos casos en los que la coordinación obliga a ver una
equivalencia sintáctica de los miembros coordinados, que sólo puede ser sustantiva, ya que
el "nomen cognatae significationis", expreso o elíptico, y la oración sustantiva tienen una
función sintáctica muy definida que nos deja clara la función sustantiva del sintagma
preposicional, si no se acude a la elipsis.
6 Recogemos a continuación uno de los ejemplos que dio pie a planteamos tal coordinación heterogénea:
non tarnen aliud consultaverat quarn de incolurnitate dornus et an placabilis Nero, an cognitio senatus nihil atrox
adferret 16.30.9, donde se comprueba la triple realización morfológica (el pronombre neutro en acusativo, aliud, el
sintagma preposicional, de incolumitate dornus, y la oración sustantiva, an placabilis Nero ...) coordinada, en
principio, por su misma función sintáctica.
En V.3 estuvimos viendo la amplia y frecuente variabilidad morfológica de la función adjetiva, i. e. Modificador actante o circunstante del nombre, donde, además del
Atributo, estudiamos el Predicado Nominal y el Predicativo Actante y Circunstante, funciones complejas estas últimas, cuyo estudio conjunto dentro de la función adjetiva lo hacíamos, desde la perspectiva coordinativa, atendiendo a la proximidad morfosintáctica entre el
Atributo, que sólo tiene función adjetiva, y aquellas, que tienen, además de la función
adjetiva que las aúna, una de las otras funciones. Así, en efecto, el Predicado Nominal es una
función adjetiva y verbal, pues depende de un Núcleo, generalmente, sustantivo y es el
Predicado de la oración nominal; el Predicativo, a su vez, es una función, por un lado,
adjetiva y, por otro, sustantiva o adverbial, según sea Actante o Circunstante, respectivamente, pues, sin dejar de depender de un Núcleo, generalmente, sustantivo, complementa al
Predicado de una forma actante (sustantiva) o circunstante (adverbial). El estudio del Predicado Nominal, pues, era más interesante y cómodo dentro de la función adjetiva, junto al
Atributo, que dentro de la función verbal, junto al Predicado Verbal7.Del mismo modo nos
parecía mejor estudiar el Predicativo Actante y Circunstante conjuntamente dentro de la
función adjetiva, junto al Atributo y al Predicado Nominal, que separadamente el Actante
dentro de la función sustantiva, junto a los restantes argumentos verbales, y el Circunstante
dentro de la función adverbial, junto a los satélites verbales.
Desde el punto de vista morfológico, esta función adjetiva era realizada no sólo por
el titular de dicha función, el adjetivo, sino también por el participio, el adjetivo pronominal,
el genitivo, el dativo, el ablativo, el sintagma preposicional, el sustantivo (e infinitivo)
adjetivado, el adverbio adjetivado y las oraciones subordinadas adjetivas y adjetivadas, de
cuya equifuncionalidad era prueba la coordinación heterogénea entre ellos, aunque con
algunas limitaciones, de lo que dimos cuenta en su momento y que ahora recogemos en un
cuadro resumen:
7 Ya en la función verbal estudiamos de pasada el Predicado Nominal junto al Verbal y pudimos
comprobar lo poco interesante que resultaba desde el punto de vista coordinativo,ya que la coordinación entre un
Predicado Verbal y uno Nominal, aparte de ser casual y anecdótica por lo poco frecuente, sólo nos confirmaba que
no había diferencia funcional entre ellos, aunque formalmente pudiesen ser muy variados: verbo + cualquier
realización de la función adjetiva o sustantiva.
genitivo
ablativo
S. Prep.
- participio/genindivo +
sustantivo adjetivado
adverbio
O. S. adjetiva de relativo
O. S. adverbial adjetivada
- "adjetivo pronominal" ? + genitivo
participio
"adjetivo pronominal" ?
ablativo
- genitivo +
S. Prep.
O. S. adjetiva de relativo
O. S. sustantiva adjetivada
- dativo + S. Prep.
participio
genitivo
ADJETIVO + - - ablativo +
sustantivo adjetivado
adverbio
participio
genitivo
- S. Prep. +
dativo
sustantivo adjetivado
participio
- sustantivo adjetivado +
ablativo
S. Prep.
participio
- adverbio +
dativo ?
ablativo
participio
- O. S. Adjetiva de relativo +
genitivo
- O. S. adverbial adjetivada + participio
1
E
i
-E
f
I
RECAPITULACIÓN Y CONCLUSIONES
47 1
Como se puede observar en el cuadro, es evidente que unas realizaciones adjetivas
aceptan con mayor facilidad la coordinación heterogénea que otras. Así, además del adjetivo
que, como titular de esta función, se puede coordinar con casi todas las realizaciones de esta
función, el participio, que, como adjetivo verbal, se puede coordinar con ocho, y el genitivo,
que, como caso adnominal por antonomasia, se puede coordinar con sietes, son las formas de
función adjetiva más coordinables heterogéneamente; en cambio, el adjetivo pronominal,
que sólo de una forma dudosa se coordina con el adjetivo y el genitivo, y el dativo, que sólo
se coordina con el sintagma preposicional, rara vez con el adjetivo y, dudosamente, con el
adverbio, son las menos coordinables, aunque por motivos diferentes: el adjetivo pronominal por no aceptar la coordinación ni homogénea ni heterogénea, según Fugier y Corbin
(1977); el dativo por ser un caso más bien adverbal. Entre un extremo y otro quedan el
ablativo y el sintagma preposicional con cinco, cuyo funcionamiento adnominal alterna con
el adverbal; el sustantivoy el adverbio adjetivados con cuatro, cuyo funcionamiento adnominal
no por transcategorización formal sino sólo funcional, y, por último, la oración subordinada adjetiva y adverbial adjetivada con tres y dos, respectivamente, cuyo funcionamiento
adjetivo es natural en el primer caso y transcategorizado funcionalmente en el segundo.
