Europa en movimiento La Unión Europea en el mundo La política exterior de la Unión Europea Unión Europea 28 Este folleto y otras explicaciones claras y concisas sobre la Unión Europea están disponibles en línea en ec.europa.eu/publications/ Comisión Europea Dirección General de Comunicación Unidad de Publicaciones B-1049 Bruxelles Texto original terminado en junio de 2007 Ilustración de la cubierta: © Wolf/zefa/Corbis Al final de la obra figura una ficha bibliográfica Luxemburgo: Oficina de Publicaciones Oficiales de las Comunidades Europeas, 2007 ISBN 978-92-79-06082-3 © Comunidades Europeas, 2007 Reproducción autorizada Printed in Belgium IMPRESO EN PAPEL BLANQUEADO SIN CLORO La Unión Europea en el mundo La política exterior de la Unión Europea Índice Un socio de envergadura mundial 3 Una singladura marcada por el dinamismo 5 El comercio como factor de crecimiento 8 Una política exterior y de seguridad preventiva 11 Una mano abierta 13 Ayuda humanitaria 15 Globalización e interdependencia 17 La Unión Europea y sus vecinos 20 Si desea saber más 22 2 Un socio de envergadura mundial Con cerca de 500 millones de habitantes, la Unión Europea es la tercera potencia demográfica del mundo, por detrás solamente de China y la India. Su tamaño y su importancia en términos comerciales, económicos y financieros hacen de ella una potencia a escala mundial que absorbe la mayor cuota de los intercambios comerciales internacionales y genera la cuarta parte de la riqueza del mundo. Su envergadura y su poder económico conllevan necesariamente responsabili- dades. La Unión está a la cabeza de la comunidad de asesores y donantes de ayuda financiera a los países más pobres. Inmersa en un orden mundial frágil y complejo, participa de forma cada vez más decidida en las actividades de prevención de conflictos, mantenimiento de la paz y lucha contra el terrorismo; apoya los esfuerzos de reconstrucción en Iraq y Afganistán, y lidera el movimiento contra el calentamiento global y la emisión de gases de efecto invernadero. © EC/F. Lefebvre El acceso al agua potable es una de las prioridades de la Unión en materia de desarrollo. 3 L a Un i ó n E u ro p e a e n e l m u n d o Un poder «blando» La Unión Europea, que nació con la vocación de aunar todo un continente, está empeñada en mantener estrechas relaciones con sus vecinos a fin de evitar que nuevas líneas divisorias artificiales reemplacen a las que ya han sido superadas. Habiendo conseguido la estabilidad y la prosperidad de sus ciudadanos, se afana ahora por cooperar con otros países, en un mundo interdependiente, para hacerles partícipes de los beneficios que ofrecen la liberalización de los mercados, el crecimiento económico y un sistema político fundado en la responsabilidad social y en la democracia. La Unión no trata de imponer su sistema, pero no se avergüenza de sus valores. Cualquier país europeo con un régimen democrático puede solicitar su adhesión, si bien algunos han optado por no hacerlo. En medio siglo, la Unión ha reunido a veintisiete países que han Algunas cifras comparativas sabido sumar sus recursos económicos y políticos en favor del interés común, convirtiéndose así en un modelo de cooperación e integración para países de otras latitudes. La Unión actúa movida tanto por su propio interés bien entendido como por solidaridad internacional. En un mundo cada vez más interconectado, trabajar por un desarrollo económico que redunde en beneficio de todos y por la estabilidad política a nivel mundial son una inversión en el propio futuro. Prestando ayuda a otros, la Unión Europea contribuye a hacer la vida más segura para sus propios ciudadanos dentro de sus fronteras. No hay que olvidar que estamos asistiendo al nacimiento de un mundo multipolar y que, en este nuevo contexto, los Estados miembros de la Unión solo podrán hacerse oír si hablan con una sola voz. Población Habitantes, 2006 (millones) Territorio Superficie (millones de km²) 13 Unión Europea Estados Unidos Rusia China Fuentes: Eurostat, Banco Mundial. 4 26 India 0,4 128 29 00 3,0 62 00 95 142 300 4,2 00 492 9,6 9,6 23 600 11 750 17 16, 9 36 41 400 Riqueza Estándar de poder adquisitivo per cápita, 2006 (euros) Japón Una singladura marcada por el dinamismo Lo que hoy es la Unión Europea nació, en los años cincuenta del siglo pasado, con la vocación de unir a las naciones y los pueblos de Europa tras la Segunda Guerra Mundial. La necesidad de desarrollar sus relaciones exteriores obedeció sobre todo a dos grandes motivos. A medida que los seis países fundadores suprimían los obstáculos al comercio interno, se vieron obligados a asumir colectivamente la responsabilidad de sus relaciones comerciales con los terceros países. Así nació la política comercial común, primer ámbito en el que los Estados miembros aceptaron ejercer conjuntamente su soberanía en favor del interés común. Al mismo tiempo, acordaron compartir la financiación de parte de la ayuda que aportaban a sus antiguas colonias, especialmente en África, a medida que estas accedían a la independencia. Con la llegada de nuevos miembros, la Unión ha asumido nuevas responsabilidades y ha debido definir mejor sus relaciones con el resto del mundo y con diversas organizaciones internacionales. La política comercial común es un componente clave de las relaciones de la Unión Europea con el resto del mundo. Actúa a dos niveles complementarios: por una parte, en la Organización Mundial del Comercio (OMC), la Unión participa activamente, junto con socios de todo el mundo, en el establecimiento de normas del sistema multilateral de comercio internacional; por otra, negocia sus propios acuerdos comerciales bilaterales con países y grupos regionales. Su compromiso es facilitar el acceso a su mercado a los productos de los países en vías de desarrollo y promover el desarrollo mediante sus relaciones comerciales. La asistencia técnica y financiera, que en un primer momento se concentró sobre todo en África, se amplió en los años setenta a Asia, América Latina y los países del Mediterráneo meridional y oriental. En esa misma década, la Unión empezó a prestar ayuda humanitaria a víctimas de desastres naturales y catástrofes provocadas por el hombre en todo el mundo. 