Rastreo de sustancias tóxicas en América del Norte: programa

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Proyecto RETC de la
CCAAN
los datos del RETC en
colaboración con las partes
interesadas e involucradas.
• Coordinación con otras
organizaciones internacionales
en el contexto de las
actividades globales y
regionales relacionadas con el
RETC.
•
•
•
•
breve
El objetivo del proyecto de RETC de
América del Norte de la Comisión es
asegurar que los ciudadanos tengan
acceso a información precisa sobre las
emisiones y transferencias de
sustancias químicas tóxicas liberadas
por establecimientos
específicos en sus
“El Consejo Internacional de
comunidades. Las
Asociaciones Químicas
actividades del
(International Council of Chemical
proyecto incluyen:
Las consultas y la
colaboración con
grupos de interés
(incluidos
gobiernos, indusAssociations-ICCA) apoya los
tria, grupos de
Publicación de un
informes de emisiones y considera
interés ciudadanos
informe anual
que estos programas pueden
y otros) son parte
sobre emisiones y
proporcionar datos muy valiosos
esencial del
transferencias de
que ayuden a documentar y
programa de RETC
contaminantes en
estimular la reducción de las
de la CCAAN. Un
América del Norte
emisiones y a comunicar la
Grupo Consultivo
(En balance) y
información al público indicado”.
multisectorial
preparación de un
—ICCA, ICCA Comments on
compuesto por
sitio en Internet
Pollutant Release and Transfer
diversas
que permita a los
Register (PRTR), 2000.
asociaciones de
usuarios el acceso
interesados y
a un conjunto de
personas
datos comparados.
provenientes de los tres países ha
Apoyo para el desarrollo ulterior del
ayudado a encaminar el
programa RETC en México.
desarrollo de los informes
Mejoramiento de la comparabilidad
anuales En balance y otros
entre los sistemas nacionales
aspectos del proyecto del RETC
correspondientes.
de América del Norte.
Exploración de vías para mejorar el
acceso y elevar la comprensión de
En
El FANCA y los RETC
El Fondo de América del Norte para la Cooperación Ambiental (FANCA) financia
en Canadá, México y Estados Unidos proyectos comunitarios que promueven las
metas y objetivos de la CCAAN. El tema central de diversos proyectos
financiados en 2000 son los RETC, el acceso a la información y la participación
ciudadana en la toma de decisiones ambientales. Por ejemplo, el FANCA presta
ahora su apoyo a acciones locales emprendidas para:
·• Utilizar en términos de comunidad datos de los RETC en dos ciudades de
la frontera México-Estados Unidos, en las que participan funcionarios
locales, la industria y la comunidad. Enlace Ecológico, A.C., Agua Prieta,
Sonora, México.
• Crear una red de justicia ambiental mediante supervisión ciudadana,
muestreo del aire y uso de sistemas de información geográfica.
Organización de Justicia Ambiental Little Village (Little Village Environmental Justice Organization), Chicago, Illinois, EU.
• Elaborar un programa de servicios de difusión, educación y apoyo a
ciudadanos y a la comunidad que utilizan la información de los RETC.
Instituto Canadiense de Legislación y Políticas Ambientales (Canadian
Institute for Environmental Law and Policy), Toronto, Ontario, Canadá.
• Operar un foro virtual para ayudar a la ciudadanía a consultar y utilizar los
datos de los RETC y demás información ambiental en México. Programa
La Neta, S.C., México D.F., México.
Mayor información
Si desea información adicional
o participar en el proyecto del RETC
de la CCAAN, comuníquese con:
Erica Phipps
Gerente de Programa
Comisión para la Cooperación
Ambiental de América del Norte
393, rue St-Jacques Ouest, Bureau 200
Montreal (Quebec) Canadá H2Y 1N9
Tel: (514) 350 4323
Fax: (514 350 4314
Correo-e: <[email protected]>
O visite la página del RETC en el
sitio web de la CCAAN (en “Contaminantes y Salud”) en
http://www.cec.org
Rastreo de
sustancias tóxicas
en América del Norte
Programa RETC
de la CCAAN
En 1984 varios miles de habitantes de Bhopal, India, fallecieron a causa
de la exposición a una nube de gas de isocianato de metilo que una planta
de plaguicidas liberó por accidente. El desastre provocó la reconsideración
en todo el mundo de los peligros que las plantas industriales representan
para la seguridad pública. El derecho a la información sobre el uso y
transporte de sustancias químicas tóxicas en áreas pobladas ganó muchos
adeptos.
En muchas lugares, sin embargo, tener acceso a este tipo de información
sigue siendo un reto. Los registros centrales de emisiones y transferencias
de sustancias tóxicas pueden ser una ayuda. Dichos registros, a los que
se conoce como registros de emisiones y transferencias de contaminantes
(RETC), ayudan a los ciudadanos, profesionistas del medio ambiente, industriales y gobiernos a medir y manejar las sustancias tóxicas.
En un programa nacional de RETC, las plantas industriales de sectores
económicos específicos presentan informes anuales tanto de las
cantidades de sustancias químicas prioritarias liberadas al medio
ambiente en sitio como de las cantidades enviadas fuera de sitio para su
tratamiento o eliminación. Las sustancias químicas se seleccionan
siguiendo varios criterios. Algunas, como el asbesto y el benceno, son
cancerígenas. Otras pueden dañar órganos específicos del cuerpo. Otras
se sabe o se sospecha que son o ayudan al desarrollo de neurotoxinas.
Los contaminantes tóxicos bioacumulables, como ciertos metales pesados
y organoclorados, son motivo de particular preocupación por sus efectos
a largo plazo, que obedecen a su potencial para acumularse en los tejidos
de los seres humanos y otros organismos vivos.
Los sistemas RETC, que reúnen la información en una base de datos de
búsqueda, constituyen una herramienta importante para usuarios tan
diversos como, por ejemplo, un grupo comunitario que evalúa el registro
ambiental de una fábrica local, el gerente de una planta industrial que
establece metas de reducción de emisiones tóxicas o el científico
ambientalista que investiga los efectos de los contaminantes industriales
en el aire, agua y suelo de una región.
Al poner a disposición pública los datos sobre contaminantes y sus
fuentes, los RETC proporcionan a todos los miembros de la sociedad
(ciudadanos, líderes empresariales, asesores ambientales, investigadores,
funcionarios gubernamentales, etc.) una herramienta muy valiosa para
establecer prioridades, promover mejoras ambientales y seguir su avance.
