Derechos Humanos: Agenda Internacional de México Boletín informativo Dirección General de Derechos Humanos y Democracia • Secretaría de Relaciones Exteriores • 19 de junio de 2008 ENTRA EN VIGOR LA REFORMA CONSTITUCIONAL EN MATERIA DE JUSTICIA PENAL Y SEGURIDAD PÚBLICA El 17 de junio de 2008, la Presidencia de la República emitió la Nota Informativa “Firma el Presidente Felipe Calderón Decreto de Reforma Constitucional en materia de Justicia Penal y Seguridad Pública”, informando que en la ceremonia celebrada con la participación del Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Guillermo Ortiz Mayagoitia, y los presidentes de las comisiones de Seguridad Pública de las Cámaras de Senadores y Diputados, el Titular del Ejecutivo Federal, Presidente Felipe Calderón Hinojosa, firmó el Decreto por el que se reforman los artículos 16, 17, 18, 19, 20, 21 y 22; las fracciones XXI y XXIII del artículo 73; la fracción VII del artículo 115 y la fracción XIII del apartado B del artículo 123, todos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Al respecto, es importante recordar los siguientes aspectos1: En la sesión ordinaria del 6 de marzo de 2008, el Pleno del Senado de la República aprobó por 73 votos a favor y 25 en contra, el proyecto de Decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. El Senado de la República turnó el Proyecto de Decreto para su aprobación por la mayoría en las legislaturas de las 31 Entidades Federativas de nuestro país2. 1 Boletín Informativo Derechos humanos: agenda internacional de México, No. 56 del 14 de marzo de 2008, “Reforma constitucional en materia de seguridad pública y justicia penal”. 2 Gaceta Parlamentaria. No. 206. Año 2008 Viernes 07 de Marzo 2° Año de Ejercicio. Segundo Periodo Ordinario: http://www.senado.gob.mx/gace.php?ses ion=2008/03/07/1&documento=1. El Artículo 135 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, señala que para que las adiciones o reformas lleguen a ser parte de la misma, se requiere la aprobación de la mayoría de las legislaturas de los estados. En sesión del 28 de mayo de 2008, el Senado de la República tomó nota del recibo de los oficios de los Congresos de los Estados de Aguascalientes, Campeche, Chihuahua, Coahuila, Durango, Guanajuato, México, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Tabasco, Veracruz, Yucatán y Zacatecas, comunicando su aprobación al Proyecto de Decreto en comento3. La Secretaría del Pleno de la Cámara de Senadores dio fe de la emisión de 19 votos aprobatorios del Proyecto de Decreto y en tal virtud, la Presidencia del Pleno declaró la aprobación del Decreto por la mayoría de las legislaturas estatales, misma que fue turnada al Ejecutivo Federal para su publicación en el Diario Oficial de la Federación. La Cámara de Senadores señaló que “seguirá atenta para recibir las resoluciones que se emitan de otras legislaturas de los estados sobre este mismo asunto” 4. En cumplimiento de lo establecido en la fracción I del Artículo 89 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el 17 de junio de 2008, el Presidente Calderón firmó el “Decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos”, mismo que fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el 18 de junio de 2008. En tal sentido, a continuación se reproducen los discursos pronunciados por el Presidente Calderón y el Secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño. 3 Oficios de los Congresos de los Estados: http://www.senado.gob.mx/sgsp/ gaceta/60/2/2008-05-28-1/assets/documentos/congresos.pdf. 4 Gaceta Parlamentaria No. 7. Año 2008. Miércoles 28 de Mayo 2° Año de Ejercicio. Segundo Receso. Comisión Permanente: http://www.senado.gob.mx/ gace.php?sesion=2008/05/28/1. DGDH • SRE 1 BOLETÍN INFORMATIVO • Derechos Humanos: Agenda Internacional de México Discurso del Presidente Felipe Calderón Hinojosa (17 de Junio de 2008, Palacio Nacional, Ciudad de México) Muy buenos días. Señor Ministro, don Guillermo Ortiz Mayagoitia, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Señor Senador Francisco Arroyo Vieyra, Vicepresidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores. Señor