Si estas condiciones no están presentes, el trabajo del psicólogo será contribuir a que se creen para después informar y trabajar con las emociones que se produzcan. Cuando no se ha dado la información, el paciente no puede quedarse sin una explicación de lo que pasó y de manera confusa sabe que pasó algo que no entiende bien por lo que trata de pensarlo con los recursos psíquicos que tenga, con frecuencia el paciente se explica las cosas según su fantasía, y éstas puede presentarse con la forma de ideas delirantes, alucinaciones o confusiones y todo esto da como resultado que la falta de información no disminuya el sufrimiento del paciente sino que lo aumenta. A continuación trascribimos material clínico que ejemplifica lo dicho. 1. Un caso de amputación: Me llaman de una Unidad de Cuidados Intensivos de un centro en el que no trabajo, para que vea un paciente de 13 años con desarticulación de los 2 brazos por necrosis. Sufrió un accidente: para evitar caer de una platabanda se agarro de un cable de alta tensión y de una reja que estaba al lado, esto produjo la quemadura eléctrica de ambos brazos y su caída al suelo. La desarticulación de ambos brazos se produjo sin avisarle al paciente. Síntomas psicológicos: Los médicos informan que ha preguntado porque tiene los brazos amarrados. También ha preguntado qué pasa con sus brazos, nadie le ha contestado. La primera observación se presenta cuando está recién extubado, y se le ha empezado a bajar la sedación. Se observa muy agitado, se mueve como puede de un lado a otro de la cuna y logra con frecuencias darse vuelta y colocarse en posición prona, pide luego ayuda para volverse a su posición decúbito supina. Insiste en frotar alternativamente contra la superficie de la cuna los dos lugares donde se desarticularon los brazos, lo que ya ha producido una lesión por lo que debe ser llevado a quirófano nuevamente para la cura correspondiente. Su nivel de conciencia apenas permite una conversación, con frecuencia no contesta a las preguntas, habla en voz muy baja y cuesta entenderlo, lo que en parte es consecuencia de la reciente extubación, pero responde también a la actitud hostil hacia nosotros. Dice frases como que van a repartir algo y no nos va dar nada a nosotros. Al acercarnos para tratar de oírlo nos evita y trata de acercarse al lado contrario de la cuna. En varios momentos nos mira asustado, o mira asustado en otra dirección como si viera algo amenazador (¿alucinaciones?), cuando le preguntamos, no dice lo que ve. Explicación de los síntomas La falta de información de la desarticulación produce el síntoma de frotar la zona donde estaban los brazos porque el paciente no puede ver sus brazos ni moverlos (“brazos amarrados” es la sensación que tiene), pero además lo confunden la sensación que le produce el miembro fantasma, su intento de saber la verdad es poner en contacto la superficie operada contra la de la cuna, pero no puede resolver el problema porque el miembro fantasma le dice una cosa y sus movimientos lo contrario. Facilitado por el bajo nivel de conciencia, la sedación y el desconcierto de la falta de información, aparecen: confusión, (posiblemente alucinaciones) y miedo al personal por entender la desarticulación como agresión y no como la única solución posible para salvar su vida. Evolución Al mejorar el nivel de conciencia dimos la información correspondiente y desapareció el síntoma de frotar la zona donde estaban los brazos contra la superficie de la cuna y el paciente inició de inmediato elaboración del duelo por sus brazos, preguntándose qué cambios habría en su vida después de la desarticulación de sus brazos. Este proceso fue acompañado con psicoterapia hasta su alta, logrando la aceptación de lo sucedido y tratando de entrenar sus pies para cierta actividades, también haciendo gestiones para obtener una prótesis