Los Archivos de Gestión en los Archivos Municipales Paloma Fernández Gil Archivera Municipal de Alcorcón II Jornada Internacional de Archivos. Piara. Perú. Octubre 2014 RESUMEN Hace años que los archivos de gestión han sido objeto de dedicación por parte de los archiveros municipales. En el momento actual, con los avances de la administración electrónica, nos encontramos ante un nuevo reto. La autora hace un recorrido partiendo de su experiencia en el Ayuntamiento de Alcorcón para plantearse la disyuntiva actual de los archivos de gestión ante la e-administración. Ahora hay que hacer frente a dos niveles de actuación: uno muy básico y cotidiano y otro que nos lleva a la nube y los big data. Cómo armonizar todo esto. Este es el gran reto al que se enfrentan los archiveros municipales. PALABRAS CLAVES Archivo de oficina, archivo de gestión, administración local, archivo municipal, administración electrónica. Si se sabe exactamente lo que se va a hacer ¿para qué hacerlo? Pablo Ruiz Picasso En el año 2000 tan solo una cuarta parte de la información almacenada en el mundo era digital, las otras tres cuartas partes estaban en papel, película, discos de vinilo, etc. En el 2007 solo en torno al siete por ciento de los datos eran analógicos, el resto ya eran digitales; en el 2013 se estima que la cantidad total de información almacenada en el mundo es de alrededor de 1.200 exabytes, de los que menos del 2 por ciento es no digital. Para hacerse una idea de lo que supone esa cantidad de datos hay que imaginarse que si estuvieran impresos en libros, cubrirían la superficie entera de Estados Unidos, formando unas cincuenta y dos capas. 1 ¡Buen comienzo¡ A juzgar por lo que encontramos en los ayuntamientos o municipalidades, en donde el papel continua siendo el amo y señor, podríamos pensar que toda la información analógica está en nuestra administraciones. Siento que nos movemos en una realidad paralela, en el menos virtual de los mundos, en un reducto de lo que queda de realidad. Y esa sensación de vivir entre dos mundos el virtual y el analógico puede llevarnos a los archiveros o gestores de documentos a la frustración y a la inactividad, a la renuncia a un papel importante y estabilizador en este mundo digital. Cómo convivir con estas realidades, con lo que leemos y percibimos y con lo que nos Mayer-Schönberger, Viktor y Cukier, Kenneth. “Big Data. La revolución de los datos masivos”Madrid, Turner Noema, 2013. 1 2 II Jornada Internacional de Archivos. Piara. Perú. Octubre 2014 enfrentamos a diario. Difícil papel el del archivero, no sabemos a ciencia cierta lo que hay que hacer pero hay que hacerlo. Voy a hablarles de mi experiencia en el Ayuntamiento de Alcorcón. 2 Alcorcón es un municipio de la Comunidad de Madrid, ubicado en al suroeste de la capital y a tan sólo 13 kilómetros de ésta. En los años 60 del pasado siglo era un municipio pequeño, tenía solamente 3.350 habitantes. Pero a partir de esa fecha comienza a crecer de una manera gigantesca porque recibe el aluvión del flujo migratorio hacia la capital. Tanto es así que en 1970 tenía 46.073 habitantes, en 1985 144.100 y actualmente la cifra asciende a 169.773. Como se pueden imaginar el volumen documental creció en igual proporción. Este crecimiento desproporcionado trajo consigo la necesidad de dotar de los servicios imprescindibles a la población. A partir de 1979, con la llegada al poder de la primera corporación democrática, el municipio empieza a dotarse de una estructura municipal más acorde con sus necesidades y a emprender las infraestructuras que le han llevado a convertirse en la gran ciudad que es hoy. Colegios, polideportivos, universidad, hospitales, metro, jardines, polígonos industriales fueron construidos, dejando constancia documental de ello en sus archivos. El Archivo Municipal se encontraba situado en la parte superior del edificio de la Casa Consistorial y carecía de organización. Si bien los documentos más antiguos habían desaparecido por diversas causas, derrumbes, guerra civil, etc, se conservaban todos los documentos a partir de 1939. Ante la ausencia de un orden y la imposibilidad de encontrar los documentos muy necesarios para la gestión, en 1981 se decidió la contratación de un archivero para su organización. Finalizado este trabajo en 1982, entramos así en lo que yo he denominado 1ª fase de organización de los archivos de gestión. 1ª FASE: 3 1982-84 La organización del Archivo Municipal había dado como resultado la clasificación y ordenación de casi 800 unidades de instalación. Si bien la mayor parte del fondo comenzaba en 1939, como ya hemos dicho, este número de unidades resultaban escasas para un municipio que había pasado de 3.350 habitantes en 1960 a 140.657 en 1981, con un desarrollo progresivo de sus oficinas y actividades. La inspección de las oficinas nos dio la respuesta: se encontraban repletas de documentos y muchos de ellos demasiado antiguos para permanecer en un archivo de oficina. Pero el objetivo no sólo consistía en separar aquellos documentos que no eran necesarios para la gestión diaria, con el fin de “descargar” los armarios enviándolos al Archivo, sino que se quería dotar a cada oficina de un sistema de organización que posibilitase el correcto archivo y la rápida localización de los documentos. Para conseguirlo no bastaba con organizar lo que había, sino que era necesario realizar un estudio detallado de los documentos, oficina 2 http://www.ayto-alcorcon.es/ Paloma Fernández Gil. En “Primeras Jornadas sobre Metodología para la identificación y Valoración de Fondos Documentales de las Administraciones Públicas” Madrid, 20, 21 y 22 de marzo de 1991. 