De Cocentaina a Barcelona, pasando por Alicante. A partir del Mundial de Fútbol España’82, se vivió una época de bonanza a nivel nacional para las empresas de autocares. El aumento de turistas, las perspectivas económicas del país eran favorables para crecer en el sector servicios. En 1985, muchos alicantinos estuvimos pendientes de la decisión final de dos ejecutivos americanos enviados por la Disney, que buscaban terrenos en la zona de Pego para construir un gran parque de atracciones en Europa (EuroDisney). Fue por aquella época cuando recibí una llamada de un amigo de Barcelona; “Roberto, no te calientes la cabeza, ya está decidido: la Disney va a París y Barcelona tendrá la Olimpiada”. Un año después, el 17 de octubre de 1986, el COI designaba a Barcelona sede de la XXV Olimpiada en 1992. Los hechos descritos en el párrafo anterior fueron decisivos para que ese mismo año, de 1986, tomase la decisión de dejar La Contestana. Durante los cuatro años siguientes (1987-1990) residí en Alicante. Allí me dediqué al turismo, aunque seguí vinculado a los autocares que realizaban líneas internacionales. No olvidaré ninguna de las visitas que los amigos “socarrats” me hacían en mi oficina de la Estación de Autobuses de Alicante. Los sábados a mediodía, no faltaba a su cita semanal, nuestro querido amigo y paisano el Padre Sansalvador IHS pasaba por la oficina antes de subir al autobús. Era entonces cuando acordábamos la hora de regreso del domingo por la noche. Sus charlas y relatos en el coche, hacían corto el viaje de Cocentaina a Alicante para toda mi familia. Otro visitante asiduo era Rafael Pascual “El Coixo de la Serrería”. Este socarrat me enseñó una forma económica para viajar -o a bajo coste, como dicen ahora-; continuamente se pasaba por la Cámara de Comercio para informarse y apuntarse a todas las misiones comerciales que preparaba la Cámara a países extranjeros. El secreto estaba en que los fondos de la Cámara subvencionaban una parte o la totalidad de las plazas que viajaban, -así conoció medio mundo-. Un lunes, Rafel me vino a ver con claras intenciones; “Roberto, quiero irme a Rusia de vacaciones… lo quiero ya y necesito que me ayudes”. Le advertí de lo difícil que sería conseguir el visado en menos de una semana pero le di la dirección de una agencia de viajes en Madrid especializada en Rusia. A los cinco días recibí una postal de la Plaza Roja; “Roberto estoy en Moscú, Rafael”. A su regreso me contó todas sus aventuras en Rusia. Yo también estuve a punto de viajar a la extinta URSS. Siendo vocal de la Comisión de Turismo del Ayuntamiento de Alicante, conocí a Alfreds Rubiks, alcalde de Riga -capital de Letonia, ciudad hermanada con Alicante-. Él me pidió que estudiase un proyecto para desarrollar el transporte turístico en la ciudad del Báltico. Con la caída del Muro de Berlín el 9 de Noviembre de 1989 en plena Perestroika llegó también su destitución y mi primer proyecto en el extranjero quedo en una ilusión. En 1991, dejando a mis amigos en Alicante, me trasladé a mi nuevo destino en Barcelona. Eran muchas las cosas que tenía que aprender, muchos los clientes que debía atender y muchas las decisiones que tomar. Fue todo un reto profesional asumir la organización del transporte de grandes eventos, congresos, peregrinaciones masivas, desplazamientos a las finales europeas del Barça, etc. Además fue la década gloriosa del dream team entrenado por Cruyff y Rexach. Recuerdo el día en que conocí a Amador Bernabéu –entonces vocal de la junta directiva del club “blau grana”-. Conversando con él en una de las reuniones me dijo: “hablas como mi padre”. A partir de ahí fue fácil descubrir que su padre era oriundo de Cocentaina. Con Cruiff y Rexach Ese mismo año hicimos una prueba piloto del transporte de deportistas, para detectar y subsanar los fallos que se podrían presentar al año siguiente en 1992, cuando la Olimpiada BARCELONA’92 fuese el punto de mira de todo el mundo. Gracias a Dios y al excelente equipo de profesionales que me rodeaba, el transporte oficial en Barcelona’92 fue todo un éxito. Un diploma del COOB (Comité Organizador Olimpiada Barcelona’92) y la insignia de oro de la Olimpiada, compensaban los malos tragos sufridos – que siempre los hay-. Recuerdo los más angustiosos: El día en que detectamos una bomba colocada en el interior de uno de los autocares –que por suerte no explotó- y el plante que intentaron hacer la mayoría de conductores el día de la clausura - de esto no se dijo nada en la prensa -. Debo admitir que no fue una tarea fácil, se tenían que combinar unos 20.000 servicios diarios de autocar, coordinar 675 autocares –Pegaso- venidos de toda España, más de 800 conductores, acompañantes, mecánicos, personal logístico, (alojamiento para los conductores), comedores, repostajes, contratación, seguridad, parking, etc. Planning de BARCELONA’92 Terminada la Olimpiada, Autocares JULIÁ se había convertido en un punto de referencia mundial del sector del transporte de viajeros. Durante los años siguientes hubo cambios internos en la estructura de la empresa, que aumentaron mis responsabilidades en el Grupo. Credenciales Oficiales de la Olimpiada y el Enlace Matrimonial. En el verano de 1997 contactamos con una importante agencia de viajes de Kiev, capital de Ucrania, fue el inicio del proyecto “JULIA UKRAINA”, que detallaré en un capitulo aparte. Ese mismo año el 4 de octubre de1997, fue unos de los días más significativos de mi vida profesional, tuve el honor de dirigir los autocares contratados por la Casa Real española, que transportaron a toda la realeza y autoridades mundiales que asistieron al enlace nupcial de SAR la Infanta Cristina con Don Iñaki Urdangarin en Barcelona. Gracias a las pruebas –en secreto- y la perfecta coordinación con los servicios de seguridad de la Casa Real, el transporte fue todo un éxito. Invitados a la Boda Invitados a la Boda Unos meses más tarde, el 25 de enero 1998 en Olessa de Montserrat tras asistir a un Concierto de la Orquesta Sinfónica del Vallés bajo la dirección de Salvador Brotóns Brotóns, me dirigí a los camerinos para felicitar al director. Su apellido me era familiar, así que le pregunté por sus orígenes, respondiéndome que “su bisabuela se apellidaba Brotóns y era oriunda de Cocentaina. Su bisabuelo, Joan Bautista Brotóns nació en Castelló de les Gerres. La ocasión hizo que le comentara que tenía un “socarrat” bajo su batuta en Palma de Mallorca, Eduardo Bernabéu al que definió como un buen profesional. Conversamos sobre Cocentaina “un pueblo de músicos”. Entonces me dijo, “posiblemente mi vena por la música se deba a la herencia de mis antepasados”. Asamblea de EUROLINES Organitation (empresas europeas de líneas internacionales).