Poder Judicial de la Nación

Anuncio
Poder Judicial de la Nación
Sala I. Causa N°° 40.028 “L., R. A.”.
Procesamiento
Origen Inst. 30/164 -expediente de origen n° 5014/11
//nos Aires, 22
de marzo de 2011.
Y VISTOS:
I. Que el 21 próximo pasado se celebró la audiencia oral y pública
prevista en el artículo 454 del C.P.P.N. (según Ley 26.374), en razón de la concesión
del recurso de apelación interpuesto por la defensa técnica del encausado R. A. L.
(cfr. fs. 103/104 vta.), contra el interlocutorio de fs. 74/80 vta. en cuanto dispone su
procesamiento por considerarlo, prima facie, autor del hecho constitutivo del delito
de robo simple tentado en concurso ideal con lesiones leves (arts. 42, 45, 54, 89 y
164 CP, y 306, CPPN).
Tras la exposición de la recurrente se efectuó la deliberación pertinente
en los términos del art. 455 del mismo cuerpo legal, por lo que el Tribunal habrá de
USO OFICIAL
expedirse.
Y CONSIDERANDO:
El juez Jorge Luis Rimondi dijo:
Los cuestionamientos planteados por la defensa técnica del encausado L.
en la audiencia, confrontados con las actas escritas que se tiene a la vista, merecen
ser parcialmente atendidos, por lo que el auto recurrido merece ser revocado en
razón a los fundamentos que a continuación se explicitarán.
En efecto, no existiendo controversia por parte de la defensa respecto de
la materialidad del hecho ni de la autoría del imputado, la intervención del Tribunal
se circunscribe a decidir sobre la capacidad de culpabilidad -la cual por regla general
se presume- que poseía al momento de su ejecución, es decir, dilucidar sobre el
doble análisis de: a) la comprensión de la criminalidad del acto y b) la posibilidad de
dirigir sus acciones conforme a dicha comprensión (art. 34, inc. 1°, primer párrafo
C.P.).
Así, luego de compulsar las constancias que conforman el sumario se
concluye que el caso ofrece elementos que contrarrestan la presunción que rige la
materia, sin perjuicio de lo cual restan evidencias que permitan arribar a una
conclusión asertiva sobre el estado de inimputabilidad alegado por la defensa, toda
vez que, al igual que las demás causales previstas en el artículo 336 del
ordenamiento ritual, la causal de inculpabilidad invocada también exige certeza.
En ese sentido, liminarmente se exhibe relevante recalcar que es el juez
el que debe ponderar la prueba pericial con sostén en las reglas de la sana crítica y
en el contexto de los demás elementos de convicción que se hayan reunido en el
legajo (art. 263, inc. 4, in fine, CPPN). En otras palabras, no es al perito médico,
como se da en el presente caso, a quien le corresponde pronunciarse en torno a si el
imputado pudo comprender la criminalidad de sus actos o dirigir sus acciones, pues
esa tarea queda reservada al juzgador, en tanto jurídica, de suerte tal que los expertos
sólo deberían responder en cuanto a la posibilidad de haber transitado el imputado
por alguno de los estados a que alude la fórmula mixta del citado artículo 34, inc. 1°,
primer párrafo, que prevé las causas psicopatológicas y las consecuencias
psicojurídicas que deben haber privado al sujeto de la comprensión del acto y/o de la
posibilidad de dirigir sus acciones.
En ese entendimiento, para lograr ello, no sólo debe tomarse en
consideración las pericias médicas que se realizaron en la pesquisa sino todo el
contexto en que tuvo lugar la conducta típica del imputado.
En efecto, sobre el ilícito en particular, la victima M. C. B. refirió que
cuando estaba egresando del local comercial sito en ….., de esta ciudad, el
encausado, quien se encontraba descalzo, le preguntó si allí hacían costuras y
seguidamente le propinó un empujón que le produjo la caída al suelo, en donde
comenzó a golpearla en el rostro al tiempo que le decía “dame la plata, dame la
plata” y, ante la negativa de ella, le arrebató sus pertenencias (cfr, fs. 9/vta.).