3 3 II Jornada Internacional de Archivos. Piara. Perú. Octubre 2014 por oficina. El fin sería la creación de un sistema de archivos a través del cual el documento estaría controlado desde su nacimiento a su destino final. Como consecuencia de ese estudio se fijaron unas Normas de Archivo para cada oficina en las que se daban instrucciones de cómo y dónde archivar cada documento. Tomando como punto de partida el Cuadro de Clasificación del Archivo Municipal, se hizo un inventario de las series existentes en las oficinas. La metodología seguida fue la siguiente: Estudio de las funciones y actividades que realizaba cada oficina. Para ello se siguieron dos caminos: el organigrama interno del Ayuntamiento y reuniones con los responsables y personal administrativo de cada departamento. Estudio de los documentos. Se utilizó la bibliografía existente tanto de Derecho Administrativo como de Archivística Municipal; se estudió el procedimiento administrativo, y cuando fue necesario se confeccionó un diagrama de circulación de documentos, con el fin de reconstruir el trámite que habían llevado los expedientes. Elaboración del Cuadro de Clasificación de la oficina. El resultado final fue la obtención de un completo conocimiento de todos los documentos que se generaban o recibían. Gracias a este conocimiento conseguimos: Un Cuadro de Clasificación de todas las series que existían en el Ayuntamiento. Se detectó dónde había series duplicadas, tanto fotocopiadas como originales múltiples Se pudo conocer el crecimiento anual del volumen documental de cada oficina Se fijaron unos criterios de transferencia, selección y expurgo de documentos. El calendario de transferencia de documentos desde las oficinas al Archivo Municipal se pudo establecer adaptándose a las peculiaridades de cada oficina, teniendo en cuenta el espacio disponible y su vigencia administrativa o legal. De tal manera que determinados documentos entrarían en el Archivo al año, a los tres años, o a los cinco años. Se daban, además, unas indicaciones sobre qué documentos podrían ser destruidos en cada oficina. Aunque solo se recomendaba la destrucción de fotocopias, los catálogos publicitarios.. y poco más. En aquel momento se trataba de concienciar a los administradores de la importancia de los documentos para la historia del municipio, y que no confundieran los documentos de Archivo con la documentación de apoyo a la gestión. Habría que esperar hasta 1986 para que se aprobaran unas “Normas de Expurgo para los Archivos de Gestión”. Esta 1ª Fase terminó en 1984 con un resultado tan positivo que hasta hace algunos años había oficinas que conservaban el primitivo sistema. 4 II Jornada Internacional de Archivos. Piara. Perú. Octubre 2014 2ª FASE 1992-1999 Las dependencias municipales siguieron creciendo tanto en número como en volumen documental, y se vio la necesidad de construir un nuevo edificio para Casa Consistorial. Este nuevo edificio, a pesar de los informes en los que reflejábamos la necesidad de contar con metros suficientes para el Archivo Municipal, otorgó muy poco espacio al Archivo. La ausencia de espacio para Archivo General, como todos saben, repercute negativamente en el éxito de cualquier programa de gestión documental. Si los archivos de gestión no pueden transferir los documentos al Archivo Intermedio o al General, el sistema se colapsa. La ausencia de espacio en las oficinas provoca, a su vez la desidia del personal, que tenderá a olvidar las “buenas normas”. En 1992 se aprobó una reorganización del Archivo Municipal y una ampliación de sus funciones. Desde ese momento el Archivo tenía, ya de manera oficial, como una de sus funciones la organización de los archivos de gestión, de acuerdo con unos criterios de normalización y de racionalización. Decidimos entonces, continuar con nuestro proyecto, esta vez con un respaldo normativo municipal y estatal. En 1986 se había aprobado la Ley del Patrimonio en España, que en su artículo 49.2 especifica que “forman parte del Patrimonio documental los documentos de cualquier época generados, conservados o reunidos en el ejercicio de sus actividades por cualquier organismo o entidad de carácter público....”de manera explícita se estaba otorgando valor a los documentos que forman el Archivo de Gestión. Para nosotros continuar con el proyecto de organización de Archivos de Gestión era apremiante porque habíamos detectado que se habían ido creando un gran número de oficinas en las que los criterios de archivo eran inexistentes; nos referimos a oficinas como Salud Pública, Bienestar Social, etc. En dónde el personal no tenía una formación en derecho administrativo pues procedía de otras disciplinas, psicología, medicina, etc. En esta segunda fase se decidió aplicar una metodología basada en los programas de gestión de documentos de Estados Unidos. Utilizamos el Manual de Jones 4 y estudiamos el del canadiense Roberge 5 , adaptándolos a nuestras necesidades y posibilidades, dando especial importancia a la conservación. Elaboramos documentos auxiliares que nos ayudaran en nuestra tarea. Entre otros diseñamos un modelo de cuestionario, que con algunas variaciones utilizamos actualmente, un modelo de recogida de las fuentes que utilizábamos y un modelo para el análisis de las series. Además, nuestro trabajo no consistía solamente en el análisis, identificación y valoración de series, elaboración de cuadro de clasificación y unas meras instrucciones, sino que organizábamos completamente los archivos de oficina, cambiando el material y el mobiliario cuando era necesario, instalando los documentos y diseñando formularios y bases de datos. Comenzamos por organizar la oficina del Registro General, nos parecía lo más adecuado en aquel momento pero no era lo correcto. Cuando se emprende un proyecto 4 Jones, H.G. Local Goverment Records: An introduction to their Management, Preservation, and Use. Nashville, American Association from State and Local History, 1980. 