5 © Bilderbox.com L a Un i ó n E u ro p e a e n e l m u n d o La Unión coopera con otros países en el establecimiento de normas medioambientales. El comercio y la ayuda no lo son todo Los acuerdos que la Unión Europea concluye con socios de todo el mundo no solo tratan del comercio y de la ayuda al desarrollo tradicional, sino que incluyen asimismo el respaldo a reformas económicas, la salud y la educación, programas de infraestructuras y, en algunos casos, la cooperación 6 económica en ámbitos tales como la investigación y el desarrollo o la política medioambiental. También ofrecen un marco de diálogo para debatir cuestiones políticas como la democracia y los derechos humanos. Los acuerdos más recientes incluyen asimismo una cláusula en virtud de la cual los países signatarios asociados se comprometen a respetar la no proliferación de armas de destrucción masiva. Una relación larga y sostenida Tanzania, uno de los países menos desarrollados del mundo, se beneficia de una franquicia de derechos de aduana sobre todas sus exportaciones con destino a la Unión Europea, con la excepción de armas y municiones. Es además uno de los setenta y nueve países socios de la Unión en el grupo África, Caribe y Pacífico (ACP) que se benefician del Acuerdo de Cotonú sobre ayuda y comercio. La Unión Europea es el principal mercado exterior de Tanzania, absorbiendo más de la mitad de sus exportaciones, mientras que poco más del 20 % de las importaciones tanzanas provienen de la Unión, principalmente bienes de capital y de equipo. El valor anual de la ayuda comunitaria a Tanzania se cifra en más de 100 millones de euros. Los proyectos financiados por la Unión se centran sobre todo en las infraestructuras de transporte, la educación, el suministro de agua, el medio ambiente, la prevención del sida y el apoyo a la buena gobernanza. Una nueva dimensión En virtud del Tratado de Maastricht, firmado en 1992, la Unión ha desarrollado una política exterior y de seguridad común (PESC), que le permite emprender acciones comunes cuando estén en juego sus intereses. La defensa se está convirtiendo en un aspecto importante de la PESC en consonancia con el empeño de la Unión en promover y preservar la estabilidad en el mundo. En cuestiones como el terrorismo, la delincuencia internacional, el tráfico de drogas, la inmigración clandestina y otros temas de alcance mundial, como el medio ambiente, la Unión Europea colabora estrechamente con otros países y organizaciones internacionales. La gestión de las relaciones exteriores de la Unión es un proceso dinámico: al tiempo que configura su propia política exterior, ha de tener en cuenta diversos factores exteriores, entre ellos la creciente interdependencia económica provocada por el efecto combinado de la oleada de liberalización que viven los mercados de todo el mundo, la revolución global de las comunicaciones y la aceleración del progreso tecnológico. La Unión ha debido actualizar sus prioridades en un contexto caracterizado por una fuerte competencia internacional, un aumento de los flujos de inversión transfronterizos y una creciente demanda de materias primas, especialmente petróleo y gas, a escala mundial. 7 L a Un i ó n E u ro p e a e n e l m u n d o El comercio como factor de crecimiento La Unión Europea representa el 20 % de todas las importaciones y exportaciones, lo que la convierte en la primera potencia comercial del mundo. Su principal socio comercial son los Estados Unidos, seguidos de China y Rusia. El valor de los intercambios comerciales transatlánticos, en ambas direcciones, asciende a cerca de 400 000 millones de euros al año. La liberalización del comercio entre los Estados miembros estuvo en el origen del mercado único europeo, un merca- do en el que impera la libre circulación de personas, mercancías, servicios y capitales. La Unión desempeña, pues, un papel de primer orden como impulsora de la liberalización del comercio mundial en beneficio tanto de los países ricos como de los países pobres. Las sanciones comerciales —por ejemplo la supresión de regímenes preferenciales o la restricción o incluso la suspensión de los intercambios con aquello socios que no respeten los derechos humanos u otras normas éticas internacionales— son otro de los instrumentos de la política exterior europea. Un comercio libre y justo La forma más tangible de liberalizar el comercio pasa por reducir, o suprimir completamente, los aranceles y las cuotas que los países aplican a los productos. De esta forma, los proveedores, ya sean nacionales o extranjeros, pueden competir abiertamente en precio y calidad. Pero existen asimismo obstáculos encubiertos o «técnicos» de los que se sirven gobiernos y empresas para tratar de conseguir ventajas injustas sobre sus rivales. Entre estas prácticas desleales podemos mencionar las siguientes: • la venta de mercancías en mercados extranjeros por debajo del precio de coste o del precio inte- rior al objeto, por ejemplo, de «desalojar» a los productores de esos países de sus propios mercados (el llamado «dumping»); • el pago de subvenciones con cargo al presupuesto del Estado a determinadas empresas, en particular los «buques insignia» nacionales, para darles una ventaja injusta en los mercados de exportación o en el mercado interior; • la celebración de contratos públicos exclusivamente con empresas locales, aunque existan ofertas más ventajosas de licitadores extranjeros; • la violación de los derechos de propiedad intelectual (marcas registradas y derechos de autor) por medio de la piratería o la falsificación de mercancías que se venden a bajo precio en detrimento del fabricante de los artículos originales. 