ASESORIA PSICOLÓGICA VIRTUAL

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ASESORIA PSICOLÓGICA VIRTUAL
CUÁNDO CONSULTAR EN LÍNEA Y POR QUÉ
RAZONES?
Ps. Graciela Pardo A. y Ps. Myriam Rodríguez P.
Comité científico
Tu apoyo online Ltda.
El saber psicológico es de carácter universal, es un conocimiento que permite a las personas manejar en forma
más adecuada sus problemas, disfrutar con mayor plenitud de la vida y prevenir complicaciones futuras. Este
saber está conformado por actitudes, comportamientos, habilidades y formas de ver el mundo que facilitan el
desarrollo personal, académico, laboral y social del ser humano.
Los seres humanos aprendemos desde niños formas de manejar los problemas, a través de nuestros padres,
pares y medios de socialización. Buscamos las causas de nuestras dificultades, pedimos consejo o guía de
amigos, familiares u otras redes de soporte, diseñamos posibles alternativas de solución y generalmente las
implementamos con mayor o menor éxito.
No obstante, el problema básico se presenta cuando este saber general resulta insuficiente y conlleva
estrategias de afrontamiento poco exitosas, que generan altos niveles de tensión emocional y costos personales
y sociales. Por ello, resulta fundamental la adquisición de habilidades psicológicas que compensen estos déficits
y promuevan nuestro buen vivir. El aprendizaje de estas habilidades es tan importante para la vida diaria como el
ser bilingüe o profesional.
Cuando una persona es conciente de sus necesidades y desea aprender a manejar exitosamente los retos de la
vida cotidiana puede acceder a servicios de atención psicológica directa o virtual.
La Asesoría Psicológica virtual (“online”) es una modalidad de comunicación que favorece una atención
psicológica a distancia, rápida y de fácil acceso gracias a las nuevas tecnologías de la información. La consulta de
asesoría psicológica online de hecho no sustituye la atención especializada cara a cara o directa que se puede
establecer entre una persona que busca apoyo y un@ psicólog@ asesor@.
¿Cuál es la diferencia entre los conceptos de asesoría o consejería psicológica y psicoterapia?
La asesoría o consejería psicológica, ya sea virtual o directa, se refiere a un proceso dirigido a la atención
oportuna de problemas psicológicos de baja complejidad. Corresponde a un primer nivel de atención en salud, es
decir, a intervenciones de índole educativa, en donde se enseñan formas de prevenir dificultades en la
comunicación interpersonal, se brindan conocimientos básicos sobre auto-control, solución de problemas,
control del estrés y manejo de la crisis; o se detectan algunos comportamientos que aún no son disfuncionales,
pero que podrían llegar a serlo sin una orientación adecuada. Ejemplos de algunos motivos de consulta de este
nivel son: déficits en la comunicación interpersonal, dificultades en la toma de decisiones, alteraciones leves del
estado de ánimo, episodios depresivos o de ansiedad, timidez, problemas de pareja, mal genio, impulsividad,
miedos, problemas de desadaptación laboral, de aprendizaje y académicos, o relacionados con la interacción
social o el auto-cuidado de la salud.
Estas intervenciones dirigidas a poblaciones de bajo riesgo, pretenden fortalecer estilos y habilidades de
afrontamiento ante los problemas de la vida diaria, prevenir el desarrollo de trastornos psicológicos y realizar la
detección oportuna del nivel de riesgo en que se encuentra la persona, con el propósito de orientarla
oportunamente hacia la búsqueda de las mejores alternativas de solución.
La psicoterapia es un proceso mediante el cual se brinda atención psicológica a personas que presentan
problemas emocionales o de conducta que alteran su calidad de vida en forma moderada o severa y que
requieren intervención especializada, bien sea para manejar la fase aguda del problema, o para brindar apoyo
sistemático a personas con problemas crónicos e incluso terminales.
La psicoterapia está dirigida a poblaciones de mediano y alto riesgo, caracterizadas por presentar trastornos
que ameritan atención especializada orientada a prevenir problemas graves de salud mental, que alteran
significativamente la calidad de vida de la persona, así como su entono familiar, escolar, laboral y social. Dentro de
estos problemas encontramos los trastornos afectivos, que pueden acompañarse de intentos de suicidio; los
trastornos de ansiedad de gran magnitud; los problemas de control de impulsos y control de la ira, que ponen en
riesgo la vida propia y la de otros; problemas graves de fármaco-dependencia; alteraciones cognitivas,
emocionales y de comportamiento asociadas a disfunciones orgánicas; trastornos alimentarios que amenazan la
vida; trastornos psicóticos, demencias y trastornos de personalidad, entre otros.
