RIESGO LABORAL PRESCRIPCIÓN (DOS AÑOS) (ARTÍCULO 304

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JURISPRUDENCIA LABORAL
RIESGO LABORAL
PRESCRIPCIÓN (DOS AÑOS) (ARTÍCULO 304 DEL CÓDIGO
DE TRABAJO)
EL TRABAJADOR PUEDE SOLICITAR LOS SERVICIOS DEL INS
DIRECTAMENTE (SIN GESTIÓN DEL PATRONO)
Riesgo laboral de S.C.L. contra Caja Costarricense de
Seguro Social e Instituto Nacional de Seguros
Expediente No.90-000467-0214-LA
Resolución No.2001-00340 de las 9:40 horas del 22 de junio de 2001
Sala Segunda de la Corte Suprema de Justicia
El señor S.C.L. presentó demanda en contra de la Caja y del INS, con el propósito de que se le reconociera lo siguiente:
Que las demandadas deben reconocerle los siguientes extremos: a) Todas las prestaciones señaladas por el artículo 218 del Código de Trabajo; b) Las indemnizaciones
que le corresponden de conformidad con las disposiciones de los artículos 236 y 240
del Código de Trabajo; de conformidad con lo dispuesto por el artículo 237 del mismo
Código y c) Ambas costas de este juicio.
La demanda fue declarada sin lugar en primera y segunda instancias; no obstante, el actor presentó recurso de casación ante la Sala Segunda de la Corte Suprema
de Justicia, la que confirmó el fallo recurrido mediante resolución No.2001-00340 de
las 9:40 horas del 22 de junio de 2001. Para ello, consideró lo siguiente:
I. El actor demandó a fin de que, en sentencia, se obligue a las instituciones accionadas,
a reconocerle las prestaciones e indemnizaciones que otorgan los numerales 218, 236
y 240 del Código de Trabajo [...]. Esas normas forman parte del Título IV del referido
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Código, que otorga protección a los trabajadores ante accidentes o enfermedades derivadas de la actividad laboral; concediéndoles el derecho a recibir la asistencia médica
necesaria, para su pronta y plena recuperación; así como un determinado subsidio
económico, acorde con su salario y con el grado de minusvalía incapacitante, para el
desempeño de sus labores habituales. Las sentencias de primera y de segunda instancias, declararon sin lugar la demanda, en aplicación del numeral 304 ibidem, que
establece un plazo prescriptivo de dos años, para el reclamo de aquellas prestaciones.
Contra la sentencia del Tribunal de Trabajo, recurre el actor, alegando que, al declarar la
prescripción, el Tribunal no consideró la responsabilidad de la entidad patronal, al no
reportar el accidente, en el momento oportuno. Señala que, esa omisión, imposibilitó
la revisión del dictamen que le diera “el alta”; o bien, que se le determinara el grado
de incapacidad permanente, que el riesgo sufrido le había ocasionado. Solicita que, en
su caso, se aplique por analogía, lo dispuesto por el párrafo segundo, del numeral 304
citado; por cuanto, aunque no continuó laborando para la demandada, ésta lo continuó
incapacitando, durante mucho tiempo, por el riesgo sufrido. Acusa de inconstitucional
el citado numeral 304; porque, según él, esa norma deja en descubierto los derechos
laborales, provenientes de riesgos del trabajo.
II.- El mencionado artículo 304, expresamente dispone:
Los derechos y acciones para reclamar las prestaciones que establece este Título
prescriben en dos años, contados desde el día en que ocurrió el riesgo o en que
el trabajador esté en capacidad de gestionar su reconocimiento, y en caso de su
muerte a partir del deceso.
La prescripción no correrá para el trabajador no asegurado en el Instituto
Nacional de Seguros, cuando siga trabajando a las órdenes del mismo patrono sin
haber obtenido el pago correspondiente o cuando el patrono continúe reconociendo el total o parte del salario al trabajador o sus causahabientes.
