Proyecto RETC de la CCAAN los datos del RETC en colaboración con las partes interesadas e involucradas. • Coordinación con otras organizaciones internacionales en el contexto de las actividades globales y regionales relacionadas con el RETC. • • • • breve El objetivo del proyecto de RETC de América del Norte de la Comisión es asegurar que los ciudadanos tengan acceso a información precisa sobre las emisiones y transferencias de sustancias químicas tóxicas liberadas por establecimientos específicos en sus “El Consejo Internacional de comunidades. Las Asociaciones Químicas actividades del (International Council of Chemical proyecto incluyen: Las consultas y la colaboración con grupos de interés (incluidos gobiernos, indusAssociations-ICCA) apoya los tria, grupos de Publicación de un informes de emisiones y considera interés ciudadanos informe anual que estos programas pueden y otros) son parte sobre emisiones y proporcionar datos muy valiosos esencial del transferencias de que ayuden a documentar y programa de RETC contaminantes en estimular la reducción de las de la CCAAN. Un América del Norte emisiones y a comunicar la Grupo Consultivo (En balance) y información al público indicado”. multisectorial preparación de un —ICCA, ICCA Comments on compuesto por sitio en Internet Pollutant Release and Transfer diversas que permita a los Register (PRTR), 2000. asociaciones de usuarios el acceso interesados y a un conjunto de personas datos comparados. provenientes de los tres países ha Apoyo para el desarrollo ulterior del ayudado a encaminar el programa RETC en México. desarrollo de los informes Mejoramiento de la comparabilidad anuales En balance y otros entre los sistemas nacionales aspectos del proyecto del RETC correspondientes. de América del Norte. Exploración de vías para mejorar el acceso y elevar la comprensión de En El FANCA y los RETC El Fondo de América del Norte para la Cooperación Ambiental (FANCA) financia en Canadá, México y Estados Unidos proyectos comunitarios que promueven las metas y objetivos de la CCAAN. El tema central de diversos proyectos financiados en 2000 son los RETC, el acceso a la información y la participación ciudadana en la toma de decisiones ambientales. Por ejemplo, el FANCA presta ahora su apoyo a acciones locales emprendidas para: ·• Utilizar en términos de comunidad datos de los RETC en dos ciudades de la frontera México-Estados Unidos, en las que participan funcionarios locales, la industria y la comunidad. Enlace Ecológico, A.C., Agua Prieta, Sonora, México. • Crear una red de justicia ambiental mediante supervisión ciudadana, muestreo del aire y uso de sistemas de información geográfica. Organización de Justicia Ambiental Little Village (Little Village Environmental Justice Organization), Chicago, Illinois, EU. • Elaborar un programa de servicios de difusión, educación y apoyo a ciudadanos y a la comunidad que utilizan la información de los RETC. Instituto Canadiense de Legislación y Políticas Ambientales (Canadian Institute for Environmental Law and Policy), Toronto, Ontario, Canadá. • Operar un foro virtual para ayudar a la ciudadanía a consultar y utilizar los datos de los RETC y demás información ambiental en México. Programa La Neta, S.C., México D.F., México. Mayor información Si desea información adicional o participar en el proyecto del RETC de la CCAAN, comuníquese con: Erica Phipps Gerente de Programa Comisión para la Cooperación Ambiental de América del Norte 393, rue St-Jacques Ouest, Bureau 200 Montreal (Quebec) Canadá H2Y 1N9 Tel: (514) 350 4323 Fax: (514 350 4314 Correo-e: <[email protected]> O visite la página del RETC en el sitio web de la CCAAN (en “Contaminantes y Salud”) en http://www.cec.org Rastreo de sustancias tóxicas en América del Norte Programa RETC de la CCAAN En 1984 varios miles de habitantes de Bhopal, India, fallecieron a causa de la exposición a una nube de gas de isocianato de metilo que una planta de plaguicidas liberó por accidente. El desastre provocó la reconsideración en todo el mundo de los peligros que las plantas industriales representan para la seguridad pública. El derecho a la información sobre el uso y transporte de sustancias químicas tóxicas en áreas pobladas ganó muchos adeptos. En muchas lugares, sin embargo, tener acceso a este tipo de información sigue siendo un reto. Los registros centrales de emisiones y transferencias de sustancias tóxicas pueden ser una ayuda. Dichos registros, a los que se conoce como registros de emisiones y transferencias de contaminantes (RETC), ayudan a los ciudadanos, profesionistas del medio ambiente, industriales y gobiernos a medir y manejar las sustancias tóxicas. En un programa nacional de RETC, las plantas industriales de sectores económicos específicos presentan informes anuales tanto de las cantidades de sustancias químicas prioritarias liberadas al medio ambiente en sitio como de las cantidades enviadas fuera de sitio para su tratamiento o eliminación. Las sustancias químicas se seleccionan siguiendo varios criterios. Algunas, como el asbesto y el benceno, son cancerígenas. Otras pueden dañar órganos específicos del cuerpo. Otras se sabe o se sospecha que son o ayudan al desarrollo de neurotoxinas. Los contaminantes tóxicos bioacumulables, como ciertos metales pesados y organoclorados, son motivo de particular preocupación por sus efectos a largo plazo, que obedecen a su potencial para acumularse en los tejidos de los seres humanos y otros organismos vivos. Los sistemas RETC, que reúnen la información en una base de datos de búsqueda, constituyen una herramienta importante para usuarios tan diversos como, por ejemplo, un grupo comunitario que evalúa el registro ambiental de una fábrica local, el gerente de una planta industrial que establece metas de reducción de emisiones tóxicas o el científico ambientalista que investiga los efectos de los contaminantes industriales en el aire, agua y suelo de una región. Al poner a disposición pública los datos sobre contaminantes y sus fuentes, los RETC proporcionan a todos los miembros de la sociedad (ciudadanos, líderes empresariales, asesores ambientales, investigadores, funcionarios gubernamentales, etc.) una herramienta muy valiosa para establecer prioridades, promover mejoras ambientales y seguir su avance. Hacia una integración de datos sin fronteras En general, los RETC se establecen para el ámbito nacional, pero los contaminantes no saben de fronteras políticas y las cruzan ya sea por