TEMA 1. EL ENSAYO EN EL SIGLO XVIII. JOVELLANOS. El siglo

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TEMA 1. EL ENSAYO EN EL SIGLO XVIII. JOVELLANOS.
El siglo XVIII o Siglo de las Luces constituyó una época de profundas transformaciones que
afectaron a la política, la sociedad, la cultura, la religión y el pensamiento, con las que el mundo
occidental entró en la Edad Moderna. La Ilustración es el movimiento cultural que representa esta
renovación y supuso la búsqueda de un nuevo orden basado en el fomento del espíritu crítico y el
empleo de la razón como única guía.
El instrumento de difusión de las ideas de la Ilustración fue la Enciclopedia, un intento de mostrar la
síntesis de todos los conocimientos de la época organizados por artículos dispuestos por orden
alfabético en diecisiete volúmenes, y una apuesta por combatir los prejuicios y la ignorancia. Sus
directores fueron Diderot y D’Alembert.
1. Contexto político, social, cultural y literario en España
El comienzo del siglo coincide con una guerra de ámbito europeo -la de Sucesión española- que
concluye con la instauración en nuestro país de una nueva dinastía: la de los Borbones. Felipe V inicia
una serie de reformas, basadas en el modelo francés y en consonancia con lo que sucede en otros
países europeos, que pretende racionalizar la monarquía mediante la centralización del poder real.
También se hizo un serio esfuerzo por modernizar el sistema fiscal, que encontró el freno de las
clases privilegiadas, entre ellas la Iglesia. En 1766 se produjo un motín con fuertes desórdenes durante
tres días. Constituyó la amenaza más grave a la autoridad real en Castilla desde los Comuneros, y
supuso un punto de inflexión en la época de los Borbones. Se acusó de intrigar a los jesuitas, se ordenó
su expulsión, sus bienes se confiscaron y se inició una reforma educativa y universitaria que introduciría
la ciencia y las teorías políticas modernas. A partir de ese momento el gobierno reflejó un nuevo espíritu
imbuido en la fe de que buenas leyes podrían reformar la sociedad. Su programa reformista constaba,
entre otros, de los siguientes aspectos:
la creación de las sociedades de Amigos del País (mas de 50 formadas por nobles y notables
destinadas a estimular la agricultura, la industria, el comercio, las artes y las ciencias;
la paulatina liberalización del comercio con América, antes concentrado en Sevilla;
la creación de fábricas reales de productos de lujo (cerámica, tejidos, vidrios) que sustituyeran a
los extranjeros.
El impacto de la Revolución francesa (1789), durante el reinado de CarIos IV supuso un frenazo y un
declive de las iniciativas reformistas ilustradas.
Los intelectuales, artistas y escritores de este período son continuadores de los humanistas del
XVI, a los cuales sirvieron de puente los llamados novatores del reinado de CarIos II (científicos,
profesores de Universidad). La ciencia alcanzó cierto desarrollo. La fundación de Academias demuestra
el deseo de organización y de empeños de altos vuelos. La modernización de la Universidad fue muy
leve.
La lengua española adquiere su perfil moderno en este siglo; se fijan definitivamente los sistemas
fonológico y morfológico y la sintaxis se actualiza. El ideal de claridad y didactismo entre los ilustrados
liberó el estilo de los alardes retóricos de la época anterior. Nuevos usos y costumbres modernizaron el
idioma con multitud de neologismos, la mayor parte de los cuales son galicismos (dado la presión
cultural del francés). Muchos de ellos, más por moda que por necesidad se introdujeron en el habla y en
la lengua escrita, lo que provocó la aparición de movimientos puristas.
En cuanto a la Literatura, predomina entre los escritores el afán de didactismo, buscando el decoro
y el "buen gusto". Acentúan la verosimilitud y la racionalidad en detrimento de la imaginación y los
sentimientos, y se inclinan por los géneros más aptos para ello, el ensayo y el teatro.
Los ilustrados vieron en el teatro una verdadera "escuela de costumbres" con la que poder reformar
la sociedad. Respetan las unidades aristotélicas y la distinción de géneros. En poesía, encontramos
repartida bajo las ya clásicas denominaciones de poesía posbarroca, neoclásica, rococó y
prerromántica las obras de los distintos autores, al margen de límites temporales o de escuela. La
narrativa de ficción no dio frutos relevantes.
2. El ensayo en el siglo XVIII.
2.1. Características del género, evolución y modalidades principales en el XVIII
El ensayo es un género abierto, de dimensiones variables, aunque en general no muy extenso, con
un estilo literario, que trata sobre un tema desde un punto de vista subjetivo, reflexivo, no científico, sin
agotarlo. Aun sin ser género de ficción, se le incluye entre los géneros literarios por la originalidad con
que el autor suele plantear sus opiniones, esa misma libertad a la hora de estructurar el discurso y,
sobre todo, la voluntad de estilo. Su origen está en el siglo XVI en Montaigne, quien tituló así, Ensayos
(con el sentido de incompleto, de prueba) sus escritos de carácter reflexivo y de opinión; también el
inglés Francis Bacon fue autor de una obra del mismo título.
En España ha tenido un cultivo amplio y de calidad durante el siglo XX, pero el género se venía
gestando a partir de la prosa renacentista. Fue en el S.XVIII, y sobre todo en el S.XIX con el
Romanticismo, cuando el ensayo se configuró como género, en paralelo al periodismo.
El siglo XVIII dio un impulso definitivo al ensayo y, en ese sentido, Feijoo es considerado por muchos
como el padre del ensayo moderno en nuestra literatura. El auge de esta literatura contrasta con la
decadencia de las obras de los géneros específicamente literarios. No es probable que ello se deba a
una falta de genio para la ficción por parte de los autores, sino a que sus inquietudes les hacían dirigirse
hacia otros ámbitos.
Nuevos subgéneros o modos de expresión literaria fueron introducidos: el ensayo, el informe político
y científico, el artículo periodístico informativo, la reseña bibliográfica, los temas de divulgación tratados
en pequeños y sabrosos artículos; la costumbre de redactar diarios y la práctica del género epistolar.
Pusieron de moda los libros de viajes y desplegaron una actividad ardorosa en la publicación de
polémicas de todo género. La prensa periódica nace en este siglo y se desarrolla en él con apreciable
fortuna. Hubo revistas y publicaciones de todas clases.
Además de Jovellanos, que será tratado al final, merecen atención dos grandes ensayistas de este
siglo, Feijoo y Cadalso.
2.2. Benito Jerónimo Feijoo y José de Cadalso
Tanto el Teatro crítico universal como las Cartas eruditas y curiosas, ambas de Feijoo, son dos
títulos representativos del genuino espíritu ilustrado español y están entre las mejores muestras del
género ensayístico. Se componen de varios volúmenes organizados en discursos o cartas que se
asemejan a artículos de prensa largos o ensayos breves de nuestros días. Con afán enciclopédico y
enfoque crítico (dispuesto a desmontar dogmas, tradiciones, prejuicios y autoridades tenidos por válidos
en la época) abordó los más variados temas (filosofía, economía, política, astronomía, geografía, física,
ciencias naturales, medicina, estética, literatura, ideas religiosas, supersticiones, historia...). Escribe
para un amplio círculo de lectores, no para especialistas. Su mayor logro fue crear un estilo que sienta
las bases del ensayo moderno: tono personal, vivo, evitando el estilo retórico y excesivamente pulido
que se practicaba entonces, como degenerada imitación de autores barrocos.
José de Cadalso es autor, junto a textos poéticos, obras burlescas (Los eruditos a la violeta) y una
novela prerromántica (Noches lúgubres), de una obra clave en la reflexión sobre la realidad y los
problemas de España: Cartas marruecas. Escritas según el modelo de las Cartas persas de
Montesquieu, tiene a tres interlocutores que intercambian cartas, con personalidades diferentes: el
español Nuño, el joven marroquí Gazel, que viaja por España -curioso, buen observador- y Ben-Beley anciano, sabio y ponderado-. De este modo, establece una idea de España desde distintas visiones que
se complementan. Cadalso no propone soluciones, sino que se limita a una actitud crítica y pesimista.
Los temas que más repite son: la carencia de cultura, la frivolidad de ideas y de costumbres y la crítica
injustificada de España.
El estilo es llano, neutro, sólo punteado de ironía. Participa de los rasgos del género ensayístico:
actitud crítica, sin vocabulario especializado, agilidad expresiva, brevedad y variedad de ejemplos.
2.3. Gaspar Melchor de Jovellanos. (1744-1811)
Nace en Gijón. Estudió Leyes y fue magistrado en Sevilla y Madrid. Durante el reinado de Carlos III
desarrolló una intensa actividad social e intelectual, participando en diversas iniciativas reformistas. Su
honradez personal y sus ideas reformistas chocaron con la intolerancia de los sectores más
tradicionalistas.
En sus ensayos, manifestó una profunda preocupación por los principales problemas de la sociedad
de su época: la agricultura, el problema de Asturias, la industria, las comunicaciones, el atraso
económico, etc., y propuso medidas reformistas para solventarlos. Además, mostró un gran interés por
los temas relacionados con la educación; en este sentido, trató cuestiones pedagógicas, como el
rechazo del método memorístico y la reforma de los estudios. Defendió la formación humanística para
los científicos, como medio de desarrollo intelectual y de pensamiento integrador. Abogaba por el
aprendizaje de idiomas para posibilitar el acceso al conocimiento, ya que mucha de la bibliografía de la
época estaba en inglés o francés.
Los textos que mejor reflejan sus preocupaciones son:
―Informe en el expediente de la Ley Agraria, en el que pide la derogación de las leyes que impiden
el desarrollo de la economía agraria. Señala como causas del atraso en el campo la concentración de la
propiedad en manos de los nobles y de la iglesia, la ausencia de los dueños de sus tierras.
―Memoria sobre espectáculos y diversiones públicas, donde defiende la existencia de diversiones
para el pueblo. En el caso del teatro, pretende una dignificación del género y propone como medidas, la
creación de una escuela de actores, la puesta en escena de obras didácticas y un ambiente teatral que
destierre al público inculto.
―Descripción del castillo de Bellver. Esta obra no trata solo de la arquitectura del edificio en que
estuvo encarcelado, sino que elabora un relato de ficción sobre la vida medieval que se había
desarrollado en el castillo.
―Diarios. Recogen anotaciones de la realidad de su época (historia, arte, política, economía, literatura,
educación).
―Cartas del viaje de Asturias, en las que critica la situación de esta región y propone soluciones.
Estilo: Jovellanos criticó los usos de la literatura barroca por extravagantes y defendió un estilo
sencillo. Su prosa se caracteriza por esa sencillez y una gran claridad, acordes con la intención
expositiva de los textos. En ocasiones, utilizó el lenguaje técnico, obligado por los temas que trataba. En
textos como las cartas o las descripciones, aparece una subjetividad notable que anticipa, de algún
modo, el romanticismo.
TEMA 2. LÍRICA ROMÁNTICA. G.A.BÉCQUER
Contexto histórico y social: El siglo se inicia con la guerra de la Independencia. Ocupará el trono
Fernando VII (1814-33), que impondrá un régimen absolutista, salvo el "trienio liberal" (20-23). Le
sucederá su hija, Isabel II (1833-68), que deberá enfrentarse a las guerras carlistas. Es derrocada en la
revolución del 68. Tras un período de cambios, llega la Primera República (1873-74) y, tras ella, la
Restauración, con Alfonso XII (75-85). El siglo finaliza con la Regencia de María Cristina (hasta 1902,
mayoría de edad de Alfonso XIII).
