entra en vigor la reforma constitucional en materia de justicia penal

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Derechos Humanos: Agenda Internacional de México
Boletín informativo
Dirección General de Derechos Humanos y Democracia • Secretaría de Relaciones Exteriores • 19 de junio de 2008
ENTRA
EN
VIGOR
LA
REFORMA
CONSTITUCIONAL
EN
MATERIA DE JUSTICIA
PENAL Y SEGURIDAD
PÚBLICA
El 17 de junio de 2008, la Presidencia de la República
emitió la Nota Informativa “Firma el Presidente Felipe
Calderón Decreto de Reforma Constitucional en materia
de Justicia Penal y Seguridad Pública”, informando que en
la ceremonia celebrada con la participación del Presidente
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Guillermo
Ortiz Mayagoitia, y los presidentes de las comisiones
de Seguridad Pública de las Cámaras de Senadores y
Diputados, el Titular del Ejecutivo Federal, Presidente Felipe
Calderón Hinojosa, firmó el Decreto por el que se reforman
los artículos 16, 17, 18, 19, 20, 21 y 22; las fracciones XXI
y XXIII del artículo 73; la fracción VII del artículo 115 y la
fracción XIII del apartado B del artículo 123, todos de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Al respecto, es importante recordar los siguientes
aspectos1:

En la sesión ordinaria del 6 de marzo de 2008,
el Pleno del Senado de la República aprobó por
73 votos a favor y 25 en contra, el proyecto de
Decreto por el que se reforman y adicionan
diversas disposiciones de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos. El Senado de
la República turnó el Proyecto de Decreto para su
aprobación por la mayoría en las legislaturas de
las 31 Entidades Federativas de nuestro país2.
1 Boletín Informativo Derechos humanos: agenda internacional de México, No.
56 del 14 de marzo de 2008, “Reforma constitucional en materia de seguridad
pública y justicia penal”.
2 Gaceta Parlamentaria. No. 206. Año 2008 Viernes 07 de Marzo 2° Año de
Ejercicio. Segundo Periodo Ordinario: http://www.senado.gob.mx/gace.php?ses
ion=2008/03/07/1&documento=1.
El Artículo 135 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, señala que para que
las adiciones o reformas lleguen a ser parte de la
misma, se requiere la aprobación de la mayoría de
las legislaturas de los estados.

En sesión del 28 de mayo de 2008, el Senado de
la República tomó nota del recibo de los oficios
de los Congresos de los Estados de Aguascalientes,
Campeche, Chihuahua, Coahuila, Durango,
Guanajuato, México, Michoacán, Morelos, Nuevo
León, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí,
Sinaloa, Tabasco, Veracruz, Yucatán y Zacatecas,
comunicando su aprobación al Proyecto de
Decreto en comento3.

La Secretaría del Pleno de la Cámara de Senadores
dio fe de la emisión de 19 votos aprobatorios del
Proyecto de Decreto y en tal virtud, la Presidencia
del Pleno declaró la aprobación del Decreto por la
mayoría de las legislaturas estatales, misma que fue
turnada al Ejecutivo Federal para su publicación en
el Diario Oficial de la Federación. La Cámara de
Senadores señaló que “seguirá atenta para recibir
las resoluciones que se emitan de otras legislaturas
de los estados sobre este mismo asunto” 4.

En cumplimiento de lo establecido en la fracción
I del Artículo 89 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, el 17 de junio de 2008,
el Presidente Calderón firmó el “Decreto por el que
se reforman y adicionan diversas disposiciones
de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos”, mismo que fue publicado en el Diario
Oficial de la Federación el 18 de junio de 2008.
En tal sentido, a continuación se reproducen los
discursos pronunciados por el Presidente Calderón y el
Secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño.
3 Oficios de los Congresos de los Estados: http://www.senado.gob.mx/sgsp/
gaceta/60/2/2008-05-28-1/assets/documentos/congresos.pdf.
4 Gaceta Parlamentaria No. 7. Año 2008. Miércoles 28 de Mayo 2° Año de
Ejercicio. Segundo Receso. Comisión Permanente: http://www.senado.gob.mx/
gace.php?sesion=2008/05/28/1.
