Número de registro: 21874 Novena Época Instancia: Tribunales

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AMPARO DIRECTO 533/2008.
Número de registro: 21874
Novena Época
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: Tomo XXX, Diciembre de 2009
Página: 1282
AMPARO DIRECTO 533/2008. **********
CONSIDERANDO:
SEXTO. Son ineficaces los conceptos de violación que a continuación se analizan.
En el primero de ellos argumenta la quejosa que la sentencia combatida viola en su perjuicio
lo dispuesto en el artículo 14 constitucional, esencialmente, en lo relativo a las formalidades
esenciales del procedimiento, las cuales refiere deben entenderse como los requisitos
necesarios que deben cumplirse en todo proceso jurisdiccional para su validez formal.
Lo anterior, como ya se dijo, es infundado, toda vez que basta remitirse al contenido del
juicio ordinario civil de que se trata para darse cuenta que la resolución impugnada fue
pronunciada dentro de un procedimiento en el cual se dio cumplimiento a las formalidades
esenciales que rigen al mismo y que resultan necesarias para garantizar la defensa adecuada
de la inconforme, puesto que a ésta se le dio la oportunidad de presentar su demanda en
tiempo y forma, se siguió un juicio, citándose a las partes demandadas para que contestaran
las reclamaciones que se les imputaban, se dio oportunidad de aportar pruebas, se celebraron
las audiencias de ley en las que se desahogaron y admitieron los diversos medios de
convicción aportados por las partes, se les dio la ocasión de alegar y, finalmente, se dictó una
resolución que dirimió las cuestiones impugnadas conforme a las leyes expedidas con
anterioridad a los hechos; de ahí que sí se cumplieron las formalidades esenciales del
procedimiento.
Sirve de apoyo a lo anterior la jurisprudencia P./J. 47/95, sustentada por el Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, que aparece publicada en la página ciento treinta y
tres, Tomo II, diciembre de mil novecientos noventa y cinco, Novena Época del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, que a la letra establece: "FORMALIDADES
ESENCIALES DEL PROCEDIMIENTO. SON LAS QUE GARANTIZAN UNA
ADECUADA Y OPORTUNA DEFENSA PREVIA AL ACTO PRIVATIVO. La garantía de
audiencia establecida por el artículo 14 constitucional consiste en otorgar al gobernado la
oportunidad de defensa previamente al acto privativo de la vida, libertad, propiedad,
posesiones o derechos, y su debido respeto impone a las autoridades, entre otras obligaciones,
la de que en el juicio que se siga ‘se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento’.
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Éstas son las que resultan necesarias para garantizar la defensa adecuada antes del acto de
privación y que, de manera genérica, se traducen en los siguientes requisitos: 1) La
notificación del inicio del procedimiento y sus consecuencias; 2) La oportunidad de ofrecer y
desahogar las pruebas en que se finque la defensa; 3) La oportunidad de alegar; y 4) El
dictado de una resolución que dirima las cuestiones debatidas. De no respetarse estos
requisitos, se dejaría de cumplir con el fin de la garantía de audiencia, que es evitar la
indefensión del afectado."
En un segundo aspecto, manifiesta la peticionaria de garantías que, asimismo, la resolución
reclamada violenta en su perjuicio el principio de congruencia contenido en el artículo 57 del
Código de Procedimientos Civiles para el Estado, en razón de que el juzgador sólo debe tener
en cuenta lo alegado y probado por los sujetos procesales y, con base en ello, dirimir la litis
planteada en el sumario correspondiente, lo que dice no se cumplió en el particular.
Es infundado lo expresado en esos términos ya que, contrario a lo sostenido por la quejosa,
basta la lectura de la sentencia combatida para darse cuenta que ésta sí cumple cabalmente
con lo dispuesto en el precepto 57 del Código de Procedimientos Civiles para el Estado, ya
que la misma sí es clara, precisa y congruente con los agravios que se pusieron a
consideración de la Sala responsable en el recurso de apelación, los cuales fueron atendidos
en su totalidad de manera exhaustiva por la Sala ad quem al momento de estudiarlos a la luz
de las acciones ejercitadas, excepciones opuestas y medios de convicción presentados
oportunamente en el juicio, decidiendo todos los puntos litigiosos que fueron objeto del
debate, concluyendo finalmente la responsable ordenadora que debía revocarse la sentencia
de origen; además que del cuerpo de la misma, se observa que se expresó el lugar, fecha y
tribunal que pronunció la sentencia, así como el nombre de las partes, el carácter con el que
litigaron y el objeto del pleito; de donde resulta evidente que sí se cumplió a cabalidad con lo
dispuesto en el numeral inicialmente señalado.