Dos son las ideologías principales en la primera parte del siglo: El Absolutismo, defensor del
Antiguo Régimen, y el Liberalismo, que irrumpe con fuerza en las Cortes de Cádiz de 1812 y que
pretende acabar con el régimen absolutista. Defenderá éste los Derechos Humanos y luchará por el
progreso, deseando limitar el poder del estado. Con el tiempo, se dividirán en conservadores y
progresistas. Posteriormente surgirán nuevas ideologías. En el último tercio de siglo surgen los
movimientos obreros.
1. Romanticismo: definición, ideología, estética y géneros en España
El Romanticismo es un movimiento cultural que se inicia en la primera mitad del siglo
XIX en Europa y América. Consiste en una nueva forma de ver el mundo que reivindica la
libertad y el sentimiento como guías para el arte y la vida. La razón, tan ensalzada en el
XVIII, no ha conseguido solucionar los problemas de la Humanidad.
El hombre no es sólo razón; también posee sentimientos y fantasías y deseará explicarlos con
absoluta libertad, olvidándose de las reglas dieciochescas. Es un individualista, que defiende sus
ideales enfrentándose al mundo que le rodea y que no logra comprenderlo, lo que le hará caer en la
angustia y la decepción, sintiéndose solo e incomprendido. Ante esto, optará por la evasión, (huyendo a
mundos de fantasía, lugares lejanos o exóticos y tiempos remotos, preferentemente medievales), o por
el suicidio (acto muy romántico).
La exaltación de lo local y regional, la nación, el pueblo y sus aspectos culturales (folclore, tradición,
costumbrismo) con un fin idealizador, es otro de sus principios frente al universalismo y cosmopolitismo
del XVIII.
Asimismo es de destacar la nueva visión del paisaje que introduce, como reflejo de su estado de
ánimo, predominando los agitados y nocturnos (la noche, la tormenta, el mar embravecido, los
cementerios, las ruinas…)
En cuanto a la estética, busca la originalidad, es decir, lo nuevo y no sometido a reglas. Su principio
es la libertad creadora (el genio). Por otro lado, el arte romántico busca impresionar, conmover, es decir,
el efectismo (va dirigido a nuestros sentimientos, no a nuestra razón). Esto se ve desde la fonética (de
gran sonoridad) hasta los temas (marginados sociales; grandes dramas...)
El Romanticismo se inicia en Alemania, con la figura de Goethe (1749-1832), autor del Werther, y
no llegará a España hasta 1835-40, con el regreso de los liberales exiliados en tiempos de Fernando
VII).
Respecto al cultivo de los géneros en España, sin duda la lírica es el más característico por ser el
vehículo propicio para la expansión sentimental y la manifestación del propio yo. También fue el género
donde las innovaciones formales y estilísticas llegaron más lejos.
TEATRO: Polémica entre los partidarios del teatro del XVIII (neoclásico, normativo), y los
defensores de un nuevo teatro, más libre. Triunfará este último, con las siguientes características:
-rechazo de las tres unidades, mezcla de lo trágico y lo cómico, de prosa y verso (y dentro de este,
preferencia por la polimetría y poliestrofismo).
-división en cinco actos.
-abandono del didactismo anterior (pues busca conmover, no adoctrinar).
-típicos temas románticos (nacionalismo, amor imposible).
-frecuentemente, los personajes son marginados sociales.
Autores: Martínez de la Rosa, Duque de Rivas, Eugenio Hartzenbusch, García Gutiérrez, José de
Zorrilla.
PROSA. Tres son los subgéneros principales:
-El cuadro de costumbres: prosa breve descriptivo-satírica que busca reflejar, con mayor o menor
componente crítica, lo que de castizo o tradicional pervive en las capas populares. Los representantes
son Mesonero Romanos y Estébanez Calderón. También lo cultivó Mariano José de Larra.
-La novela histórica experimenta un gran auge. Es una evocación histórica de asuntos históricos o
legendarios hecha desde una postura tradicionalista, que idealiza el pasado frente a “la mezquindad de
la presente sociedad burguesa”. Destaca El señor de Bembibre, de Enrique Gil y Carrasco.
-El artículo periodístico, con la figura fundamental de Larra, que es el verdadero representante del
costumbrismo crítico con la conformista sociedad española.
POESÍA: Es el género donde se da una mayor experimentación, más en la versificación que en
la temática. Aparecen estrofas con verso de 16, 18, 12 sílabas, con múltiples combinaciones.
Recuperan formas métricas tradicionales como el romance o la silva; se potencia la musicalidad del
verso con nuevos ritmos acentuales, con poemas polirrítmicos y con escalas métricas. Y se sirven de un
lenguaje connotativo y simbólico.
Pueden distinguirse dos modalidades: la poesía narrativa (Espronceda, Zorilla o Duque de Rivas,
autores de la primera mitad del siglo) y la poesía lírica, cuyos más destacados compositores, Bécquer
y Rosalía de Castro están encuadrados en el posromanticismo, cuando ya el romanticismo europeo ha
entrado en decadencia.
2. GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER
Gustavo Adolfo Domínguez Bastida nació en Sevilla en 1836. Muere de tuberculosis en 1870, a los
34 años.
Obras en prosa: Leyendas. Influido por los alemanes Novalis y Hoffman y el británico E.A.Poe.
Cartas desde mi celda, Cartas literarias a una mujer. Obra ésta de teoría poética donde explica su
concepción de la poesía y del proceso creador.
Obras en verso: Rimas. Sólo tras la muerte de Bécquer, en 1871, es publicado el libro de las Rimas,
con una ordenación temática hecha por sus amigos, con algunos errores. Aparecen cuatro núcleos
temáticos en esta obra:
1-Poemas teóricos sobre la poesía, reflexión sobre la poesía y la creación literaria (de la IXI)
2-Amor esperanzado: gozo, alegría, descubrimiento de la felicidad.(XII-XXIX)
3-Amor perdido, ruptura, desengaño, decepción, que lleva a la incomunicación, separación,
traición, despecho, olvido.(XXX-LI)
4 -Muerte, soledad, angustia nocturna: poemas sobre la muerte , el destino, el tiempo, la
soledad, la amargura.(LII-LXXVI)
Características de su poesía:
-Lirismo contenido frente al desbordamiento de otros románticos.
-Intimismo, emoción, melancolía, subjetividad.
-Ausencia de intención ideológica o conceptual.
-Brevedad e intensidad.
-Sencillez en la forma: desnuda de artificio, pues lo esencial es el mensaje.
-Poesía muy personal (a pesar de los modelos: Heine, poesía popular…)
El estilo de Bécquer se aleja del Romanticismo pleno. No se dan en él los versos sonoros y
grandilocuentes de Espronceda; busca un lenguaje más sencillo, válido para expresar su propia
intimidad.
-Léxico evanescente, incorpóreo, como forma mínima de realidad, intentando desposeerla lo menos
posible de su espíritu.
-Adjetivación con abundantes epítetos.
-Uso de comparaciones e imágenes.
-La indefinición y sugerencia se manifiesta mediante puntos suspensivos, interrogaciones,
exclamaciones.
- Poemas breves (2-3 estrofas) versos polimétricos (7,11….), rimas asonantes y cierre de estrofa con
versos de pie quebrado.
Bécquer tiene una doble fuente de inspiración: la poesía alemana de Heine y la poesía popular
andaluza; en su obra se aúnan lo mejor de la tradición culta y la popular.
TEMA 3. NOVELA REALISTA. BENITO PÉREZ GALDÓS.
Marco histórico. En España, el inicio del movimiento realista coincidió con acontecimientos
históricos centrales. Surge hacia 1870, después de la Gloriosa (revolución de 1868 contra Isabel II,
periodo que inicia una etapa de seis años con intentos de gobiernos democráticos). Tas la
Restauración monárquica en 1874, se alternarán en el poder liberales y conservadores. El realismo
tuvo su apogeo en la década de 1880, época del acceso al poder de la burguesía y en un contexto
cultural complejo y variado.
Las ideas del positivismo y el materialismo marcan la época. El interés por lo material favorece el
desarrollo de las ciencias experimentales y el surgimiento de teorías como el evolucionismo de Darwin.
El interés por la realidad se centra en los problemas sociales.
1. El Realismo: pensamiento de la época y características
Es una corriente artística que se propuso representar la realidad lo más fielmente posible y
con el máximo grado de verosimilitud. Surge en Francia en la primera mitad del S. XIX, inmersa
aún en el Romanticismo. Se inició con autores como Honoré de Balzac y Stendhal, y se
desarrolló ya como movimiento independiente con Flaubert, en el contexto de una sociedad
urbana e industrial, con una clase burguesa asentada.
Géneros del Romanticismo como la novela histórica y, sobre todo, los artículos de costumbres,
influirán en su aparición, junto con las obras y reflexiones estéticas de novelistas extranjeros como
Balzac, Flaubert, Dickens y Tolstoi.
Suelen diferenciarse dos movimientos: El Realismo y el Naturalismo. El Naturalismo radicaliza las
propuestas del Realismo. Nació impulsado por Émile Zola quien, influido por los grandes avances
científicos, propuso aplicar el método científico a la literatura: se trataba de describir y analizar al ser
humano que está determinado por el medio, por el momento histórico y por la herencia biológica. En
España, el contexto era diferente: no había un verdadero capitalismo ni una ciencia floreciente. Los
escritores rechazaron el determinismo biológico y reivindicaron el libre albedrío.
Características de la narrativa realista:
* Descripciones minuciosas y documentadas: Los escritores se valen de la observación y
documentación para reflejar la realidad. Minuciosidad. Se busca la verosimilitud.
* Conjunción entre ficción y realidad. Se mezclan en las obras personajes históricos con los
inventados por el autor. De igual manera se mezclan ambientes rurales y urbanos.
* Lenguaje: Se afanaron en buscar un lenguaje apto para reflejar el mundo real (en los textos aparecen
variedades dialectales y sociales de la lengua, según sea la extracción de los personajes). Constituye
un recurso fundamental para la caracterización de ambientes y de personajes.
* Temas y tramas: El conflicto entre individuo y sociedad es uno de los temas más presentes. El
individuo, un inadaptado, se enfrenta a una colectividad y, generalmente, es derrotado por las
convenciones sociales del mundo que le rodea.
* Personajes: Suelen ser numerosos y representan a un determinado grupo social; también se
muestran personalidades individuales complejas, que luchan y se rebelan. Los protagonistas
evolucionan a lo largo de la historia. Muchos de ellos reaparecen en otras novelas del mismo autor.
* Narrador y técnicas narrativas: El narrador cuenta la historia en tercera o primera persona, y, a
veces, combina ambas. Es frecuente el narrador omnisciente, que narra desde un ámbito exterior y
superior a la historia, aunque también lo haga desde una perspectiva interna para expresar el mundo
íntimo de los personajes. Sin perder el principio de la objetividad, el narrador interviene de forma
constante.
* Otros procedimientos destacados:
– El diálogo desempeña un papel central en la caracterización de los personajes.