8 Las reglas del juego Para que redunde en beneficio de todas las partes, el comercio ha de ser libre y justo y regirse por reglas transparentes, adoptadas de común acuerdo y aplicables a todos. La Unión apoya firmemente la labor de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que aplica una serie de normas encaminadas a liberalizar el comercio mundial y a garantizar a todos los participantes un trato equitativo. Este sistema, aunque imperfecto, garantiza una buena dosis de transparencia y seguridad en el funcionamiento del comercio internacional. Paralelamente a su calidad de miembro de la OMC, la Unión ha desarrollado una red de acuerdos comerciales bilaterales con países y grupos regionales de todo el mundo. Estos acuerdos complementan la acción que se lleva a cabo en la OMC en favor de la supresión de los obstáculos a los intercambios internacionales y le permiten intervenir de forma más rápida, junto con sus principales socios, para obtener ventajas en beneficio mutuo. Son compatibles con las reglas de la OMC que establecen condiciones claras para la celebración de este tipo de acuerdos, a fin de evitar que se acaben utilizando para discriminar a otros socios comerciales. © Bilderbox.com La OMC dispone asimismo de un mecanismo de solución de diferencias al que se puede recurrir cuando surgen conflictos directos entre dos o más socios comerciales. En ocasiones, la Unión ha procedido contra alguno de sus socios comerciales en el seno de la OMC, pero también ha sido objeto de reclamaciones en casos relacionados, sobre todo, con la agricultura. 9 Los productos comunitarios son apreciados en todo el mundo. L a Un i ó n E u ro p e a e n e l m u n d o Ventajas comerciales para todos Con todo, los acuerdos comerciales no giran únicamente en torno a intereses comerciales. La Unión Europea es particularmente sensible a las necesidades de los países en vías de desarrollo y reconoce desde hace tiempo que el comercio es uno de los medios para impulsar el crecimiento económico y la capacidad productiva de estos países. Los países en vías de desarrollo disfrutan de franquicias de derechos de aduana o de aranceles reducidos sobre sus exportaciones al mercado comunitario en virtud del sistema de preferencias generalizadas (SPG), que se aplica a 7 200 productos. Para los países más vulnerables con necesidades especiales en materia de desarrollo, la franquicia de derechos se aplica a todos los productos incluidos en el SPG. Se trata de una concesión que no requiere contrapartida alguna por parte de los benefi- Las relaciones especiales que la Unión mantiene con los setenta y nueve países ACP en cuestiones de comercio y de ayuda se remontan a la firma de los Acuerdos de Lomé, en 1975. Para hacerlas aún más estrechas, se están negociando los llamados «acuerdos de asociación económica» (AAE), que combinarán el comercio y la ayuda de manera novedosa: se anima a los países ACP a promover la integración económica con sus vecinos como primer paso hacia su integración global, al tiempo que buena parte de la ayuda se dedicará a la consolidación de los recursos institucionales y a la aplicación del principio de buena gobernanza. En virtud de los AAE, el desarrollo se convierte en la piedra angular de las relaciones entre la Unión y los países ACP. © EC/EuropeAid África necesita, para su desarrollo, carreteras transitables en todo tipo de condiciones climatológicas. ciarios. Los cincuenta países menos desarrollados del mundo tienen acceso totalmente libre al mercado comunitario para todos sus productos, exceptuando las armas y las municiones. 10 Una política exterior y de seguridad preventiva La idea de que los Estados miembros deberían actuar de forma concertada para promover y defender sus intereses estratégicos es tan antigua como la propia Unión. Se remonta a 1954, cuando los seis miembros fundadores intentaron en vano crear una comunidad europea de defensa. En su lugar, nació la Comunidad Económica Europea. La actual política exterior y de seguridad hunde sus raíces en el llamado proceso de «cooperación política europea», que se puso en marcha en 1970 para coordinar las posiciones de los Estados miembros sobre las grandes cuestiones de política exterior del momento. Las decisiones se adoptaban por consenso, pero en los temas más candentes no siempre fue posible alcanzar la unanimidad requerida, debido a la disparidad de los intereses nacionales. A medida que se ampliaba y asumía nuevos ámbitos de competencias, la Unión Europea ha ido redoblando sus esfuerzos para desempeñar en el escenario mundial un papel en las esferas de la diplomacia y la seguridad que esté a la altura de su poder económico. Los conflictos que asolaron el sudeste de Europa en los años noventa del siglo pasado tras la desmembración de Yugoslavia persuadieron a los dirigentes comunitarios de la necesidad de actuar conjuntamente y con eficacia. Más recientemente, la lucha contra el terrorismo internacional ha reforzado esta