Sirve de apoyo a la anterior conclusión la jurisprudencia número 1a./J. 34/99, emitida por la
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada en la página 226, Tomo
X, octubre de 1999, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, que
textualmente señala: "SENTENCIAS CIVILES, CONGRUENCIA DE LAS
(LEGISLACIÓN PROCESAL CIVIL PARA EL ESTADO DE VERACRUZ). El principio
de congruencia de las sentencias que establece el artículo 57 del código procesal civil para el
Estado de Veracruz, implica la exhaustividad que debe regir en las mismas, es decir, la
obligación del juzgador de decidir las controversias que se sometan a su conocimiento,
tomando en cuenta todos y cada uno de los argumentos aducidos tanto en la demanda, como
aquellos en que se sustenta la contestación a ésta y demás pretensiones hechas valer
oportunamente en el pleito, de tal forma que se condene o absuelva al demandado,
resolviendo, sobre todos y cada uno de los puntos litigiosos que hubieran sido materia del
debate, debiéndose tomar en cuenta que en tratándose de una reconvención, el actor principal
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se convierte a su vez en demandado, pues constituye propiamente una contrademanda que el
reo hace valer frente al actor en el mismo juicio en que fue emplazado. Por ello si esa
reconvención se presenta oportunamente y cumple con los requisitos de forma, el juzgador al
resolver deberá necesariamente atender y decidir en la misma sentencia, tanto lo deducido
por la parte actora en su escrito de demanda, como lo alegado por la demandada en la acción
reconvencional; todo ello en exacta concordancia con lo establecido en los numerales 57 y
214 del código adjetivo civil de la entidad antes referida."
En un diverso motivo de violación, argumenta la impetrante del amparo que la Sala ad quem
se equivocó al determinar lo relativo a la carga de la prueba, pues la litis a decidir en el caso
es si el contrato de donación celebrado es nulo, porque comprendió la totalidad de los bienes
de la donante y porque ésta no se reservó bienes para sí, además de que el usufructo que se
reservó no le permite subsistir de acuerdo a sus condiciones personales sin que, dice, deban
tomarse en cuenta los argumentos expuestos por el demandado, en el sentido de que
********** tiene asegurada su subsistencia al percibir las rentas del inmueble que le donara,
en virtud del usufructo vitalicio que se reservó; sobre lo que refiere la quejosa, se advierte
que al plantearse la litis en esa forma, la carga de la prueba sobre la donación total de los
bienes corresponde a la actora, pero lo relativo a la reserva de bienes o usufructo, así como la
suficiencia de los mismos que permitan la subsistencia de la donante, es carga del
demandado, por tratarse de hechos negativos, los cuales no pueden ser demostrados por la
enjuiciante, en términos de lo dispuesto en el artículo 229, fracción I, del Código de
Procedimientos Civiles para el Estado; que no obstante ello, en la resolución combatida, en
forma indebida la Sala responsable sostiene que la carga de la prueba de ambos aspectos le
corresponde a la accionante, y que al no haber acreditado tales extremos no es procedente la
acción, cuando se insiste demostrar el aspecto relativo a que el usufructo era suficiente para
que subsistiera la donante, le correspondía al demandado, hoy tercero perjudicado, que con
base en esa afirmación, el tribunal de alzada sostuvo que la hoy promovente del amparo no
probó los elementos de la acción de nulidad, en razón de que sí se reservó bienes y el
usufructo para cubrir sus necesidades de acuerdo a su condición personal; lo que refiere lo
determinó así la Sala ad quem, con el simple hecho de que en el contrato se dijo que se había
reservado bienes lo que, insiste, no puede ser suficiente, puesto que ello tiene que probarse y
en el caso no se hizo; que igualmente afirma que la actora se reservó el usufructo del bien
donado, lo que le permite vivir con holgura, cuando que, dice, está probado en autos que por
tal cuestión únicamente percibe la cantidad de ochocientos pesos mensuales, como se observa
del contrato de arrendamiento presentado por el demandado de donde señala surge la
interrogante de si una persona de la tercera edad puede comer, vestir, medicarse y realizar sus
demás actividades de esparcimiento con dicha cantidad, es decir, veintiséis punto sesenta y
seis pesos diarios, por lo que refiere que ello no puede cumplir los requisitos de validez
necesarios para realizarse la donación, en cuanto a que el donante conserve lo necesario para
subsistir, según sus circunstancias; lo cual, estima, es un hecho notorio que así debió
atenderlo la autoridad responsable, pues esgrime que una persona no puede vivir con
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ochocientos pesos mensuales y, al sostenerlo en esa forma la responsable ordenadora,
significa que cae en un absurdo, puesto que la subsistencia de la donante está en peligro, con
la irrisoria cantidad que recibe para allegarse sus necesidades, tomando en cuenta lo que
dispone el artículo 239 del Código Civil para el Estado, en relación con el contenido de la
palabra alimentos que permiten a una persona una vida decorosa; que atento a ello, reitera
que, en el caso, debió decretarse la nulidad de la donación que comprendió la totalidad de los
bienes de la donante, al no haberse reservado ésta en propiedad o usufructo lo necesario para
vivir según sus circunstancias personales, transgrediéndose con ello lo dispuesto en el
artículo 2280 de la legislación civil citada, puesto que la condición prevista en el numeral de
mérito, se refiere a que además de que debe quedarse con bienes suficientes para obtener
ingresos para alimentarse, también con ello debe poder cumplir otro tipo de obligaciones
contraídas por ésta; por lo que, concluye la quejosa en el sentido de que atento a lo anterior,
no le asiste la razón al juzgador de alzada cuando sostiene que el contrato de donación
cumple con todos los elementos de existencia y validez que le dan plena eficacia en virtud de
que la voluntad de la donante se encuentra debidamente expresada en cuanto a la libertad con
la que la manifestó; lo que dice es erróneo, puesto que la causa de nulidad no se produce por
algún vicio en el mismo, sino por la actualización de lo dispuesto en el multicitado artículo
2280 de la legislación sustantiva civil de la entidad, por lo que refiere que al establecerlo en
esa forma la autoridad responsable, resulta ilegal su resolución.
