D de la Santísima Trinidad, Puerto Príncipe, y la única porción de sus famosos murales que sobrevivió al terremoto. Derecha: La mayoría de las muchas escuelas episcopales de Haití fueron dañadas o destruidas, dejando a estos estudiantes y otras personas sin aulas. urante una reciente visita a Nueva York, el obispo Jean Zaché Duracin de la Diócesis Episcopal de Haití dijo al personal del Centro de la Iglesia Episcopal que espera que su diócesis y la nación puedan “reconstruir una nueva mentalidad”. Entregó al personal del Centro de la Iglesia lo que llamó la “parte primera” del plan maestro de la diócesis para la reconstrucción. El documento es una evaluación de los daños causados a las instituciones de la diócesis por el terremoto de magnitud-7 que azotó el doce de enero. “Queríamos hacerlo profesionalmente, por eso ha llevado tiempo”, dijo. La siguiente parte del plan maestro, dijo Duracin, será una evaluación de otros edificios diocesanos que fueron menos dañados que los cubiertos en la primera evaluación, pero que también necesitan reparaciones. “Tiene que haber una visión nueva en el plan maestro – no de diseño físico y costo – sino que tenemos que reconstruir una nueva mentalidad para el pueblo haitiano”, dijo. “Creo que hemos aprendido muchas cosas del terremoto por el cual toda persona - rica, pobre, educada y no educada - vive en tiendas de campaña. Creo que hemos aprendido algo [y la pregunta es] cómo utilizarlo para enseñar a una nueva generación”. El obispo dijo que se pregunta “cómo utilizar ahora el terremoto para buscar oportunidades sobre cómo vivir juntos en unidad. Es muy importante”. Por Mary Frances Schjonberg Arriba: Las ruinas de la Catedral Episcopal Relief & Development Por Mary Frances Schjonberg Arriba: Las ruinas de la Catedral Un informe del obispo de Haití D de la Santísima Trinidad, Puerto Príncipe, y la única porción de sus famosos murales que sobrevivió al terremoto. Derecha: La mayoría de las muchas escuelas episcopales de Haití fueron dañadas o destruidas, dejando a estos estudiantes y otras personas sin aulas. urante una reciente visita a Nueva York, el obispo Jean Zaché Duracin de la Diócesis Episcopal de Haití dijo al personal del Centro de la Iglesia Episcopal que espera que su diócesis y la nación puedan “reconstruir una nueva mentalidad”. Entregó al personal del Centro de la Iglesia lo que llamó la “parte primera” del plan maestro de la diócesis para la reconstrucción. El documento es una evaluación de los daños causados a las instituciones de la diócesis por el terremoto de magnitud-7 que azotó el doce de enero. “Queríamos hacerlo profesionalmente, por eso ha llevado tiempo”, dijo. La siguiente parte del plan maestro, dijo Duracin, será una evaluación de otros edificios diocesanos que fueron menos dañados que los cubiertos en la primera evaluación, pero que también necesitan reparaciones. “Tiene que haber una visión nueva en el plan maestro – no de diseño físico y costo – sino que tenemos que reconstruir una nueva mentalidad para el pueblo haitiano”, dijo. “Creo que hemos aprendido muchas cosas del terremoto por el cual toda persona - rica, pobre, educada y no educada - vive en tiendas de campaña. Creo que hemos aprendido algo [y la pregunta es] cómo utilizarlo para enseñar a una nueva generación”. El obispo dijo que se pregunta “cómo utilizar ahora el terremoto para buscar oportunidades sobre cómo vivir juntos en unidad. Es muy importante”. Episcopal Relief & Development Un informe del obispo de Haití ‘Somos una iglesia resucitada’ The Rev. Canon Bill Squire The Rev. Canon Bill Squire ‘Somos una iglesia resucitada’ D Lynette Wilson Lynette Wilson D uracin dijo que entre las instituciones que fueron destruidas se encuentra la catedral de la Santísima Trinidad en Puerto Príncipe y su complejo educativo adyacente que servía a 4.000 estudiantes que iban de una escuela primaria a una escuela de oficios. También se perdieron la escuela secundaria Colegio de San Pedro, la escuela de San Vicente para niños con discapacidades, la universidad episcopal y el seminario de la diócesis. “Tenemos