CREDITO SIMPLE Y CREDITO EN CUENTA CORRIENTE. La

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272443. . Tercera Sala. Sexta Época. Semanario Judicial de la Federación. Volumen XIV, Cuarta Parte, Pág. 145.
CREDITO SIMPLE Y CREDITO EN CUENTA CORRIENTE. La apertura de crédito
simple y la apertura de crédito en cuenta corriente, tienen características especiales y
producen consecuencias distintas. En efecto, mientras en virtud de la apertura de crédito, el
acreditante se obliga a poner una suma de dinero a disposición del acreditado, o a contraer
por cuenta de éste una obligación, para que el mismo haga uso del crédito concedido en la
forma y en los términos y condiciones convenidos, quedando obligado el acreditado a
restituir al acreditante las sumas de que disponga, o a cubrir oportunamente por el importe de
la obligación que contrajo, y en todo caso a pagarle los intereses, prestaciones, gastos y
comisiones que se estipulen, según lo establece el artículo 291 de la Ley General de Títulos y
Operaciones de Crédito; "la apertura de crédito en cuenta corriente da derecho al acreditado a
hacer remesas, antes de la fecha fijada para la liquidación, en reembolso parcial o total de las
disposiciones que previamente hubiere hecho, quedando facultado, mientras el contrato no
concluya, para disponer en la forma pactada del saldo que resulte a su favor", conforme el
artículo 296 de la misma ley. Es decir, en el contrato sobre apertura de crédito simple, el
acreditado debe regresar al acreditante el importe del crédito que se le otorgó, en las
condiciones y términos convenidos y tratándose de la apertura de crédito en cuenta corriente,
el acreditado tiene facultad de hacer remesas al acreditante antes de la fecha que se señaló
para formular liquidación y puede, mientras el contrato no concluya, disponer del saldo que
resulte en la forma pactada. Por lo tanto, en la apertura de crédito simple se sabe con toda
precisión cuál es la cantidad que debe restituir el acreditado, y en la apertura de crédito en
cuenta corriente, esa cantidad tiene que determinarse al través de una liquidación entre las
entregas que el acreditado hizo al acreditante, y las que éste cubrió al primero. No será
necesario, en consecuencia, formular liquidación alguna tratándose de exigir la restitución de
la suma que el acreditante entregó al acreditado por virtud de un contrato sobre apertura de
crédito simple, pero sí resulta indispensable dicha liquidación cuando el acreditante demanda
al acreditado el pago del crédito que le otorgó, si el contrato relativo es el de apertura de
crédito en cuenta corriente. Así autoriza a considerarlo la naturaleza de este contrato, que
comprende entregas recíprocas, y la misma Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito
previene en su artículo 302, al definir el contrato de cuenta corriente, de estrecha semejanza
con la apertura de crédito en cuenta corriente, que, en virtud del contrato de cuenta corriente,
los créditos derivados de las remesas recíprocas de las partes se anotan como partidas de
abono o de cargo en una cuenta, y sólo el saldo que resulte a la clausura de la cuenta
constituye un crédito exigible y disponible. Ahora bien, si no se conoce el texto del contrato
de apertura de crédito que celebraron las partes, pero aparece que uno de ellos abrió crédito a
favor de la otra hasta por determinada cantidad, de la cual el acreditado podía disponer en
cierto plazo; que el acreditante estaba facultado para retirar el cincuenta por ciento de las
entradas brutas que se obtuvieron con la explotación del negocio a que el acreditado destinó
el crédito, para amortizar el importe de éste, y que el acreditante retiró no sólo el cincuenta
por ciento sino su totalidad, no quedan de relieve los elementos característicos de la apertura
de crédito simple, y sí en cambio se comprueban los elementos distintivos de apertura de
crédito en cuenta corriente.
Amparo directo 1450/57. Elíseo Larios Rodríguez. 18 de agosto de 1958. Unanimidad de
cuatro votos. Ponente: Mariano Ramírez Vázquez.
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