arrendamiento congelado. rescision por subarrendamiento. la

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812290. . Tercera Sala. Sexta Época. Informes. Informe 1966, Pág. 21.
ARRENDAMIENTO CONGELADO. RESCISION POR SUBARRENDAMIENTO. LA
NULIDAD JUDICIALMENTE DECLARADA DE LA AUTORIZACION OTORGADA AL
RESPECTO AL INQUILINO ASI COMO DEL CONTRATO DE ARRENDAMIENTO
CELEBRADO CON POSTERIORIDAD POR LAS PARTES, AL CUAL SE VINCULO
DICHA AUTORIZACION, DA LUGAR A DECLARAR PROCEDENTE LA ACCION
RESCISORIA. En el caso concreto quedó intangible la sentencia reclamada en cuanto
declaró nulo el contrato de arrendamiento celebrado el 1o. de julio de 1955 respecto del hotel
"Campo- amor" y reconoció como único contrato válido el celebrado entre las partes con
fecha 22 de junio de 1946, en cuya virtud la Suprema Corte de Justicia de la Nación no puede
emitir juicio sobre el particular. Por lo tanto, el arrendador está obligado a restituir al
arrendatario el exceso sobre las rentas cubiertas en relación con las estipuladas en el contrato
válido. Mas, a su vez, la celebración del contrato de subarrendamiento aparece como
violatoria del contrato válido y justifica la demanda de rescisión. Celebrado el nuevo contrato
en 1o. de julio de 1955 pactándose un aumento de más de doble de la renta estipulada en el
convenio primitivo, la autorización para subarrendar otorgada por escrito al arrendatario en
15 del propio mes de julio, está notoriamente vinculada con el segundo contrato y se explica
por el cambio tan importante del contenido del convenio, como lo reconoció la quejosa
Covadonga Puente de Prado al absolver en primera instancia. En esas condiciones, la nulidad
del segundo convenio necesariamente produce la anulación de dicha autorización; por ende,
el subarrendamiento, carente ya de justificación jurídica, es causa de rescisión del contrato
primitivo, en los términos del artículo 7o., fracción II, del decreto que prorrogó la vigencia de
los contratos de arrendamiento. No es aceptable la tesis de la quejosa en el sentido de que
dicha rescisión sólo puede obtenerse en juicio independiente que se inicie y tramite con
posterioridad a la fecha en que cause ejecutoria la sentencia que declaró la nulidad, pues en el
caso, dicha rescisión se demandó por vía reconvencional y la posibilidad de la reconvención
aceptada por el Código de Procedimientos Civiles tiende a lograr que en un mismo juicio se
definan las situaciones jurídicas de las partes y se esclarezcan sus derechos y obligaciones
recíprocas para que ninguna resulte beneficiada con perjuicio de la otra. Un principio
elemental de igualdad exige que las consecuencias de la nulidad redunden en beneficio y
perjuicio de ambas partes; de la misma suerte como la actora demandó desde luego la
restitución de las rentas pagadas con exceso como consecuencia de la nulidad, el demandado
pudo contrademandar la rescisión del convenio como consecuencia de la propia nulidad.
Amparo directo 1265/64. Covadonga Puente de Prado. 9 de junio de 1966. Unanimidad de
cinco votos. Ponente: Mariano Azuela.
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