mucho que hacer”, dijo DuraEl obispo Jean Zaché Duracin de Haití informa del plan de reconstruc- cin. “Hemos perdido por otros lugares mución de su diócesis al personal del chas iglesias y muchas escuelas que tienen que Centro de la Iglesia Episcopal. ser reconstruidas”. Y Duracin agregó que le preocupa la suerte de miles de personas que siguen viviendo en los asentamientos de carpas ahora que se acerca la temporada de lluvias con los huracanes. “Me preocupa la situación de la gente ahora porque tenemos a demasiados en tiendas de campaña”, dijo. En febrero, se informó de que la diócesis estaba cuidando de 25.000 a 30.000 supervivientes del terremoto en sesenta asentamientos. Duracin dijo que la diócesis trata de contar cuántas personas permanecen en los asentamientos. Algunos han hallado otra manera de vivir y hay una cierta presión por disolver o reducir los asentamientos cerca de las escuelas que se han reanudado. A pesar del trabajo que queda por hacer, Duracin dijo que la gente en otros lugares de la Iglesia Episcopal debe estar segura de que “la iglesia [en Haití] está allí porque allí hay fe. Las comunidades están allí. A pesar de que no tenemos edificios, la gente se reúne regularmente el domingo para los servicios. La fe ha aumentado”. El obispo también expresó su gratitud a toda la Iglesia por “apoyarnos y le pido a toda la Iglesia que continúe orando por nosotros y que trabaje con nosotros para la reconstrucción de la diócesis. “Somos una iglesia resucitada”, dijo. uracin dijo que entre las instituciones que fueron destruidas se encuentra la catedral de la Santísima Trinidad en Puerto Príncipe y su complejo educativo adyacente que servía a 4.000 estudiantes que iban de una escuela primaria a una escuela de oficios. También se perdieron la escuela secundaria Colegio de San Pedro, la escuela de San Vicente para niños con discapacidades, la universidad episcopal y el seminario de la diócesis. “Tenemos mucho que hacer”, dijo DuraEl obispo Jean Zaché Duracin de Haití informa del plan de reconstruc- cin. “Hemos perdido por otros lugares mución de su diócesis al personal del chas iglesias y muchas escuelas que tienen que Centro de la Iglesia Episcopal. ser reconstruidas”. Y Duracin agregó que le preocupa la suerte de miles de personas que siguen viviendo en los asentamientos de carpas ahora que se acerca la temporada de lluvias con los huracanes. “Me preocupa la situación de la gente ahora porque tenemos a demasiados en tiendas de campaña”, dijo. En febrero, se informó de que la diócesis estaba cuidando de 25.000 a 30.000 supervivientes del terremoto en sesenta asentamientos. Duracin dijo que la diócesis trata de contar cuántas personas permanecen en los asentamientos. Algunos han hallado otra manera de vivir y hay una cierta presión por disolver o reducir los asentamientos cerca de las escuelas que se han reanudado. A pesar del trabajo que queda por hacer, Duracin dijo que la gente en otros lugares de la Iglesia Episcopal debe estar segura de que “la iglesia [en Haití] está allí porque allí hay fe. Las comunidades están allí. A pesar de que no tenemos edificios, la gente se reúne regularmente el domingo para los servicios. La fe ha aumentado”. El obispo también expresó su gratitud a toda la Iglesia por “apoyarnos y le pido a toda la Iglesia que continúe orando por nosotros y que trabaje con nosotros para la reconstrucción de la diócesis. “Somos una iglesia resucitada”, dijo. —La Rev. Mary Frances Schjonberg es un corresponsal nacional de Episcopal News Service. —La Rev. Mary Frances Schjonberg es un corresponsal nacional de Episcopal News Service. La Ayuda y Desarrollo de la Iglesia Episcopal sigue asociada con la Diócesis de Haití tras el terremoto. Las contribuciones pueden hacerse en www.er d.org-o al PO Caja 7058, Merrifield, VA 22116-7058 ó por teléfono al 800-334-7626, ext. 5129. La Ayuda y Desarrollo de la Iglesia Episcopal sigue asociada con la Diócesis de Haití tras el terremoto. Las contribuciones pueden hacerse en www.er d.org-o al PO Caja 7058, Merrifield, VA 22116-7058 ó por teléfono al 800-334-7626, ext. 5129.