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septiembre/octubre
2009
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www.casaarabe.es
Signos de recuperación y revisión de modelos de desarrollo,
algunas lecciones de la crisis
Javier Lesaca
Investigador del Observatorio Socioeconómico de Casa Árabe
Tras más de un año de gráficos con curvas en descenso, cifras con números negativos y
noticias sobre recortes, cierres y reducciones, en el segundo semestre de 2009 comienzan a
surgir pequeños signos esperanzadores para las economías árabes. Analizar el recorrido y la
importancia de esta tímida recuperación y prever si se convertirá a medio plazo en un
crecimiento sostenible y estable resulta complicado.
Entre las buenas noticias económicas más destacadas para la región se encuentra el continuo
ascenso que el precio del petróleo ha experimentado en los últimos meses. Desde comienzos
de 2009 el precio del petróleo comenzó a estabilizarse e incluso a recuperarse, pasando de
cerca de 40 dólares el barril, a los casi 70 en los que se encuentra hoy en día. Esta
recuperación podría deberse a un mero rebote tras haber tocado mínimos, pero también podría
ser atribuible a una cierta recuperación de la demanda, así como al efecto positivo que los
estímulos fiscales han tenido en el consumo y en la inversión.
Igualmente positiva ha sido la evolución de los mercados financieros, especialmente en los
países del Golfo, donde en los últimos meses los índices han subido de forma casi paralela al
aumento del precio del crudo. Concretamente, las bolsas de Dubai y de Arabia Saudí se han
recuperado casi un 50% desde el pasado mes de julio de 2009.
Tal vez animados por este aparente optimismo, se han sucedido otra seria de noticias positivas
para la zona. El periódico Al-Sharq al-Awsat anunciaba a mediados del mes de septiembre que
“durante el próximo año seis millones más de personas que durante 2009 pasarán por el
aeropuerto internacional de Dubai, gracias a la mejora económica”. El mismo periódico
señalaba que Arabia Saudí, Líbano, Qatar y Siria han registrado grandes aumentos de las
inversiones extranjeras. El rotativo al-Qabas anunciaba también en septiembre que la
“Asociación de Transporte Aéreo Internacional había registrado un gran aumento en el
movimiento del transporte aéreo en Emiratos”, un dato que ratificaba el periódico emiratí alBayan, que publicó a mediados de agosto que el número de viajeros en el aeropuerto de Dubai
“había crecido un 12%”. Por otro lado, el periódico Al-Ahdaz al-Magrebiya señaló a principios
de septiembre que en Marruecos se había producido “una leve reanimación de las
exportaciones textiles”. Por su parte el periódico de Bahréin Ajbar al-Jalich daba cuenta a
comienzos de septiembre de que los ingresos del canal de Suez “habían aumentado un 10%
durante el mes de julio”.
Parece que lo peor de la crisis pudiera haber pasado. Algunas instituciones como el FMI, en su
último informe del 1 de octubre de 2009 se atreven ya a constatar una recuperación
económica, que en el caso de Oriente Medio se produce gracias “a la recuperación de las
condiciones financieras de la región, y a una subida del precio de los bienes (especialmente el
petróleo)”. El Fondo Monetario señala que en las últimas semanas las perspectivas para
Oriente medio han mejorado, “gracias a la estabilización de la economía global, así como al
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rebrote del precio de los hidrocarburos”. Sin embargo, advierte de que las condiciones aún son
“complicadas” y añade que el principal riesgo puede encontrarse en que estos ligeros signos de
crecimiento no sean reales ni sostenidos y sigan siendo vulnerables a posibles caídas futuras
del precio del petróleo.
Igual de cauto se muestra el Banco Mundial que, en un informe hecho público el pasado 5 de
octubre, señala que si los países MENA desean mantener esta recuperación económica a largo
plazo, deberían aprovechar la actual crisis para afrontar los retos pendientes en instituciones e
infraestructuras que han frenado el crecimiento durante décadas.
Basta echar un vistazo a la evolución del PIB en los países árabes en los últimos 20 años para
comprobar la extrema dependencia de sus economías de la evolución del precio del petróleo.
Una sucesión de picos y simas en forma de sierra que refleja la volatilidad de una economía no
diversificada y extremadamente dependiente de factores ajenos a su control.
Crecimiento real del PIB (% anual)
Fuente: World Economic Outlook, FMI, octubre 2009
El Banco Mundial añade que durante los años previos a la crisis el crecimiento de los países de
Oriente Medio ha sido “respetable, pero no estelar”, comparado con otras regiones en
desarrollo. Este crecimiento fue idéntico al experimentado durante los años 90 e incluso inferior
al de los años 80. Se estima que la región MENA necesita 300 000 millones de inversiones
durante los diez próximos años para cubrir la actual necesidad de infraestructuras,
especialmente alta en los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), pese al
esfuerzo en marcha. Se calcula que entre 1998 y 2007 los países del CCG invirtieron cerca de
un 20% del PIB en infraestructuras, cifra escasa comparada con el 39% invertido en China o el
30% en Corea del Sur.
Algunos de los países del Golfo ya han reconocido este hándicap y puesto en marcha medidas
para solventarlo. Arabia Saudí ha aumentado un 36% el gasto público en infraestructuras en
2009, hasta alcanzar los 60 000 millones de dólares, y su plan de desarrollo en el medio plazo
incluye inversiones de 400 000 millones de dólares en infraestructuras en los próximos cinco
años. Qatar y Bahréin también han anunciado ambiciosos proyectos de inversión y Dubai, a
pesar del fuerte impacto de la crisis, aparece bien posicionado para la recuperación.
El informe de julio sobre desarrollo humano en el mundo árabe del PNUD destaca un dato
sorprendente: “Los países árabes estaban en 2007 menos industrializados que en el año 1970,
hace ya cuatro décadas”. Mientras desciende la industrialización en países como Argelia,
Egipto, Iraq y Siria, aumenta en Jordania, Omán, Túnez y los Emiratos Árabes Unidos.
Sin estas necesarias infraestructuras y mejoras burocráticas y sin los consiguientes procesos
de industrialización y diversificación, los actuales signos de recuperación económica que en los
últimos meses se están produciendo en los países árabes pueden pasar a la historia como un
nuevo rebrote o un diente de sierra más en la gráfica, en lugar de sustentar una línea de
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crecimiento positiva constante y sostenible en el tiempo, propia de una economía emergente
como la de Oriente Medio.
Referencias Bibliográficas

Regional Economic Outlook. Middle East and Central Asia. FMI. Mayo 2009-11-10
http://www.imf.org/external/pubs/ft/reo/2009/MCD/eng/mreo0509.htm

Regional Economic Outlook. Middle East and Central Asia. FMI. Septiembre 2009.
http://www.imf.org/external/pubs/ft/reo/2009/mcd/eng/mreo0509.pdf

2009 MENA Economic Developments and Prospects Report. Banco Mundial. Octubre
2009.
http://web.worldbank.org/WBSITE/EXTERNAL/COUNTRIES/MENAEXT/0,,contentMDK
:22334844~pagePK:146736~piPK:226340~theSitePK:256299,00.html

Economist Intelligence Unit. Middle East and North Africa. Regional overview.
Septiembre 2009.

Arab Human Development Report 2009. UNDP. Julio 2009. http://www.arab-hdr.org/

Diversos medios de comunicación locales del mundo árabe.
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