La mayoría de estas realizaciones podían ser tanto Atributo como Predicado Nominal
o Predicativo, pero algunas, cuya naturaleza las capacitaba para hacer normalmente la
función adverbial, sólo podían ser Predicativo Circunstante y, a veces, sólo con ayudagde la
coordinación heterogénea con un elemento de clara función adjetiva.
Siguiendo los estudios coordinativos sobre el sintagma nominal de Fugier y Corbin
(1977) y de Risselada (1984), veíamos que la coordinación entre Modificadores se daba,
sobre todo, cuando éstos pertenecían a los ACOII (los calificativos-explicativos) -o a un
tipo semántico determinado-, que se oponían a los ACOI (los especificativos), donde no se
daba la coordinación, excepto entre los que expresaban posesión. Por otro lado, estaban los
ACF (nuestros adjetivos pronominales), que, según estos autores, no aceptaban la coordinación entre sí ni con los ACO, lo que pudimos comprobar en líneas generales en V.3.3.1.2,
aunque, tal vez, hubiese algunas excepci~nes'~.
En V.3.3.1.1 se vio que las diferencias morfosintácticas entre el adjetivo y el 6
cipio (gerundivo), considerado un adjetivo verbal, eran mínimas, como corroboraba la fácil
8 Entre las cuales realizaciones conviene destacar, en primer lugar, que, mientras el adjetivo no puede
coordinarse con la oración sustantiva adjetivada por ser regida por un Predicado concreto, en cambio, el genitivo sí
puede y en exclusiva; en segundo lugar, que la función adjetiva del genitivo es diferente a la del sintagma
preposicional con el que no admite la coordinación, lo que viene a corroborar una vez más que no todas las
realizaciones de una función son coordinables, pues, aparte del requisito sintáctico, se necesitan otras condiciones
para que haya coordinación.
9 Realmente no está claro que se precise dicho apoyo contextual; lo que sucede es que elementos como
algunos ablativos, sintagmas preposicionales o adverbios, aunque pueden realizar la función de Predicativo Circunstante, como demuestra la coordinación, por ejemplo, con adjetivos, se considera que realizan la función
adverbial, a no ser que el contexto coordinativo nos c o n f m e su función adjetiva.
10 Entre los que se encontraban los numerales y, tal vez, algún indefinido, pero al respecto convendría
realizar un estudio más profundo, como se ha hecho en otras lenguas como el castellano, donde Franchini (1986)
a f m a que se pueden coordinar los pronombres que pueden aparecer como Sujeto.
472
MORFOSINTAXIS
LATINA COORDINATIVA
y frecuente coordinación entre ellos. Esto nos llevaba, en un principio, a estudiar estas
realizaciones bajo el mismo epígrafe del adjetivo, aunque después dentro de las restantes
realizaciones de la función adjetiva preferimos separar el adjetivo del participio para dejar
mayor constancia de tal coordinación heterogénea. En todo caso, estudiamos el participio
(gerundivo) como una clase de palabra equivalente al adjetivo, y no como una especie de
oración, ya que su consideración como oración responde más a nuestra traducción que a la
realidad sintáctica del latín.
En V.3.3.1.3.1 vimos que el aenitivo, a pesar de que se considera el caso cuya
función primordial es la adjetiva, sólo se coordinaba con el titular de esta función bajo
ciertas condaciones semánticas, volviendo a corroborar que el funcionamiento, en esta
ocasión, de estas dos realizaciones de la función adjetiva es, en parte, complementario, ya
que sólo el genitivo de cualidad y el de procedencia admiten la coordinación con adjetivos
que expresen cualidad y procedencia, respectivamente, cumpliendo así con el requisito de
equivalencia semántica del que se habla para que se pueda dar la coordinación. Dentro del
genitivo de cualidad, tal vez, haya que situar el genitivo llamado de finalidad, cuya función
sintáctica, a pesar de que lo hemos estudiado íntegramente dentro de la función adverbial,
parece ser, en muchos casos, adjetiva, con lo que tal genitivo realizaría su función más
frecuente en latín, la adnominal. El motivo de que tal genitivo se haya considerado adverbial
es tanto semántico tomo sintáctico, ya que, por un lado, el valor entre causal y final,
proveniente de la idea de futuro del gemndio o gemndivo, siempre presente, hace que tal
genitivo se considere adverbial, pero, por otro lado, también ayuda a tal consideración el
hecho & que el Núcleo nominal de tal genitivo esté ausente o lejos del genitivo, cuando
éste realiza la función de Predicativo Circunstante, función, al mismo tiempo, adjetiva y
adverbial.