Es infundado todo lo que al respecto alega la impetrante de garantías, en atención a que este
Tribunal Colegiado estima correcto el criterio sustentado por la Sala ad quem, en el sentido
de que el contrato de donación celebrado entre los hoy litigantes no es nulo como lo pretende
hacer valer la parte actora, en virtud de que, en el caso, no se surtieron los particulares del
artículo 2280 del Código Civil para el Estado; ello es así, ya que si bien es cierto que de las
constancias del juicio natural se advierte que ********** mediante el instrumento público
número ********** de fecha veinticinco de noviembre de mil novecientos ochenta y nueve,
pasado ante la fe del notario público número ********** del Distrito Judicial de
Coatzacoalcos, se adjudicó a su favor los bienes de su difunto esposo ********** al haber
sido declarada como única y universal heredera de los mismos, convirtiéndose, por tanto,
junto con el cincuenta por ciento que le correspondía de la sociedad conyugal, como única
propietaria de la totalidad del bien inmueble consistente en el lote de terreno número
********** de la manzana número ********** de la zona ********** con una superficie
de setecientos veinte metros cuadrados, así como de la construcción sobre él edificada,
misma que se identifica con el número mil quinientos dieciséis, de la calle ********** de la
colonia ********** de la ciudad de Coatzacoalcos, Veracruz (fojas dieciocho a veintidós);
inmueble respecto del cual una fracción del mismo, consistente en trescientos veintinueve
metros cuadrados, denominada fracción norte, según se advierte de la nota marginal
********** pasó a ser propiedad de ********** así como también aparece el diverso
instrumento público número ********** de diecinueve de diciembre de dos mil dos, por el
que ********** reservándose el usufructo vitalicio, donó en forma pura, simple y gratuita en
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favor de su hijo ********** la nuda propiedad de una fracción del inmueble citado,
consistente en una superficie de ciento veintiséis metros cuadrados (fojas veintisiete a
veintinueve); e igualmente se observa la distinta escritura pública número ********** de
veintisiete de febrero de dos mil seis, expedida por el fedatario público número **********
de la demarcación notarial de la ciudad de Coatzacoalcos, Veracruz, a través de la cual la
citada ********** reservándose el usufructo vitalicio, donó en favor de ********** el resto
de la superficie que le quedaba, consistente en doscientos sesenta y cinco metros cuadrados
(fojas treinta y siete a treinta y nueve); de lo que se advierte que de la superficie original que
tenía la aquí quejosa, relativa a los setecientos veinte metros cuadrados, al celebrarse la
última donación de mérito no le resta alguna otra, como lo aduce en su demanda original;
también lo es que no por ese solo hecho puede estimarse que en el caso se surta la hipótesis
contemplada en el artículo 2280 del Código Civil para el Estado que, textualmente, señala:
"Artículo 2280. Es nula la donación que comprenda la totalidad de los bienes del donante, si
éste no se reserva en propiedad o en usufructo lo necesario para vivir según sus
circunstancias."; lo que se afirma en esos términos, puesto que no obstante que efectivamente
la quejosa, al celebrar el último contrato de donación con el aquí tercero perjudicado
********** le donó el resto de su propiedad, y que de las dos donaciones que aquélla otorgó
en favor de éste, se observa que en ambas la hoy quejosa se reservó el usufructo vitalicio de
las propiedades materia de la donación y las cuales, incluso, tiene en posesión su mandataria
********** como la misma lo reconoce claramente en la confesional a su cargo desahogada
en la audiencia prevista por el artículo 221 del Código de Procedimientos Civiles en vigor,
específicamente al contestar a la pregunta ocho, formulada en el siguiente sentido: "8. Que la
absolvente tiene funcionando en el inmueble que nuestra madre me donara un jardín de niños
denominado **********"; a lo que respondió: "Que sí"; lo cual se corroboró con la
documental privada consistente en el contrato de arrendamiento de veintidós de junio de mil
novecientos noventa y ocho, que celebraran ********** como arrendadora y **********
como arrendataria, respecto del bien inmueble materia de la donación, en el que pactaron,
entre otras cosas, que el mismo tendría una duración de tres años, y que el pago de la renta
mensual sería por la cantidad de ochocientos pesos mensuales; lo cual también así fue
aceptado por la mandataria de la aquí quejosa, al desahogar la confesional de referencia, así
como por la propia ********** también al desahogar la confesional que estuvo a su cargo,
como se observa de las siguientes posiciones que para mayor ilustración se transcriben:
Respecto de las formuladas a **********: "6. Que la absolvente tiene celebrado con su hija
********** contrato de arrendamiento por el inmueble multimencionado en este
controvertido". Respondió: "Que sí, aclarando que con ella vivo". "7. Que la absolvente
recibe mensualmente de ********** el pago de las rentas del inmueble que tiene en uso
comercial y ‘habitacional’". Respondió: "Que no, aclarando que sí recibo pero que me
mantiene ella". "21. Que la actora ********** continua pagándole las rentas por el uso de su
propiedad como casa habitación y negocio". Respondió: "Que sí, aclarando que sí me paga".
