Reyes españoles

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Índice:
• Carlos I (1517−1555)
• Felipe II (1555−1598)
• Felipe III (1598−1621)
• Felipe IV (1621−1665)
• Carlos III (1665−1700)
• La guerra de sucesión española
• El arte del siglo XVII
• Felipe V (1700−1746)
• Fernando VI (1746−1759)
• Carlos III (1759−1788)
• Carlos IV (1788−1808)
• Goya
CARLOS I (1517−1555)
HERENCIA
De su padre Felipe de Austria heredó el derecho al trono imperial de Alemania, Austria Bélgica, Holanda,
Luxemburgo, Borgoña, Artois, Franco−Condado, Milán.
De su madre Juana heredó España, plazas norteafricanas, Canarias, América, Nápoles, Cerdeña, Sicilia.
POLÍTICA INTERIOR
LAS COMUNIDADES:
Padilla, Bravo y Maldonado sublevan a 15 ciudades castellanas contra Carlos I. Es una rebelión de carácter
político. Pretenden frenar el absolutismo de Carlos I y equilibrar el poder con el reconocimiento de las Cortes.
Fueron vencidos en la batalla de Villalar en 1521. Las Comunidades presentaron un doble conflicto: por un
lado los productores querían una política de protección frente a los exportadores, como los de lana, y por otro
estaban los campesinos en contra del régimen nobiliario de la propiedad. Carlos I veía en las Cortes un
obstáculo para ejercer su monarquía autoritaria.
LAS GERMANÍAS:
Está rebelión ocurrió Levante. Sus principales focos fueron Valencia y Mallorca. Fue un enfrentamiento entre
nobles y plebeyos. En 1519 los nobles huyendo de la peste se marcharon de Valencia y los agermanados
aprovecharon para tomar el poder municipal. Más tarde tomaron una actitud ofensiva pero en 1523 fueron
vencidos en la batalla de Orihuela.
Los agermanados y los comuneros lucharon contra los señores en la misma fecha aunque los movimientos se
ignoraban mutuamente. La aristocracia acabó siendo una clase poderosa y la burguesía quedó en segundo
lugar. Pero con la derrota de agermanados y comuneros una cosa quedaba clara: el poder real salía
notablemente reforzado en su autoridad.
POLÍTICA EXTERIOR
Con Carlos, la Corona hispánica se convirtió en el centro del Imperio. Carlos buscó siempre al buena
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vecindad con Portugal y la alianza de Inglaterra. Al estrategia de buena vecindad con los portugueses se
plasmó en su casamiento con la princesa portuguesa Isabel. Destacan:
GUERRAS CON FRANCIA:
La pugna mantenida por Carlos y Francisco I de Francia por la hegemonía europea, duró más de 25
años. Los motivos de la rivalidad fueron Borgoña, Rosellón y la Corona alemana. Hubo 3 guerras:
• 1ª guerra. El motivo fue Milán y acabó con la batalla de Pavía. Se firmó el Tratado de Madrid y
Borgoña se quedó para España.
• 2ª guerra. Se creó la liga clementina y por la Paz de Cambray Carlos se asegura el dominio del
Milanesado y Francisco el de Borgoña.
• 3ª guerra. El motivo fue Saboya y finalizó con la Tregua de Niza.
• 4ª guerra. El motivo fueron los Países Bajos y terminó con la Tregua de Vaucelles.
GUERRAS CON LOS TURCOS:
A pesar de la conquista de Túnez, las tropas imperiales son derrotadas en Argel, lo que supuso la hegemonía
turca en esta zona.
GUERRAS CON LOS PROTESTANTES:
Carlos siempre intentó la unidad política y religiosa del Imperio. Los príncipes alemanes, adheridos a las
nuevas ideas religiosas, se levantaron contra el Emperador, quien los derrotó en la batalla de Mühlberg. Sin
embargo, la división religiosa era ya imparable y las nuevas ideas habían cuajado fuertemente en muchos
europeos. La paz de Augsburgo reconoció la libertad religiosa de los países que componían el Imperio:
catolicismo y protestantismo quedaban en pie de igualdad.
El emperador Carlos abdicó de la Corona imperial y se retiró al monasterio de Yuste. A su hijo Felipe II le
legaba un Imperio inorgánico, una cristiandad dividida entre protestantes y católicos, unos príncipes alemanes
deseosos de regir sus propios destinos políticos, un creciente sentimiento nacionalista en muchas partes del
Imperio y unos recursos materiales escasos.