Es, sobre todo, la función de Predicativo Circunstante, precisamente, la que justifica
una serie de coordinaciones heterogéneas, que para autores, como, por ejemplo, Pinkster
(1972), no presuponen equivalencia sintáctica, ya que, según él, se coordinan, por un lado,
con función adjetiva de Predicativo, por ejemplo, un adjetivo, un participio, un genitivo, un
ablativo de cualidad o un sustantivo adjetivado y, por otro lado, con función adverbial de
Adjunto, por ejemplo, un dativo (cf. V.3.3.1.3.2: B), un ablativo (cf. V.3.3.1.3.3: B), un
sintagma preposicional (cf. V.3.3.1.3.4: B) o un adverbio (cf. V.3.3.1.5 :B), así como una
oración subordinada adverbial adjetivada (cf. V.3.3.2.2.2), según se ve en nuestra tesis con
numerosos ejemplos coordinativos de Tácito. Es evidente que tal coordinación, cuya alta
frecuencia es extraordinaria, si no implicase equivalencia sintáctica, tiraría por tierra el
criterio coordinativo, que el propio Pinkster considera muy útil. Por tanto, tal coordinación
debe justificarse sintácticamente, ya considerando que ambos elementos realizan la misma
función,*en cuyo caso la función adjetiva parece más defendible que la adverbial, como
demuestra la posible adjetivación de adverbios y de otros elementos adverbiales, la compleja
función de Predicativo Circunstante que suelen realizar y el orden que suele colocar en
primer lugar el elemento adjetivo y en segundo el adverbial, que de esta forma parece verse
arrastrado a una función adjetiva; ya pensando que, si hay diferencia sintáctica entre los
miembros coordinados, ésta debe ser pequeña y10 estar neutralizada, pues, de lo contrario,
no se habrían coordinado". Nosotros creemos que en estos casos, como en otros distintos, la
diferencia no es sintáctica sino morfológica, ya que lo distinto es la realización formal de
una misma función. El motivo que da lugar a hablar de una diferencia funcional, según
nuestra opinión, no es otro que la identificación errónea de una forma con una función y
viceversa, que, a veces, está tan arraigada en la tradición gramatical que apenas nos deja
analizar la realidad morfosintáctica como se debe, a pesar de que criterios, como el de la
coordinación, parecen corroborar el funcionamiento real de cada elemento.
Esta misma identificación errónea de forma y función parece verse también cuando
se coordina un sustantivo adietivado y otro elemento adjetivo, como el propio adjetivo (cf.
V.3.3.1.4: B.1) y el participio (cf. V.3.3.1.4: B.2), o adjetivado, como algún ablativo (cf.
V.3.3.1.4: B.3.1) o sintagma preposicional (cf. V.3.3.1.4: B.3.2), de lo que también damos
cuenta en nuestra tesis con varios ejemplos concretos de Tácito. En tales casos el criterio
coordinativo deja en evidencia, por incoherente, la especial denominación que se da por
parte de la tradición gramatical al sustantivo adjetivado sólo cuando es Atributo y no cuando
es Predicado Nominal o Predicativo. Nos referimos, obviamente, a la llamada Aposición,
cuya etiqueta sólo parece justificarse pedagógicamente, ya que la diferencia entre la Aposición y el Atributo parece12 sólo morfológica: la Aposición es un sustantivo (o asimilado13)y
el Atributo es un adjetivo-participio (o asimilado). Tal diferencia morfológica, en cambio, a
tenor de la denominación tradicional, no parece afectar al Predicado Nominal y Predicativo,
ya que tanto si es un sustantivo como si es un adjetivo-participio se denomina de igual
modo. Por tanto, no creemos que sea necesario ni coherente hablar dentro del sintagma
nominal de Aposición, si el Modificador es un sustantivo, y de Atributo, si el Modificador es
un adjetivo-participio, ya que la coordinación entre ellos corrobora su equifuncionalidad
sintáctica y nos obliga a hablar de una sola función: el Atributo, cuya función es exclusiva-
11 Una y otra postura ante tal coordinación heterogénea viene a ser la misma, pues si hay neutralización
de las diferencias sintácticas es como si hablásemos de un sola función, la de Predicativo Circunstante, cuya
naturaleza, suma de la función adjetiva y la adverbial, justifica que se den coordinaciones entre elementos cuya
función normal es la adjetiva, como el propio adjetivo, el participio, el genitivo, el ablativo de cualidad o el
sustantivo adjetivado (a los que cabe añadir como realización oracional la oración subordinada adjetiva) y elementos cuya función normal es la adverbial, como el dativo, el ablativo, el sintagma preposicional o el adverbio (a los
que cabe añadir como realización oracional la oración subordinada adverbial adjetivada).
12 Dejamos abierta, sin embargo, la posibilidad de que a la diferencia morfológica se añada alguna
semántica, sintáctica o de cualquier tipo. De hecho, algunos, como L. Rubio (1984: 280-l), aplican, por ejemplo, a
nivel oracional la diferencia existente entre adjetivo-participio atributivo y sustantivo apositivo, ya que, según él, en
la oración adjetiva de relativo la que tiene antecedente nominal (tipo A), considerada una subordinación vertical, es
equivalente al adjetivo-participio atributivo, y la que tiene antecedente pronominal (tipo B), considerada una
subordinación horizontal, es equivalente a un sustantivo apositivo.