"22. Que las partes del inmueble que utiliza ********** como habitación y negocio son las
que le donó al demandado ********** con las reservas de usufructo vitalicio". Respondió:
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"Que sí". "23. Que la parte del inmueble donado a ********** es por la que la absolvente
recibe rentas de su hija **********". Respondió: "Que sí, aclarando de ese inmueble sí".
"24. Que la absolvente recibe grandes cantidades de dinero por la renta del edificio que
utiliza ********** como jardín de niños y casa habitación". Respondió: "Que sí, aclarando
que sí recibo ochocientos pesos mensuales"; y, por cuanto hace a las realizadas a **********
consistente en: "7. Que la absolvente tiene celebrado con nuestra madre ********** contrato
de arrendamiento por el inmueble multimencionado en este controvertido". Respondió: "Que
sí". "8. Que la absolvente tiene funcionando en el inmueble que nuestra madre me donara un
jardín de niños denominado **********". Respondió: "Que sí, agregando la absolvente bajo
un contrato de arrendamiento existente". "9. "Que desde el día 22 de julio del año de 1998, la
absolvente viene utilizando el inmueble que se heredara de mi padre por contrato de
arrendamiento que celebrara con mi madre, la señora **********". Respondió: "Que sí,
aclarando que las rentas han sido cubiertas en su totalidad". "10. Que la absolvente paga
mensualmente a mi madre las rentas del inmueble que tiene en uso comercial y habitacional".
Respondió: "Que sí, aclarando aparte de ese pago de renta yo la mantengo porque nadie más
le da". "25. Que la absolvente continúa en uso y disfrute del inmueble propiedad de mi madre
**********". Respondió: "Que sí, aclarando que sí, pero pagando una renta de ochocientos
pesos mensuales". "26. Que la absolvente continúa pagándole las rentas correspondientes a
mi madre por el uso de su propiedad como casa habitación y negocio". Respondió: "Que sí,
aclarando, pero no es suficiente esa cantidad para ella, ya que hay que pagarle médicos y
medicinas". "27. Que las partes del inmueble que utiliza como habitación y negocio son las
que mi madre me donara con las reservas de usufructo vitalicio". Respondió: "Que sí,
aclarando que mi madre se quedó con el usufructo vitalicio, pero eso no es suficiente para
que ella viva, ya que es el único bien que mi señor padre le dejó a ella, a razón de que él se la
quitó, mi madre no tiene donde vivir más que conmigo". "28. Que la parte del inmueble
donado al suscrito es por la que la absolvente paga rentas a mi madre al utilizarlo como
negocio y casa habitación". Respondió: "Que sí"; posiciones y respuestas de las que se
advierte claramente, junto con la documental privada consistente en el contrato de
arrendamiento referido, que la donante es quien, junto con su ahora mandataria, mantienen la
posesión de los bienes donados al tercero perjudicado, y respecto de los cuales, incluso, la
aquí peticionaria de garantías, recibe una cantidad de renta mensual con motivo del acuerdo
arrendaticio existente entre ambas desde el año de mil novecientos noventa y ocho; por lo que
deviene incuestionable que aun y cuando la donante otorgó la totalidad de sus bienes, al
reservarse el usufructo vitalicio en ambas donaciones, tal y como lo sostuvo la Sala
responsable, le otorgan el derecho real y temporal de disfrutar de los bienes ajenos, así como
el de recibir todos los frutos civiles, naturales o industriales que produzcan los bienes materia
de la donación, como lo viene haciendo regularmente, según su dicho, al percibir una renta
mensual de ochocientos pesos; que si bien es cierto que, dice la mandataria de ésta, dicha
suma resulta ser una cantidad ínfima para su manutención, también lo es que ella misma es la
que le paga esa cantidad por concepto de renta del inmueble desde el año de mil novecientos
noventa y ocho, sin que se haya incrementado la misma en forma alguna, por el transcurrir
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del tiempo; lo que indica que dicha suma le ha sido suficiente a ********** para vivir según
sus circunstancias, durante todo ese tiempo, puesto que no se encuentra acreditado en autos,
que antes de que realizara la donación que se tilda de nula, obtuviera alguna otra ganancia de
dicho inmueble y que con motivo de la celebración del mismo, se le hubiese privado de ésta,
para entonces sí tener por acreditados los particulares del multicitado artículo 2280 del
invocado cuerpo de leyes; de manera que si de la escritura pública número ********** de
veintisiete de febrero de dos mil seis, se observa que en su cláusula tercera la donante señaló:
"Manifiesta la donante que se reserva bienes suficientes para subsistir, lo mismo que para
cumplir con la obligación de dar alimentos a quienes los deba conforme a la ley", debe
entenderse que si lo expresó en esa forma, fue en razón de que se había reservado el
usufructo vitalicio del bien de mérito, así como porque del mismo recibía el pago de las
rentas aludidas; de ahí que, contrario a lo expresado por la actora, hoy quejosa, resulta
ajustada a derecho la determinación de la Sala ad quem, en el sentido de que ésta no acreditó
los elementos de su acción consistente en la nulidad del contrato de donación celebrado entre
********** en su carácter de donante y ********** como donatario, contenido en el
instrumento público número ********** tirado ante la fe del notario público número