FELIPE II (1555−1598)
POLÍTICA INTERIOR
CASO DE ANTONIO PÉREZ:
Los disturbios de Aragón en defensa de sus fueros indican hasta qué punto estaba poco unida la Monarquía
católica a finales del siglo XVI. La preparación del conflicto venía de tiempo atrás y estaba relacionada con la
tenaz defensa que los aragoneses hacían de sus fueros y con un cierto sentimiento anticastellano desarrollado
entre la población. El motivo concreto fue la figura de Antonio Pérez, secretario de Felipe II. Se ve
involucrado en el asesinato de Escobedo, secretario de Juan de Austria. Por ello, Felipe II decreta su
procesamiento. Tras 11 años de cárcel se fuga y se traslada a Aragón donde los Fueros le amparan. El rey le
acusa de hereje y la Inquisición le hace de nuevo prisionero, pero reclamado por los aragoneses, fue devuelto
a Aragón. Se convierte en un símbolo de la defensa de los Fueros. En 1591 las tropas reales entran en
Zaragoza, violando los fueros y ejecutan al Justicia Mayor, Juan de Lanuza, que había facilitado la huida de
Antonio Pérez de Francia. Quedan abolidos los fueros de Aragón: eso es un claro ejemplo del triunfo del
absolutismo.
SUBLEVACIÓN DE LAS ALPUJARRAS:
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En 1567 se promulga un edicto por el que los moriscos debían abandonar su idioma, religión, vestidos y
costumbres. En 1568 comienzan las protestas en Granada, que se transforman en un levantamiento en las
Alpujarras dirigido por un converso, Hernando de Córdoba, que toma el nombre de Aben Humeya. La
sublevación fue sofocada por Juan de Austria en 1570. Quedaba sin resolver el problema morisco. Finalmente,
en 1609, bajo el reinado de Felipe III, se decidió la expulsión de los moriscos de España, a pesar de la
oposición de grandes señores que encontraban en ellos una mano de obra barata y de calidad.
POLÍTICA EXTERIOR
INCORPORACIÓN DE PORTUGAL:
En 1578 muere le rey portugués Don Sebastián sin descendencia. Le sucede su tío Don Enrique muerto en
1580. Hay varios candidatos: Felipe II, Catalina de Bragança y Don Antonio prior de Crato. En junio de 1580
Felipe II invade Portugal con tropas dirigidas por el duque de Alba. Derrota a Don Antonio que se había
proclamado rey en Lisboa. Felipe II fue nombrado rey de Portugal en las Cortes de Thomar en 1581. Se
inaugura por tanto el gran imperio español.
GUERRAS CON FRANCIA:
Se rompe la Tregua de Vaucelles en 1556 porque Enrique II era aliado del Papa Paulo IV y pretendieron la
conquista de Nápoles. En esta guerra hay una campaña victoriosa del duque de Alba. Entonces Felipe II
cansado de las guerras heredadas de su padre se propone invadir Francia. Pone al mando del ejército al duque
de Saboya que obtiene la victoria de San Quintín (San Lorenzo). Mientras tanto los franceses se apoderan de
Calais (territorio inglés). Un ejército francés penetró después en Flandes, defendido por le conde de Egmont.
Los ejércitos se encuentran en Granada en 1558 con victoria española. Se firma la paz de Cateau−Cambresis.
Esta paz consolidó la hegemonía española en Europa durante un siglo.
LA INTERVENCIÓN EN FRANCIA:
Desde la paz de Cateau−Cambresis Felipe II comenzó a interesarse por los asuntos internos de Francia
apoyándose en los conflictos religiosos que amenazaban al catolicismo debido a la expansión por Francia del
calvinismo. A la muerte de Don Enrique III (rey de Francia) en 1589, Felipe II reclama el trono francés para
su hija Isabel Clara Eugenia, dado que el sucesor directo de Enrique III era Enrique de Borbón, era calvinista.
El problema se resuelve al renunciar Enrique a su religión y convertirse al catolicismo. Subirá al trono como
Enrique IV de Borbón.
LUCHA CONTRA LOS TURCOS:
El creciente peligro musulmán representado por Solimán y los piratas norteafricanos hizo que el Papa Pío V
formase una coalición con Venecia y España: La Liga Santa mandada por Juan de Austria. En octubre de
1571 en Lepanto la Liga obtiene la victoria, lo cual significó equilibrar las fuerzas en el Mediterráneo.
GUERRAS CON FLANDES:
En Flandes Felipe II era rechazado por motivos religiosos y políticos. Allí gobernaba Margarita de Parma
influida por el cardenal Granvela, fiel a Felipe II. Su rigor religioso provoca una rebelión de los nobles y las
ciudades. Granvela es cesado, pero niega a los Países Bajos la libertad de cultos y ello provoca un
levantamiento en 1566 sofocado por el duque de Alba que estableció el llamado Tribunal de los Tumultos.
Durante 6 años el duque de Alba gobierna Flandes, pero su rigor provoca más descontento. En 1573 es
sustituido por Luis de Requesens y éste por Juan de Austria y Alejandro Farnesio que tampoco consiguen la
pacificación. En 1579 las provincias protestantes del norte se agrupan en la Unión de Utrecht con Guillermo
de Oronga y se declaran prácticamente independientes. Felipe II acaba aceptando la autonomía del país que
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entregó a su hija Isabel Clara Eugenia, casada con el archiduque Alberto de Austria.