aire o agua. También son transportados a otros países en camiones, trenes y embarcaciones para su tratamiento o eliminación. La Comisión para la Cooperación Ambiental de América del Norte (CCAAN) reconoció esta realidad transfronteriza y emprendió un esfuerzo trinacional para rastrear a escala subcontinental los datos sobre sustancias tóxicas. La CCAAN fue creada por los países miembros del TLC (Canadá, México y Estados Unidos) a fin de cooperar en la protección del medio ambiente compartido, con un interés especial en los retos y oportunidades que surgen dentro del contexto del libre comercio a lo largo y ancho del subcontinente. Desde el comienzo de su iniciativa de RETC de América del Norte en 1995, la CCAAN ha trabajado con los programas nacionales de registro de Canadá (Inventario Nacional de Emisión de Contaminantes), Estados Unidos (Inventario de Emisiones Tóxicas) y México (Registro de Emisiones y Transferencia de Contaminantes) para crear un perfil de América del Norte de emisión y transferencia de contaminantes. En su publicación anual En balance, la CCAAN analiza los datos del RETC de América del Norte para identificar las Inventario Nacional de Emisión de Contaminantes de Canadá El Inventario Nacional de Emisión de Contaminantes (NPRI, por sus siglas en inglés), administrado por el Ministerio de Medio Ambiente de Canadá, está en operación desde 1993. El NPRI se estableció con la ayuda de un comité asesor compuesto por múltiples grupos de interés, incluidos representantes de organizaciones industriales, ambientales y laborales, así como de los gobiernos federal y provincial. Las plantas de casi todos los sectores de la industria están obligadas a presentar informes al NPRI, y para el año 2000 el programa abarca 268 sustancias químicas. La renovación, en 1999, de la Ley Canadiense de Protección Ambiental refuerza el programa NPRI, ya que destaca los informes obligatorios y la publicación de un informe anual. Los usuarios pueden acceder a la base de datos canadiense de búsqueda en línea en www.ec.gc.ca/pdb/npri. principales tendencias, al tiempo que trabaja para que aumente la conciencia ciudadanía respecto de los registros y los diversos usos que se les puede dar para proteger el medio ambiente. Para la elaboración del informe En balance sobre las emisiones y transferencias de contaminantes en América del Norte, la CCAAN reúne información de las industrias y sustancias químicas comunes en las listas de los “Como representantes de la comunidad, nos interesa el acceso a la información de los RETC para facilitar el diálogo entre el gobierno y la industria con la ciudadanía en cuanto a la forma en que se manejan las sustancias químicas, a fin de incrementar la confianza del ciudadano y sus facultades en la toma de decisiones que pueden afectar a su comunidad”. – Laura Durazo, Directora, Proyecto Fronterizo de Educación Ambiental, Tijuana, México, The Power of Pollutant Information in the Hands of the Public, 2000. RETC nacionales. A la fecha, este conjunto de datos “combinados” del RETC de América del Norte incluye sustancias químicas e industrias que se encuentran tanto en el inventario de Estados Unidos como en el de Canadá. (Los datos de México se irán incorporando a medida que estén disponibles.) Sintetizar la información contenida en los RETC nacionales en una base de datos subcontinental que permita el análisis coloca a América del Norte a la vanguardia de una tendencia mundial. No obstante que diversos países industrializados han instrumentado este tipo de programas nacionales, la cooperación entre Canadá, México y Estados Unidos abre nuevos horizontes. En junio de 2000, el Consejo de la CCAAN, integrado por los más altos funcionarios ambientales de Canadá, México y Estados Unidos, firmaron la Resolución de Consejo 00-07 sobre Registros de Emisiones y Transferencias de Contaminantes. En dicha resolución, el Consejo destaca el valor de los RETC como herramientas para el manejo adecuado de las sustancias químicas, la promoción de mejoras en el desempeño ambiental y el acceso público a la información sobre los contaminantes emitidos y transferidos en y a través de las comunidades. La resolución también reafirma el compromiso del Consejo con el trabajo analítico de la CCAAN sobre los datos del RETC de América del Norte (los informes anuales En balance). Los ministros mencionan asimismo la oportunidad de que América del Norte se convierta en líder mundial en el desarrollo y uso de tales registros. Reconociendo que cada país elaborará su registro según sus propias necesidades y capacidades, la Resolución de Consejo 0007 establece un conjunto de elementos básicos para garantizar la eficacia de los sistemas de los RETC, incluidos los siguientes: Registro de Emisiones y Inventario de Emisiones Tóxicas Transferencia de Contaminantes de Estados Unidos de México En 1986, Estados Unidos aprobó la Ley sobre Planeación de Contingencias Ambientales y Derecho a la Información, mediante la cual se creó el Inventario de Emisiones Tóxicas (TRI, por sus siglas en inglés) que reúne información de plantas industriales sobre casi 650 sustancias químicas. La legislación original tenía como objetivo el sector fabril, pero ahora también abarca otros sectores de la industria, como minas de metales y de carbón, plantas generadoras de electricidad, plantas de manejo de residuos peligrosos, establecimientos de recuperación de solventes, vendedores mayoristas de sustancias químicas y estaciones de carga de petróleo a granel. El inventario está disponible en línea y permite a los usuarios obtener información específica de una planta, área geográfica o sustancia tóxica (www.epa.gov/tri). El RETC mexicano se basa en la información incluida en una sección de una forma única de permiso e información industrial, la Cédula de Operación Anual (COA). El Instituto Nacional de Ecología (INE) es la autoridad federal responsable de los datos del COA y del programa RETC. El primer año en que se presentaron informes al RETC fue 1997. México ya elaboró su lista de la información que debe presentarse al RETC, la que incluye alrededor de 110 sustancias. Los establecimientos de los once sectores industriales sujetos a jurisdicción federal tienen la opción de presentar informes de acuerdo con el programa del RETC, que a la fecha es voluntario. La información sobre el programa nacional mexicano y actividades relacionadas se encuentra en www.ine.gob.mx/dggia/retc/ingles/ ingles.html. • informes