13 Nos referimos con "asimilado" al infinitivo o la oración subordinada sustantiva, que también pueden
ser Aposición, según la gramática tradicional. Nosotros, sin embargo, no hemos encontrado ni ejemplos en los que
las diferentes realizaciones de la función de Aposición se coordinen entre sí, ni ejemplos en los que estas otras
realizaciones de la Aposición se coordinen con otros elementos de función adjetiva, ya que no parece que en la
coordinación de una oración subordinada sustantiva adjetivada y un genitivo dependiendo de un sustantivo con
semántica cognoscitiva se pueda hablar de Aposición, lo cual, en cierto modo, es una pmeba de lo absurdo e
incoherente de tal etiqueta, que sólo se aplica a tales realizaciones cuando éstas desarrollan un pronombre o
concepto neutro.
mente adjetiva frente al Predicado Nominal o Predicativo, cuya función, además de adjetiva,
como decíamos, es también verbal, sustantiva o adverbial, según se trate de un Predicado
Nominal, un Predicativo Actante o Circunstante, respectivamente.
Por último, conviene destacar que, a veces, especialmente, dentro de la función
adjetiva, se hace evidente en las traducciones y, sobre todo, en las ediciones del texto latino
que no siempre se tiene en cuenta de una forma coherente el criterio coordinativo, como
manifiesta la traducción o el uso de comas, a veces, incorrecto, otras, incoherente por parte
de los distintos traductores o editores, sobre todo, cuando se trata de la coordinación de
miembros tan heterogéneos, que su función no parece equivalente, como sucede con los
casos especiales de Predicativo Circunstante. Al respecto, sena interesante tener el criterio
coordinativo como guía para colocar las comas, de forma que, salvo que el Coordinador así
lo exija por su naturaleza, no se coloque coma delante de un Coordinador, ya que tal coma
lo único que puede indicar es la ausencia de coordinación entre los miembros que aparecen
inmediatamente delante y detrás del Coordinador. Así mismo, aunar los criterios diacríticos
con respecto a cuándo se debe dejar entre comas una función como la de Atributo Circunstante o la de Predicativo Circunstante, de forma que se distingan entre sí -lo cual no parece
depender de las comas- y también con respecto a sus respectivos Actantes, que, obviamente, no deben ir entre comas nunca, ya que entre un actante y su Núcleo no puede haber una
coma separativa.
En V.4. veíamos la cuarta y última función sintáctica, la adverbial, i. e. satélite verbal
u oracional, que, por completar también al Predicado, a diferencia de la adjetiva, se opone a la
sustantiva. En efecto, mientras la función sustantiva es actante con respecto al Predicado, o
sea, necesaria para la gramaticalidad, en cambio, la función adverbial es circunstante, o sea,
innecesaria y, por tanto, omisible sin que haya agrarnaticalidad. Dentro de ella, tras una
pequeña referencia a sus subfunciones de Adjunto (satélite verbal) y Disjunto (satélite oracional),
nos veíamos obligados por la tradición gramatical a tratar sus funciones semántica, en cuyo
estudio se han centrado la mayoría de las gramáticas tradicionales, que, incluso, se olvidaban
de diferenciar la función sintáctica adverbial de la función sintáctica sustantiva, de tal modo
que muchas veces se consideraba que por semántica estábamos ante una función adverbial
cuando realmente por sintaxis estábamos ante una función sustantiva14. Así sucedía, por
ejemplo, en la mayoría de los complementos de lugar cuya función se consideraba adverbial
atendiendo a su semántica, pero que, en realidad, solía ser sustantiva, pues dependían
actancialmente de un verbo de movimiento, como ha hecho ver la gramática dependencial. De
todas formas, el estudio de las funciones semánticas dentro de la función adverbial se hace
imprescindible para una distinción de las diferentes realizaciones de esta función, cuya semántica es múltiple y variable en número y en denominación, según el autor, como corrobora la
lista que retomamos de Pinkster (1995: 37-8), que, a su vez, la retoma de Scherer (1975: 196),
cuyas diferencias con la gramática tradicional parecen evidentes: modo, instrumento, grado;
beneficiario, entidad afectada, compañía; ubicación en el tiempo (posición en el tiempo,
14 Éste puede ser también e1 motivo que ha hecho que las oraciones condicionales introducidas por si +
indefinido quis (+ indefinido alius), de las que hablábamos dentro de la función sustantiva (cf. V.2.2.2.2.2), se
hayan considerado adverbiales y no sustantivadas, como nosotros las consideramos a tenor del critedo coordinativo.
duración, plazo de tiempo); ubicación en el espacio (lugar ubi, qua, quo, unde); circunstancia
concomitante, causa, motivo, fin y consecuencia.
Pues bien, tal variedad semántica tenía que conllevar una variada realización
morfológica de la función adverbial (concretamente: el adverbio, el caso dativo y ablativo
-minoritariamente, el caso acusativo, locativo y "genitivo'-, el sintagma preposicional;
las oraciones subordinadas adverbiales y adverbializadas), que, en principio", debía poder
coordinarse heterogéneamente, corroborando así su equifuncionalidad, al menos, sintáctica.