En este nivel de atención, pueden requerirse intervenciones psicoterapéuticas, psicosociales y farmacológicas
para el adecuado manejo de la problemática.
¿Para cuidar de nuestro bienestar psicológico se necesita contar con psicólogo de cabecera?
La frecuencia de asistencia a un servicio de psicología depende de las necesidades de cada individuo, del nivel de
conciencia personal sobre el cuidado del bienestar psicológico, del nivel de riesgo que se verifica y del nivel de
complejidad de la problemática que se enfrenta.
Esto no significa que se requiera vivir con “psicólogo(a) de cabecera” en forma permanente. Significa que
debemos cuidar en forma continua de nuestro “bienestar psicológico” y observar si se presentan cambios
importantes en nuestro estado de ánimo o comportamiento, que requieran de apoyo profesional, por ejemplo:
incapacidad para disfrutar de la vida como antes; cambios importantes en patrones de sueño o alimentación;
presencia constante de emociones desagradables, bien sean de índole depresiva, o de preocupación excesiva
por nuestros problemas; aumento de la agresividad e irritabilidad; incapacidad percibida para responder
adecuadamente a demandas familiares, de pareja, laborales, académicas o sociales, entre otros.
¿Por qué algunas personas se niegan a asistir a servicios de asesoría y consejería psicológica y
psicoterapia?
Son varias las razones que llevan a las personas a aplazar al máximo la consulta psicológica:
La primera de ellas es el desconocimiento de la importancia de cuidar de nuestro “bienestar psicológico” y no
saber como hacerlo. Muchas personas creen que la vida debe vivirse de manera intuitiva, espontánea, que se
responderá a los eventos cuando sea necesario y en ese momento se establecerá un curso de acción
determinado; sin embargo, esta creencia no corresponde con las exigencias de la vida moderna, en donde la
planeación y el control de las situaciones requieren habilidades específicas para responder adecuadamente a
todo tipo de problemas.
La segunda razón se refiere a la falta de conocimiento sobre qué hace un psicólogo y a la imagen social que se
tiene sobre el mismo. Algunas personas creen que si asisten a este tipo de consulta, de alguna manera, esto
podría significar que fueron incapaces de lidiar con sus propios problemas, lo que podría interpretarse como
pérdida de la autonomía y acarrear la burla de otros. Por esta razón, algunos de los consultantes que acuden a
servicios de Psicología, suelen hacerlo de manera secreta.
La tercera razón se relaciona con las creencias de algunas personas, de que los servicios de psicología son para
“locos” o personas con grandes alteraciones de su salud mental. Esta es una creencia basada en el trabajo inicial
que realizaban los psiquiatras en el campo de la salud mental a mediados del siglo pasado. En el presente, se
trabajan los problemas de adaptación bajo una perspectiva que implica el desarrollo del potencial humano, y
adicionalmente, los modelos de abordaje que se basaban en la patología, han sido desplazados por enfoques
sobre el aprendizaje humano, en donde el comportamiento se evalúa desde las posibilidades de cambio y las
habilidades preservadas, y no desde el déficit y la patología.
La cuarta razón es el temor a confiar a un desconocido la vida privada, por considerar que esa persona no tendría
la capacidad para entender y asesorar adecuadamente a quien busca ayuda. Igualmente, se cree que si el(la)
asesor(a) no tiene las mismas características que quien consulta (edad, sexo, estado civil, raza etc) no está en
condiciones para brindarle la ayuda que él requiere. Si bien estas creencias son comprensibles, no cuentan con
un respaldo empírico, pues la evidencia ha demostrado que la capacidad de ayuda no depende de este tipo de
factores, sino de la preparación académica y personal del (la) asesor(a) o terapeuta.
La quinta razón se relaciona con el temor al cambio de comportamiento, pues muchos individuos, si bien
reconocen sus problemas o déficits, consideran que ellos “nacieron así” y que no podrán cambiar. Por otra parte,
algunas personas verbalizan que desean cambiar, pero no están dispuestas a realizar el esfuerzo requerido para
lograr sus metas. Estos temores son comprensibles pero poco realistas, dado que el proceso de cambio puede
darse de manera gradual y adaptarse al ritmo y posibilidades de cada persona. Además, el (la) asesor(a) o
terapeuta está siempre dispuesto(a) a brindar apoyo y acompañamiento para superar las dificultades que
pueden encontrarse en los procesos de cambio.