convicción. La política exterior y de seguridad común (PESC) fue consagrada en 1992 por el Tratado de Maastricht, que definió los tipos de actividades diplomáticas y políticas que puede emprender la Unión con vistas a la prevención y resolución de conflictos. Reducir el coste humano y económico Desde 1990, más de 4 millones de personas han muerto en conflictos en todo el mundo. El 90 % de ellas eran civiles. Los siete conflictos más sangrientos de los años noventa costaron a la comunidad internacional 200 000 millones de euros, una suma que podría haberse utilizado con fines pacíficos. Por ello, la Unión Europea está decidida a actuar de manera más efectiva para, ante todo, evitar los conflictos. La política europea de seguridad y defensa (PESD) canaliza ahora la acción al efecto. Además de las operaciones de respuesta rápida que permiten intervenir sin demora en situaciones de crisis, otros de los cometidos de la PESD son la recopilación y análisis de información, así como la supervisión de la aplicación de acuerdos internacionales a fin de anticipar posibles conflictos. Estas nuevas capacidades refuerzan los instrumentos de relaciones exteriores tradicionales de la Unión: asistencia técnica y financiera, respaldo a la consolidación institucional y a la buena gobernanza en los países en vías de desarrollo, ayuda humanitaria, sin olvidar instrumentos diplomáticos como el diálogo político y la mediación. De esta manera, la Unión Europea está preparada para reaccionar a situaciones específicas en el momento en que surgen, utilizando la combinación de instrumentos más apropiada. 11 L a Un i ó n E u ro p e a e n e l m u n d o Las enseñanzas de un fracaso A raíz del fracaso de sus esfuerzos diplomáticos por conseguir la paz en la guerra que siguió a la desintegración de Yugoslavia y de los sangrientos conflictos que asolaban el continente africano, los dirigentes comunitarios dieron vía libre, en 1999, a la creación de una política europea de seguridad y defensa (PESD), que se inscribe en el marco más general de la PESC. Las primeras misiones militares tuvieron lugar en 2003 en los Balcanes, escenario de anteriores fracasos diplomáticos, y en la República Democrática del Congo. En los últimos años se han hecho diversos intentos para simplificar el proceso de toma de decisiones de la PESC, pero las decisiones importantes aún deben adoptarse por unanimidad, lo que no siempre es fácil, como lo ilustran las profundas diferencias que surgieron entre los Estados miembros en relación con la invasión de Iraq dirigida por los Estados Unidos. © EC La Unión dispone ahora de medios militares para llevar a cabo misiones de paz. La PESD permite enviar fuerzas militares o policiales europeas a zonas de conflicto para llevar a cabo misiones de gestión de crisis, humanitarias y de rescate, de mantenimiento e incluso de restablecimiento de la paz; también pueden apoyar e impartir formación a cuerpos de policía locales. Además, la Unión ha creado una fuerza de intervención rápida, distinta de la OTAN, pero con acceso a los recursos de esta, que se basa en el concepto de las denominadas «agrupaciones tácticas». En la actualidad, la Unión dispone de dos agrupaciones listas para entrar en acción en todo momento, lo que le permite responder rápidamente, con medios militares, a una eventual crisis. Ambas agrupaciones son multinacionales, constan de unos 1 500 soldados y están disponibles durante un período de seis meses siguiendo un sistema de rotación. 12 Una mano abierta La promoción del comercio y la liberalización del mercado comunitario es una vertiente de la estrategia de desarrollo internacional de la Unión Europea. La otra consiste en sacar a los países pobres de la pobreza por medio de una asistencia técnica y financiera directa. Más de 1 000 millones de personas en todo el mundo subsisten con un euro al día o menos. Un tercio de ellas viven en el África subsahariana. desarrollo sostenible y, más en concreto, la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. La ayuda comunitaria busca mejorar las infraestructuras materiales y sociales básicas y el potencial de producción, así como consolidar las instituciones democráticas. Además, puede permitir a los países pobres aprovechar las oportunidades que ofrece el comercio internacional y atraer más inversiones extranjeras a fin de ampliar su base económica. En la actualidad, la Unión Europea y sus Estados miembros aportan más del 56 % de toda la ayuda oficial al desarrollo procedente de los grandes países industrializados. En 2006, el valor total de esta ayuda ascendió a 47 000 millones de euros, es decir, casi 100 euros per cápita, frente a 53 euros de los Estados Unidos y 69 euros de Japón. Ese mismo año, la ayuda europea creció hasta situarse en el 0,42 % del producto nacional bruto (PNB), una cifra aún muy por debajo del objetivo del 0,7 % marcado por las Naciones Unidas. Solo cuatro Estados miembros de la Unión —Dinamarca, Luxemburgo, los Países Bajos y Suecia— han alcanzado, e incluso rebasado, ese objetivo. La Unión se ha fijado el año 2015 como límite para alcanzar el objetivo colectivo del 0,7 %, con un objetivo intermedio del 0,56 % para 2010. El grueso de la ayuda al desarrollo comunitaria (15 000 millones de euros anuales) va a los países africanos. El objetivo prioritario de la cooperación al desarrollo de la Unión es la erradicación de la pobreza en un marco de © EC/O.Lehner Dotar a los pobres de los medios que les permitan controlar su propio destino 13 El envío de observadores electorales a todos los rincones del planeta forma parte de las acciones de la Unión en defensa