Así pues, nuestro concepto del 0. Aspicilietalia gibbosae queda ampliado con respecto al de Wirth, por la simple inclusión de las comunidades termófilas y xerófilas de los pisos termomediterréneo árido, subárido y seco (y en parte también, del mesomediterráneo subárido), que no aparecen en Europa central. Por el momento, no consideramos necesaria la creación de una clase nueva que incluya todas las comunidades silicícolas mediterráneas. Esta nueva entidad añadiría poca claridad y utilidad al conjunto del esquema sinfitosociológico de las comunidades silicícolas europeas. En efecto, tal como lo delimitamos nosotros, el orden Aspicilietalia gibbosae ya es fundamentalmente mediterráneo. Tiene su centro en el Mediterráneo occidental, y sus irradiaciones fuera de esta región, en dirección a Europa central, corresponden casi siempre a biótopos especialmente térmicos y secos, situados en enclaves privilegiados de la subregión submediterránea y de la región centroeuropea. Por el sur, tenemos pocos datos de su extensión, pero se presenta sin duda alguna en la mayor parte de las Canarias y desciende por lo menos hasta el nivel del Cabo Bojador. Por oriente, llega por lo menos al golfo de Gabes. Por la costa de África, su límite no es debido a la aridez, sino al contacto con una flora sudano-zambeziana, por una parte, o mediterránea oriental por la otra. Por el interior, su límite es debido principalmente al efecto abrasivo de los vientos saharianos. La amplitud y diversificación de este orden nos ha aconsejado su división en dos subórdenes, netamente diferenciados en nuestra zona: Parmelienalia conspersae y Pertusarienalia leucosorae. Tipificación. Como suborden tipo, y atendiendo a su mejor conocimiento y mayor extensión, proponemos el S.O. Parmelienalia conspersae. S.0.1. Parmelienalia conspersae Llimona et Egea, nov. Ecología. Comunidades centradas en los pisos termo- i mesomediterráneo, colino y montano. En la región estudiada, colonizan superficies inclinadas al S y al E, o superficies poco inclinadas, subhorizontales, que reciben el sol de la madrugada. Albergan por ello especies más o menos resistentes a la insolación y a las condiciones xéricas. Muy a menudo, la escasa inclinación y el poco lavado por la lluvia permiten que se establezcan condiciones de acusada eutrofización, que acarrean una elevada presencia de especies nitrófilas. Especies características. Estamos de acuerdo con Clauzade, Roux, Wirth y otros fitosociólogos, en la dificultad que comporta el empleo de especies nitrófilas para caracterizar comunidades. En efecto, a menudo responden mejor a las condiciones de abundancia de nutrientes que al conjunto de los demás caracteres ecológicos: climáticos, substráticos, etc., que, en condiciones habituales, determinan la composición en especies de las comunidades. Sin embargo, acabamos de comentar con qué facilidad se producen, en las regiones áridas y subáridas, procesos de eutrofización del medio, que llevan consigo un enriquecimiento en especies nitrófilas. Es indiscutible que la presencia de una especie nitrófila lejos del centro de su área es poco indicativa y que nadie piensa ya en describir asociaciones del estilo de un Xanthorictum aureolae. Pero, por otra parte, nuestro objetivo continúa siendo caracterizar la vegetación liquénica de la zona estudiada y tipificar, en función de conseguir una descripción más fácil y "co-