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LOS DERECHOS HUMANOS EN EL DEPARTAMENTO DE
ARAUCA
ARAUCA
VICEPRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA
PROGRAMA PRESIDENCIAL DE DERECHOS HUMANOS
Y DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO
VICEPRESIDENCIA DE LA REPUBLICA
Director: Carlos Franco E.
Coordinador Área de Políticas y Coordinación Interinstitucional: Tomas Concha
Coordinadora Observatorio de Derechos Humanos: Ana Silvia Linder
Diseño carátula: Patricia Lora
Diagramación: Patricia Lora
ARAUCA
El presente texto pretende realizar una aproximación a la situación del conflicto en el
departamento de Arauca y sus efectos sobre los derechos humanos y el Derecho
Internacional Humanitario. Con este propósito se han tomado múltiples registros y bases de
datos, tratando de establecer una relación entre la intensidad del conflicto y otras
manifestaciones de violencia y su incidencia a grupos humanos como sindicalistas,
servidores públicos y población indígena.
Sienta, en primer lugar, los antecedentes de la zona y de presencia de los actores armados
y señala su actual dispositivo; toma el conflicto y muestra algunas características de su
evolución; señala el comportamiento del homicidio y el secuestro en el departamento por
municipio tratando de establecer su relación con el conflicto armado y sus características y
definir posibles grupos vulnerables; realiza una aproximación a la situación municipal
tratando de determinar las similitudes y diferencias de las situaciones en el departamento;
y, finalmente, establece conclusiones y anexos que resumen y soportan la mayor parte del
texto.
Evolución del
conflicto armado
Antecedentes y grupos armados irregulares:
Durante la época de La Violencia en los años cincuenta, el departamento de Arauca contó
con una importante presencia armada, cuyo eje de acción era, principalmente, los actuales
departamentos de Casanare y Meta. La mayor parte de la militancia de entonces se
desmovilizó, pero los sectores que fueron derivando hacia la izquierda - entre ellos el
Capitán Veneno - se replegaron hacia las zonas de los ríos Duda y Guayabero en los
municipios de Mesetas y La Uribe, que luego se transformaron en zonas de influencia de las
FARC. Por otro lado, otros sectores influenciados por los movimientos de izquierda en
América Latina, como Tulio Bayer y “Minuto” Colmenares, intentaron reorganizar la lucha
guerrillera en los llanos inspirados en el castrismo, pero fracasaron en su intento. [1]
La nueva violencia
A lo largo de la década de los setenta, el ELN se logró ubicar en Arauca a pesar de las
continuas crisis. El primer gran dispositivo dispuesto por esta organización, que tenía como
eje de expansión el Magdalena Medio, sur de Bolívar y nordeste antioqueño, se había visto
truncado a partir de los grandes operativos en su contra durante 1973, en especial el de
Anorí, que significaron la muerte de parte importante de su dirigencia y la disminución y
repliegue militar de sus frentes.
Las crisis internas posteriores, los llevaron a posturas de intolerancia por supuesta
infiltración, especialmente en lo urbano y lo debilitaron en lo militar en extremo hacia 1977 y
1978, cuando dicha organización llegó a contar con tan sólo 30 miembros. A partir de esa
crisis el ELN se planteó un nuevo modelo de organización: “Comenzamos a pensar en las
zonas petroleras, en las áreas atravesadas por vías de comunicación importantes entre
ciudades y en cómo caracterizar cada área” [2].
Sin embargo, luego de la desbandada de algunos militantes del ELN, muchos de ellos de
Arauca, regresaron a su tierra y organizaron una estructura casi independiente que luego se
transformaría en el frente Domingo Laín. Ese carácter independiente seguirá marcando su
accionar y su posición en los años venideros.
Con la toma de Betoyes en 198, el frente Domingo Laín hizo su aparición pública, luego más
notoria a partir de los secuestros a ganaderos y el desarrollo de la extorsión a firmas y
contratistas petroleros. Pero la formación del frente Domingo Laín había sido muy anterior.
Según textos, este frente tuvo un período de preparación de 14 años, estructurado a partir
de organizaciones agrarias en el departamento y el desarrollo de paros cívicos en el Sarare.
[3]
La presencia del Domingo Laín en Arauca, a partir del desarrollo de luchas agrarias, pronto
es determinada por la explotación petrolera, tema fácilmente abordable por el ELN debido a
una tradición de presencia armada en las zonas petrolíferas del Magdalena Medio, como los
municipios de Cimitarra y Barrancabermeja, especialmente. Hacia 1984 la situación petrolera
se plantea como prioridad en la agenda del ELN. Manuel Pérez, entonces máximo
representante del Comando Central, al respecto afirmó: “Hacia el año de 1984, comienzan a
producirse una serie de hechos en los cuales nosotros vamos a tener una participación más
activa dado el nivel de incidencia y crecimiento que hemos alcanzado en algunas regiones.
Con el descubrimiento de los pozos petroleros de Caño Limón y Cravo Norte y las
negociaciones que se realizan en torno a ellas nosotros comenzamos a plantearnos el
problema petrolero ya a definir una política soberana para la explotación de ese recurso.
Para nosotros la cuestión petrolera no era cosa nueva, si usted recuerda, nosotros habíamos
surgido precisamente al calor de las luchas petroleras de Santander y estuvimos muy ligados
a los conflictos que se fueron dando en Barranca con la explotación petrolera” [4]
En la década de los ochenta el entonces poderoso y casi hegemónico frente Domingo Laín,
desarrolló la principal actividad guerrillera en Arauca situación predominante hasta 1998, año
en el cual se empieza a manifestar un ascenso de la presencia de las FARC. Durante ese
período la actividad armada se desarrolló en todos los municipios del departamento, en
especial en Tame, Saravena y Arauquita, y tiene como principal componente durante 19861987 el contacto armado, la emboscada y el ataque a la infraestructura, este último
importante por el inicio de los ataques al oleoducto.
En el año de 1988 la emboscada empieza a perder importancia, como en el resto del país, y
se da un aumento en el ataque a la infraestructura, tanto al oleoducto Caño Limón-Coveñas
como a las empresas contratistas. Ese mismo año y 1989 registran el nivel más bajo de
actividad militar por parte de las FARC, principalmente en los municipios de Tame y
Arauquita. Precisamente es Tame el municipio que concentra la mayor actividad armada.
A partir de 1990 empieza un crecimiento sostenido de la intensidad del conflicto, que
coincide con un aumento de la actividad armada adelantada por las FARC a lo largo de la
Cordillera Oriental. Las FARC logran, a partir de ese momento, extender su presencia a
municipios limítrofes con Arauca que comportan la misma dinámica como Hato Corozal y Paz
de Ariporo en Casanare.
En desarrollo de la Operación Centauro, el Ejército Nacional retoma la iniciativa y emprende
fuertes operativos concentrados en contra del estado mayor del bloque Oriental de las FARC,
operativo que en su segunda fase deriva en el ataque a La Uribe el 9 de diciembre de 1990.
Como consecuencia de lo anterior, la actividad militar de las FARC se traduce en una mayor
movilidad de los frentes hasta ese momento concentrados alrededor de su campamento
principal y el consecuente copamiento de parte importante de la Cordillera Oriental, en
especial en la zona correspondiente a los departamentos de Cundinamarca, Boyacá,
Casanare y Arauca.
Durante dos años, 1991 y 1992, algunas de las acciones en Arauca son ejecutadas de
manera coordinada por las FARC y el ELN, y son registradas como acciones de la
coordinadora guerrillera Simón Bolívar, situación que coincide con el desarrollo de
conversaciones durante el período de Cesar Gaviria Trujillo [5].
Para el período comprendido entre 1992 y 1993, la presencia geográfica de las FARC es más
extensa, cubre cuatro municipios del departamento de Arauca y todo el piedemonte de
Casanare. El ELN, por su parte, sostiene una elevada actividad
en casi todo el
departamento, en especial en Tame, mientras que en Casanare se restringe a la zona de
influencia de Cupiagua en un intento por repetir la experiencia petrolera de Arauca. Durante
este tiempo los contactos armados, los hostigamientos y las emboscadas son el principal
componente de la actividad armada, así como la destrucción de infraestructura es una
constante.