de los derechos humanos. L a Un i ó n E u ro p e a e n e l m u n d o La relación privilegiada que mantienen la Unión Europea y los países ACP no ha impedido que muchos de ellos pierdan cuota de mercado en Europa y pasen a ocupar una posición cada vez más marginal en la economía mundial. Para poner remedio a esta situación se idearon los acuerdos de asociación económica. La cooperación al desarrollo de la Unión aspira a dotar a las personas desfavorecidas del tercer mundo de los medios necesarios para controlar su propio desarrollo. Para ello es preciso ahondar en las raíces de su vulnerabilidad: acceso a la alimentación y al agua potable, salud, educación, empleo y medio ambiente, sin olvidar la lucha contra las enfermedades y la comercialización de medicamentos a precios asequibles para luchar contra el sida y otras plagas de nuestro tiempo, así como iniciativas destinadas a reducir la deuda, que desvía los escasos recursos disponibles hacia los ricos acreedores de los países industrializados en lugar de invertirlos en proyectos públicos fundamentales. La Unión también se sirve de la cooperación al desarrollo como medio para promover los derechos humanos y la igualdad entre hombres y mujeres, así como para evitar conflictos. La Unión despliega su ayuda de muy variadas formas: cooperación directa con los gobiernos, realización de proyectos específicos (a menudo a través de organizaciones no gubernamentales), ayuda humanitaria, prevención de crisis y respaldo a la sociedad civil. Una parte cada vez mayor de la ayuda se entrega a los presupuestos generales y sectoriales de los países asociados, a fin de potenciar la asunción de responsabilidades por parte de los beneficiarios. Con pequeñas sumas se puede llegar lejos A lo largo de los años, la Unión ha financiado miles de proyectos de desarrollo en el Tercer Mundo. A menudo, con una financiación relativamente pequeña se puede lograr mucho. A continuación destacamos algunos ejemplos recientes: • ayuda a 250 mujeres del Estado de Gujarat, en la India, para que pudieran exportar sus artesa- nías a Europa, Norteamérica y Japón; • financiación a una empresa de Belice para la introducción de técnicas de explotación y gestión forestal sostenibles; • asistencia a agricultores del centro de Camerún con vistas a la diversificación de su producción; • formación a pequeños agricultores de Uganda para que compartan los costes derivados de la uti- lización de servicios esenciales de apoyo a las empresas. 14 Ayuda humanitaria La lista de los países y las regiones en los que la Unión Europea presta ayuda humanitaria refleja fielmente la de los puntos más conflictivos del planeta. Esta asistencia es incondicional: independientemente de si el desastre es natural o provocado por el hombre, de lo que se trata es de auxiliar a las víctimas lo antes posible, sin que importe su raza o religión o las ideas políticas de su Gobierno. La Unión canaliza esta ayuda a través de su Dirección General de Ayuda Humanitaria (ECHO). Desde su creación en 1992, la ECHO ha trabajado en más de cien países de todo el mundo, suministrando con celeridad equipos básicos y suministros de emergencia a las víctimas de desastres de todo tipo. Con un presupuesto anual de más de 700 millones de euros, la ECHO financia también la intervención de equipos médicos y especialistas en retirada de minas, sistemas de transporte y comunicaciones, ayuda alimentaria y apoyo logístico. La ECHO está presente además en otros sesenta países aproximadamente, incluidos Afganistán, la República Democrática del Congo, Sri Lanka y Tanzania. La Unión Europea sigue apoyando a las víctimas de las llamadas «crisis olvidadas», que absorbieron en 2006 el 14 % de su presupuesto humanitario. Es el caso, sobre todo, de Nepal, la zona fronteriza entre Myanmar y Tailandia, Chechenia, Cachemira y la precaria situación de los refugiados del Sáhara Occidental en la vecina Argelia. La ayuda humanitaria de la Unión está destinada a ella y a otros muchos niños como ella. Un año difícil El año 2006 fue un año particularmente difícil en el que los recursos de la ayuda humanitaria comunitaria se vieron sometidos a una fuerte presión como consecuencia de una serie de incidentes: • el desplazamiento de millares de © EC/ECHO/François Goemans personas hacia el sur de Sudán y las regiones fronterizas de Chad como consecuencia del conflicto de Darfur; • el empeoramiento de la situación de los palestinos en Cisjordania y Gaza; • las consecuencias humanitarias de la guerra en Líbano entre Israel y Hezbollá. 15 L a Un i ó n E u ro p e a e n e l m u n d o Trabajo en equipo Muy activa en el campo de la ayuda humanitaria, la Comisión Europea coopera estrechamente, por medio de la ECHO, con organizaciones que trabajan sobre el terreno —organizaciones no gubernamentales, organismos especializados de las Naciones Unidas y la Cruz Roja/Media Luna Roja Internacional— en el suministro de alimentos y equipos, agua potable y material de saneamiento, refugios, instalaciones médicas y sistemas de comunicación provisionales. Ante el temor de que se mantenga, o incluso empeore, el elevado nivel actual de desastres naturales y conflictos armados, la Unión, deseosa de mejorar su respuesta humanitaria, ha incrementado el número de funcionarios desplazados con experiencia en la rápida evaluación de necesidades. Chechenia: una crisis que se eterniza Los conflictos de 1994 y 1999 siguen afectando a la población de Chechenia; la necesidad de ayuda humanitaria sigue siendo acuciante. Muchas de las 200 000 personas (es decir, casi una cuarta parte de su población) desplazadas a raíz de