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BOLETÍN INFORMATIVO •
Derechos Humanos: Agenda Internacional de México
Discurso del Presidente Felipe Calderón
Hinojosa (17 de Junio de 2008, Palacio
Nacional, Ciudad de México)
Muy buenos días.
Señor Ministro, don Guillermo Ortiz Mayagoitia, Presidente
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Señor Senador Francisco Arroyo Vieyra, Vicepresidente de
la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores.
Señor Diputado Cristián Castaño Contreras, Vicepresidente
de la Cámara de Diputados.
Señor Senador Ulises Ramírez Núñez, Presidente de
la Comisión de Seguridad Pública de la Cámara de
Senadores.
Señor Diputado César Camacho Quiroz, Presidente de la
Comisión de Justicia de la Cámara de Diputados.
Señor Senador Alejandro Zapata Perogordo, Presidente
de la Comisión de Estudios Legislativos de la Cámara de
Senadores.
Señor Diputado Juan Francisco Rivera Bedoya, Presidente
de la Comisión de Seguridad Pública de la Cámara de
Diputados.
Señor Senador Alejandro González Alcocer, de la Comisión
de Justicia de la Cámara de Senadores.
Señoras y señores legisladores.
Señores dirigentes de la sociedad civil, de partidos
políticos.
Distinguidos invitados.
En un Estado de Derecho es tarea esencial de las
autoridades salvaguardar la integridad y los derechos de los
ciudadanos, preservar las libertades y el orden. Es quizá la
primera responsabilidad del Estado en términos históricos
y en términos jerárquicos.
Y por ello celebro que el día de hoy los mexicanos demos
un paso fundamental para fortalecer las instituciones
encargadas de la procuración de justicia y de la seguridad
pública.
El año pasado mi Gobierno presentó una iniciativa de
reforma constitucional en materia penal, esa iniciativa se
enriqueció con un intenso debate y con propuestas diversas
impulsadas por distintos legisladores, aquí presentes, y
después de un diálogo caracterizado por la pluralidad, la
inclusión y el profesionalismo, la reforma fue aprobada
por las fuerzas políticas representadas en el Congreso de la
Unión y por las legislaturas locales.
Hoy, con la firma del decreto de promulgación
correspondiente, entrará en vigor esta reforma a nuestra
Constitución en materia de procuración e impartición de
justicia penal.
Hago un sincero reconocimiento a las señoras y a los
señores miembros del Congreso de la Unión, de las
comisiones que trabajaron en este importante proyecto,
a las legislaturas locales, a los especialistas y expertos de
diversas disciplinas que participaron en esta importante
reforma, por haber analizado, enriquecido y, finalmente,
aprobado una reforma que es fundamental para el país.
2 DGDH • SRE
DGDH. SRE. No. 75 • 19 de junio de 2008
Esta es quizá la más relevante reforma realizada al sistema
penal que hayamos tenido los mexicanos en mucho tiempo,
y quizá sólo comparable con la transición del sistema
puramente inquisitorial, que rigió hasta principios del siglo
pasado, al sistema mixto que operaba hasta ahora.
Gracias a ella, podremos avanzar en la necesaria
modernización de las instituciones encargadas de procurar
e impartir justicia, lo cual es indispensable para avanzar
con éxito en nuestra lucha por un México de orden,
un México de leyes, un México de libertades en el que
podamos vivir mejor.
Entre los beneficios más importantes de esta reforma,
muchos de ellos ya mencionados, se encuentran los
siguientes:
Primero. México adoptará un sistema de justicia penal
plenamente acusatorio, con juicios orales y procesos
simplificados.
A partir de ahora, los Poderes Judiciales de todo el país
comenzarán un proceso de implementación y transición
hacia este nuevo sistema de enjuiciamiento.
Gracias a ello, por ejemplo, la etapa de investigación de
los delitos será mucho más ágil y deberá ser mucho más
profesional.
El juicio se desarrollará plenamente en audiencias orales
y públicas, ante la presencia obligatoria de un juez, que
también obligadamente presenciará el desahogo de las
pruebas y los alegatos.
Así podremos ofrecer a los ciudadanos un sistema de
justicia más transparente, respetuoso de los derechos
humanos y que proteja con mayor celeridad y eficacia sus
derechos.
