LECCIÓN Nº 3 Estimado estudiante: Existen tres tipos de personas, tomando en cuenta la reacción manifestada ante un nuevo conocimiento: Los que aceptan ciegamente cualquier tipo de información que llegue a ellos, ya sea verbal o a través de la lectura. Hay quienes rechazan un conocimiento nuevo, sin analizar, sin investigar su procedencia, sus causas, los procedimientos utilizados para recabarlo, etc. Estos dos tipos, o tienen un grado de fanatismo, o en cualquier momento caen en él. Una tercera clase de personas, ni aceptan ni rechazan: analizan, investigan y si acompañado a la información reciben procedimientos o claves para llegar a una comprobación, se vuelven científicos, pues tienen a su disposición el mejor laboratorio que les ha proporcionado la Naturaleza: su propio laboratorio. Este tercer tipo de personas es el que está en mejor situación, de allí han nacido grandes Maestros, de allí nació un Paracelso, un Hipócrates, un Hermes-Trismegisto y muchos otros. De allí nacerán en esta era otros tantos. El resto de los seres humanos viajan por la misma orilla, de un lado a otro, envueltos en millares de conceptos que jamás han verificado. Pero, ¿qué es la muerte? ¿Cómo se procesa? La muerte es un cambio de estado. Para algunos entendidos, es a manera de un nuevo nacimiento: se nace en la cuarta dimensión. Es curiosa la costumbre de algunos pueblos de América: lloran desesperadamente cuando nace un pariente y hacen fiesta cuando muere. No hay duda que esta tradición señala la cruda realidad del sufrimiento que se soporta en la Escuela de la Vida, y la finalización del mismo cuando llega la hora de la muerte. El rayo de la muerte reduce al llamado hombre, a una simple quintaesencia molecular, así como una tonelada de flores puede reducirse a una simple gota de perfume esencial. La energía de la muerte, por ser una corriente de tan altísimo voltaje, destruye totalmente el organismo humano cuando llega a circular por éste. Los moribundos suelen ver al ángel de la muerte como una figura esquelética espectral. Realmente lo que sucede es que éste se reviste con el traje que corresponde a su oficio. En la vida práctica, el policía viste su uniforme, el médico su bata blanca, el juez su toga, el sacerdote su hábito religioso, etc. Las vestiduras funerales y la esquelética figura horrorizan a quienes no han despertado conciencia. Fuera de su trabajo, la apariencia de los Ángeles de la Muerte es la de hermosos niños, sublimes doncellas, venerables maestros, etc. El Libro Tibetano de los Muertos dice: “Has estado en un desmayo durante los últimos tres y medio días. Tan pronto como te recobres de este desmayo, tendrás el pensamiento –que ha pasado– pues en ese momento todo el Samsara (universo fenoménico) estará en revolución”. El ingreso a los mundos molecular y electrónico en el momento de la muerte, es una prueba tremenda para la conciencia del hombre. El Libro Tibetano de los Muertos, asegura que todos los seres humanos caen en el momento de la muerte, en un desmayo que dura tres días y medio. Max Heindel, Rudolf Steiner y otros autores sostienen que durante estos tres días y medio, el Ego Desencarnado, ve pasar toda su vida en forma de imágenes y en orden retrospectivo. Aseguran dichos autores que esos recuerdos se hallan contenidos en el Cuerpo Vital. Esto es cierto, pero sólo es una parte de la verdad. En el momento de la muerte y durante esos tres días y medio siguientes, la conciencia y el juicio interno del fallecido son liberados por la descarga electrónica. Entonces ve pasar, como una pantalla, toda su vida, en forma retrospectiva. Visita entonces todos aquellos lugares con los cuales se relacionó. Por eso es que “sale” o “avisa” a sus distintos parientes. Revive cada escena de su vida, dice y hace lo mismo que hizo, sintiendo alegría por sus buenas obras y profundo dolor por las malas. “Recorre sus pasos” desde la ancianidad hasta la niñez. Todo esto ocurre en el plano celular o físico. Un trabajo retrospectivo similar se realiza en el plano molecular, o tetradimensional y un tercero en el plano electrónico. El moribundo sabe que sus acciones positivas y negativas son pesadas en la balanza, a manera de resumen; por eso llora y ríe durante su agonía. Hay algunas personas que realizan este examen cuando están a punto de perecer ahogadas y que al ser rescatadas recuerdan perfectamente el proceso por el que estaban pasando. El Ángel de la Muerte, corta en este período de tres días y medio el “Cordón