********** de la ciudad de Coatzacoalcos, Veracruz, toda vez que con ninguno de los
medios de prueba que presentó, logró acreditar el hecho de que con motivo de la donación, la
donante no se hubiese reservado lo necesario para vivir según sus circunstancias; situación
que contrario a lo que estima, era obligación de ella demostrarlo, por ser un elemento de la
acción ejercitada de su parte; sin que obste a lo anterior, lo que dice en relación a que sería
tanto como probar un hecho negativo, en el sentido de que se le obliga a probar que "no tiene
bienes suficientes para subsistir"; lo que es así, ya que en términos de lo dispuesto en el
artículo 229 del Código de Procedimientos Civiles para el Estado, el que niega sólo está
obligado a probar, entre otros casos, cuando la negación envuelva la afirmación implícita de
un hecho; situación que se surte en el particular, puesto que la negativa formulada por la
actora de que no tiene forma de subsistir, implica la afirmación de ello y, por tanto, era a ésta
a quien le correspondía acreditar esa cuestión y no al demandado, como lo pretende hacer
creer. Siguiendo la misma suerte que lo anterior, lo que señala en cuanto a que es incorrecta
la determinación de la Sala responsable en el sentido de que el contrato de donación cumple
con todos los elementos de existencia y validez que le dan plena eficacia, en virtud de que la
voluntad de la donante se encuentra debidamente expresada en cuanto a la libertad con la que
la manifestó, lo que dice es erróneo, puesto que la causa de nulidad no se produce por algún
vicio en el mismo, sino por la actualización de lo dispuesto en el multicitado artículo 2280 de
la legislación sustantiva civil de la entidad, por lo que refiere que al establecerlo en esa forma
la autoridad responsable se equivocó; lo que, como ya se dijo, deviene igualmente infundado,
ya que la Sala responsable en ningún momento se pronunció en la forma que señala la
quejosa, puesto que nunca sostuvo que la falta de procedencia de la nulidad reclamada
derivara de que la donante expresó libremente su voluntad de donar el bien de referencia y
que, por ello, la validez del contrato de marras fuera legalmente válido, sino que el
argumento toral en que basó su determinación fue en el sentido de que el hecho de que en la
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donación de mérito ********** dispusiera del único bien que tenía en propiedad no
generaba la nulidad del contrato, puesto que la misma ley autoriza la donación universal de
los bienes del donatario con la limitante de ser nula cuando no se reserve lo necesario para
vivir, hipótesis que estimó no se actualizaba en el caso, puesto que la donante se reservó el
usufructo del bien donado, y ello evidencia su derecho a percibir todas las riquezas generadas
por el inmueble, con excepción de las relacionadas con la venta del propio bien; de tal forma,
que si de las constancias de autos se advertía que la donante celebró con su ahora mandataria
un contrato de arrendamiento sobre el bien materia de la donación y, por tanto, de ello
obtiene ingresos provenientes del pago de rentas, resulta inconcuso que el citado contrato de
donación no pudo ser el que provocara la supuesta carencia de lo necesario para la
subsistencia de la donante; por lo que concluyó el tribunal de alzada, que al reservarse el
usufructo vitalicio del bien, la aquí quejosa, ello le permitía subsistir en las mismas
condiciones que cuando se encontraba consolidado a su favor el dominio del bien; de lo que
se sigue, que si en esos términos lo sostuvo la Sala ad quem, deviene incuestionable que ello
se encuentra ajustado a derecho, como quedó sentado en líneas precedentes.
Criterio similar ha sido sustentado por este tribunal en el diverso juicio de amparo directo
número ********** promovido por ********** sesionado el día treinta de abril de mil
novecientos noventa y siete, aprobado por unanimidad de votos, siendo aplicable al caso
concreto, la tesis sustentada por este Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Séptimo
Circuito, que se encuentra publicada en la página trescientos ochenta y ocho, Tomo VI, julio
de mil novecientos noventa y siete, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y
su Gaceta, que a la letra establece: "DONACIÓN, NULIDAD DE LA. INTERPRETACIÓN
DEL ARTÍCULO 2280 DEL CÓDIGO CIVIL (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE
VERACRUZ). La norma inmersa en el artículo 2280 del código sustantivo civil local, tocante
a que ‘Es nula la donación que comprenda la totalidad de los bienes del donante, si éste no se
reserva en propiedad o en usufructo lo necesario para vivir según sus circunstancias.’, debe
interpretarse no en cuanto a que necesariamente el donante debe reservarse la propiedad o el
usufructo de bienes inmuebles que le permitan subsistir según sus circunstancias, sino en el
sentido de que dicha reserva puede comprender bienes de cualquier naturaleza; o sea, la
intención del legislador plasmada en esa norma se traduce en que al llevarse a cabo la
donación en los términos apuntados, ésta adolece de nulidad cuando el donante carece ya de
lo que necesita para subsistir, hipótesis legal que no puede actualizarse si en el contrato de
donación se asienta que el donante manifestó que no se perjudicaba al donar, ya que contaba
con lo necesario para vivir, además de que obtiene ingresos por el ejercicio de su profesión."