los combates han regresado estos últimos años de las vecinas repúblicas de Ingushetia y Daguestán. Las condiciones de vida son duras en todo el país, incluida la capital, Grozny. © EC/ECHO/Daniela Cavini Si bien la situación ha registrado cierta mejoría, lo que ha permitido que, por primera vez desde 1999, la ECHO pudiera reducir sus actividades sobre el terreno, muchos chechenos siguen dependiendo de la ayuda financiera canalizada a través de organizaciones como la Cruz Roja, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y el Programa Mundial de Alimentos. Por su parte, la Unión Europea financia actividades de formación destinadas a las capas más vulnerables de la población, con el objetivo de fomentar su autonomía por medio de acciones generadoras de ingresos, como la construcción y explotación de invernaderos. Mujeres chechenas, instruyéndose sobre proyectos de autonomía. 16 Globalización e interdependencia Como agente en una economía marcada por la globalización y la interdependencia, la Unión Europea se ve obligada a recurrir cada vez más a otros instrumentos distintos de los tradicionalmente utilizados en el mundo de la diplomacia y el comercio. Nuevas disposiciones internacionales regulan ahora aspectos tales como los mercados financieros, el empleo, la salud o el medio ambiente. Las soluciones aisladas no siempre son efectivas; como ejemplo, basta citar los casos de la energía o el medio ambiente. límites a la cantidad de CO2 que pueden emitir cada año un cierto número de plantas industriales, dejando a las empresas libertad para vender los derechos de emisión no utilizados a otras plantas que hayan sobrepasado su cuota. Al mismo tiempo, la Unión coopera con países como China al objeto de encontrar fórmulas que permitan un uso más eficiente de la energía y una combustión más limpia de los carburantes fósiles. Dependencia energética Lo paradójico es que justo en el momento en que la Unión se afana por Existe un amplio consenso en Europa entre gobiernos, ciudadanos y empresarios con respecto a la necesidad de que la Unión intervenga inmediatamente para poner freno al calentamiento del planeta, un fenómeno provocado principalmente por las emisiones de dióxido de carbono que conlleva la combustión de carburantes fósiles (carbón, petróleo y gas). Las medidas adoptadas en ese sentido tienen repercusiones en otros países. La Unión Europea lidera el movimiento internacional en favor de la limitación de los efectos del calentamiento global, en aplicación del Protocolo de Kyoto, y se ha comprometido a reducir, para 20082012, sus emisiones de carbono al menos un 8 % por debajo de los niveles existentes en 1990. Además, tiene la intención de reducir sus emisiones de gas de efecto invernadero en otro 20 %, un porcentaje que podría incrementarse hasta un 30 % si otros países siguen sus pasos. La Unión también ha sido pionera al introducir el primer mecanismo mundial de reducción de las emisiones de CO2 basado en el mercado: ha fijado © Malcolm Fife/Stockbyte/Getty Images Calentamiento global 17 Las importaciones de gas de la Unión Europea llegan en buques y por gasoductos. L a Un i ó n E u ro p e a e n e l m u n d o reducir su consumo de energía y promover las energías renovables, está creciendo su dependencia de proveedores exteriores de carburantes fósiles. Ello obedece, sobre todo, a la disminución de sus propias reservas de petróleo y gas. La Unión Europea es el primer importador y el segundo consumidor de energía del mundo. En estos momentos, casi la mitad de sus suministros de gas (el combustible fósil menos contaminante) procede solamente de tres países, Rusia, Noruega y Argelia, y, de no adoptar medidas drásticas a corto plazo, su dependencia del petróleo importado pasará de un 50 % a un 70 %. A ello hay que sumar las previsiones que apuntan a un incremento de la demanda de petróleo y gas a escala mundial, como consecuencia de las necesidades derivadas de la expansión económica de países como China y la India. La Unión Europea y siete países de Europa sudoriental han creado una comunidad de la energía en la que las normas del mercado serán las mismas para todos. La Unión se beneficiará así de una mayor seguridad en el suministro de gas y electricidad que pasa por esos países, mientras que estos, por su parte, aplicarán en sus mercados energéticos las reglas y normas comunitarias, con la consiguiente mejora en términos de eficacia. © Image Source Pink/Getty Images Redunda, pues, en interés de la Unión Europea reducir su dependencia de unos pocos proveedores y profundizar sus relaciones comerciales con aquellos de los que es más dependiente, en beneficio mutuo. Su estrategia incluye la cooperación en materia de inversiones, la transferencia de tecnologías, garantías mutuas de acceso a los mercados y el mantenimiento de relaciones comerciales estables y previsibles con países como Rusia —gran productor de carburantes fósiles y, potencialmente, de electricidad— o los países productores de petróleo y gas de África del Norte, la región del Golfo Pérsico y Asia Central. El euro es objeto de múltiples transacciones en los mercados de divisas mundiales. 