Actividad 10: Surgen las primeras tensiones en el grupo (dos sesiones) Eje: Aprender a convivir y a ser persona. Objetivos: - Identificar los aspectos físicos, emocionales y conductuales de la tensión en el grupo. - Conocer las tres fases para controlar las tensiones. - Aprender a relajarse y aumentar la autoestima. - Aprender a reafirmarse ante una situación conflictiva. Material: Documento para el alumno “Las tensiones en la vida diaria”; Actividad 1: “Identificamos tensiones”; Actividad 2: “Ejercicio de relajación: la técnica de los cinco dedos”; Cartulina. Desarrollo: 1. El tutor reparte el documento Las tensiones en la vida diaria, explica los objetivos de la sesión y reflexiona sobre dichos contenidos. 2. Realización de la primera actividad Identificamos tensiones. Cada alumno debe realizar dicha actividad de manera individual. 3. Trabajo en pequeño grupo de 5-6 alumnos. Cada alumno expondrá al resto del grupo la situación en la que experimentó una situación de tensión, así como los síntomas que tuvo. Se elegirá un portavoz para que vaya anotando los síntomas que han tenido los diferentes miembros del grupo, así como determinar de qué tipo son (fisiológicos, cognitivos o conductuales) y, ver cuáles son los que más se repiten. 4. El portavoz de cada subgrupo comenta al resto de la clase los síntomas que han ido anotando. El tutor o el delegado va tomando nota en la pizarra. 5. Segunda actividad para el alumnado: Ejercicio de relajación, la técnica de los cinco dedos. Es necesario contar con un espacio cómodo para practicar la relajación, así con silencio. El tutor explica la actividad. Se lleva a cabo y, al finalizar, se comenta entre todos el ejercicio sobre qué sensaciones les han provocado. 6. Actividad tercera: Reducir la tensión en el grupo. El tutor explica la actividad (se señala una situación concreta de tensión que se haya dado en el grupo) a través de un método concreto para reducir la tensión. Los chicos se colocan haciendo un círculo o en “U”. En un lugar visible se coloca una cartulina en la que aparece, como título, la situación conflictiva que se ha producido en el grupo. Debajo, se escriben los tres pasos para la resolución de la tensión. Empezando por el primer paso, los chicos van haciendo sus aportaciones. Cuando se llega a un consenso se anota en la cartulina. Esto se va haciendo con los tres pasos. Una vez concluidos los tres pasos se coloca el mural en un lugar visible para que nadie olvide los pasos que se dan para disminuir la tensión provocada por el conflicto del grupo. Documentos para el alumnado: - Las tensiones en la vida diaria. - Actividad 1: Identificamos tensiones. - Actividad 2: Ejercicio de relajación, la técnica de los cinco dedos. LAS TENSIONES EN LA VIDA DIARIA. Estoy seguro que en más de una ocasión has sentido TENSIÓN. Los cambios y desafíos de la vida nos crean tensión, pero algunos generan más o menos tensión que otros. Que algo nos retrase cuando queremos llegar a tiempo a una cita, por ejemplo, nos crea menos tensión que cambiar de ciudad o colegio. Las mayores tensiones nos las crean los grandes cambios o desafíos. El divorcio o la muerte de un ser querido, por ejemplo, producen mucha tensión. Si constantemente se está percibiendo mucha tensión es porque algo no va bien en la vida: baja autoestima, inseguridad, miedos, etc. Esta situación crea mucha angustia y, a la vez se va generando más tensión. Por tanto, lo primero que debería hacer una persona que vive en esta situación es aprender a identificar y a controlar la tensión. En el siguiente dibujo puedes ver algunos de los síntomas que nos pueden hacer ver que estamos ante una situación de TENSIÓN. La tensión genera estados de ansiedad. Son tres los tipos de síntomas que podemos identificar ante un cuadro de ansiedad o tensión: fisiológicos, cognitivos y conductuales. Fisiológicos Cognitivos Conductuales Temblores. Ganas de escaparse. Irritabilidad. Molestias gastrointestinales. Ganas de llorar. Incapacidad de concentrarse. Taquicardia. Demasiada preocupación. Mayor uso de medicinas. Sudoración. Frustración. Propensión a tener accidentes. Dolor de cabeza. Pensamientos inapropiados. Abuso del alcohol y drogas. Pérdida de apetito. Sin ganas de hacer nada Impulsividad. Tartamudeo. (depresión) Culpar a los otros. Dificultades para dormir. Gritar a las personas. Dolor de espalda. Tener pesadillas. Fatiga. Boca/garganta seca. Tensión muscular. Debilidad o mareo. Por tanto, el primer paso sería poder identificar que cuando aparece alguno de estos síntomas en ti, es que puedes estar bajo tensión. Una vez identificada esta situación, el siguiente paso, es poder aprender a afrontar con efectividad la tensión que has identificado. Piensas en algo que puedas hacer para calmarte. A algunas personas les gusta tocar un instrumento para reducir la tensión. A otras les gusta ir al parque, correr, ir al cine, escribir un diario, pasar un rato con los amigos, o con los padres. La actividad física o imaginarse situaciones seguras y relajantes ayuda a otras personas. Cada uno necesita descubrir lo que mejor le va. El tercer paso para afrontar la tensión es hacer que la actividad que te relaja sea parte de tu rutina diaria. La práctica regular de cualquier actividad hace mucho más fácil tu vida. Si reduces la tensión, podrás comportarte mejor con tus amigos, tu familia y en el Instituto. Y como resultado aumentará tu autoestima. ACTIVIDAD 1: IDENTIFICAMOS TENSIONES Tras la reflexión llevada a cabo con tu tutor acerca de las tensiones, la actividad que se propone a continuación es que pongas en marcha la primera fase que es la de identificar tensiones. Describe una situación en la que te encontraste Anota los síntomas que aparecieron. tenso o con ansiedad. Trabajo en pequeño grupo. Anota los síntomas que habéis identificado en el grupo, así como al tipo que corresponde: Síntomas Fisiológicos Cognitivos conductuales ACTIVIDAD 2: EJERCICIO DE RELAJACIÓN (La técnica de los cinco dedos) La segunda fase es identificar aquellas situaciones o actividades que ayudan a nuestro organismo a disminuir la tensión, en definitiva, a bajar el nivel de ansiedad y, por tanto, volver a un equilibrio emocional. Una de esas actividades puede ser aprender a relajarse. Un ejercicio muy sencillo es el llamado Ejercicio de los cinco dedos. Éste ejercicio se hace en unos diez minutos, puede relajarte y reforzar tu autoestima. Hazlo cada vez que sientas tensión. El procedimiento es el siguiente: 1. 2. 3. 4. Junta el dedo pulgar con el dedo índice. Al hacerlo, cierra los ojos y recuerda una ocasión en que te sentías cansado, pero de una manera saludable, por ejemplo después de haber hecho mucho ejercicio o trabajando en casa. Junta el dedo pulgar con el dedo de en medio (corazón). Al hacerlo, recuerda una ocasión en que tuviste una experiencia de afecto, como una conversación con tu mejor amigo o un abrazo con un familiar. Junta el pulgar con el anular. Ahora piensa en el mejor elogio que te hayan hecho. Acepta completamente el elogio otra vez. Junta el pulgar con el dedo meñique. Al hacerlo, usa la imaginación para regresar al lugar más bonito que jamás hayas visitado. Quédate allí un rato y relájate.