Obviamente, aunque tal coordinación heterogénea se da en muchos casos, lo cierto es que,
debido a que cada realización sirve para expresar unas funciones semánticas y no otras, no
todas las realizaciones adverbiales se pueden coordinar entre sí, como corrobora nuestro
estudio en Tácito, que a continuación resumimos en un cuadro:
COORDINACIÓN HETEROGÉNEA DENTRO DE LA FUNCIÓN ADVERBIAL
genitivo ? +
ablativo
S. Prep.
O. S. adverbial
-E
S. Prep.
dativo +
O. S. adverbial
ablativo
+
S. Prep.
O. S. adverbial
DVERBIO +
- S. Prep. +
L
genitivo ?
dativo
locativo
acusativo
ablativo
O. S. adverbial
O. S. adverbializada
i
genitivo
dativo
O. S. Adverbial
+
ablativo
S. Prep.
15 Decimos "en principio" porque lo normal, si hay equivalencia semántica, sería la coordinación entre
sus distintas realizaciones por muy heterogéneas que fueran; asimismo, si no la hay, lo normal sena la yuxtaposición, aunque hay excepciones en uno y otro caso, como vimos.
Como se puede observar, unas realizaciones, como el sintagma preposicional o el
ablativo, son más polivalentes semánticamente que otras, como el locativo o el acusativo, lo
cual conlleva, desde el punto de vista coordinativo, que unas realizaciones aparezcan más en
coordinación heterogénea que otras. En este sentido, conviene destacar el hecho de que el
adverbio, a pesar de ser el titular de esta función, no es el que más posibilidades coordinativas
tiene (sólo tres), ya que ni se coordina con el genitivo ni con el dativo, casos cuya semántica
causal o final no coincide con la del adverbio; por el contrario, es significativo que sea el
procedimiento analítico de la preposición, cuyo uso va en aumento hasta suplantar al
procedimiento casual, el que más posibilidades coordinativas tiene (hasta ocho). Asimismo,
unas funciones semánticas admiten varias realizaciones, lo que favorece la coordinación
heterogénea, mientras que otras sólo pueden ser realizadas por uno o dos elementos, lo que
imposibilita o limita bastante la coordinación heterogénea. La coordinación, pues, entre
miembros heterogéneos con función adverbial será posible cuando su semántica sea la
misma o esté próxima, como sucede con la semántica de fin y causa, cuya frecuente
heterogéneos.
coordinación nos ha proporcionado el mayor número de ejemplos, ~bviamente'~,
En V.4.2.1.1 hablamos del titular de la función adverbial, el adverbio, y nos centramos en su coordinación homogénea, cuyo estudio puede ser interesante para una clasificación de los adverbios, tal y como hace Pinkster (1972). A nosotros nos interesaba más la
coordinación heterogénea del adverbio con los demás elementos de función adverbial,
confirmando de esta forma la función adverbial de éstos. Tal coordinación, sin embargo,
como se observa en el cuadro resumen, está limitada a sólo tres posibilidades, debido a que
su semántica no coincide con la de otras realizaciones adverbiales.
Dentro de la función adjetiva, hablamos ya de la posibilidad de considerar el genitivo
de finalidad como un genitivo adnominal, y no adverbal, como lo considera la gramática
tradicional y nuestro tratamiento dentro de la función adverbial (cf. V.4.2.1.2.1.1) parece dar
a entender. En efecto, si nosotros, siguiendo la gramática tradicional, lo hemos estudiado
dentro de la función adverbial, y no dentro de la función adjetiva con el resto de genitivos,
es porque este genitivo tiene un comportamiento tan peculiar que sólo a veces y con
dificultad se deja ver en función adjetiva dependiendo de un sustantivo, ya que en la mayoría
de los casos su función parece adverbial, como corroboraría, en pnmer lugar, su semántica
entre causal y final, en segundo lugar, la ausencia aparente de un Núcleo nominal y, en
tercer lugar, la coordinación con otros elementos más adverbiales que adjetivos, como el
ablativo, el sintagma preposicional o la oración subordinada adverbial. Sin embargo, si se
tiene en cuenta que, en pnmer lugar, su semántica entre causal y final procede de la forma
gerundial o gerundival y no del propio genitivo, que, en segundo lugar, la ausencia del
Núcleo en muchos casos no es tal, sino sólo un distanciamiento entre Núcleo y Modificador,
propio de la función de Predicativo Circunstante que el genitivo suele realizar, y que, en
tercer lugar, la coordinación heterogénea entre elementos con función adjetiva y otros con
aparente función adverbial es bastante frecuente y normal cuando estamos ante la función de
16 Las realizaciones de estas funciones semlnticas tan próximas son, sin embargo, generalmente diferentes, como se sabe y se ha podido comprobar en nuestros ejemplos coordinativos.
Predicativo Circunstante, hemos de concluir que el llamado genitivo de finalidad es, en un
principio, un genitivo adnominal que, cuando realiza la función de Predicativo Circunstante,
parece ser, si no lo es ya1', un Adjunto final o causal, como corroboraría su coordinación con
elementos cuya función aparente es adverbial18.
