Archivos en Sonora

Acervos para la investigación histórica y documental en Hermosillo, Sonora
Eduardo Marcos de la Cruz1
Todo historiador o investigador que estudie el pasado de alguna determinada sociedad, necesita fuentes
primarias o secundarias para construir y justificar su interés sobre algún tema de carácter histórico, pero
principalmente las primeras porque constituyen la visión original de los hechos sin estar
“contaminadas” por la interpretación de otro investigador desde el presente. En el ejercicio de la
práctica histórica, que en la mayoría de los casos puede resultar ardua, larga y cansada, nosotros, como
investigadores, disponemos de fuentes primarias en aquellos documentos que fueron escritos en su
tiempo y en años muy lejanos, que se concentran en bibliotecas y archivos. La mayoría de éstos son
públicos, bajo el resguardo de instituciones de gobierno o autónomas; y algunos más, de carácter
privado, personales o familiares y a los que su acceso no es tan fácil, acceder.
En nuestro país contamos con importantes bibliotecas, hemerotecas y archivos de carácter histórico y
público como son los administrativos, militares, parroquiales (semi-restringidos), notariales, judiciales,
etc. Entre estos podemos citar al Archivo General de la Nación (AGN), como considerado el máximo
recinto documental para cualquier historiador nacional o extranjero. Otros importantes acervos
nacionales son el Archivo Histórico de la Secretaría de la Defensa Nacional (AHSDN), el Archivo
Histórico “Genaro Estrada” de la Secretaría de Relaciones Exteriores (AHGE- SRE), la Biblioteca y
Hemeroteca Nacionales (ambos pertenecientes a la UNAM). Todos éstos se ubican en México, D.F. y
cuentan con portales de información en internet para su consulta previa.
Otro tipo de fuente que se considera en esta división es la historia oral, que últimamente ha cobrado
mucha importancia entre los historiadores, con el fin de contradecir o reafirmar el contenido de
documentos oficiales, pero cuyo uso es más propio de los antropólogos y sociólogos, por trabajar con
historias contemporáneas. La historia oral es producto del recuerdo de testigos vivos que lograron
presenciar, en algún momento de su vida, ciertos sucesos que con el paso del tiempo se convirtieron en
históricos debido a su transcendencia social o política. Tenemos las fuentes hemerográficas que se
constituyen por periódicos (comerciales u oficiales) que se conservan en hemerotecas públicas o de las
empresas periodísticas. Estas empiezan a tener transcendencia histórica antes de 1950, aunque pueden
ser utilizadas después de esa fecha. Según su criterio, algunos historiadores las consideran
“documentales” y no “históricas”.
También podemos incluir entre las fuentes primarias a aquellas memorias sobre ciertos sucesos o
situaciones que fueron escritas en su momento por personajes relevantes (como funcionarios de
gobierno, viajeros, exploradores) para la posterioridad o amanera de diarios personales. Por último, me
atrevería a considerar en esta clasificación, los llamados informes de gobierno que han emitido los
representantes de los tres niveles en su respectiva época (alcaldes, gobernadores y presidente de la
República), siendo los de mayor peso los anteriores a 1950. No podemos dejar de lado otras formas de
vestigios como las cartas personales, fotografías, pinturas o materiales (herramientas, utensilios,
artefactos) que nos indiquen la evidencia de algún rastro de la cultura del hombre en un determinado
espacio geográfico.
1
Asistente académico de la Coordinación del Doctorado en Ciencias Sociales de El Colegio de Sonora, A. C.,
[email protected]
Por su parte, las fuentes secundarias se reducen drásticamente porque en su mayoría son constituidas
por libros, tesis y revistas, que comúnmente llamamos bibliografía, producto de trabajos históricos
hechos desde el presente por investigadores que han estudiado algún tema en particular, en los cuales
de alguna manera, tuvieron que emplearon fuentes primarias para la construcción y explicación de sus
argumentos.
A diferencia de los que ocurre en el centro-sur de la república mexicana donde se aprecia la
importancia del cuidado de los archivos, en el norte mexicano son pocos los que se encuentran en
buenas condiciones, principalmente de los tres niveles de gobierno. En Hermosillo tenemos acceso a
los siguientes sitios abiertos al público: el Archivo General del Estado de Sonora (AGES), considerado
como el más grande e importante en la entidad; el Archivo Histórico de la Universidad de Sonora
(AHUS); la Sala del Noroeste, que contiene la Colección Fernando Pesqueira (la cual abarca leyes y
documentos para la historia de Sonora); la Hemeroteca de la UNISON; la biblioteca del Centro INAHSonora, que además contiene material de archivos parroquiales de Sonora y otros documentos
microfilmados.
Además están el Centro Archivístico de la Casa de la Cultura Jurídica, que pertenece al Poder Judicial
de la Federación y cuenta con un fondo histórico; el Archivo General del Poder Judicial del Estado de
Sonora, con su fondo histórico; el Archivo del Congreso del Estado de Sonora; el Archivo del Registro
Agrario Nacional; el Archivo Municipal de Hermosillo; los dos archivos eclesiásticos de la Catedral
Metropolitana de Hermosillo; y la biblioteca “Gerardo Cornejo” de El Colegio de Sonora, que en su
interior resguarda libros, revistas (locales, nacionales e internacionales), tesis, periódicos recientes,
diccionarios especializados, enciclopedias, censos de población, informes de gobierno, material
electrónico en CD- ROM.
Como se aprecia, tanto historiadores como público en general, contamos con estos sitios para conocer,
explorar y explotar qué tipo de fuentes existen en nuestro estado y ciudad. El documento escrito sigue
siendo la fuente primaria más importante para el historiador, pero no la única porque existen otras
fuentes y que no son del todo explotadas, quizás porque nos hemos encasillado con el documento
escrito emitido por alguna dependencia de gobierno. Cualquier vestigio material que encontremos y
que nos llame la atención, puede ayudarnos para iniciar la investigación de un determinado tema
histórico.