Hacia una integración
de datos sin fronteras
En general, los RETC se establecen para
el ámbito nacional, pero los contaminantes
no saben de fronteras políticas y las
cruzan ya sea por aire o agua. También
son transportados a otros países en
camiones, trenes y embarcaciones para su
tratamiento o eliminación. La Comisión
para la Cooperación Ambiental de
América del Norte (CCAAN) reconoció
esta realidad transfronteriza y emprendió
un esfuerzo trinacional para rastrear a
escala subcontinental los datos sobre
sustancias tóxicas.
La CCAAN fue creada por los países
miembros del TLC (Canadá, México y
Estados Unidos) a fin de cooperar en la
protección del medio ambiente
compartido, con un interés especial en los
retos y oportunidades que surgen dentro
del contexto del libre comercio a lo largo
y ancho del subcontinente.
Desde el comienzo de su iniciativa de
RETC de América del Norte en 1995, la
CCAAN ha trabajado con los programas
nacionales de registro de Canadá
(Inventario Nacional de Emisión de
Contaminantes), Estados Unidos
(Inventario de Emisiones Tóxicas) y
México (Registro de Emisiones y
Transferencia de Contaminantes) para
crear un perfil de América del Norte de
emisión y transferencia de contaminantes.
En su publicación anual En balance, la
CCAAN analiza los datos del RETC de
América del Norte para identificar las
Inventario Nacional de Emisión
de Contaminantes de Canadá
El Inventario Nacional de Emisión de
Contaminantes (NPRI, por sus siglas en
inglés), administrado por el Ministerio de
Medio Ambiente de Canadá, está en
operación desde 1993. El NPRI se
estableció con la ayuda de un comité
asesor compuesto por múltiples grupos
de interés, incluidos representantes de
organizaciones industriales, ambientales y
laborales, así como de los gobiernos
federal y provincial. Las plantas de casi
todos los sectores de la industria están
obligadas a presentar informes al NPRI, y
para el año 2000 el programa abarca 268
sustancias químicas. La renovación, en
1999, de la Ley Canadiense de Protección
Ambiental refuerza el programa NPRI, ya
que destaca los informes obligatorios y la
publicación de un informe anual. Los
usuarios pueden acceder a la base de
datos canadiense de búsqueda en línea en
www.ec.gc.ca/pdb/npri.
principales tendencias, al tiempo que
trabaja para que aumente la conciencia
ciudadanía respecto de los registros y los
diversos usos que se les puede dar para
proteger el medio ambiente.
Para la elaboración del informe En
balance sobre las emisiones y
transferencias de contaminantes en
América del Norte, la CCAAN reúne
información de las industrias y sustancias
químicas comunes en las listas de los
“Como representantes de la comunidad,
nos interesa el acceso a la información de
los RETC para facilitar el diálogo entre el
gobierno y la industria con la ciudadanía
en cuanto a la forma en que se manejan
las sustancias químicas, a fin de incrementar la confianza del ciudadano y sus
facultades en la toma de decisiones que
pueden afectar a su comunidad”. – Laura
Durazo, Directora, Proyecto Fronterizo de
Educación Ambiental, Tijuana, México,
The Power of Pollutant Information in the
Hands of the Public, 2000.
RETC nacionales. A la fecha, este
conjunto de datos “combinados” del
RETC de América del Norte incluye
sustancias químicas e industrias que se
encuentran tanto en el inventario de
Estados Unidos como en el de Canadá.
(Los datos de México se irán
incorporando a medida que estén
disponibles.)
Sintetizar la información contenida en los
RETC nacionales en una base de datos
subcontinental que permita el análisis
coloca a América del Norte a la
vanguardia de una tendencia mundial. No
obstante que diversos países
industrializados han instrumentado este
tipo de programas nacionales, la
cooperación entre Canadá, México y
Estados Unidos abre nuevos horizontes.
En junio de 2000, el Consejo de la
CCAAN, integrado por los más altos
funcionarios ambientales de Canadá,
México y Estados Unidos, firmaron la
Resolución de Consejo 00-07 sobre
Registros de Emisiones y Transferencias
de Contaminantes. En dicha resolución, el
Consejo destaca el valor de los RETC
como herramientas para el manejo
adecuado de las sustancias químicas, la
promoción de mejoras en el desempeño
ambiental y el acceso público a la
información sobre los contaminantes
emitidos y transferidos en y a través de las
comunidades. La resolución también
reafirma el compromiso del Consejo con
el trabajo analítico de la CCAAN sobre
los datos del RETC de América del Norte
(los informes anuales En balance). Los
ministros mencionan asimismo la
oportunidad de que América del Norte se
convierta en líder mundial en el desarrollo
y uso de tales registros.
Reconociendo que cada país elaborará su
registro según sus propias necesidades y
capacidades, la Resolución de Consejo 0007 establece un conjunto de elementos
básicos para garantizar la eficacia de los
sistemas de los RETC, incluidos los
siguientes:
Registro de Emisiones y
Inventario de Emisiones Tóxicas Transferencia de Contaminantes
de Estados Unidos
de México
En 1986, Estados Unidos aprobó la Ley
sobre Planeación de Contingencias
Ambientales y Derecho a la Información,
mediante la cual se creó el Inventario de
Emisiones Tóxicas (TRI, por sus siglas en
inglés) que reúne información de plantas
industriales sobre casi 650 sustancias
químicas. La legislación original tenía
como objetivo el sector fabril, pero ahora
también abarca otros sectores de la
industria, como minas de metales y de
carbón, plantas generadoras de
electricidad, plantas de manejo de
residuos peligrosos, establecimientos de
recuperación de solventes, vendedores
mayoristas de sustancias químicas y
estaciones de carga de petróleo a granel.
El inventario está disponible en línea y
permite a los usuarios obtener
información específica de una planta, área
geográfica o sustancia tóxica
(www.epa.gov/tri).
El RETC mexicano se basa en la
información incluida en una sección de
una forma única de permiso e información
industrial, la Cédula de Operación Anual
(COA). El Instituto Nacional de Ecología
(INE) es la autoridad federal responsable
de los datos del COA y del programa
RETC. El primer año en que se
presentaron informes al RETC fue 1997.
México ya elaboró su lista de la
información que debe presentarse al
RETC, la que incluye alrededor de 110
sustancias. Los establecimientos de los
once sectores industriales sujetos a
jurisdicción federal tienen la opción de
presentar informes de acuerdo con el
programa del RETC, que a la fecha es
voluntario. La información sobre el
programa nacional mexicano y
actividades relacionadas se encuentra en
www.ine.gob.mx/dggia/retc/ingles/
ingles.html.