– El estilo indirecto libre, que consiste en transcribir los pensamientos y las palabras del personaje por
medio del narrador, cuyo discurso incorpora las formas expresivas de aquél (Ej.: Juan entró en la
habitación. ¡Qué calor hacía!).
– El monólogo interior, que sirve para expresar la subjetividad del personaje.
2. BENITO PÉREZ GALDÓS.
Es el más importante novelista español del S. XIX. Nace en Las Palmas en 1843. En 1862 se fue a
estudiar derecho a Madrid, y allí residió el resto de su vida. Ideológicamente se definió como progresista
y anticlerical. En 1886 aceptó ser diputado por el partido Liberal. Con el paso del tiempo, sus ideas se
fueron radicalizando y adoptó posturas republicanas próximas al socialismo. En 1909 volvió al Congreso
de los Diputados, pero esta vez en las filas republicanas. Sus últimos años no fueron fáciles: pasó
apuros económicos, perdió la vista. Murió en Madrid en 1920.
Autor de una extensa producción literaria (novelas, cuentos, piezas teatrales, prólogos, artículos de
crítica literaria). Como narrador destaca sobre todo por la creación de personajes y por su
capacidad para integrar la historia del país en la vida de los seres.
Su labor narrativa se inicia con la publicación de La fontana de oro (1870), una novela histórica con
elementos costumbristas. A partir de 1873, comienza la serie de los Episodios Nacionales (cuarenta y
seis relatos, escritos entre 1873 y 1912, y distribuidos en cinco series). Se trata de narraciones breves
que relatan los acontecimientos históricos más importantes del S.XIX, desde la batalla de Trafalgar
hasta la Restauración monárquica. Encuadrados dentro del género de novela histórica, constituyen una
serie de crónicas que cuentan los hechos del pasado inmediato. Los protagonistas son personajes sin
importancia, que funcionan como testigos o jueces de los hechos relevantes.
1. A las Novelas de la primera época pertenecen, además de La fontana de oro, La sombra (1870),
El audaz: historia de un radical de antaño (1871), Doña Perfecta (1876), La familia de León
Roch (1878) y Marianela (1878). Son novelas de tesis, que exponen conflictos ideológicos, de
tema religioso y anticlerical. Los personajes caen en el esquematismo de buenos y malos y carecen
de complejidad psicológica. Son reflejo de las ideas del autor: los ideales de libertad, tolerancia y
progreso se enfrentan al conservadurismo, la intolerancia y a un tipo de religiosidad negadora de los
valores auténticamente cristianos.
2. Las denominadas Novelas Contemporáneas se abren con La desheredada(1881), a la que
siguen, entre otras, El amigo Manso (1882), Tormento (1884), Miau (1888) y una de sus obras
maestras: Fortunata y Jacinta. En estas novelas el autor llega al dominio del arte narrativo. Inventa
un mundo ficticio en el que refleja la realidad contemporánea, y Madrid adquiere un papel
protagonista: a través de sus barrios, calles, plazas, iglesias, comercios y seres que lo habitan,
Galdós ofrece una visión detallada de la España de la época. Su realismo se enriquece con la
creación de personajes más complejos. Incorpora elementos naturalistas.
3. Otro grupo de novelas pueden denominarse Novelas Espirituales, entre las que cabe citar a
Nazarín (1895), Misericordia (1897) y El abuelo‖ (1897). Son novelas en las que predominan los
valores evangélicos: el amor y la caridad cristiana. Ideológicamente representan la desilusión de
Galdós al comprobar cómo la burguesía ha sido incapaz de modificar las condiciones sociales y
transformar con mayor justicia e igualdad a la sociedad. El espacio preferido ya no es el Madrid de la
burguesía, sino el de los barrios más miserables de la época.
4. Las últimas novelas de Galdós mezclan el realismo con elementos de carácter fantástico y
maravilloso. En estas novelas hay puntos de contacto con la ideología de los escritores de la
Generación del 98: el conocimiento y retrato de la geografía castellana y la llamada intrahistoria, es
decir, la vida cotidiana de los seres anónimos.
3. Otros autores realistas
*Juan Valera (1824- 1905). Sus obras más conocidas tienen como personajes protagonistas a dos
mujeres: Pepita Jiménez y Juanita La Larga.
*José María de Pereda (1833-1891), con sus obras de ambiente rural y montañés santanderino
Sotileza, Peñas arriba.
*Leopoldo Alas, “Clarín” (1852-1901); su obra cumbre, una de las mejores del Realismo mundial, es
La Regenta.
*Emilia Pardo Bazán (1852-1921), con Los pazos de Ulloa.
*El autor más importante del Naturalismo español fue Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928), con sus
famosas obras Cañas y barro o La tartana.
TEMA 4. POESÍA ESPAÑOLA A PRINCIPIOS DEL XX. MODERNISMO Y VANGUARDIA.
ANTONIO MACHADO, RUBÉN DARÍO Y JUAN RAMÓN JIMÉNEZ.
Marco histórico. Toda Europa asiste al enfrentamiento ideológico entre un liberalismo en crisis y
las corrientes socialistas moderadas y extremas. En España, el desastre del 98 mueve a los
intelectuales a proponer ideas modernizadoras. Pero en el reinado de Alfonso XIII se agudizan las
tensiones ideológicas y sociales. El atraso económico español del siglo XIX impide la modernización
del país. La proclamación de la Segunda República en 1931 abre para muchos un tiempo de
esperanzas y de inquietud.
El siglo XX nace en plena crisis del Positivismo y del Racionalismo. Determinadas teorías
científicas, como la de la relatividad de Einstein, cuestionan la optimista concepción de una realidad
manejable y estable, porque lo real es inestable y relativo. De modo que se hace necesario asumir
formas de conocimiento no racionales. El irracionalismo como actitud domina el pensamiento de
filósofos, artistas y pensadores.
1.-Generacion de fin de siglo: Modernismo y Generación del 98
Podemos definir el Modernismo como corriente estética que recoge las actitudes vitales
y artísticas renovadoras de la Europa de fin de siglo y cuya influencia se deja sentir, en
mayor o menor medida, en todos los autores y en todos los géneros literarios en España,
pero especialmente, en la lírica. De ahí que, a menudo, suela identificarse Modernismo
con la poesía lírica de este periodo.
El momento de desarrollo del Modernismo se limita al breve periodo de tiempo que va de 1885 a
1915. Señalemos sus características:
-Las corrientes poéticas francesas del Parnasianismo (énfasis en la perfección formal del poema,
que, como una escultura, ha de ser modelado para transmitir belleza) y el Simbolismo (énfasis en
las correspondencias entre los sentidos y la realidad íntima, concepción del arte y el poema como
formas superiores de conocimiento de lo real escondido), son decisivas en su formación ya que
Francia era por entonces referencia cultural en Europa e Hispanoamérica.
-La belleza como principio estético y vital. Temas, recursos literarios y técnicos se ponen al
servicio de la creación de belleza.
-Sensorialidad. Los sentidos son las vías para acceder a ese mundo de hermosura. Recurren, por
tanto, a todo tipo de efectos plásticos brillantes (adjetivación colorista, léxico sensual, sinestesias) y
de efectos fónicos y musicales (aliteraciones, onomatopeyas, ritmos bimembres y trimembres,
paralelismos).
-Innovaciones métricas. Belleza y sensorialidad exigen experimentar con versos poco usuales o
raros en la literatura, como el alejandrino y el eneasílabo; se adopta en ocasiones el verso blanco y el
verso libre; se buscan ritmos acentuales marcados, etc.
-La belleza de lo raro: vocablos extraños (cultismos, extranjerismos); mezclas insólitas de campos
semánticos; símbolos que establecen relaciones desconcertantes.
-Actitudes vitales contrapuestas: la angustia vital y el melancólico esteticismo se combinan con el
vitalismo y la exaltación de los placeres.
-Huida de la ingrata realidad por la vía del ensueño (intimismo), por la evasión en el espacio
(Oriente, ambientes versallescos) y la evasión en el tiempo (antigüedad pagana, Edad Media, el
refinado siglo XVIII, mitologías nórdica y clásica).
2.-Rubén Darío (1867-1916)
Aunque tanto en España como en Hispanoamérica, a principios de la década de los ochenta se
está gestando ya una renovación poética, la figura destacada del movimiento es Rubén Darío. Su
trayectoria representa la de toda esta corriente (del modernismo “alegre y despreocupado” al
modernismo “reflexivo y angustiado”):
-Un primer periodo de sonoridad y brillante plasticidad con temas refinados y exóticos, y una actitud
frívola. Azul (1888) es su primer libro, al que le sigue Prosas profanas (1896), culminación del
modernismo exuberante y alegre, y donde introduce temas españoles.
-Un segundo periodo de mayor intimismo, angustiado en ocasiones y con mayor hondura reflexiva,
donde aparecen temas de la realidad americana. Preocupaciones sociales y existenciales. Cantos
de vida y esperanza (1905) es la obra representativa.
3.-Antonio Machado (1875-1939)
En Machado, el Modernismo, aunque atenuado, está presente en sus comienzos.
-Primera etapa, calificada de modernismo intimista, influida por Bécquer y por el Simbolismo.
Soledades, galerías y otros poemas (1907) es un libro en el que se manifiestan las
preocupaciones vitales del poeta y el sentido que otorga a su poesía, a la que define como “la
palabra esencial en el tiempo vital e histórico del poeta”. Machado conversa consigo mismo y
proyecta también sus vivencias en el mundo exterior, en el paisaje, donde encuentra los símbolos
recurrentes (el agua, la tarde, el camino) para dar forma a sus reflexiones. Lenguaje sencillo,
connotativo, de resonancias románticas y métrica variada.
-Segunda etapa, representada por Campos de Castilla (1912), obra que refleja el impacto y la
identificación (no exenta de crítica) con el paisaje y las gentes sorianas y castellanas, con su
austeridad, su callada hospitalidad pero también con su cainismo (recordad lectura de La tierra de
Alvargonzález). Las preocupaciones esenciales de su poesía se extienden a la sociedad, se abren a
las gentes y, en este sentido, se acercan a las inquietudes del grupo del 98.
-Tercera etapa, con Nuevas Canciones (1924): agotamiento lírico que compensa con inquietudes
filosóficas en forma de breves poemas sustentados en formas métricas y estrofas populares.
4.-Vanguardia
Entre 1910 y 1920 aparecen en Europa una serie de movimientos (los ismos: Futurismo,
Cubismo, dadaísmo, Surrealismo, etc.) que proponen romper con el arte anterior, en todos los
sentidos, y transformar de raíz el concepto tradicional del arte y la literatura. Aunque fueron
movimientos efímeros, su importancia radica en que abrieron la literatura y el arte a nuevas
posibilidades expresivas y temáticas.
En España, las vanguardias se adaptan a la peculiaridades del país y comienzan a conocerse
hacia 1910, coincidiendo con los últimos coletazos de la renovación modernista y con la aparición de
una nueva generación, la Novecentista o del 14, uno de cuyos miembros, el poeta Juan Ramón
Jiménez, desde su original concepción de la poesía, ensanchó los límites de la lírica española, liberó
la palabra poética de viejas convenciones y fue modelo y maestro para los jóvenes poetas de la
generación del 27 (Lorca, Guillén, Aleixandre, Cernuda, Salinas, Alberti…). Es el más destacado
representante de la llamada poesía pura, aquella que quiere verse libre –depurada- de subjetividad,
sentimentalismo y adorno superfluo para transmitir emoción a través de la inteligencia y el exacto
manejo de las palabras.