sobre sustancias individuales; • informes sobre instalaciones específicas; • informes multi medios (v.g., emisiones al aire, agua y suelo e inyección subterránea y transferencias a otras localidades para su manejo ulterior); • informes obligatorios; • informes periódicos (v.g., anuales); • difusión pública de los datos por instalaciones y tipos de sustancia; • estructuras estandarizadas para las bases de datos a efecto de facilitar tanto la integración computarizada de informes, como la recopilación, el Cómo aprovechar los datos de los RETC Primer paso: comprender sus limitaciones Si se busca información de las fuentes y los posibles impactos de la contaminación industrial, los RETC pueden ser una pieza importante del rompecabezas. Sin embargo, como todo sistema, los RETC tienen sus limitaciones. Si consideramos que se comercian miles de sustancias químicas, los RETC rastrean apenas un pequeño subconjunto de químicos potencialmente dañinos. Además, algunos contaminantes atmosféricos comunes —óxidos de azufre y partículas suspendidas, y gases de invernadero como bióxido de carbono y metano— no están incluidos en el conjunto de datos comparados de América del Norte. De manera similar, tampoco están incluidas todas las fuentes de sustancias tóxicas. Por ejemplo, los contaminantes emitidos por automóviles y camiones por lo general no se incluyen, ni tampoco fuentes naturales, actividades agrícolas y emisoras pequeñas como tintorerías y expendios de gasolina. Datos y riesgos de los RETC “Los registros de emisiones y transferencia de contaminantes (RETC) se están convirtiendo en una de las innovaciones de política ambiental más importantes de los últimos 30 años. Tienen la posibilidad de ayudar al público a comprender y conocer los problemas de la contaminación, de hacer que los gobiernos y la industria se responsabilicen más ante la ciudadanía por sus acciones y de reducir la generación y emisión al medio ambiente de sustancias tóxicas y peligrosas”. – Mark Winfield, Director de Investigación, Instituto Canadiense de Legislación y Políticas Ambientales (Canadian Institute for Environmental Law and Policy, CIELAP), resumen del documento leído en la Conferencia Internacional de la OCDE sobre los RETC, Tokio, septiembre de 1998. análisis y la difusión de la información; • establecer límites al manejo de información confidencial y definir lo que se considera confidencial; • perspectiva integral, y • mecanismo de retroalimentación pública para el mejoramiento continuo del sistema. Estos programas nacionales están apoyados por la Agenda 21 de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de 1992 (“Cumbre de la Tierra”), que incluyó un llamado para el establecimiento mundial de registros de emisión de contaminantes y promovió el principio del derecho de la comunidad y los trabajadores a la información. En un desarrollo adicional, la Recomendación de Consejo de 1996 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) hizo un llamado a los países miembro para considerar el establecimiento de RETC accesibles al público. Los datos de los RETC son estimaciones de las cantidades de sustancias que las plantas emiten al aire, agua y suelo o envían fuera de sitio para su manejo ulterior durante un año en particular. Sin embargo, los números por sí solos no pueden indicarnos si las poblaciones humanas o los ecosistemas han estado expuestos a dichas sustancias ni, en caso afirmativo, hasta qué grado. Las sustancias tienen, además, diversos grados de toxicidad y otras propiedades peligrosas. Por las razones señaladas, los datos de los registros no pueden por sí solos indicarnos los niveles de riesgo que las emisiones y transferencias representan para la salud o el medio ambiente. Sin embargo, considerados junto con otra información relevante, constituyen un importante punto de partida. RETC y acción comunitaria En toda América del Norte se llevan a cabo reuniones entre ciudadanos e industrias locales para hablar del mejoramiento de la seguridad pública y la calidad del medio ambiente. En estos ámbitos, los datos de los RETC proporcionan tanto a gerentes de planta como a los ciudadanos información concreta que puede servir de base para plantear preguntas y verificar el desempeño ambiental año con año. Si se puede medir, se puede manejar: rastreo de sustancias por establecimiento En un sistema de RETC típico, los establecimientos informan las cantidades de cada sustancia química liberada al medio ambiente en sitio y las cantidades transferidas fuera de sitio a plantas de eliminación o tratamiento. Las emisiones en sitio incluyen emisiones al aire, descargas en cuerpos de agua superficiales, tratamiento o eliminación en suelo e inyección subterránea “El público fue el primero en demandar informes ambientales y al atender esta demanda nos dimos cuenta de que la información es muy útil para nuestra propia administración. Hemos aprendido de nuestros éxitos, nuestras faltas y las lagunas en nuestros conocimientos. Es un buen ejemplo de que la presión externa a final de cuentas beneficia tanto al medio ambiente como a la industria”. — Ciba Geigy, Informe corporativo ambiental, 1993. (vertimiento de residuos líquidos a pozos profundos en formaciones geológicas conocidas). Las transferencias fuera de sitio incluyen descargas a los sistemas de drenaje y alcantarillado y transportación a centros de tratamiento, reciclado y eliminación. Siguiendo la máxima “si se puede medir, se puede manejar”, muchas plantas industriales han descubierto que el rastreo de contaminantes requerido por un RETC los ayuda a detectar oportunidades para reducir las cantidades de sustancias tóxicas utilizadas y generadas por sus actividades. Tales reducciones pueden devenir en importantes ahorros para la compañía, ya que disminuye la cantidad de químicos de proceso u otros insumos utilizados y los costos de manejo de residuos. La prevención también evita el movimiento de contaminantes de un medio a otro, parecido a un juego tóxico de “dónde quedó la bolita”. La experiencia ha demostrado que abordar el manejo de los contaminantes con un enfoque preventivo es la forma más efectiva de reducir la cantidad total de sustancias tóxicas (tanto emisiones como transferencias) informadas al RETC. Sin lugar a dudas, para muchos observadores el principal valor de los RETC es que motiva a la industria a utilizar enfoques de prevención de la contaminación. Hacia una integración de datos sin fronteras En general, los