Diputado Cristián Castaño Contreras, Vicepresidente de la Cámara de Diputados. Señor Senador Ulises Ramírez Núñez, Presidente de la Comisión de Seguridad Pública de la Cámara de Senadores. Señor Diputado César Camacho Quiroz, Presidente de la Comisión de Justicia de la Cámara de Diputados. Señor Senador Alejandro Zapata Perogordo, Presidente de la Comisión de Estudios Legislativos de la Cámara de Senadores. Señor Diputado Juan Francisco Rivera Bedoya, Presidente de la Comisión de Seguridad Pública de la Cámara de Diputados. Señor Senador Alejandro González Alcocer, de la Comisión de Justicia de la Cámara de Senadores. Señoras y señores legisladores. Señores dirigentes de la sociedad civil, de partidos políticos. Distinguidos invitados. En un Estado de Derecho es tarea esencial de las autoridades salvaguardar la integridad y los derechos de los ciudadanos, preservar las libertades y el orden. Es quizá la primera responsabilidad del Estado en términos históricos y en términos jerárquicos. Y por ello celebro que el día de hoy los mexicanos demos un paso fundamental para fortalecer las instituciones encargadas de la procuración de justicia y de la seguridad pública. El año pasado mi Gobierno presentó una iniciativa de reforma constitucional en materia penal, esa iniciativa se enriqueció con un intenso debate y con propuestas diversas impulsadas por distintos legisladores, aquí presentes, y después de un diálogo caracterizado por la pluralidad, la inclusión y el profesionalismo, la reforma fue aprobada por las fuerzas políticas representadas en el Congreso de la Unión y por las legislaturas locales. Hoy, con la firma del decreto de promulgación correspondiente, entrará en vigor esta reforma a nuestra Constitución en materia de procuración e impartición de justicia penal. Hago un sincero reconocimiento a las señoras y a los señores miembros del Congreso de la Unión, de las comisiones que trabajaron en este importante proyecto, a las legislaturas locales, a los especialistas y expertos de diversas disciplinas que participaron en esta importante reforma, por haber analizado, enriquecido y, finalmente, aprobado una reforma que es fundamental para el país. 2 DGDH • SRE DGDH. SRE. No. 75 • 19 de junio de 2008 Esta es quizá la más relevante reforma realizada al sistema penal que hayamos tenido los mexicanos en mucho tiempo, y quizá sólo comparable con la transición del sistema puramente inquisitorial, que rigió hasta principios del siglo pasado, al sistema mixto que operaba hasta ahora. Gracias a ella, podremos avanzar en la necesaria modernización de las instituciones encargadas de procurar e impartir justicia, lo cual es indispensable para avanzar con éxito en nuestra lucha por un México de orden, un México de leyes, un México de libertades en el que podamos vivir mejor. Entre los beneficios más importantes de esta reforma, muchos de ellos ya mencionados, se encuentran los siguientes: Primero. México adoptará un sistema de justicia penal plenamente acusatorio, con juicios orales y procesos simplificados. A partir de ahora, los Poderes Judiciales de todo el país comenzarán un proceso de implementación y transición hacia este nuevo sistema de enjuiciamiento. Gracias a ello, por ejemplo, la etapa de investigación de los delitos será mucho más ágil y deberá ser mucho más profesional. El juicio se desarrollará plenamente en audiencias orales y públicas, ante la presencia obligatoria de un juez, que también obligadamente presenciará el desahogo de las pruebas y los alegatos. Así podremos ofrecer a los ciudadanos un sistema de justicia más transparente, respetuoso de los derechos humanos y que proteja con mayor celeridad y eficacia sus derechos. Segundo. Se otorgan facultades de investigación a las policías, quienes actuarán bajo la conducción del Ministerio Público, pero también se fortalecen las facultades de las instituciones policíacas para la investigación preventiva, para la formación de inteligencia e información, indispensable para combatir el delito, particularmente el crimen organizado. Esto permitirá contar con herramientas más útiles, a fin de