5 Roberge, Michel. La Gestión de l´Information Administrative. La Pocatière:Documentor.1992 5 II Jornada Internacional de Archivos. Piara. Perú. Octubre 2014 de esta naturaleza lo más sensato es empezar por la propia oficina del Archivo Municipal. Así me lo especificó posteriormente Roberge ante una pregunta mía en el II Congreso de Archivos de Castilla –León celebrado en 1994. Con demasiada frecuencia nos olvidamos de que el Archivo Municipal tiene una oficina y, aunque solamente sea como ensayo hay que empezar por ahí. Pero como decía comenzamos por el Registro General del Ayuntamiento. El resultado fue esperanzador porque lo hicimos en 6 días, los problemas surgieron cuando nos enfrentamos a oficinas muy complejas, desde el punto de vista organizativo y documental. Empezamos a tardar meses en la reorganización de las oficinas. El grado de satisfacción del personal de las oficinas era muy alto y, a pesar de tener un cronograma y unos criterios respecto al orden en que se tenían que organizar las oficinas, en algunas ocasiones tuvimos que saltarnos alguna oficina en beneficio de otras, ante el requerimiento de sus responsables. Las oficinas una vez organizadas tenían que tener una continuidad en su mantenimiento, intentábamos que una persona se hiciera responsable del Archivo de Oficina, aunque no siempre lo conseguimos. Dentro del proyecto se incluía la organización de cursos de organización de archivos para el personal de las oficinas. Estos cursos, que tuvieron gran éxito, eran muy prácticos y centrados en las oficinas aunque se les hacía una introducción explicando la organización administrativa municipal, qué era un Archivo y los documentos, el sistema archivístico español y el papel tan importante que ellos tenían en la conservación de la memoria histórica del municipio. A día de hoy las personas que participaron en aquellos cursos muestran una especial sensibilidad hacia los archivos y los documentos. Dentro del proyecto se incluyó también la elaboración de un Reglamento del Archivo Municipal de Alcorcón y de un Manual de Procedimiento de Acceso al Archivo Municipal. Ambos documentos fueron aprobados en el Ayuntamiento Pleno del 31 de enero de 1996. En el artículo 1.2 del Reglamento, entre otras cosas se dice “y es, asimismo, un servicio general de la Administración Municipal, cuya principal función es la sistematización de la gestión documental del Ayuntamiento desde la creación del documento hasta la conservación histórica, organizando, recibiendo y sirviendo los documentos a la propia institución y a los ciudadanos”. De esta manera se afianzó el concepto de gestión documental en nuestra administración. El Reglamento se editó en 1999 6 y fue muy difundido, no solo en la propia administración sino entre las asociaciones ciudadanas. La metodología empleada en esta parte del proyecto quedó plasmada en el Manual de Organización de Archivos que publiqué en 1997.7 Mientras tanto, el volumen documental del Archivo Municipal y el servicio que prestaba no dejaba de crecer. En el año 1999 el Archivo tenía unos 1255 m/l de documentos y prestaba unos 3213 servicios. Era imposible con el personal existente (1 técnico y 3 auxiliares administrativos) llevar a cabo con éxito el proyecto. Un nuevo hecho agravó el problema: el Archivo Municipal se colapsó y tuvo que dejar de recibir documentos. Ante esto, en 1999 se comunicó a los responsables municipales la necesidad de paralizar el Proyecto de Organización de Archivos de Gestión “ante la Archivo Municipal de Alcorcón. “Reglamento del Archivo y Procedimiento de Acceso” Alcorcón, Ayuntamiento de Alcorcón. Concejalía de RR.HH y Participación Ciudadana, 1999. 7 Fernández Gil, Paloma “Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales” Granada, CEMCI, 1997. 6 6 II Jornada Internacional de Archivos. Piara. Perú. Octubre 2014 falta de personal especializado en el Archivo, falta de espacio en las oficinas y en el Archivo Municipal” hasta que mejorasen las condiciones de instalaciones y personal. En el mismo informe se comunicaba que “como estamos convencidos de que, tanto en las oficinas municipales como en el Archivo Municipal, se conservan algunos documentos carentes de cualquier valor, hemos comenzado los estudios de identificación y valoración de series con vistas a su disposición final”. Por lo tanto, se paralizó la organización de los archivos de las oficinas pero no los estudios encaminados a la normalización y racionalización de los documentos. A pesar de ello el balance fue positivo, se organizaron las oficinas más importantes del Ayuntamiento y obtuvimos una información muy valiosa que nos obligó a replantearnos el proyecto. Esta información que resumo a continuación puede ser de interés para mis colegas: 1º PRIORIDAD DE LAS OFICINAS Cuando se proyectó la organización de los archivos de gestión, el orden de prioridad se pensó en función de dos criterios: 1. Oficinas con acumulación de documentos y graves problemas de archivo 2. Oficinas con documentación importante desde el punto de vista administrativo e histórico. Aunque los criterios eran válidos, la realidad demostró que su combinación, con un único equipo, perjudicó la marcha general del proyecto. Las oficinas con acumulación de documentos lastraron el proyecto. Y es evidente que el proyecto de organización comienza a ser efectivo cuando se organizan oficinas muy relacionadas entre sí. Para las oficinas más colapsadas se necesitaría un equipo específico integrado por bastantes personas. 