• informes sobre sustancias individuales;
• informes sobre instalaciones
específicas;
• informes multi medios (v.g., emisiones
al aire, agua y suelo e inyección
subterránea y transferencias a otras
localidades para su manejo ulterior);
• informes obligatorios;
• informes periódicos (v.g., anuales);
• difusión pública de los datos por
instalaciones y tipos de sustancia;
• estructuras estandarizadas para las
bases de datos a efecto de facilitar tanto
la integración computarizada de
informes, como la recopilación, el
Cómo aprovechar los datos de los RETC
Primer paso: comprender sus limitaciones
Si se busca información de las fuentes y los posibles impactos de la contaminación
industrial, los RETC pueden ser una pieza importante del rompecabezas. Sin embargo, como todo sistema, los RETC tienen sus limitaciones.
Si consideramos que se comercian miles de sustancias químicas, los RETC rastrean
apenas un pequeño subconjunto de químicos potencialmente dañinos. Además,
algunos contaminantes atmosféricos comunes —óxidos de azufre y partículas
suspendidas, y gases de invernadero como bióxido de carbono y metano— no están
incluidos en el conjunto de datos comparados de América del Norte.
De manera similar, tampoco están incluidas todas las fuentes de sustancias tóxicas.
Por ejemplo, los contaminantes emitidos por automóviles y camiones por lo general
no se incluyen, ni tampoco fuentes naturales, actividades agrícolas y emisoras
pequeñas como tintorerías y expendios de gasolina.
Datos y riesgos de los RETC
“Los registros de emisiones y transferencia
de contaminantes (RETC) se están
convirtiendo en una de las innovaciones de
política ambiental más importantes de los
últimos 30 años. Tienen la posibilidad de
ayudar al público a comprender y conocer
los problemas de la contaminación, de
hacer que los gobiernos y la industria se
responsabilicen más ante la ciudadanía
por sus acciones y de reducir la generación y emisión al medio ambiente de
sustancias tóxicas y peligrosas”. – Mark
Winfield, Director de Investigación,
Instituto Canadiense de Legislación y
Políticas Ambientales (Canadian Institute
for Environmental Law and Policy,
CIELAP), resumen del documento leído en
la Conferencia Internacional de la OCDE
sobre los RETC, Tokio, septiembre de
1998.
análisis y la difusión de la
información;
• establecer límites al manejo de
información confidencial y definir lo
que se considera confidencial;
• perspectiva integral, y
• mecanismo de retroalimentación
pública para el mejoramiento continuo
del sistema.
Estos programas nacionales están
apoyados por la Agenda 21 de la
Conferencia de las Naciones Unidas
sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo
de 1992 (“Cumbre de la Tierra”), que
incluyó un llamado para el
establecimiento mundial de registros de
emisión de contaminantes y promovió el
principio del derecho de la comunidad y
los trabajadores a la información. En un
desarrollo adicional, la Recomendación
de Consejo de 1996 de la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos (OCDE) hizo un llamado a
los países miembro para considerar el
establecimiento de RETC accesibles al
público.
Los datos de los RETC son estimaciones de las cantidades de sustancias que las
plantas emiten al aire, agua y suelo o envían fuera de sitio para su manejo ulterior
durante un año en particular. Sin embargo, los números por sí solos no pueden
indicarnos si las poblaciones humanas o los ecosistemas han estado expuestos a
dichas sustancias ni, en caso afirmativo, hasta qué grado. Las sustancias tienen,
además, diversos grados de toxicidad y otras propiedades peligrosas. Por las razones
señaladas, los datos de los registros no pueden por sí solos indicarnos los niveles de
riesgo que las emisiones y transferencias representan para la salud o el medio
ambiente. Sin embargo, considerados junto con otra información relevante,
constituyen un importante punto de partida.
RETC y acción comunitaria
En toda América del Norte se llevan a cabo reuniones entre ciudadanos e industrias
locales para hablar del mejoramiento de la seguridad pública y la calidad del medio
ambiente. En estos ámbitos, los datos de los RETC proporcionan tanto a gerentes de
planta como a los ciudadanos información concreta que puede servir de base para
plantear preguntas y verificar el desempeño ambiental año con año.
Si se puede medir, se puede
manejar: rastreo de sustancias
por establecimiento
En un sistema de RETC típico, los
establecimientos informan las cantidades
de cada sustancia química liberada al
medio ambiente en sitio y las cantidades
transferidas fuera de sitio a plantas de
eliminación o tratamiento. Las emisiones
en sitio incluyen emisiones al aire,
descargas en cuerpos de agua
superficiales, tratamiento o eliminación
en suelo e inyección subterránea
“El público fue el primero en demandar
informes ambientales y al atender esta
demanda nos dimos cuenta de que la
información es muy útil para nuestra
propia administración. Hemos aprendido
de nuestros éxitos, nuestras faltas y las
lagunas en nuestros conocimientos. Es un
buen ejemplo de que la presión externa a
final de cuentas beneficia tanto al medio
ambiente como a la industria”.
— Ciba Geigy, Informe corporativo
ambiental, 1993.
(vertimiento de residuos líquidos a pozos
profundos en formaciones geológicas
conocidas). Las transferencias fuera de
sitio incluyen descargas a los sistemas de
drenaje y alcantarillado y transportación a
centros de tratamiento, reciclado y
eliminación.
Siguiendo la máxima “si se puede medir,
se puede manejar”, muchas plantas
industriales han descubierto que el rastreo
de contaminantes requerido por un RETC
los ayuda a detectar oportunidades para
reducir las cantidades de sustancias
tóxicas utilizadas y generadas por sus
actividades. Tales reducciones pueden
devenir en importantes ahorros para la
compañía, ya que disminuye la cantidad
de químicos de proceso u otros insumos
utilizados y los costos de manejo de
residuos. La prevención también evita el
movimiento de contaminantes de un
medio a otro, parecido a un juego tóxico
de “dónde quedó la bolita”.
La experiencia ha demostrado que abordar
el manejo de los contaminantes con un
enfoque preventivo es la forma más
efectiva de reducir la cantidad total de
sustancias tóxicas (tanto emisiones como
transferencias) informadas al RETC. Sin
lugar a dudas, para muchos observadores
el principal valor de los RETC es que
motiva a la industria a utilizar enfoques de
prevención de la contaminación.