preservar la seguridad pública que, hoy por hoy, es la primera preocupación de los ciudadanos. Tercero. Los ciudadanos gozarán de un sistema eficaz y transparente de protección de sus derechos, tanto del inculpado, como de las víctimas, quizá el sujeto más olvidado en esta relación. Con esta reforma dejamos atrás el sistema en el cual el indiciado prácticamente se consideraba culpable hasta que se demostrara lo contrario, y adoptamos el principio elemental de presunción de inocencia: toda persona es inocente hasta que se demuestre su culpabilidad. BOLETÍN INFORMATIVO • Derechos Humanos: Agenda Internacional de México También se establecen nuevas medidas en favor de los derechos de las víctimas, que es una gran innovación de la reforma, como el de recibir asesoría jurídica, de coadyuvar con el Ministerio Público e incluso intervenir en el juicio, recibir atención médica y psicológica cuando sea necesaria, fortalecer los instrumentos para la reparación del daño o bien mantener en secreto su identidad y sus datos personales en aquellos casos en los que su seguridad así lo requiera. Cuarto. Las autoridades tendrán nuevas y mejores herramientas constitucionales para combatir a la delincuencia organizada. Gracias a figuras como el arraigo, la extinción de dominio en favor del Estado de bienes asegurados producto de ilícitos, podremos golpear con mayor contundencia las estructuras operativas y económicas de las organizaciones criminales. También se establecerán centros especiales de reclusión preventiva y ejecución de sentencias que contarán con medidas de vigilancia especial para criminales de la delincuencia organizada. Esta, la lucha contra la criminalidad y por la seguridad pública, particularmente la lucha contra la criminalidad más peligrosa, que es el crimen organizado en todas sus modalidades, no es una lucha del Gobierno, es una lucha de toda la sociedad, del Estado mexicano, integrado por los mexicanos, precisamente, y sus autoridades. DGDH. SRE. No. 75 • 19 de junio de 2008 Porque no habrá seguridad garantizada mientras se asuma que la lucha por la seguridad pública es tarea de un solo orden de Gobierno, sea el Federal o cualquier otro; es una responsabilidad de todas las autoridades, de todos los órdenes del Gobierno y un esfuerzo que requiere la colaboración de la ciudadanía. Sexto. Se establecen también medios alternativos de solución de controversias a fin de restituir al agraviado en el goce de sus derechos, lo cual permitirá que asuntos meramente civiles o comerciales se discriminalicen y que pueda haber un espacio para el entendimiento y la razón, y a fin de que el Estado se centre con todas sus capacidades en la investigación y persecución de los delitos, más que en la solución de conflictos. Séptimo. Se sientan las bases para crear una defensoría pública más eficiente y profesional, con lo que podremos terminar con historias en las que muchas personas iban a la cárcel por no contar con los recursos para pagar un abogado, y con ello tener acceso a la defensa adecuada. En resumen, esta reforma establece el sustento para consolidar un sistema de seguridad y justicia penal mucho más moderno y mucho más efectivo, que garantice el acceso a la justicia de forma más equitativa y expedita a los ciudadanos. Qué se necesita para que la reforma rinda los frutos esperados. Requiere una cuidadosa, meticulosa implementación en el territorio nacional. Otras atribuciones de la reforma fueron ampliamente discutidas y algunas de ellas finalmente negadas, pero lo que es seguro es que en todo momento prevaleció la preocupación por las garantías del ciudadano. La implementación exitosa de esta reforma requiere del compromiso y la corresponsabilidad de los tres órdenes de Gobierno y de los Tres Poderes de la Unión, porque sólo trabajando con unidad podremos fortalecer al Estado frente a la delincuencia y el crimen, porque tenemos que reorganizar la manera en que la justicia se procura y se administra, porque habremos de elevar las capacidades de investigación de los Ministerios Públicos a fin de que puedan sustentar en el nuevo marco procesal sus acusaciones en