RETC se establecen para el ámbito nacional, pero los contaminantes no saben de fronteras políticas y las cruzan ya sea por aire o agua. También son transportados a otros países en camiones, trenes y embarcaciones para su tratamiento o eliminación. La Comisión para la Cooperación Ambiental de América del Norte (CCAAN) reconoció esta realidad transfronteriza y emprendió un esfuerzo trinacional para rastrear a escala subcontinental los datos sobre sustancias tóxicas. La CCAAN fue creada por los países miembros del TLC (Canadá, México y Estados Unidos) a fin de cooperar en la protección del medio ambiente compartido, con un interés especial en los retos y oportunidades que surgen dentro del contexto del libre comercio a lo largo y ancho del subcontinente. Desde el comienzo de su iniciativa de RETC de América del Norte en 1995, la CCAAN ha trabajado con los programas nacionales de registro de Canadá (Inventario Nacional de Emisión de Contaminantes), Estados Unidos (Inventario de Emisiones Tóxicas) y México (Registro de Emisiones y Transferencia de Contaminantes) para crear un perfil de América del Norte de emisión y transferencia de contaminantes. En su publicación anual En balance, la CCAAN analiza los datos del RETC de América del Norte para identificar las Inventario Nacional de Emisión de Contaminantes de Canadá El Inventario Nacional de Emisión de Contaminantes (NPRI, por sus siglas en inglés), administrado por el Ministerio de Medio Ambiente de Canadá, está en operación desde 1993. El NPRI se estableció con la ayuda de un comité asesor compuesto por múltiples grupos de interés, incluidos representantes de organizaciones industriales, ambientales y laborales, así como de los gobiernos federal y provincial. Las plantas de casi todos los sectores de la industria están obligadas a presentar informes al NPRI, y para el año 2000 el programa abarca 268 sustancias químicas. La renovación, en 1999, de la Ley Canadiense de Protección Ambiental refuerza el programa NPRI, ya que destaca los informes obligatorios y la publicación de un informe anual. Los usuarios pueden acceder a la base de datos canadiense de búsqueda en línea en www.ec.gc.ca/pdb/npri. principales tendencias, al tiempo que trabaja para que aumente la conciencia ciudadanía respecto de los registros y los diversos usos que se les puede dar para proteger el medio ambiente. Para la elaboración del informe En balance sobre las emisiones y transferencias de contaminantes en América del Norte, la CCAAN reúne información de las industrias y sustancias químicas comunes en las listas de los “Como representantes de la comunidad, nos interesa el acceso a la información de los RETC para facilitar el diálogo entre el gobierno y la industria con la ciudadanía en cuanto a la forma en que se manejan las sustancias químicas, a fin de incrementar la confianza del ciudadano y sus facultades en la toma de decisiones que pueden afectar a su comunidad”. – Laura Durazo, Directora, Proyecto Fronterizo de Educación Ambiental, Tijuana, México, The Power of Pollutant Information in the Hands of the Public, 2000. RETC nacionales. A la fecha, este conjunto de datos “combinados” del RETC de América del Norte incluye sustancias químicas e industrias que se encuentran tanto en el inventario de Estados Unidos como en el de Canadá. (Los datos de México se irán incorporando a medida que estén disponibles.) Sintetizar la información contenida en los RETC nacionales en una base de datos subcontinental que permita el análisis coloca a América del Norte a la vanguardia de una tendencia mundial. No obstante que diversos países industrializados han instrumentado este tipo de programas nacionales, la cooperación entre Canadá, México y Estados Unidos abre nuevos horizontes. En junio de 2000, el Consejo de la CCAAN, integrado por los más altos funcionarios ambientales de Canadá, México y Estados Unidos, firmaron la Resolución de Consejo 00-07 sobre Registros de Emisiones y Transferencias de Contaminantes. En dicha resolución, el Consejo destaca el valor de los RETC como herramientas para el manejo adecuado de las sustancias químicas, la promoción de mejoras en el desempeño ambiental y el acceso público a la información sobre los contaminantes emitidos y transferidos en y a través de las comunidades. La resolución también reafirma el compromiso del Consejo con el trabajo analítico de la CCAAN sobre los datos del RETC de América del Norte (los informes anuales En balance). Los ministros mencionan asimismo la oportunidad de que América del Norte se convierta en líder mundial en el desarrollo y uso de tales registros. Reconociendo que cada país elaborará su registro según sus propias necesidades y capacidades, la Resolución de Consejo 0007 establece un conjunto de elementos básicos para garantizar la eficacia de los sistemas de los RETC, incluidos los siguientes: Registro de Emisiones y Inventario de Emisiones Tóxicas Transferencia de Contaminantes de Estados Unidos de México En 1986, Estados Unidos aprobó la Ley sobre Planeación de Contingencias Ambientales y Derecho a la Información, mediante la cual se creó el Inventario de Emisiones Tóxicas (TRI, por sus siglas en inglés) que reúne información de plantas industriales sobre casi 650 sustancias químicas. La legislación original tenía como objetivo el sector fabril, pero ahora también abarca otros sectores de la industria, como minas de metales y de carbón, plantas generadoras de electricidad, plantas de manejo de residuos peligrosos, establecimientos de recuperación de solventes, vendedores mayoristas de sustancias químicas y estaciones de carga de petróleo a granel. El inventario está disponible en línea y permite a los usuarios obtener información específica de una planta, área geográfica o sustancia tóxica (www.epa.gov/tri). El RETC mexicano se basa en la información incluida en una sección de una forma única de permiso e información industrial, la Cédula de Operación Anual (COA). El Instituto Nacional de Ecología (INE) es la autoridad federal responsable de los datos del COA y del programa RETC. El primer año en que se presentaron informes al RETC fue 1997. México ya elaboró su lista de la información que debe presentarse al RETC, la que incluye alrededor de 110 sustancias. Los establecimientos de los once sectores industriales sujetos a jurisdicción federal tienen la opción de presentar informes de acuerdo con el programa del RETC, que a la fecha es voluntario. La información sobre el