En un diverso apartado manifiesta la inconforme que el acervo probatorio administrado al
proceso civil debe ser valorado en su integridad por el juzgador, como lo es lo relativo a que
dice que en autos quedó debidamente acreditado que la donante transmitió la totalidad de sus
bienes con el acto jurídico de la donación, precisamente con la prueba documental pública
marcada con el número seis del capítulo de pruebas de la demanda inicial, consistente en el
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certificado de no poseer bienes a nombre de ********** probanza que señala es merecedora
de plena eficacia convictiva y, sin embargo, la responsable ordenadora no lo aprecia en esa
forma; que igualmente sucede respecto de la prueba confesional que corriera a cargo de
********** la cual fue recepcionada en la audiencia prevista en el artículo 219 del Código
de Procedimientos Civiles para el Estado, en donde al dar contestación a las posiciones
marcadas con los números seis y siete del pliego de posiciones que le fuera formulado,
admite respecto de la primera de las citadas que el que bien inmueble que le fue donado era el
único patrimonio que tenía la actora y, por cuanto hace a la segunda, confesó que sí ponía en
peligro la subsistencia de la donante; medio de convicción que dice, tiene pleno valor
probatorio en términos de lo dispuesto en el artículo 316 del invocado cuerpo de leyes y que,
no obstante ello, la responsable ordenadora no la valoró al momento de emitir el acto
reclamado, a pesar de que el absolvente es contundente en el sentido de que sabía que el
citado bien es el único que tenía en propiedad su donante; que, asimismo, otra prueba que
acreditó la nulidad del contrato multicitado, fue la relativa a la documental ofrecida por el
colitigante bajo el inciso f) del escrito de contestación de demanda, consistente en el contrato
de arrendamiento, del cual se advierte que la aquí quejosa percibe mensualmente la cantidad
de ochocientos pesos mensuales por concepto de rentas, lo cual es el único fruto civil que
percibe la donante y que debió haber sido valorado en esa forma por la Sala ad quem, al
demostrarse con el mismo el monto que percibe la actora con las rentas del bien donado; que
igualmente debió valorarse la prueba testimonial ofrecida por la quejosa a cargo de
********** y ********** los cuales fueron uniformes y contestes en sus declaraciones,
dándole noticia al juzgador de que la actora no percibe ingresos por concepto de algún trabajo
u otra actividad remunerada, que quien soporta la manutención de la enjuiciante lo es
********** y que la situación de aquélla es difícil por su edad, que es viuda y se encuentra
enferma; testimoniales que señala merecen valor probatorio pleno, al acreditarse con los
mismos que la donante tiene graves problemas de subsistencia por su condición personal, que
con el empobrecimiento resentido por la donación, causa una precaria situación en cuanto a la
subsistencia de la donante; con todo lo cual refiere, se demuestra que se actualiza la hipótesis
prevista en el numeral 2280 del Código Civil para el Estado.
Es infundado lo expresado en esos términos, ya que resulta incierto que con los medios de
convicción que aduce la peticionaria de garantías se demuestre la procedencia de su acción de
nulidad basada en lo dispuesto en el artículo 2280 del Código Civil para el Estado, ya que por
cuanto hace a la constancia de no posesión de bienes por parte de ********** expedida por
el encargado del Registro Público de la Propiedad y del Comercio, el veintiséis de marzo de
dos mil siete, si bien es cierto que se demuestra que ésta a esa fecha no posee bienes en su
calidad de propietaria de los mismos, también lo es que de las escrituras públicas
********** y ********** relativas a las donaciones que le hizo a su hijo ********** de
dos fracciones de terreno, la primera de ciento veintiséis metros cuadrados y, la segunda, por
el resto del inmueble, consistente en doscientos sesenta y cinco metros cuadrados, respecto
del bien del que era propietaria, se advierte que en ambas la donante se reservó el usufructo
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vitalicio de las fracciones de terreno materia de la donación; de tal forma que aunque ya no
tenga el pleno dominio de éstos, sí conserva sus derechos sobre los mismos, ya que puede
ejercitar todas las acciones y excepciones reales, personales y posesorias, así como disfrutar
de los frutos naturales, civiles o industriales que llegasen a producir las mismas, tal y como lo
viene realizando, como también quedó evidenciado con el multicitado contrato de
arrendamiento que celebró en el año de mil novecientos noventa y ocho, con su mandataria
********** del que se observa, entre otras cosas, que ésta, desde esa fecha, le viene
cubriendo una renta mensual de ochocientos pesos, sin que haya habido algún incremento,
por lo que al ser así, como ya quedó sentado en líneas anteriores, ello implica que con tal
cantidad la actora ha podido solventar todas sus necesidades al no tener ningún otro ingreso,
como también lo refirieron los testigos ofrecidos por la actora al momento de desahogar las
interrogantes que les fueron formuladas y que estuvieron a cargo de ********** y
********** de donde se advierte, que si esa es la única fuente de ingresos de ********** y
desde la fecha de celebración del contrato de arrendamiento, no ha tenido la necesidad de