Entre 1994 a 1996 el conflicto se potencia de manera importante en la región. La Octava
Conferencia de las FARC determina avances estratégicos que pasan no sólo por el
afianzamiento del dispositivo en la Cordillera Oriental, sino a través de la determinación de
actuar en zonas de importancia económica que puedan significar, de manera adicional,
recursos para la organización como es el caso del petróleo en Arauca. Durante ese mismo
período el ELN tiene en el departamento su máxima expresión militar en la zona, teniendo
como pico de actividad 1995, año a partir del cual la dinámica de acción es creciente tanto
para las FARC como para los grupos desconocidos.
Durante los años posteriores, sobre todo a partir de 1998, las FARC empieza a ganar
importancia, y el Ejército inicia grandes operaciones en contra de la guerrilla en el
departamento. Por ejemplo, entre el 12 y el 20 de diciembre de 1998, y luego del aterrizaje
de una avioneta tipo Cessna en la carretera que de Santo Domingo conduce a Pueblo Nuevo,
se producen una serie de hechos violentos. La avioneta, luego de su aterrizaje, descarga
elementos para la guerrilla de las FARC, situación de la que se percatan los pilotos de la
FAC, quienes comunican al Ejército Nacional los eventos. En desarrollo de operaciones
militares, el Ejército se desplaza hacia la zona y se producen cruentos combates. Al otro día,
el 13 de diciembre, la FAC inicia acciones de apoyo a la fuerza en tierra a través de
bombardeos que afectan al parecer gravemente a la población civil del casco urbano de
Santo Domingo. Como resultado 14 civiles mueren y 20 resultan heridos.
El año siguiente, en febrero de 1999, las FARC secuestran y luego asesinan a tres
indigenistas norteamericanos que desarrollaban labores de apoyo a la comunidad indígena
Uwa, como parte de un conflicto determinado por la exploración y posible explotación de
yacimientos petroleros en la zona c onocida como el Bloque Samoré, en límites de los
departamentos de Arauca, Norte de Santander y Boyacá. El crimen, inicialmente negado por
las FARC, fue luego asumido como un error que daría lugar a sanciones internas, que al día
de hoy no se conocen.
Como respuesta, el Ejército desarrolla durante varios meses del 2000 y el 2001 la Operación
Némesis en la que se producen múltiples combates. Sin embargo, la guerrilla parece
replegarse, de alguna manera, y el gran dispositivo no la debilitó ni permitió la captura de
los responsables de este crimen y, por el contrario, el 2001 aparece como el año en el que
se presentó la mayor cantidad de voladuras al oleoducto Caño Limón-Coveñas.
El aumento del homicidio, la presión de la guerrilla sobre el oleoducto y las compañías
petroleras, llevó al Gobierno a alentar la creación de la Zona de Rehabilitación en el
departamento con un importante apoyo del gobierno de los Estados Unidos de cerca de 98
millones de dólares. A pesar de la baja en los atentados contra el oleoducto, la seguridad en
Arauca no ha mejorado, la intensidad del conflicto sigue aumentando y la situación parece
empeorar con la aparición de los grupos de autodefensa y el aumento de la disputa y la
exacerbación de las conductas.
Las autodefensas
La frontera natural con el Casanare se había convertido en una frontera social y geográfica
que determinaba diferencias sustanciales en los modos de propiedad de la tierra, niveles de
organización social, carácter y origen de la población y actividades económicas. El
narcotráfico ha sido uno de los factores que ha ido generando una convergencia de las zonas,
ya no sólo geográfica sino económica y, en consecuencia, se ha ido perfilando una similitud
en los intereses, el perfil de los actores y el desarrollo del conflicto.
La aparición de sembradíos de coca hacia 1999 fue el detonante para que las organizaciones
de autodefensa se decidieran, definitivamente, a entrar al departamento con el fin de hacerse
a las millonarias ganancias que deja dicha actividad, fuertemente concentrada en Tame con la
enorme ventaja de estar ubicada cerca de la frontera.
El bloque Vencedores de Arauca de las AUC ingresó a Arauca desde Casanare, municipios de
Hato Corozal y Paz de Ariporo, en donde han concentrado desde 1992 un importante
destacamento para proteger los laboratorios, fincas y sembradíos de coca de la región, así
como extensas fincas ganaderas y arroceras. Contrario a lo sucedido en anteriores ocasiones,
este despliegue les permitió establecer bases en territorio de Arauca, en especial en los
municipios del sur del departamento: Tame, Puerto Rondón y Cravo Norte, así como ejercer
presión en las cabeceras municipales de Saravena y Fortul.
En ocasiones anteriores, en Saravena Los Capuchos en los años 1993 y 1994 habían intentado
consolidarse en el casco urbano de dicha localidad. Pero la presión de la comunidad y las
denuncias hicieron que el intento fracasara. Algo similar sucedió en 1996 y 1997 con la
llamada Convivir El Corral, en el municipio de Arauca, que luego de múltiples denuncias fue
desarticulada y algunos de sus miembros puestos en prisión.
En el 2000 se anunció el ingreso de las AUC a Arauca, y a partir del mes de julio, la amenaza
empezó a traducirse en el continuo homicidio de campesinos, líderes agrarios y comunitarios
así como periodistas. El bloque Vencedores de Arauca inició una actividad a partir del
sicariato en poblaciones como Tame, Cravo Norte y Puerto Rondón,con eventos como el
homicidio del congresista Octavio Sarmiento, la cual reforzó con despliegues militares desde
Casanare caracterizados por la incursión por algunos días y luego retiro a Casanare o a Puerto
Rondón y Cravo Norte.
La proximidad de estos municipios al Casanare de alguna manera logra explicar una mayor
posibilidad de acción de las agrupaciones de autodefensas, pero no lo hace de manera
completa, porque es definitivamente la coca el paso de Arauca a convertirse en un
departamento cocalero en el cual se siembra, procesa y trafica, siendo en este sentido Tame
el municipio más sobresaliente.
[1] Oquist Paul, op. Cit., Pág. 289
[2] Medina Gallego Carlos, ELN: una historia contada a dos voces” Relato de Nicolás Rodríguez
Bautista, Bogotá, Rodríguez quito editores, Pág. 142.
[3] Uno de los fundadores fue Raimundo Cruz quien había tenido continua relación con sectores
urbanos luego vinculados al ELN. Medina Gallego, op. Cit.
[4] Medina Gallego, op. Cit, Entrevista a Manuel Pérez Pág. 211 y 212
[5] Diálogos adelantados entre la CGSB y el Gobierno Nacional en tres fases, la primera de las
cuales se desarrolló en el departamento de Arauca, en el municipio de Cravo Norte.
Acciones armadas
En el departamento de Arauca hacen presencia las guerrillas del ELN, las FARC y diversos
grupos de autodefensa y las AUC, además de grupos del narcotráfico. Las FARC lo hacen a
través del bloque Oriental, con sus frentes 10, 45 y la columna móvil Alfonso Castellanos. El
pie de fuerza calculado para esta agrupación guerrillera en el departamento es de 900
combatientes aproximadamente. Esta estructura está bajo el mando de Germán Briceño
“Grannobles” y conforma un mini-bloque que se extiende hacia Boyacá y Casanare con los
frentes 56, 28 y 38.
El ELN, por su parte, hace presencia con estructuras del área ABC a través del frente
Domingo Laín y las compañías Simacota, Pomares, Pedro Arturo Tellez, Elacio Barón y
Alexis Villamizar , con cerca de 400 combatientes en Arauca, y el frente Adonay Ardila en la
Sierra Nevada del Cocuy con cerca de 120 hombres. Por su parte las autodefensas cuentan
aproximadamente con 500 hombres del bloque Vencedores de Arauca, grupo independiente
que inicialmente se presentó como perteneciente a las AUC, pero que en realidad constituye
una estructura autónoma fuertemente financiada por los mellizos Mejía, relacionados con el
narcotráfico.