18 El euro, una moneda internacional Desde su creación en 1999, el euro se ha convertido en una moneda mundial, por detrás únicamente del dólar para las transacciones comerciales y la constitución de reservas de divisas. Incluso ha reemplazado a la moneda estadounidense en el mercado internacional de obligaciones, en el que, en 2005, el 46 % de los bonos en circulación se negoció en euros, frente al 37 % en dólares. Por mutuo acuerdo, el euro es la moneda oficial de tres terceros países: Mónaco, la Ciudad del Vaticano y San Marino. En Andorra, Kosovo y Montenegro se utiliza como moneda de facto y en una serie de países —la Antigua República Yugoslava de Macedonia, Botsuana, Croacia, Israel, Jordania, Libia, Marruecos, Rusia, Serbia y Túnez— es una de las monedas de referencia para determinar la política de tipos de cambio. Desde 1999, el euro ha consolidado su papel en la composición de las reservas de divisas de los bancos centrales del mundo, a expensas principalmente del dólar estadounidense y del yen. El paso al euro ha sido más común en los países en vías de desarrollo que en los países industrializados; las cifras del cuadro abarcan a unos y a otros. Uso de las principales monedas en el mundo Porcentaje de las principales monedas en las reservas de divisas conocidas de todos los países. Dólar estadounidense Euro Yen Libra esterlina Franco suizo Otras 1999 2005 71,0 17,9 6,4 2,9 0,2 1,6 66,5 24,4 3,6 3,8 0,1 1,6 Fuente: FMI, Informe anual 2006. 19 L a Un i ó n E u ro p e a e n e l m u n d o La Unión Europea y sus vecinos En medio siglo de existencia, la Unión Europea ha unido todo un continente, desde el Atlántico al mar Negro, pasando de seis a veintisiete Estados miembros. La ampliación es un proceso continuo: cualquier país europeo puede solicitar su ingreso en la Unión siempre y cuando cumpla los principios de democracia y economía de mercado y tenga capacidad para asumir los derechos y las obligaciones inherentes al estatuto de Estado miembro. No faltan países candidatos y candidatos potenciales. Países candidatos y países que han presentado una solicitud de adhesión Actualmente son tres los países candidatos: Croacia, Turquía y la Antigua República Yugoslava de Macedonia. Una vez finalicen las negociaciones, la adhesión de cada uno de ellos habrá de ser aprobada por todos y cada uno de los Estados miembros y por el Parlamento Europeo. © Shutterstock/Polartern, 2007 Además, cuatro países de los Balcanes Occidentales —Albania, Bosnia y Herzegovina, Montenegro y Serbia— son candidatos potenciales a la adhesión. La Unión Europea permite ya a todos los países balcánicos occidentales disfrutar de un acceso libre a su mercado para la práctica totalidad de sus exportaciones y apoya sus programas nacionales de reforma. Estambul: Turquía es uno de los países candidatos a la adhesión a la Unión Europea. 20 Además de los países candidatos, la Unión mantiene relaciones muy estrechas con otros cuatro vecinos: Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza, países miembros de la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC) que, hasta ahora, se han pronunciado en contra de la adhesión. Estos países han puesto amplias partes de sus respectivas legislaciones en consonancia con la normativa que rige el mercado único de la Unión y siguen la política comunitaria en otros ámbitos de actividad. Todos, salvo Suiza, participan junto con la Unión Europea en el Espacio Económico Europeo (EEE). Una política de vecindad coherente La Unión Europea trabaja con empeño por consolidar sus relaciones con sus vecinos del este y del sur. Aunque no son candidatos a la adhesión, Rusia, Ucrania, Moldova y las repúblicas del Cáucaso y de Asia Central están fortaleciendo sus lazos bilaterales con la Unión, sobre la base de acuerdos de asociación y cooperación que abarcan el comercio y otros sectores económicos, además de acciones conjunta en numerosos ámbitos de interés común. El acuerdo con Rusia va más lejos que los otros; se centra fundamentalmente en la economía, la cooperación en materia de investigación y educación, y la seguridad interior y exterior. La Unión desea actualizar sus relaciones con la firma de un nuevo acuerdo marco que incluya, entre otras cosas, una más estrecha colaboración en materia de energía. Con Ucrania, la idea es avanzar en las negociaciones hacia un acuerdo de libre comercio global. Grupos regionales Además de las relaciones bilaterales, la Unión Europea refuerza sus lazos con las organizaciones internacionales (incluidas las Naciones Unidas, la OTAN y el Consejo de Europa) y diversas agrupaciones regionales, fomentando así los flujos comerciales y de inversión con las regiones correspondientes, en particular en América Latina y en Asia. En lo que respecta a sus socios asiáticos, la Unión ha renunciado a una política basada esencialmente en el comercio y la ayuda, para forjar unas relaciones más equilibradas que reflejan mejor el creciente protagonismo de estos países en el plano de la producción y el comercio. 21 L a Un i ó n E u ro p e a e n e l m u n d o Con sus socios meridionales, la Unión querría crear una vasta zona de libre comercio que abarcaría, además del territorio comunitario, los países árabes ribereños del Mediterráneo e Israel. Los acuerdos de asociación firmados entre cada uno de estos países y la Unión son uno de los elementos de estas relaciones, pero se están ampliando para incluir otros ámbitos, como los intercambios de servicios e inversiones. entre la Unión y sus vecinos inmediatos, la Unión creó en 2004 la política europea de vecindad (PEV), que abarca a todos los países mediterráneos y de Europa del Este más el Cáucaso, pero no a Rusia. El objetivo de la PEV es lograr unas relaciones económicas y políticas privilegiadas entre la Unión y todos los países vecinos. Para el período 2007-2013, la ayuda a los países asociados ascenderá a 12 000 millones de euros, un 32 % más que en el anterior período de referencia. Para asegurarse de que su apertura al este no genere nuevas líneas divisorias Los lazos más sólidos Las relaciones con los Estados Unidos son uno de los elementos fundamentales de las relaciones exteriores de la Unión. Además de los enormes flujos comerciales y de inversión transatlánticos, ambas partes comparten valores y, en ocasiones, intereses comunes. Los Estados Unidos han prestado un firme apoyo a la integración europea desde sus comienzos. Los contactos y el diálogo —entre grupos empresariales, sindicatos, organizaciones ecologistas, miembros del Parlamento Europeo y del Congreso estadounidense, etc.