1 RESPONSABILIDAD CIVIL EN LOS CONTRATOS DE WEB

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RESPONSABILIDAD CIVIL EN LOS CONTRATOS DE WEB HOSTING
Autor: Dr. Gabriel A. Cámpoli
La intención expresa de este trabajo es desarrollarlo en partes que
comprenden la responsabilidad entre las partes por incumplimiento contractual
y la responsabilidad hacia terceros.
Es claro que aún a pesar de que en un primer momento se haya dicho que el
mismo se ubica dentro de la responsabilidad civil y expresamente en la
contractual, no escapa al lector el hecho de que siempre se debe tener en
cuenta que como los terceros no son parte del contrato, los acuerdos entre
partes no pueden obligarlos y menos aún imponerles restricciones a sus
derechos.
Responsabilidad entre las Partes:
A la vista de que no es expresamente el tema del presente me limitaré aquí a
explicar que la responsabilidad por incumplimiento contractual entre las partes
debe regirse expresamente por los términos acordados por las partes, en
cumplimiento del principio de autonomía de la voluntad expresado en casi
todos los ordenamientos de origen europeo continental y aún en los de
tradición anglosajona.
Por regla general cada parte tiene obligaciones específicas en lo común de
este tipo de contratos, el soporte tiene la expresa responsabilidad de colocar y
mantener en la red los contenidos del titular de la página y éste a su vez tiene
la obligación directa de proveer los contenidos en tiempo y forma y de abonar
por el servicio el precio pactado.
Con éstas líneas generales, se podría decir en virtud de la teoría general de los
contratos que el incumplimiento de la otra faculta a la parte que ha cumplido a
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reclamar el cumplimiento o bien la rescisión del contrato con más los daños y
perjuicios.
Creo que este punto no denota mayor interés ya que no presenta dificultad
interpretativa que no sea la vinculada a las cláusulas específicas del contrato.
Responsabilidad Frente a Terceros:
En este punto es donde la teoría comienza a separarse de la práctica, toda vez
que por regla general en los contratos, los proveedores de hosting intentan
deslindar toda responsabilidad por los contenidos.
El punto es que ante los terceros, como ya se dijo los términos contractuales
resultan inoponibles porque las convenciones particulares no obligan sino a las
partes.
Ahora bien, si los términos contractuales resultan inaplicables para los usuarios
comunes, ¿Cuáles son las reglas que rigen la responsabilidad por los
contenidos.?
Como primer punto se debería analizar cuáles pueden ser los puntos que
puedan afectar a terceros.
A esos efectos, planteo un listado que sin intención de ser taxativo, se utiliza a
fines orientativos.
a)
Responsabilidad civil derivada de los delitos contra el honor.
b)
Responsabilidad civil derivada por delitos de prensa.
c)
Responsabilidad civil por violación de derecho a la intimidad.
d)
Responsabilidad civil por delitos de prensa.
e)
Responsabilidad civil por publicidad engañosa.
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f)
Responsabilidad civil derivada de la Ley de Defensa del
consumidor.
g)
Responsabilidad civil por competencia desleal.
h)
Responsabilidad civil derivada de violaciones de propiedad
intelectual.
Ante todos los casos de reclamos por responsabilidad civil, es claro que el
propietario de la página web siempre es responsable desde el momento que es
él en forma directa quien provee los contenidos a publicar en la web, razón por
la cual no existe eximente de responsabilidad posible para él, ya que es un
tema altamente desarrollado el hecho de que quien crea un contenido es
responsable de los daños que este pueda producir a terceros y aún de las
violaciones de derechos intelectuales o e las acciones civiles que nacen de los
delitos cometidos.
El punto entonces discutir es la posible o no responsabilidad del proveedor de
web hosting ante los usuarios y terceros perjudicados por los contenidos de la
página.
En primera instancia se podría imponer un criterio de que al no participar el
proveedor de la creación de los contenidos no puede resultar responsable de
los actos de un tercero que no le son imputables.
Claro que esto podría ser cierto si el proveedor no poseyera sobre el titular de
la página la posibilidad de evitar en forma inmediata la violación de derechos de
terceros mediante la simple acción de retirar la página de la red sin necesidad
de autorización alguna del titular.
Esto transforma al proveedor en una especie de guardián de los contenidos de
las páginas que soporta en forma casi directa y eso impide que pueda
deshacerse de la responsabilidad de una forma tan liviana como se podía ver
prima facie.
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Pero claro, el proveedor podrá alegar en su defensa que el no puede en forma
efectiva monitorear en directamente todos los contenidos de todas las páginas
que soporta ya que eso tornaría la actividad en completamente inviable en
cuanto a costos y operatividad.