2º DISPONIBILIDAD DEL PERSONAL DE LAS OFICINAS En la organización de los archivos se contaba con la colaboración de los responsables de la oficina, que en muchos casos habían pedido con insistencia nuestra colaboración. Pero cuando comenzaban los trabajos, no siempre eran conscientes de que las labores de organización implican interferencias en el trabajo administrativo. Esto creaba situaciones conflictivas entre el personal del Archivo y los administrativos. Para solventar este problema, en algunos departamentos se optó por trabajar fuera del horario habitual. Aunque por problemas económicos no siempre fue posible. 3º MOTIVACIÓN DEL PERSONAL Se observó un interés por parte del personal administrativo pues se daban cuenta de que una buena organización de los documentos facilitaba enormemente su trabajo. Pero descubrimos un desconocimiento del significado de los documentos y de la organización municipal. Fue llamativo el desconocimiento de las relaciones existente entre los distintos departamentos y el circuito documental. De ello se deducía que los cursos de formación debían celebrarse antes de la reorganización de los archivos y no posteriormente, tal y como lo habíamos diseñado en nuestra metodología. 7 II Jornada Internacional de Archivos. Piara. Perú. Octubre 2014 4º ORGANIZACIÓN ADMINISTRATIVA El proyecto se ceñía a la reorganización de los archivos de oficina. Pero se vio gravemente afectado por los usos y costumbres, no siempre coherentes, que tiene una administración. Detectamos que no siempre los expedientes se archivaban en la oficina que realizaba todo el trámite. Que los técnicos que intervenían en una parte del procedimiento conservaban sin control el expediente completo. Más llamativo era el hecho de que cuando un concejal o un técnico dejaba su puesto de trabajo, los documentos, tanto personales como de trabajo quedaban arrinconados en sus antiguos despachos sin que nadie se hiciera cargo de ellos. Entre esos archivos muchas veces encontrábamos documentos vitales para la administración. Creo que los problemas enumerados pueden hacer reflexionar a los archiveros que se enfrentan a la organización de los archivos de gestión. 3ª FASE 2000-2014 Como ya se ha explicado, a partir de 1999 se abandonó el proyecto tradicional y exploramos nuevos caminos. Así en 2001 iniciamos el Proyecto de Reordenación de Información de Archivos. Este proyecto sufragado por la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Alcorcón, consistió en la contratación de 16 personas durante seis meses. El personal estaba formado por licenciados y diplomados en documentación, grabadores de datos, administrativa e informática, todos ellos en situación de desempleo. Se pudo abordar entonces la organización de los archivos centrales del área de Hacienda y de Urbanismo, que eran los departamentos con mayor volumen documental. En concreto se reorganizaron los fondos de Rentas y Urbanismo, y se inventariaron los fondos de Recaudación, Intervención y Tesorería. Esto permitió ganar espacio en las oficinas y controlar los documentos mediante bases de datos, que se diseñaron para el proyecto. A partir de 2002 y hasta el año 2012 el Archivo Municipal sufrió diversos avatares: colapso de depósitos, sucesivas mudanzas, etc que no permitieron dotar de continuidad al proyecto de organización. Aunque nunca se abandonó el asesoramiento de las oficinas y alguna actuación esporádica de organización completa. Recientemente hemos organizado el archivo de gestión de la oficina de Prevención de Riesgos Laborales. En esta oficina nos hemos ocupado especialmente de los documentos electrónicos, y de la organización de las carpetas en los ordenadores. Hemos detectado la posible pérdida de información por la desorganización de los correos y la existencia de expedientes mixtos. Esto último es algo generalizado en todas las oficinas municipales. En estos años, en mi ayuntamiento, se empiezan a dar los primeros pasos para la creación de expedientes electrónicos. En el año 2013 se inicia el paso a la eadministración tramitándose algunos expedientes exclusivamente en formato electrónico. No obstante el mayor volumen documental se encuentra actualmente en soporte papel, y somos conscientes de que muchos de esos documentos carecen de valor. 8 II Jornada Internacional de Archivos. Piara. Perú. Octubre 2014 En 2009 habíamos conseguido que se creara la Comisión Calificadora de Documentos Administrativos que veníamos solicitando reiteradamente. Lógicamente es nuestra intención valorar también los documentos electrónicos. Durante el año 2010 se valoraron y se calificaron todos los documentos de la Policía Municipal. En el año 2012 entró en funcionamiento el Consejo de Archivos de la Comunidad de Madrid, creado en 2003, que tiene entre sus funciones la aprobación de los estudios de identificación y valoración de las series documentales de los municipios. Fue necesario adaptar nuestra Comisión a las directrices del Consejo de Archivos. El principal problema para los archiveros es la dificultad que conlleva la realización de los estudios de valoración que nos exige el Consejo. Estos estudios son tan complejos que ralentizan el trabajo en los archivos. Para paliar este problema los archiveros del Grupo de Madrid hemos comenzado a elaborar estudios conjuntos. En la última sesión del Consejo celebrada en el mes