de Plata” que une al cuerpo físico con los cuerpos internos. Después, el desencarnado entra en un estado de conciencia de tipo lunar, relativa. El Cordón de Plata o Hilo de Plata a que hemos hecho referencia, se conoce así entre los esoteristas, se corresponde con el cordón umbilical, es séptuple en su constitución y es de un tipo de materia muy sutil. Tres cosas van al cementerio: el cuerpo físico, el cuerpo vital o asiento vital y la personalidad. El cuerpo físico comienza a descomponerse desde las 24 horas, más o menos, siguientes a la desencarnación. Algunos individuos no desencarnan realmente, sino que sufren un ataque llamado catalepsia, mediante el cual cesan todas las funciones orgánicas, y ya en su fosa sepulcral, se reponen, pero al verse encerrados de tal manera, golpean, gritan, se desesperan y consumen el poco oxígeno de que disponen; entonces mueren asfixiados. Es esa la razón por la que se han encontrado esqueletos boca abajo. En el Oriente acostumbran incinerar los cadáveres, cosa aparentemente dolorosa, pero más benigna a la larga. Ellos guardan en pequeños cofrecitos, las cenizas de sus seres queridos. Si nosotros tuviéramos acceso, por medio de tapas de vidrio especiales, a observar lo que está sucediendo en nuestros cementerios occidentales llegaríamos a la conclusión de que es más piadosa la costumbre oriental, con la que muchas epidemias se generan precisamente en los cementerios. El Cuerpo Vital En el organismo humano existe un cuerpo bio-electro-magnético. Este es el cuerpo vital o asiento vital, llamado también cuerpo etérico. Es el asiento de la vida orgánica. Ningún organismo podría vivir sin el cuerpo vital. Cada átomo del cuerpo vital, penetra dentro de cada átomo del cuerpo físico para hacerlo vibrar intensamente. Ambos cuerpos se penetran y compenetran sin confundirse. Este cuerpo es realmente la sección superior o asiento superior del cuerpo físico, es de un color azulado. Todos los fenómenos químicos, fisiológicos y biológicos, todo fenómeno de percepción, todo proceso metabólico, toda acción de las calorías, etc., tiene su base en el cuerpo vital. Este tiene más realidad que el cuerpo físico. Sabemos muy bien que cada siete años cambia totalmente el físico, debido a la renovación constante de las células. Al cabo de ese tiempo no queda un solo átomo antiguo en dicho cuerpo. Empero el cuerpo vital no cambia. En él están contenidos todos los átomos de la niñez, adolescencia, juventud, madurez y decrepitud. El cuerpo físico pertenece al mundo de tres dimensiones, el vital es el cuerpo de la cuarta dimensión. Durante los desdoblamientos astrales, el asiento vital aprovecha para reponer al cuerpo físico las energías perdidas durante el día, pero necesita hacerlo mientras duerme, ya que el astral ha salido. Cuando el paciente duerme, el médico se alegra, porque sabe que despertará mejorado. Esa recuperación se debe al asiento vital que está haciendo su trabajo. En realidad, el cuerpo vital jamás abandona al físico, salvo en el último instante de la vida, cuando se presenta el rayo de la muerte. El cuerpo vital no entra al sepulcro. Flota cerca de éste y se va desintegrando lentamente conforme el cadáver se va desintegrando. La personalidad En cierto país de América Central, sucedió un caso que vamos a relatar en esta ocasión. Una dama, cerca del cementerio municipal, detuvo a un taxi a altas horas de la noche, solicitando un viaje a la iglesia. Ya en el sitio deseado, le pidió al conductor que la esperara, mientras ella entraba, posiblemente a cumplir con alguna promesa o algunas oraciones. Al cabo de un rato, regresó y pidió al taxista que la llevara al sitio inicial de la partida. Al cumplir el caballero en mención con su trabajo, la dama le dice: Señor, no tengo dinero, pero tome este anillo, y preséntelo en la dirección (xxxx) a fin de que le paguen por su trabajo. Al día siguiente nuestro taxista se dispuso a cobrar sus honorarios, y al llegar a la mencionada dirección, le recibió una señora, a quien él refirió con detalles lo que le había ocurrido la noche anterior, mostrándole el anillo que servía de prenda. Sorprendida la señora por el relato, le dijo: Señor, este anillo es de mi hija, quien murió hace un año. Seguidamente le mostró una fotografía de ella. El taxista muy impresionado salió de aquella casa con una serie de interrogantes, que para él no tenían respuesta. De estos casos existen millares de relatos, que han sido motivo de preocupación para