Este argumento no resulta en un todo desechable, toda vez que gran parte de
estos argumentos pueden ser atendibles a poco que se analice la realidad de la
operatividad de la red y la facilidad con que los titulares de las páginas pueden
cambiar los contenidos sin necesidad de notificar siquiera al proveedor.
Pues bien..... ¿Ante este dilema de posiciones encontradas, cual puede ser la
solución?
En ese sentido habría que dirigir las acciones a favor de ambas partes hacia
una posición ecléctica que no fuerce ni desequilibre la balanza en contra de
ninguna de las dos partes, ya que de seguro, por regla general los titulares de
las páginas difícilmente puedan responder a una demanda, ya que los bajos
costos de manutención de las mismas y la fiebre del oro de internet han creado
infinidad de compañías fantasmas que mal pueden responder de los daños que
causen, mientras que los proveedores se encuentran en mucho mejor posición
de garantizar un cobro efectivo por parte de los damnificados.
El problema es cuál es la posición ecléctica en el caso planteado, es decir,
¿En qué casos resulta responsable la empresa y en qué casos no?, o lo que es
igual, ¿Cuándo debe responder el proveedor ante los terceros por los
contenidos y cuándo puede eximirse.?
La respuesta no resulta fácil, ya que cualquier argumento que se use puede
desequilibrar la balanza a favor de uno u otro lado en forma definitiva e
irreversible y causar más daños que beneficios.
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La verdad es que pareciera que algunos ordenamientos pueden tener serios
problemas si no prevén la solución posible a estos casos en breve, ya que a
diario se generan daños y en poco tiempo se presentará un cúmulo de
demandas que no tendrán soluciones efectivas ni adecuadas.
Para intentar alguna solución real y luego de realizar una mirada crítica al
derecho comparado , podemos rescatar la solución prescrita en el texto de la
Directiva 2000/31 de la Unión europea el cual en su Art. 40 expresa:....”En
algunos casos, los prestadores de servicios tienen el deber de actuar para
evitar o poner fin a actividades ilegales...”. Si bien la norma en sí misma no
otorga la solución buscada, es una buena aproximación a ella.
Es claro que ha quedado en manos de la doctrina interpretar en qué casos
resulta responsable el proveedor en forma solidaria con el creador de los
contenidos.
Esta es la solución que se plantea en el presente a modo de conclusión y que
concuerda con la doctrina Europea para este tipo de casos, promediando la
capacidad del proveedor de retirar de línea al infractor con el hecho de que
resulta imposible un control efectivo de todas las páginas soportadas por un
proveedor.
Conclusiones:
A fin de cuentas, la solución no está tan lejos como parecía en primera
instancia, ya que si tenemos en cuenta lo que rige en la UE, podemos ver que
la responsabilidad existe.
Es claro que no puede existir en todos los casos y a como corolario de la
presente creo correcto que exista la misma en los siguientes casos:
a)
Cuando el proveedor obtiene un beneficio económico de la
página infractora, sea este directo o indirecto, toda vez que
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este hecho lo convierte en parte del productor del daño y por
ello nace su obligación de responder.
b)
Cuando el damnificado notifica en forma fehaciente al
proveedor del daño causado por la página y éste no ejerce
acción alguna de tipo real o legal en contra el infractor, toda vez
que su inacción lo convierte en parte del objeto dañoso por
incumplimiento del deber de supervisión de la cosa riesgosa.
Llegados estos casos y cuando un particular se vea perjudicado por una página
web determinada, tiene varios caminos, a saber:
1) Intimar al titular de la página si lo conociere o fuese
determinable.
2) Intimar al proveedor de web hosting a efectos de que éste una
vez comprobado el daño tome las acciones necesarias a fin de
evitar el mismo.
3) En caso de no obtener respuesta de ninguno de los dos,
puede demandar por daños y perjuicios en forma solidaria a
ambos.
4) Intimar a la autoridad de registro de dominios a fin de que la
misma informe sobre los datos del proveedor o del titular de la
página web dañosa.
Los principios enunciados poseen como se indicó sanción legal en la UE en la
directiva 2000/31 y desarrollo en toda la doctrina del derecho continental
europea, razón por la cual puede considerarse que responden a la solución
ecléctica planteada en un inicio en defensa de los intereses cruzados de los
proveedores y los posibles terceros perjudicados por los contenidos de las
páginas web.
Creo que con ésta solución se mantiene el equilibrio necesario para mantener
el desarrollo de la red sin menoscabar los derechos de los usuarios, quienes se
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verán en gran medida protegidos por los servidores de soporte (hosting) de
páginas web, los cuales a fin de evitar su responsabilidad civil ante los primeros
por regla general tenderán a controlar de manera bastante efectiva los
contenidos que lanzan a la red sus contratantes.
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