De nuevo, pues, nos encontramos con la problemática del Predicativo, del que ya
hablamos detenidamente dentro de la función adjetiva, donde lo ubicábamos por considerar
que, aunque su valor Actante lo aproxima a la función sustantiva y el Circunstante a la
adverbial, el Predicativo no pierde nunca su función adjetiva, ya que, de una forma concordada o no, siempre depende de un Núcleo nominal. Recordemos que el hecho de que el
Predicativo, ya Actante, ya Circunstante, modifique, además de a un Núcleo nominal,
también al Predicado Verbal, es lo que hace que se considere, a veces, cuando es Actante,
una función sustantiva, otras, cuando es Circunstante, una función adverbial. Pues bien, si el
Predicativo Actante no tuvo cabida cuando estudiamos la función sustantiva, tampoco el
Predicativo Circunstante debería tener cabida ahora dentro de la función adverbial; de
hecho, nosotros -creemos que de una forma coherente- estudiamos uno y otro Predicativo
dentro de la función adjetiva que ambos también realizan, ya que sus diferencias formales
son mínimas, pues la mayoría de las realizaciones del Predicativo Circunstante se dan
también con el Predicativo Actante, que, no obstante, era un poco más limitado tanto en la
cantidad como en la variabilidad. Ahora bien, es evidente que, desde el punto de vista de la
coordinación, mientras el Predicativo Actante no se puede confundir con la función sustantiva,
ya que nunca se coordina tal Predicativo con otro argumento, en cambio, el Predicativo
Circunstante parece confundirse con la función adverbial, ya que, según autores como
Pinkster (1972), tal Predicativo se puede coordinar con Adjuntos, lo que no deja de ser
chocante e incoherente, ya que iría en contra de la equifuncionalidad sintáctica de los
miembros coordinados. En tales casos de coordinación heterogénea ya dijimos que hay
equifuncionalidad, como en otros, y que la función de tales miembros heterogéneos es la de
Predicativo Circunstante, más defendible que la de Adjunto. El problema está en que sólo
podemos hablar de Predicativo cuando uno de los dos miembros coordinados es de clara
función adjetiva, ya que si ambos miembros son en apariencia de función adverbial resulta
muy difícil, por no decir imp~sible'~,
hablar de Predicativo. Es lo que sucedía, en cierto
modo, en la coordinación entre el genitivo llamado de finalidad y un ablativo, un sintagma
preposicional o una oración adverbial, donde la función del genitivo, a pesar de su naturaleza adnominal, se veía más como Adjunto que como Predicativo.
17 En algunos casos es muy difícil sostener ya una función adnominal de tal genitivo, ya que con el
tiempo tal construcción se fue desarrollando cada vez más como un giro causal-final sin un Núcleo nominal claro,
cuyo paralelo griego T O +~ infinitivo pudo ayudar a entenderlo con función adverbial.
18 Si nuestra explicación de este genitivo no resulta convincente a pesar de las pruebas que aportamos,
siempre se puede acudir, como hacen algunos lingüistas en este caso, a la elipsis de causa o gratia en esta
construcción gerundial o gerundival, en cuyo caso el genitivo sena adnominal de un ablativo con función adverbial
causal-final.
19 El motivo de tal imposibilidad está en la identificación errónea de una forma con una función y
viceversa, de la que ya hablamos con anterioridad.
Y precisamente también relacionado con el Predicativo está la posible adverbialización
del adjetivo (participio) (cf. V.4.2.1.3), de la que la mayoría de gramáticas tradicionales
habla. Si hemos aceptado, como se ha visto dentro de la función adjetiva, la adjetivación de
elementos cuya función propia no es la adjetiva sino la adverbial, basándonos, sobre todo, en
la función de Predicativo Circunstante que realizaban estos elementos, nada parecería impedir que aceptásemos también la adverbialización de elementos cuya función propia no es la
adverbial sino la adjetiva, si no fuese porque lo único que sostiene tal adverbialización no es
un criterio sintáctico sino semántico, que se basa, en principio, en la traducción que se suele
hacer de tales elementos adjetivos mediante una forma adverbial. Por ello, hemos creído
más interesante, cómodo y coherente partir de la adjetivación de elementos adverbiales que
de la adverbialización de elementos adjetivos, lo que nos ha llevado a un estudio de la
coordinación entre elementos, en principio, adjetivos y adverbiales dentro de la función
adjetiva y no dentro de la función adverbial.
En definitiva, ante el problema de la adverbialización de elememos adjetivos o la
adjetivación de elementos adverbiales creemos que la única solución razonable es la segunda, en contra de la postura de la gramática tradicional, que, en este caso, como en otros
muchos, se ha dejado llevar al analizar los fenómenos lingüísticos latinos por la traducción
que se suele hacer de ellos. Así, si en otro tiempo la mayoría de las lenguas actuales se
estudiaban bajo la óptica de la gramática latina, mal interpretando de esta forma las peculiaridades de cada lengua, en los últimos años se ha cometido el error inverso de interpretar la
lengua latina atendiendo a nuestras lenguas y no a la naturaleza de la propia lengua latina.