El recurrente le reprocha al fallo del Tribunal, no haber considerado la responsabilidad
de la Caja Costarricense de Seguro Social, al no proceder a reportar en tiempo, el accidente sufrido mientras trabajaba para esa institución. Sin embargo, tal reproche no es
atendible, a los fines de poder variar lo resuelto por el Ad quem. Independientemente
de si la entidad patronal reporta o no, al Instituto Nacional de Seguros, la existencia de
un riesgo laboral, el trabajador siempre tiene derecho de acudir a esa otra institución, en
reclamo de las prestaciones que la ley le concede. Para ello cuenta con un plazo de dos
años. Sobre el punto de partida, para la vigencia de ese plazo, en forma reiterada esta
Sala ha señalado que el inicio de la enfermedad no es determinante, sino las eventuales
agravaciones físicas, que le impidan o le hayan impedido, al trabajador desempeñar su
trabajo, a condición eso sí, de que logre establecerse la relación causal entre el trabajo
realizado y el riesgo, o bien, la enfermedad padecida. Tal es la doctrina en los numerales
196 y 197 del Código de Trabajo. En la demanda, el actor señaló que, laborando para la
Caja Costarricense de Seguro Social, en el mes de agosto de 1980, tuvo dos accidentes.
El primero de ellos, ocurrido el 10 de agosto, le sucedió cuando estaba manipulando un
tarro de leche y se resbaló. En el esfuerzo para que el recipiente no se cayera, sufrió una
lesión en la columna vertebral. Quince días después, conducía una carretilla de mano,
con dos estañones pesados y, al llegar a un plano o piso inclinado, el peso de la carga lo
arrastró. Al caer al suelo se volvió a lesionar, al punto que hasta perdió el conocimiento. Después de eso, ha sido intervenido quirúrgicamente y ha estado incapacitado, por
períodos variables, durante los cuales la demandada –Caja Costarricense de Seguro
Social- le ha pagado sus salarios. Efectivamente, según se advierte de los documentos
visibles a folios 64, 65, 67, 68 bis y 69, durante los años de 1980 a 1982, el actor aparece
con múltiples incapacidades temporales, otorgadas por la Caja Costarricense de Seguro
Social; pero no fue sino hasta el año 1990, en que decidió acudir a estrados judiciales, en
reclamo de los beneficios derivados de los riesgos del trabajo. Por esa razón, en aplicación de lo dispuesto por el numeral 304, al haber dejado transcurrir más de dos años,
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después de ocurrido el hecho o el accidente de que se trata, lo resuelto por el Tribunal,
es acertado.
III.- Ante esta sede, y con el fin de demostrar que, su enfermedad es actual, el actor
presenta copia de las incapacidades, otorgadas por la Caja Costarricense de Seguro
Social, durante los años de 1990 a 1993. Como ya se apuntó líneas arriba, la existencia del derecho a las indemnizaciones, originadas en accidentes laborales, no surge
necesariamente en el momento del accidente, sino cuando la enfermedad incapacita al
trabajador, para el desempeño de sus labores. En este caso, la única obligación procesal
que compete al trabajador, es demostrar la relación de causalidad entre el riesgo ocurrido y el trabajo realizado. Esa obligación fue manifiestamente omitida por el actor;
porque, con la prueba aportada, la única conclusión posible es que durante los años
de 1990 a 1993, mientras laboraba como guarda en una compañía de seguridad, fue
incapacitado, desconociéndose las razones de esa otra incapacidad. En definitiva, el
actor no demostró que la enfermedad que ahora le incapacita, en un veinte por cierto
de su capacidad orgánica general, sea consecuencia del accidente o hecho incapacitante
ocurrido mientras laboraba para la Caja; de donde resulta que tampoco por ese medio,
podrían acordarse las prestaciones reclamadas.
IV.- Sobre el reproche de inconstitucionalidad del numeral 304 del Código de
Trabajo, la Sala estima carente de interés formular la consulta ante la Sala respectiva.
Independientemente de la forma en que ha sido resuelta esa defensa, lo cierto es que,
en los autos, no existe prueba fehaciente sobre la real existencia del accidente laboral
alegado por el actor, como causa de la lumbalgia que le incapacita. Contrario a ello, está
demostrado que, desde 1976, estuvo en control en el servicio de Ortopedia de la Clínica
Marcial Rodríguez Conejo, precisamente por una lumbalgia aguda, y se le dieron, desde
entonces, precisamente múltiples incapacidades [...]; razón de fondo que por si solo
ameritaría el rechazo, por el fondo, de la demanda planteada.
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