5.-Juan Ramón Jiménez (1881-1958)
Planteó su poesía como búsqueda incansable de la belleza y lo absoluto. Como medio de conocer
lo esencial, en todos sus temas: la belleza, el amor, el ansia de eternidad, Dios. Esta exigente tarea
le lleva a reelaborar continuamente su obra.
Distinguimos en su producción tres etapas, las mismas que el poeta estableció al final de su vida
como jalones de su creación (y de las que habló, entre otros, en su famoso poema “Vino, primero,
pura…”):
-Etapa sensitiva (hasta 1915), en la que diferenciamos dos fases: primeras obras impregnadas de
simbolismo y regustos románticos, intimistas y sencillas, que tratan de la soledad, el tiempo o el
erotismo en tono melancólico; y obras modernistas, con mayor adjetivación, más elementos
sensoriales y una visión más mundana y modernista del amor, la belleza y la naturaleza. La soledad
sonora (1911), Melancolía (1912). Platero y yo (1914) es un poema en prosa de evocaciones de la
infancia del autor en su Moguer natal que representa el tránsito hacia una poesía más depurada.
-Etapa intelectual (1916-36), etapa de “poesía desnuda” que se inicia con Diario de un poeta
recién casado; poemas breves, conceptuales y emotivos, en prosa y en verso libre, la mayoría, en
los que busca el nombre exacto de las cosas, el conocimiento primordial del mundo. Otras obras de
esta etapa: Eternidades y La estación total.
-Etapa “suficiente” o “verdadera”, desde el exilio hasta su muerte. Obras de difícil lectura por su
hermetismo. Destacamos Dios deseado y deseante, que refleja en versos libres la sed de eternidad
en un dios que, en la conciencia del poeta se hace naturaleza, amor, verdad y poesía.
TEMA 5. NOVELA ESPAÑOLA DE LA PRIMERA MITAD DEL XX. PÍO BAROJA Y MIGUEL DE
UNAMUNO
Marco histórico. Toda Europa asiste al enfrentamiento ideológico entre un liberalismo en crisis y las
corrientes socialistas moderadas y extremas. En España, el desastre del 98 mueve a los intelectuales a
proponer ideas modernizadoras. Pero en el reinado de Alfonso XIII se agudizan las tensiones
ideológicas y sociales. El atraso económico español del siglo XIX impide la modernización del país. La
proclamación de la Segunda República en 1931 abre, para muchos, un tiempo de esperanzas y de
inquietud.
El siglo XX nace en plena crisis del Positivismo y del Racionalismo. Determinadas teorías científicas
cuestionan la optimista concepción de una realidad manejable y estable. De modo que se hace
necesario asumir formas de conocimiento no racionales. El irracionalismo como actitud domina el
pensamiento de filósofos, artistas y pensadores.
1.-La novela española a principios del XX
Aunque la narrativa realista persiste a principios del XX, aparecen novelistas renovadores, casi todos
encuadrados dentro del grupo del 98, que abren nuevos caminos. En 1902 se publican cuatro novelas
que inician esta renovación: Camino de perfección, de Baroja, Amor y Pedagogía, de Unamuno, La
voluntad, de Azorín y Sonata de Otoño, de Valle-Inclán. Estas son las principales novedades: el
narrador omnisciente pierde su preponderancia; el argumento se reduce, escasea la acción en
detrimento de la reflexión, pues interesa mostrar las repercusiones de lo exterior en la conciencia del
personaje; personajes marcados por los conflictos existenciales y la falta de voluntad; simbolismo de las
descripciones; diálogos que desarrollan las ideas de los personajes. Todos estos cambios son
consecuencia del subjetivismo en su actitud.
2.-La generación del 98
Grupo de escritores caracterizados por el tema de España, por sus preocupaciones filosóficas y
por lograr un estilo sencillo que prima las ideas frente a los adornos modernistas. En la nómina
incluimos al grupo de los tres –Baroja, Azorín y Maeztu-, Unamuno y, con matices, a Antonio
Machado y Valle-Inclán.
En los cuatro primeros se observa una evolución ideológica y vital común, pues los cuatro adoptaron
en su juventud una actitud de rebelde denuncia de los males del país, desde posiciones progresistas o
hasta radicales. Proponían en sus artículos y manifiestos un cambio con medidas y recetas concretas.
El desengaño por el escaso eco de sus soluciones acabó por conducirlos a una actitud contemplativa y
resignada, que basaba su esperanza en un cambio en la mentalidad del pueblo español.
Características:
*Preocupaciones existenciales y religiosas. Meditaciones sobre el sentido de la existencia, el tiempo,
Dios….desde una perspectiva irracionalista, con una actitud angustiada y una fe religiosa problemática.
*El tema de España, tratado desde las ideas y las creencias. Mirada a España no exenta de crítica, pero
que se cifra en encontrar lo esencial, el alma escondida en los paisajes, los pueblos y sus gentes.
*La historia y la intrahistoria; la indagación en el pasado para encontrar las causas de los males
presentes, supuso también el descubrimiento de lo permanente, que radica, más que en la historia
oficial, en lo que Unamuno llamó Intrahistoria, “la vida callada de millones de hombres sin historia”.
*Renovación del lenguaje literario. Orientada a buscar un lenguaje lo bastante expresivo y sobrio como
para reflejar ideas y conceptos cargados de significaciones. El resultado, una prosa sencilla, ágil, rica y
precisa en su vocabulario (a menudo arcaico o en desuso). Renuevan la técnica narrativa.
3.- Miguel de Unamuno (1864-1936)
Proyecta en sus novelas su contradictorio pensamiento existencial. Hombre de extraordinaria
honestidad intelectual y de recurrentes temas y obsesiones que vertió en sus novelas, dramas, poemas
y artículos.
Sus novelas tienen un estilo ágil, escasa acción y mínimas referencias concretas espacio-temporales;
se centran en los conflictos íntimos de sus personajes, expresados mediante el monólogo o diálogos
cargados de ideas; se desdibujan los límites entre realidad y ficción novelesca. Novelas o nivolas (así
las llamó él) más importantes:
Amor y pedagogía, novela que se va haciendo al escribirla partiendo de la idea central, consiste en
una parábola narrativa en la que ironiza sobre la pedagogía estricta (1902).
Niebla, (1914) Aparecen las preocupaciones existenciales que le acompañaron a lo largo de toda su
vida. Desde entonces sus personajes son hombres que luchan anhelosos de “serse”, que se debaten
contra la muerte y la destrucción de la personalidad. En ella, autor y personaje disputan por su ser y su
existencia, en una analogía de la relación entre Dios y el hombre.
Además pone de manifiesto otros conflictos como la envidia en Abel Sánchez, y la maternidad en La
tía Tula.
En San Manuel Bueno, Mártir, -resumen de toda su problemática existencial y religiosa-, expone el
conflicto entre verdad trágica (la razón, que le impide creer) y felicidad ilusoria (la fe).
4.-Pío Baroja (1872-1956)
Vierte en sus novelas su pesimismo y su visión negativa del hombre y de una sociedad donde sólo
sobreviven los más fuertes. Rasgos de su narrativa:
*Estructura abierta: concibe la novela como una sucesión de escenas sueltas hilvanadas por un
personaje protagonista, donde se acumulan variedad de ambientes, situaciones y personajes. La
novela, como la vida, progresa sin argumento ni estructura definidos.
*Espacios muy diversos (País Vasco, Madrid, Castilla, Levante, ciudades, pueblos, el mar, la selva
africana) y descripciones impresionistas, ágiles y expresivas.
*Importancia de la repercusión de la realidad en la conciencia, frente a la pura presentación de la
realidad objetiva. Personajes y narrador perciben la realidad desde un pesimismo existencial; abundan
las vivencias autobiográficas en sus novelas.
*Protagonistas suelen ser de dos tipos: hombres de acción, activos, temerarios; y hombres
contemplativos, intelectuales pesimistas y abúlicos que se preguntan por el sentido de la existencia que
les abruma o que no entienden.
*Estilo personal, contrario a toda retórica, vivo y natural, en apariencia descuidado. Precisión, rapidez,
frases cortas y párrafos que tienden a la brevedad.
Obras. Fue un escritor fecundísimo. Sólo sus novelas pasan de sesenta, escritas al ritmo de unas dos
por año. Más de treinta de ellas se agrupan en trilogías (Tierra vasca, La vida fantástica, La lucha
por la vida, La raza, etc.), cuyos títulos indican el rasgo común de las novelas que las componen.
Citamos sus mejores novelas:
Zalacaín el aventurero (1909). Su unidad está dada por el ambiente. Zalacaín es, según Baroja, “la
más pulcra y bonita” de sus novelas; cuenta las andanzas de un típico “hombre de acción”.
Camino de perfección (1902) donde su protagonista, Fernando Osorio, encarna la angustia
existencial y el anhelo de hallar un sentido a la vida.
La busca (1904), su panorama de los barrios más míseros de Madrid es de un implacable y realismo;
su protagonista, Manuel, es una figura conmovedora, zarandeada por la sociedad.
En El árbol de la ciencia (1911), el autor profundiza también en una visión desolada, pesimista y
critica de la vida intelectual, cultural, política, social y económica de la época.
Baroja es el novelista por antonomasia de la literatura española contemporánea, por sus dotes de
narrador y por su capacidad de creación. Maestro de los novelistas de la posguerra.
5.- Otros novelistas del 98
José Martínez Ruiz, Azorín (1873-1967) introduce en sus peculiares novelas muchas digresiones
ensayísticas y los mismos temas de sus ensayos (la melancolía por el paso del tiempo, la búsqueda de
lo permanente en lo fugaz) están presentes en sus novelas.
Su estilo es preciso, de frases concisas, de gran riqueza léxica, detallista e impresionista y con un
tono melancólico. Sus novelas más influyentes como La voluntad, Antonio Azorín y Las confesiones
de un pequeño filósofo son fragmentarias, con escasa acción y basadas en las sensaciones y
reflexiones del mismo protagonista.
Valle-Inclán (1866-1936), cultivó una narrativa original, en la que evoluciona desde sus primeras
novelas de ambientación y ritmo modernista (las cuatro Sonatas, 1902-1905), pasando por sus novelas
históricas sobre el siglo XIX, hasta el estilo esperpéntico de Tirano Banderas (1926), novela genial que
satiriza el reino de terror y absurdo de un dictador hispanoamericano.
6.-Narradores novecentistas
Continuan en algunos aspectos la línea reformista del grupo del 98. Son autores de la llamada
generación del 14 o Novecentista, cuya narrativa se caracteriza por la fusión de la narrativo y lo
ensayístico; la preponderancia de la estructura y el lenguaje en detrimento del argumento; el
perspectivismo a la hora de narrar, frente al autor omnisciente; y la inclusión del humor, el lirismo o el
debate intelectual como elementos determinantes.
Autores: Wenceslao Fernández Flórez, Ramón Pérez de Ayala, Benjamín Jarnés y Gabriel Miró.
TEMA 6. GENERACIÓN DEL 27. FEDERICO GARCÍA LORCA
Contexto histórico y cultural. La Generación del 27 se forma y desarrolla, hasta su disgregación
tras la Guerra civil, durante los años 20 y 30 del XX.