Por otro lado, se cuenta con el testimonio de R. J. R., quien sorprendió al
imputado en el momento de la comisión del ilícito y se trabó en lucha con él a fin de
reducirlo, siendo finalmente aprehendido por la intervención del Agente D. C.,
personal policial que se encontraba en las inmediaciones del lugar. Al concretarse la
detención y ser interrogado por el preventor respecto de sus datos personales
manifestó ser R. A. L., de nacionalidad …….
En cuanto a los distintos análisis que se le efectuaron a L., conforme
surge del informe médico legal confeccionado alrededor de tres horas después del
evento, se encontraba lúcido, orientado en tiempo y espacio (cfr. fs. 28); mientras
que de las conclusiones vertidas por la División Laboratorio Químico de la Policía
Federal Argentina se desprende que presentaba una alcoholemia de 2.33 gr/mil (cfr.
fs. 64). En base solamente en ello, el médico forense …... concluyó, que se puede
inferir que, en el momento del hecho, la alcoholemia fluctuó entre 2.73 gr./mil y
2.93 gr/mil, por lo que resulta “verosímil que la alcoholización le haya provocado
una perturbación del campo de la conciencia de la suficiente jerarquía como para
restarle aptitud para comprender la criminalidad del acto y dirigir sus acciones”
(cfr. fs. 67/68), más no indicó si de acuerdo a la ciencia médica el imputado transitó
por un “estado de inconsciencia”, que haya podido afectar su capacidad de
culpabilidad.
Poder Judicial de la Nación
Sentado ello, clínicamente, de acuerdo a dicho parámetro -2.73 gr./mil y
2.93 gr/mil-, la intoxicación o ebriedad lograda se encuentra dentro del grado dos –
que comprende entre 2 gr/mil y 3 gr/mil de alcohol–, el cual se caracteriza por una
ataxia locomotriz responsable de una inestabilidad en la posición de pie y en
marcha; se halla abolida la autocrítica y se ha perdido la inhibición de los impulsos,
como así también las funciones cognitivas y volitivas, en el que el individuo pierde
la comprensión de sus actos y la capacidad de dirigir sus acciones, es decir que es un
estado de ebriedad completa donde se presenta amnesia total y se está en estado de
supresión de consciencia, de modo que el grado de alcoholismo que presentaba el
encausado se encuentra muy próximo al grado tres, estadío en el que el individuo
cae en estado de suspensión de conciencia, arreflexia, hipotermia y coma, con riesgo
vital, aunque con conservación de los reflejos (cfr. Jorge Alberto Riú y Guillermina
Tavella de Riú, “Psiquiatría Forense”. Ed. LEA, 1987, pag. 219).
USO OFICIAL
Dicho marco de situación revela, de momento -puesto que aún, como se
adelantara, no se ha determinado si el imputado actuó bajo “estado de
inconsciencia”, art. 34, inc. 1, primer párrafo, C.P.-, que no se cuenta con el grado
de certeza corroborante de la causal que se invoca, de modo que, por un lado, no
puede sostenerse que al cometer el injusto haya actuado bajo estado de inconsciencia
absoluta –supuesto en el que el sujeto no realiza “acción”-, y, por otro, tampoco se
vislumbra ningún elemento de prueba que permita presumir que el imputado se
colocó deliberadamente en un estado que le impidió comprender la criminalidad del
acto o dirigir sus acciones, con el fin de cometer el ilícito, y, en consecuencia, haga
posible la aplicación de la teoría de la “actio libera in causa”.
Ello así, pues, frente a la alegada hipótesis de un estado de inconsciencia
habilitante de su inculpabilidad se ignora como pudo realizar los movimientos
descritos y brindar correctamente sus datos personales, pues la concreción de un
hecho de tales características requiere de un comportamiento y razonamientos
adecuados al fin perseguido.
En otras palabras, puede presumirse que el encausado L., al momento del
hecho, comprendía las circunstancias del acto que realizaba. En ello, puede asistirle
razón al señor juez de grado en su valoración. Ahora bien, ésta resulta solo la
primera fase del análisis sobre la capacidad de culpabilidad, restando evaluar si pudo
haber dirigido sus acciones conforme a dicha comprensión.