psicólogos y sacerdotes de todos los cultos. La personalidad es energética. Se forma durante los primeros 7 años de vida y se fortalece por las experiencias de la vida. En el Occidente acostumbramos educar a nuestros niños desde los 3 años de edad, cuando se le da ingreso al kindergarten. En el Oriente se le da importancia a su educación desde el nacimiento. El gnosticismo considera que se influye en la criatura desde antes de la gestación. Si a la futura madre se le prodigan atenciones especiales y se le evitan disgustos y situaciones molestas, esto repercutirá favorablemente en la criatura aunque ésta no se haya gestado, ya que la pareja está preparando el ambiente psíquico y moral propicio, que influirá poderosamente en la próxima gestación. Dice Samael Aun Weor: “Sólo cuando viven ADÁN-EVA en un estado AUTO ENALTECEDOR, edificante y esencialmente dignificante, se produce aquel intercambio de fuerzas anímicas a través de cada célula, que realmente logran engendrar una hermosa criatura y anímicamente dichosa”. Es propiamente inconcebible que el hombre como ganadero, agricultor o jardinero que cuida con el mayor esmero el producir los mejores ejemplares de bestias y los frutos y plantas más bellos, fragantes y abigarrados, mediante la selección y cruce de los más selectos productos y semillas, excluya por lo general en la propia generación de su especie aquellas precauciones con diligencia y atención. El gnosticismo revolucionario informa que es posible escoger y determinar voluntariamente el sexo de la criatura; esto es posible cuando la LEY DEL KARMA lo permite (ley que estudiaremos en futuras exposiciones). En la imaginación de todo hombre existe siempre el prototipo viviente de una belleza ideal femenina. En la imaginación de toda mujer no deja siempre de existir algún príncipe azul; eso está ya demostrado... Si en el instante mismo de la unión amorosa predomina el anhelo masculino, el futuro del amor será hembra... Si en ese momento preciso resulta mayor el anhelo femenino, la criatura será hombre. Basados en este principio podemos formular así: si ambos, ADÁN-EVA, se ponen de acuerdo para crear, es obvio que pueden determinar voluntariamente el sexo de la criatura. Si en el instante trascendental, marido y mujer en mutuo acuerdo psicológico, anhelan de verdad un hijo varón, el resultado manifiesto sería un niño. Si en el momento maravilloso de la unión metafísica, El y Ella quisieran ardientemente una hija, el resultado sería una niña. Escrito está con carbones encendidos en las páginas del libro de la vida, que toda concepción se realiza bajo las influencias cósmicas de la Luna en Cáncer. Se sabe que de los cuarenta y ocho cromosomas ( 46 para la medicina oficial) del espermatozoo, dos son sexuales, uno masculino y otro femenino, representados por Y X, respectivamente. En el óvulo femenino, existe la misma proporción, con la diferencia que ambos cromosomas son femeninos: XX. Cuando ambas células se unen, sacrifican cada una la mitad de los cromosomas, incluyendo uno sexual. Esta operación matemática da como resultado el mismo total de cuarenta y ocho cromosomas originales, de los cuales, dos sexuales determinan si quien viene a la escuela de la vida es hombre o mujer. Si el zoospermo perdió el cromosoma Y quedaron dos X X y por lo tanto quedó definido el sexo femenino. Si en cambio el que ha desaparecido es un cromosoma X en la célula masculina, en unión con el gameto femenino resultarán X Y, determinante del sexo masculino. Los poderes de la imaginación y la voluntad unidos en vibrante armonía, son utilizados por esposo y esposa, lo cual repercute en última instancia en la selección de los cromosomas sexuales de la célula fecundante. Sin embargo, no está de más repetir que esto se realiza de acuerdo con la Ley del Karma. El llamado susto de embarazo es algo que no debemos pasar por alto. Recordemos el relato bíblico de Jacob: Al negociar él con su pariente Labán que todas las crías del ganado de éste que tuvieran determinadas pintas, pasarían a propiedad del primero, Jacob se las ingenió colocando en los corrales varas en determinadas posiciones caprichosas, a fin de que las crías nacieran con las pintas deseadas. Ya que sus madres eran obligadas a que su sobrino le llevara ventaja con las crías, concertó negocios a la inversa y sólo bastó que Jacob quitara sus arreglos para seguir enriqueciéndose a costa del desprevenido tío. Si en el animal se realiza este fenómeno, con mayor razón en el ser