Segundo. Se otorgan facultades de investigación a las
policías, quienes actuarán bajo la conducción del Ministerio
Público, pero también se fortalecen las facultades de las
instituciones policíacas para la investigación preventiva,
para la formación de inteligencia e información,
indispensable para combatir el delito, particularmente el
crimen organizado.
Esto permitirá contar con herramientas más útiles, a fin
de preservar la seguridad pública que, hoy por hoy, es la
primera preocupación de los ciudadanos.
Tercero. Los ciudadanos gozarán de un sistema eficaz
y transparente de protección de sus derechos, tanto del
inculpado, como de las víctimas, quizá el sujeto más
olvidado en esta relación.
Con esta reforma dejamos atrás el sistema en el cual el
indiciado prácticamente se consideraba culpable hasta
que se demostrara lo contrario, y adoptamos el principio
elemental de presunción de inocencia: toda persona es
inocente hasta que se demuestre su culpabilidad.
BOLETÍN INFORMATIVO •
Derechos Humanos: Agenda Internacional de México
También se establecen nuevas medidas en favor de los
derechos de las víctimas, que es una gran innovación
de la reforma, como el de recibir asesoría jurídica, de
coadyuvar con el Ministerio Público e incluso intervenir en
el juicio, recibir atención médica y psicológica cuando sea
necesaria, fortalecer los instrumentos para la reparación
del daño o bien mantener en secreto su identidad y sus
datos personales en aquellos casos en los que su seguridad
así lo requiera.
Cuarto. Las autoridades tendrán nuevas y mejores
herramientas constitucionales para combatir a la
delincuencia organizada.
Gracias a figuras como el arraigo, la extinción de dominio
en favor del Estado de bienes asegurados producto de
ilícitos, podremos golpear con mayor contundencia las
estructuras operativas y económicas de las organizaciones
criminales.
También se establecerán centros especiales de reclusión
preventiva y ejecución de sentencias que contarán con
medidas de vigilancia especial para criminales de la
delincuencia organizada.
Esta, la lucha contra la criminalidad y por la seguridad
pública, particularmente la lucha contra la criminalidad
más peligrosa, que es el crimen organizado en todas sus
modalidades, no es una lucha del Gobierno, es una lucha
de toda la sociedad, del Estado mexicano, integrado por
los mexicanos, precisamente, y sus autoridades.
DGDH. SRE. No. 75 • 19 de junio de 2008
Porque no habrá seguridad garantizada mientras se asuma
que la lucha por la seguridad pública es tarea de un solo
orden de Gobierno, sea el Federal o cualquier otro; es
una responsabilidad de todas las autoridades, de todos
los órdenes del Gobierno y un esfuerzo que requiere la
colaboración de la ciudadanía.
Sexto. Se establecen también medios alternativos de
solución de controversias a fin de restituir al agraviado
en el goce de sus derechos, lo cual permitirá que asuntos
meramente civiles o comerciales se discriminalicen y que
pueda haber un espacio para el entendimiento y la razón, y
a fin de que el Estado se centre con todas sus capacidades
en la investigación y persecución de los delitos, más que
en la solución de conflictos.
Séptimo. Se sientan las bases para crear una defensoría
pública más eficiente y profesional, con lo que podremos
terminar con historias en las que muchas personas iban
a la cárcel por no contar con los recursos para pagar un
abogado, y con ello tener acceso a la defensa adecuada.
En resumen, esta reforma establece el sustento para
consolidar un sistema de seguridad y justicia penal mucho
más moderno y mucho más efectivo, que garantice el
acceso a la justicia de forma más equitativa y expedita a
los ciudadanos. Qué se necesita para que la reforma rinda
los frutos esperados. Requiere una cuidadosa, meticulosa
implementación en el territorio nacional.
Otras atribuciones de la reforma fueron ampliamente
discutidas y algunas de ellas finalmente negadas, pero
lo que es seguro es que en todo momento prevaleció la
preocupación por las garantías del ciudadano.
La implementación exitosa de esta reforma requiere del
compromiso y la corresponsabilidad de los tres órdenes
de Gobierno y de los Tres Poderes de la Unión, porque
sólo trabajando con unidad podremos fortalecer al Estado
frente a la delincuencia y el crimen, porque tenemos que
reorganizar la manera en que la justicia se procura y se
administra, porque habremos de elevar las capacidades
de investigación de los Ministerios Públicos a fin de
que puedan sustentar en el nuevo marco procesal sus
acusaciones en nombre de sociedad.
