Noticias de Investigación Medscape Medical News, 5 de enero de 2012 El consumo frecuente de aspirina está asociado con una forma más grave de DMAE Dr. Daniel M. Keller E l consumo frecuente de aspirina se asocia con un mayor riesgo de padecer Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE) temprana y DMAE húmeda tardía, según un artículo publicado en el número de Ophthalmology del pasado mes de enero. Los resultados del European Eye Study, un amplio estudio poblacional transversal, sugieren que debe tenerse precaución al recomendar la aspirina a pacientes con DMAE temprana o tardía para tratar otras condiciones, como por ejemplo la prevención de la enfermedad cardiovascular (ECV). Cuando se ajustan todos los parámetros de edad, sexo, educación, tabaquismo, índice de masa corporal, diabetes, ECV, angina, colesterol y presión arterial sistólica, las personas que tomaban aspirina a diario presentaban más del doble de riesgo de DMAE húmeda que los participantes que nunca consumían aspirina. La investigación, dirigida por el Dr. Paulus T.V.M. de Jong, profesor emérito de epidemiología oftálmica en el Academic Medical Center y miembro del Netherlands Institute of Neuroscience en Amsterdam, incluyó a 4.691 participantes mayores de 65 años, a los que se eligió tomando una muestra aleatoria de registros poblacionales en 7 países. Se entrevistó a los participantes acerca de factores sociodemográficos, de salud y de estilo de vida. El uso de aspirina se dividió en las siguientes categorías: “nunca” (n = 2760), “mensualmente o menos” (n = 766), “semanalmente pero no a diario” (n = 326), o “diariamente” (n = 839). Se tomaron imágenes digitalizadas en color de los fondos de ojo en cada centro participante y se enviaron a Rotterdam (Países Bajos), donde dos miembros del equipo los clasificaron de acuerdo al Sistema Internacional de Clasificación para la Maculopatía Asociada a la Edad y la DMAE. Los grados 1, 2 y 3 se correspondían a DMAE temprana, mientras que el grado 4 se correspondía con DMAE › nº 468 tardía, que se subdividió en DMAE húmeda y seca. La DMAE húmeda se definió como un desprendimiento seroso o hemorrágico del epitelio pigmentario retinal, una membrana neovascular subretinal, hemorragia subretinal u otros signos. Los participantes con grado O (mácula libre de drusas o irregularidades pigmentarias o con drusas duras) fueron los pacientes control. La principal medida de resultado media fue el índice de probabilidad (IP) de DMAE en usuarios de aspirina. Las personas que tomaban aspirina a diario eran de una edad más avanzada, tenían menos probabilidades de fumar y presentaban menor presión sanguínea y niveles de colesterol, pero más ECV y angina. El 36,4% de los participantes en el estudio padecía DMAE temprana, y un 3,3% experimentaba DMAE tardía, de los cuales aproximadamente dos tercios tenían la forma húmeda y un tercio la forma seca. El uso más frecuente de aspirina se asoció con mayores grados de DMAE. Un tercio de los individuos con DMAE húmeda consumía aspirina a diario en comparación con el 16% de los participantes en el grupo de control. Se observaron tendencias similares en el índice de probabilidad cuando los investigadores ajustaron los parámetros solo para la edad y el sexo, o para edad, sexo y Sección coordinada por César Villa Collar ECV (en ambos P < .001 para las tendencias). No hubo una asociación significativa de la aspirina con la DMAE húmeda según la presencia o ausencia de ECV o angina (por ejemplo, la DMAE fue independiente de la ECV o angina). Para los 42 casos de DMAE seca en los que se contaba con información acerca del consumo de aspirina y los potenciales factores de confusión, la DMAE seca no se asoció con el consumo de aspirina tras el ajuste de la edad y el sexo. También se observaron tendencias significativas en el uso de aspirinas y DMAE temprana para grado 1 (n = 1652) y grado 2 (n = 463) de DMAE cuando se ajustaron todos los factores de confusión potenciales (P = .001 y P < .001, respectivamente, para las tendencias). Sin embargo, no se observó tal asociación para el grado 3 (n = 114; P =.9). Entre las limitaciones del