GUERRA CONTRA INGLATERRA:
Había varios motivos de rivalidad entre Felipe II e Isabel I: los ataques de los piratas ingleses con el apoyo del
gobierno; confiscación por España de todos los buques ingleses que se encontraban en sus costas en 1585;
ayuda de Isabel I a los protestantes flamencos; apoyo de Felipe II a los católicos ingleses e irlandeses;
asesinato de María Estuardo reina católica de Escocia. Por todo ello Felipe II se propone invadir Inglaterra. Se
prepara la gran armada al mando de Medina−Sidonia. Se produce la derrota del canal de la Mancha. La flota
se refugia en Calais y regresan por el norte de Inglaterra. Es un desastre para España como primera potencia
europea.
SIGLO XVII Felipe III (1598−1621)
Felipe IV (1621−1665)
Carlos II (1665−1700)
FELIPE III (1598−1621)
Con la muerte de Felipe II que protagonizó las continuas guerras de religión en que se vio envuelta Europa de
modo casi permanente, comienza en el continente una nueva etapa de tranquilidad, de transigencia entre las
diferentes potencias que agotadas por los conflictos del periodo anterior dudan que la guerra sea el mejor
medio de resolver las disputas.
Aquella generación pacifista del Barroco está representada en España por Felipe III. Al ocupar el trono
contaba solamente veinte años de edad y pronto dio muestras de su ineptitud y debilidad. Su desinterés por los
asuntos de gobierno hizo que dejara todas las responsabilidades propias de la corona en manos de su valido, el
duque de Lerma que precipitó la decadencia del Imperio Español. Se rodeó de un grupo de colaboradores con
amplios poderes y facilitó o consintió el cohecho (robo), la especulación de los cargos, la corrupción de la
hacienda.
La coexistencia pacífica se materializó con Francia mediante la paz de Vervins y más tarde con la negociación
de matrimonios de Luis XIII y la Infanta Ana de Austria por un lado y el del príncipe Felipe IV con Isabel de
Borbón.
Con Inglaterra se firmó en 1604 la paz de Londres y las disputas con Holanda terminarían en la Tregua de los
12 años en 1609. Los conflictos con Italia, en cambio, se prolongaron más tiempo, en especial con el ducado
de Saboya y la república de Venecia.
En política interior el hecho más sobresaliente fue la expulsión de los moriscos decretada en 1609 por le
duque de Lerma. Se calcula que le número de expulsados fue de 150.000. El desacierto de tal medida supuso
en el terreno económico una grave pérdida de mano de obra considerada como la más cualificada para las
tareas agrícolas.
FELIPE IV (1621−1665)
Durante la primera mitad del reinado de Felipe IV los asuntos de gobierno recayeron en el conde duque de
Olivares. El nuevo valido puso mucho cuidado en evitar le desprestigio del anterior gobierno rehuyendo
sobornos, pero situando igualmente a sus familiares y amigos en los principales puestos de la Administración
para asegurarse el control sobre todos los resortes influyentes. Esto unida a su gran influencia personal sobre
Felipe IV le confirió un poder absoluto.
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El principal programa de Olivares en política interior se dirigió hacia la unificación de los distintos reinos del
estado español, tanto en ocupación de cargos como en la distribución de impuestos y la mayor cooperación al
mantenimiento de los conflictos bélicos. Mediante la Unión de Armas cada reino tenía que contribuir según su
censo con los soldados necesarios para las campañas que la política castellana emprendía.
Pero el ideario de Olivares no perseguía una simple federación unificada de estados, sino un centralismo en el
que Castilla impondría sus criterios al resto de los reinos. Ello provocó una crisis nacional desintegradora con
brotes en:
• CATALUÑA: La gran crisis del siglo XVII se produciría de forma especial a partir de 1640 en que la
peste, la carestía y el hambre precipitarían las graves consecuencias de la errónea política de Olivares.
Su centralismo materializado en las fuertes cargas tributarias y en la permanencia de tropas
castellanas e italianas en Cataluña provocarán un levantamiento.
La culminación de los incidentes catalanes tuvo lugar con el violento motín del Corpus de Sangre (7 de junio
de 1640) en que bandas armadas atacaron a la alta burguesía y a la aristocracia siendo asesinado el virrey.
Cataluña se declaró república independiente.
Hasta 1659, en que se firmó la Paz de los Pirineos, Cataluña mantuvo constante luchas por su independencia.
• SUBLEVACIÓN DE PORTUGAL: 6 meses después del levantamiento catalán se producía en
Portugal un levantamiento independentista. Los Habsburgo, ya desde el reinado de Felipe III no eran
bien mirados por los portugueses, entre otras cosas porque las riquezas de sus colonias eran utilizadas
para mantener la costosa política exterior de Castilla. Por otra parte, el nacionalismo portugués no
aceptaba el centralismo de Olivares y sus fuertes tributos.