Los años 20 se viven culturalmente como un periodo de optimismo en toda Europa, marcado por el
carácter rompedor de las vanguardias y de la vida moderna. Los jóvenes artistas españoles parecen
desentenderse de la crisis de la política tradicional, entusiasmados por la cultura de vanguardia
europea y el arte como juego. Pero a finales de los veinte los conflictos sociales se intensifican.
Entonces, los artistas se sienten implicados en la realidad social y creen que la literatura ha de
acercarse a esos problemas, tomar partido, incluso supeditarse a las ideologías.
1.- La Generación del 27
1.1.-Denominación y nómina.
Se denomina Generación del 27 al grupo de poetas que comienzan su actividad literaria en España
en los años veinte del siglo pasado, renovando la lírica española durante los años veinte y treinta.
Fueron estrechas las relaciones de amistad que mantuvieron entre sí durante su juventud. En
1927 (de ahí el nombre asignado a este grupo) se presentaron como grupo en el Ateneo de Sevilla
para conmemorar el tricentenario de la muerte del poeta Luis de Góngora. Además de la relación de
amistad, todos tienen una gran formación intelectual: varios fueron profesores universitarios, solían
colaborar en las mismas revistas literarias. En su mayoría son liberales, progresistas y republicanos.
Tenía como lugar de encuentro la Residencia de Estudiantes. Y como una manifestación de la
vida de grupo, apareció la “Antología” compuesta por Gerardo Diego en 1931, en la que se recoge
una muestra de la obra de todos, precedida por una selección de aquellos a quienes consideraron
como maestros: Unamuno, Machado o Juan Ramón.
.
1.2.-Etapas
Podemos establecer tres etapas:
*Etapa de formación (hasta 1928). De asimilación de corrientes modernas y tradicionales. Se
interesan por los experimentalismos y la pureza formal y temática. Predomina la deshumanización.
*Etapa de consolidación (1928-1936). Cada poeta logra su propia voz poética. Se abandona el
formalismo y la poesía se rehumaniza como consecuencia de los conflictos sociales y políticos.
*Etapa de disgregación. Lorca es asesinado; algunos se quedan en España y los demás parten al
exilio. Nostalgia, desarraigo, protesta, son temas y motivos recurrentes.
1.3.-Características generales
A pesar de la fuerte personalidad de cada uno, comparten estas características:
*Equilibrio entre lo popular y lo culto. Todos apreciaron y renovaron el gusto por la lírica popular
(romance, zéjel, cancioncillas, villancicos), pero fueron rendidos admiradores de los grandes líricos
como Fray Luis, Quevedo, Lope y, sobre todo, de Góngora
*Equilibrio, síntesis entre clasicismo y vanguardia. Admiración por los clásicos del siglo de Oro y
por los más recientes clásicos como Bécquer, Rubén Darío, Machado. Pero abrazaron en sus
primeros años la poesía pura de J.R.Jiménez (al que tuvieron por maestro indiscutible) y de Paul
Valéry. Reconocen y hacen suyo el espíritu liberador y atrevido de las vanguardias.
*Equilibrio entre lo sentimental y lo intelectual: rechazan lo sensiblero, el sentimentalismo hueco,
la simple anécdota porque exigen a su poesía la expresión de valores y emociones universales y
humanos, para lo cual estiman necesario un cierto grado de depuración en el lenguaje.
*Equilibrio entre lo abstracto y lo concreto. La naturaleza, objetos e individuos, las cosas son
objetivo de su poesía en cuanto capaces de transmitir valores simbólicos o de iluminar obscuras
intuiciones.
*Equilibrio entre lo hermético y lo evidente, o cómo conciliar calidad y exigencia con la
accesibilidad de la obra a una significativa mayoría. Esta ecuación inestable fue un objetivo siempre
consciente en todos ellos.
*Estilo. En líneas generales, utilizan una lengua elaborada (que recurrirá cuando sea preciso a las
imágenes visionarias y las metáforas sorprendentes, a la asociación de elementos inéditos o
disímiles). Pretenden una poesía pura, intelectual (en el sentido de buscar el sentimiento y lo
humano a través del concepto), alejada de todo sentimentalismo.
*Temas. desde los tradicionales –la muerte y la ausencia, el amor, la libertad, la naturaleza, lo socialhasta aquellos vinculados a la modernidad –el progreso, lo cosmopolita, los deportes, lo urbano, el
cine, el arte y la literatura-.
2.-AUTORES
Pedro Salinas (1891-1951). Concibe la poesía como forma de conocimiento, expresión de lo bello y
lo auténtico del mundo y del hombre. Estilo en la línea de la poesía pura, lenguaje denso, preciso
pero también cotidiano y sencillo. La voz a ti debida y Razón de amor.
Jorge Guillén (1893-1984). Su poesía es un canto al gozo de existir, a la plenitud en las cosas.
Parte de lo real para extraer lo esencial mediante un proceso de depuración. Estilo conceptual y
elaborado que, sin embargo, vierte en una métrica sencilla y tradicional. Cántico.
Gerardo Diego (1896-1987). En su poesía se distinguen dos vertientes diferenciadas: la
vanguardista (donde fusiona el Creacionismo con el conceptismo de Góngora, véase Manual de
espumas) y la tradicional, donde demuestra su dominio de formas tradicionales como el soneto,
romance, canciones, glosas y trata variados temas Véase Versos humanos y Versos divinos).
Vicente Aleixandre (1898-1984). Entiende la poesía como comunicación y comunión con la
Creación. El surrealismo ejerció una rica influencia en él, como en el uso de imágenes visionarias y
del verso libre y los versículos. Destacamos La destrucción o el amor y Sombra del paraíso.
Dámaso Alonso (1898-1990). Lo mejor de su producción es en la posguerra, con libros de temática
existencial y tono angustiado por la conmoción de la guerra. Hijos de la ira (1944) es una protesta
contra un mundo sin sentido, ante un Dios que no responde.
Luis Cernuda (1902-1963). Toda su obra plantea el conflicto romántico entre la realidad y el deseo,
entre el mundo mezquino y sus límites y sus aspiraciones personales. Soledad, nostalgia por otro
mundo posible, deseo de realización del amor son las notas dominantes de su lírica. Los placeres
prohibidos y Donde habite el olvido.
Rafael Alberti (1902-1999). Nostalgia y angustia por los paraísos perdidos (como su infancia) y el
compromiso social y político son sus temas principales. Variedad de temas, formas, tonos, estilos e
influencias. Destacamos Marinero en tierra y Sobre los ángeles.
Emilio Prados (1899-1962). Su poesía pretende conocer el misterio de su ser para encontrar la
armonía entre el hombre y el cosmos. La voz cautiva y Andando, andando el mundo.
Manuel Altolaguirre (1905-1959). Conocer lo esencial pero a través de las cosas y los seres.
Musicalidad en versos cortos y metros tradicionales. Las islas invitadas, Soledades juntas.
Federico García Lorca (1898-1936).
Su obra refleja la pasión por la vida, por el amor y por la libertad en conflicto con el tiempo
limitador, la sociedad represora o el destino trágico. El resultado de esta confrontación es la
frustración, la soledad o la muerte. Estos tres grandes temas se expresan en dos planos que son
complementarios, el personal y el social. Lorca expresa el dolor de vivir propio y el de los demás (los
marginados y los reprimidos por la sociedad). Por eso su poesía tiende a ser dramática: ideas,
sentimientos e intuiciones encarnadas en personajes enfrentados a fuerzas que frenan sus pasiones
y anhelos.
Diferenciamos dos etapas:
Primera etapa, hasta 1928, de juventud, formación y asimilación. El primer grupo de obras, como
Libro de poemas o Canciones está influido por Bécquer, el Modernismo y Machado. Después,
Poema del cante jondo y, sobre todo, Romancero gitano, suponen un paso adelante en la
consecución de una voz personal y renovadora. En esta obra los gitanos simbolizan la marginación
de quienes se enfrentan a las normas y se ven acuciados por un destino trágico. La Andalucía mítica
es la verdadera protagonista en un libro mágico donde lo popular y tradicional (el romance, lo
argumental) se aúnan con lo culto y vanguardista de sus imágenes irracionales.
Segunda etapa, hasta su asesinato en 1936. Coincidiendo con un periodo de crisis allí saldrá un
personal y de inquietudes sociales, realiza un viaje a USA y Cuba. De su experiencia libro
vanguardista, Poeta en Nueva York, escrito con la estética surrealista(imágenes visionarias,
oníricas, verso libre y versículo) para expresar su rebeldía contra el mundo deshumanizado de la
cuidad y su solidaridad con los más desprotegidos (los negros, los niños). Otros libros son Llanto
por Ignacio Sánchez Mejías, elegía por la muerte de su amigo torero y escritor, los Seis poemas
galegos, Diván del Tamarit (de inspiración arábigo-andaluza) y Sonetos del amor oscuro.
TEMA 7. Nuevos modelos narrativos en la segunda mitad del S.XX. Gabriel García Márquez.
1- Contexto histórico, cultural y literario
El régimen de Franco impone una dictadura caracterizada por la represión política y la censura.
España sufre el aislamiento internacional durante diez años, luego, ingresará en la ONU en 1955. Los
años 60 son de cambios importantes en España en lo económico y cultural. La década de los sesenta
fue un período de renovación ideológica y estética en todo el mundo. La sociedad española iba
cambiando con rapidez a causa del desarrollo económico. El país comenzaba a salir de su aislamiento,
la censura manifestaba signos de tolerancia mínima. A partir de 1975 se lleva a cabo el cambio político
hacia la democracia.
La Guerra Civil provoca un corte con la tradición anterior: quedan abandonadas las tendencias
renovadoras anteriores. Muchos escritores e intelectuales han de salir hacia el exilio, la censura provoca
durante años su olvido, a la vez que nuevos autores han de sortearla aquí lo mejor posible.
2- Etapas de la novela española en la segunda mitad del S. XX
2.1- La novela de los años cuarenta (existencial)
Temas habituales como la soledad, la frustración, la muerte están dentro de un ambiente de malestar
social. Los personajes son seres marginados, desarraigados y angustiados. La censura hace imposible
cualquier intento de denuncia, de modo que se transpone el malestar social a la esfera de lo personal.
Dos fechas, marcan los comienzos del nuevo género: 1942 con La familia de Pascual Duarte, de Cela
y 1945 con Nada, de Carmen Laforet. Miguel Delibes nos habla de tristeza y frustración en La sombra
del ciprés es alargada.
Narradores destacados que tuvieron que abandonar España: Ramón J. Sender, Francisco Ayala,
Max Aub y Rosa Chacel.
2.2. La novela de los cincuenta (novela social)
Una nueva generación de escritores llamada del Medio siglo comienza a hacer su aparición (I.
Aldecoa, Rafael Sánchez Ferlosio, Ana Mª Matute, J. Goytisolo, Carmen Martín Gaite, etc.).
Puede hablarse de dos corrientes dentro de esta novela social: el objetivismo (limita o prescinde del
análisis psicológico de los personajes); y el realismo crítico (de estilo y técnica más simples pero con
una denuncia más explícita).