estudio destaca su naturaleza retrospectiva y transversal, con la posibilidad de error en lo referente al recuerdo del consumo de aspirina y los posibles factores de confusión. Además, no había datos acerca de las dosis de aspirina o el uso de medicamentos antiagregantes o anticoagulantes. El Dr. de Jong ha comentado que “las personas deberían ser conscientes de que la aspirina, a menudo adquirida sin receta médica, puede tener efectos adversos, además de las hemorragias gastrointestinales y de otro tipo, también para la DMAE”. Y ha destacado que se necesitan ensayos aleatorios para averiguar si existe una dosis crítica de aspirina en relación con el riesgo de DMAE. Basándose en este estudio y en la literatura publicada, el Dr. de Jong recomendaría a las personas con DMAE temprana o tardía que no tomen aspirina para el dolor, y, en el caso de que la necesiten para la prevención primaria de la ECV, que lo consulten con su médico. “Para la prevención secundaria… los beneficios del consumo diario de aspirina pesan más que los riesgos”, concluye el Dr. de Jong. El Dr. George Williams, director del Departamento de Oftalmología y director del Beaumont Eye Institute en el William Beaumont Hospital en Royal Oak (Michigan, Estados Unidos), profesor clínico de oftalmología y ciencias biomédicas en Oakland University William Beaumont School of Medicine y un corresponsal experto para la Academia Americana de Oftalmología, ha comentado a Medscape Medical News que el estudio “suscita algunas preguntas interesantes”, pero “no proporciona una respuesta definitiva al papel de la aspirina en el desarrollo de la DMAE”. ÓPTICA OFTÁLMICA Tabla 1. Asociación del uso de aspirina y la DMAE húmeda tardía. Uso de aspirina IP (95% de intervalo de confianza) Nunca 1 Mensualmente o menos 0.85 (0.42 – 1.72) Al menos semanalmente, pero menos que a diario 1.30 (0.59 – 2.87) Diariamente 2.26 (1.66 – 3.08) Valor P para la tendencia <.001 * Ajustado para todos los factores de confusión potenciales. No se observa una tendencia consistente entre los estudios respecto a esta cuestión, y los diferentes criterios de inclusión y definiciones de la gravedad de la DMAE hacen que resulte difícil comparar entre ellos. “La fortaleza de este estudio es que cuenta con documentación fotográfica del estado de la degeneración macular”, señala el Dr. Williams. “En algunos de los otros estudios, sabemos exactamente el consumo de aspirina porque los participantes estaban aleatorizados a aspirina. Sin embargo, en dichos estudios nos apoyamos en datos menos sólidos para determinar el grado de degeneración macular.” Otros factor de confusión potencial es que la aspirina es un componente de muchos medicamentos sin prescripción, y los pacientes no son conscientes de ello. Al Dr. Williams le preocupa que, aunque el estudio comenzó con casi 4.700 pacientes, al final solo hubo 36 personas en el grupo de DMAE húmeda que habían estado tomando la aspirina a diario. Por eso, señala que le gustaría contar con cifras más contundentes antes de dar totalmente por sentado que existe una relación entre el consumo de aspirina y la DMAE húmeda. Además, ha recordado que el valor de la aspirina profiláctica para la prevención de la ECV empieza a estar bajo un intenso escrutinio. “Los médicos van a tener que informar a sus pacientes acerca de la posibilidad de una asociación [entre el consumo de aspirina y el desarrollo de la DMAE]”, ha señalado. “Así que los pacientes que tomen aspirina deberían abordar con su médico las razones por las que toman aspirina, cuáles son los beneficios, y luego decidir si deben o no continuar tomándola. Pero, en este momento, no veo que haya una razón definitiva para que los pacientes dejen de tomar aspirina si está indicada para su salud general”, aclara. Una desventaja para los médicos de atención primaria es que la mayoría no tiene un conocimiento global del estado de la degeneración macular de sus pacientes. “Esto requerirá una comunicación entre los profesionales de la atención primaria y los oftalmólogos para determinar la mejor solución para cada paciente”, concluye el Dr. Williams. Marzo 2012 ›