A los levantamientos populares se unieron diversos factores que facilitaron la rebelión final como el apoyo de
Francia e Inglaterra y el descontento de los nobles, uno de los cuales, el duque de Bragança subiría después al
trono de Portugal con el nombre de Juan IV.
El levantamiento se produjo en 1 de diciembre de 1640 prolongándose las hostilidades durante varios años.
Por último Portugal sería reconocida como nación independiente en el año 1668.
• DISTURBIOS EN ANDALUCÍA Y VIZCAYA: El malestar tanto de la nobleza como del pueblo se
manifestó también aunque sin la trascendencia de Portugal en Andalucía y Vizcaya.
La fracasada sublevación de Andalucía en 1641 fue capitaneada por el duque de Medina Sidonea y le marqués
de Ayamonte a quienes había animado la experiencia de Portugal. Olivares mandó ejecutar a Ayamonte y así
terminó el levantamiento aunque en 1652 se producirían nuevos disturbios de carácter popular como reacción
a la depresión económica y a especulación.
El descontento de Vizcaya se manifestó en 1635 cuando trató de imponerse el servicio militar obligatorio y
gravarles con el impuesto de la sal, lo cual atentaba contra sus fueros. Tras un periodo de silencio el gobierno
ejecutó a los cabecillas y abolió el tributo de la sal con lo que el conflicto terminó.
POLÍTICA EXTERIOR
En el exterior Olivares se propuso recobrar el prestigio hegemónico español en clara decadencia desde el
reinado anterior.
España sigue inmersa en la guerra de los 30 años (1618−1648). Se trata de una verdadera guerra europea en la
que se enfrentan por un lado la casa de Austria, la española y la alemana, defensora del orden tradicional y por
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otro los defensores del orden moderno (los países protestantes: Holanda, Dinamarca y Suecia), apoyados por
la Francia del cardenal Richelieu.
Con Olivares y Richelieu son dos los conceptos políticos que se enfrentan: el nuevo concepto de una Europa
integrada por estados independientes y soberanos en un equilibrio recíproco (Richelieu), y el viejo concepto
de cristiandad que supone seguir manteniendo una Europa jerarquizada bajo los poderes universales del
pontificado y el imperio (Olivares).
Acabada la tregua con Holanda no quiso el valido renovarla, abriendo así una nueva fase en las largas guerras
con lo Países Bajos. La toma de la plaza de Breda en 1625 supuso en parte la recuperación del prestigio
perdido. Sin embargo en 1626 se perdió la Valterina, el valle austríaco que ponía en comunicación las
posesiones españolas en Italia con el imperio germánico interviniendo en ello el cardenal Richelieu, el
poderoso ministro Luis XIII, principal instigador contra España durante este periodo.
En 1635 Francia entra oficialmente en la guerra de los 30 años declarando la guerra a España y al imperio. En
la batalla de Rocroi en 1643 el general francés Condé derrotó a los tercios españoles. Tras la nueva derrota de
España en Lens en 1647, es necesario rendirse. La paz de Westfalia en 1648 pone fin a la guerra. España
reconoce la independencia de Holanda y la Europa de los estados sustituye a al Europa del Papado y del
imperio.
Los tratados de 1648 no terminaron con la guerra entre España y Francia, que no acabará hasta 11 años más
tarde, con el Tratado de los Pirineos en 1659.
La política de Olivares provocó también la ruptura de las relaciones con Inglaterra cuya amistad y alianza
había sabido mantener sus predecesores.
CARLOS II (1665−1700)
Al morir Felipe IV en 1665 España se encuentra en una situación de extrema debilidad económica y militar.
La corona pasó a Carlos II que entonces contaba con 4 años de edad. Enfermizo desde su nacimiento todas las
cortes europeas esperaban su muerte para repartirse la herencia. De sus dos matrimonios con María de Orleans
y María de Neoburgo no tuvo hijos. Durante su minoría de edad gobierna su madre Mariana de Austria. Ni
durante la regencia de la reina madre ni durante el reinado de Carlos II hallaron solución los problemas de
España.
Las posesiones españolas fueron invadidas por Francia alegando Luis XIV derechos legítimos sobre ellas por
estar casado con la infanta española María Teresa, hermana de Carlos II. En realidad el monarca se
aprovechaba de la notoria debilidad de España.
Aunque en la Paz de Aquisgram fuera devuelto a España el Franco Condado permanecieron en poder francés
las plazas flamencas invadidas.
El reinado de Carlos II se caracterizó por las intrigas cortesanas y europeas fomentadas por el problema
sucesorio. En 1675 se cumple la mayoría de edad del rey y según el testamento de Felipe IV la reina madre
debía cesar de sus funciones de gobernadora, pero la debilidad física y el carácter del joven rey hizo que el
gobierno siguiera primero en manos de doña Mariana y después en don Juan de Austria hasta que éste murió
en 1679. Desde ese momento hasta 1685 fue primer ministro el duque de Medinaceli. Tras la caída del duque
de Medinaceli se encargará del gobierno el conde de Oropesa. Su intento de reformar la administración y la
casa real tropezó con la oposición de la reina madre y de María de Neoburgo, siendo destituido en 1691.