En los años recientes el conflicto se ha venido escalando, y registra dos picos importantes,
en el 2001 y en el 2003. En ambos años los actos de sabotaje que afectan el oleoducto y la
infraestructura petrolera tienen una importante participación, aunque los pequeños hechos
bélicos, emboscadas, hostigamientos y contactos armados de menor dimensión son
altamente frecuentes en el departamento, especialmente en el norte.
El 2003 es llamativo, pues los datos presentados sólo llegan consolidados hasta el mes de
octubre, y si la tendencia continúa en el registro, podría ser el año con mayor intensidad del
conflicto en la historia del departamento, lo que sucede a pesar de la declaratoria de Zona
de Rehabilitación durante cerca de cinco meses.
EVOLUCION DE LA INTENSIDAD DEL CONFLICTO ARMADO EN ARAUCA – 1998-20031998
1999
2000
2001
2002
2003*
Total
general
ARAUCA
23
22
35
40
39
19
159
ARAUQUITA
26
51
56
44
41
67
216
CRAVO NORTE
5
8
3
5
6
0
27
FORTUL
7
7
14
22
10
16
60
PUERTO
RONDON
1
8
11
4
3
0
27
SARAVENA
26
36
75
104
80
77
321
TAME
18
21
32
33
39
46
143
106
153
226
252
216
225
953
TOTAL
GENERAL
Fuente: DAS, procesado Observatorio de DDHH y DIH
Vicepresidencia de la República (Tabla 1)
* Datos hasta el 31 de octubre del 2003
De acuerdo con la Tabla (1), Saravena es el municipio con mayor actividad bélica, seguido
de Arauca y Arauquita, es decir, los tres municipios en cuyos territorios se extiende el
oleoducto Caño Limón-Coveñas y más cercanos a la frontera venezolana. Por fuera de la
lógica del oleoducto se encuentra el municipio de Tame, con una importante actividad y
presencia guerrillera en su geografía, desde el plano, pasando por el piedemonte y hasta la
montaña, en donde la coca, la ganadería y el arroz son las principales actividades
económicas con un importante despliegue de las autodefensas desde el 2001.
Al observar el conjunto de incidentes que se han tomado para determinar la intensidad del
conflicto, se puede observar que aunque para el año 2002 la mejoría en las cifras es relativa,
en el 2003 sólo los hostigamientos y los enfrentamientos entre las AUC y las guerrillas
disminuyen.
Así mismo, en el 2001 se registra el primer enfrentamiento directo entre las agrupaciones de
autodefensas y la guerrilla en el departamento, registro que aumenta de manera importante
en el 2002 pasando a 6, respecto a 1 del año inmediatamente anterior, cifras que permiten ir
perfilando las dimensiones del nuevo conflicto.
Este nuevo conflicto está determinado de la siguiente manera:
•Disminución de los atentados en contra del oleoducto Caño Limón Coveñas con relación a
los niveles históricos, 42 en el 2002 y 33 a octubre 31 del 2003, respecto de 170 del 2001 y
96 del 2000.
•Altísima participación del sabotaje en el total de acciones interpretadas como intensidad
del conflicto, lo que incluye atentados contra la infraestructura eléctrica.
•Mayor importancia porcentual del contacto armado, que implica, de manera paralela, una
mayor iniciativa por parte del Ejército.
•Aumento de la confrontación directa entre guerrilla y autodefensas, para el período 20002002 y estancamiento en el 2003.
•Aumento de los retenes ilegales como medio de control por parte de los actores armados.
•Elevada importancia del hostigamiento como actividad para limitar el movimiento de la
Fuerza Pública.
•Reaparición de la emboscada en el 2003 como evento en la guerra.
•Sostenimiento de una importante presencia guerrillera en la zona rural y en los cascos
urbanos de Arauca, Fortul, Saravena y Arauquita.
•Fuerte presencia rural y urbana de las autodefensas en Tame, Cravo Norte y Puerto
Rondón.
•Tame como mayor punto de confrontación entre guerrilla y autodefensas.
•Aumento del papel protagónico de las FARC respecto del ELN y establecimiento de
coaliciones entre las guerrillas.
•Dominio limitado de las cabeceras municipales por parte de las autodefensas en Tame y
Arauca.
•Bajo nivel de choque y persecución de las autodefensas por parte de la Fuerza Pública.
•Presión sobre la población y crisis humanitaria.
INTENSIDAD DEL CONFLICTO ARMADO EN ARAUCA: COMPORTAMIENTO DEL TIPO DE ACCIONES
1998-2002
DESCRIPCION
TIPO INCIDENTE
1998
1999
2000
2001
2002
2003*
Total
general
Hostigamiento
30
63
95
95
80
47
362
Actos de sabotaje
52
59
87
84
54
82
336
Piratería terrestre
10
3
9
8
8
ND
38
Asalto entidad
2
0
2
2
2
ND
8
Ataque instalación
1
3
3
5
8
14
20
Emboscada
1
2
3
8
8
15
21
Contacto armado
10
23
23
42
46
62
140
Retén
0
0
4
7
10
5
21
Enfrentamiento
0
0
0
1
6
2
7
106
153
226
252
216
227
953
Fuente: DAS, procesado Observatorio de los DDHH Vicepresidencia de la República
*El 2003 registra eventos hasta el mes de octubre del 2003. No hay datos disponibles para asalto a entidad y piratería
terrestre
INTENSIDAD DEL CONFLICTO Y ACTORES- ARAUCA 1998-2003RESPONSABLE
1998
1999
2000
2001
2002
2003*
Desconocidos
18
30
49
15
13
55
180
ELN
28
34
54
55
25
28
224
FARC
46
57
76
131
106
103
519
Guerrilla no Identificada
14
32
47
49
60
24
226
Autodefensas
0
0
0
2
12
4
18
106
153
226
252
216
214
1167
Total general
Total
Fuente: DAS, procesado Observatorio de los DDHH Vicepresidencia de la República
*Datos a octubre del 2003
El aumento en la actividad de las FARC, con un enorme peso de las voladuras del oleoducto,
coincide con la intensificación de la actividad armada del ELN, cuyas acciones pasan de 28
en 1998 a 55 en el 2001, su máximo, con un descenso en el 2002 debido en parte al
desarrollo de acciones conjuntas con las FARC y, de otro lado, a la dificultad existente en
identificar quién realiza una acción específica.
Para efectos del presente informe se debe señalar el cambio de foco geográfico de la
actividad armada de la guerrilla en los últimos tres años, 2000 al 2003, en donde los
incrementos más significativos se han dado en las poblaciones de Saravena y Arauquita; sin
embargo, el conflicto en Tame es el que más ha evolucionado debido a la incursión de los
grupos de autodefensas.
Las autodefensas han ido adquiriendo protagonismo en el desarrollo del conflicto a partir del
año 2001, presencia que si bien es importante aún no lo determina en la totalidad del
departamento, ni señala que ejerza dominio exclusivo en ningún sector del departamento;
por lo demás en el 2003 hay una tendencia a la baja en el departamento.
El conflicto, desarrollo y características
Hit and Run (golpear y retirarse): Presión sobre la Fuerza Pública y minimización de
costos para la guerrilla: Hostigamientos, emboscadas, minas antipersonales y utilización de
explosivos como trampas.
Una de las acciones características en el departamento de Arauca es el acto de sabotaje,
cuyo objetivo central ha sido el oleoducto Caño Limón - Coveñas así como las instalaciones
petroleras y la maquinaria de las empresas contratistas y subcontratistas. Este tipo de
acciones se han convertido en un mecanismo de presión para exigir o plantear el pago de
extorsiones, comisiones o contratación o subcontratación de tal manera que un porcentaje
de ese dinero pare en las arcas de los grupos armados, especialmente la guerrilla, de un
lado, y del otro, lograr un cierto nivel de clientelismo al dominar o ejercer una presión
importante en el mercado laboral temporal directamente relacionado con la actividad
petrolera.