nombre de sociedad. Preocupación que se comparte entre poderes públicos y entre sociedad y Gobierno, porque no es la lucha caprichosa por una conquista de un territorio extranjero, sino una responsabilidad colectiva de defensa de nuestro propio pueblo en nuestro propio territorio. Ahora es fundamental que actuemos de inmediato en la modernización de las instituciones integrantes de nuestro sistema de seguridad y justicia penal para dar cumplimiento puntual a los mandatos contenidos en esta reforma a la ley fundamental. Quinto. Se establece constitucionalmente el Sistema Nacional de Seguridad Pública, en el cual los tres órdenes de Gobierno ahora deberemos homologar reglas para seleccionar, capacitar, garantizar la permanencia, evaluar constantemente, reconocer y certificar a los policías del país. Hay que revisar la manera en que se organiza la impartición de justicia, velar porque los nuevos procedimientos no abrumen y sí faciliten la vida a los juzgadores; establecer los recursos que posibiliten, precisamente, que el desahogo personal de pruebas y alegatos no conlleve un mayor rezago de justicia. Así avanzaremos en la tarea de poner al servicio de los ciudadanos instituciones de policía más confiables, profesionales y honestas. Ahora empieza la tarea, precisamente, de depurar y profesionalizar los cuerpos policíacos en todos los órdenes de Gobierno. Los congresos estatales ahora tienen el reto de adoptar en la legislación local los mandatos consagrados en la Constitución General de la República, los poderes judiciales también deberán realizar las adecuaciones necesarias para adoptar el modelo de enjuiciamiento penal acusatorio, lo que nos permitirá dar respuesta a la justa demanda de los ciudadanos por un acceso efectivo a la justicia. Porque lo que está en juego no es la libertad, la seguridad o la integridad de los gobernantes, sino, y sobre todo, la seguridad e integridad de los gobernados. DGDH • SRE 3 BOLETÍN INFORMATIVO • Derechos Humanos: Agenda Internacional de México Asimismo, los poderes ejecutivos, Federal y locales, tenemos que actuar de inmediato para la indispensable reorganización de las instituciones encargadas de la seguridad en el marco del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Debemos cerrar espacios a la impunidad, a la tolerancia o a la complicidad con el delito, empleando para ello todos los recursos a nuestro alcance. Es indispensable que las autoridades redoblemos esfuerzos, que no declinemos en la obligación de garantizar la seguridad de los ciudadanos, que sigamos luchando de manera firme y decidida para que los mexicanos vivan sin temor a ser violentados por el crimen. Señoras y señores, señores ministros, señores legisladores: Mi Gobierno seguirá firme en su compromiso de garantizar el orden, la legalidad y la seguridad pública en el país. Estamos decididos a ganar la guerra contra la delincuencia y el crimen organizado, porque lo que está en juego es el bien de la Nación y la tranquilidad de los ciudadanos. Con esta reforma que entra en vigor, los mexicanos damos un paso fundamental en nuestra lucha para que México prospere como una Nación de leyes y de libertades, una Nación cuyo progreso esté fundado en la paz, en el orden, en la justicia y en la legalidad. Enhorabuena y muchas felicidades. Discurso del Secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño Terrazo (17 de Junio de 2008, Palacio Nacional, Ciudad de México) Licenciado Felipe Calderón Hinojosa, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos; Ministro Guillermo Ortiz Mayagoitia, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Senador Francisco Arroyo Vieyra, Vicepresidente de la Mesa Directiva del Senado de la República; diputado federal Cristián Castaño Contreras, Vicepresidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados. Licenciado Eduardo Medina Mora, Procurador General de la República; ingeniero Genaro García Luna, Secretario de Seguridad Pública; señores senadores, presidentes de las comisiones relativas a la seguridad y la justicia. Señor diputado César Camacho Quiroz, Presidente de la Comisión de Justicia en la Cámara de Diputados; señor Consejero Jurídico Miguel Alessio, distinguidos legisladores, señores funcionarios, señoras y señores: Esta es una mañana trascendente en la vida pública del país. Hoy las instituciones republicanas, el constituyente permanente y el Ejecutivo Federal coronan un esfuerzo conjunto que acelera la transformación de los sistemas de procuración y administración de justicia de nuestro país. El camino no estuvo exento de desafíos, pero la disposición democrática que ofrecieron todas las instituciones involucradas para votar y hacer realidad esta reforma fue siempre mayor. 