02-tu.qxd 03/08/01 20:13 Página 1 2 El crimen del prefecto ENTRE La Plata, sábado 4 de agosto de 2001 TRES GUARDIACARCELES Una fatal historia de amores y desamores, soledad y obsesión Una trama de encuentros y desencuentros rodea la investigación del homicidio del prefecto Eduardo Alberto Manzo. Su ex esposa y la actual pareja de ésta están detenidos por el crimen. Todavía no se descarta la participación de una tercera persona. Todos tenían problemas psicológicos Una pareja que intenta formarse sobre los escombros de un amor acabado. Un hombre abandonado, en soledad, sufriendo el desamor como una obsesión; la melancolía, el enamoramiento absurdo y obsesivo. Y el crimen pasional al final del camino. Una historia de encuentros y desencuentros rodea la investigación del homicidio del prefecto Eduardo Alberto Manzo (43). Una trama en la que quedan inmersos un amor acabado entre un matrimonio con dos hijos, cinco años de separación, reconciliaciones imposibles y una nueva relación que intenta sortear las piedras que en el camino deja el que se resiste a perder, el abandonado. Gente común bajo una enorme presión, al borde del abismo. Así parecen haber llegado Laura Gabriela Gobernatori (34) y Marcelo Adrián Hermida (26), los sospechosos del asesinato, y Manzo, la víctima, a la madrugada del martes 31 de julio. Los tres tenían carpetas médicas por problemas psicológicos, la joven incluso, debía tomar antidepresivos prescriptos por su médico. Para ella, que se desempeñaba como guardiacárcel de la Unidad 10 de Melchor Romero, se había ordenado un descanso que la alejara de sus actividades laborales desde el 29 de febrero hasta el 29 de julio. Hermida, por su parte, cumple con una licencia de larga duración por una patología psicológica. Y en los tres años y dos meses que revista en el Servicio Penitenciario Bonaerense ya había soli- Oscar Salas. El abogado de la joven sospechada del homicidio buscará las respuestas en el pasado citado otras dos licencias médicas: una por neurosis fóbica y la otra por una enfermedad psicosomática. El prefecto Eduardo Manzo había sacado una carpeta de 20 días el 20 de febrero pasado y gestionó otra 24 horas antes de su asesinato. Gobernatori y Manzo se encontraban legalmente divorciados desde 1996. El trámite legal había sido llevado adelante de común acuerdo, aunque según puede desprenderse de la investigación del homicidio, las cosas no habían sido tan simples. Las fuentes hablaron a Trama Urbana de varios intentos del prefecto por recomponer una pareja que ya no tenía futuro. Un sentimiento de posesión que podría haber terminado con la víctima como victimario. Algunos de ellos, dijeron, terminaron en hechos de violencia denunciados por la mujer ante autoridades judiciales. La joven madre había recompuesto su vida sentimental con otro hombre: Hermida. La pareja mantenía un no- viazgo formal, eran novios a punto de casarse, aunque ahora, ante la Justicia, plantearían estrategias defensivas diferentes que van desde la inimputabilidad hasta la posible participación de una tercera persona. El “tercero” que ayuda a cargar el cadáver de Manzo en el baúl del Volkswagen Polo que apareció abandonado en la esquina de 15 y 86 y facilitó el hallazgo del cuerpo envuelto en una frazada, maniatado, con una bolsa de nylon en la cabeza y signos de haber sido feroz- mente golpeado en el rostro. Una participación que bien puede ser entendida como un desesperado intento por sembrar falsas pruebas antes de abandonarlo; indicios que llevaron a los investigadores a pensar en un crimen mafioso relacionado a las actividades de la víctima. El tercero cuya participación podría otorgar algún fundamento al “olvido” del zapato de la víctima en la escena del crimen (la casa de Gobernatori), de los trapos ensangrentados en el Falcon amarillo de Hermida o en la ropa con sangre en su casa de Berazategui, allanada el pasado miércoles, porque las pruebas contra los aprehendidos son muchas, tantas que sorprenden y hacen demasiado simple el esclarecimiento del hecho. Sin embargo, las fichas estarían jugadas sobre la teoría de la inimputabilidad y el amplio arco de la estrategia defensiva puede llevar a los sospechosos de locos a inocentes. La idea de que una alteración de la conciencia no le habría permitido a Gobernatori comprender la criminalidad de sus actos y dirigir sus acciones sobrevuela la investigación, aunque la joven le haya dicho a su abogado, Oscar Salas, que era inocente, en el breve encuentro que mantuvieron el jueves. Todo parece indicar que Gobernatori y Hermida tenían que cortar su vínculo con el padre de los hijos de la mujer. Y la única manera que habrían encontrado, tan desesperados como para dejar decenas de pruebas, fue el homicidio. Del casamiento a la estrategia individual 10 años ofreciendo calidad, higiene y atención Noviaban formalmente y planeaban casarse. Laura Gabriela Gobernatori (34) y Marcelo Adrián Hermida (26) quedaron detenidos sospechados del homicidio de la ex pareja de la mujer y comenzaron a plantear sus estrategias defensivas con dos abogados diferentes. HOY: LOCRO EMPANADAS TUCUMANAS Pastas elaboradas a mano Ñoquis, Ravioles, Tallarines, Canelones al tuco............................................$ 3,00 La mejor calidad en Parrilla Asado y vacío de ternera Pollos a la parrilla y al spiedo, lechón Envíos c/cargo Mencione este aviso Dg. 74 Nº 2455 esq. Pza. Irigoyen Tel: 457-3054 Sugerencias: [email protected] Dando la cara. Hermida no se escondió ante las fotos A la mujer la defiende el platense Oscar Salas, mientras que el joven es representado por un abogado de Quilmes. Los defensores, debido a la desinfección que se cumple en los tribunales platenses, no tuvieron acceso todavía al expediente, por lo que parece prematuro analizar las estrategias defensivas que van a adoptar. Sin embargo, es posible trazar el panorama con el que se van a encontrar al momento de observar lo actuado por la policía y los fiscales que intervinieron en el caso. Las pruebas contra los sospechosos serán muchas, recolectadas todas en las primeras horas de la investigación. Si se los encuentra culpables, se querrá saber si actuaron víctimas de un impulso defensivo para poder mantener la pareja, o si planearon el homicidio.