Las acciones de sabotaje así como los hostigamientos determinaron el descenso en la
actividad del conflicto en el 2002 en Arauca, siendo en realidad las acciones que menor
capacidad militar sugieren, aunque también exigen movilidad por parte del actor; sin
embargo en el 2003 estas acciones vuelven a incrementarse, muchas de ellas en contra de
la infraestructura eléctrica, lo que obliga a la Fuerza Pública a continuos y costosos
despliegues que le impiden desarrollar ofensivas y que, además, la hacen vulnerable a
emboscadas y hostigamientos.
Parte importante de los hostigamientos, así como de las acciones de sabotaje, son llevadas
a cabo por las milicias, pues exigen movilidad y fácil repliegue para no sufrir bajas. En
consecuencia, los hostigamientos estarían directamente determinados por la capacidad de
la guerrilla en los cascos urbanos, como estructuras directas o, en su defecto, por una
buena información acerca de los movimientos urbanos de la Fuerza Pública, lo que implica
redes. La pregunta es si el despliegue de la Fuerza Pública, preponderante en los cascos
urbanos, generó un repliegue o inactividad de las milicias y redes urbanas o simplemente
su hibernación y, el segundo punto, si la presencia de las autodefensas ha jugado algún
papel en ese sentido.
A primera vista se puede decir que una de las características de la guerrilla en Colombia,
más allá del hit and run, es la frecuente creación de “vacíos bélicos” que se generan cuando
el adversario, la Fuerza Pública, lleva a cabo importantes despliegues de tropa y de
recursos no siempre fáciles de sostener.
ACTOS DE SABOTAJE Y AUTORES EN ARAUCA 1998-2003
ACTOS DE SABOTAJE
RESPONSABLE
1998
1999
2000
2001
2002
2003*
Total
Desconocidos Sicarios
13
16
30
9
4
35
72
ELN
16
18
29
27
3
7
92
FARC
19
17
12
32
26
29
106
Guerrilla no Identificada
4
8
16
16
23
11
66
52
59
87
84
56
82
336
Total general
Fuente: DAS, procesado Observatorio de los DDHH Vicepresidencia de la República
* Datos a octubre 31 del 2003
EVOLUCION DEL HOSTIGAMIENTO EN EL DEPARTAMENTO DE ARAUCA
1998-2003
1998
1999
2000
2001
2002
2003
Total
Desconocidos
2
14
15
2
4
11
37
ELN
4
8
17
16
9
7
54
FARC
17
21
34
50
35
18
156
Guerrilla no
Identificada
Autodefensas
7
20
29
27
31
11
114
0
0
0
0
1
0
1
30
63
95
95
80
47
362
Total general
Fuente: DAS, procesado por el Observatorio de DDHH Vicepresidencia de la República
El aumento de la Fuerza Pública en los cascos urbanos en general implica, de manera
inmediata, un descenso en la actividad armada, mientras la guerrilla interpreta y analiza los
alcances de la respuesta institucional como sucedió con la declaratoria de la Zona de
Rehabilitación. Dado que el hostigamiento descendió de manera importante luego de la
declaratoria de la Zona, ese descenso obedeció a un repliegue táctico inicial y no a un
debilitamiento estructural de la subversión. Esta hipótesis se vería corroborada con el
aumento de la actividad armada de la guerrilla en Saravena, especialmente, a partir de los
meses de febrero y marzo del 2003. Es ahí donde se empiezan a perfilar las nuevas
características del conflicto en Arauca, claramente determinadas por un gran despliegue
militar, la presencia reciente de grupos de autodefensa y la versatilidad de la guerrilla en su
comportamiento.
Por otro lado la minimización del riesgo para la guerrilla la ha llevado a evitar grandes
confrontaciones directas con el Ejército pero, de la misma manera, en los dos últimos años,
ha hecho más frecuente la utilización de minas antipersonal. Al observar las cifras del 2002 y
el 2003, se evidencia un sustancial aumento del registro con respecto a los años anteriores.
Otro aspecto importante es el continuo aumento de las víctimas, tanto heridos como muertos,
en los que los miembros de la Fuerza Pública tienen una importante y creciente participación.
La estrategia de las minas, que pone en alto riesgo a la población civil, limita la movilidad de
la Fuerza Pública, la hace más lenta y a un costo muy bajo inflinge pérdidas al contrario.
El hecho de que los municipios de Tame y Saravena sean los más afectados, está relacionado
con la disputa entre guerrilla y autodefensas en Tame y con la fuerte confrontación entre
guerrilla y Fuerza Pública en Saravena.
Los eventos con minas deben ser mirados de manera paralela con los incidentes con
artefactos explosivos, una de cuyas características a principios de año fue el desarrollo de
eventos con carros bomba en contra de unidades militares en los que también murieron los
conductores de los vehículos, como sucedió el 8 y 9 de enero del 2003 en Arauquita y
Saravena y el 11 de enero en Tame. Al respecto la duda, nunca aclarada, fue si la muerte del
conductor estaba relacionada con eventos “suicidas” o con el desarrollo de malos mecanismos
de activación o, una tercera hipótesis, como un evento en el que el conductor no conocía el
verdadero alcance de la misión en la que, finalmente, fue sacrificado.
Los carros bomba han sido utilizados tanto en contra de la Fuerza Pública, como armas
trampa, como para presionar paros armados, limitar movilidad de la Fuerza Pública y de las
autodefensas y, en el trasfondo, se convierte en un mensaje a la población acerca del
mantenimiento de la presencia en el departamento. Aún en Tame, principal base de las
autodefensas en el departamento, la guerrilla ha tenido la capacidad en el 2003 de realizar
hostigamientos y de ubicar en las inmediaciones del casco urbano artefactos explosivos,
eventos que desbordan cualquier capacidad de control territorial efectivo.
El conflicto también se va definiendo a partir de aquello que deja de suceder o cuya
importancia decae. Al igual que en el desarrollo del conflicto a nivel nacional, la emboscada
ha perdido importancia, significativa si se compara con finales de los años ochenta. Sin
embargo, aunque la importancia sobre el total de los eventos que aquí se caracterizan como
“intensidad del conflicto” es baja, el año 2002 respecto de los años inmediatamente anteriores
registra un nivel alto, siete (7) acciones en el 2002 vs. una (1) en 1998 y el 2003 un aumento
importante, duplicando lo acaecido el año inmediatamente anterior, a lo que se deberían
sumar los incidentes con explosivos, que si bien no son emboscadas, son asimilables por el
factor sorpresa.
Control de zona: Retenes-secuestros políticos. presión sobre alcaldes y concejales,
confrontación con autodefensas
A pesar de que el conflicto colombiano se ha venido caracterizando por una pérdida de
control del territorio por parte de los actores armados, la llamada “desterritorialización”
según Pécaut, debido a la dificultad que tienen los actores armados ilegales de controlar de
manera efectiva un territorio, no se puede dejar a un lado el hecho de que tanto guerrilla
como autodefensas en algunas zonas efectúan acciones que buscan el mayor control
territorial y poblacional posible.
En el caso de Arauca la búsqueda de poder local y la importancia que los actores dan a las
comunidades es significativo en el desarrollo de su estrategia. La realización de retenes que
es cada vez más frecuente, busca tener un efecto sobre los movimientos del contrario
(guerrilla, Ejército o autodefensas), limitando su movilidad y fortaleciendo las posibilidades
de dominio sobre la población de la zona. Así mismo, sirve para llevar un inventario de
contratistas en la región, lo que se convierte en un mecanismo para garantizar los flujos de
pago por extorsión a los grupos ilegales.
La presión, amenazas, secuestros y homicidios en contra de servidores públicos y personas
elegidas por voto popular se inscriben para la guerrilla dentro de la apuesta del control local,
el dominio sobre el territorio, la vida política, los presupuestos y la población misma. Pero
más allá de eso también se encuentra la apuesta de las FARC para alegar su status de
beligerancia, en el plano nacional, y la disputa de control a las autodefensas, que
incursionaron en las elecciones del 2003 para concejos municipales y alcaldes con
candidatos propios o aliados.
El asesinato de cinco concejales, así como de tres alcaldes entre el 2002 y el 2003, dan
cuenta de una enorme presión, especialmente de la guerrilla, sobre los mandatarios locales,
la cual se traduce en amenazas y atentados directos en contra de los funcionarios.