— son características permanentes de estas relaciones. La forma en que ambas partes resuelven sus problemas bilaterales ha servido de modelo para las relaciones de la Unión con otros países, como Japón o Canadá. Si desea saber más Para más información sobre las diversas facetas de las relaciones exteriores de la Unión Europea y sobre sus oficinas en todo el mundo, visite http://ec.europa.eu/world 50 años — 50 historias de la solidaridad: esta publicación narra cincuenta historias de solidaridad europea con quienes, fuera de las fronteras de la Unión, más lo necesitan: los pobres, los hambrientos, los enfermos y los privados de libertad: http://ec.europa.eu/europeaid/reports/50-50/50-50_es.pdf 22 Comisión Europea La Unión Europea en el mundo La política exterior de la Unión Europea Serie: Europa en movimiento Luxemburgo: Oficina de Publicaciones Oficiales de las Comunidades Europeas 2007 — 22 pp. — 16,2 x 22,9 cm ISBN 978-92-79-06082-3 Consciente de su peso económico y comercial, la Unión Europea pone su poder al servicio de los intereses de otros y de los suyos propios. Promueve la prosperidad y defiende los valores democráticos en todo el mundo, al tiempo que contribuye a consolidar la estabilidad y el bienestar de sus propios ciudadanos. La adhesión de nuevos Estados miembros refuerza su papel en la escena internacional. La Unión es la primera potencia comercial del mundo, pero también el primer donante de ayuda a los países en vías de desarrollo. Ha instaurado una política exterior y de seguridad más dinámica con capacidad para llevar a cabo misiones de gestión de crisis y de mantenimiento de la paz dentro de Europa y fuera de sus fronteras. Frente a la complejidad del mundo contemporáneo, se ha dotado de nuevos instrumentos de política exterior. Lidera, por ejemplo, el movimiento internacional contra el calentamiento global y el cambio climático. Los problemas globales requieren soluciones globales. Más información sobre la Unión Europea En línea Encontrará más información en todas las lenguas oficiales de la Unión Europea en el servidor Europa: http://europa.eu/ Visítenos En Europa hay cientos de Centros de Documentación Europea. En la siguiente dirección podrá encontrar el más cercano a usted: http://ec.europa.eu/europedirect/visit_us/edc/index_es.htm Llámenos o escríbanos Europe Direct es un servicio que le ayudará a encontrar respuestas a sus preguntas sobre la Unión Europea. Puede acceder a este servicio llamando al número de teléfono gratuito 00 800 6 7 8 9 10 11 o al número de pago (32-2) 299 96 96 si llama desde fuera de la Unión Europea. También puede enviar sus preguntas por correo electrónico desde la siguiente página: http://ec.europa.eu/europedirect/ EU Bookshop Lea sobre Europa Las publicaciones sobre la UE están a un solo clic en el sitio web EU Bookshop: http://bookshop.europa.eu Para obtener más información y conocer las publicaciones sobre la Unión Europea, diríjase a: REPRESENTACIONES DE LA COMISIÓN EUROPEA OFICINAS DEL PARLAMENTO EUROPEO Representación en España Paseo de la Castellana, 46 E-28046 Madrid Tel. (34) 914 23 80 00 Fax (34) 915 76 03 87 (Dirección) (34) 914 23 80 18 (Documentación) Internet: http://ec.europa.eu/spain E-mail: [email protected] Oficina en España Paseo de la Castellana, 46 E-28046 Madrid Tel. (34) 914 36 47 47 Fax (34) 915 77 13 65 (Dirección) (34) 915 78 31 71 (Documentación) Internet: http://www.europarl.es E-mail: [email protected] Representación en Barcelona Passeig de Gràcia, 90, 1.ª planta E-08008 Barcelona Tel. (34) 934 67 73 80 Fax (34) 934 67 73 81 Internet: http://ec.europa.eu/spain E-mail: [email protected] Oficina en Barcelona Passeig de Gràcia, 90, 1.ª planta E-08008 Barcelona Tel. (34) 932 72 20 44 Fax (34) 932 72 20 45 Internet: http://www.europarl.es E-mail: [email protected] Existen representaciones de la Comisión Europea y oficinas del Parlamento Europeo en todos los países de la Unión Europea. Existen también delegaciones de la Comisión Europea en otros países del mundo. Febrero de 2007 La Unión Europea Estados miembros de la Unión Europea (2007) Países candidatos ES ISSN 1022-8292 27 NA-AB-07-126-ES-C Consciente de su peso económico y comercial, la Unión Europea pone su poder al servicio de los intereses de otros y de los suyos propios. Promueve la prosperidad y defiende los valores democráticos en todo el mundo, al tiempo que contribuye a consolidar la estabilidad y el bienestar de sus propios ciudadanos. La adhesión de nuevos Estados miembros refuerza su papel en la escena internacional. La Unión es la primera potencia comercial del mundo, pero también el primer donante de ayuda a los países en vías de desarrollo. Ha instaurado una política exterior y de seguridad más dinámica con capacidad para llevar a cabo misiones de gestión de crisis y de mantenimiento de la paz dentro de Europa y fuera de sus fronteras. Frente a la complejidad del mundo contemporáneo, se ha dotado de nuevos instrumentos de política exterior. Lidera, por ejemplo, el movimiento internacional contra el calentamiento global y el cambio climático. Los problemas globales requieren soluciones globales.