Rasgos formales. Reducción al mínimo de la presencia del autor. Limitación del protagonismo de los
personajes: más que el personaje, predomina la situación. Caracterización externa de los personajes:
se definen por lo que hacen y lo que dicen, importancia los diálogos. Eliminación del análisis
psicológico. El argumento se deshace en una serie de anécdotas. Sucesión de los hechos ordenados
de forma lineal, sin saltos en el tiempo y espacio. Limitación del tiempo y espacio: los hechos se
concentran en cortos períodos de tiempo, de esta manera se produce sensación de ahogo y asfixia. El
tiempo de la acción de estas novelas suele ser la actualidad. El estilo se caracteriza por una deliberada
pobreza léxica y por una tendencia a recoger los aspectos más superficiales de los registros lingüísticos
populares o coloquiales.
Temas. El ambiente social se convierte en tema narrativo. El interés por lo individual se sustituye por
lo colectivo y los problemas personales por los sociales: la dura vida del campo, El mundo laboral, el
trabajo, la vida en la ciudad, novelas de la burguesía, centradas en los jóvenes burgueses,
desocupados y abúlicos.
Autores y obras más relevantes. Camilo José Cela: La Colmena (1951). Miguel Delibes: El camino
(1950) o Las Ratas (1962)). Juan Goytisolo. Considerado por la crítica como el escritor más importante
de la generación nueva por la amplitud y significación de su obra. Rafael Sánchez Ferlosio: El Jarama
está considerada como la más clara novela del conductismo. En la novela domina casi por completo el
diálogo. El Jarama presenta un personaje colectivo, una técnica cinematográfica y una transcripción
eficaz del lenguaje hablado coloquial, pero bastante elaborado.
2.3 - Superación del Realismo Social; La novela experimental
Se considera 1962 como la fecha de inicio de esta nueva etapa en la narrativa española. Se
publican Tiempo de Silencio, de Luis Martín Santos y La Ciudad y los perros, de Mario Vargas-Llosa
(escritor peruano), iniciándose el llamado "Boom de la narrativa hispanoamericana". La novela española
de los 60 experimenta voluntad de cambio.
Principales Características de la narrativa de los años sesenta:
1-Punto de vista múltiple o varias perspectivas.
2-Escasa importancia del argumento. La historia que narra ya no es lo principal, sino la forma, el cómo
se narra.
3-Estructura compleja. Son frecuentes el desorden cronológico, los saltos temporales, los retrocesos del
presente al pasado (flash back). Se pueden contar varias historias simultáneamente.
4-Monólogos interiores, en los que los personajes expresan libre y desordenadamente el fluir de sus
pensamientos.
5-Comentarios o digresiones del autor, al cual se le permite expresar su pensamiento.
6-Estilo y lenguaje. Se maneja con total libertad el estilo y el lenguaje, experimentando varias
posibilidades, mezclando registros cultos y vulgares.
3.- Autores y obras más importantes.
Tiempo de silencio (1962), de Luis Martín Santos.Incorpora el monólogo interior, el cambio de
narrador, acude a digresiones para ironizar o criticar sucesos y situaciones; modifica el lenguaje, a
veces metafórico, o técnico–científico. También ofrece diversos registros lingüísticos.
Señas de identidad de, J Goytisolo; Últimas tardes con Teresa de J: Marsé y Cinco horas con
Mario de M. Delibes.
2.4- La Narrativa Actual (desde 1975- hasta nuestros días)
-Amalgama de tendencias y géneros en torno a diversos temas.
- Abandono de la experimentación, la complejidad y el hermetismo.
-Simplificación de la estructura y de la técnica narrativa.
-Menor implicación social de los escritores; estos quieren, sobre todo, crear y contar historias, “narrar”,
volver al argumento, incluso a la intriga; y atraer al público.
Autores relevantes
Eduardo Mendoza.La verdad sobre el caso Savolta, El misterio de la cripta embrujada.
Antonio Muñoz Molina. El invierno en Lisboa, El jinete polaco, Plenilunio.
Javier Marías. Todas las almas, Corazón tan blanco, Mañana en la batalla piensa en mí.
Luis Mateo Díez. Las estaciones provinciales, La fuente de la edad.
Arturo Pérez-Reverte. El maestro de esgrima, La tabla de Flandes, El capitán Alatriste.
Julio Llamazares. Luna de lobos, La lluvia amarilla, El río del olvido..
3 - La Narrativa Hispanoamericana
A partir de 1940 en Hispanoamérica, la novela renueva el lenguaje y ensaya nuevas técnicas
narrativas. Crece el interés por los problemas humanos y existenciales además de los sociales y de
tema urbano. El realismo tradicional quedará superado por el llamado realismo mágico, o “lo real
maravilloso”, corriente narrativa que borra la frontera entre realidad y fantasía mediante la presentación
de sucesos prodigiosos como si fueran naturales y, a la inversa, de sucesos cotidianos como si fueran
prodigiosos.
En la década de los 60 tiene lugar lo que se conoce como el “boom” de la narrativa hispanoamericana
(publicación de numerosas novelas hispanoamericanas que dan a conocer a tantos grandes escritores
americanos en todo el mundo). Brillan nombres como Julio Cortázar “Rayuela”, Mario Vargas Llosa,
“La ciudad y los perros” Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes “La muerte de Artemio Cruz”,
Ernesto Sábato “El túnel”, José Lezama Lima “Paradiso” y un largo etcétera.
4- Gabriel García Márquez
Nace en Colombia en 1928. Nobel en 1982. Compaginó su actividad periodística con la escritura de
cuentos y novelas cortas en la cuales ya se advierten características de las novelas posteriores:
capacidad narrativa, mezcla de lo real e imaginario, fusión del mito y la historia…
Es el autor de la novela por excelencia del realismo mágico, Cien años de soledad, un hito en la
literatura mundial. En sus relatos anteriores El coronel no tiene quien le escriba, Los funerales de la
Mamá Grande y La mala hora ya se venía gestando el prodigioso mundo de Cien años de soledad.
Cien años de soledad (1967), es la historia de los cien años de la ciudad de Macondo y de la familia
Buendía hasta la muerte del último descendiente, que nace con cola de cerdo, poniendo fin a una
estirpe amenazada por el temor de engendrar monstruos. En esta novela construye un universo
particular, mítico y maravilloso. Es una alegoría de su tierra colombiana, pero también de
Hispanoamérica, e incluso, una “parábola de la creación”, de la humanidad. La vida, el amor, las
pasiones incestuosas, la frustración, la muerte, la magia, la naturaleza y los conflictos político-sociales
son los grandes temas.
Otras novelas igualmente fascinantes son: El otoño del Patriarca, Crónica de una muerte
anunciada, El amor en los tiempos del cólera y Del amor y otros demonios.
TEMA 8 TENDENCIAS DE LA LÍRICA EN LA SEGUNDA MITAD DEL XX. PABLO
NERUDA
1- Contexto histórico, cultural y literario
El régimen de Franco impone una dictadura caracterizada por la represión política y la censura.
España sufre el aislamiento internacional durante diez años, luego, ingresará en la ONU en 1955. Los
años 60 son de cambios importantes en España en lo económico y cultural. La década de los sesenta
fue un período de renovación ideológica y estética en todo el mundo. La sociedad española iba
cambiando con rapidez a causa del desarrollo económico. El país comenzaba a salir de su aislamiento,
la censura manifestaba signos de tolerancia mínima. A partir de 1975 se lleva a cabo el cambio político
hacia la democracia.
La Guerra Civil provoca un corte con la tradición anterior: quedan abandonadas las tendencias
renovadoras anteriores. Muchos escritores e intelectuales han de salir hacia el exilio, la censura provoca
durante años su olvido, a la vez que nuevos autores han de sortearla aquí lo mejor posible.
2.-Etapas de la poesía española en la segunda mitad del XX
2.1.-La poesía de los cuarenta
* Poetas exiliados, pertenecientes a diferentes generaciones: Juan Ramón y León Felipe, Salinas,
Guillén, Alberti, Juan Gil Albert. El tema central fue el de la patria perdida y su nostálgico recuerdo.
Caso aparte merece Miguel Hernández (1910-1942), a medio camino entre la generación del 27 y la
del 36; su trayectoria sintetiza la inspiración popular y la habilidad técnica. El rayo que no cesa (1936)
es un libro capital cuyo tema, es el amor como destino trágico. Incluye la famosa “Elegía a Ramón Sijé”,
su amigo. En la guerra se alista en el ejército republicano y escribe Viento del pueblo y El hombre
acecha, poesía de guerra. Muere en una cárcel franquista poco tiempo después de acabar la guerra,
tras escribir en ella Cancionero y romancero de ausencias.
*Poetas en España. Aquellos que se sienten próximos al régimen representan lo que se ha dado en
llamar poesía arraigada, desentendida de la circunstancia social de posguerra, con una métrica
tradicional y temas intimistas, religiosos y familiares. Destacan por la calidad de su obra Leopoldo
Panero, Luis Felipe Vivanco, Dionisio Ridruejo y Luis Rosales.
*La poesía desarraigada, como la novela del momento, está representada por aquellos que expresan,
con un lenguaje directo, un malestar existencial derivado de las durísimas circunstancias. Angustia ante
la muerte, la destrucción, vacío de la existencia y desolada soledad son los sentimientos dominantes en
esta poesía de los cuarenta.
Dos libros de dos poetas del 27 sirvieron de revulsivo: Hijos de la ira, de Dámaso Alonso y Sombra
del paraíso, de V. Aleixandre. Jóvenes autores de esta poesía desarraigada o existencial son Ángela
Figuera, Carlos Bousoño, Gabriel Celaya o Blas de Otero. Este último es la principal figura y sus dos
libros de este periodo, Ángel fieramente humano y Redoble de conciencia.
2.2.- La poesía de los cincuenta
En los cincuenta, cobra fuerza una corriente latente en la poesía existencial de los años anteriores, la
poesía social, la apertura del yo solo y angustiado al nosotros. Poesía como comunicación, como
portavoz de la gente de la calle, como denuncia de las injusticias. Para llegar a todos ha de hacerse
entender, por eso se sirve de un lenguaje claro y directo, sin sutilezas ni adornos, y con una temática
colectiva: la solidaridad con obreros y campesinos, la represión política y la lucha por la libertad, la
separación entre vencedores y vencidos, la reivindicación de una verdadera paz. La censura impide los
ataques políticos directos y obliga al uso de alusiones veladas.
Principales autores: Leopoldo de Luis, Eugenio de Nora, Ángela Figuera, Gabriel Celaya y Blas
de Otero.
Títulos destacados: Cantos iberos, de Celaya; Pido la paz y la palabra, de Otero.
2.3.-La poesía de los sesenta
A finales de los cincuenta, la poesía social pierde interés. Una nueva promoción de poetas, nacidos
hacia 1930 renueva la poesía. Algunos se inician con la poesía social, pero es en los sesenta cuando se
da su apogeo. Para ellos, la poesía deja de ser ante todo comunicación y la conciben como
conocimiento: el poeta no tiene claro de antemano un contenido que quiera comunicar, sino que el
poema es una exploración mediante palabras. Para ello se necesita enriquecer el lenguaje, de modo
que huyen tanto del prosaísmo como de su opuesto, el preciosismo formal. Eligen un lenguaje realista, y
conversacional, un tono narrativo y personal y mantienen el compromiso moral con las circunstancias,
pero sus temas los sacan de sus circunstancias personales, cotidianas y sencillas.