programa nacional mexicano y actividades relacionadas se encuentra en www.ine.gob.mx/dggia/retc/ingles/ ingles.html. • informes sobre sustancias individuales; • informes sobre instalaciones específicas; • informes multi medios (v.g., emisiones al aire, agua y suelo e inyección subterránea y transferencias a otras localidades para su manejo ulterior); • informes obligatorios; • informes periódicos (v.g., anuales); • difusión pública de los datos por instalaciones y tipos de sustancia; • estructuras estandarizadas para las bases de datos a efecto de facilitar tanto la integración computarizada de informes, como la recopilación, el Cómo aprovechar los datos de los RETC Primer paso: comprender sus limitaciones Si se busca información de las fuentes y los posibles impactos de la contaminación industrial, los RETC pueden ser una pieza importante del rompecabezas. Sin embargo, como todo sistema, los RETC tienen sus limitaciones. Si consideramos que se comercian miles de sustancias químicas, los RETC rastrean apenas un pequeño subconjunto de químicos potencialmente dañinos. Además, algunos contaminantes atmosféricos comunes —óxidos de azufre y partículas suspendidas, y gases de invernadero como bióxido de carbono y metano— no están incluidos en el conjunto de datos comparados de América del Norte. De manera similar, tampoco están incluidas todas las fuentes de sustancias tóxicas. Por ejemplo, los contaminantes emitidos por automóviles y camiones por lo general no se incluyen, ni tampoco fuentes naturales, actividades agrícolas y emisoras pequeñas como tintorerías y expendios de gasolina. Datos y riesgos de los RETC “Los registros de emisiones y transferencia de contaminantes (RETC) se están convirtiendo en una de las innovaciones de política ambiental más importantes de los últimos 30 años. Tienen la posibilidad de ayudar al público a comprender y conocer los problemas de la contaminación, de hacer que los gobiernos y la industria se responsabilicen más ante la ciudadanía por sus acciones y de reducir la generación y emisión al medio ambiente de sustancias tóxicas y peligrosas”. – Mark Winfield, Director de Investigación, Instituto Canadiense de Legislación y Políticas Ambientales (Canadian Institute for Environmental Law and Policy, CIELAP), resumen del documento leído en la Conferencia Internacional de la OCDE sobre los RETC, Tokio, septiembre de 1998. análisis y la difusión de la información; • establecer límites al manejo de información confidencial y definir lo que se considera confidencial; • perspectiva integral, y • mecanismo de retroalimentación pública para el mejoramiento continuo del sistema. Estos programas nacionales están apoyados por la Agenda 21 de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de 1992 (“Cumbre de la Tierra”), que incluyó un llamado para el establecimiento mundial de registros de emisión de contaminantes y promovió el principio del derecho de la comunidad y los trabajadores a la información. En un desarrollo adicional, la Recomendación de Consejo de 1996 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) hizo un llamado a los países miembro para considerar el establecimiento de RETC accesibles al público. Los datos de los RETC son estimaciones de las cantidades de sustancias que las plantas emiten al aire, agua y suelo o envían fuera de sitio para su manejo ulterior durante un año en particular. Sin embargo, los números por sí solos no pueden indicarnos si las poblaciones humanas o los ecosistemas han estado expuestos a dichas sustancias ni, en caso afirmativo, hasta qué grado. Las sustancias tienen, además, diversos grados de toxicidad y otras propiedades peligrosas. Por las razones señaladas, los datos de los registros no pueden por sí solos indicarnos los niveles de riesgo que las emisiones y transferencias representan para la salud o el medio ambiente. Sin embargo, considerados junto con otra información relevante, constituyen un importante punto de partida. RETC y acción comunitaria En toda América del Norte se llevan a cabo reuniones entre ciudadanos e industrias locales para hablar del mejoramiento de la seguridad pública y la calidad del medio ambiente. En estos ámbitos, los datos de los RETC proporcionan tanto a gerentes de planta como a los ciudadanos información concreta que puede servir de base para plantear preguntas y verificar el desempeño ambiental año con año. Si se puede medir, se puede manejar: rastreo de sustancias por establecimiento En un sistema de RETC típico, los establecimientos informan las cantidades de cada sustancia química liberada al medio ambiente en sitio y las cantidades transferidas fuera de sitio a plantas de eliminación o tratamiento. Las emisiones en sitio incluyen emisiones al aire, descargas en cuerpos de agua superficiales, tratamiento o eliminación en suelo e inyección subterránea “El público fue el primero en demandar informes ambientales y al atender esta demanda nos dimos cuenta de que la información es muy útil para nuestra propia administración. Hemos aprendido de nuestros éxitos, nuestras faltas y las lagunas en nuestros conocimientos. Es un buen ejemplo de que la presión externa a final de cuentas beneficia tanto al medio ambiente como a la industria”. — Ciba Geigy, Informe corporativo ambiental, 1993. (vertimiento de residuos líquidos a pozos profundos en formaciones geológicas conocidas). Las transferencias fuera de sitio incluyen descargas a los sistemas de drenaje y alcantarillado y transportación a centros de tratamiento, reciclado y eliminación. Siguiendo la máxima “si se puede medir, se puede manejar”, muchas plantas industriales han descubierto que el rastreo de contaminantes requerido por un RETC los ayuda a detectar oportunidades para reducir las cantidades de sustancias tóxicas utilizadas y generadas por sus actividades. Tales reducciones pueden devenir en importantes ahorros para la compañía, ya que disminuye la cantidad de químicos de proceso u otros insumos utilizados y los costos de manejo de residuos. La prevención también evita el movimiento de contaminantes de un medio a otro, parecido a un juego tóxico de “dónde quedó la bolita”. La experiencia ha demostrado que abordar el manejo de los contaminantes con un enfoque preventivo es la forma más efectiva de reducir la cantidad total de sustancias tóxicas (tanto emisiones como transferencias) informadas al RETC. Sin lugar a dudas, para muchos observadores el principal valor de los RETC es que motiva a la