Preocupación que se comparte entre poderes públicos
y entre sociedad y Gobierno, porque no es la lucha
caprichosa por una conquista de un territorio extranjero,
sino una responsabilidad colectiva de defensa de nuestro
propio pueblo en nuestro propio territorio.
Ahora es fundamental que actuemos de inmediato en la
modernización de las instituciones integrantes de nuestro
sistema de seguridad y justicia penal para dar cumplimiento
puntual a los mandatos contenidos en esta reforma a la ley
fundamental.
Quinto. Se establece constitucionalmente el Sistema
Nacional de Seguridad Pública, en el cual los tres órdenes
de Gobierno ahora deberemos homologar reglas para
seleccionar, capacitar, garantizar la permanencia, evaluar
constantemente, reconocer y certificar a los policías del
país.
Hay que revisar la manera en que se organiza la impartición
de justicia, velar porque los nuevos procedimientos no
abrumen y sí faciliten la vida a los juzgadores; establecer
los recursos que posibiliten, precisamente, que el desahogo
personal de pruebas y alegatos no conlleve un mayor
rezago de justicia.
Así avanzaremos en la tarea de poner al servicio de los
ciudadanos instituciones de policía más confiables,
profesionales y honestas. Ahora empieza la tarea,
precisamente, de depurar y profesionalizar los cuerpos
policíacos en todos los órdenes de Gobierno.
Los congresos estatales ahora tienen el reto de adoptar
en la legislación local los mandatos consagrados en la
Constitución General de la República, los poderes judiciales
también deberán realizar las adecuaciones necesarias para
adoptar el modelo de enjuiciamiento penal acusatorio, lo
que nos permitirá dar respuesta a la justa demanda de los
ciudadanos por un acceso efectivo a la justicia.
Porque lo que está en juego no es la libertad, la seguridad
o la integridad de los gobernantes, sino, y sobre todo, la
seguridad e integridad de los gobernados.
DGDH • SRE 3
BOLETÍN INFORMATIVO •
Derechos Humanos: Agenda Internacional de México
Asimismo, los poderes ejecutivos, Federal y locales,
tenemos que actuar de inmediato para la indispensable
reorganización de las instituciones encargadas de la
seguridad en el marco del Sistema Nacional de Seguridad
Pública.
Debemos cerrar espacios a la impunidad, a la tolerancia o
a la complicidad con el delito, empleando para ello todos
los recursos a nuestro alcance. Es indispensable que las
autoridades redoblemos esfuerzos, que no declinemos en
la obligación de garantizar la seguridad de los ciudadanos,
que sigamos luchando de manera firme y decidida para
que los mexicanos vivan sin temor a ser violentados por
el crimen.
Señoras y señores, señores ministros, señores legisladores:
Mi Gobierno seguirá firme en su compromiso de garantizar
el orden, la legalidad y la seguridad pública en el país.
Estamos decididos a ganar la guerra contra la delincuencia
y el crimen organizado, porque lo que está en juego es el
bien de la Nación y la tranquilidad de los ciudadanos.
Con esta reforma que entra en vigor, los mexicanos damos
un paso fundamental en nuestra lucha para que México
prospere como una Nación de leyes y de libertades, una
Nación cuyo progreso esté fundado en la paz, en el orden,
en la justicia y en la legalidad.
Enhorabuena y muchas felicidades.
Discurso del Secretario de Gobernación, Juan
Camilo Mouriño Terrazo (17 de Junio de
2008, Palacio Nacional, Ciudad de México)
Licenciado Felipe Calderón Hinojosa, Presidente
Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos; Ministro
Guillermo Ortiz Mayagoitia, Presidente de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación.
Senador Francisco Arroyo Vieyra, Vicepresidente de la
Mesa Directiva del Senado de la República; diputado
federal Cristián Castaño Contreras, Vicepresidente de la
Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.
Licenciado Eduardo Medina Mora, Procurador General de
la República; ingeniero Genaro García Luna, Secretario de
Seguridad Pública; señores senadores, presidentes de las
comisiones relativas a la seguridad y la justicia.
