CON PUNTO DE ACUERDO, A FIN DE QUE EN EL PROYECTO DE PRESUPUESTO DE EGRESOS DE LA FEDERACIÓN DE 2011 SE CONSIDEREN RECURSOS PARA CREAR UN CENTRO DE REINSERCIÓN SOCIAL EN EL ESTADO DE MÉXICO, A CARGO DEL DIPUTADO VÍCTOR HUMBERTO BENÍTEZ TREVIÑO, DEL GRUPO PARLAMENTARIO DEL PRI El suscrito, integrante del Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional en la LXI Legislatura, con fundamento en los artículos 58 a 60 del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos somete a consideración de esta soberanía proposición con punto de acuerdo por el que se solicita que se asignen suficientes recursos al estado de México con la finalidad de construir un centro penitenciario en el distrito judicial de Otumba. Antecedentes Único. La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos regula en el artículo 18 todo lo concerniente al sistema penitenciario, como garantía de que todo individuo debe gozar. Señala lo siguiente: Artículo 18. Sólo por delito que merezca pena privativa de libertad habrá lugar a prisión preventiva. El sitio de ésta será distinto del que se destinare para la extinción de las penas y estarán completamente separados. El sistema penitenciario se organizará sobre la base del trabajo, la capacitación para el mismo, la educación, la salud y el deporte como medios para lograr la reinserción del sentenciado a la sociedad y procurar que no vuelva a delinquir, observando los beneficios que para él prevé la ley. Las mujeres compurgarán sus penas en lugares separados de los destinados a los hombres para tal efecto. La federación, los estados y el Distrito Federal podrán celebrar convenios para que los sentenciados por delitos del ámbito de su competencia extingan las penas en establecimientos penitenciarios dependientes de una jurisdicción diversa. La federación, los estados y el Distrito Federal establecerán, en el ámbito de sus respectivas competencias, un sistema integral de justicia que será aplicable a quienes se atribuya la realización de una conducta tipificada como delito en las leyes penales y tengan entre doce años cumplidos y menos de dieciocho años de edad, en el que se garanticen los derechos fundamentales que reconoce esta Constitución para todo individuo, así como los derechos específicos que por su condición de personas en desarrollo les han sido reconocidos. Las personas menores de doce años que hayan realizado una conducta prevista como delito en la ley sólo serán sujetas a rehabilitación y asistencia social. La operación del sistema en cada orden de gobierno estará a cargo de instituciones, tribunales y autoridades especializados en la procuración e impartición de justicia para adolescentes. Se podrán aplicar las medidas de orientación, protección y tratamiento que amerite cada caso, atendiendo a la protección integral y el interés superior del adolescente. Las formas alternativas de justicia deberán observarse en la aplicación de este sistema, siempre que resulte procedente. En todos los procedimientos seguidos a los adolescentes se observará la garantía del debido proceso legal, así como la independencia entre las autoridades que efectúen la remisión y las que impongan las medidas. Éstas deberán ser proporcionales a la conducta realizada y tendrán como fin la reintegración social y familiar del adolescente, así como el pleno desarrollo de su persona y capacidades. El internamiento se utilizará sólo como medida extrema y por el tiempo más breve que proceda, y podrá aplicarse únicamente a los adolescentes mayores de catorce años de edad, por la comisión de conductas antisociales calificadas como graves. Los sentenciados de nacionalidad mexicana que se encuentren compurgando penas en países extranjeros podrán ser trasladados a la república para que cumplan sus condenas con base en los sistemas de reinserción social previstos en este artículo, y los sentenciados de nacionalidad extranjera por delitos del orden federal o del fuero común podrán ser trasladados al país de su origen o residencia, sujetándose a los tratados internacionales que se hayan celebrado para ese efecto. El traslado de los reclusos sólo podrá efectuarse con su consentimiento expreso. Los sentenciados, en los casos y condiciones que establezca la ley, podrán compurgar sus penas en los centros penitenciarios más cercanos a su domicilio, a fin de propiciar su reintegración a la comunidad como forma de reinserción social. Esta disposición no aplicará en caso de delincuencia organizada y respecto de otros internos que requieran medidas especiales de seguridad. Para la reclusión preventiva y la ejecución de sentencias en materia de delincuencia organizada se destinarán centros especiales. Las autoridades competentes podrán restringir las comunicaciones de los inculpados y sentenciados por delincuencia organizada con terceros, salvo el acceso a su defensor, e imponer medidas de vigilancia especial a quienes se encuentren internos en estos establecimientos. Lo anterior podrá aplicarse a otros internos que requieran medidas especiales de seguridad, en términos de la ley. En la anterior trascripción se advierten varias consideraciones que fundamentan la presente proposición con punto de acuerdo: • Sólo por delito que merezca pena privativa de libertad habrá lugar a prisión preventiva. • El sitio de la prisión preventiva será distinto del que se destinare para la extinción de las penas y estarán completamente separados. • El sistema penitenciario se organizará sobre la base del trabajo, la capacitación para éste, la educación, la salud y el deporte como medios para lograr la reinserción del sentenciado a la sociedad y procurar que no vuelva a delinquir, observando los beneficios que para él prevé la ley. • Las mujeres compurgarán las penas en lugares separados de los destinados a los hombres para tal efecto. • Los sentenciados, en los casos y las condiciones que establezca la ley, podrán compurgar las penas en los centros penitenciarios más cercanos a su domicilio, a fin de propiciar su reintegración a la comunidad como forma de reinserción social. • El punto anterior no aplicará en caso de delincuencia organizada y respecto de otros internos que requieran medidas especiales de seguridad. Consideraciones Primera. Las cárceles en el país están sobrepobladas, en virtud de que no hay espacios