industria a utilizar enfoques de prevención de la contaminación. Proyecto RETC de la CCAAN los datos del RETC en colaboración con las partes interesadas e involucradas. • Coordinación con otras organizaciones internacionales en el contexto de las actividades globales y regionales relacionadas con el RETC. • • • • breve El objetivo del proyecto de RETC de América del Norte de la Comisión es asegurar que los ciudadanos tengan acceso a información precisa sobre las emisiones y transferencias de sustancias químicas tóxicas liberadas por establecimientos específicos en sus “El Consejo Internacional de comunidades. Las Asociaciones Químicas actividades del (International Council of Chemical proyecto incluyen: Las consultas y la colaboración con grupos de interés (incluidos gobiernos, indusAssociations-ICCA) apoya los tria, grupos de Publicación de un informes de emisiones y considera interés ciudadanos informe anual que estos programas pueden y otros) son parte sobre emisiones y proporcionar datos muy valiosos esencial del transferencias de que ayuden a documentar y programa de RETC contaminantes en estimular la reducción de las de la CCAAN. Un América del Norte emisiones y a comunicar la Grupo Consultivo (En balance) y información al público indicado”. multisectorial preparación de un —ICCA, ICCA Comments on compuesto por sitio en Internet Pollutant Release and Transfer diversas que permita a los Register (PRTR), 2000. asociaciones de usuarios el acceso interesados y a un conjunto de personas datos comparados. provenientes de los tres países ha Apoyo para el desarrollo ulterior del ayudado a encaminar el programa RETC en México. desarrollo de los informes Mejoramiento de la comparabilidad anuales En balance y otros entre los sistemas nacionales aspectos del proyecto del RETC correspondientes. de América del Norte. Exploración de vías para mejorar el acceso y elevar la comprensión de En El FANCA y los RETC El Fondo de América del Norte para la Cooperación Ambiental (FANCA) financia en Canadá, México y Estados Unidos proyectos comunitarios que promueven las metas y objetivos de la CCAAN. El tema central de diversos proyectos financiados en 2000 son los RETC, el acceso a la información y la participación ciudadana en la toma de decisiones ambientales. Por ejemplo, el FANCA presta ahora su apoyo a acciones locales emprendidas para: ·• Utilizar en términos de comunidad datos de los RETC en dos ciudades de la frontera México-Estados Unidos, en las que participan funcionarios locales, la industria y la comunidad. Enlace Ecológico, A.C., Agua Prieta, Sonora, México. • Crear una red de justicia ambiental mediante supervisión ciudadana, muestreo del aire y uso de sistemas de información geográfica. Organización de Justicia Ambiental Little Village (Little Village Environmental Justice Organization), Chicago, Illinois, EU. • Elaborar un programa de servicios de difusión, educación y apoyo a ciudadanos y a la comunidad que utilizan la información de los RETC. Instituto Canadiense de Legislación y Políticas Ambientales (Canadian Institute for Environmental Law and Policy), Toronto, Ontario, Canadá. • Operar un foro virtual para ayudar a la ciudadanía a consultar y utilizar los datos de los RETC y demás información ambiental en México. Programa La Neta, S.C., México D.F., México. Mayor información Si desea información adicional o participar en el proyecto del RETC de la CCAAN, comuníquese con: Erica Phipps Gerente de Programa Comisión para la Cooperación Ambiental de América del Norte 393, rue St-Jacques Ouest, Bureau 200 Montreal (Quebec) Canadá H2Y 1N9 Tel: (514) 350 4323 Fax: (514 350 4314 Correo-e: <[email protected]> O visite la página del RETC en el sitio web de la CCAAN (en “Contaminantes y Salud”) en http://www.cec.org Rastreo de sustancias tóxicas en América del Norte Programa RETC de la CCAAN En 1984 varios miles de habitantes de Bhopal, India, fallecieron a causa de la exposición a una nube de gas de isocianato de metilo que una planta de plaguicidas liberó por accidente. El desastre provocó la reconsideración en todo el mundo de los peligros que las plantas industriales representan para la seguridad pública. El derecho a la información sobre el uso y transporte de sustancias químicas tóxicas en áreas pobladas ganó muchos adeptos. En muchas lugares, sin embargo, tener acceso a este tipo de información sigue siendo un reto. Los registros centrales de emisiones y transferencias de sustancias tóxicas pueden ser una ayuda. Dichos registros, a los que se conoce como registros de emisiones y transferencias de contaminantes (RETC), ayudan a los ciudadanos, profesionistas del medio ambiente, industriales y gobiernos a medir y manejar las sustancias tóxicas. En un programa nacional de RETC, las plantas industriales de sectores económicos específicos presentan informes anuales tanto de las cantidades de sustancias químicas prioritarias liberadas al medio ambiente en sitio como de las cantidades enviadas fuera de sitio para su tratamiento o eliminación. Las sustancias químicas se seleccionan siguiendo varios criterios. Algunas, como el asbesto y el benceno, son cancerígenas. Otras pueden dañar órganos específicos del cuerpo. Otras se sabe o se sospecha que son o ayudan al desarrollo de neurotoxinas. Los contaminantes tóxicos bioacumulables, como ciertos metales pesados y organoclorados, son motivo de particular preocupación por sus efectos a largo plazo, que obedecen a su potencial para acumularse en los tejidos de los seres humanos y otros organismos vivos. Los sistemas RETC, que reúnen la información en una base de datos de búsqueda, constituyen una herramienta importante para usuarios tan diversos como, por ejemplo, un grupo comunitario que evalúa el registro ambiental de una fábrica local, el gerente de una planta industrial que establece metas de reducción de emisiones tóxicas o el científico ambientalista que investiga los efectos de los contaminantes industriales en el aire, agua y suelo de una región. Al poner a disposición pública los datos sobre contaminantes y sus fuentes, los RETC proporcionan a todos los miembros de la sociedad (ciudadanos, líderes empresariales, asesores ambientales, investigadores, funcionarios gubernamentales, etc.) una herramienta muy valiosa para establecer prioridades, promover mejoras ambientales y seguir su avance. Hacia una integración de datos sin fronteras En general, los RETC se establecen para el ámbito nacional, pero los contaminantes