Por ejemplo, en noviembre 23 del 2002, las FARC secuestran y matan a Héctor Yesid
Gutiérrez, alcalde de Puerto Rondón, y a Sixto Cortina, Secretario de Gobierno, en un
municipio en el cual la fuerte presencia de los grupos de autodefensa es un hecho. En
Arauquita, de otro lado, el 21 de noviembre del mismo año el Alcalde y todo el Concejo
municipal de Arauquita renuncian por amenazas en su contra por parte de las FARC, como
consecuencia de lo cual se nombra un alcalde militar.
Por otro lado, si se observa el desarrollo de retenes ilegales, normalmente entendidos como
sitios en los cuales se llevan a cabo secuestros, en el caso de Arauca debe entenderse que
los retenes están profundamente relacionados con la búsqueda del control de una zona o
con el propósito de limitar la movilidad de autodefensas, militares, informantes y, de
manera complementaria, enviar un mensaje de advertencia a los pobladores que podrían
verse inclinados a colaborar con el Ejército, en el caso de la guerrilla.
Al observar el comportamiento del secuestro en el departamento, se observa que su aumento
está determinado por el ejercicio de una mayor presión sobre ciertos sectores de la población
y con el fin de afianzar territorio. El sector que sufre una de las mayores presiones por parte
de la guerrilla son los políticos locales, obligados a renunciar, así como contratistas y hasta
trabajadores de petroleras o empresas contratistas de las mismas.
La aparición de un nuevo actor con capacidad bélica, las autodefensas, también ha señalado
cambios en el desarrollo y nuevas características del conflicto. Además del significativo
aumento del homicidio, la tortura, la desaparición forzada principalmente llevada a cabo por
las autodefensas y de manera importante, aunque en menor grado, por la guerrilla, la
presencia de las autodefensas también ha generado enfrentamientos entre las agrupaciones
irregulares, cuya participación está en crecimiento, o por lo menos su nivel de incidencia, pues
los registros del 2003 parecieran no permitir dicha aseveración.
Este tipo de eventos, reflejados como “enfrentamientos” han determinado la unión operativa
entre las FARC y el ELN, el aumento de la confrontación directa, especialmente en Tame y
Cravo Norte. A pesar de la presencia de las autodefensas en el departamento, éstas luego de
dos años, aún están limitada a zonas de casco urbano en los municipios de frontera con el
Casanare, pues la incursión en zonas rurales se ha hecho difícil y muy costosa en términos del
pie de fuerza.
Tal como se presentan las cosas, todo indica que este tipo de eventos registra un aumento
cualitativo en el 2003, pues la guerrilla ha centrado parte importante de su esfuerzo bélico,
tanto en el país como en Arauca, en contener, debilitar, limitar o expulsar a las agrupaciones
de autodefensa. Para este efecto, las FARC han desarrollado una estrategia de mini-bloque, a
tal punto que los frentes actuantes en el Casanare han aumentado su actividad en zona de los
municipios del norte, Hato Corozal y Paz de Ariporo, y de la cordillera, Recetor, Chámeza,
Yopal, entre otros, entendiendo que, de alguna manera y en algún nivel, los grupos de
autodefensa de Arauca se alimentan de las agrupaciones del Casanare a tal punto que las
dinámicas de los departamentos, muy disímiles a lo largo de los años, tienden a converger.
Iniciativa de la Fuerza Pública: Aumento del pie de fuerza-maximización del esfuerzo
militar. Disminución de ataques contra el oleoducto.
El aumento del número de combatientes de todas las agrupaciones, dispositivo militar,
dispositivo de las autodefensas parecen haber derivado en un aumento del pie de fuerza de
la guerrilla, así como en la militarización de la vida de ciertos sectores o localidades que se
sienten amenazados ante la nueva dinámica del conflicto, debido a la frecuente comisión de
homicidios, torturas y desapariciones.
Aunque existen muchas versiones en ese sentido, no se tienen cifras que permitan
establecer estimados de manera clara. La militarización del conflicto conlleva a que los
actores traten de incluir de manera activa a los pobladores, insistan sobre reclutamiento
forzado y, además, aumente la presión sobre los combatientes, milicianos y redes. En esa
medida, la deserción de combatientes aumenta en frecuencia, pero más allá de los números
la pregunta es si esto tiene alguna incidencia real en la capacidad o la presencia del actor
armado que sufre la deserción.
Otra de las características del conflicto es el sostenimiento de los contactos armados por
iniciativa de la Fuerza Pública, puesto que aún en el caso en el cual la guerrilla quiere evitar
el combate, en ciertos momentos es absolutamente ineludible, lo que explica el aumento de
este tipo de eventos.
Sin embargo, la mayor presencia de la Fuerza Pública no se ha traducido en un
debilitamiento real de los actores armados, guerrilla o autodefensas, a pesar de la presión
para la deserción y las capturas.
Al observar las cifras se encuentra que la deserción de miembros de la guerrilla aumentó en
un 55% en el 2002 respecto del 2001, mientras que la de las autodefensas aumentó en un
100% para el mismo período. Si se considera que el bloque Vencedores de Arauca cuenta
con 400 hombres, la deserción en un año implicaría un 1% de sus efectivos, mientras que
para la guerrilla, si se parte de un dispositivo de cerca de 800 combatientes, la deserción
implicaría una disminución del 1.7% de los efectivos, en ambos casos nada significativo.
Violaciones a los DDHH e
infracciones al DIH
Homicidio
El homicidio en el departamentote Arauca, a lo largo de su reciente historia, no ha conocido
límites y ha afectado a todos los estamentos de la vida departamental. Por ejemplo, el 2 de
octubre de 1989 el ELN asesinó al obispo de Arauca Monseñor Jesús Emilio Jaramillo
Monsalve y el 28 de diciembre de 1991, frente a su casa, es asesinado el periodista,
corresponsal en Arauca para el diario El Tiempo, Henry Rojas Monje.
Uno de los cambios más graves en la situación de los derechos humanos en Arauca, es el
sostenido aumento del homicidio en el departamento a partir de la incursión de las
autodefensas, y la grave situación de Tame y Saravena. Así mismo, se debe anotar que,
casi con certeza, el homicidio registra un importante subregistro, sobre todo en áreas
rurales en las que suceden enfrentamientos entre grupos irregulares, al parecer con
numerosas bajas de los combatientes, sobre todo de parte de las autodefensas.
Así mismo, en Arauca el homicidio llevado a cabo por las autodefensas ha tenido como
objetivo a los pobladores sindicalizados de la región, a los líderes comunales, indígenas y
miembros de organizaciones políticas como la Unión Patriótica, siendo éste uno de los
últimos departamentos en los cuales esta agrupación registraba aún presencia en cuerpos
colegiados y administraciones municipales. Esta situación para el Estado colombiano debe
ser observada con cuidado, pues la Unión Patriótica es objeto de varias medidas cautelares
a su favor por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Adicionalmente,
estas agrupaciones han asesinado a particulares a quienes señalan de apoyar a la guerrilla,
a partir del establecimiento de categorías laxas e imprecisas en las que no se respeta la
condición de no combatiente.
La guerrilla, por su parte, también ejecuta con frecuencia homicidios en contra de civiles.
Ha aumentado la presión sobre personas extrañas a la región, llegando a altísimos niveles
de intolerancia y asesinando por cualquier sospecha a vendedores ambulantes,
comerciantes o personas que llegan de manera temporal al departamento, situación que se
ve agravada por el flujo de personas y el carácter itinerante de la población que trabaja en
las zonas cocaleras. Así mismo, parece haber dirigido una campaña en contra de los
miembros de la clase política local que esbocen algún apoyo al gobierno del Presidente
Álvaro Uribe Vélez, así como a los mandatarios designados por el Gobierno para atender la
administración del departamento. Las características del homicidio hoy en Arauca son las
siguientes:
•Tasa muy por encima del promedio nacional en todo el departamento.