En política exterior el conde de Oropesa dio pruebas de sagacidad y eficacia negociando con Suecia, Austria y
el imperio La Liga de Augsburgo a la que se sumó Inglaterra y Holanda. La finalidad de la liga era luchar
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contra las ambiciones expansionistas de Luis XIV. En 1689 estalla la guerra entre Francia y La Liga. Los
principales escenarios de la lucha fueron Flandes y Cataluña, y en ambos las campañas empezaron siendo
favorables al rey francés. La guerra termina con la Paz de Ryswick en 1697 por la que Francia devolvía todas
las conquistas hechas en Holanda y los Países Bajos españoles, así como las plazas ocupadas en Cataluña. La
generosidad de Luis XIV con España tenía una explicación: ambicionaba la corona española para un miembro
de su familia.
LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
La muerte de Carlos III planteaba un problema sucesorio al trono español al no haber tenido descendencia.
Varios fueron los aspirantes que argumentaron derechos a la corona.
Luis XIV la quería para su nieto Felipe de Anjou mientras el emperador Leopoldo I de Austria la reclamaba
para su hijo el archiduque Carlos. Ambos estaban emparentados con el monarca español. Tras numerosas
intrigas el cardenal Portocamero logró del monarca moribundo un testamento a favor de Felipe de Anjou.
El peligro de que se rompiera el equilibrio europeo a favor de Francia hizo que una Gran Alianza integrada
por Inglaterra, Holanda, Portugal, Saboya y el imperio lucharan contra Francia y España defendiendo la causa
del archiduque Carlos. Dentro de España los catalanes, aragoneses y valencianos apoyaron a don Carlos
considerándole representante del federalismo político de la corona de Aragón frente al nuevo centralismo de
origen francés.
La guerra de sucesión empieza con las derrotas francesas en el Danubio, Flandes y Turín. A primeros de mayo
de 1704 el pretendiente austríaco desembarcó en Lisboa y en octubre llega a Barcelona donde estableció su
corte siendo proclamado rey de España en Valencia. Mientras un ejército anglo−portugués se apoderaba de
Madrid que pronto caería de nuevo en manos de Felipe V.
Las campañas de 1710 en la Península decidieron el resultado de la guerra. Las batallas de Brihuega y
Villaviciosa favorables a Felipe V dejan relegado al archiduque Carlos a Barcelona. Poco después la muerte
del emperador José I, convierte a Carlos en emperador de Austria. Ninguna potencia europea deseaba la unión
entre Austria y España que llevaría a resucitar el imperio de Carlos V de forma que la Paz de Utrecht puso fin
a la guerra de sucesión. Felipe V fue reconocido como rey de España, renunciando a sus derechos al trono de
Francia. Pero el imperio español sufrió seria pérdidas: Austria se quedó con Flandes, Nápoles y Cerdeña;
Saboya con Sicilia; Inglaterra con Gibraltar y Menorca. Inglaterra fue la gran ganadora, ya que además de las
posesiones españolas y otras que hubo que cederle a Francia, obtuvo importantes ventajas en el tráfico
colonial concedidas por España como el monopolio, durante 30 años, para la importación de esclavos negros
(Tratado del Asiento) y el derecho a enviar anualmente un navío de permiso a América del Sur, lo que fue el
origen de todo tipo de abusos mercantiles.
EL ARTE DEL SIGLO XVII
INTRODUCCIÓN
El Barroco surge como una reacción contra el nacionalismo renacentista. El hombre barroco prefiere
sumergirse en el mundo de la imaginación. El Barroco es, en este sentido, el mundo de la fascinación, de la
fantasía y de la imaginación que han de ser consideradas como una evasión individual o colectiva frente a una
realidad insatisfactoria. Es muy significativo que el barroco español coincida como todo el barroco europeo
con la gran crisis económica y social del siglo XVII. De carácter popular y conservador conecta
fundamentalmente con la sensibilidad del pueblo frente al espíritu elitista e intelectual que animaba al
renacimiento.
LA ARQUITECTURA BARROCA
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El estilo barroco triunfa en arquitectura durante el siglo XVII. Al recargamiento y la fantasía propios de este
estilo colabora la línea curva dominante en las nuevas construcciones y que con el paso del tiempo adquirirá
recargadísimas formas que impone José de Churriguera. Obras de este estilo son el Palacio de Nuevo Baztan,
la Casa de Goyeneche y la Plaza Mayor de Salamanca. Este estilo churrigueresco representa la culminación
del estilo barroco en el que la decoración de fachadas parece no conocer término.
A Fernando Casas Novoa se debe la fachada del Obradoiro de la catedral de Santiago y a Hipólito Rovira, el
palacio del marqués de dos aguas en Valencia.