Estas razones se han convertido en verdaderas barreras para el cuidado del “bienestar psicológico”. Gracias a la
divulgación que se hace actualmente sobre los servicios de Psicología, se vienen cambiando paulatinamente
este tipo de creencias que son muy peligrosas, porque impiden prevenir trastornos de la conducta que
deterioran la calidad de vida de individuos, familias y comunidades, y producen altos costos sociales y
económicos.
Aunque parece existir conciencia en el público en general sobre la necesidad de cuidado de los “físico”, de
“nuestro cuerpo”, no hacemos esfuerzos sistemáticos por cuidar de nuestra calidad de vida y de nuestro
“bienestar psicológico”. Este es un problema que se verifica a nivel mundial y sobre el cual deberíamos prestar
más atención. No en vano, la Organización Mundial de la Salud ha considerado la Salud Mental como una
prioridad en Salud Pública en el mundo, estimando que para el año 2020 la depresión será la segunda causa de
morbi-mortalidad, después de la enfermedad isquémica cardíaca; y señalando además, que de las 20 primeras
causas de discapacidad a nivel mundial, seis de ellas pertenecen a los llamados trastornos mentales y
conductuales. Estos son datos realmente preocupantes.
OMS (2001) Informe sobre la salud en el mundo: Nuevos conocimientos, nuevas
esperanzas. Organización Mundial de la Salud. Washington
¿En qué momentos o etapas de la vida es fundamental que una persona acuda donde el psicólogo?
En cualquier momento de la vida pueden aparecer alteraciones psicológicas, pero existen ciertos momentos del
ciclo vital en donde por condiciones del desarrollo biopsicosocial y de las demandas sociales de nuestro entorno,
se presentan procesos de re-adaptación, que pueden generar una mayor necesidad de apoyo psicológico.
Uno de estos momentos del ciclo vital es la adolescencia, debido a que en esta fase de la vida se construye el
sentido de identidad y auto-eficacia personal, familiar, de pareja, laboral, vocacional y social.
Otra época de transición clave se refiere al inicio de la edad adulta, en donde los retos asociados a la conformación
y mantenimiento de la pareja, el nacimiento y educación de los hijos, la búsqueda de éxito profesional y de
oportunidades de estabilidad económica, son fundamentales.
Otro momento de transición es el que se refiere al período de la adultez mayor, que generalmente se acompaña de
la desvinculación laboral y las consecuencias económicas que de esta situación se derivan, el re-encuentro con la
pareja (si ésta existe) o la búsqueda de pareja, el fenómeno del nido vacío (los hijos se van de la casa) y la posible
presencia de enfermedades que implican el no poder gozar plenamente de la vida.
Los niños también podrían necesitar apoyo psicológico, pero dado que ellos son menores de edad y se
encuentran bajo la protección de sus padres o cuidadores más cercanos, corresponde a los adultos determinar
si existen cambios importantes en el estado de ánimo o en el comportamiento, que justifiquen o no, la búsqueda
de asesoría psicológica.
¿Qué tan efectiva es la ayuda que se brinda a través de la asesoría o consejería psicológica y la
psicoterapia?
Tanto la asesoría y consejería psicológica como la psicoterapia son procesos fundamentados científica y
tecnológicamente, que han demostrado su efectividad en el desarrollo de las potencialidades del ser humano y en
la adopción de cambios en el comportamiento que facilitan el bienestar biopsicosocial y el mejor ajuste a las
demandas del entorno.
Tanto la asesoría y consejería psicológica como la psicoterapia implican una relación de ayuda cualificada, se
rigen por principios científicos, éticos y morales que tienen como propósito beneficiar y proteger a los
consultantes. Son objetivos primordiales de la asesoría y consejería psicológica y de la psicoterapia, facilitar el
cambio, promover en el consultante su capacidad para tener control sobre su propia vida y estar preparado para
las recaídas en caso de que ellas se presenten.
Existen diferentes tipos de consejería y terapia psicológica. La Organización Mundial de la Salud ha reconocido la
efectividad de la terapia cognitivo-comportamental y la terapia interpersonal en el manejo de problemáticas
psicológicas. Existen otros tipos de terapias como la psicoanalítica, la humanista y la sistémica. Todas ellas son
aproximaciones conceptuales y metodológicas que implican visiones diferentes sobre los problemas humanos y
la relación de ayuda, y todas ellas hacen aportes significativos para el bienestar del ser humano.
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