de junio de este año se ha aprobado la constitución de la Mesa de Trabajo sobre Valoración de Documentos de la Administración Local de la Comunidad de Madrid en el seno de este Consejo8. Creo y espero que poco a poco se obtendrá un consenso que nos permita acelerar la puesta a disposición del Consejo de los diferentes estudios. ¿Qué conclusiones podemos sacar de esta experiencia? ¿Podemos hablar de la existencia de un Programa de Gestión Documental en mi municipio? ¿O de un Sistema Municipal de Archivo? En 2008 presentamos un “Plan de adaptación y modernización del Archivo Municipal” invocábamos para ello dos leyes: la Ley 57/2003 de Medidas para la Modernización de Gobierno Local, ya que nuestro municipio, gracias a ella, se había convertido en Gran Ciudad. En consecuencia, había ido aplicando los principios en ella establecidos creando una nueva estructura administrativa y nuevos servicios; y la Ley 11/2007, de Acceso Electrónico que obligaría a los Ayuntamientos a adaptar procedimientos y crear nuevas vías de gestión documental. En este Plan exponíamos que siguientes elementos: un Sistema Municipal de Archivo debería contar con los Normativa Órganos ejecutivos y asesores Espacios destinados a archivo Recursos humanos y presupuestarios Hemos conseguido contar con una Normativa, el Reglamento aprobado; el Archivo Municipal es el órgano ejecutivo y la Comisión Calificadora de Documentos el asesor; hemos mejorado los espacios destinados a Archivo; tenemos un Archivo General y pronto tendremos un Intermedio; hemos aumentado la plantilla, aunque falta personal especializado y carecemos de presupuesto propio. 8 http://www.madrid.org/archivos/images/Documentos/CACM/CACM_20140625_Acuerdos_re union_ordinaria-Acta_1-2014_CACM.pdf . Captura 17/09/2014 9 II Jornada Internacional de Archivos. Piara. Perú. Octubre 2014 En este momento se está desarrollando un proyecto de gestión electrónica de documentos en mi administración. ¿En qué momento se van a cruzar ambos proyectos? ¿Cómo continuar? ¿Qué camino seguir? Conviene analizar lo que hemos estado haciendo hasta ahora y lo que debemos hacer en el futuro. Ver si todo lo avanzado en nuestra profesión ha sido lo correcto, o si debemos dar un giro, si las herramientas que estamos utilizando los archiveros, con la normativa correspondiente, son las adecuadas o nos están dificultando la tarea. Conviene ver de dónde venimos para entender la situación actual, para ello permítanme que haga un pequeño resumen. Como todos los colegas conocen, la implicación de los archiveros en la organización de los archivos de gestión o de oficina, no siempre ha sido aceptada por los propios archiveros. En general esa implicación comienza en los años 80 en España, y no es sino cuando los Archivos Centrales o Generales comienzan a colapsarse cuando algunos archiveros se ponen en contacto con el Records Management norteamericano y la teoría del ciclo de vida. Si consideramos que este concepto había sido desarrollado en los años 30, cuando surge el Archivo Nacional de los Estados Unidos, podemos asegurar que tardó bastante en extenderse por nuestros archivos. Y esto es debido a que el modelo norteamericano de gestión de documentos no era plenamente aceptado por la comunidad archivística española al considerar que venía lastrado de origen al no ocuparse de la fase histórica de los documentos. Por lo tanto, habrá que esperar a las formulaciones de los archiveros australianos y neozelandeses que, en los años 90, ampliaron el concepto de gestión de documentos a la fase histórica. Como ustedes ya saben, la norma australiana AS4390 de Records Management es el antecedente de la norma ISO 15489 aparecida en el año 2001, y que incluye la conservación y la custodia de los documentos. A fin de cuentas como dice el archivero Julio Cerdá “no deja de ser una paradoja y un contrasentido que los archivos, recojan, traten y custodien unos documentos sin participar en lo más mínimo en las formas y modos de producirlos”9 No obstante, faltaba algo muy importante y era que la gestión documental quedara reflejada en la legislación autonómica española. Gracias a los esfuerzos de nuestros colegas en el año 2001 apareció la Ley de Archivos y Documentos de Cataluña que recogía estos principios y que supuso una innovación. En su artículo 32 recoge las funciones de los Archivos Municipales y declara “los archivos municipales definen, implantan y mantienen el sistema de gestión de la documentación administrativa en fase activa y semiactiva, y gestionan y conservan la documentación en fase semiactiva y la documentación histórica.”. Queda claro ya que serán los Archivos Municipales los encargados de definir todo el sistema de gestión documental de los municipios catalanes. 9 Archivos y Gestión Documental. Estrategias de intervención en la administración local. En Tejuelo: Revista de ANABAD Murcia, nº3, 2003, p. 37-50. 