El mayor propagador del estilo de Churriguera fue Pedro de Ribera cuya obra pertenece ya al siglo XVIII o
edificios como el antiguo hospicio de Madrid, la Iglesia de Nuestra Señora del Puerto y el puente de Toledo.
LA ESCULTURA BARROCA
El mayor esplendor de la escultura española tiene lugar en el siglo XVII. Las imágenes religiosas
policromadas (imaginería) talladas en madera adquieren renombre en toda Europa y pasan de un naturalismo
clásico a principios de siglo al más exaltado barroquismo.
El Castilla destaca la obra de Gregorio Hernández, autor de imágenes llenas de dramatismo. Sus cristos y
pasos de Semana Santa son sus mayores aciertos. La escuela sevillana, menos extremista, está representada
por Juan Martínez Montañés, autor sobretodo de retablos y por Juan de Mesa, escultor de imágenes
profesionales. También destacan el granadino Alonso Cano con su famosa Virgen con el Niño y su discípulo
Pedro de Mena dedicado a la imaginería.
LA PINTURA BARROCA
El siglo XVII es el siglo de oro de la pintura española. Los temas de los pintores barrocos españoles son
fundamentalmente los religiosos y en ellos muestran la emoción mística de las figuras representadas.
La pintura barroca se inicia en España con dos pintores levantinos: Ribalta y Ribera.
Francisco Ribalta es un gran pintor tenebrista. Son famosas su Visión de San Francisco y la Cena. Francisco
Ribera es quizá el mejor de los tenebristas españoles del Barroco. De Ribalta y los maestros italianos aprendió
esta técnica con la que hacía resaltar las figuras de santos y filósofos sobre los fondos oscuros propios de esta
escuela. San Andrés y la Piedad son obras de este periodo. En la segunda etapa de su producción los fondos se
van aclarando hasta alcanzar matices dorados pero persiste un crudo realismo patente por ejemplo en el
Martirio de San Bartolomé o en la Escala de Jacob.
Otro pintor importante es Zurbarán, considerado un pintor fundamentalmente religioso. Lo mejor de su obra
lo constituyen los cuadros de santos de órdenes religiosas, así como distintas composiciones sobre la vida de
San Pedro Nolasco y de San Buenaventura. Realizó varias obras para la sacristía del monasterio de Guadalupe
y la Cartuja de Jerez.
Diego Velázquez (1599−1680), uno de los máximos exponentes de la pintura española de todos los tiempos
fue introducido como pintor de la corte por su suegro y maestro Pacheco. Contando con el favor de Felipe IV
y su valido el conde duque de Olivares sus obras pronto adquieren gran renombre. Estimulado por otro
maestro y admirador de su obra, Rubens, viajó a Italia en tres ocasiones y en aquel país conoce los diversos
estilos que marcarán las tres etapas de su producción.
En la 1ª de estas etapas Velázquez está influido por el tenebrismo y sus figuras destacan en el lienzo con gran
luminosidad. Las mejores muestras de esta etapa son la Vieja Friendo Huevos y el Aguador de Sevilla, en
temas de carácter realista. En los mitológicos que el maestro trataba siempre con cierto aire satírico merecen
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especial atención la Fragua de Vulcano y el Triunfo de Baco también conocida como los Borrachos.
A la 2ª etapa del pintor corresponden los retratos secuestres de Felipe IV, del conde duque de Olivares y del
príncipe Baltasar Carlos, así como varios bufones y la Rendición de Breda conocida también como las
Lanzas.
Las obras de su última etapa son las que especialmente se han hecho figurar entre los grandes maestros de la
pintura de todos los tiempos. El retrato de Inocencio X, Venus mirándose en el espejo, paisajes de Villa
Medicis constituyen un verdadero avance de las soluciones impresionistas del siglo XIX. Finalmente sus dos
obras cumbres en las que supo resolver de modo insuperable los problemas de la perspectiva son las
Hilanderas y las Meninas.
Por último, Murillo cultivó especialmente los temas sencillos de carácter familiar uniendo a las influencias
italianas las de los maestros Ribera y Zurbarán. Entre sus más populares creaciones se encuentran la
Inmaculada Concepción. También los niños fueron tema favorito en sus obras destacando el Divino Pastor y
los Niños de la Concha de carácter religioso o más realistas como Niños comiendo melón o los Vendedores de
Fruta.
FELIPE V (1700−1746)
A la muerte de Carlos II tiene lugar la Guerra de Sucesión. Acabada con la firma del Tratado de Utrecht
España pierde los Países Bajos, Luxemburgo, Milán, Nápoles y Cerdeña. España queda reducida a sus límites
peninsulares y a su imperio colonial americano. Inglaterra consigue Menorca, Gibraltar, el derecho de asiento
y el navío de permiso.