humano, que siendo parte integrante de la Naturaleza, ha sido además dotado de inteligencia y de otros tantos poderes con los cuales puede realizar prodigios insospechados. El poder de la imaginación bien encausado aún no es conocido ni mucho menos desarrollado por la mayoría de los seres humanos. No tiene nada que ver con la mal llamada imaginación subjetiva, eso de “echar a volar” la imaginación inconscientemente, sin ninguna dirección y sin resultados positivos. Dice Waldemar: “Consigna las especiales agitaciones del ánimo que obran sobre el tierno fruto que se halla en el vientre materno. Pero de manera singular, jamás se ha detenido lo bastante en cuenta de qué inmensa importancia es una influencia psíquica sobre el feto. Ya una simple sugestión de objetos puede acarrear una transformación física del mismo”. “En la antigüedad –continúa diciendo Waldemar– se extraía la correspondiente consecuencia del susto de las mujeres; podía entrañar resultados negativos, pero también positivos. Así nos manifiesta Capian que las mujeres de Esparta daban a luz a criaturas extraordinariamente bellas y bien constituidas, debido a que tenían a la vista, en sus dormitorios, estatuas de Apolo, Jacinto, Narciso y los Dioscuros, y además disfrutaban durante su embarazo de la música de arpas y flautas”. “También se imponían a los maridos espartanos que durante el embarazo de sus mujeres no mostrasen jamás un semblante ceñudo o malhumorado, sino siempre satisfecho. Heliodoro cuenta que de una pareja de cónyuges espantosamente feos nació un vástago extraordinariamente hermoso, debido a que la madre tuvo siempre ante sí, en su dormitorio, una maravillosa estatua de tamaño natural de Adonis. También el tirano de Chipre, mal conformado y feo, fue no obstante padre de muchachitos sorprendentemente lindos, debido a haber hecho ornar el dormitorio con radiantes figuras de divinidades”. También un crítico de espíritu tan penetrante como Lessing manifiesta muy expresivamente que en especial las artes plásticas, aparte del infalible influjo que tienen sobre el carácter de la nación, son capaces de una acción que precisa un control más próximo del estado. “Si bellos seres crean bellas estatuas, estas obran de nuevo sobre aquellos, y el Estado ha de agradecer a las bellas estatuas, los bellos ciudadanos”. Necesario es regresar al punto de partida original y cultivar con singular anhelo la belleza del espíritu. La recámara nupcial debe convertirse en el Templo del Arte; ella es en sí misma el centro magnético del amor... Las mujeres de la santa predestinación no deben perder jamás la capacidad de asombro. Contemplad, ¡OH hijas de Venus¡, las divinales esculturas de vuestra habitación a fin de que el fruto de vuestro amor sea realmente bello. Es absurdo afirmar que los siete millones de zoospermos, en competencia loca, trata cada uno de llegar primero, y cualquiera de ellos indistintamente logra fecundar el óvulo. Es incuestionable que el zoospermo fecundante capaz de entrar en el óvulo posee una fuerza mayor, contra todos los conceptos en boga no está de más enfatizar la idea de que la dinámica del zoospermo afortunado se debe a la unión psíquica entre éste y la ESENCIA que espera en el umbral de la vida. No hay en la vida fuerzas más impelentes en su expresión que el que hacen los gérmenes masculinos y femeninos por encontrarse. Cuando el zoospermo se une con el óvulo, comienza la gestación. Los cuarenta y ocho cromosomas de la célula gestada, nos hablan claro acerca de las cuarenta y ocho leyes que rigen el organismo humano. Los cromosomas se dividen en genes. Varios miles de estos constituyen un cromosoma. La total constitución del organismo humano está determinada por los genes. Estos son muy difíciles de estudiar porque están constituidos por pocas moléculas. Vibran rápidamente y vienen a constituir una zona interna entre el mundo molecular y celular. Es maravilloso el trío que inicia nuestra vida: concepción, gestación, nacimiento. Resulta asombroso pensar que el hombre comienza como sólo una célula, sujeto al veloz tiempo de las células y viviendo en el mundo de las mismas. Los procesos internos que inician la concepción son tremendamente veloces, pero conforme transcurre el tiempo, este último se va volviendo más lento. Todos los procesos orgánicos se hacen más lentos. Realmente existe la relatividad del tiempo. La gestación humana dura 10 meses lunares, la infancia 100 meses lunares, la vida, poco más o menos 1.000 