Ahora parece que la mayoría de los estudios se intentan enfocar partiendo de la propia
lengua latina, para lo cual creemos que el criterio coordinativo, si se acepta que los miembros coordinados son equifuncionales, puede ser muy útil, sobre todo, en el estudio
morfosintáctico. Nuestra humilde aportación pretende tan sólo dar pistas para un posterior
estudio detenido de cada cuestión desde la perspectiva coordinativa.
Antes de la supuesta adverbialización del adjetivo (participio) y después del genitivo
de finalidad, vimos la función adverbial del sustantivo (pronombre, adjetivo sustantivado,
gerundio ...) transcategorizado mediante un caso oblicuo o una preposición. Concretamente,
en el caso del dativo (cf. V.4.2.1.2.1.2), nos centramos, dentro de la coordinación homogénea, en dilucidar su función sustantiva de su función adverbial, de cuya problemática se
hacen eco la mayoría de estudiosos del dativo, ya que no siempre resulta fácil delimitar si
estamos ante un dativo argumento o satélite en usos como, por ejemplo, el del llamado
dativo posesivo o el del dativo agente. Dentro de la coordinación heterogénea se observa que
la delimitación semántica del dativo, caso especialmente marcado, le deja pocas posibilidades a tal coordinación, lo que nos llevó a un estudio conjunto de ella, aunque fuese en contra de
nuestro proceder habitual. De este modo se comprobó que entre los escasos ejemplos de
coordinación heterogénea estaba la posible coordinación con un sintagma preposicional, generalmente, irdad + acusativo, así como con una oración subordinada adverbial final o causal.
En el caso del ablativo la situación era justamente la inversa a la del dativo, como era
de esperar en un caso que se considera esencialmente adverbial. De hecho, mientras que al
dativo adverbial, tratado en su totalidad, apenas le dedicamos nueve páginas, al ablativo, al
que sólo tratamos parcialmente en V.4.2.1.2.1.3 (coordinación homogénea y con adverbio y
locativo) le dedicamos veinticinco páginas, a las que cabe añadir las de la coordinación con
las otras realizaciones adverbiales que se estudian después, o sea, el sintagma preposicional
y la oración subordinada adverbial. Dentro de su coordinación homogénea nos detenemos en
la amplia variabilidad de las clases de palabras y sintagmas que pueden estar en ablativo con
función adverbial, destacando la construcción gerundival y la participial, cuya proximidad
formal y funcional es tal que no hay nada que impida la coordinación entre ellas mismas y
con otras clases de palabra en ablativo. La problemática de tratar en nuestra tesis el participio absoluto como una clase de palabra o como una oración subordinada adverbial queda
resuelta al no tratarse ni de una cosa ni de otra, ya que se trata de una construcción especial,
a la que actualmente denominan algunos predicación incrustada, cuya ubicación dentro de
nuestro estudio como clase de palabra u oración es indiferente, ya que lo que nos interesa es
su función y ésta es casi siempre adverbial, como confirma su coordinación con otros
elementos adverbiales, como otros ablativos, adverbios, sintagmas preposicionales u oraciones subordinadas adverbiales.
En el caso del sintagma preposicional (cf. V.4.2.1.2.2) es evidente que estamos ante
un sintagma formado por dos elementos que no son omisibles: una preposición
transcategorizadora y un Núcleo, generalmente, sustantivo, y no ante una clase de palabra.
Somos conscientes, pues, de que su tratamiento en nuestro gráfico ~ ~ ~ ~ Á ~ ~ ~ ~ ~ - m o r f o l ó
como clase de palabra no responde a su realidad lingüística, sino a un deseo simplificador
que se empeña en un encasillamiento, tal vez, excesivo. Es evidente, sin embargo, que lo
importante no es su encasillamiento como realización morfológica sino su función sintáctica,
que en este caso es adverbial, como corrobora su coordinación con todas las demás realizaciones adverbiales, como se observa en nuestro cuadro resumen, lo que viene a demostrar
que el procedimiento analítico de la preposición sirve para expresar todos los matices
semánticos que pudieran expresar el resto de realizaciones, algunas de las cuales, las casuales, tennina por suplantar más tarde o más temprano (adverbio (cf. V.4.2.1.2.2: B.1),
genitivo de finalidad (cf. V.4.2.1.2.1.1: B.2), dativo (cf. V.4.2.1.2.1.2) locativo (cf. V.4.2.1.2.2:
B.2. l), acusativo (cf. V.4.2.1.2.2: B.2.2), ablativo (cf. V.4.2.1.2.2: B.2.3), oración subordinada adverbial (cf. V.4.2.2.1: C.3) y adverbial (cf. V.4.2.2.2)) Dentro de la coordinación
homogénea conviene destacar que en la mayoría de los casos de tal coordinación lo que se
coordinan son los Núcleos afectados por una sola y misma preposición, no los sintagmas
preposicionales. Nuestro estudio de la coordinación "homogénea" se centra, en consecuencia, en la coordinación de sintagmas preposicionales diferentes, cuyo estudio nos parece
bastante útil para delimitar la semántica de las preposiciones latinas.