POLÍTICA INTERIOR
Felipe V es un monarca absolutista y centralista. Por los decretos de nueva planta pierden los fueros Aragón y
Valencia después de la victoria de Almansa. También Cataluña prohibiéndose hablar la lengua catalana.
En otro orden de cosas se implanta la Ley Sálica.
POLÍTICA EXTERIOR
España no se resiste a perder sus territorios europeos por un lado y por otro la segunda esposa de Felipe V
Isabel de Farnesio trata de conseguir recuperar territorios para sus hijos Carlos y Felipe ya que de su primer
matrimonio Felipe V tenía dos hijos, Luis y Fernando. Ello hace que la política exterior española sea agresiva.
• Intervención unilateral de España: En 1718 España ocupa Cerdeña y Sicilia. Se forma la cuádruple
alianza entre Inglaterra, Holanda, Francia y el imperio. Se firma la paz de Cambray. Se devuelve las plazas
conquistadas. Se reconoce a Carlos el derecho de sucesión a Parma, Plasencia y Toscana.
• Intervención en la Guerra de Sucesión de Polonia: En 1733 firma con Francia el primer pacto de familia e
interviene en al guerra de sucesión de Polonia. Por el tratado de Viena se reconoce a Carlos como rey de
Nápoles y Sicilia.
• Guerra de Sucesión de Austria: En 1743 España por el segundo pacto de familia interviene en la guerra de
sucesión de Austria. Acaba con la paz de Aquisgram en 1748 reconociendo a Felipe los ducados de Parma,
Plasencia y Guastalla.
Por último hay que destacar que en 1732 se produce al conquista de Osram.
FERNANDO VI (1746−1759)
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En política interior contó con el ministro Ensenada. A este ministro, se debe:
• la creación de los pósitos
• la construcción del canal de Castilla
• la mejora de las carreteras y caminos
• aumenta el tesoro nacional
• se crean los astilleros del Ferrol y Cartagena
• aumenta la industria metalúrgica
En general es una política de reactivación económica muy positiva.
En política exterior, España continúa hasta 1748 inmersa en la guerra de sucesión de Austria para ver
satisfechas las aspiraciones de Isabel de Farnesio, pero acabada, España entra en un periodo de paz y
neutralidad que durará más de diez años y que contribuyó decisivamente en la mejora de la situación
económica.
CARLOS III (1759−1788)
POLÍTICA INTERIOR
Llega a España tras una larga experiencia de gobierno como rey de Nápoles. Hasta 1766 cuenta con dos
ministros italianos: Grimaldi como secretario de Estado y Esquilache ministro de guerra y hacienda, además
de Campomanes, Aranda y Floridablanca en el consejo de Castilla. Parecía que iba a haber reformas.
Las malas cosechas de 1764 y 65 provocan carestía de los precios y el malestar social; a esto se unen varias
órdenes de Esquilache, como la de vestir capa corta y el sombrero de tres picos, lo que motiva el motín de
Esquilache que comienza en Madrid, pero se extiende a Zaragoza y al País Vasco y que fue duramente
reprimido.
Son muchos los hechos destacados durante el reinado de Carlos III:
• Supresión de la Compañía de Jesús: se les acusaba de una excesiva influencia al monopolizar la
enseñanza de calidad, incluso se les acusó de ser los instigadores del motín de Esquilache. Antes de
ser expulsados de España lo habían sido de Portugal y Francia y después lo serán de Nápoles y Parma
hasta que en 1773 Benedicto XIV decretó la disolución de la compañía. Las consecuencias no fueron
buenas. La medida produjo un auténtico trastorno en las universidades españolas y el desastre
económico en América donde los jesuitas gestionaban las reducciones.
• Leyes agrarias: un mal endémico de la agricultura española era la mala distribución del régimen de
propiedad. El ministro Aranda publica en 1766 unas leyes para Extremadura que en 1768 y 1770 se
hacen extensivas a todo el reino: se trataba de distribuir entre braceros y jornaleros las tierras
caminales de los concejos. Fue un primer intento fallido de reforma agraria.
• Al ministro Aranda se deben las siguientes reformas:
• expulsión de la Compañía de Jesús
• primeras leyes agrarias
• disminución de los privilegios de la Mesta
• apertura de los canales de Tauste y Tortosa
• apertura de las escuelas de experimentación agrícola
• proteccionismo para desarrollar la industria nacional
• el proyecto de la colonización de Sierra Morena.
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• Al ministro Floridablanca la política de obras públicas y el decreto de libertad de comercio con las Indias.
• A Campomanes el desarrollo de las Sociedades Económicas de amigos del país.
POLÍTICA EXTERIOR
Hay dos hechos importantes:
1º, en 1761 se firma el tercer pacto de familia que lleva a España a intervenir junto a Francia en una guerra
contra Inglaterra y Portugal. Terminada con la paz de París en 1763 España cede a Inglaterra la Florida y a
Portugal la colonia de Sacramento. Francia en compensación cede a España al Luisiana.