Hacia una integración
de datos sin fronteras
En general, los RETC se establecen para
el ámbito nacional, pero los contaminantes
no saben de fronteras políticas y las
cruzan ya sea por aire o agua. También
son transportados a otros países en
camiones, trenes y embarcaciones para su
tratamiento o eliminación. La Comisión
para la Cooperación Ambiental de
América del Norte (CCAAN) reconoció
esta realidad transfronteriza y emprendió
un esfuerzo trinacional para rastrear a
escala subcontinental los datos sobre
sustancias tóxicas.
La CCAAN fue creada por los países
miembros del TLC (Canadá, México y
Estados Unidos) a fin de cooperar en la
protección del medio ambiente
compartido, con un interés especial en los
retos y oportunidades que surgen dentro
del contexto del libre comercio a lo largo
y ancho del subcontinente.
Desde el comienzo de su iniciativa de
RETC de América del Norte en 1995, la
CCAAN ha trabajado con los programas
nacionales de registro de Canadá
(Inventario Nacional de Emisión de
Contaminantes), Estados Unidos
(Inventario de Emisiones Tóxicas) y
México (Registro de Emisiones y
Transferencia de Contaminantes) para
crear un perfil de América del Norte de
emisión y transferencia de contaminantes.
En su publicación anual En balance, la
CCAAN analiza los datos del RETC de
América del Norte para identificar las
Inventario Nacional de Emisión
de Contaminantes de Canadá
El Inventario Nacional de Emisión de
Contaminantes (NPRI, por sus siglas en
inglés), administrado por el Ministerio de
Medio Ambiente de Canadá, está en
operación desde 1993. El NPRI se
estableció con la ayuda de un comité
asesor compuesto por múltiples grupos
de interés, incluidos representantes de
organizaciones industriales, ambientales y
laborales, así como de los gobiernos
federal y provincial. Las plantas de casi
todos los sectores de la industria están
obligadas a presentar informes al NPRI, y
para el año 2000 el programa abarca 268
sustancias químicas. La renovación, en
1999, de la Ley Canadiense de Protección
Ambiental refuerza el programa NPRI, ya
que destaca los informes obligatorios y la
publicación de un informe anual. Los
usuarios pueden acceder a la base de
datos canadiense de búsqueda en línea en
www.ec.gc.ca/pdb/npri.
principales tendencias, al tiempo que
trabaja para que aumente la conciencia
ciudadanía respecto de los registros y los
diversos usos que se les puede dar para
proteger el medio ambiente.
Para la elaboración del informe En
balance sobre las emisiones y
transferencias de contaminantes en
América del Norte, la CCAAN reúne
información de las industrias y sustancias
químicas comunes en las listas de los
“Como representantes de la comunidad,
nos interesa el acceso a la información de
los RETC para facilitar el diálogo entre el
gobierno y la industria con la ciudadanía
en cuanto a la forma en que se manejan
las sustancias químicas, a fin de incrementar la confianza del ciudadano y sus
facultades en la toma de decisiones que
pueden afectar a su comunidad”. – Laura
Durazo, Directora, Proyecto Fronterizo de
Educación Ambiental, Tijuana, México,
The Power of Pollutant Information in the
Hands of the Public, 2000.
RETC nacionales. A la fecha, este
conjunto de datos “combinados” del
RETC de América del Norte incluye
sustancias químicas e industrias que se
encuentran tanto en el inventario de
Estados Unidos como en el de Canadá.
(Los datos de México se irán
incorporando a medida que estén
disponibles.)
Sintetizar la información contenida en los
RETC nacionales en una base de datos
subcontinental que permita el análisis
coloca a América del Norte a la
vanguardia de una tendencia mundial. No
obstante que diversos países
industrializados han instrumentado este
tipo de programas nacionales, la
cooperación entre Canadá, México y
Estados Unidos abre nuevos horizontes.
En junio de 2000, el Consejo de la
CCAAN, integrado por los más altos
funcionarios ambientales de Canadá,
México y Estados Unidos, firmaron la
Resolución de Consejo 00-07 sobre
Registros de Emisiones y Transferencias
de Contaminantes. En dicha resolución, el
Consejo destaca el valor de los RETC
como herramientas para el manejo
adecuado de las sustancias químicas, la
promoción de mejoras en el desempeño
ambiental y el acceso público a la
información sobre los contaminantes
emitidos y transferidos en y a través de las
comunidades. La resolución también
reafirma el compromiso del Consejo con
el trabajo analítico de la CCAAN sobre
los datos del RETC de América del Norte
(los informes anuales En balance). Los
ministros mencionan asimismo la
oportunidad de que América del Norte se
convierta en líder mundial en el desarrollo
y uso de tales registros.
Reconociendo que cada país elaborará su
registro según sus propias necesidades y
capacidades, la Resolución de Consejo 0007 establece un conjunto de elementos
básicos para garantizar la eficacia de los
sistemas de los RETC, incluidos los
siguientes:
Registro de Emisiones y
Inventario de Emisiones Tóxicas Transferencia de Contaminantes
de Estados Unidos
de México
En 1986, Estados Unidos aprobó la Ley
sobre Planeación de Contingencias
Ambientales y Derecho a la Información,
mediante la cual se creó el Inventario de
Emisiones Tóxicas (TRI, por sus siglas en
inglés) que reúne información de plantas
industriales sobre casi 650 sustancias
químicas. La legislación original tenía
como objetivo el sector fabril, pero ahora
también abarca otros sectores de la
industria, como minas de metales y de
carbón, plantas generadoras de
electricidad, plantas de manejo de
residuos peligrosos, establecimientos de
recuperación de solventes, vendedores
mayoristas de sustancias químicas y
estaciones de carga de petróleo a granel.
El inventario está disponible en línea y
permite a los usuarios obtener
información específica de una planta, área
geográfica o sustancia tóxica
(www.epa.gov/tri).
El RETC mexicano se basa en la
información incluida en una sección de
una forma única de permiso e información
industrial, la Cédula de Operación Anual
(COA). El Instituto Nacional de Ecología
(INE) es la autoridad federal responsable
de los datos del COA y del programa
RETC. El primer año en que se
presentaron informes al RETC fue 1997.
México ya elaboró su lista de la
información que debe presentarse al
RETC, la que incluye alrededor de 110
sustancias. Los establecimientos de los
once sectores industriales sujetos a
jurisdicción federal tienen la opción de
presentar informes de acuerdo con el
programa del RETC, que a la fecha es
voluntario. La información sobre el
programa nacional mexicano y
actividades relacionadas se encuentra en
www.ine.gob.mx/dggia/retc/ingles/
ingles.html.