aumentarle la renta a su hija, ahora su mandataria, debe entenderse entonces, que dicha
cantidad que percibe por concepto de rentas le es suficiente para allegarse sus propias
necesidades; máxime que como ella misma lo indica, sigue viviendo en el citado bien materia
de la donación junto con su mandataria; de ahí que si con motivo de la donación que celebró
con el tercero perjudicado, esas circunstancias no variaron en forma alguna, puesto que de las
pruebas referidas no se observa que así se haya demostrado; resulta incuestionable que éstas
no pueden ser suficientes para acreditar los extremos pretendidos por la quejosa, sucediendo
lo mismo respecto de la confesional que estuvo a cargo de ********** en la que si bien es
cierto que aceptó que el bien que se le donó era el único patrimonio de su madre **********
y que se ha abstenido de ayudar económicamente a su progenitora; también lo es que ello de
manera alguna invalida el contrato de referencia puesto que, como se ha venido sosteniendo,
a pesar de que la donante transmitió el resto del bien que constituía todo su patrimonio, cabe
señalar que se reservó el usufructo vitalicio del mismo, y por éste recibe el pago de rentas,
que en todo momento hasta la fecha le han sido suficientes para cubrir sus necesidades, al no
existir prueba en contrario, y respecto a la segunda confesión que dice hizo el impetrante del
amparo, en cuanto a que no se ha hecho cargo económicamente de su madre, ello tampoco le
beneficia en forma alguna a los intereses de la quejosa, puesto que su acción la hizo consistir
en la circunstancia de que la donación era indebida porque se había realizado sobre la
totalidad de los bienes de la donante y no en la supuesta ingratitud que presenta el donatario
para con su donante, o por cuanto hace a vicios en el consentimiento del contrato; de ahí que
la confesional de mérito resulta intrascendente para los fines de la actora, hoy impetrante del
amparo.
En un diverso concepto de violación manifiesta la inconforme que la Sala responsable
tergiversa el sentido del criterio jurisprudencial que invoca, bajo el rubro: "DONACIÓN,
NULIDAD DE LA. INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 2280 DEL CÓDIGO CIVIL
(LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE VERACRUZ)."; puesto que en éste se señala la
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imposición del requerimiento de la suficiencia de los recursos que permitan vivir
decorosamente a la donante y, sin embargo, la responsable ordenadora sostiene lo contrario.
Es igualmente infundado lo expresado en este sentido, ya que en ningún momento la Sala
responsable tergiversa en forma alguna lo dispuesto en el criterio jurisprudencial a que hace
referencia, puesto que la Sala ad quem para emitir el acto reclamado se basó en éste, de
acuerdo a la interpretación que se hace del artículo 2280 del Código Civil en vigor, en el
sentido de que la intención plasmada por parte del legislador en el citado numeral, para
decretar la nulidad de un contrato de donación, debe traducirse en el hecho de que si al
celebrarse la donación, en cuanto a la totalidad de sus bienes, el donante manifiesta que no se
le perjudica con la misma, puesto que cuenta con lo necesario para sobrevivir, entonces ésta
va a ser válida y, por ello, no es aplicable en ese supuesto, el artículo de referencia; hipótesis
planteada en la tesis de mérito, que consideró la Sala responsable se surtía en el particular, en
atención a que en la escritura pública número ********** que contiene el contrato de
donación celebrado entre los litigantes, se observa que en la cláusula tercera, la donante
manifestó que se reservaba bienes suficientes para subsistir, lo mismo que para cumplir con
la obligación de dar alimentos a quienes los deba conforme a la ley; por lo que, atento a ello,
fue que invocó en apoyo de sus argumentos la tesis de referencia, misma que cobra
aplicación al caso, dado que si la donante al celebrar el acuerdo de voluntades multicitado
declaró que no se le perjudicaba en forma alguna porque tenía manera de sobrevivir, y ello se
demostró en el proceso, resulta incuestionable entonces que se surte el mismo supuesto del
que habla el criterio de referencia y, por tanto, no puede sostenerse jurídicamente que se
actualice lo previsto en el numeral 2280 de la legislación sustantiva civil vigente, tal y como
lo sustenta la tesis de referencia; de donde resulta lo infundado del concepto de violación en
estudio.
Finalmente, y no obstante que lo anterior sería suficiente para negar el amparo solicitado, este
tribunal advierte que la peticionaria de garantías no combate todas las consideraciones que
sirvieron de sustento a la autoridad responsable para revocar la resolución de primer grado,
como son: que al actualizarse la última hipótesis contenida en el numeral 104 del Código de
Procedimientos Civiles, por haberse revocado el fallo recurrido, los gastos y costas de
primera instancia, previa regulación, son a cargo de la parte actora.
De ahí que tales argumentos hechos por la Sala ad quem deben subsistir sosteniendo el fallo
combatido, con independencia de su legalidad o ilegalidad, al no operar en la especie la
suplencia de la queja deficiente por no darse ninguna de las hipótesis del numeral 76 Bis de la
ley de la materia.