4 DGDH • SRE DGDH. SRE. No. 75 • 19 de junio de 2008 El Gobierno Federal y los partidos políticos representados en el Congreso de la Unión identificamos las coincidencias necesarias para reformar nuestra Carta Magna. Hoy y una vez cumplido el requisito constitucional por parte del Congreso de la Unión, de la mayoría de los congresos de los estados, y firmado el decreto de reforma y su consecuente publicación por parte del Presidente de la República, se inicia el proceso de implementación con el cual todos los mexicanos dispondremos de un mejor sistema judicial. Existen argumentos suficientes para enfatizar la importancia de esta reforma. En todo sondeo ciudadano, en cualquier encuesta de opinión, y también en las conversaciones que tenemos con colaboradores, familiares y amigos, la seguridad pública es una de las principales preocupaciones en la vida de los mexicanos. Por ello, desde el primer día del Gobierno del Presidente Calderón, se iniciaron un conjunto de acciones empleando toda la fuerza del Estado en el combate al crimen organizado. Ahora bien, además de los operativos puestos en marcha, requeríamos asumir decisiones que nos permitieran fortalecer las capacidades con las que cuenta el Estado mexicano y dotarlo, también, de nuevos instrumentos jurídicos que le permitan garantizar con mayor eficacia la seguridad de la población. De tal forma, atendiendo a la demanda ciudadana de actualizar el marco jurídico nacional, con ordenamientos legales más efectivos para hacer más expedita y eficaz la procuración e impartición de justicia, hoy podemos celebrar que las instituciones aquí representadas han hecho un trabajo excepcional para modificar el sistema de justicia penal del país. La reforma que hoy se firma constituye un gran paso a favor de una sociedad más segura y mejor protegida; por ello, nuestro reconocimiento a la labor realizada por el Congreso de la Unión y por las legislaturas locales. Hoy, todos los aquí reunidos somos simultáneamente testigos y actores de que los cambios de fondo; son posibles cuando los distintos órdenes y niveles de Gobierno trabajamos, discutimos, proponemos y resolvemos en un entorno democrático y conforme a la ley lo que es mejor para México. Este mismo acto es producto del diálogo institucional. El diálogo requiere la convicción de que una solución debe proponerse o aceptarse, no como condición para el triunfo de una ideología sobre las demás; el diálogo no excluye la controversia, la discrepancia, la oposición y la pasión por las ideas. El diálogo no es expresión de debilidad ni implica asumir compromisos ambiguos, porque la simple razón del diálogo no es un fin, sino un medio, que no da la verdad ni resuelve problemas por sí mismo, sino que ordena la discusión de las ideas y permite la construcción de soluciones mayoritarias a los grandes problemas que enfrenta nuestro país. BOLETÍN INFORMATIVO • Derechos Humanos: Agenda Internacional de México DGDH. SRE. No. 75 • 19 de junio de 2008 Este decreto de reformas constitucionales, producto, precisamente, del diálogo, permitirá mayor seguridad en los procesos penales, mejor coordinación en la operación del sistema de seguridad pública, un avance sustancial en la protección de los derechos de las víctimas del delito y, desde luego, el fortalecimiento del Estado de Derecho. El Gobierno, en respetar y aplicar la ley sin distingo; y los ciudadanos, en asumir los valores cívicos y democráticos y hacer de la denuncia un hábito de nuestra sociedad. En la medida que todos fomentemos una cultura