no saben de fronteras políticas y las cruzan ya sea por aire o agua. También son transportados a otros países en camiones, trenes y embarcaciones para su tratamiento o eliminación. La Comisión para la Cooperación Ambiental de América del Norte (CCAAN) reconoció esta realidad transfronteriza y emprendió un esfuerzo trinacional para rastrear a escala subcontinental los datos sobre sustancias tóxicas. La CCAAN fue creada por los países miembros del TLC (Canadá, México y Estados Unidos) a fin de cooperar en la protección del medio ambiente compartido, con un interés especial en los retos y oportunidades que surgen dentro del contexto del libre comercio a lo largo y ancho del subcontinente. Desde el comienzo de su iniciativa de RETC de América del Norte en 1995, la CCAAN ha trabajado con los programas nacionales de registro de Canadá (Inventario Nacional de Emisión de Contaminantes), Estados Unidos (Inventario de Emisiones Tóxicas) y México (Registro de Emisiones y Transferencia de Contaminantes) para crear un perfil de América del Norte de emisión y transferencia de contaminantes. En su publicación anual En balance, la CCAAN analiza los datos del RETC de América del Norte para identificar las Inventario Nacional de Emisión de Contaminantes de Canadá El Inventario Nacional de Emisión de Contaminantes (NPRI, por sus siglas en inglés), administrado por el Ministerio de Medio Ambiente de Canadá, está en operación desde 1993. El NPRI se estableció con la ayuda de un comité asesor compuesto por múltiples grupos de interés, incluidos representantes de organizaciones industriales, ambientales y laborales, así como de los gobiernos federal y provincial. Las plantas de casi todos los sectores de la industria están obligadas a presentar informes al NPRI, y para el año 2000 el programa abarca 268 sustancias químicas. La renovación, en 1999, de la Ley Canadiense de Protección Ambiental refuerza el programa NPRI, ya que destaca los informes obligatorios y la publicación de un informe anual. Los usuarios pueden acceder a la base de datos canadiense de búsqueda en línea en www.ec.gc.ca/pdb/npri. principales tendencias, al tiempo que trabaja para que aumente la conciencia ciudadanía respecto de los registros y los diversos usos que se les puede dar para proteger el medio ambiente. Para la elaboración del informe En balance sobre las emisiones y transferencias de contaminantes en América del Norte, la CCAAN reúne información de las industrias y sustancias químicas comunes en las listas de los “Como representantes de la comunidad, nos interesa el acceso a la información de los RETC para facilitar el diálogo entre el gobierno y la industria con la ciudadanía en cuanto a la forma en que se manejan las sustancias químicas, a fin de incrementar la confianza del ciudadano y sus facultades en la toma de decisiones que pueden afectar a su comunidad”. – Laura Durazo, Directora, Proyecto Fronterizo de Educación Ambiental, Tijuana, México, The Power of Pollutant Information in the Hands of the Public, 2000. RETC nacionales. A la fecha, este conjunto de datos “combinados” del RETC de América del Norte incluye sustancias químicas e industrias que se encuentran tanto en el inventario de Estados Unidos como en el de Canadá. (Los datos de México se irán incorporando a medida que estén disponibles.) Sintetizar la información contenida en los RETC nacionales en una base de datos subcontinental que permita el análisis coloca a América del Norte a la vanguardia de una tendencia mundial. No obstante que diversos países industrializados han instrumentado este tipo de programas nacionales, la cooperación entre Canadá, México y Estados Unidos abre nuevos horizontes. En junio de 2000, el Consejo de la CCAAN, integrado por los más altos funcionarios ambientales de Canadá, México y Estados Unidos, firmaron la Resolución de Consejo 00-07 sobre Registros de Emisiones y Transferencias de Contaminantes. En dicha resolución, el Consejo destaca el valor de los RETC como herramientas para el manejo adecuado de las sustancias químicas, la promoción de mejoras en el desempeño ambiental y el acceso público a la información sobre los contaminantes emitidos y transferidos en y a través de las comunidades. La resolución también reafirma el compromiso del Consejo con el trabajo analítico de la CCAAN sobre los datos del RETC de América del Norte (los informes anuales En balance). Los ministros mencionan asimismo la oportunidad de que América del Norte se convierta en líder mundial en el desarrollo y uso de tales registros. Reconociendo que cada país elaborará su registro según sus propias necesidades y capacidades, la Resolución de Consejo 0007 establece un conjunto de elementos básicos para garantizar la eficacia de los sistemas de los RETC, incluidos los siguientes: Registro de Emisiones y Inventario de Emisiones Tóxicas Transferencia de Contaminantes de Estados Unidos de México En 1986, Estados Unidos aprobó la Ley sobre Planeación de Contingencias Ambientales y Derecho a la Información, mediante la cual se creó el Inventario de Emisiones Tóxicas (TRI, por sus siglas en inglés) que reúne información de plantas industriales sobre casi 650 sustancias químicas. La legislación original tenía como objetivo el sector fabril, pero ahora también abarca otros sectores de la industria, como minas de metales y de carbón, plantas generadoras de electricidad, plantas de manejo de residuos peligrosos, establecimientos de recuperación de solventes, vendedores mayoristas de sustancias químicas y estaciones de carga de petróleo a granel. El inventario está disponible en línea y permite a los usuarios obtener información específica de una planta, área geográfica o sustancia tóxica (www.epa.gov/tri). El RETC mexicano se basa en la información incluida en una sección de una forma única de permiso e información industrial, la Cédula de Operación Anual (COA). El Instituto Nacional de Ecología (INE) es la autoridad federal responsable de los datos del COA y del programa RETC. El primer año en que se presentaron informes al RETC fue 1997. México ya elaboró su lista de la información que debe presentarse al RETC, la que incluye alrededor de 110 sustancias. Los establecimientos de los once sectores industriales sujetos a jurisdicción federal tienen la opción de presentar informes de acuerdo con el programa del RETC, que a la fecha es voluntario. La información sobre el programa nacional mexicano y actividades relacionadas se encuentra