Autores: Carlos Barral, Jaime Gil de Biedma, José Agustín Goytisolo, Ángel González, José
Ángel Valente, Francisco Brines y Claudio Rodríguez.
2.4.- La poesía de los setenta: Los novísimos
Un grupo de poetas nacidos entre 1938 y 1950, herederos de la generación anterior, que no han
vivido la Guerra Civil y que han crecido influidos por los medios de comunicación, el cine, los tebeos y la
música pop, han sido llamados promoción del 68(año de las revueltas estudiantiles) o grupo de los
Novísimos, por la renovación radical que llevan a cabo en la poesía española.
Ya algunas figuras de mayor edad como Blas de Otero, José Hierro o Vicente Aleixandre habían
entrado en esa senda de renovación. Entre los poetas novísimos destacamos a Pere Gimferrer,
Guillermo Carnero, Leopoldo María Panero (hijo de L.Panero), Antonio Colinas, Luis Alberto de
Cuenca y Luis Antonio de Villena. Características comunes:
*Influencias: se inclinan por poetas extranjeros del XX, como Cavafis, Eliot o Pound.
*Tono y actitud: oscila entre la frivolidad y la seriedad. Abrazan el esteticismo de las vanguardias, la
experimentación con el lenguaje para crear poemas bellos y autónomos.
*Temas: motivos heterogéneos, entresacados de la cultura clásica y de la popular (mitos del cine y la
música, personajes de tebeos); amor y erotismo; evocación de lugares exóticos o refinados.
*Lenguaje: recursos vanguardistas como las imágenes irracionales surrealistas, las enumeraciones
caóticas, los juegos tipográficos, la mezcla de fragmentos heterogéneos, collages. EL lenguaje
cotidiano, por otro lado, se mezcla con un registro cultista. Verso libre, en general, extenso.
2.5.- La poesía de los ochenta
Con los años, la mayoría de los novísimos evoluciona hacia una poesía basada en la experiencia
personal y que valora por igual el contenido y la forma, se centra en los sentimientos y las vivencias,
dotando a los poemas de cierta narratividad (partir de alguna anécdota o esbozando una historia). Otras
líneas poéticas de estos autores son el clasicismo, la vuelta al surrealismo o la poesía del silencio o
minimalista (en la línea de la poesía pura).
Simultáneamente, surge una nueva promoción de poetas como Luis García Montero, Felipe Benítez
Reyes o Carlos Marzal, que optan por un registro conversacional para presentar experiencias
personales y afectivas desde la ironía y el escepticismo. Entre los temas más frecuentes, los realistas
(familia, amigos, circunstancias personales), en un ambiente urbano.
3.- Pablo Neruda (1904-1973)
Es el más popular de los grandes poetas en lengua castellana del siglo XX. Además, fue un maestro
para poetas muy distintos, tanto los que se orientaron hacia lo social como los preocupados por las
experiencias renovadoras del lenguaje poético.
Su primer gran libro, Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924), mezcla
influencias modernistas y rasgos vanguardistas (verso libre, imágenes visionarias, irracionales). Es una
reconstrucción poética de experiencias amorosas juveniles y presenta a la amada esquiva y compañera
a un tiempo en una triple dimensión: como fuerza de la naturaleza, como salvación existencial y como
objeto de deseo sexual. Seguramente, este sea el libro de poemas más leído del siglo XX.
En su segunda etapa (1925-36), fruto de una crisis personal escribe, en un lenguaje surrealista y
alucinado Residencia en la tierra y su ampliación, Segunda residencia. Mediante enumeraciones
caóticas e imágenes visionarias vierte una concepción negativa del hombre, enfrentado a un mundo
regido por la destrucción.
Su tercer ciclo es de poesía comprometida o social, de inspiración marxista. Se inicia con España en
el corazón (1937, defensa de la República española), para culminar con Canto general (1950),
exaltación de la inmensa naturaleza americana así como de la historia de los pueblos de ese continente.
Esta mitificación de lo natural se mezcla y complementa con la denuncia del capitalismo imperialista,
concretado en los Estados Unidos.
Odas elementales está escrito paralelamente a este tercer ciclo y son un canto admirado y
emocionado a las menudas y humildes realidades cotidianas.
Finalmente, Cien sonetos de amor y Memorial de Isla Negra son poemarios autobiográficos. En
prosa escribió un libro de memorias, Confieso que he vivido.
TEMA 9. TEATRO ESPAÑOL DE LA PRIMERA MITAD DEL XX. VALLE-INCLÁN.
Marco histórico. Toda Europa asiste al enfrentamiento ideológico entre un liberalismo en crisis y
las corrientes socialistas moderadas y extremas. En España, el desastre del 98 mueve a los
intelectuales a proponer ideas modernizadoras. Pero en el reinado de Alfonso XIII se agudizan las
tensiones ideológicas y sociales. El atraso económico español del siglo XIX impide la modernización
del país. La proclamación de la Segunda República en 1931 abre para muchos un tiempo de
esperanzas y de inquietud.
El siglo XX nace en plena crisis del Positivismo y del Racionalismo. Determinadas teorías
científicas cuestionan la optimista concepción de una realidad manejable y estable. De modo que se
hace necesario asumir formas de conocimiento no racionales. El irracionalismo como actitud
domina el pensamiento de filósofos, artistas y pensadores.
1.- Contexto socio-cultural.
Los gustos del público burgués son de escasa exigencia y era el que iba al teatro. Los problemas
sociales, ideológicos y la renovación formal se hallaban fuera de sus intereses. La consecuencia
inmediata es la pobreza del teatro español en este período. Es un teatro inmovilista, sin estímulo
creativo, dependiente de un público conservador y anclado en la repetición de las mismas fórmulas,
alejado de los movimientos reformadores efectuados en el teatro europeo. O dicho de otro modo, es
un teatro comercial.
Por otra parte, aparecen algunos intentos de renovación que, con contadas excepciones, se
estrellan contra las barreras comerciales o el gusto establecido. Este teatro no sólo se propone
nuevas formas dramáticas, sino que quiere plantear hondos problemas, existenciales o sociales, para
sacudir la conciencia de un público dormido. Valle-Inclán y García Lorca son los ejemplos más
representativos.
Tras la guerra, el panorama escénico quedó marcado por el exilio de autores como Max Aub,
Rafael Alberti o Pedro Salinas y por la desaparición de otros como García Lorca, Valle-Inclán o
Miguel Hernández.
2. El teatro que triunfa o teatro comercial
Distinguimos en él tres tendencias:
*Comedia burguesa o benaventina, por ser Jacinto Benavente su más destacado representante.
Son comedias superficiales que plantean típicos conflictos de la burguesía, con sus hipocresías y
convencionalismos; Benavente sabe que al público burgués le gusta sentirse criticado hasta cierto
punto, que él se cuida de no traspasar. Y así, sus comedias “de salón” fueron aplaudidas y
aclamadas durante varias décadas. No obstante, sus dos mejores obras se apartan de este patrón y
de estos ambientes y plantean interesantes reflexiones críticas y dramas intensos. Son Los
intereses creados (1907) y La Malquerida (1913).
*Teatro poético: es un teatro en verso, de trasnochada retórica posromántica y modernista, de
ideología conservadora, que exalta los ideales aristocráticos y las gestas del pasado español.
Destacan Eduardo Marquina, Fco. Villaespesa y los hermanos Machado.
*Teatro cómico-costumbrista: de ambientes y personajes pintorescos y castizos, humor y
sentimentalismo con final feliz. Junto a los hermanos Álvarez Quintero (autores de comedias y
sainetes de ambiente andaluz), destaca Carlos Arniches, con sainetes de costumbres madrileñas.
3.- El teatro innovador
Los dramaturgos noventayochistas y novecentistas no hicieron nada por conseguir el favor del
público. Renunciaron a ver sus obras en carteleras, pero no a su concepto del teatro como medio de
expresión. Destaca Valle-Inclán. Entre los de la generación del 27, sin embargo, García Lorca se
propuso con firmeza acercar el teatro al pueblo, convertirlo en lo que había sido en Grecia o en la
España del siglo de Oro: un espectáculo que enseñara, conmoviera y liberase.
3.1- Valle-Inclán
La dramaturgia de Valle-Inclán constituye la aventura más apasionante del teatro español
contemporáneo por su inacabable voluntad de renovación. Se trata de un teatro tan nuevo que no
encontró eco en su momento, desconocido por el gran público hasta casi medio siglo después. La
evolución de su obra dramática va desde un modernismo elegante y nostálgico a unas obras críticas
basadas en la cruel y feroz distorsión de la realidad.
Su amplia obra teatral puede agruparse en cinco ciclos, que no son consecutivos.
*Ciclo del teatro poético: son sus primeras obras dramáticas, adaptaciones de relatos suyos o piezas
modernistas escritas en verso con rasgos muy característicos del autor que van estar presentes en
toda su obra.
*Ciclo mítico o galaico: presenta una Galicia mítica, primitiva, violenta y sórdida, donde imperan las
leyes de la herencia, el sexo y la superstición. Destacamos la fuerza de su lenguaje. Sobresale la
trilogía Comedias bárbaras, formada por Águila de blasón, Romance de lobos y Cara de plata.
*Ciclo de la farsa: lo componen tres piezas marionetas. Rompen el planteamiento modernista y
desmitifican la realidad acercándola a la visión del esperpento.
*Ciclo del Esperpento: (los esperpentos son obras que deforman y caricaturizan la realidad representada, en
un intento de mostrar los rasgos más negativos o amargos de la sociedad española. Mezclan aspectos trágicos
y grotescos y los registros lingüísticos más extremos; presenta personajes deshumanizados -animalizados,
cosificados-, convertidos en fantoches, que quedan degradados. La muerte siempre está presente).
Compuesto por Luces de bohemia (1920) y por la trilogía Martes de carnaval (que ofrece la visión
ridícula y esperpéntica del mito del honor calderoniano). Luces es un paseo por el “infierno” (ved
analogías con La Divina Comedia de Dante) de la noche madrileña de un viejo poeta ciego, Max
Estrella, en la España de principios de siglo. Max, acompañado del cínico don Latino (un Virgilio
oportunista) vaga por calles, tabernas, calabozos, despachos (los círculos dantescos) lamiendo sus
heridas y encontrando a su paso dolor, crueldad, demencia y desesperanza. España, a través de la
noche madrileña, se presenta como una imagen degradada y grotesca de la civilización y los valores
europeos.
*Ciclo de autos y melodramas. El retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte está formado por
cinco piezas dramáticas breves que presentan temas y lugares míticos regidos por la muerte y las
pasiones más primarias y salvajes.
3.2-Federico García Lorca
Su teatro aúna lo dramático y lo lírico, la prosa y el verso, de modo que puede considerarse como
teatro poético, no por el uso del verso, sino por la gran carga lírica del lenguaje y por el tratamiento
de la acción dramática (“poesía en el teatro, no verso en el teatro”).
El tema fundamental y recurrente, aunque no el único, es el del deseo imposible. Los apasionados
y anhelantes personajes lorquianos se enfrentan a una realidad implacable que los condena a la
soledad, la frustración o la muerte. Son mayoritariamente mujeres, símbolos de la libertad y la fuerza
del instinto (el erotismo, la fecundidad), pero que sucumben ante el autoritarismo de las
convenciones y los prejuicios morales, religiosos o sociales.