10 II Jornada Internacional de Archivos. Piara. Perú. Octubre 2014 Aun así, el término gestión de documentos no estaba del todo asentado en nuestra administración cuando surge el concepto de e-administración en nuestros entes locales. Los documentos electrónicos dejan a ser futuribles para convertirse en una realidad. Y es entonces cuando el término gestión de documentos se populariza….y se desvirtúa. Podemos decir que a partir de ese momento surge un pequeño caos en el mundo de la administración local y en el archivístico en relación con los documentos sobre todo en cuanto a terminología. Gestión de documentos será una palabra que tendrá diferentes significados dependiendo de la profesión del que la emplea. No siempre significará lo mismo para un archivero que para un informático. A partir de los años 90 las leyes habían dado nuevo impulso a la informatización. En la exposición de motivos de la ley 30/92 de Procedimiento Administrativo Común, se decía “la ley se abre decididamente a la tecnificación y modernización de la actuación administrativa en su vertiente de producción jurídica y a la adaptación permanente al ritmo de las innovaciones tecnológicas”. Pero el impulso definitivo lo encontramos a partir del año 2000 cuando se promulgan leyes, como la Ley General Tributaria (Ley 58/2003 de 17 de diciembre) y la Ley de Firma electrónica (Ley 59/2003 de 19 de diciembre) que establecía el Documento Nacional de Identidad electrónico; la ley de 56/2007 de medidas de impulso de la sociedad de la información que incluía previsiones específicas sobre facturación electrónica y el uso de medios electrónicos en la contratación; y sobre todo con la Ley 11/2007 de 22 de junio de acceso electrónico de los ciudadanos a los Servicios Públicos, en la que se establecía el derecho a conocer por medios electrónicos el estado de tramitación de los procedimientos, así como a obtener copias de los documentos electrónicos que formen parte de los procedimientos en los que el ciudadano tenga la condición de interesado. Las administraciones comienzan a contratar empresas para desarrollar programas de gestión documental electrónica. Y aquí surge el caos al que nos referíamos antes. Tratar de desarrollar un programa de gestión documental electrónica sin tener en cuenta una metodología de gestión documental vuelve muy dificultosa la implantación. No obstante conviene resaltar que, ante la necesidad de ir aplicando las recomendaciones de las normas internacionales ISO 15489:2001 e ISO 30.300:2011 de gestión de documentos, algunas empresa descubrieron la archivística. A veces de una manera descafeinada, en otras inventándose una ”archivística” particular. Pero las empresas más profesionales comenzaron a crear equipos de trabajo formados por expertos en organización, nuevas tecnologías, administrativistas y en algunos casos incluyeron a los archiveros. Pero los archiveros, también nos enfrentamos al caos y tanto si formamos parte de esos equipos como si somos mantenidos al margen, este avance de la e-administración está resultando un desafío para el que no estamos en nuestro conjunto realmente preparados. No se trata de un desconocimiento informático, es que tenemos que asimilar otros conocimientos, conocer otros lenguajes para poder incorporarnos a esa administración electrónica. Los archiveros que forman parte de esos equipos de trabajo en los ayuntamientos tienen mucho que aportar en lo que respecta al conocimiento de 11 II Jornada Internacional de Archivos. Piara. Perú. Octubre 2014 todos los documentos de una administración, la visión global de la institución, de los procedimientos administrativos, de las actividades y funciones, de la recuperación de la información, pero, como otros profesionales, tenemos nuestro propio lenguaje que no siempre es entendible por el resto de los técnicos. Porque nos encontramos ante un hecho histórico para la archivística. En prácticamente toda la legislación española anterior al año 2000 relacionada con la administración en general, y con la local en particular, apenas si se menciona la palabra archivo, ni como institución ni como concepto. Pues bien, de repente los archiveros vemos con asombro que la legislación empieza a cambiar ¡ Los documentos y los archivos aparecen en las leyes! y todo ello gracias a la administración electrónica. Así lo encontramos en la propia Ley 11/2007 antes mencionada, y sobre todo en el Real decreto 4/2010, de 8 de enero, por el que se regula el Esquema Nacional de Interoperabilidad en el ámbito de la Administración Electrónica. Y las posteriores Normas de Interoperabilidad que se han ido publicando, y entre las que destacamos la de archivo electrónico. En estas normas se dice claramente la necesidad de implantar un Sistema de Gestión Documental como herramienta imprescindible para transformar la administración tradicional en e-administración. Se ve entonces que, aquellos ayuntamientos en dónde ya existía este sistema, tienen recorrido un gran camino. El Real Decreto 4/2010 va más allá y entre las medidas que propone para la gestión de los documentos electrónicos, se encuentran la identificación única e inequívoca de cada documento, la clasificación de acuerdo con un plan de clasificación, periodos de conservación de los documentos establecidos por comisiones calificadoras, y el que las Administraciones públicas creen repositorios electrónicos, complementarios y equivalentes en cuanto a su función a los archivos convencionales, destinados a cubrir el conjunto del ciclo de vida de los documentos electrónicos. ¿No forma parte de nuestra formación todo lo que dicen estas leyes?, ¿No estamos hablando de archivística? En el artículo “Diez problemas (con sus diez soluciones) en el desarrollo de un proyecto de implantación de administración electrónica” Fernando Gallego y Victor Almonacid, Ingeniero Técnico en Informática y Secretario de Ayuntamiento respectivamente10 titulan el problema nº 8 de la siguiente manera: “Tengo un caos con mis documentos ¿cómo pongo orden? (el problema del archivo electrónico)” y entre otras cosas dicen “ La respuesta a esta pregunta solo puede ser otra pregunta ¿ Tiene usted en su organización criterios de clasificación archivística (tanto en los documentos en papel como en los electrónicos)? Si no los tiene debe de pensar en ello” para terminar recomendando la ayuda de un archivero que será clave a la hora de establecer el criterio de organización documental. Confieso que pocas veces he leído esta afirmación en la bibliografía administrativista. A pesar de ello, a día de hoy, seguimos sin tener una presencia importante en la gestión de documentos. En febrero de este mismo año se ha presentado un Informe de En “Manual para la Gestión Inteligente del Ayuntamiento. Hoja de ruta hacia la Administración Inteligente: de la Administración Electrónica a la Inteligente, y más allá” Madrid, El Consultor de los Ayuntamientos, 2013 Coord: Victor Almonacid Lamelas. 