• informes sobre sustancias individuales;
• informes sobre instalaciones
específicas;
• informes multi medios (v.g., emisiones
al aire, agua y suelo e inyección
subterránea y transferencias a otras
localidades para su manejo ulterior);
• informes obligatorios;
• informes periódicos (v.g., anuales);
• difusión pública de los datos por
instalaciones y tipos de sustancia;
• estructuras estandarizadas para las
bases de datos a efecto de facilitar tanto
la integración computarizada de
informes, como la recopilación, el
Cómo aprovechar los datos de los RETC
Primer paso: comprender sus limitaciones
Si se busca información de las fuentes y los posibles impactos de la contaminación
industrial, los RETC pueden ser una pieza importante del rompecabezas. Sin embargo, como todo sistema, los RETC tienen sus limitaciones.
Si consideramos que se comercian miles de sustancias químicas, los RETC rastrean
apenas un pequeño subconjunto de químicos potencialmente dañinos. Además,
algunos contaminantes atmosféricos comunes —óxidos de azufre y partículas
suspendidas, y gases de invernadero como bióxido de carbono y metano— no están
incluidos en el conjunto de datos comparados de América del Norte.
De manera similar, tampoco están incluidas todas las fuentes de sustancias tóxicas.
Por ejemplo, los contaminantes emitidos por automóviles y camiones por lo general
no se incluyen, ni tampoco fuentes naturales, actividades agrícolas y emisoras
pequeñas como tintorerías y expendios de gasolina.
Datos y riesgos de los RETC
“Los registros de emisiones y transferencia
de contaminantes (RETC) se están
convirtiendo en una de las innovaciones de
política ambiental más importantes de los
últimos 30 años. Tienen la posibilidad de
ayudar al público a comprender y conocer
los problemas de la contaminación, de
hacer que los gobiernos y la industria se
responsabilicen más ante la ciudadanía
por sus acciones y de reducir la generación y emisión al medio ambiente de
sustancias tóxicas y peligrosas”. – Mark
Winfield, Director de Investigación,
Instituto Canadiense de Legislación y
Políticas Ambientales (Canadian Institute
for Environmental Law and Policy,
CIELAP), resumen del documento leído en
la Conferencia Internacional de la OCDE
sobre los RETC, Tokio, septiembre de
1998.
análisis y la difusión de la
información;
• establecer límites al manejo de
información confidencial y definir lo
que se considera confidencial;
• perspectiva integral, y
• mecanismo de retroalimentación
pública para el mejoramiento continuo
del sistema.
Estos programas nacionales están
apoyados por la Agenda 21 de la
Conferencia de las Naciones Unidas
sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo
de 1992 (“Cumbre de la Tierra”), que
incluyó un llamado para el
establecimiento mundial de registros de
emisión de contaminantes y promovió el
principio del derecho de la comunidad y
los trabajadores a la información. En un
desarrollo adicional, la Recomendación
de Consejo de 1996 de la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos (OCDE) hizo un llamado a
los países miembro para considerar el
establecimiento de RETC accesibles al
público.
Los datos de los RETC son estimaciones de las cantidades de sustancias que las
plantas emiten al aire, agua y suelo o envían fuera de sitio para su manejo ulterior
durante un año en particular. Sin embargo, los números por sí solos no pueden
indicarnos si las poblaciones humanas o los ecosistemas han estado expuestos a
dichas sustancias ni, en caso afirmativo, hasta qué grado. Las sustancias tienen,
además, diversos grados de toxicidad y otras propiedades peligrosas. Por las razones
señaladas, los datos de los registros no pueden por sí solos indicarnos los niveles de
riesgo que las emisiones y transferencias representan para la salud o el medio
ambiente. Sin embargo, considerados junto con otra información relevante,
constituyen un importante punto de partida.
RETC y acción comunitaria
En toda América del Norte se llevan a cabo reuniones entre ciudadanos e industrias
locales para hablar del mejoramiento de la seguridad pública y la calidad del medio
ambiente. En estos ámbitos, los datos de los RETC proporcionan tanto a gerentes de
planta como a los ciudadanos información concreta que puede servir de base para
plantear preguntas y verificar el desempeño ambiental año con año.
Si se puede medir, se puede
manejar: rastreo de sustancias
por establecimiento
En un sistema de RETC típico, los
establecimientos informan las cantidades
de cada sustancia química liberada al
medio ambiente en sitio y las cantidades
transferidas fuera de sitio a plantas de
eliminación o tratamiento. Las emisiones
en sitio incluyen emisiones al aire,
descargas en cuerpos de agua
superficiales, tratamiento o eliminación
en suelo e inyección subterránea
“El público fue el primero en demandar
informes ambientales y al atender esta
demanda nos dimos cuenta de que la
información es muy útil para nuestra
propia administración. Hemos aprendido
de nuestros éxitos, nuestras faltas y las
lagunas en nuestros conocimientos. Es un
buen ejemplo de que la presión externa a
final de cuentas beneficia tanto al medio
ambiente como a la industria”.
— Ciba Geigy, Informe corporativo
ambiental, 1993.
(vertimiento de residuos líquidos a pozos
profundos en formaciones geológicas
conocidas). Las transferencias fuera de
sitio incluyen descargas a los sistemas de
drenaje y alcantarillado y transportación a
centros de tratamiento, reciclado y
eliminación.
Siguiendo la máxima “si se puede medir,
se puede manejar”, muchas plantas
industriales han descubierto que el rastreo
de contaminantes requerido por un RETC
los ayuda a detectar oportunidades para
reducir las cantidades de sustancias
tóxicas utilizadas y generadas por sus
actividades. Tales reducciones pueden
devenir en importantes ahorros para la
compañía, ya que disminuye la cantidad
de químicos de proceso u otros insumos
utilizados y los costos de manejo de
residuos. La prevención también evita el
movimiento de contaminantes de un
medio a otro, parecido a un juego tóxico
de “dónde quedó la bolita”.
La experiencia ha demostrado que abordar
el manejo de los contaminantes con un
enfoque preventivo es la forma más
efectiva de reducir la cantidad total de
sustancias tóxicas (tanto emisiones como
transferencias) informadas al RETC. Sin
lugar a dudas, para muchos observadores
el principal valor de los RETC es que
motiva a la industria a utilizar enfoques de
prevención de la contaminación.