Para Lorca el teatro debe concebirse como misión pedagógica, que eleve el nivel espiritual del
espectador. Para ello, dota a su teatro de las mejores mimbres: lo tradicional y popular combinado
con lo innovador y vanguardista; los clásicos españoles y la tragedia griega con el teatro europeo
renovador.
Destacamos en su producción el ciclo de los dramas y tragedias. En las tragedias, llenas de
simbolismo y con mezcla de prosa y verso, representa conflictos universales ambientados en una
Andalucía mítica. Son Bodas de sangre (1933) y Yerma (1934). En sus dramas, más realistas y con
un mayor componente social, pero igual de trágicos, sin duda destaca La casa de Bernarda Alba
(1936), obra que escenifica el drama de la mujer rural en los pueblos de la España de entonces,
sometida a la autoridad masculina y a la represión de sus instintos y deseos.
TEMA 10. TEATRO ESPAÑOL DE LA SEGUNDA MITAD DEL XX. ANTONIO BUERO VALLEJO
1- Contexto histórico, cultural y literario
El régimen de Franco impone una dictadura caracterizada por la represión política y la censura.
España sufre el aislamiento internacional durante diez años, luego, ingresará en la ONU en 1955.
Los años 60 son de cambios importantes en España en lo económico y cultural. La década de los
sesenta fue un período de renovación ideológica y estética en todo el mundo. La sociedad española
iba cambiando con rapidez a causa del desarrollo económico. El país comenzaba a salir de su
aislamiento, la censura manifestaba signos de tolerancia mínima. A partir de 1975 se lleva a cabo el
cambio político hacia la democracia.
La Guerra Civil provoca un corte con la tradición anterior: quedan abandonadas las tendencias
renovadoras anteriores. Muchos escritores e intelectuales han de salir hacia el exilio, la censura
provoca durante años su olvido, a la vez que nuevos autores han de sortearla aquí lo mejor posible.
2.-El teatro de los cuarenta y cincuenta
Las circunstancias de miseria y censura pesan especialmente en el teatro. Faltan referentes, ya
sea por muerte (Valle-Inclán, García Lorca), por decadencia (Benavente, Arniches) o por exilio
(Rafael Alberti, continúa escribiendo teatro político y obras más poéticas.
En los 40 y50 se mantienen las mismas corrientes (comedia burguesa y piezas de humor) de
un teatro comercial que obtiene el favor del público. El teatro inconformista y existencial
aparecerá más tardíamente que la novela o la poesía existenciales o desarraigadas, hacia finales
de los cuarenta.
2.1.-Teatro burgués y teatro humorístico
El teatro burgués, heredero de la comedia de Benavente y destinado a un público acomodado,
presenta conflictos de clase media o alta con intriga e ingenio, una suave crítica y esmero técnico.
Temas amorosos, conyugales o familiares. Valores tradicionales, las diferencias de clase y la moral
católica.
Del teatro del humor debe destacarse sobre los demás a Miguel Mihura y Enrique Jardiel
Poncela. Tres sombreros de copa es la más representativa obra de Mihura; no se representó hasta
veinte años después, en 1952. Diálogos y situaciones plantean un humor absurdo que lleva al
disparate ideas y conductas, inicialmente cómicas y divertidas, pero con un trasfondo amargo. Es
una obra que parodia y caricaturiza costumbres y fatalismos que ahogan la libertad o la dignidad
humanas.
La otra figura dramática del teatro humorístico es Jardiel Poncela, en cuyas obras la comicidad
nace de situaciones ilógicas y disparatadas.
2.2.-Teatro inconformista y existencial
Comprometido con la realidad de la sociedad española, de cuya situación quiere dar testimonio
desde una actitud crítica, moviendo al espectador a reflexionar y buscar soluciones.
*Con el estreno de Historia de una escalera (1949) de A. Buero Vallejo (a quien reservamos el
último apartado del tema), se marcó un cambio en el teatro español. El estreno de Escuadra hacia la
muerte de Alfonso Sastre (1952), presenta la dura tensión psicológica de media docena de hombres
en una trinchera. Esta obra consolidó la tendencia, pues Sastre concibe el teatro como instrumento
de acción revolucionaria más que como objeto estético. Lo social era una categoría superior a lo
artístico. Alfonso Sastre participó en el proyecto revolucionario marxista de la segunda mitad del
XX. Su teatro es de compromiso, basado en el principio del “arte dramático transformador de la
sociedad”. Esto le valió ser blanco de la censura y motivo del desinterés de los empresarios. Pero
también realizó innovaciones técnicas que contribuyeran a cambiar la inercia del teatro.
Obra: Escuadra hacia la muerte, La mordaza, Guillermo Tell tiene los ojos tristes, La cornada, La
sangre y la ceniza, La taberna fantástica, El camarada oscuro”, etc.
*Tras Buero y Sastre aparecerán autores(Lauro Olmo, Martín Recuerda, Carlos Muñiz,
Rodríguez Buded y Rodríguez Méndez)que escriben y estrenan sus obras a finales de los
cincuenta y principios de los sesenta. Abordan los problemas de la burocracia deshumanizada, la
esclavitud del trabajador, la emigración. Defienden un teatro comprometido y testimonial, de
inspiración popular, con un lenguaje que refleja las formas del habla coloquial y vulgar.
3.-Teatro de los 60 hasta 1975
3.1.-Teatro realista de protesta y denuncia.
En los primeros años de los sesenta cobra fuerza el teatro de denuncia, comprometido
políticamente con la situación. Junto a Alfonso Sastre, autores como Rodríguez Méndez, Carlos
Muñiz, Lauro Olmo y otros muestran en sus obras la explotación del obrero y del empleado, y la
falsedad de los poderosos y de sus supuestos principios. El lenguaje es tan violento y directo como
permitía la censura, con un tono tragicómico o grotesco cercano al expresionismo.
3.2.-Teatro experimental.
Desde finales de los sesenta se desarrolla un teatro underground o soterrado, al margen de los
circuitos comerciales y que comparte con el teatro realista su rechazo de la situación española, pero
con técnicas más atrevidas que lo alejan, aún más, del gran público. Sus tema centrales son la falta
de libertad, la injusticia y la alienación provocada por el maquinismo y el consumismo.
Técnicamente, rechaza la primacía del texto, que se convierte en un elemento más junto a
sonidos, danza, iluminación, mimo. La combinación de todos esos lenguajes busca convertir la obra
en espectáculo total donde el espectador se implique, sea provocado y se libere. Los personajes, a
menudo, aparecen deshumanizados, (a veces son animales), y abundan situaciones y lenguajes
simbólicos o alegóricos, lejos del enfoque realista. Sus principales representantes son Fernando
Arrabal (Pic-nic, El cementerio de los automóviles, El arquitecto)y Francisco Nieva (Coronada y el
toro, Malditas sean Coronada y sus hijas, Sombra y quimera de Larra).
3.3.-Grupos de teatro independiente.
Son grupos de teatro que hacen una síntesis del teatro experimental y del popular. Sus
espectáculos (de creación colectiva, frecuentemente) son provocadores y atacan instituciones
políticas, sociales y religiosas. Siguen modelos inconformistas, en especial el Living Theatre de
Nueva York, fundado en EE.UU., en 1946. Se dirigen a amplios sectores de público, actuando no
sólo en salas, sino en calles, plazas y pabellones. Crean espectáculos sin texto preciso, donde se
improvisa un acontecimiento con la participación del público.
Entre los más destacados figuran Los Goliardos, Tábano, Teatro Lebrijabno, La Cuadra, Quart
23, Akelarre, TEU, Els Joglars, Els comediants, La fura dels Baus.
4.-El teatro desde 1975 hasta la actualidad
La llegada de la democracia supone la supresión de la censura, la creación del Centro Dramático
Nacional y de la Compañía Nacional de teatro Clásico, ayudas de la Administración central y de las
Comunidades Autónomas, festivales internacionales, etc. Subgéneros o líneas teatrales dominantes:
- Retorno a una línea tradicional: Con obras en las que se reviven episodios relacionados con la
Guerra Civil como Las bicicletas son para el verano, de Fernando Fernán Gómez y ¡Ay, Carmela!,
de José Sanchís Sinisterra.
- Realismo costumbrista, en donde destacan Fermín Cabal, José Luis Alonso de Santos y Paloma
Pedrero.
- Continuidad de autores de éxito de promociones anteriores: Como Buero Vallejo, Antonio Gala
y Francisco Nieva.
- Aparición de dramaturgos más jóvenes. María Manuela Reina o Rafael Mendizábal.
- Persistencia de autores de teatro independiente.
5.- Antonio Buero Vallejo (1916- 2000)
Condenado a muerte por su adhesión a la República, conmutado por cadena perpetua y
posteriormente indultado. Recibió el premio Lope de Vega con Historia de una escalera, el premio
Cervantes (1986), y fue miembro de la RAE desde 1972. Devolvió al teatro de la posguerra la función
testimonial, social y moral, y así mismo, actualizó el género trágico. Su concepción humanista del
hombre y compromiso político-social, determinan toda su obra. Sus temas son actuales, con un
lenguaje realista y simbólico, innovando en muchas de sus obras. Rasgos de sus tragedias:
- Personajes que son seres complejos, con las contradicciones propias del ser humano.
- Actitud esperanzadora, dejando una puerta abierta al ser humano, capaz de vencer las
adversidades con su esfuerzo.
- El espectador percibe la realidad del mismo modo que el personaje: llamado fenómeno de
inmersión.
- La temática gira en torno al anhelo de la realización humana y a sus dolorosas limitaciones. La
búsqueda de la felicidad, de la verdad o de la libertad se ve obstaculizada o frustrada por el mundo
concreto en que vive el hombre.
- Cuida con esmero la estructura de las piezas y el lenguaje es sencillo y sin adornos superfluos.
1ª- Etapa: se caracteriza por un realismo matizado de símbolos. En Historia de una escalera (1949)
muestra ya su peculiar visión de la tragedia, en la que para los personajes hay siempre un margen de
libertad y de esperanza. En ella nos sitúa en la escalera de una casa de vecinos cuyos habitantes
van perdiendo con el tiempo las ilusiones de la juventud. No ven cumplida su aspiración de
abandonar esa casa de estrecheces y la historia se vuelve a repetir en sus hijos. Es el drama de la
frustración. Otros títulos: En la ardiente oscuridad (1950) La tejedora de sueños (1952).
2ª- Etapa: Desde 1955 hasta 1970. Sigue fiel a su enfoque ético de la tragedia como medio para
inquietar, plantear interrogantes y curar, pero incorpora cambios: predominan las cuestiones sociales,
casi siempre situadas en el pasado. Así elude mejor la censura (aunque las conclusiones sean muy
actuales) y les da a los conflictos una dimensión atemporal. En las técnicas, recurre a escenarios
múltiples, fragmentación en cuadros o secuencias con rupturas temporales y recursos de inmersión
(que hacen partícipe al espectador de las mismas sensaciones que experimentan los personajes).
Obras significativas: El sueño de la razón (sobre Goya), Las Meninas (sobre Velázquez), El
tragaluz.
3ª- Etapa: A partir de 1970. Aquí, sin perder el alcance existencial, los contenidos sociales y políticos
de sus obras se hacen más explícitos: la cárcel, la tortura, el terrorismo. Destacan las siguientes
obras: Llegada de los dioses (1971), La fundación (1974), Diálogo secreto (1984).
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