en www.ine.gob.mx/dggia/retc/ingles/ ingles.html. • informes sobre sustancias individuales; • informes sobre instalaciones específicas; • informes multi medios (v.g., emisiones al aire, agua y suelo e inyección subterránea y transferencias a otras localidades para su manejo ulterior); • informes obligatorios; • informes periódicos (v.g., anuales); • difusión pública de los datos por instalaciones y tipos de sustancia; • estructuras estandarizadas para las bases de datos a efecto de facilitar tanto la integración computarizada de informes, como la recopilación, el Cómo aprovechar los datos de los RETC Primer paso: comprender sus limitaciones Si se busca información de las fuentes y los posibles impactos de la contaminación industrial, los RETC pueden ser una pieza importante del rompecabezas. Sin embargo, como todo sistema, los RETC tienen sus limitaciones. Si consideramos que se comercian miles de sustancias químicas, los RETC rastrean apenas un pequeño subconjunto de químicos potencialmente dañinos. Además, algunos contaminantes atmosféricos comunes —óxidos de azufre y partículas suspendidas, y gases de invernadero como bióxido de carbono y metano— no están incluidos en el conjunto de datos comparados de América del Norte. De manera similar, tampoco están incluidas todas las fuentes de sustancias tóxicas. Por ejemplo, los contaminantes emitidos por automóviles y camiones por lo general no se incluyen, ni tampoco fuentes naturales, actividades agrícolas y emisoras pequeñas como tintorerías y expendios de gasolina. Datos y riesgos de los RETC “Los registros de emisiones y transferencia de contaminantes (RETC) se están convirtiendo en una de las innovaciones de política ambiental más importantes de los últimos 30 años. Tienen la posibilidad de ayudar al público a comprender y conocer los problemas de la contaminación, de hacer que los gobiernos y la industria se responsabilicen más ante la ciudadanía por sus acciones y de reducir la generación y emisión al medio ambiente de sustancias tóxicas y peligrosas”. – Mark Winfield, Director de Investigación, Instituto Canadiense de Legislación y Políticas Ambientales (Canadian Institute for Environmental Law and Policy, CIELAP), resumen del documento leído en la Conferencia Internacional de la OCDE sobre los RETC, Tokio, septiembre de 1998. análisis y la difusión de la información; • establecer límites al manejo de información confidencial y definir lo que se considera confidencial; • perspectiva integral, y • mecanismo de retroalimentación pública para el mejoramiento continuo del sistema. Estos programas nacionales están apoyados por la Agenda 21 de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de 1992 (“Cumbre de la Tierra”), que incluyó un llamado para el establecimiento mundial de registros de emisión de contaminantes y promovió el principio del derecho de la comunidad y los trabajadores a la información. En un desarrollo adicional, la Recomendación de Consejo de 1996 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) hizo un llamado a los países miembro para considerar el establecimiento de RETC accesibles al público. Los datos de los RETC son estimaciones de las cantidades de sustancias que las plantas emiten al aire, agua y suelo o envían fuera de sitio para su manejo ulterior durante un año en particular. Sin embargo, los números por sí solos no pueden indicarnos si las poblaciones humanas o los ecosistemas han estado expuestos a dichas sustancias ni, en caso afirmativo, hasta qué grado. Las sustancias tienen, además, diversos grados de toxicidad y otras propiedades peligrosas. Por las razones señaladas, los datos de los registros no pueden por sí solos indicarnos los niveles de riesgo que las emisiones y transferencias representan para la salud o el medio ambiente. Sin embargo, considerados junto con otra información relevante, constituyen un importante punto de partida. RETC y acción comunitaria En toda América del Norte se llevan a cabo reuniones entre ciudadanos e industrias locales para hablar del mejoramiento de la seguridad pública y la calidad del medio ambiente. En estos ámbitos, los datos de los RETC proporcionan tanto a gerentes de planta como a los ciudadanos información concreta que puede servir de base para plantear preguntas y verificar el desempeño ambiental año con año. Si se puede medir, se puede manejar: rastreo de sustancias por establecimiento En un sistema de RETC típico, los establecimientos informan las cantidades de cada sustancia química liberada al medio ambiente en sitio y las cantidades transferidas fuera de sitio a plantas de eliminación o tratamiento. Las emisiones en sitio incluyen emisiones al aire, descargas en cuerpos de agua superficiales, tratamiento o eliminación en suelo e inyección subterránea “El público fue el primero en demandar informes ambientales y al atender esta demanda nos dimos cuenta de que la información es muy útil para nuestra propia administración. Hemos aprendido de nuestros éxitos, nuestras faltas y las lagunas en nuestros conocimientos. Es un buen ejemplo de que la presión externa a final de cuentas beneficia tanto al medio ambiente como a la industria”. — Ciba Geigy, Informe corporativo ambiental, 1993. (vertimiento de residuos líquidos a pozos profundos en formaciones geológicas conocidas). Las transferencias fuera de sitio incluyen descargas a los sistemas de drenaje y alcantarillado y transportación a centros de tratamiento, reciclado y eliminación. Siguiendo la máxima “si se puede medir, se puede manejar”, muchas plantas industriales han descubierto que el rastreo de contaminantes requerido por un RETC los ayuda a detectar oportunidades para reducir las cantidades de sustancias tóxicas utilizadas y generadas por sus actividades. Tales reducciones pueden devenir en importantes ahorros para la compañía, ya que disminuye la cantidad de químicos de proceso u otros insumos utilizados y los costos de manejo de residuos. La prevención también evita el movimiento de contaminantes de un medio a otro, parecido a un juego tóxico de “dónde quedó la bolita”. La experiencia ha demostrado que abordar el manejo de los contaminantes con un enfoque preventivo es la forma más efectiva de reducir la cantidad total de sustancias tóxicas (tanto emisiones como transferencias) informadas al RETC. Sin lugar a dudas, para muchos observadores el principal valor de los RETC es que motiva a la industria a utilizar enfoques de prevención de la contaminación.