Proyecto RETC de la
CCAAN
los datos del RETC en
colaboración con las partes
interesadas e involucradas.
• Coordinación con otras
organizaciones internacionales
en el contexto de las
actividades globales y
regionales relacionadas con el
RETC.
•
•
•
•
breve
El objetivo del proyecto de RETC de
América del Norte de la Comisión es
asegurar que los ciudadanos tengan
acceso a información precisa sobre las
emisiones y transferencias de
sustancias químicas tóxicas liberadas
por establecimientos
específicos en sus
“El Consejo Internacional de
comunidades. Las
Asociaciones Químicas
actividades del
(International Council of Chemical
proyecto incluyen:
Las consultas y la
colaboración con
grupos de interés
(incluidos
gobiernos, indusAssociations-ICCA) apoya los
tria, grupos de
Publicación de un
informes de emisiones y considera
interés ciudadanos
informe anual
que estos programas pueden
y otros) son parte
sobre emisiones y
proporcionar datos muy valiosos
esencial del
transferencias de
que ayuden a documentar y
programa de RETC
contaminantes en
estimular la reducción de las
de la CCAAN. Un
América del Norte
emisiones y a comunicar la
Grupo Consultivo
(En balance) y
información al público indicado”.
multisectorial
preparación de un
—ICCA, ICCA Comments on
compuesto por
sitio en Internet
Pollutant Release and Transfer
diversas
que permita a los
Register (PRTR), 2000.
asociaciones de
usuarios el acceso
interesados y
a un conjunto de
personas
datos comparados.
provenientes de los tres países ha
Apoyo para el desarrollo ulterior del
ayudado a encaminar el
programa RETC en México.
desarrollo de los informes
Mejoramiento de la comparabilidad
anuales En balance y otros
entre los sistemas nacionales
aspectos del proyecto del RETC
correspondientes.
de América del Norte.
Exploración de vías para mejorar el
acceso y elevar la comprensión de
En
El FANCA y los RETC
El Fondo de América del Norte para la Cooperación Ambiental (FANCA) financia
en Canadá, México y Estados Unidos proyectos comunitarios que promueven las
metas y objetivos de la CCAAN. El tema central de diversos proyectos
financiados en 2000 son los RETC, el acceso a la información y la participación
ciudadana en la toma de decisiones ambientales. Por ejemplo, el FANCA presta
ahora su apoyo a acciones locales emprendidas para:
·• Utilizar en términos de comunidad datos de los RETC en dos ciudades de
la frontera México-Estados Unidos, en las que participan funcionarios
locales, la industria y la comunidad. Enlace Ecológico, A.C., Agua Prieta,
Sonora, México.
• Crear una red de justicia ambiental mediante supervisión ciudadana,
muestreo del aire y uso de sistemas de información geográfica.
Organización de Justicia Ambiental Little Village (Little Village Environmental Justice Organization), Chicago, Illinois, EU.
• Elaborar un programa de servicios de difusión, educación y apoyo a
ciudadanos y a la comunidad que utilizan la información de los RETC.
Instituto Canadiense de Legislación y Políticas Ambientales (Canadian
Institute for Environmental Law and Policy), Toronto, Ontario, Canadá.
• Operar un foro virtual para ayudar a la ciudadanía a consultar y utilizar los
datos de los RETC y demás información ambiental en México. Programa
La Neta, S.C., México D.F., México.
Mayor información
Si desea información adicional
o participar en el proyecto del RETC
de la CCAAN, comuníquese con:
Erica Phipps
Gerente de Programa
Comisión para la Cooperación
Ambiental de América del Norte
393, rue St-Jacques Ouest, Bureau 200
Montreal (Quebec) Canadá H2Y 1N9
Tel: (514) 350 4323
Fax: (514 350 4314
Correo-e: <[email protected]>
O visite la página del RETC en el
sitio web de la CCAAN (en “Contaminantes y Salud”) en
http://www.cec.org
Rastreo de
sustancias tóxicas
en América del Norte
Programa RETC
de la CCAAN
En 1984 varios miles de habitantes de Bhopal, India, fallecieron a causa
de la exposición a una nube de gas de isocianato de metilo que una planta
de plaguicidas liberó por accidente. El desastre provocó la reconsideración
en todo el mundo de los peligros que las plantas industriales representan
para la seguridad pública. El derecho a la información sobre el uso y
transporte de sustancias químicas tóxicas en áreas pobladas ganó muchos
adeptos.
En muchas lugares, sin embargo, tener acceso a este tipo de información
sigue siendo un reto. Los registros centrales de emisiones y transferencias
de sustancias tóxicas pueden ser una ayuda. Dichos registros, a los que
se conoce como registros de emisiones y transferencias de contaminantes
(RETC), ayudan a los ciudadanos, profesionistas del medio ambiente, industriales y gobiernos a medir y manejar las sustancias tóxicas.
En un programa nacional de RETC, las plantas industriales de sectores
económicos específicos presentan informes anuales tanto de las
cantidades de sustancias químicas prioritarias liberadas al medio
ambiente en sitio como de las cantidades enviadas fuera de sitio para su
tratamiento o eliminación. Las sustancias químicas se seleccionan
siguiendo varios criterios. Algunas, como el asbesto y el benceno, son
cancerígenas. Otras pueden dañar órganos específicos del cuerpo. Otras
se sabe o se sospecha que son o ayudan al desarrollo de neurotoxinas.
Los contaminantes tóxicos bioacumulables, como ciertos metales pesados
y organoclorados, son motivo de particular preocupación por sus efectos
a largo plazo, que obedecen a su potencial para acumularse en los tejidos
de los seres humanos y otros organismos vivos.
Los sistemas RETC, que reúnen la información en una base de datos de
búsqueda, constituyen una herramienta importante para usuarios tan
diversos como, por ejemplo, un grupo comunitario que evalúa el registro
ambiental de una fábrica local, el gerente de una planta industrial que
establece metas de reducción de emisiones tóxicas o el científico
ambientalista que investiga los efectos de los contaminantes industriales
en el aire, agua y suelo de una región.
Al poner a disposición pública los datos sobre contaminantes y sus
fuentes, los RETC proporcionan a todos los miembros de la sociedad
(ciudadanos, líderes empresariales, asesores ambientales, investigadores,
funcionarios gubernamentales, etc.) una herramienta muy valiosa para
establecer prioridades, promover mejoras ambientales y seguir su avance.