Por último nos queda repasar la realización oracional de la función adverbial, que,
como es bien sabido, se refiere a lo que en las gramáticas tradicionales se denomina oración
subordinada adverbial. Al respecto conviene advertir que en la mayoría de estas oraciones el
origen relativo de su Subjuntor (quod, quia, quoniam; quamquam, quamvis; cum ...) nos
hace pensar en una originaria oración adjetiva, que, tras previa, tal vez, sustantivación al
perder su correlato, antecedente o consecuente, se adverbializaban, como se ve todavía en
las llamadas oraciones adverbiales de relativo introducidas por quo, qua, unde y ubi, que
cuando tienen un antecedente local todavía tienen función adjetiva, pero que, cuando carecen de él, tras sustantivarse, realizan una función adverbial local. Creemos que, entre las
múltiples clasificaciones que se hacen de las oraciones adverbiales, no estaría mal que se
tuviera en cuenta aquella que atiende a su origen relativo y, por tanto, adjetivo, lo que nos
llevaría a ver que la mayoría de las oraciones consideradas adverbiales son, en realidad,
adverbializadas.
Hecha esta precisión, hemos de señalar que, sin embargo, para no alejarnos en
demasía de nuestro estudio coordinativo, hemos optado por no alterar mucho la teoría
tradicional con respecto a tales oraciones y tan sólo hemos distinguido, siguiendo a Rubio
(1995), las oraciones llamadas adverbiales de las adverbializadas, en paralelismo con la
distinción entre sustantivas y sustantivadas y entre adjetivas y adjetivadas, ya que parece
lógico, en principio, que si hay oraciones sustantivas y adjetivas haya adverbiales, así como
si hay oraciones sustantivadas y adjetivadas haya adverbializadas. Inclusive, como se ha
podido ver, nuestro deseo clasificatorio morfosintáctico ha pretendido hacer distinciones
dentro de cada una de estas clases de oraciones, a veces, siguiendo la clasificación tradicional, como, por ejemplo, en el caso de las diferentes oraciones sustantivas o adverbiales,
otras, atendiendo a nuestro criterio coordinativo, que podía corroborar o alterar la tradición,
como ha sucedido al hablar de oraciones adverbiales sustantivadas y adjetivadas. Obsérvese
que, si bien la lengua no es una ciencia exacta, a veces lo parece al seguir unas pautas de
funcionamiento que se pueden predecir. Así también, si dentro de las sustantivadas hay unas
de origen adjetivo y otras de origen adverbial y si dentro de las adjetivadas hay unas de
origen sustantivo y otras adverbial, lo lógico es que dentro de las adverbializadas haya unas
de origen adjetivo y otras sustantivo. Ahora bien, mientras de los dos primeros casos de
oraciones transcategorizadas tenemos constancia coordinativa que nos las ratifica como
tales, de las adverbializadas apenas tenemos constancia coordinativa, al menos en Tácito,
que nos permita un estudio separado de unas y otras adverbializadas, lo que nos lleva a
plantearnos si tienen entidad real o su existencia es fruto de nuestro deseo de hacer una
clasificación perfecta de las oraciones subordinadas.
Pues bien, en nuestro estudio coordinativo de la oración subordinada adverbial y
adverbializada lo primero que llama la atención, como ya hemos dicho, es que apenas haya
constancia de coordinación homogénea ni heterogénea de oraciones adverbializadas, debido,
sobre todo, a su escasa variabilidad formal y semántica, y que, por su parte, los ejemplos de
oraciones adverbiales coordinadas entre sí y con otros elementos adverbiales, aunque son
frecuentes, sobre todo, en la coordinación heterogénea con el adverbio, el ablativo y el
sintagma preposicional, no son muy variados, ya que en la mayoría de los casos la oración
adverbial es causal o final, funciones semánticas tan próximas que admiten la coordinación
entre ellas, como ya vimos al tratar el genitivo de finalidad y el dativo en coordinación con
estas oraciones causales y finales, y se ve también en la coordinación con ablativos
instrumentales y con sintagmas preposicionales, entre los que destaca por su frecuencia en
Tácito el formado por la preposición ob + acusativo. La mayor variabilidad en los miembros
coordinados se da cuando la coordinación se establece entre la oración adverbial y el
adverbio, debido a la variada semántica de los adverbios y oraciones adverbiales.
Como conclusión a esta recapitulación - q u e hemos pretendido que fuera lo más
concisa y completa sin que creamos, no obstante, haberlo conseguido, dada la complejidad
y extensión de nuestro estudio- hemos de confesar nuestra desilusión y decepción por no
haber podido profundizar, en muchos casos, todo lo que hubiera sido necesario para sacarle
un mayor rendimiento al criterio coordinativo que nos ha servido de base para una nueva y
novedosa visión de la morfosintaxis latina. Tal visión morfosintáctica, sin duda, contiene las
deficiencias que se presuponen a un estudio limitado a un solo escritor, Tácito, y basado en
los siempre eventuales y caprichosos ejemplos de coordinación, sobre todo, heterogénea.
Nos queda, sin embargo, la satisfacción de haber concluido por fin este trabajo que en
algunos momentos se nos antojó interminable, y el consuelo de pensar que pueda servir de
base a otros estudios gramaticales latinos desde la perspectiva coordinativa o, al menos, que
el criterio coordinativo se tenga en cuenta en el análisis de muchos fenómenos morfosintácticos.
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