Señor diputado César Camacho Quiroz, Presidente de
la Comisión de Justicia en la Cámara de Diputados;
señor Consejero Jurídico Miguel Alessio, distinguidos
legisladores, señores funcionarios, señoras y señores:
Esta es una mañana trascendente en la vida pública del
país. Hoy las instituciones republicanas, el constituyente
permanente y el Ejecutivo Federal coronan un esfuerzo
conjunto que acelera la transformación de los sistemas de
procuración y administración de justicia de nuestro país.
El camino no estuvo exento de desafíos, pero la disposición
democrática que ofrecieron todas las instituciones
involucradas para votar y hacer realidad esta reforma fue
siempre mayor.
4 DGDH • SRE
DGDH. SRE. No. 75 • 19 de junio de 2008
El Gobierno Federal y los partidos políticos representados
en el Congreso de la Unión identificamos las coincidencias
necesarias para reformar nuestra Carta Magna. Hoy y una
vez cumplido el requisito constitucional por parte del
Congreso de la Unión, de la mayoría de los congresos de los
estados, y firmado el decreto de reforma y su consecuente
publicación por parte del Presidente de la República, se
inicia el proceso de implementación con el cual todos los
mexicanos dispondremos de un mejor sistema judicial.
Existen argumentos suficientes para enfatizar la importancia
de esta reforma. En todo sondeo ciudadano, en cualquier
encuesta de opinión, y también en las conversaciones
que tenemos con colaboradores, familiares y amigos, la
seguridad pública es una de las principales preocupaciones
en la vida de los mexicanos.
Por ello, desde el primer día del Gobierno del Presidente
Calderón, se iniciaron un conjunto de acciones empleando
toda la fuerza del Estado en el combate al crimen
organizado.
Ahora bien, además de los operativos puestos en marcha,
requeríamos asumir decisiones que nos permitieran
fortalecer las capacidades con las que cuenta el Estado
mexicano y dotarlo, también, de nuevos instrumentos
jurídicos que le permitan garantizar con mayor eficacia la
seguridad de la población.
De tal forma, atendiendo a la demanda ciudadana de
actualizar el marco jurídico nacional, con ordenamientos
legales más efectivos para hacer más expedita y eficaz
la procuración e impartición de justicia, hoy podemos
celebrar que las instituciones aquí representadas han
hecho un trabajo excepcional para modificar el sistema de
justicia penal del país.
La reforma que hoy se firma constituye un gran paso a
favor de una sociedad más segura y mejor protegida; por
ello, nuestro reconocimiento a la labor realizada por el
Congreso de la Unión y por las legislaturas locales.
Hoy, todos los aquí reunidos somos simultáneamente
testigos y actores de que los cambios de fondo; son
posibles cuando los distintos órdenes y niveles de Gobierno
trabajamos, discutimos, proponemos y resolvemos en un
entorno democrático y conforme a la ley lo que es mejor
para México.
Este mismo acto es producto del diálogo institucional. El
diálogo requiere la convicción de que una solución debe
proponerse o aceptarse, no como condición para el triunfo
de una ideología sobre las demás; el diálogo no excluye la
controversia, la discrepancia, la oposición y la pasión por
las ideas.
El diálogo no es expresión de debilidad ni implica asumir
compromisos ambiguos, porque la simple razón del diálogo
no es un fin, sino un medio, que no da la verdad ni resuelve
problemas por sí mismo, sino que ordena la discusión de las
ideas y permite la construcción de soluciones mayoritarias
a los grandes problemas que enfrenta nuestro país.
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Derechos Humanos: Agenda Internacional de México
DGDH. SRE. No. 75 • 19 de junio de 2008
Este decreto de reformas constitucionales, producto,
precisamente, del diálogo, permitirá mayor seguridad en
los procesos penales, mejor coordinación en la operación
del sistema de seguridad pública, un avance sustancial en
la protección de los derechos de las víctimas del delito y,
desde luego, el fortalecimiento del Estado de Derecho.
El Gobierno, en respetar y aplicar la ley sin distingo; y los
ciudadanos, en asumir los valores cívicos y democráticos y
hacer de la denuncia un hábito de nuestra sociedad. En la
medida que todos fomentemos una cultura de la legalidad,
avanzaremos con más agilidad en la construcción de un
país con mayor libertad y más seguridad para todos.