Cobra aplicación al caso, la jurisprudencia de la Tercera Sala de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación que aparece publicada con el número 173, en la página ciento dieciséis y
siguiente, del Tomo VI, Materia Común, del Apéndice al Semanario Judicial de la
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Federación 1917-1995, que establece: "CONCEPTOS DE VIOLACIÓN. SON
INOPERANTES SI NO ATACAN LOS FUNDAMENTOS DEL FALLO RECLAMADO.
Si los conceptos de violación no atacan los fundamentos del fallo impugnado, la Suprema
Corte de Justicia no está en condiciones de poder estudiar la inconstitucionalidad de dicho
fallo, pues hacerlo equivaldría a suplir las deficiencias de la queja en un caso no permitido
legal ni constitucionalmente, si no se está en los que autoriza la fracción II del artículo 107
reformado, de la Constitución Federal, y los dos últimos párrafos del 76, también reformado,
de la Ley de Amparo, cuando el acto reclamado no se funda en leyes declaradas
inconstitucionales por la jurisprudencia de la Suprema Corte, ni tampoco se trate de una queja
en materia penal o en materia obrera en que se encontrare que hubiere habido en contra del
agraviado una violación manifiesta de la ley que lo hubiera dejado sin defensa, ni menos se
trate de un caso en materia penal en que se hubiera juzgado al quejoso por una ley
inexactamente aplicable."
Finalmente, debe decirse que respecto de las demás tesis y jurisprudencias invocadas por la
quejosa en su escrito de demanda, éstas no resultan aplicables en la especie, en atención a los
razonamientos expuestos en el cuerpo de la presente ejecutoria, toda vez que del contenido de
las mismas, se advierte que no se surten, en la especie, los supuestos en ellas previstos.
SÉPTIMO. Por último, este órgano colegiado no desatiende que en la demanda de amparo se
vierten manifestaciones demostrativas en relación con la función jurisdiccional de la Sala
responsable, tales como que: "... puede vivirse con lo necesario de acuerdo a sus
circunstancias con $800.00 mensuales o $26.66 diarios, desde luego que no, sostener lo
contrario, puede ser producto de una perturbación mental ... para el juzgador de marras normalmente se exige que al resolutor se le guarde respeto y consideración- pero debe tenerse
en cuenta que el respeto se gana y desde luego con la transcripción anterior contenida en la
sentencia, este es irrespetuoso con la condición de adulto mayor de la reclamante civil, pues
es un hambreador -lástima por su familia- pues impone a la C. ********** que viva
decorosamente con $800.00 mensuales ..." y "También haciendo gala de la ignorancia de las
reglas elementales y básicas de la materia probatoria, precisa: ...". De lo cual se colige que el
escrito relativo contiene expresiones del todo injuriosas, con las cuales se falta al respeto y
consideración a los Magistrados de la Sala responsable, lo que todo interesado y en especial
su asesor jurídico, están obligados a guardar, conforme al artículo 54 del Código Federal de
Procedimientos Civiles, toda vez que la circunstancia de que se emita una resolución
desfavorable a sus intereses, no los autoriza a conducirse en los términos en que lo hicieron;
por lo tanto, ante la actitud manifiestamente irrespetuosa asumida por ********** en
representación de la quejosa ********** así como sus autorizados **********,
**********, **********, **********, ********** y ********** se hacen merecedores a
un severo apercibimiento, para que en lo sucesivo se abstengan de incurrir en la misma
conducta, que a ningún beneficio conduce pues, en caso de reincidir, se les impondrá la
corrección disciplinaria correspondiente.
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En las relatadas condiciones y ante lo ineficaz de los conceptos de violación en estudio, lo
que procede, en el caso, es negar a la quejosa el amparo y protección de la Justicia Federal
que impetra.
Por lo expuesto, fundado y con apoyo, además, en los artículos 107, fracción V, inciso c), de
la Constitución General de la República; 76, 158 y 190 de la Ley de Amparo y 37, fracción I,
inciso c), de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, se resuelve:
PRIMERO.-La Justicia de la Unión no ampara ni protege a ********** contra el acto que
reclama de la Segunda Sala del Tribunal Superior de Justicia del Estado, con sede en esta
ciudad, consistente en la sentencia de fecha veinte de mayo del año dos mil ocho, dictada en
el toca de apelación número ********** de su índice.
SEGUNDO.-Se apercibe a ********** así como a sus autorizados **********,
**********, **********, **********, ********** y ********** en términos del
considerando séptimo de este fallo.
Notifíquese.
Anótese en el libro de gobierno; con testimonio de esta resolución vuelvan los autos naturales
al lugar de su procedencia y, en su oportunidad, archívese este expediente.
Así lo resolvió el Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Séptimo Circuito, por
unanimidad de votos de los señores Magistrados Clemente Gerardo Ochoa Cantú, Enrique R.
García Vasco y Amado Guerrero Alvarado. Firma el primero de los nombrados como
presidente y ponente.
En términos de lo previsto en los artículos 8, 18, fracción II y 21 de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, 47 del reglamento de la
mencionada ley, así como 2, fracciones XXI y XXIII y 8 del Reglamento de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación y del Consejo de la Judicatura Federal para la aplicación de la
Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en esta
versión pública se suprime la información considerada legalmente como reservada o
confidencial que encuadra en esos supuestos normativos.
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