Hacia una integración
de datos sin fronteras
En general, los RETC se establecen para
el ámbito nacional, pero los contaminantes
no saben de fronteras políticas y las
cruzan ya sea por aire o agua. También
son transportados a otros países en
camiones, trenes y embarcaciones para su
tratamiento o eliminación. La Comisión
para la Cooperación Ambiental de
América del Norte (CCAAN) reconoció
esta realidad transfronteriza y emprendió
un esfuerzo trinacional para rastrear a
escala subcontinental los datos sobre
sustancias tóxicas.
La CCAAN fue creada por los países
miembros del TLC (Canadá, México y
Estados Unidos) a fin de cooperar en la
protección del medio ambiente
compartido, con un interés especial en los
retos y oportunidades que surgen dentro
del contexto del libre comercio a lo largo
y ancho del subcontinente.
Desde el comienzo de su iniciativa de
RETC de América del Norte en 1995, la
CCAAN ha trabajado con los programas
nacionales de registro de Canadá
(Inventario Nacional de Emisión de
Contaminantes), Estados Unidos
(Inventario de Emisiones Tóxicas) y
México (Registro de Emisiones y
Transferencia de Contaminantes) para
crear un perfil de América del Norte de
emisión y transferencia de contaminantes.
En su publicación anual En balance, la
CCAAN analiza los datos del RETC de
América del Norte para identificar las
Inventario Nacional de Emisión
de Contaminantes de Canadá
El Inventario Nacional de Emisión de
Contaminantes (NPRI, por sus siglas en
inglés), administrado por el Ministerio de
Medio Ambiente de Canadá, está en
operación desde 1993. El NPRI se
estableció con la ayuda de un comité
asesor compuesto por múltiples grupos
de interés, incluidos representantes de
organizaciones industriales, ambientales y
laborales, así como de los gobiernos
federal y provincial. Las plantas de casi
todos los sectores de la industria están
obligadas a presentar informes al NPRI, y
para el año 2000 el programa abarca 268
sustancias químicas. La renovación, en
1999, de la Ley Canadiense de Protección
Ambiental refuerza el programa NPRI, ya
que destaca los informes obligatorios y la
publicación de un informe anual. Los
usuarios pueden acceder a la base de
datos canadiense de búsqueda en línea en
www.ec.gc.ca/pdb/npri.
principales tendencias, al tiempo que
trabaja para que aumente la conciencia
ciudadanía respecto de los registros y los
diversos usos que se les puede dar para
proteger el medio ambiente.
Para la elaboración del informe En
balance sobre las emisiones y
transferencias de contaminantes en
América del Norte, la CCAAN reúne
información de las industrias y sustancias
químicas comunes en las listas de los
“Como representantes de la comunidad,
nos interesa el acceso a la información de
los RETC para facilitar el diálogo entre el
gobierno y la industria con la ciudadanía
en cuanto a la forma en que se manejan
las sustancias químicas, a fin de incrementar la confianza del ciudadano y sus
facultades en la toma de decisiones que
pueden afectar a su comunidad”. – Laura
Durazo, Directora, Proyecto Fronterizo de
Educación Ambiental, Tijuana, México,
The Power of Pollutant Information in the
Hands of the Public, 2000.
RETC nacionales. A la fecha, este
conjunto de datos “combinados” del
RETC de América del Norte incluye
sustancias químicas e industrias que se
encuentran tanto en el inventario de
Estados Unidos como en el de Canadá.
(Los datos de México se irán
incorporando a medida que estén
disponibles.)
Sintetizar la información contenida en los
RETC nacionales en una base de datos
subcontinental que permita el análisis
coloca a América del Norte a la
vanguardia de una tendencia mundial. No
obstante que diversos países
industrializados han instrumentado este
tipo de programas nacionales, la
cooperación entre Canadá, México y
Estados Unidos abre nuevos horizontes.
En junio de 2000, el Consejo de la
CCAAN, integrado por los más altos
funcionarios ambientales de Canadá,
México y Estados Unidos, firmaron la
Resolución de Consejo 00-07 sobre
Registros de Emisiones y Transferencias
de Contaminantes. En dicha resolución, el
Consejo destaca el valor de los RETC
como herramientas para el manejo
adecuado de las sustancias químicas, la
promoción de mejoras en el desempeño
ambiental y el acceso público a la
información sobre los contaminantes
emitidos y transferidos en y a través de las
comunidades. La resolución también
reafirma el compromiso del Consejo con
el trabajo analítico de la CCAAN sobre
los datos del RETC de América del Norte
(los informes anuales En balance). Los
ministros mencionan asimismo la
oportunidad de que América del Norte se
convierta en líder mundial en el desarrollo
y uso de tales registros.
Reconociendo que cada país elaborará su
registro según sus propias necesidades y
capacidades, la Resolución de Consejo 0007 establece un conjunto de elementos
básicos para garantizar la eficacia de los
sistemas de los RETC, incluidos los
siguientes:
Registro de Emisiones y
Inventario de Emisiones Tóxicas Transferencia de Contaminantes
de Estados Unidos
de México
En 1986, Estados Unidos aprobó la Ley
sobre Planeación de Contingencias
Ambientales y Derecho a la Información,
mediante la cual se creó el Inventario de
Emisiones Tóxicas (TRI, por sus siglas en
inglés) que reúne información de plantas
industriales sobre casi 650 sustancias
químicas. La legislación original tenía
como objetivo el sector fabril, pero ahora
también abarca otros sectores de la
industria, como minas de metales y de
carbón, plantas generadoras de
electricidad, plantas de manejo de
residuos peligrosos, establecimientos de
recuperación de solventes, vendedores
mayoristas de sustancias químicas y
estaciones de carga de petróleo a granel.
El inventario está disponible en línea y
permite a los usuarios obtener
información específica de una planta, área
geográfica o sustancia tóxica
(www.epa.gov/tri).
El RETC mexicano se basa en la
información incluida en una sección de
una forma única de permiso e información
industrial, la Cédula de Operación Anual
(COA). El Instituto Nacional de Ecología
(INE) es la autoridad federal responsable
de los datos del COA y del programa
RETC. El primer año en que se
presentaron informes al RETC fue 1997.
México ya elaboró su lista de la
información que debe presentarse al
RETC, la que incluye alrededor de 110
sustancias. Los establecimientos de los
once sectores industriales sujetos a
jurisdicción federal tienen la opción de
presentar informes de acuerdo con el
programa del RETC, que a la fecha es
voluntario. La información sobre el
programa nacional mexicano y
actividades relacionadas se encuentra en
www.ine.gob.mx/dggia/retc/ingles/
ingles.html.