•Tasa muy elevada y en aumento en Tame, municipio que presenta el mayor deterioro en
protección del derecho a la vida.
•Asesinato continuo de líderes sindicales, miembros de organizaciones campesinas, de
derechos humanos y líderes comunales por parte de las autodefensas.
•Homicidio de funcionarios de las administraciones municipales, departamental y nacional
que tengan incidencia sobre el departamento.
•Presencia reciente de autodefensas en los cascos urbanos de Arauca y Saravena, situación
que podría ampliarse a los otros municipios de la Zona de Rehabilitación.
•Homicidio por parte de la guerrilla de aquellas personas que ellos interpreten como
cercanas al Ejército o simplemente “sospechosas”.
•Aumento en la muerte de combatientes en el departamento, en especial en
enfrentamientos guerrilla versus autodefensas, con un alto subregistro.
Los defensores de derechos humanos, por ejemplo, se han convertido en blanco preferido
de las autodefensas, tal como ha sucedido en otras regiones del país con motivo de su
incursión. Por ejemplo, en junio del 2002 las AUC asesinan a Efraín Varela, miembro de la
Comisión de Paz, abogado, periodista, defensor de derechos humanos y docente
universitario. En noviembre del mismo año, la misma agrupación asesina a José Rusbell
Lara, miembro del Comité Regional de Derechos Humanos Joel Sierra, situación que de
alguna manera plasma las amenazas en su contra, igualmente sufridas por Teresa Cedeño,
representante del Comité Permanente de los Derechos Humanos por Arauca.
En el departamento de Arauca, respecto del conjunto nacional, el homicidio ha aumentado de
manera sostenida en los años 2001, 2002 y 2003 respecto de los años inmediatamente
anteriores y, ante todo, contrariando la dinámica nacional en el 2003. Sin embargo, el
aumento ha sido en términos absolutos demasiado elevado, pues la tasa del 2002 es superior
en un 100% a la registrada en 1999.
El comportamiento del homicidio tiene una absoluta dependencia del desarrollo del conflicto y
la presencia de actores armados, pues la presencia guerrillera determinó a lo largo de la
década de los noventa tasas por encima del promedio nacional, niveles de homicidio
relacionados con el desarrollo de combates pero, igualmente, con el ejercicio violento del
poder y la presión sobre la población civil.
Para los años 2001, 2002 y 2003, sin duda, el homicidio está aún más determinado por el
conflicto: alta incidencia de las autodefensas, aumento de las muertes en conflicto y
retaliaciones de la guerrilla para evitar el suministro de información a Fuerza Pública y
autodefensas y para evitar alianzas o cooptación entre sus adversarios.
Sin embargo, el comportamiento no ha sido homogéneo en todos los municipios, pues en
Fortul y Arauquita la tasa descendió en el 2002 respecto del año anterior, mientras que en
Tame, Puerto Rondón, Cravo Norte y Arauca, aumentó de manera sustancial.
En términos nominales, la situación de homicidio más grave la presentan Arauca y Tame,
siendo más delicada la situación de Tame, por tasa por cien mil habitantes. Por ejemplo, en
hechos recientes, el 3 de enero del 2003, las AUC asesinaron a seis personas, entre las que se
encontraban las mujeres Janeth Rodríguez Disney Botia y Yeraldin Vega.
En efecto la situación en Tame[1] es de extrema gravedad, 256 p.c.m.h. en el 2002, pues
cuadrupla (4) la tasa nacional, ya de por sí elevada. Cosa igual sucede con el municipio de
Cravo Norte, con una tasa de homicidios de 184.4 p.c.m.h., la segunda en el departamento.
En ambos casos las altas tasas están fuertemente relacionadas con la presencia de las
autodefensas establecida a lo largo del 2001 y el 2002, y si bien estos municipios habían
registrado elevadas tasas en ocasiones anteriores, la de Tame es la más elevada en el
conjunto histórico, con el agravante que para finales del mes de marzo del 2003 ya se habían
registrado 83 homicidios, la mitad de los acaecidos a lo largo del 2002, situación que si bien
disminuyó su ritmo se mantuvo en niveles altos a lo largo del 2003.
[1] Al respecto de Tame se debe tener en cuenta la siguiente afirmación de El Tiempo ”Si en los Montes de María
reina una cierta tranquilidad en la mayoría de los cascos urbanos, en Arauca la amplia presencia de militares y
policías no ha podido impedir asesinatos en el centro de los pueblos a plena luz del día. Extraña, además, que una
población como Tame (Arauca), donde está teniendo lugar una verdadera carnicería y la presencia paramilitar es
un secreto a voces, no haya sido incluida en la zona de rehabilitación de Arauca.” El Tiempo-Editorial
La situación se perfila más grave aún si se considera que de acuerdo con los datos de
Medicina Legal, las muertes fueron más elevadas en el departamento, por ejemplo en el
municipio de Arauca donde la Policía registró 139 homicidios y según Medicina Legal estos
fueron 163. Una situación similar se presenta para Saravena, con 61 homicidios según la
Policía y con 79 según Medicina Legal, variaciones en ambos casos importantes. Tame, de
otro lado, registra menos homicidios según Medicina Legal que la Policía.
En el caso del municipio de Arauca los meses con más homicidios en el 2002 fueron julio y
noviembre, con 23 y 20 respectivamente.
Saravena, por su parte, presenta en el mes de noviembre del 2002 el número más bajo de
homicidios, momento en el cual era parte de la Zona de Rehabilitación, pero la tendencia de
los últimos meses del 2002 no se mantiene a lo largo del 2003, pues en el mes de febrero en
solo dicho municipio fueron asesinadas al menos 21 personas, el registro más alto de los
últimos 24 meses para dicha localidad, situación que coincide con una serie de denuncias
acerca del ingreso de autodefensas a su casco urbano.
Uno de los indicadores de actores organizados y su incidencia en el homicidio es la
elevadísima frecuencia de homicidios con arma de fuego, más del 90% de los eventos
registrados en el 2002, aunque con frecuencia los actores armados, especialmente las
autodefensas, llevan a cabo torturas y homicidios de sus víctimas con armas blancas.
El homicidio, además de estar profundamente ligado a la disputa entre actores y
retaliaciones, cumple una función de control social sobre la población, y es una vía para
confirmar las amenazas proferidas, de tal manera que la sola advertencia sirve para
“aconductar” a la población. Por ejemplo, por amenazas fue cerrada la empresa Colactame
ubicada en el municipio de Tame, generadora de empleo para 300 personas.
Secuestro
El departamento de Arauca no había sido tradicionalmente un lugar crítico para el
secuestro, entendiendo que gran parte de las finanzas de los grupos armados en la región
los determinaba un importante flujo de la extorsión a contratistas petroleros y municipales.
Sin embargo, en los últimos años se ha incrementado como mecanismo de presión de los
servidores públicos municipales, así como de trabajadores y contratistas de las empresas
petroleras. El secuestro en Arauca no es esencialmente extorsivo, como en la mayor parte
del país y su desarrollo se ajusta a la búsqueda de control y presión de los grupos
armados irregulares.
En los últimos tres años el ingreso de la coca, en la actualidad cerca de 1.300 hectáreas
(hasta 12.000 hectáreas de acuerdo con versiones de autoridades locales), representarían
importantes ingresos para las AUC y para las FARC. El secuestro en muchos casos está
relacionado con secuestro político o secuestro simple. El secuestro político, de funcionarios
públicos del orden municipal se ha ido convirtiendo en algo importante, de elevada
incidencia en el departamento, y llevado a cabo, por lo general, por la guerrilla con el
ánimo de presionar medidas, y a partir de los últimos seis meses del 2002 y a lo largo del
2003, la renuncia de los funcionarios.
Sin embargo, el secuestro extorsivo se presenta en alguna medida y afecta comerciantes o
grandes finqueros en el municipio de Arauca, aunque los factores económicos y la disputa
con las AUC ha llevado a que el hurto de ganado, casi a nivel de expropiación por parte de
las FARC, se convirtiera en una práctica cada vez más frecuente.