de la legalidad, avanzaremos con más agilidad en la construcción de un país con mayor libertad y más seguridad para todos. Esta reforma también es una respuesta a dos desafíos significativos que enfrenta el Estado mexicano y cuyo desenlace marcará el rumbo de nuestro país. Señoras y señores: Por un lado, México vive la consolidación de su sistema democrático, periodo en el que debemos acelerar la actualización del marco legal, para que las instituciones garanticen mayor seguridad pública, social y patrimonial. Prueba de ello son el fortalecimiento de la división de poderes, el intenso debate que, en muchas ocasiones, generan las decisiones de cada uno de los poderes que componen el Gobierno Federal, la composición cada vez más plural de los congresos estatales, el reclamo de respeto a la soberanía de los estados y el fortalecimiento de las facultades de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Todos estos factores amplían los cauces de nuestra vida democrática. El segundo desafío vinculado a la reforma que hoy nos congrega es el combate al crimen organizado. A menor droga en las calles, escuelas, universidades, centros de trabajo y espacios de esparcimiento, mayor es la capacidad del Estado para garantizar un ambiente social óptimo en la formación de niños y jóvenes. A menor cantidad de dinero en manos de narcotraficantes, mayor es la capacidad del Estado de limitar a las bandas criminales en su objetivo de mantener o de ampliar sus márgenes de impunidad y de maniobra. A menor tráfico de armas y municiones, menor es la capacidad de gatilleros de violentar la tranquilidad de las comunidades. A mayor rigor y eficacia en la aplicación de la ley, reducimos cualquier resquicio que, eventualmente, pueda ser aprovechado por un delincuente para recuperar su libertad y delinquir nuevamente. En suma, avanzar en el proceso democrático y atender el reclamo de brindar mayor seguridad pública a la población, son retos que cuentan con instrumentos jurídicos puntuales en la presente reforma. Sin embargo, el problema de la inseguridad pública no se resolverá sólo con mayores recursos, con más policías o con mejores leyes; es necesaria una mayor participación de la sociedad tendiente a la instauración de una cultura de la legalidad y en donde todos hagamos nuestra parte. Con esta reforma avanzamos en la responsabilidad de brindarle a los ciudadanos el bien más preciado que obliga al Estado: la paz, la tranquilidad y la seguridad para vivir mejor. Si bien su publicación es sólo un paso, a partir de ahora debemos trabajar de manera coordinada en su implementación, de tal manera que las nuevas herramientas que han sido puestas a disposición del Estado y de la sociedad, comiencen a ser de utilidad y nos permitan dar cada día mejores resultados. Por este nuevo marco jurídico, por la capacidad de alcanzar acuerdos, por la disposición para buscar lo que es mejor para nuestro país, todo nuestro reconocimiento. México cuenta hoy con un mejor sistema de justicia. Por ello, enhorabuena. Muchas felicidades. ~ Para obtener mayor información se sugiere consultar las siguientes páginas electrónicas: DISCURSO. El Presidente Felipe Calderón Hinojosa en la Firma del Decreto de la Reforma Constitucional en Materia de Justicia Penal y Seguridad Pública s http://www.presidencia.gob.mx/ prensa/?contenido=36422 Nota Informativa. Firma el Presidente Felipe Calderón Decreto de Reforma Constitucional en materia de Justicia Penal y Seguridad Pública s http://www.presidencia.gob.mx/ prensa/?contenido=36426 Diversas intervenciones en la Firma del Decreto de la Reforma Constitucional en Materia de Justicia Penal y Seguridad Pública s http://www.presidencia.gob.mx/ prensa/?contenido=36435 Senado de la República shttp://www.senado.gob.mx/ Información para las representaciones de México en el exterior • Tel. 3686-5620 • Fax. 3686-5619 y 3686-5100 • Página electrónica http://www.sre.gob.mx• Correo electrónico [email protected] • La información contenida en este boletín es elaborada por la Dirección General de Derechos Humanos y Democracia de la Secretaría de Relaciones Exteriores. DGDH • SRE 5