• informes sobre sustancias individuales;
• informes sobre instalaciones
específicas;
• informes multi medios (v.g., emisiones
al aire, agua y suelo e inyección
subterránea y transferencias a otras
localidades para su manejo ulterior);
• informes obligatorios;
• informes periódicos (v.g., anuales);
• difusión pública de los datos por
instalaciones y tipos de sustancia;
• estructuras estandarizadas para las
bases de datos a efecto de facilitar tanto
la integración computarizada de
informes, como la recopilación, el
Cómo aprovechar los datos de los RETC
Primer paso: comprender sus limitaciones
Si se busca información de las fuentes y los posibles impactos de la contaminación
industrial, los RETC pueden ser una pieza importante del rompecabezas. Sin embargo, como todo sistema, los RETC tienen sus limitaciones.
Si consideramos que se comercian miles de sustancias químicas, los RETC rastrean
apenas un pequeño subconjunto de químicos potencialmente dañinos. Además,
algunos contaminantes atmosféricos comunes —óxidos de azufre y partículas
suspendidas, y gases de invernadero como bióxido de carbono y metano— no están
incluidos en el conjunto de datos comparados de América del Norte.
De manera similar, tampoco están incluidas todas las fuentes de sustancias tóxicas.
Por ejemplo, los contaminantes emitidos por automóviles y camiones por lo general
no se incluyen, ni tampoco fuentes naturales, actividades agrícolas y emisoras
pequeñas como tintorerías y expendios de gasolina.
Datos y riesgos de los RETC
“Los registros de emisiones y transferencia
de contaminantes (RETC) se están
convirtiendo en una de las innovaciones de
política ambiental más importantes de los
últimos 30 años. Tienen la posibilidad de
ayudar al público a comprender y conocer
los problemas de la contaminación, de
hacer que los gobiernos y la industria se
responsabilicen más ante la ciudadanía
por sus acciones y de reducir la generación y emisión al medio ambiente de
sustancias tóxicas y peligrosas”. – Mark
Winfield, Director de Investigación,
Instituto Canadiense de Legislación y
Políticas Ambientales (Canadian Institute
for Environmental Law and Policy,
CIELAP), resumen del documento leído en
la Conferencia Internacional de la OCDE
sobre los RETC, Tokio, septiembre de
1998.
análisis y la difusión de la
información;
• establecer límites al manejo de
información confidencial y definir lo
que se considera confidencial;
• perspectiva integral, y
• mecanismo de retroalimentación
pública para el mejoramiento continuo
del sistema.
Estos programas nacionales están
apoyados por la Agenda 21 de la
Conferencia de las Naciones Unidas
sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo
de 1992 (“Cumbre de la Tierra”), que
incluyó un llamado para el
establecimiento mundial de registros de
emisión de contaminantes y promovió el
principio del derecho de la comunidad y
los trabajadores a la información. En un
desarrollo adicional, la Recomendación
de Consejo de 1996 de la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos (OCDE) hizo un llamado a
los países miembro para considerar el
establecimiento de RETC accesibles al
público.
Los datos de los RETC son estimaciones de las cantidades de sustancias que las
plantas emiten al aire, agua y suelo o envían fuera de sitio para su manejo ulterior
durante un año en particular. Sin embargo, los números por sí solos no pueden
indicarnos si las poblaciones humanas o los ecosistemas han estado expuestos a
dichas sustancias ni, en caso afirmativo, hasta qué grado. Las sustancias tienen,
además, diversos grados de toxicidad y otras propiedades peligrosas. Por las razones
señaladas, los datos de los registros no pueden por sí solos indicarnos los niveles de
riesgo que las emisiones y transferencias representan para la salud o el medio
ambiente. Sin embargo, considerados junto con otra información relevante,
constituyen un importante punto de partida.
RETC y acción comunitaria
En toda América del Norte se llevan a cabo reuniones entre ciudadanos e industrias
locales para hablar del mejoramiento de la seguridad pública y la calidad del medio
ambiente. En estos ámbitos, los datos de los RETC proporcionan tanto a gerentes de
planta como a los ciudadanos información concreta que puede servir de base para
plantear preguntas y verificar el desempeño ambiental año con año.
Si se puede medir, se puede
manejar: rastreo de sustancias
por establecimiento
En un sistema de RETC típico, los
establecimientos informan las cantidades
de cada sustancia química liberada al
medio ambiente en sitio y las cantidades
transferidas fuera de sitio a plantas de
eliminación o tratamiento. Las emisiones
en sitio incluyen emisiones al aire,
descargas en cuerpos de agua
superficiales, tratamiento o eliminación
en suelo e inyección subterránea
“El público fue el primero en demandar
informes ambientales y al atender esta
demanda nos dimos cuenta de que la
información es muy útil para nuestra
propia administración. Hemos aprendido
de nuestros éxitos, nuestras faltas y las
lagunas en nuestros conocimientos. Es un
buen ejemplo de que la presión externa a
final de cuentas beneficia tanto al medio
ambiente como a la industria”.
— Ciba Geigy, Informe corporativo
ambiental, 1993.
(vertimiento de residuos líquidos a pozos
profundos en formaciones geológicas
conocidas). Las transferencias fuera de
sitio incluyen descargas a los sistemas de
drenaje y alcantarillado y transportación a
centros de tratamiento, reciclado y
eliminación.
Siguiendo la máxima “si se puede medir,
se puede manejar”, muchas plantas
industriales han descubierto que el rastreo
de contaminantes requerido por un RETC
los ayuda a detectar oportunidades para
reducir las cantidades de sustancias
tóxicas utilizadas y generadas por sus
actividades. Tales reducciones pueden
devenir en importantes ahorros para la
compañía, ya que disminuye la cantidad
de químicos de proceso u otros insumos
utilizados y los costos de manejo de
residuos. La prevención también evita el
movimiento de contaminantes de un
medio a otro, parecido a un juego tóxico
de “dónde quedó la bolita”.
La experiencia ha demostrado que abordar
el manejo de los contaminantes con un
enfoque preventivo es la forma más
efectiva de reducir la cantidad total de
sustancias tóxicas (tanto emisiones como
transferencias) informadas al RETC. Sin
lugar a dudas, para muchos observadores
el principal valor de los RETC es que
motiva a la industria a utilizar enfoques de
prevención de la contaminación.
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