2º, intervención en la guerra de la Independencia de EE.UU. Acabada en la paz de Versalles en 1783 España
recupera Florida, la colonia de Sacramento y Menorca.ç
CARLOS IV (1788−1808)
POLÍTICA INTERIOR
En 1789 promulga la Pragmática Sanción por la que quedaba abolida la Ley Sálica. Ese mismo año por el
impacto y el temor a los hechos de la revolución francesa se paralizan las reformas.
Entre los ministros de Carlos IV hay que citar a: Floridablanca, que intenta seguir con el programa de
reformas y ayudar a Luis XVI. Fue separado del gobierno en 1792; Aranda, partidario del acercamiento a la
Francia revolucionaria y Godoy que representa un equilibrio entre la reforma y el conservadurismo.
POLÍTICA EXTERIOR
Se impone sucesivamente los principios monárquicos y estratégicos:
• Guerra con Francia (1793−1795): el general Ricardos ocupa el Rosellón y los franceses Cataluña, San
Sebastián, Bilbao, etc. Hay un pacto con Francia por temor a las simpatías hacia los franceses
ilustrados. Por la Paz de Basilea Francia abandona los territorios ocupados a cambio de la parte
española d la isla de Santo Domingo.
• Firma del Tratado de San Ildefonso con Francia en 1796. La flota española es derrotada en el cabo de
San Vicente. Los ingleses se apoderan de Trinidad y nuevamente de Menorca. En 1798 Godoy es
destituido.
• El 2º tratado de San Ildefonso con Napoleón en 1800. Godoy es nombrado generalísimo. A
continuación estalla la guerra llamada de las naranjas contra Portugal. La guerra acaba con la Paz de
Amiens en 1803 por la que España recupera Menorca.
• Nueva guerra contra Inglaterra en 1804 y nueva derrota en Trafalgar en 1805.
• Tratado de Fointeneblau con Francia en 1807 para colaborar en el bloqueo comercial a Inglaterra. El
tratado implicaba la ocupación de Portugal que sería dividida en tres partes, una de ellas, el sur, para
Godoy. En oposición a esta política fue creciendo un grupo cortesano que protagonizará el proceso
del Escorial, conspiración contra Godoy en la que participó el príncipe heredero Fernando y que fue
descubierta y el motín de Aranjuez que provoca la caída de Godoy y la proclamación de Fernando VII
como nuevo rey de España.
GOYA (1746−1828)
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Francisco de Goya nació en Fuendetodos (Zaragoza). Su padre tuvo que trasladarse a Zaragoza, donde Goya
asistió a las clases de José Luzán, que había sido discípulo de Lucas Jordan. A los 17 años se traslada a
Madrid continuando su formación pero sin lograr triunfar en los concursos de la academia de Bellas Artes.
Hace un viaje a Italia y recibe le premio de la academia de Parma. Regresa a España y en 1771 pinta en la
capilla del Pilar el fresco de la Gloria. Unos años después se casó con la hermana del también pintos aragonés
Vallen, bien situado en la corte que logra colocarlo como dibujante de cartones en la fábrica de tapices. Con
ello cobra fama y es presentado en la corte. En 1780 marcha a Zaragoza a pintar la cúpula del Pilar, pronto sus
retratos causan la admiración del Madrid elegante. Carlos IV le nombra pintos de la corte y toda la
aristocracia quiere posar para él. Es un época feliz. Pero en 1794 termina esta primera etapa de su vida al
padecer una grave enfermedad que le deja sordo.
Comienza entonces su segunda etapa. Sigue trabajando pero su carácter ha cambiado; se hace más íntimo,
imaginativo, más triste, ha perdido la alegría y el optimismo. Entonces realiza los Caprichos. Su pintura es
una crítica severa que caricaturiza a la sociedad. Sin embargo con estas obras alternaron otras más serena:
retrata a los reyes y a aristócratas, realiza los frescos de San Antonio de la Florida y el retrato de la familia de
Carlos IV. Vive luego al guerra de la Independencia e la que ocntempla escenas de horror que aumentan su
pesimismo. El rey José I le nombra pintor de cámara, retrata a un nuevo rey y a algunos de sus generales.
Acabada la guerra en 1814 comienza su tercera etapa. Fernando VII le mantiene en su cargo de pintor de
cámara. Es una etapa de acentuado pesimismo; ha perdido a sus amigos y la confianza en la Vorte. Todo ello
se refleja en su obra: su paleta se reduce al ocre, blanco y negro abundando los temas sombríos y trágicos. De
esta época son las extranas Pinturas Negras de la quinta del sordo (su casa) que están llenas de amargura. Sin
embargo también pinta algunos retratos, obras religiosas,etc.
La obra de Goya más que independiente, puede llamarse revolucionaria. No siguió la línea neoclásica
dominante. Es un pintor realista con una imaginación desbordante, gran dominio del color y profunda
captación de la psicología de los personajes por él retratados.
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