meses lunares. No está de más afirmar que la ESENCIA sólo viene a penetrar en el cuerpo físico en el instante que hacemos nuestra primera inhalación. Durante el curso de la existencia, diferentes tipos de energías fluyen por el organismo humano. Cada tipo de energía se manifiesta a su tiempo. A cuatro meses y medio de concepción se manifiesta la fuerza motriz y muscular; esto va relacionado con el inicio de la función respiratoria y pulmonar. A los diez meses y medio, el crecimiento con todos sus maravillosos metabolismos y los tejidos conjuntivos. Entre los dos y tres años se cierra la fontanela de los niños, quedando de hecho el sistema cerebro espinal perfectamente formado. Es aquí donde la mayor parte de los niños pierden la clarividencia, pues antes de esta edad todos los infantes tienen el poder en actividad. Por eso debería ser la educación del niño, en este período, muy especial, aplicando los modernos sistemas de psicología y pedagogía que necesariamente en esta era científica deben conocer los padres para la formación correcta de la personalidad del infante. A los catorce años aparece la energía pasional fluyendo avasalladoramente por el sistema neuro simpático; a los treinta y cinco años aparece el sexo en su forma trascendental de emoción creadora. La personalidad se fortalece de acuerdo a las experiencias de la vida. La personalidad es hija de su tiempo y muere con su tiempo. Es extraordinario pensar que después de unos ochenta años termina la vida humana sobrecargada de recuerdos. La personalidad tiene más resistencia que el cuerpo vital y físico, pues cuando éstos se han desintegrado, después de la muerte, aquélla continúa sujeta a sus recuerdos y costumbres. La personalidad penetra en el sepulcro. Sale de él para deambular por el cementerio o cuando sus dolientes le llevan flores. Algunas veces, impulsada por obsesiones muy poderosas, se materializa inconscientemente, como sucedió con la dama de nuestro relato. La personalidad es energética y atómica. Es perecedera. Puede durar muchos años, mayormente si en vida era de comportamiento recio. Las personalidades fuertes, como la de un militar, o la de un ejecutivo, tardan más en desintegrarse. Lo que continúa: Aquello que continúa es la ESENCIA y el YO PSICOLÓGICO PLURALIZADO. Este último es legión de defectos. Todo ello constituye el fantasma del muerto, el que corrientemente se llama cuerpo astral. Con relación a la palabra Astral, no queremos sentar bases por ahora, pues deseamos evitar confusiones y llevar a nuestros estudiantes en forma ordenada y progresiva. Lo mismo decimos acerca de la Esencia y el Yo pluralizado. Preferimos decir por ahora, el fallecido. Cuando el individuo muere, dijimos que sigue en un estado de conciencia lunar, más claramente inconsciencia. El fallecido cree que está vivo. Si alguien le dice que está muerto se queda viendo con ojos de sonámbulo y no cree, pues sigue viéndose su cuerpo y tocándose. Todo a su alrededor lo ve de igual forma, pues ignora que la quinta dimensión es una réplica exacta de nuestro mundo tridimensional, compuesta de un tipo de materia imperceptible a los ojos físicos. El fallecido inconscientemente sigue viviendo aquí mismo, pero sin cuerpo físico, realizando sus mismos actos, trabajos y hábitos. Se acuesta en la misma cama, se sienta en su silla preferida y a la hora de siempre, se acerca a la mesa a comer. Llega al trabajo con la puntualidad de siempre. Todo esto lo realiza, no con el fin de asustar a nadie, sino porque sigue creyendo que está vivo. Algunas personas psíquicamente predispuestas ven al fallecido, ya que momentáneamente se les ha puesto en rotación el chakra pituitario. Los parientes al soñar con el fallecido, realmente se encuentran con él en la quinta dimensión, en iguales condiciones, con la diferencia que uno está sin cuerpo y que el otro tiene su cuerpo reposando en su propia cama y unido a éste por medio del “cordón plateado”. En futuras exposiciones profundizaremos sobre este tema. Práctica de concentración sobre el cuerpo vital. Escoge una posición cómoda, la que prefieras. Relájate. Haz un promedio de respiraciones profundas, pero no las cuentes; como te indicamos en las lecciones anteriores. Cuando hayas terminado tu trabajo de respiraciones, preparatorios para las prácticas, visualizarás tu fondo vital, con tu imaginación creadora. Este es de color azulado y penetra y compenetra al cuerpo físico. Es llamado también cuerpo vital. Atentamente, El Instructor