Esta reforma también es una respuesta a dos desafíos
significativos que enfrenta el Estado mexicano y cuyo
desenlace marcará el rumbo de nuestro país.
Señoras y señores:
Por un lado, México vive la consolidación de su sistema
democrático, periodo en el que debemos acelerar la
actualización del marco legal, para que las instituciones
garanticen mayor seguridad pública, social y patrimonial.
Prueba de ello son el fortalecimiento de la división de
poderes, el intenso debate que, en muchas ocasiones,
generan las decisiones de cada uno de los poderes que
componen el Gobierno Federal, la composición cada vez
más plural de los congresos estatales, el reclamo de respeto
a la soberanía de los estados y el fortalecimiento de las
facultades de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Todos estos factores amplían los cauces de nuestra vida
democrática.
El segundo desafío vinculado a la reforma que hoy nos
congrega es el combate al crimen organizado.
A menor droga en las calles, escuelas, universidades,
centros de trabajo y espacios de esparcimiento, mayor
es la capacidad del Estado para garantizar un ambiente
social óptimo en la formación de niños y jóvenes. A menor
cantidad de dinero en manos de narcotraficantes, mayor es
la capacidad del Estado de limitar a las bandas criminales
en su objetivo de mantener o de ampliar sus márgenes de
impunidad y de maniobra.
A menor tráfico de armas y municiones, menor es la
capacidad de gatilleros de violentar la tranquilidad de las
comunidades.
A mayor rigor y eficacia en la aplicación de la ley,
reducimos cualquier resquicio que, eventualmente, pueda
ser aprovechado por un delincuente para recuperar su
libertad y delinquir nuevamente. En suma, avanzar en
el proceso democrático y atender el reclamo de brindar
mayor seguridad pública a la población, son retos que
cuentan con instrumentos jurídicos puntuales en la
presente reforma.
Sin embargo, el problema de la inseguridad pública no se
resolverá sólo con mayores recursos, con más policías o
con mejores leyes; es necesaria una mayor participación
de la sociedad tendiente a la instauración de una cultura
de la legalidad y en donde todos hagamos nuestra parte.
Con esta reforma avanzamos en la responsabilidad de
brindarle a los ciudadanos el bien más preciado que obliga
al Estado: la paz, la tranquilidad y la seguridad para vivir
mejor.
Si bien su publicación es sólo un paso, a partir de
ahora debemos trabajar de manera coordinada en su
implementación, de tal manera que las nuevas herramientas
que han sido puestas a disposición del Estado y de la
sociedad, comiencen a ser de utilidad y nos permitan dar
cada día mejores resultados.
Por este nuevo marco jurídico, por la capacidad de alcanzar
acuerdos, por la disposición para buscar lo que es mejor
para nuestro país, todo nuestro reconocimiento.
México cuenta hoy con un mejor sistema de justicia.
Por ello, enhorabuena. Muchas felicidades.
~
Para obtener mayor información se sugiere consultar las
siguientes páginas electrónicas:
DISCURSO. El Presidente Felipe Calderón Hinojosa en la
Firma del Decreto de la Reforma Constitucional en Materia de
Justicia Penal y Seguridad Pública
s http://www.presidencia.gob.mx/
prensa/?contenido=36422
Nota Informativa. Firma el Presidente Felipe Calderón Decreto
de Reforma Constitucional en materia de Justicia Penal y
Seguridad Pública
s http://www.presidencia.gob.mx/
prensa/?contenido=36426
Diversas intervenciones en la Firma del Decreto de la Reforma
Constitucional en Materia de Justicia Penal y Seguridad
Pública
s http://www.presidencia.gob.mx/
prensa/?contenido=36435
Senado de la República
shttp://www.senado.gob.mx/
Información para las representaciones de México en el exterior • Tel. 3686-5620 • Fax. 3686-5619 y 3686-5100 • Página electrónica http://www.sre.gob.mx• Correo
electrónico [email protected] • La información contenida en este boletín es elaborada por la Dirección General de Derechos Humanos y Democracia de la Secretaría
de Relaciones Exteriores.
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