El secuestro que se podría denominar, con fines políticos, ha prevalecido y es el de mayor
aumento, lo que permite entender que tanto autodefensas como guerrilla, especialmente
las FARC, están empecinadas en vulnerar el poder político local, como es el caso de los
secuestros que van acompañados de la exigencia de renuncia de los mandatarios locales
de Fortul y Arauquita.
En el caso de las autodefensas, ellas ejercen presión con el fin de apoderarse o coaccionar
a los mandatarios locales de acuerdo con sus intereses y, en el caso de la guerrilla, con la
intención de desvertebrar cualquier vestigio de Estado o de poder que pueda estar por
fuera de su dominio.
Caracterización municipal
Con el fin de ahondar en el tratamiento del conflicto en el departamento, se ha incluido una
revisión más detallada de los datos relacionados con el conflicto en cada uno de los
municipios del departamento.
Tame
En el año 2000, el anuncio del ingreso de las autodefensas a Arauca, empieza a manifestarse
en el año 2001, en especial a partir de los meses de junio y julio con un incremento del
homicidio así como de las amenazas. Pero es el año 2001 en el cual el homicidio toma
magnitudes desproporcionadas, se da el sistemático asesinato de líderes cívicos, agrarios, de
derechos humanos y políticos como el parlamentario Octavio Sarmiento, tanto en la zona
rural sobre la carretera que une al municipio con Casanare como, de manera incremental, en
el casco urbano.
El departamento ha presenciado el desarrollo de múltiples operativos militares de gran
envergadura, como la Operación Araguá en contra de las FARC y el ELN iniciada el 6 de
junio del 2001. El 21 de julio de ese año, ingresaron personas armadas afirmando ser de las
AUC a la inspección de Policía de La Esmeralda en donde asesinaron a cinco(5) personas,
entre ellas tres menores de edad de 8,5 y 2 años.
La irrupción de estas agrupaciones fue tan violenta que en el mes de enero del 2002 la
comunidad de Tame se declaró en paro cívico ante la seguidilla de homicidios, amenazas,
desapariciones y torturas. Como consecuencia del movimiento social se suscribió el Acuerdo
La Libertad, en el cual el Gobierno se comprometió a proteger a la población civil y a
investigar las diversas denuncias, lo que generó desplazamiento de tropas hacia Tame, como
sucedió el 16 de marzo. Tan sólo 12 días después, el 28 de marzo, las AUC incursionan en
Betoyes, asesinan cinco personas, secuestran 30, asesinan dos y desaparecen a tres.
Sindicalistas
Uno de los objetivos de las autodefensas en el departamento ha sido la población sindical, lo
que se ha traducido en múltiples homicidios en Tame. En junio 19 las AUC mataron a un
miembro del sindicato de ANTHOC en Tame, Enrique Coiran, y en julio 21 al docente José
Gómez Sepúlveda. En agosto 15 las AUC amenazan a los 150 trabajadores, 33 renuncian.
El 6 de septiembre asesinan a Carlos Barragán dirigente sindical docente. En este marco hay
otros sindicatos mucho más afectados como ANTHOC que registra en el 2002 el asesinato de
dos de sus integrantes. En el 2001 fueron asesinados 3 integrantes de SINDICONS. También
fue muy afectado FECODE que registró un acumulado de no menos de 21 maestros
asesinados en la década, de los cuáles 2 en 2002. Un sindicato fuerte es el del sector
eléctrico, SINTRAELECOL, sobre el cual se ciernen muchas amenazas.
En Arauquita el miércoles 19 de marzo, en desarrollo de una campaña contra dirigentes
regionales, fue introducida una carta en la residencia del profesor Jaime Ernesto Carrillo,
presidente del Sindicato Departamental del Magisterio –ASEDAR- en la que manifiestan que
"cuide a sus hijos o no los volverá a ver". El sobre fue introducido por debajo de la puerta de
su casa en el momento en que su esposa llevaba los niños al colegio.
Los servidores públicos también han sido víctimas de los homicidios, como el 19 de diciembre
del 2002, cuando en pleno centro del municipio fueron asesinados cinco (5) servidores
públicos.
Lamentablemente no se observa una adecuada respuesta de la Fuerza Pública en el
departamento, pues la intimidación y la presión de la población por parte de un actor armado
como la guerrilla, fue sustituida, parcialmente por una presencia, tan o más violenta que la de
la guerrilla, la de las autodefensas. Esta agrupación ha venido interpretando como necesario
el asesinar de manera sistemática a los líderes de las organizaciones sociales del
departamento, considerando que así se vulnera el poder militar de la guerrilla. Sin embargo,
el accionar de las autodefensas sólo ha significado un parcial repliegue de la guerrilla, sobre
todo del casco urbano de los municipios de Tame, Puerto Rondón y Cravo Norte, sin que le
haya significado un debilitamiento de sus estructuras. En los años 2002 y 2003 el accionar
bélico de la guerrilla fue superior al de los años inmediatamente anteriores.
La respuesta de la guerrilla en Tame está profundamente determinada por tres modalidades o
tipos de acción: a) combate directo a autodefensas b) Asesinato de civiles que apoyen, o
presuntamente apoyen a la Fuerza Pública o a las autodefensas o que, en su defecto, sean
sospechosos, categoría en la que entran las personas que no son de la región; c) utilización
sistemática de explosivos, minas y armas trampa como carros bomba y otros artefactos.
El punto clave en este municipio es el aumento sostenido y creciente del enfrentamiento
directo entre guerrilla y autodefensas, que pasa de 0 en el 2000 a 2 en el 2001 y a 6 en el
2002, y aunque en el 2003 el registro es más bajo, las víctimas registradas por estos eventos
aumentaron sustancialmente. El incremento de la capacidad de choque de las autodefensas
no se ha traducido para esta agrupación, en un aumento de su dominio territorial ni en una
disminución importante de la presencia guerrillera; es más, en el mes de febrero del 2003 la
guerrilla atacó una base de las autodefensas en Tame al parecer inflingiendo fuertes bajas (43
según afirman las FARC) a dicha agrupación, pero ante todo señalando las claras limitaciones
de las autodefensas para consolidarse en dicho departamento y lo dispendioso del proceso.
En el caso de los explosivos, un carro-bomba, arma trampa, explotó en Pueblo nuevo,
jurisdicción de Tame, muriendo 6 militares en el evento.
Saravena
Por otro lado se encuentra el municipio de Saravena junto con Arauquita los municipios en los
cuales se concentra una importantísima actividad guerrillera. En este municipio se ha tratado
de organizar una respuesta institucional, con un fuerte énfasis en la presencia de la Fuerza
Pública a través de la Policía.
Si bien la intensidad del conflicto decayó en Saravena en el 2002 respecto al 2001, esto debe
ser visto con cuidado pues el principal descenso lo registró el sabotaje, es decir las voladuras
del oleoducto, y en el hostigamiento a partir del mes de octubre, ambos productos de la
declaratoria de la Zona de Rehabilitación. Sin embargo, ese descenso significativo en un
principio, se debió más a un repliegue táctico de la guerrilla que a su debilitamiento
estructural, como se puede deducir de los incidentes a lo largo del año 2002 en donde la
guerrilla hace gala de una fortaleza continua. La calma, de casi cuatro meses, se rompió en el
mes de marzo del 2003, luego de un atentado en el que murieron tres policías, así como
consecuencia de continuos hostigamientos en el casco urbano en contra de las patrullas de la
institución, situación que continuó, con una tendencia al alza, en los meses subsiguientes.
La manifestación más grave en el departamento, y Saravena no es la excepción, es el
homicidio. Luego de importantes operativos que derivaron en múltiples capturas,
especialmente en Saravena, los días 12 y 13 de noviembre del 2002, Naciones Unidas en su
informe señala que los informantes de la región que colaboraron con la Fuerza Pública han
venido siendo asesinados desde finales del mes de noviembre y comienzos de diciembre del
2002.
Una de las mayores características en Saravena ha sido el asedio continuo a las instalaciones
de la Fuerza Pública, tanto Policía como Ejército, bastante significativo a lo largo del 2002 y
hasta el mes de septiembre de dicho año, momento en el cual se declara la Zona de
Rehabilitación.