10 12 II Jornada Internacional de Archivos. Piara. Perú. Octubre 2014 resultados de una encuesta sobre la implantación de la Ley 11/2007, de acceso electrónico en las administraciones locales, con referencias a la participación del archivero 11, los datos no son muy alentadores. La participación de los archiveros en los equipos de trabajo es de sólo el 9,88%, y en cuanto a su participación en la gestión documental electrónica es del 16,81%, aunque aumenta al 21/88% en los municipios de entre 20.000 y 50.000 habitantes y llega al 45/71 % en las poblaciones superiores a 75.000 habitantes. Ante esta circunstancia, cada vez parece más importante que los archiveros municipales tengamos un apoyo normativo que no deje nuestra intervención al azar; que nuestra intervención no dependa de los directivos de turno, o del grado de complicidad que exista con los departamentos de modernización y demás caminos del azar. Un buen ejemplo lo constituye la Ley 7/2011 de Documentos, Archivo y Patrimonio Documental de Andalucía. Recogemos algunos artículos. Artículo 27.3 “el sistema archivístico de Andalucía promoverá un modelo común de gestión documental acorde con la implantación de la administración electrónica, siguiendo los principios de cooperación y colaboración entre las consejerías competentes en materia de documentos, archivos y patrimonio documental, administración electrónica y política informática” o el 38.4 “en el caso de procedimientos tramitados electrónicamente…..los propios sistemas de tramitación tendrán en esa fase procedimental, el carácter de archivos de oficina”. Y establece además, que los archivos de oficina se organizarán de acuerdo con las directrices técnicas del correspondiente archivo receptor de sus documentos. (art. 38.3) Este es un buen ejemplo pero singular. Ante la inexistencia de una normativa común para toda España, la intervención del archivero seguirá siendo muy irregular. Y esto es muy preocupante porque somos los únicos profesionales en la Administración Local que vamos a preocuparnos de que los repositorios conserven los documentos importantes para la administración y la historia de los municipios porque somos los únicos que tenemos una idea de la trascendencia de los documentos más allá de su aparente utilidad. Pero hay datos esperanzadores. Un grupo de archiveros municipales en cuyos ayuntamientos se está imponiendo la e-administración y que trabajan con la misma empresa, están participando activamente con los equipos de implantación. El municipio en dónde está más avanzado el proyecto es en Rivas- Vaciamadrid,12 municipio de la Comunidad de Madrid. En la página web del Archivo Municipal, dentro del apartado “Gestión de Documentos” nos encontramos con toda una declaración de principios “ la función principal [en gestión documental} del Archivo Municipal es la de colaborar en la normalización y gestión de la documentación que genera la organización, sobre todo en los nuevos soportes digitales asegurando su integridad, autenticidad y fiabilidad”. El Cubero, Carmen y Villarreal, Eugenio. “Encuesta sobre la implantación de la Ley 11/2007, de acceso electrónico, en las administraciones locales a los 5 años de su publicación, con referencias específicas a la participación del archivero”. Federación Española de Municipios y Provincias, 2014. 11 12 http://www.rivasciudad.es 13 II Jornada Internacional de Archivos. Piara. Perú. Octubre 2014 Archivo Municipal, según nos comenta su directora Sonia Crespo Nogales, está presente desde la creación de documentos de la siguiente manera: El archivero ha creado el catálogo de tipos documentales y ha asociado a ellos una serie de metadatos que marcan el resto de la vida del documento, desde el Registro General todos los documentos están asociados a esos tipos. Las oficinas del Ayuntamiento abren expedientes, estos expedientes son procedimientos determinados y definidos en los programas de gestión de expedientes, desde el Archivo se identifica a qué parte del cuadro de clasificación pertenecen esos expedientes, y se les asocia una serie de metadatos a través de los cuales se determina su vida. Gracias a esta situación los archivos de oficina solo necesitarán utilizar herramientas tan sencillas como filtros informativos para poder localizar toda su documentación. La transferencia pasa a convertirse en otra tarea automática en la que los metadatos principales harán referencia a los cambios de permisos sobre los documentos y los gestores. Me parece que con esta explicación queda perfectamente definido cual será nuestro papel en el futuro. Entonces ¿Seguimos hablando de Archivos de Gestión? Hasta ahora he hablado de la implicación del archivero en la e-administración, del diseño de todo un programa de gestión documental, todo ello muy interesante, pero para esas grandes e importantes tareas, no sé si habrán dado cuenta de que en la mayoría de los ayuntamientos solamente existe un técnico que se encarga también de otras tareas como la descripción, atender consultas de