suficientes para albergar a los procesados y a los sentenciados, ni se tiene una verdadera clasificación de éstos, lo cual impide cumplir lo establecido en el artículo 18 constitucional, ocasionando que el sistema penitenciario se encuentre colapsado, aunando al hecho de que en la mayoría de los penales estatales se encuentran internadas personas que están siendo procesadas, incluso ya sentenciadas, por delitos del fuero federal, contraviniendo la norma constitucional. Dicha particularidad de las cárceles mexicanas abona en gran medida a la sobrepoblación de las cárceles de las entidades federativas y a la contaminación de internos, teniendo como resultado diversas incidencias penitenciarias, como intentos de fuga, fugas, motines, riñas, comisión de diversos delitos, como homicidio, lesiones, robo o violación, suicidios, huelgas de hambre o enfrentamiento entre cárteles del narcotráfico y nuevas composiciones de células del crimen organizado en los propios penales. Se aúna el hecho de la corrupción que impera en los centros penitenciarios, como ocurrió últimamente en el penal de Gómez Palacio, Durango, en el que la directora permitía a sicarios procesados salir por la noche a delinquir, o la fuga de 86 reos en Reynosa Tamaulipas, con la complicidad de las propias autoridades y el personal de custodia. Segunda. El estado de México es la segunda entidad federativa, sólo superada por el Distrito Federal, con mayor población interna en el país, incluso tiene más que 10 estados de la república juntos. Tiene una población actualizada al 19 de octubre de 2010 de 18 mil 456 internos, de los que 17 mil 8 corresponden a población del fuero común y mil 448 a población del fuero federal. En más de 10 años, la población penitenciaria en el estado de México ha tenido un crecimiento desorbitado. La capacidad instalada de los centros de reclusión en el estado de México es de 10 mil 379 personas pero, como ha quedado señalado, la población actual es de 18 mil 456 internos; es decir, hay una sobrepoblación de 8 mil 77 internos, lo que corresponde a 78 por ciento de sobrepoblación en el estado. La infraestructura del sistema penitenciario está compuesta por 22 inmuebles para reclusión, con las siguientes particularidades: • 7 superan 100 años; • 3, de 76 a 98 años; • 2, con más de 40 años; • 7, de 11 a 27 años; • 3 presentan una operación menor de 10 años; Asimismo: • 13 están adaptados para funcionar como centros de reclusión; • 9 de éstos son antiguas cárceles municipales situadas en los palacios; y • Únicamente 9 inmuebles fueron diseñados y construidos para operar como centros preventivos y de readaptación social. Por todo lo anterior, se puede concluir que la sobrepoblación penitenciaria es un problema grave en el estado de México, lo que tiene como consecuencia la vulneración de derechos individuales consagrados en el artículo 18 constitucional, dificultando la reinserción del sentenciado a la sociedad, además de que vulnera la seguridad de los centros, y propicia condiciones de internamiento indignas para las personas. Tercera. El gobierno del estado de México ha efectuado las acciones correspondientes para ampliar la infraestructura penitenciaria, realizando el desarrollo de los estudios y proyectos correspondientes para tres centros penitenciarios con premisas visionarias de diseño y operación, generando con ello modelos únicos en su tipo y que marcarán una etapa de modernidad y vanguardia en el sistema penitenciario del estado de México, con la filosofía que alienta la reforma constitucional del 18 de junio de 2008, con generalidades homologadas para la cobertura de los siguientes rubros: 1. Humanización de espacios para la reinserción social. 2. Diseño de seguridad con tecnología de vanguardia. 3. Autosustentabilidad ambiental. 4. Bajo costo de operación y de mantenimiento. 5. Particularidades de cada proyecto. No obstante lo anterior, como se advierte, la estructura penitenciaria en el estado de México no es suficiente para albergar a todos los sentenciados y los procesados que se encuentran internos, debido principalmente a la sobrepoblación, como se ha indicado. Por ello es necesario contar con mucho más recursos para destinarlos a la construcción de más inmuebles penitenciarios, para cumplir la norma constitucional. No hay que olvidar que el sistema penitenciario mexicano descansa sobre la base del trabajo, la capacitación para éste, la educación, la salud y el deporte como medios para lograr la reinserción del sentenciado a la sociedad y procurar que no vuelva a delinquir, por lo que las entidades federativas y la federación tienen la obligación de cumplir dicha disposición. Igualmente, no debe pasar inadvertida la distinción constitucional, que obliga a que el sitio de la prisión preventiva sea distinto del de la extinción de las penas, los cuales deberán estar completamente separados, obligación que no se cumple cabalmente en el país, debido obviamente a la falta de capacidad de espacio por la falta de edificaciones para albergar separadamente a los procesados y a los sentenciados. Además, el texto constitucional también obliga a las autoridades a que los sentenciados, en los casos y con las condiciones que establezca la ley, podrán compurgar las penas en los centros penitenciarios más cercanos a su domicilio, a fin de propiciar su reintegración a la comunidad como forma de reinserción social. Por ello, en lo posible, deben crearse centros penitenciarios cercanos a las comunidades para hacer efectiva esta garantía. En ese sentido y a efecto de cumplir la disposición constitucional, citadas en los párrafos anteriores, se solicita respetuosamente a la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública que asigne 600 millones de pesos a fin de construir un centro varonil en Otumba para la ejecución de las penas de sentenciados estatales. Por lo expuesto, someto a su consideración el siguiente Punto de Acuerdo Único. Por el que se exhorta a la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública a asignar en el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación de 2011 recursos de hasta 600 millones de pesos para crear un centro de reinserción social en el estado de México. Palacio Legislativo de San Lázaro, a 28 de octubre de 2010. Diputado Víctor Humberto Benítez Treviño (rúbrica)