La utilización sistemática de cilindros bomba fue a lo largo del 2001 y el 2002 la característica
principal, lo que generó una afectación importante de los bienes civiles ante la falta de
precisión de estos artefactos. En el 2003 las principales acciones han sido hostigamientos,
emboscadas y utilización de explosivos como armas trampa.
En el mes de febrero del 2003 se produjo una irrupción momentánea de las autodefensas en la
cabecera municipal.
El departamento registró un aumento del homicidio en el mes de febrero del 2002, el pico más
elevado en más de 15 meses, y que dicho aumento fue determinado de manera importante por
el municipio de Saravena. Una cosa es clara Arauca en los últimos tres años, y es que la
participación de las autodefensas en el homicidio es elevada, preponderante y creciente, lo que
ha llevado las tasas a niveles muy por encima del promedio nacional y aún de sus promedios
históricos. Si bien la guerrilla participa de manera importante en estos eventos, e
históricamente su presencia ha determinado el comportamiento del homicidio, el aumento de
más del 100% de este fenómeno está ligado a la presencia de las AUC y a la dinámica de
respuesta de la guerrilla.
Arauca
El municipio de Arauca, capital del departamento y parte de la Zona de Rehabilitación ha vivido
una de las situaciones críticas, al igual que municipios como Saravena y Arauca, no tanto por
los enfrentamientos o los niveles de homicidio, altos en todo caso, sino por el carácter de los
homicidios centrados en los personajes de la vida pública en el departamento como
periodistas, concejales, defensores de los derechos humanos, sindicalistas o altos dignatarios
del Gobierno como Raúl Grass.
Otro de los eventos que se está dando con frecuencia en el municipio de Arauca son las
desapariciones. El 21 de junio del 2002 en el sitio la Y cerca de Corocoro, miembros de las
AUC que habían instalado un retén ilegal desaparecieron a tres personas que se movilizaban en
un bus intermunicipal. De acuerdo con versiones del CINEP, para el mes de agosto del 2002,
las personas desaparecidas en el municipio eran 22 en los últimos meses.
Cravo Norte
En el caso de Cravo Norte la actividad guerrillera nunca ha sido muy importante, sin que ello
quiera decir que es por lo tanto desdeñable. Dada la menor importancia económica de este
municipio existía una presencia de la guerrilla menos beligerante, en parte por considerarse
una zona no estratégica para ninguno de los actores.
La preponderancia militar en el municipio ha sido de las FARC desde hace varios años, pero a
partir del 2001 el casco urbano y algunas zonas rurales y trayectos carreteables cuentan con
una presencia importante de las autodefensas. Esta presencia, así mismo, se ha traducido en
combates entre las agrupaciones irregulares con un posible subregistro. La proximidad al
Casanare, municipios de Hato Corozal y Paz de Ariporo, permite explicar de alguna manera el
importante dispositivo de las autodefensas en la zona y la capacidad de refuerzos. Además, el
municipio se encuentra muy cercano a Vichada, en donde vienen incursionando las
autodefensas desde 1999.
En términos de actividad armada, acciones bélicas propiamente dichas, el cambio que se
registra en el 2002 está asociado a la aparición de los enfrentamientos entre FARC y AUC,
principalmente. Sin embargo, la presencia de las AUC se ha traducido en un incremento
exponencial del homicidio, las amenazas y el desplazamiento. En el año 2003 la actividad
armada registrada es nula, lo que está relacionado con cierta consolidación de las
autodefensas, el subregistro de los eventos entre guerrilla y autodefensas y la escasez de
operativos de la Fuerza Pública en contra de las AUC.
Fortul
Fortul no registra una muy elevada actividad del conflicto a pesar de la fuerte presencia de la
guerrilla en el municipio, Los eventos, 16 en el 2003, a pesar de estar por encima de los
promedios históricos de los últimos seis años, son una porción menor del total que acontece
en el departamento, así mismo el homicidio tampoco registra los niveles y las tasas de
Saravena o Tame. Sin embargo, Fortul es uno de los municipios cercanos al oleoducto Caño
Limón-Coveñas y registra un aumento de la emboscada y otras acciones armadas por parte de
la guerrilla.
Crisis Humanitaria
Tal vez el único indicador que permite tener una idea sobre la dimensión de la crisis
humanitaria es el desplazamiento forzado. El ingreso de las autodefensas al departamento,
el aumento del dispositivo de la guerrilla y el desarrollo de grandes operaciones por parte del
Ejército, indudablemente, se reflejan en el aumento sustancial del desplazamiento a partir
del año 2000, cuando salta de 182 personas en 1999 a 1.097 en el año 2000.
Uno de los grupos humanos más vulnerables y que más suele sufrir con el desplazamiento,
son las comunidades indígenas, una de ellas la comunidad Hitnu o Macaguane, cuyo
resguardo principal es San José del Lipa ubicado entre los ríos Lipa y Ele, con una población
estimada de 441 personas.[1]
Otra de las comunidades indígenas afectadas es la comunidad Betoye conocida también
como Jirarre, que habita a orillas del río Cravo y en el municipio de Tame, en un conjunto
de comunidades en las inspecciones de Betoyes y Corocito. El área de su territorio es de 702
hectáreas y su población estimada es de 800 personas[2]. El 31 de diciembre del 2002, por
ejemplo, las autodefensas incursionaron en Betoyes y asesinaron al indígena Nilson Delgado
López.
[1] Arango y Sánchez. Los pueblos indígenas de Colombia 1997.
[2] Arango y Sánchez. Los pueblos indígenas de Colombia 1997.
Conclusiones
•Disminución de los atentados en contra del oleoducto Caño Limón
Coveñas con relación a los niveles históricos, 42 en el 2002 y 33 a
octubre 31 del 2003, respecto de 170 del 2001 y 96 del 2000.
•Altísima participación del sabotaje en el total de acciones
interpretadas como intensidad del conflicto, lo que incluye
atentados contra la infraestructura eléctrica.
•Mayor importancia porcentual del contacto armado, que implica,
de manera paralela, una mayor iniciativa de parte del Ejército.
•Aumento de la confrontación directa entre guerrilla y
autodefensas, para el período 2000-2002 y estancamiento en el
2003.
•Aumento de los retenes ilegales como medio de control, por parte
de los actores armados.
•Elevada importancia del hostigamiento como actividad para limitar
el movimiento de la Fuerza Pública.
•Reaparición de la emboscada en el 2003 como evento en la
guerra.
•Sostenimiento de una importante presencia guerrillera en la zona
rural y en los cascos urbanos de Arauca, Fortul, Saravena y
Arauquita.
•Fuerte presencia rural y urbana de las autodefensas en Tame,
Cravo Norte y Puerto Rondón.
•Tame como mayor punto de confrontación entre guerrilla y autodefensas.
•Aumento del papel protagónico de las FARC respecto del ELN y establecimiento de
coaliciones entre las guerrillas.
•Dominio limitado de las cabeceras municipales por parte de las autodefensas en Tame y
Arauca.
•Bajo nivel de choque y persecución de la Fuerza Pública de las autodefensas.
•Presión sobre la población y crisis humanitaria.
•Tasa de homicidio muy por encima del promedio nacional en todo el departamento.
Muy elevada y en aumento en Tame, municipio que presenta el mayor deterioro en
materia de protección del derecho a la vida. Situación similar en Saravena.
•Asesinato continuo de líderes sindicales, miembros de organizaciones campesinas, de
derechos humanos y líderes comunales por parte de las autodefensas.
•Homicidio de funcionarios de las administraciones municipales, departamental y
nacional que tengan incidencia sobre el departamento.
•Presencia reciente de autodefensas en los cascos urbanos de Arauca y Saravena,
situación que podría ampliarse a los otros municipios.
•Homicidio por parte de la guerrilla de aquellas personas que ellos interpreten como
cercanas al Ejército o simplemente “sospechosas”.
•Aumento en la muerte de combatientes en el departamento, en especial en combates
guerrilla versus autodefensas, con un alto subregistro.
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