En ese sentido, el informe médico forense no alcanza para determinar si
el imputado pudo dirigir sus acciones.
Sentado cuanto precede, deberá ahondarse en la investigación a fin de
establecer si L. -como destinatario de la norma- tuvo capacidad para que ésta se
concretara en él (que la comprenda) y en consecuencia, si pudo tomar la decisión de
actuar conforme a la norma.
En ese sentido, y en razón a lo expuesto por el imputado al momento del
examen médico legal, en cuanto a que había ingerido medicación porque padece una
patología psicológica bipolar -de lo cual no existe constancia alguna- corresponde
ampliar el informe toxicológico de sangre y orina a fin de determinar la existencia
de algún tipo de sustancia farmacológica que pudiera haberse combinado con el
alcohol (específicamente litio y antidepresivos), para lo cual deberá utilizarse el
remanente de sangre y orina que se encuentra conservado en Cuerpo Médico
Forense (cfr. fs. 64); y luego de ello encomendar un nuevo examen que comprenda
una buena semiología clínica y neuropsiquiátrica para determinar el real estado de
consciencia del imputado en el momento del hecho.
Consecuentemente, habrá de disponerse la falta de mérito para procesar
o sobreseer al encausado L. y disponerse la libertad en la presente causa, previa
constitución de domicilio.
Finalmente, más allá de la libertad que se dispondrá en autos, en atención
a la toxifrenia alegada por la defensa en la audiencia, y a que en los conflictos que
registra L. con la ley penal existen indicios de que intervino alcoholizado, resulta
prudente dar intervención a la justicia civil a sus efectos.
El juez Alfredo Barbarosch dijo:
Luego del estudio del sumario entiendo que los cuestionamientos
vertidos por la defensa oficial del encausado, confrontados con las actas escritas que
se tienen a la vista, no logran conmover los argumentos expuestos por el señor juez
de grado, los que comparto, por lo que voto para que se homologue el auto puesto en
crisis.
Así, puede afirmarse que lo que la defensa cuestiona en forma divergente
con lo que hace el Sr. juez de grado, es la entidad probatoria de aquellos los
elementos de cargo reunidos y es precisamente ante estos casos donde se debe
habilitar, eventualmente -ya que deberá opinar al respecto el agente fiscal
interviniente- la instancia de juicio donde el contradictorio y la inmediatez en la
valoración concentrada de las probanzas acumuladas tendrá plena vigencia para
resolver en la causa sobre la responsabilidad que le cabe al imputado.
El juez Gustavo A Bruzzone dijo:
Luego de haber escuchado la grabación del audio de la audiencia, sin
preguntas que formular, coincido con lo sostenido por el juez Rimondi, cuyos
argumentos comparto.
Poder Judicial de la Nación
Por el mérito que se desprende del acuerdo que antecede, el Tribunal
RESUELVE:
I. REVOCAR el auto de fs. 74/80 en cuanto fue materia de apelación
(art. 455, a contrario sensu, CPPN).
II. DECRETAR LA FALTA DE MÉRITO PARA PROCESAR O
SOBRESEER a R. A. L., de demás condiciones personales obrantes en autos, en
orden al hecho por el cual fuera formalmente indagado, Y DISPONER SU
INMEDIATA LIBERTAD LA PRESENTE CAUSA, previa constitución de
domicilio (art. 309 CPPN).
III. DISPONER que se de cumplimiento a lo ordenado en los
considerandos.
Se deja constancia que el juez Luis María Bunge Campos no suscribe la
presente en virtud de no haber presenciado la audiencia por hallarse en uso de
USO OFICIAL
licencia; y que el juez Gustavo A Bruzzone lo hace en función del artículo 36, inc.
b), del Reglamento para la Jurisdicción en lo Criminal y Correccional.
Regístrese,
devuélvase,
y
practíquense
las
correspondientes
notificaciones en la instancia de origen.
Sirva lo proveído de atenta nota de envío.
JORGE LUIS RIMONDI
ALFREDO BARBAROSCH
GUSTAVO A BRUZZONE
(en disidencia)
Ante mí:
Diego J Souto
Prosecretario de Cámara
Descargar