ciudadanos e investigadores, de digitalizar, etc. Y que los archivos de gestión suelen contener un gran número de documentos en soporte papel. Durante este último año se ha impartido un curso a distancia de “Gestión de Información Municipal” impartido por el profesorado del Instituto Agustín Millares dependiente de la Universidad Carlos III de Madrid. Al finalizar el curso los alumnos tenían que presentar una tesina. De entre todos, me ha llamado especialmente la atención el presentado sobre la Municipalidad de Lo Prado en Chile. Esta municipalidad reunía algunas características muy parecidas a mi ayuntamiento, número de habitantes, número de oficinas, etc. Los autores realizaron un análisis de la situación en los archivos de las oficinas que nos conecta rápidamente con el mundo real. Utilización de criterios personales para la ordenación de documentos, cuyo resultado es la pérdida de documentos y el exceso de fotocopias, entre otros; falta de depósito permanente, lo que impide el acceso a los documentos; falta de formación en gestión documental, lo que provoca lagunas de información; desorden y utilización de mayor espacio; falta de criterios de clasificación, etc.13 Regresemos por tanto al mundo real y busquemos soluciones. Está claro que para un municipio pequeño o mediano el archivero con la debida formación podría abarcar todo. Pero en un municipio grande es una tarea casi imposible. Corremos el riesgo de que por intentar estar en varios frentes no lleguemos a ninguno. Y lo más importante que se nos olvide la esencia de nuestra profesión que es conservar aquellos documentos que servirán como garantía de derechos y conocimiento de la historia. Todas nuestras actuaciones tienen que ir en esa dirección. Para ello debemos simplificar algunas de las tareas tanto de un programa de gestión de documentos como en el Archivo Municipal, y esto hay que enseñarlo también a los futuros archiveros. 13 Esparza Valladares, Jimena et al. 14 II Jornada Internacional de Archivos. Piara. Perú. Octubre 2014 En mi formación archivística se daba una importancia enorme a los catálogos. Nos enseñaban qué era una guía, un inventario y el maravilloso catálogo. Jamás he podido hacer uno. La norma ISAD (G) de descripción archivística es muy interesante y permite el intercambio de información entre todos los archivos, pero ¿es tan importante describir con tanto detalle cuando tenemos miles de expedientes? ¿los tesauros, los campos de asuntos o materias serán importantes en el mundo de los Big Data? No me malinterpreten, las normas archivísticas han supuesto un enorme avance en la normalización de nuestra especialidad. Pero solo se pueden llevar acabo cuando se tiene bastante personal en los Archivos Municipales. Si queremos cumplir nuestra misión hay que buscar atajos. Y esto curiosamente enlaza con la teoría archivística postmoderna Terry Cook y J.M Schwartz nos decían “ Existe un saludable escepticismo en la profesión archivera ante el exceso de teoría, especialmente cuando, por un lado, la teoría toma a veces la apariencia de fórmula impositiva de oscuros conceptos que delatan un escaso conocimiento de las realidades profesionales o diferencias de espacio y de tiempo, y por otro lado, estropeadas a veces por una jerga añadida, un auto indulgente cenagal de subjetividad y de ofuscación” 14 Y en este caso no puedo estar más de acuerdo. ¿Qué podemos realmente hacer en este momento en la era de Internet, de las nubes, de los Big Data? ¿Cuál tiene que ser nuestra aportación? A mi juicio el camino a seguir es el siguiente: Gestión Documental en soporte papel: asesoramiento a las oficinas en la organización de sus archivos tanto en soporte papel como en la organización de los documentos en sus ordenadores. Con el objetivo de que no se pierdan documentos interesantes. Breve formación a los empleados de esa oficina en relación con sus propios documentos. Identificación y valoración de series. Creación de Comisiones de Valoración de documentos. Concienciar a la municipalidad de la importancia de un Programa de Gestión Documental de cara a la e-administración. Administración electrónica: Participar en los grupos de trabajo con el objetivo principal de que se conserven los documentos importantes para la historia. Insistir en la introducción de metadatos relacionados con ese objetivo desde que se crea el documento. Si nuestra participación no es requerida presentar informes en los que se insista en la importancia de los metadatos, y en la creación de un repositorio. Aportar herramientas básicas tales como: cuadros de clasificación, catálogos de tipos documentales y análisis y valoración de series. Alertar sobre la creación de documentos mixtos en papel y electrónicos. Interesarse por las carpetas ciudadanas, gobierno abierto y página web en general, con el fin de que no haya pérdida de información relevante. Formación. Participar en cursos de nuevas tecnologías que estén relacionadas con los documentos. No se trata de ser un experto, pero es muy importante Citado por J.Ramón Cruz Mundet en “La gestión de documentos en las organizaciones”, Madrid, Pirámide, 2008. 14 15 II Jornada Internacional de Archivos. Piara. Perú. Octubre 2014 conocer los nuevos lenguajes y herramientas electrónicas, que nos ayuden a comunicar nuestros intereses y que nos faciliten el trabajo. Respecto a nuestro trabajo en el Archivo Municipal, entendido como Central e Histórico, simplificar nuestras tareas en beneficio de una mayor difusión de nuestros fondos, y un mayor acercamiento a los ciudadanos. Solamente así lograremos sobrevivir como profesión y como humildes personas. 16